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domingo, 12 de febrero de 2023

CARTA CXXVIII. Biblioteca del Carmen descalzo de Barcelona.

CARTA CXXVIII. 

Biblioteca del Carmen descalzo de Barcelona. Noticia de la vida del canónigo Don José Gerónimo Besora y de los muchos libros raros y preciosos que con toda su selecta librería legó al referido convento.

Mi querido hermano: La biblioteca de los PP. Carmelitas descalzos de esta ciudad es uno de los objetos que excitan la curiosidad de los viajeros. Y lo es ya desde el año 1654 en que el sabio canónigo de Lérida Don José Gerónimo Besora legó a esta comunidad toda su exquisita librería compuesta de 5567 volúmenes, gran parte de ellos manuscritos. La grandeza de este don, hecho a toda la república literaria, me obliga a honrar la memoria de tan insigne bienhechor con las noticias que he podido recoger. Era natural de Barcelona y canónigo de Lérida, prebenda que obtuvo el día 21 de octubre de 1621, tomando posesión por él su padre Agustín Francisco de Basora, ciudadano de Barcelona. Estuvo varias veces ausente de su iglesia, encargado de sus negocios en Barcelona, donde fue uno de los diputados del principado en 1656. Vivía todavía en 1663 en que explicó una inscripción y estatua Romana que se halló en Tarragona, como dice Roig, Historia de Gerona, pág. 401. Consta que hizo un viaje a Roma, mas no se sabe cuándo ni con qué objeto. Murió en Barcelona en su casa propia, sita en la calle del portal del Ángel, día 14 o 15 de febrero de 1665. En el último de estos días se hizo la publicación de su testamento, el cual tenía hecho de su letra desde el año 1654 y había entregado cerrado a Bartolomé Plea, notario, a 3 de diciembre del mismo. Empieza con su lema ordinario, que escribía al frente de todos sus libros: Jesús, María, Joseph, Spes mea D. O. M. 

Nombra por testamentarios a Don José de Corts, Arcediano de Santa María del mar y canónigo de Barcelona, a los PP. procuradores de la Cartuja de Montealegre y del convento de San José de Barcelona, y a Pablo de Salvador, vecino de Ascó, diócesis de Tortosa. Elige sepultura en Montealegre “en lo claustro petit devan la porta de la iglesia que esta prop de la cadira prioral del cor; y vull que sobre lo lloc del cadáver se asente una llosa quadrada de jaspe negre, la cual fassa com a paviment y estrado a dita porta; en la cual llosa estiguen esculpides tres linees, ço es, la primera dient: José. Hiero. Besora; la segona: Praesbiter; la tercera: requiescat in pace. Despues un poc mes avall estiguen esculpides dos linees; la primera dient: universa vanitas; la segona omnis homo vivens. Sino fos que moris professant en algun orde, per que en tal cas vull ser enterrat junt als religiosos de aquell orde.” 

La erudición de este ilustre Catalán se ve en la oración in laudem Sanctae Theresiae, que dijo en un certamen en las fiestas de la beatificación de dicha Santa que se hicieron en Barcelona, y anda en el tomo que sobre este asunto se imprimió en 1615. También se descubre en las notas que puso de su mano al catálogo de los Obispos de Lérida en el ejemplar impreso que poseía, y a la biblioteca de escritores Jesuítas compuesta por Alegambe. Otro libro tenía de su mano, que intituló de cosas memorables; pero no parece. Acaso del viaje a Roma nació la correspondencia que conservó con Juan Bautista Laura de Perusia, en cuya centuria 2 Epistolarum, impresa en Roma en 1621, hay una carta suya en que da gracias a nuestro Besora por la oración que le envió de Santa Teresa, de la cual hace grande aprecio. Otra hay de Besora al mismo. Pero nada de esto conservará tan viva la memoria de su saber como su biblioteca. Es verdad que algunas veces el ansia en acopiar libros no tiene más causa ni objeto que la vanidad. De lo cual (¡) ojalá hubiera muchos ejemplares que contraponer a los muchos y muy dolorosos estragos que hace aquella violenta pasión! El sabio Besora no tuvo otro móvil en sus preciosas adquisiciones, que el amor a la literatura recóndita y poco vulgar, y fue uno de aquellos genios que no pudiendo contenerse en la esfera de las ciencias abstractas, desean conocer los sabios que han trabajado antes que nosotros, conservar la memoria de sus escritos rescatándolos de las manos descuidadas e ignorantes, y procurarles un depósito digno de sus autores y del público para quien se trabajaron. Esto logró aumentando tan copiosamente con su biblioteca la que ya tenía esta comunidad. La franqueza con que estos PP. me han tratado, singularmente el P. Fr. José de la Virgen, bibliotecario, reprende y avergüenza la envidia de otros, que se llaman y tienen a sí mismos por sabios, olvidados ciertamente del capítulo VII del libro de la Sabiduría. Pero dejemos esto y vamos a lo que importa, que es la descripción y noticia de algunos manuscritos de esta biblioteca, de los cuales hablaré por el orden que se me antojare.

Lo primero que vi fue un tomito en 8.° (B. 42) de varias poesías, parte buenas y parte malas. Pero es muy apreciable por contener algunas de las del P. M. Fr. Luis de León más completas y exactas que las ya publicadas, las cuales o copié del todo o noté las variantes más sustanciales. Tales son la famosa canción: Virgen que el sol más pura, etc. y los salmos 1, 4, 12, 41, 44, 113, 124, 129, 136, 147 y algunos otros. Hállanse además tres salmos mezclados con los que son ciertamente suyos, y cuyo lenguaje y frase poética me parecieron al pronto de la misma mano. Son el 83, Quam dilecta, el 119, Ad Dominum y 122, Ad te levavi oculos meos. Mas no hallándolos en las ediciones que publicaron Quevedo y Mayans, sospeché que fuesen de otro de los buenos de aquel tiempo. Y efectivamente, son del M. Fr. Pedro Malón de Chaide, el cual los ingirió en su Conversión de la Magdalena. De todo esto he dado puntual razón al P. M. Fr. Antolín Merino con el deseo de cooperar al mayor esmero de la colección de las obras del maestro León, que ha comenzado a publicar. Ojalá se hubiera hecho otro tanto con las obras inéditas del célebre humanista y filósofo Valenciano Pedro Juan Núñez, que se hallan en esta biblioteca (F. 325 sig.) y se enviaron a Madrid para este efecto y volvieron a su lugar sin conseguirlo. Cuatro vols. en fol. manuscritos se le atribuyen. Los tres primeros contienen varios escritos filológicos, es a saber: vol. I. Institutiones oratoriae ex variis scriptoribus ac praesertin ex Hermogene. = La oración pro M. Marcello, traducida al español. = Escolios sobre su texto latino, y varias fórmulas de elocuencia escogidas de ella. Actio 1.a in Verrem, y la Philipica nona, ambas traducidas con escolios como la antecedente. Vol. II. Praecepta ad epistolas artificio contexendas atque illustrandas. = M. T. Ciceronis epistolae selectae per genera con la traducción española, escolios y análisis de sus frases. In Aphthonii progymnasmata dictata acuratissima. = Oratio XIII. pro lege Manilia, con la versión castellana, escolios, etc. Vol. III. De historia Romana (son escolios al Epítome de L. Floro). Scholia in libros de finibus M. T. Ciceronis. = Traducción en prosa de la Égloga VII de Virgilio: Forte sub arguta con sus escolios. = De examine orationis M. T. C. pro lege Manilia. = Scolia in quoddam fragmentum orationis pro L. Corn. Balbo, con su versión. = Quam viam sequatur Valerius Maximus ad colligenda exempla. El vol. IV sólo contiene unos comentarios latinos a la geografía de Dionisio Africano. Y aunque no se hallan atribuidos en el título a Núñez, como se observa en los antecedentes, se sabe por Don Nicolás Antonio y Ximeno que son obra suya. Al fin de ella y a renglón seguido de la obra se lee lo siguiente: His scribendis finem imposuit Berenguarius á Castro, filius primogenitus Baronis Lacunae (Laguna), et Vice-Comitis Hillae (Illa) tertio kal. maias ann. 1576, donde se ve la laboriosidad y amor a la literatura de este caballero Don Berenguer de Castro, que copió de su mano todos esos cuatro tomos, como se ve por la uniformidad del carácter del último con los tres antecedentes.

Tras estos me vinieron a las manos dos códices que contienen algunas obras lemosinas de San Pedro Pascual. El 1.° (N. 356) contiene la conocida con el nombre de Biblia parva, cuyo prólogo es: Com yo Religios é Bisbe per la gracia de Deu de la ciutat de Castella açi anomanat hagues legit XXX. anys theologia. (N. E. Ver más abajo otro prólogo parecido que empieza: “Com yo Religios e Bisbe per la gracia de Deu de la ciutat de Jaen del regne de Castella...” 

Título o capítulo 1.° Del peccat de Adan, quin fon, ne la manera com se havia á quitar. El último de la gloria de Paradis. Son XXXVIII en todo; los cuatro más que se hallan en la obra latina impresa en Madrid 1676. Son extensión del artículo de la ley de Moisés, que aquí es uno solo, y faltan los que en el impreso son 9, 10, 11, 12. Llaman aquí a este libro Catecismo de San Pedro Pascual, y con razón y más propiedad que Biblia parva, pues su contexto es de preguntas y respuestas. Mas dejando aparte esta disputa de nombre, digamos de una real y verdadera; quiero decir de otra obra del mismo Santo que aquí se conserva manuscrita en fol. (L. 329) con este título: Disputa del Bisbe de Jaen contra los Jueus sobre la fé catholica. De la cual porque no hallo noticia en ninguno de los autores de Bibliotecas, copiaré el índice y prólogo, y tú juzgarás si es obra común con las ya conocidas: Titol I. Qui comensa la questio sobre la ley de Moyses. = Tit. II. Que la ley de Moyses no fon dada acabadament. = Tit. III. Quina diferencia ha de grau maior a menor. = Tit. IV. A que aprofitá la ley de Moises a aquells qui la tingueran, pus no era acabada per haber salvacio. = Tit. V. De la lig de Moyses e de les images. = Tit. VI. Del aiustament de Deu ab home. Tit. VII. De la lig de Moyses e de la canticha de Moyses. = Tit. VIII. Del peccat de Adan e de la manera com se havia a quitar. (Nota que este capítulo y los demás que se hallan con el título idéntico en la Biblioteca parva están tratados de otro modo y son diferente escrito). = Tit. IX. Com les animes anaven en infern. = Tit. X. Si les colpes de Adam egualment foren pagades. = Tit. XI. dels crits que les animes fahien en infern. = Tit. XII. Com lo cors de Jhu. Xpist. fó mes en lo sepulcre. = Tit. XIII. Quin captaniment feu Lucifer quant vehe la Sancta anima de Jhu. Xst. en los inferns. = Tit. XIV. Quin Captaniment feu la anima de Adam quant vehe la Sancta anima de Jhu. Xpist en los inferns. = Tit. XV. Que vol dir com dix Deu: yo son Deu e no hom. = Tit. XVI. De la Circuncisio de Jhu. Xst. = Tit. XVII. De la Resurreccio de Jhu. Xst. = Tit. XVIII. Si la remso es feta, perque hom viu ab suor de sa cara e perque la dona infanta ab dolor? = Tit. XIX. Com Deu dix, yo he amat Jacob, e he hagut en hoy Esau; e dix mes: la casa de Jacob será foch, e la de Josep será flama. = Tit. XX. Del meniar de carn del porch. = Tit. XXI. Que lo Macies es vengut, ço es, Jhu. Xst. = Tit. XXII. Ques pot, es deu afermar quel Macies es Deu. = Tit. XXIII. Com les animes dels salvats ensemps ab lo cors muntaran al cel apres la resurreccio. = Tit. XXVI. De la Sancta Trinitat primerament de la semblansa de la crehensa. = Tit. XXV. De la Sancta Trinitat. = Tit. XXVI. Perque lo fill sencarna, e no lo Pare, ni lo Sanct Sperit. = Tit. XXVII. Com son tres persones en la Divinitat, e totes tres un Deu. = Tit. XXVIII. Del Sagrament de la Misa. = Tit. XXIX. Perque lo cors precios de Jhu. X'st (más arriba no se ve el apóstrofe, pero hay un espacio) es alsat dues vegades per lo prevere sots semblansa de pa e de vi, com no sia sino un sol Deu. = Tít. XXX. Com Jhu. X'st. sia un sol hom, com pot esser en una hora en tants altars hon se fa lo sacrifici cascun jorn. = Tit. XXXI. Del orde quis tindrá al general juy. = Tit. XXXII. Quants inferns son, e les penes que los dampnats hauran. = Tit. XXXIII. De les benenuyranses de la gloria de Paradis. = Tit. XXXIV. Com se fa que en una pocha forma de hostia capia lo cor de Jhu. X'st., qui es axi gran com una forma de home. = Titol XXXV. Com Deu se aiusta ab hom. = Titol XXXVI. Com per fe verdadera se salven los Xpristians. = Tit. XXXVII. Com la temptatio de Adam fo del Diable e no de la serpent. = Tit. XXXVIII. De les vuyt batalles fetes per lo Diable. = Tit. XXXIX. De Mafumet e de la sua secta. = Tit. XL. De la doctrina de Mafumet. = Tit. XLI. De la semblansa de la lig de Moyses. = Tit. XLII. De la virginitat de la Verge Maria. = Tit. XLIII. Com Deu se volch encarnar en cors de fembre, qui naturalment ha moltes coses leges. = Tit. XLIV. Del fust de la Sancta vera Creu. = Tit. XLV. Qui tracte del Sanct babtisme. = Tit. XLVI. Que vol dir de la sal que donan al bateiar. = Tit. XLVII. Del drap, de la capida, á (e) del oli sanct de la sancta crisma. = Tit. XLVIII. De les aygues fora lesgleya, que no son sagrades per lo prevere sis pot bateiar en aquelles. = Seguexense (la g parece q) los XII. articles de la fe, ço es, lo Credo in Deum, fet per los dotze Apostols. 

Aquí acaba la disputa de San Pedro Pascual con los Judíos, cuyo argumento declara el mismo en el prólogo, que es parecido al de la Biblia parva, y dice así: "Com yo Religios e Bisbe per la gracia de Deu de la ciutat de Jaen del regne de Castella, e açi no anomenat, com per mia ventura fos pres en poder del Rey de Granada: E vehent molts dels Xpians esser catius no sabents letres, ne be de la fe dels Xpians, tot die qui un qui laltre se tornaven a la mala secta dels Moros: E vehent yo aço fiantme en la aiuda de Deu, misme a ensercar los libres de la Biblia e de tots los Prophetes qui parlat havien de la Encarnacio, e del Naximent, e de la Adoracio, e de les altres coses de Jhu. Xst, e de la virginitat de la Verga Maria nostra dona; mostrantho yo als Xipians qui aqui eran presos, los cuals per molts Juheus que aqui eran tot dia venian per ells amonestar e inclinar a creura la falsa secta dels Moros: e yo reptant aquells de so que fahian e dehian, so es, los Juheus als Xpians qui daso los crehien, alguns soptils Juheus specialment dos assi anomenats, primerament Moxi Rabbi, e Jacobi Moxi Rabbi, sabent que yo contradehia a la lig dels Juheus, e dels Moros, e aço per mantenir la fe christiana catholica, moguts de gran fellonia e malicia ferent scrits, e aquells tramateren a mi. En los quals scrits havia moltes e diverses demandes, e no res menys a mi, e devant mi volgueren disputar. E yo confiantme en la misericordia de Deu, Pare e Fill e Sanct Sperit, tres persones en un Deu, en mantenir la sancta fe catholica dich a tu Juheu Moxi Rabbi, e Jacobi Mavi (f. Moxi ut supra) que digats tot ço queus vullats contra mi, axi com per los mestres vostres e actors Juheus atrobarets scrit e glosat; demanant lo dit Rabbi Juheu a mi primerament dient axi.” 

Sigue la disputa sobre el título I, proponiendo los Rabinos varias dificultades contra la fe Católica, y soltándolas el autor. Diálogo gracioso y de erudición sólida, y muy digna del Santo. A este tratado siguen la explicación de los diez Mandamientos y del Pater noster, que es obra suya; y a renglón seguido, en el folio 197 del volumen, se halla la letra que trames un Juheu a un altre Juheu, en que aprovave la sancta fé catholica. Esta carta es la mismísima de Rabí Isaac de Sujulmeza a Rabi Samuel, cuya traducción lemosina hallé en el convento de San Miguel de los Reyes, extramuros de Valencia, y de que ya se dijo en la carta XVI (a: En la citada carta, si te acuerdas, dije equivocadamente que la del Judío Isaac era inédita, ignorando que se hubiese publicado seis o siete años antes por el P. Fr. Manuel de Santo Tomás de Aquino (Tragia), Carmelita descalzo, en la obra intitulada Única religión verdadera, impresa en Valencia 1795. Efectivamente, se halla en el tomo 1, página 338, no sólo en lemosín, como está en San Miguel de los Reyes, sino con la versión castellana del P. Fr. Francisco (no Vicente) Vives, bibliotecario de aquella casa. De paso noté en la pág. 337 estas palabras: "al fin de ella (la respuesta de Rabí Isaac a Rabí Samuel) da a entender que no distaba mucho de Marruecos, pues le dice que dentro de treinta días se verán. Por esto, y por hallarse manuscrito en Valenciano, se puede creer que escribió desde Marruecos a Valencia, y que Rabí Isaac era de este reino”. Lo que hay en esto es que Rabí Isaac se hallaba en Sujulmeza, ciudad del mismo reino de Marruecos, distante poco de la capital donde estaba Rabí Samuel; y que, así como este le escribió en arábigo, Isaac le contestó en el mismo idioma, lo cual hiciera, aun cuando fuese Valenciano y hubiera estado en Valencia, donde el idioma lemosín no se introdujo hasta su conquista. (N. E. Craso error para un autor valenciano, siempre que se refiera a la conquista de Jaime I.) Así que por ninguno de los dos capítulos se infiere que el Isaac fuese Valenciano. Cuanto más que el mismo texto lemosín del códice de San Miguel está indicando que es del siglo XIII, casi doscientos años después de los dos Rabinos. 

¿El hallarla ahora aquí, junto con las obras ciertas de San Pedro Pascual, la consonancia del lenguaje, y el versar ella sobre un argumento que con tanto calor trató él mismo en la Disputa que antes decía, no podrá servir de conjetura para hacerle autor de esta versión lemosina? No me atrevo a afirmarlo, mayormente siguiendo a esta carta otros escritos que son de otra mano, es a saber, la versión de algunos sermones de los PP., y dos tratados con estos títulos: Libre del plant del mon, e de les miseries de aquell quels homens sostenen. = Libres de natures de besties, e daucells, e de la lur significacio.

Tampoco es fácil creer que sean del mismo Santo Obispo los tratados que se le atribuyen comúnmente, y se hallan aquí en otro volumen 4.° manuscrito (I. 298), y son los siguientes: Comença la ystoria de Sant Latzer, com visque, ne com fo reconciliat, ne apres la mort, com fon resuscitat, ne com visque, e com mori Bisba de la ciutat de Marsella, e hon mori, o hon iau lo seu cors. = Contemplacio del dimecras sant com Jhu. X'st., e la Verge Maria parlaren molt familiarment ensemps, e de que parlaren. = Aquesta es la Passio del nostro Redemptor Deu Jhu X'st, la qual cascum feel crestiá deu devotament e piadosa contemplar. (Este tratado incluye el de la Santa Corona y el de San Dimas). La historia dels Sants Ignocents, los quals moriren martirs per Jhu X'st, e com ne en quina manera foren conservats fins al dia de vuy, e seran fins a la fi del mon. = Com ni perque dix Sant Johan Baptista lo primer Agnus Dei, e hon lo dix, ne aqui (a qui) ó dix e com nos devem per son dit millorar. = Com Sant Johan ach vist la visio del primer Agnus Dei, e desigava veura lo segon, e com lo ves, e com lo contempla, e com nos devem per son dit millorar sil contemplam. Lo tercer Agnus Dei, e com Mossen Sant Johan veu la tercera part de la sagrada Passio Jhu. X'st. = Al fin de este tratado se hallan estas palabras: Fon spleguat de ascriura per mi Johan Ferrandez, scrivent en Barcelona dimecres a XXV de juny en la dita ciutat de Barchina. anny M.CCCC.XXXVIII. Debo añadir que al principio del volumen hay un tratado lemosín Dichos de doce Santos hermitaños, y al fin: Vida de Sancta Angelina, la qual scrivi lo seu confessor. Entre estos dos tratados se hallan los de San Pedro Pascual, digo los que comúnmente se le atribuyen, de los cuales no te digo más, porque son los mismos que copiamos habrá cinco o seis años de un códice del real monasterio del Escorial.

También he hallado aquí un volumen, de quien daré noticia sólo por ser continuación de una obra de que ya hablé en la carta XXXIII, y es el Compendio historial que de orden del Rey Don Pedro IV de Aragón escribió el maestro Fr. Jaime Domenech, Dominico, Inquisidor de Mallorca y de los condados de Rosellón y Cerdaña. En la citada carta da noticia de los dos libros primeros de esta obra, los cuales existen en la biblioteca de mi convento de Valencia, y llegan hasta el tiempo de la Encarnación del Hijo de Dios. Pues aquí se halla el tercer volumen y libro que continúa la historia desde ese día hasta el año 626 de Cristo. La identidad de la obra y del autor, y el enlace de estas épocas consta del epígrafe y prólogo, que omito por no alargar mucho mi narración; mayormente que estos libros no tienen otro mérito que el de presentar recogidos los hechos más insignes de la historia, sacados de Orosio, Sigeberto, Don Rodrigo y otros escritores, cuyos nombres nota al margen. Hablando de las persecuciones de la iglesia cuenta las actas de los Mártires, según el orden del calendario. El manuscrito es del siglo XV, el códice está señalado L. 326.

Quisiera dar una muy detenida noticia de un libro en 4.° manuscrito del mismo tiempo (G. 627), que contiene casi tantas obritas como hojas y es muy grueso. El compilador, que se llamaba Narciso Guall o Gall, lo intituló Jardinet de orats (Jardinito de locus), aludiendo con esto a las piezas que contiene así en prosa como en verso, por la mayor parte poéticas, y del tiempo de la ciencia gaya. Hay muchas de autores Catalanes, cuya noticia vendría bien, si este principado tuviera su Biblioteca de escritores, como la tienen ya casi todas las provincias de la nación. Efectivamente sería cosa ridícula antes de publicar los principales escritos de los sabios, darles a conocer por lo que sólo fueron ocios o ensayos de sus tareas e ingenio. Así que sólo contaré de este volumen lo que ilustre o añada algo a lo que ya se sabe de otros. Tal es la Vida de Sancta Ana feta per lo magnifich Mossen Johan Roiz de Corella, cavaller de Valencia e studiant en sacra teologia, dirigida a la magnifica Senyora Montpalava de Castellvi. En su breve dedicatoria se dice que esta Señora era casada con Mossen Luis de Castellvi, y esto más se sabe de lo que dijo Ximeno de este escritor. Del mismo siendo ya profesor de teología son Les lamentacions de Mirra, e Narcisso e Tisbe; item la Tragedia de Caldesa y otras cosas mitológicas que se saben de él. = Cobles fetes per Mossen Fenollar e per Mossen Joan Scriva, Valencians, contemplant en Jesus crucificat. = Questio moguda per Mossen Fenollar Prevere a Mossen Joan Vidal Prevere, an Verdanxa, e an Vilaspinosa, notaris de Valencia. La cuestión es sobre cual es la cosa que más fomenta el amor; la vista, el gusto, el oído o la voluntad, aunque mejor lo dirá la primera estancia que copiaré aquí:

Fenollar

“Per be que lo mon en tals fets huy sia

No prou favorable, past es singular

E vist que damor se parla tot dia

De quatre luquets saber yo volria

Qual mes la enten e la fa doblar.

Yo dich que lo veure, que mostra carrera

A tot quant apres li dona combat.

Mossen Vidal veig del Grat fa bandera.

Verdancha l' Entendre diu que la prospera.

E Vilaspinosa deffen voluntat. 

Tales son por la mayor parte las flores de este Jardinito.

Más juiciosa y de mucho mayor aprecio es otra colección (O. 372) de papeles y cartas tocantes a negocios de los siglos XVI y XVII, los cuales acaso merecen la atención del que desee instruirse en algunos negocios políticos de aquel tiempo, y antes que diga de ellos, y porque no se me olvide, sepas que hay en este libro un pergamino manuscrito del siglo XIV que contiene nada menos que lo que voy a decir: Epistola S. Bernardi ad quemdam militem, de cura et modo rei familiaris gubernandae. = Gratioso et felici militi Domino Raimundo Castri S. Ambrosii Bernardus in senium deductus, salutem. Cupis a nobis de cura doceri et modo rei familiaris utilis gubernandae, etc. Está dividida en varios títulos, es a saber: De gubernatione domus. = De sumtibus seu expensis. = De gulosis. = De avaritia. = De superbia. = De foeminis familiaribus suspectis. = De vestibus fiendis. = De amicis. = De consilio amico dando. = De jocunditatibus spernendis. = De familia repellenda, etc., y así otros que ya me canso. De esta misma carta posee una traducción lemosina el muy R. P. M. ex-Provincial de la orden de San Agustín Fr. Juan Izquierdo entre los manuscritos antiguos que conserva, de que hablé otro día. ¡Ahí es una friolera! ¡Una carta de San Bernardo desconocida a los PP. Mabillon y Martene! Grande hallazgo por cierto si no fuera, como es, parto legítimo, no de San Bernardo de Claraval, sino de Bernardo Carnotense (a: Atribuye a San Bernardo esta carta Pedro Díaz de Toledo en el Comentario al proverbio XXXVI del Marqués de Santillana, edición de Anvers de 1552.). Véase el Mansi en la edición de la Biblioteca latina de Fabricio y basta. Vamos a los papeles ciertos y no equívocos de este tomo de Miscelánea que digo, y son: Relación de la venida a Ferrara de la Reina de España Doña Margarita de Austria, con algunos otros políticos. = Copia de la carta que escribió el licenciado Busto de Villegas, Gobernador del Arzobispado de Toledo al Rey Don Felipe II, sobre el breve de las jurisdicciones de las iglesias y ventas de ellas. Tres cartas originales de Fr. Mariano Azaro (o Azazo), Carmelita descalzo, escritas desde Lisboa el año 1584 al duque de Sessa y Somma en Baena. Tratan particularmente de las llagas, raptos, etc., de Sor María de la Visitación y de otros puntos curiosos. Acaso las copiaré. Un papel hay también que tiene este título: El orden que se guarda en esta Academia (de Poesía) de Toledo, siguiendo el que se ha observado en las de Madrid. Al fin dice:

Los Poetas de la Academia de Toledo admitidos en ella siendo Presidente Don Diego López de Ayala, Conde de Fuensalida, por su orden como están en la tabla. = El Conde de Fuensalida. = El Maestro Joseph Valdivielso (como Val de Belsa o Bielsa). = Martín Chacón. = El licenciado Gerónimo Maranyoso. = Martín de la Fuente. = El jurado Andrés de Quirós. = Juan Martínez. = El doctor Gregorio de Angulo Jurado. = El licenciado Juan de Sepúlveda. = Diego Antiveros. = Don Pedro Vaca de Herrera. = Alonso Castellón. = José Noguel (o Nogués). = El doctor Matías de Porras. = El doctor Christóbal Pérez. = Don Juan Gaitán de Menesses. = El licenciado Juan Antonio de Herrera Teminyo. = El doctor Francisco de Pisa. = Miguel Maréjon. = José de Tovar. = Alonso de Contreras. = Gil Pérez Sarmiento. = Agustín Castellanos y el Pintor.

Con esta noticia ¿quién no se acuerda del conato con que nuestros antepasados cultivaron las buenas letras formando academias privadas, y estimulándose mutuamente al estudio de la poesía, oratoria y de los conocimientos que para ellas se requieren? El siglo XVII fue el más fecundo en estas juntas puntualmente cuando más decaídas estaban la poesía y oratoria. Entonces se erigió en esta ciudad la famosa academia dels Desconfiats, a quien sucedió la que hoy se llama de Buenas letras, de cuya forma y tareas diré algún día. Otra había en Gerona, cuya alma fue el célebre García, cura de Vallfogona. En Valencia a fines del siglo XVI estaba en grande auge la academia llamada de los Nocturnos, de quien dio noticia Don Francisco Cerdá y Rico en sus notas al Canto del Turia, pág. 515. Otra había allí mismo hacia los años 1691, cuya constitución 2.a dice así: Las materias que se han de tratar por agora en la Academia serán: 1. Política. 2, Matemáticas. 3, Poesía. 4, Música. 5, Danza. Por esta muestra se ve la utilidad que podían sacar los nobles y todos los individuos de estas academias, que no eran precisamente, como el vulgo piensa, juegos de ingenio los que en ellas se trataban. No sería perdido el trabajo que se pusiera en recoger las memorias de estos pequeños cuerpos literarios, si se lograba con ello dispertar la ociosidad de muchos y el deseo de saber algo, que tan tirado anda. Además ¡cuánto ganaría la historia de la poesía!

Mas ya que no puedo remediar esto, déjame que diga de una obra compuesta por uno, individuo de la más célebre academia de estas que decía, que fue la de Tolosa, erigida en 1323 con el nombre del gay saber o de la ciencia gaya. Don Antonio Bastero, en su Crusca Provenzal, pág. 94, habló de un célebre poeta llamado Arnaldo Vital de Castelnovo D' arri, a quien los VII trobadores de aquella academia adjudicaron en 1324 el premio de la violeta de oro. Yo hallo aquí dos obras de un Juan de Castellnou, escritas en ese mismo año, con la circunstancia de llamarse ya entonces uno de los VII mantenedores de aquella academia; siendo así que, según dice Bastero, no se introdujo este dictado hasta el año 1354. Como quiera que esto sea, allá va la noticia de estas obras, aunque sea breve. La primera es un compendio de los defectos o vicios del lenguaje, así en prosa, como en verso. Veraslo en el epígrafe: 

Aquest es le compendis de la conexença dels vicis ques poden esdevenir en los dictats del gay saber, axi fora sentença, com en sentença. Lo qual compendi ha feyt Mossen Johan de Castellnou, us (un) dels VII mantenedors del Consistori de Tholosa de la gaya sciencia de trobar. 

El lenguaje y el tiempo en que escribía este trobador, lo verás mejor en la segunda obra, que es la siguiente: Començe lo doctrinal de trobar, am la glosa o correccio, o declaracio sua. Este Doctrinal es obra de Ramón de Cornet, a la cual pone sus notas Castellnou glosándola verso por verso. En el prólogo dice así: Ad honor del mout aut, poderos Senhor mon Senhor lenffant en Peyre del mout aut poderos Senhor en Jayme de bona memoria Rey Darago fill, per la gracia de Deu Comte de Ribagorça e Dampuries, yeu Johan de Castellnou vuells far aquesta obra apelhada 

Glosari, sobre aquest Doctrinal, etc. Para muestra de su método pondré la glosa de los primeros versos:

Quare sabers mo permet. Glosa: Veus frevol comenssament qar a lauzor de si, e no de Dieu comensa. 

Yeu Ramons de Cornet

Capelas ordonats 

A Santh Antoninats. 

Glosa: veus aqui replicacio can dits ninats, y e es gran vicis.

Faray un doctrinal

Ab rethorica tal 

Que bo romans demostre.

Glosa: mal dits; car rethorica no esse ha bo romans parlar, mas bel parlar.

Esta glosa parece hecha el mismo año en que se trabajó el Doctrinal, que como se dice al fin, fue en 1324 en el mes de septiembre, y dedicadas ambas al mismo Infante Don Pedro.

Con estas obras hay otras de la misma materia y son: Mirall de Trobar, compuesto por Berenguer de Noya. Es una explicación de figuras poéticas y declaración de la fuerza de cada letra del alfabeto. = Regles de trobar, compuestas por Ramón Vidal de Besalú (a) y explicadas por Jofre Foxa. 

(a). Este se supone el fundador de la academia de Tolosa de 1323 (V. a Don Tomás Sánchez, tom. 1.° de la Colección de Poesías anteriores al siglo XV, pág. 5). 

= Doctrina de Cort. Comienza así:

En lo nom de Dieu ques subirans

Pare, Fill, e Sperit Sans 

E guidans de tots pecadors 

Faut mon accord perls amadors 

...

...

Don ieu Teramayguis de Pisa

Comens en aquesta guisa: 


Comensament de doctrina provincial vera, e de rahonable locucio. 


Tot en aysi con le rubis

Sobre totas peyras es fis

E laurs sobres metails cars, 

Sobre tots razonats parlars

Parladura lemoyzina

Es mays avinens e fina. 


Sigue: 


Flors del gay saber. 


Las flors del gay saber 

Qui las voldrá saber 

No sia de cor sopte 

Qar sol qui trop nos sopte 

El punhemen no dopte 

Gran odor sentra sopte

Quil gitara de dopte.


El autor de este tratado es Guillermo Moliner. Libre de concordances, appellat Diccionari, ordenat per en Jachme March, a instancia del molt alt e poderos Senyor en Pere per la gracia de Deu Rey de Arago, e fou feyt en lany MCCCLXXI (1371). De esta obra ni de su autor no se tenía noticia, hasta que la dio Sánchez (loc. laud., pág. 77) citando un manuscrito de la santa iglesia de Sevilla. Don Francisco Cerdá, en sus notas al Canto del Turia (página 487) publicó algunas octavas, que se hallan aquí también. Y esto basta por ahora hasta que venga ocasión de hablar de ello más extendidamente. Todo es del vol. N. 352. 

En un códice fol. (N. 359) hay una traducción lemosina del Arbre des batailles, (Libre de les batalles más abajo) compuesto en idioma provenzal por Honorato Bonet (a), Prior de Salon, en la Provenza

(a) En una edición de este libro hecha en Lion por Olivier Arnoullet de principios del siglo XVI, que he visto después en Sevilla en la biblioteca Colombina, se llama el autor Honore Bonhor, y se dice que floreció en el reinado de Carlos V, Rey de Francia.

Casimiro Oudin es el que da más extendida noticia de este escritor y su libro (de Script. ecclesiast., tom. III, pág. 1271), donde cita una edición hecha en París en 1493. Yo puedo añadir lo que resulta de esta versión, por la cual consta que fue nacido y educado en la Provenza, que era doctor en decretos, y que floreció a fines del siglo XIV, en los tiempos del Rey de Francia Carlos VI, a quien, siendo aún joven, dedicó la presente obra; así que debió escribirla poco después del 1380, y cuando más enardecido estaba el cisma entre Clemente VII y Urbano VI, de lo cual habla como de cosa presente, según diré después. Llámase aquí Prior de Salon, como también le llaman algunos escritores Franceses citados por Oudin, y así también diría el original por donde se hizo esta versión, que, según muestra el carácter, es muy próxima a aquel tiempo. Oudin corrige Gaillon por Salon. Era esta una Cartuja de la diócesi de Rouan (Rouen). Intitúlase aquí constantemente y repetidas veces Libre de les batalles, y así le llama su autor en el prólogo, no arbre, como dijeron algunos de sus paisanos, engañados con un capricho del autor, el cual, antes del libro, que en nada alude a la metáfora del árbol, quiso pintar uno para manifestar la discordia del actual cisma. Dícelo él así concluido el prólogo: mes puys que aço he feyt, ne cove trobar materia de la qual io fassa mon hobratge. E si mes vengut un aital smaginament que io fassa un arbre de dol en lo comensament de ma obra. Et primerament de sus larbre vos porets veure los regents de la Sancta Sglesia en cruel tribulacio... El artificio del actual árbol se reduce a que en lo más alto de él está figurada una rueda, y sobre ella este lema:

Superiora infimis, infima superioribus

Gaudemus: hoc continuo ludo ludemus

Fortuna. 

A la derecha del círculo hay estas palabras: Clemens. Hic pingat pictor Papam Clementem, et suos Cardinales, et eius debellatores. A la parte izquierda dice: Hic pingat pictor Antipapam et suos Cardinales, et eius bella... (debellatores, de bellum) A una y otra parte del medio del tronco se mandan pintar los Reyes que son de ambos partidos, y más abajo los grandes señores principales, y las naciones. Al rededor hay algunas palabras de la Escritura alusivas a lo indicado. Y este es todo el artificio del árbol; mas en esto poco se ve que el autor escribió viviendo aún los Pontífices sobredichos; porque a haber ellos finado pusiera los nombres de sus sucesores en el cisma. También se ve que seguía el partido de Clemente VII, que era el de Carlos VI, coronado por el mismo Papa. A este árbol sigue el libro, dividido en cuatro partes: 1.a Contiene la aplicación del Apocalipsi, digo, de las visiones de los Ángeles a las calamidades anteriores de la iglesia; entre ellas está el cuento de Johanna Papissa. 2.a Habla del poder de los imperios antiguos, señaladamente del de Roma. 3.a y 4.a De las guerras y su justicia, causas, leyes, derechos de vencedores, prisioneros, escudos y banderas militares, con buenos documentos para los Reyes. Algunos creen que esta obra sea la que se atribuye al mismo, intitulada Somnium viridarii. Mas en este códice falta la hoja primera de la primera parte, que es donde debía constar en todo caso la ficción del sueño. Por lo demás la obra nada presenta con este aspecto. Y por no cansarte más copiaré algo de su prólogo, con que te certificarás de gran parte de lo dicho. “A la sancta corona de Fransa la qual al iorn de vuy per la hordonansa de Deu regna Carles lo VI en aquel nom fort ben amat (así es conocido con el nombre de el Amado) e per tot lo mon redobtat, so es duna gloria e lausor sobre totes senyories terrenals molt gran Princep yo mapel per mon dret nom honorat Bonet, Prior de Salon en Provincia, doctor en decrets. Soven e moltes hores he agut en volentat de fer algun libre ...”  Y alegando las razones que le obligaron a ello dice: "Primerament com lestat de sancta mare Esgleya es en semblant tribulacio, que si nostre Senyor noy pren algun remedi e Vostra Senyoria, la qual es acostumada de metre a fi, he acabar les cruels aventures de la fé cristiana, io non veyg via ni cami, que sia bona, ni breu acordarse. La segona raho, car io veyg tota sancta crestiandat axi gremada de guerres e de enveges, de rancos e de discordies, que a grans penes pot hom nombrar una petita terra, si es de Compte, de Duch, ho Baronia, que ben sien en pau.

La terça raho es car la terra de Provincia, don io son nat e nodrit, es de present tal tornada ... Perque aquestes rahons man forsat de fer alguna cosa novella per tal que vostra Joventut sia enformada de molts enteniments de la Sancta Scriptura ...”

Hasta aquí lo que me propuse copiar del prólogo. Al fin del libro ofrece escribir sobre les continenses que totes persones sien eclesiastichas o seglars, homens o fembres deven aver. Lo cual no sé si se cumplió. Me he extendido algo en este artículo por amor de los extranjeros, a quienes no les es tan fácil ver esta versión y lo que de ella resulta. El idioma lemosín, que en el siglo XIII había sido el de las cortes de Aragón, Sicilia y Provenza, conservaba todavía en los siglos XIV y XV toda su grandeza, y era lo que ahora el francés en cuanto al número de traducciones. Apenas había obra filosófica, política e historial que no sonase en lemosín. La pequeña corona de Aragón cultivaba entonces a maravilla las ciencias, singularmente las de gusto. Son innumerables los códices que a cada paso se hallan ignorados, y sus autores también. Cuando el principado de Cataluña presente la Biblioteca de sus escritores, y la añada a las que ya han publicado los reinos de Aragón y Valencia, entonces conocerá la Europa que en la corona de Aragón era la literatura la causa de los progresos en la marina, milicia, comercio, artes e industria. A cada paso lamento la falta de esta obra, que me obliga a dejar en el silencio muchas obritas, cuya noticia vendría bien, si fueran ya conocidos sus autores. Esto he dicho porque nadie tilde mi silencio respecto de algunos códices Catalanes de poca consideración. Vamos adelante con los que merezcan ser apuntados, que todavía quedan algunos en esta biblioteca.

De Francisco Alegre, que hizo una elocuente versión en lemosín de los libros de los Metamorfosis de Ovidio, impresa en Barcelona en 1498, queda aquí otra obrita inédita (F. 274), y es la traducción de la primera 

guerra púnica, compuesta en latín por Leonardo Aretino. Dice así en la dedicatoria: Al magnifich cavaller, e maior germa Mossen Anthoni de Vilatorta prefacio de Francesch Alegra en lo trasladar de la primera guerra punica. Al fin dice: Fi de la primera guerra punica acabada de traduir en vulgar catalá, aiudant aquell interminat començ e fi qui nostres fets be començats endressa a X V. de juny del any M. CCCC. setanta dos (1472). Otros ocios mitológicos del mismo autor se hallan en el ya dicho Jardinet de Orats.

De otro escritor que hasta ahora no conozco, y es de mi orden, y de algún mérito, quiero dar noticia, por si otro más feliz que yo alcanza a saber quién es. Su obra es un tomo fol. manuscrito vit. del siglo XIV (B. 320), y tiene este epígrafe: Exposicio de tots los libres de Seneca feyta per frare Luchas, Bisbe Auximen. del ordre dels Preycados, al Senyor Papa Clement VI. Este Papa murió en 1352. El obispado Auximen. será acaso de la iglesia de este nombre en la Marca de Ancona; mas en parte alguna he hallado quién sea este Lucas, que era Catalán y muy docto, como lo muestra este libro. En la inicial de la dedicatoria están entretejidas estas palabras: Jaume buesa ma escrit.

No menos sería digno de saberse el autor de otro tomazo en lemosín (B. 243), que tiene este título: Aquest libre es apellat Suma de collacions u de aiustaments. Es una instrucción de todos los estados y condiciones de la vida humana; pero tan completa, limada y elocuente, que podía ser de gran provecho traducida al idioma común de la nación. La obra se divide en siete partes, y cada una de ellas en muchos capítulos.

También es anónima otra obra, con este título: Tractatus de vita et moribus philosophorum, et de quibusdam dictis eorum. En el prólogo se dice dedicada a Don Pedro, Obispo de Calahorra y de la Calzada, asistente del Papa Sixto IV. Al fin hay: Additio in vitas Ipocratis et Terentii. El epígrafe final descubre algo más lo que ello es.

Dice así: Explicit de vita et moribus philosophorum, poetarum, oratorum ac grammaticorum in civitate Calciatensi tertio kal. aprilis 1482.

En la letra N. 311 se ve un vol. 4.°, que contiene el Tractat dirigit al molt alt Senyor lo Senyor Don Alfonso, Duch de Gandia, reduit de latí en vulgar sobre lo rahonament fet entre Scipio Africa e Anibal, e la batalla entre ells seguida: obra inédita de Fr. Antonio Canals, de mi orden. Contiene en once capítulos lo que sobre esto escribió Francisco Petrarca.

Sigue a esto un escrito anónimo: Tractat de una disputa e demandes fetas per un Prior dels frares de la orde dels Prehicadors del covent de Bolunya ab la anima ho spirit de Guido de Corvo, ciutada de Bolunya a XVI de setembra del any MCCCXXXIIII. Tras esto sigue: Epistola Fr. Bernardi de Riparia ad Guidonem Episcopum Maioricarum de visione et locutione quam habuit Fr. Johannes Gobi, Prior conventus Alestensis, quod idem dicit ac Bononiensis cum Guillermo de Corvo defuncto.

Merecen lugar aquí la vida de Carlos V, escrita por Pedro Mejía, en cinco libros incompletos, de cuya obra inédita cita algunos manuscritos Nicolás Antonio: esta está señalada N. 345. Desconocido es otro manuscrito (N. 343), que trata de los Linajes de toda España, por orden alfabético. Lo compuso el licenciado Don Alonso Coronado, de quien sé que lo escribía a fines del siglo XVI, que es donde concluye la genealogía de las familias, con la expresión de hoy posee este mayorazgo, reside en Madrid, y otras a este tenor; y la descendencia de los Condes de Barcelona la continúa hasta Felipe II y el año 1582. A este tenor podía decir de otros códices, pero sería molesto a mí más que a ti, y de poca utilidad para los dos.

De los privilegios antiguos y costumbres de Cataluña en los siglos XIII y siguientes, hay en esta biblioteca un repertorio, o sea extracto formado en el año 1476 por Francisco Martí y Bernardo Soler, siendo conselleres Galceran Carbó, Berenguer de Junyent, Gerónimo Rayola, Bernardo Marquíllez (Marquilles) y Salvador Spano. Es un vol. fol. vit. (M. 556). escrito con lujo y grande exactitud. Contiene, como digo, el extracto de todos los privilegios, diplomas y cartas de Reyes, que se hallan en cuatro libros del archivo de la ciudad, a los cuales llama primero y segundo verdes, primero y segundo colorados. Los que no puedan disfrutar los originales, tienen en este prontuario las noticias que puedan apetecer para la historia del comercio y artes de Barcelona, y aun muchas eclesiásticas de que acaso haré uso algún día: aunque ya poco hay que añadir a lo que publicó Don Antonio Capmany en sus Memorias. Otro vol. hay en fol. que sirve al mismo objeto, y contiene las cortes celebradas en Cataluña desde el año 1449 hasta el 1452. Propiamente son las actas y proceso de las cortes, de donde el político puede aprovechar conforme sus ideas. Yo he copiado algunas cartas y cosillas, así tal cual, que a su tiempo verás.

Todo entero debe ser copiado y publicado un códice (N. 347) que lo está ya en latín, y por mano extranjera, que tanto ha sido menester para que disfrutase el mundo de cosa tan preciosa. Hablo del libro de los oficios de la Casa real de Aragón, ordenados por el Rey Don Pedro IV, a 18 de octubre de 1344, el cual publicaron los editores de las Actas de los Santos, y después segunda vez en el tomo I del Thesaurus ecclesiasticae antiquit. donde recogieron todos los documentos y cosas más particulares de aquella vasta obra. Aquellos editores dicen que lo copiaron de un códice de Antuerpia, cuya historia refieren ellos mismos. Lo que yo sé decir es que he careado con esta edición el ejemplar que aquí hay en lemosín, y sé que aunque faltan al nuestro todos los dibujos que adornan al de Antuerpia, es mucho más exacto y expresivo que la traducción, y en algunos lugares más completo. El título dice así: 

Libre de tots los officis de Casa del Senyor Rey, del que quiscu ha de fer segons son offici. Al fin hay estos versos:

Qui scripsit scribat, semper cum Domino vivat.

Johannes Roig vocatur qui scripsit benedicatur. Amen.

Die XX. mensis octobris ann. M.CCCCLXVII. (1467) 

Sirva esta noticia por si no pudiere ver otros ejemplares, que según me dicen hay en el archivo real, y algunos de ellos con figuras y representaciones de los oficios. Lo que digo que debía hacerse con este códice, he hecho yo, y con no poco trabajo, con otro documento histórico tan largo y embrollado como útil. Es el caso que en un vol. fol. men. (L. 335) manuscrito en vit. se halla lo siguiente: Varios sermones de Conceptione, ortu et Assumptione Beatae Mariae Virginis, de Inventione Sanctae Crucis etc. Item constitutiones D. Joannis Sabinen. Episcopi in Illerda. = Synodus Barcinone habita a D. Petro de Albalat 1241. No es provincial, como creerá alguno, sino diocesano, vacando esta iglesia. Synodus D. Fr. Petri de Centelles, Episcopi Barcin. 1243: fragmentos del de 1244 y algunas otras cosillas que no pierdo de vista, y que se llevarían toda la atención, si no se hallaran entre ellas 28 hojas que contienen un Cronicón entero desde la era I de España hasta la 1340. Obsérvase en él alguna variedad de caracteres y tintas, lo cual prueba que es obra de diversas manos, y esto lejos de desautorizar el escrito, le da más autoridad. ¡Ojalá en esta clase de obras se observara siempre esa diferencia; por donde pudiera inferirse que escribían las noticias testigos oculares o coetáneos! Sin embargo, en la que digo no se advierte que haya trabajado ninguna mano anterior al siglo XII, y aun a duras penas se podrá decir que sea de ese tiempo el que formó el plan de toda ella, escribiendo en los cuadritos que resultan de varias lineas horizontales y verticales, todos los cómputos, eras, años de Cristo, indicciones, epactas, áureo número, ciclos y días de la Pascua. Y aunque son muchos los que en él trabajaron, sobresale la mano de algún monje Benedictino de Santa María de Ripoll, que tuvo cuidado de notar los óbitos de sus Abades y aun de algunos monjes, y las varias dedicaciones de su iglesia, y aun al año 935, dice así: In isto anno fuit secunda dedicatio huius coenobii Rivippulli. Así que sin impropiedad he creído deberle llamar Cronicón de Ripoll, y aunque sean conocidos otros con el mismo nombre, este es mucho más completo, no sólo en el número de artículos en que no hay comparación, sino también en la extensión con que escribe los ya publicados en otros. Particularmente se ve esto, si se compara con un Cronicón que hay en el día en dicho monasterio, del cual tengo copia exactísima, o más bien un dibujo, y sólo comprende desde el año de Cristo 27 hasta el 1191, con poquísimas y escasas noticias. No carece el nuestro de inexactitudes, singularmente en la cronología de los Papas de los primeros siglos, y aun en la de los Emperadores; pero es tan exacto como abundante desde el siglo X. Por esta razón, he querido copiarle todo, como está, para nuestra colección, no siendo difícil a los doctos corregir las erratas, y más con la ventaja de disfrutar entero este documento, que es el más completo de los Ripollenses. Con él y el que ahora dije de aquel monasterio, y los dos que copié en Tortosa, y el que he copiado aquí en mi convento de Santa Catarina, tenemos cinco Cronicones que regalar al público, y endulzar un tanto nuestras tareas. Descansemos hoy de ellas, que harto queda para otros correos.

A Dios. Barcelona. 


https://es.wikipedia.org/wiki/Convento_del_Carmen_(Barcelona)

jueves, 26 de enero de 2023

CARTA CXXII. Catálogo de los Obispos de Barcelona en su estado moderno.

CARTA CXXII. 

Catálogo de los Obispos de Barcelona en su estado moderno.

Mi querido hermano: Es notorio que el reverendísimo P. Mtro. Flórez sólo trató en su España Sagrada del estado antiguo de nuestras iglesias, fijándole por término, o la restauración de las Sillas episcopales del dominio de los Árabes, o algún suceso ruidoso y Prelado insigne, y las más veces terminándolo en el siglo XII, en que verdaderamente pareció mudar de aspecto la Iglesia Española, así por las victorias y rápidos progresos de las armas Cristianas, como por la introducción de la vida monástica en nuestras catedrales, y por la variación consiguiente en la disciplina. En esta iglesia de Barcelona fijó por término de su estado antiguo la muerte de San Olegario, finalizando en este santo Prelado el catálogo de los primitivos Obispos, cuya vida y épocas de pontificado examinó con gran escrupulosidad y acierto, auxiliado con las noticias que le suministró el docto y conocido P. Don Jaime Caresmar. Y aunque yo no me he propuesto ser un continuador de la España Sagrada, empresa reservada a manos más diestras; pero tampoco debo ser un importuno repetidor de lo que ya está bien escrito. Y así, por no desaprovechar lo que he recogido, y por cumplir con parte de la obligación que me he impuesto, concluiré el catálogo de los Prelados de esta iglesia desde San Olegario hasta el presente. No puedo negar que me he aprovechado del catálogo latino que publicó el P. Mateo Aymerich, Jesuita, en 1760; mas tampoco callaré que en algunos puntos he podido ilustrarle, y aun corregirle, supliendo la sequedad de su narración con algunas noticias más extendidas y necesarias para la historia, y con la de los sínodos diocesanos, de que no hizo mención. También he disfrutado el Episcopologio que dejó manuscrito el canónigo Don Francisco Tarafa, bien conocido por sus escritos, el cual se conserva en el archivo de esta santa iglesia, y llega hasta mediados del siglo XVI. No me ha servido poco un Cronicón de fines del siglo XIV y principios del XV, escrito por Guillermo Mascaró, beneficiado de esta catedral, el cual es exactísimo en los cómputos cronológicos, y muy digno de fé, como testigo ocular de lo que refiere. Existe este escrito en la biblioteca de Don Ramón Dalmaces. En fin, haré lo que pudiere en obsequio de los que no saben latín, y vamos allá con nuestra labor.

Muerto San Olegario a 6 de marzo de 1137, según nuestra cuenta, el cabildo eligió por sucesor a

Don Arnaldo Armengol, apellido cierto de este Prelado, como consta de un instrumento de venta de 30 de octubre de 1142 (libs. antiq. fol. 190. núm. 514). No se sabe fijamente el día de su elección; pero ya suena electo el día 29 de junio del año I del Rey Luis (1138), en que el Conde Don Ramón le ofreció que no se apoderaría, como hasta entonces, de los bienes de los Obispos difuntos de esta Silla (V. Baluzio, lib. IV., Marc. Hispan.). Era este como preludio de la general concesión que sobre esto hizo a todas las catedrales de su reino en Gerona a 6 de agosto de 1150. No se consagró nuestro Obispo hasta después del día 18 de noviembre de 1139: lo cual nació sin duda de la vacante de la iglesia de Tarragona después de la muerte de San Olaguer. De dicho día es la carta de este cabildo a Willermo, Arzobispo de Arlés, y Legado de la Sede Apostólica, en que pide la consagración del electo, de quien dicen que era presbítero de esta iglesia, y sin duda canónigo, porque no tomaban este nombre los del Capítulo, sino que sólo se distinguían por el grado, o de dignidad o de orden. Así se ve en las firmas de este instrumento, en que nadie se firma canónigo: cosa común en aquel tiempo a otras iglesias. Suscribe además, en primer lugar, Berenguer, Obispo de Gerona, y después de las subscripciones del clero, sigue la del Legado, confirmante, y la de Raimundo, Obispo de Ausona, y de varios nobles y seculares. Es buen documento. ¿Y por qué no le había de copiar (a: Ap. núm. XLIX.)? 

En él tenemos una memoria más de este Legado Apostólico, de quien hasta ahora sólo había visto la concordia que concertó entre Pedro, Obispo de Urgel, y Gaufredo, Obispo de Roda, a 2 de mayo de 1140: la cual publicó el P. Don Jaime Pascual en su Obispado de Pallás.

Otra noticia del mismo Legado hay en la institución de la canónica de San Pedro Cercada de 17 de diciembre de 1139, en la cual suscribió también nuestro Obispo Arnaldo sin dictado de electo. Acaso será la primera subscripción después que fue consagrado. Sin duda estaba en compañía del Legado, que lo consagró (V. Viaje a Gerona). 

Otra memoria no conocida de nuestro Prelado hay en el archivo real, y es la donación que a 14 de septiembre del año III del Rey Luis el Joven (que es 1139) hizo con todo su Capítulo a la iglesia de Santa María de Estañ, y a su Prior Guillermo, de la iglesia S. Stephani de ipsa garriga (de ahí el apellido Çagarriga) y sus sufragáneas, ecclesiam videlicet Sancti Petri de valle Charchara, et ecclesiam S. Cristophori de Munt degues, et ecclesiam S. Pauli de Munt man, et ecclesiam S. Gervasii ... salvo jure et reverentia Barchin. Episcopi et Sedis. Retinemus nanque in praedicta ecclesia S. Stephani ipsam sinodum. También hay otra memoria de haber consagrado este Prelado la iglesia de San Julián de Alfoz en 1142 (a: Ap. núm. L.). Del mismo año 1142, a 15 de diciembre, existe original en Solsona la donación que hizo a aquella iglesia de una casa en Barcelona (anno VI. regni Lodoyci junioris, XVIII. kal. januarii). Acostumbraban los Prelados de aquellos tiempos visitar los santos lugares de Jerusalem y de Roma. Con este deseo ordenó el nuestro su testamento pocos días después, a 22 de diciembre del año VI de Luis el Joven, que es 1142 (b: Ap. núm. LI.), y emprendió poco después su viaje hacia Jerusalem: mas no pudo llegar allá, y murió en Roma en marzo del año siguiente. Consta de la publicación del testamento que se hizo a 7 de noviembre de 1143. La cual he visto en el libro 1.° antiguo (folio 237). En ella, referido su testamento, se lee: Deinde vadens versus Jerosoliman apud Romam discessit ab hoc saeculo in mense martii anno praescripto. He copiado el testamento, donde se ve que tenía dos hermanos Ponce y Berenguer, al último de los cuales instituye albacea: manda a su iglesia meas libros, dice, qui in eadem ecclesia sunt bibliothecam quam feci scribere et alios. Omito de este Prelado (y lo mismo haré en todos los siguientes) las noticias de sus subscripciones, y otras memorias menos importantes, cuando sólo sirven para probar su existencia. 

Después de este Prelado cuenta Aymerich por sucesor a un Don Pedro, fundándose en que en la donación que hizo el Conde Don Ramón a los Templarios en Gerona el año 1143, y publicó Baluzio en la Marca Hispan., se halla la firma de S. Petri Barchin. Episcopi. Mucho extrañé esta especie, viendo que Zurita y más Diago, que traduce este documento en la Historia de los Condes, lib. II, cap. 146, con expresión de todos los testigos, callaron el nombre de este Obispo. Mas ¿cómo le habían de poner, si no se halla tal cosa en el original ni en las varias copias de él, que están en el archivo real y en el de la religión de San Juan? He visto estos documentos con cuidado y los he hecho ver a otros, y allí están para desengaño de cualquiera. La equivocación está en que Marca, que copió por su orden las firmas, puso S. Petri Barchinon. Episcopi, donde no se lee sino S. Petri Barch. Archilevitae. Y efectivamente era Pedro Arcediano de Barcelona en 1139, que firmó en el decreto de elección de Don Arnaldo, y lo era también en 1144, como diré luego en el sucesor Don Guillermo. Así que, pues no hubo otro fundamento para introducir este Obispo más que el documento citado, no hallándose en él, como no se halla, no lo cuento en mi catálogo, y pongo por inmediato sucesor de Don Arnaldo a 

Don Guillermo de Torroja, persona de gran consideración en aquellos tiempos. Ignórase su patria y los puestos que ocupó antes de esta dignidad. En algunos instrumentos que he visto de los años 1160 suenan dos hermanos suyos, Arnaldo, Maestro de la orden del Templo, y Raymundo, uno de los nobles de este principado. En el testamento de este último, que es del año sobredicho, firma nuestro Prelado. Sobre las memorias que de él produce Aymerich he podido hallar otras más importantes para su nombre y para la historia. La primera es la dedicación y consagración de la iglesia de San Martín de Cerdeñola en el condado de Barcelona, que hizo a 6 de las kalendas de marzo de 1144, acompañado de sus canónigos Pedro, Archilevita, Pedro, Primicerio, Raimundo, presbítero y juez, y Pedro, Sacrista y también de Armengol, Abad de San Cucufat. Todos estos juntos con el Conde Don Ramón, Raimundo de Cerdeñola y otros nobles, firman en el documento que he visto en esta catedral, ignorado de Aymerich. En él, además de confirmar a dicha iglesia su antigua dotación y de concederle el espacio acostumbrado triginta ecclesiasticorum passuum al rededor, la sujetaron a la Sede de Barcelona, obligándola a pagar anualmente per censum inter duos sinodos quinquaginta duos denarios monetae curribilis. De estos dos sínodos anuales hay otra memoria en la donación que Don Guillermo con su Capítulo hizo a 13 de agosto de 1149 de la iglesia de San Julián de Lisano superiori (vulgo Llisa de munt) a la iglesia de San Miguel de Fallio Richerio, con tal que la de San Julián asistiese a los sínodos que se celebraban dos veces al año.

En el año 1148 (leo 4148), asistiendo él al Conde Don Ramón en el sitio de Tortosa, socorrió las necesidades del estado con cincuenta libras de plata, las cuales sacó del tesoro de su iglesia con consentimiento de su Cabildo y del Metropolitano Don Bernardo Tort. En cambio dio el Conde a su iglesia el lugar de Villa de cans con un molino. Hiciéronse estas escrituras a 15 de octubre del mismo año. Del 1149 es la donación que ya publicó Marca de la iglesia de Santa María de Marmella en el Panadés a la iglesia de San Rufo, para que introdujeran en ella la vida reglar, como se insinuó en las cartas anteriores. Hallose en la famosa cesión que Roberto, Príncipe de Tarragona, hizo a su Arzobispo Don Bernardo de las dos terceras partes de la ciudad, y con B. de Castellet fue nombrado fiador de la nueva contrata, y como tal firmó la declaración que sobre esto se hizo años adelante, y asistió a la sentencia que el Rey Don Alfonso pronunció contra dicho Roberto, cosas correspondientes a las Cartas de Tarragona, como también el privilegio del Conde sobre no ocupar los bienes de los Obispos que muriesen, lo cual había prometido a nuestro Obispo estando para emprender la conquista de Almería; sino que la realización de este voto unos lo ponen en el año 1150, otros lo alargan diez más; y las copias que he visto hasta ahora no están conformes en la fecha. Pero no hay duda que fue en 1150, que es cuando vivían todos los Obispos que allí se nombran, de los cuales ya faltaba el de Gerona en 1160. El mismo año 1150 asistió a la dedicación de la iglesia de San Juan de Ripoll. También se halló en la del monasterio Arulense, obispado de Elna en 1158, y en la de Santa María de Solsona en 1163, obispado de Urgel, como se verá en su lugar. De este último año es la fundación de la canónica Agustiniana de San Vicente de Garraf, hecha por el Rey Don Alfonso II, la cual su sucesor Alfonso V unió después a la de Santa Ana de esta ciudad, como se dirá otro día.

Dos cosas recomiendan mucho, el crédito en que vivió, y la estimación en que le tuvieron los Príncipes. Una es la elección que hizo de él con algunos otros, la Reina doña Petronila para ejecutor del testamento que otorgó hallándose próxima al parto, de que nació el Rey Don Alfonso II; y otra y más principal y poco sabida, es la que yo descubrí en Tortosa, a cuya iglesia concedió nuestro Obispo la de Ascho (Ascó), y esto como vicegerente del difunto Conde Don Ramón, a 17 de febrero de 1162, que es nuestro 1163; en lo cual me remito a lo dicho allá y al documento que sobre ello se publicó. No fue menos estimado y favorecido de los Romanos Pontífices. Andaba por entonces el cisma que levantó el Anti-Papa Víctor, el cual favorecido del Emperador Barbarroja, trató de atraer a nuestro Obispo a su partido; sobre esto sé que se guarda en el archivo una carta que no he podido leer. Mas el Prelado se mantuvo siempre en la obediencia del verdadero Papa Alejandro III, y aun fue parte para que le reconociese el Conde Don Ramón, como lo confiesa el mismo Alejandro en la bula cuyo fragmento publicó Diago (Hist. de los Condes de Barcelona, lib. II, cap. 173). Otra prueba recibió del mismo Pontífice en la bula que le dirigió a 27 de mayo de 1169, confirmando las posesiones y territorio de su obispado, cuyos límites señala incluyendo las islas de Mallorca y Menorca. Va copia de ella (a: Ap. núm. LII.).

Deseando cortar el abuso que había por aquellos tiempos, de que los beneficios eclesiásticos se cedían por sus poseedores a otros, sin contar con sus patronos, impetró del mismo Papa un breve con facultad de compeler con censuras a los que sin licencia del Obispo hiciesen estas cesiones. Fue también uno de los fiadores del Obispo Don Lope, de Pamplona, en la composición que trató con el Conde Don Ramón Berenguer a 15 de enero de 1156 en Montpeller; cuento de que ya se habló en las Cartas de Tortosa. Hallose y firmó como testigo en la alianza que se estipuló en Ágreda entre Don Fernando II de León, intitulado Rex Hispanorum, y Don Alfonso de Aragón, hijo del último Conde de Barcelona Don Ramón, el cual casó entonces con Doña Sancha, hermana de dicho Don Fernando. Fue esto a 28 de septiembre de la era 1200 (año 1162). El documento que he visto en el archivo real trae también las firmas de Juan, Arzobispo de Toledo, Pedro, Obispo de Mondoñedo, Ordoño, de Salamanca, Celebruno, de Sigüenza, Juan, de Osma, Bernardo, Arzobispo de Tarragona, Pedro, de Zaragoza, Martín, de Tarazona, y de los nobles de ambos reinos que dirá la copia adjunta (a: Ap. núm. LIII.). Es notable este documento, porque en él ya nuestro Don Alfonso II se llamó con este nombre dejado el de Ramón, y se intituló Rey de Aragón; dos cosas que algunos escritores atrasan hasta el 14 de junio de 1163, cuando su madre Doña Petronila le hizo cesión de los estados y de su gobierno. En esto es también notable el juramento de obediencia que hicieron al mismo los de Barcelona VI cal. martii anno ab Incarnatione 1162, que corresponde a 24 de febrero de 1163 en que ya le llaman Rey y Alfonso, tres meses y medio antes de la época supuesta de 14 de junio.

Volviendo ahora a nuestro Obispo, en 1167 a 18 de noviembre, con aprobación de Don Hugo de Cervelló su Metropolitano y Sacrista de Barcelona, incorporó en la canónica de su catedral (lo cual se llamaba canonicare), los altares del Santo Sepulcro, de San Juan Bautista y Evangelista, de San Pedro, de San Nicolás, de San Esteban y San Silvestre; con lo cual los que obtenían aquellos beneficios percibían porción canonical y estaban obligados a vivir según la forma canónica. Aprobó todo esto el Papa Alejandro III por su breve que hallarás en Martene (Anecdot. tom. IV. col 600). Firmó como testigo en la concordia que se estipuló entre Don Alfonso II de Aragón, y Lope o Lobo, Rey Moro de Valencia, en la cual pagó este a Don Alfonso 25.000 morabatines.

Fue esto a 3 de noviembre de 1168. He copiado la escritura en el mismo archivo (a: Ap. núm. LIV.). Muerto violentamente Don Hugo de Cervelló, Arzobispo de Tarragona, fue electo su sucesor, conforme se dice en su lugar. No creo que se pueda hacer elogio más completo de nuestro Prelado, que el haber sido tenido por digno de ocupar aquella metrópoli en circunstancias de tanta turbación. Le sucedió en esta silla

Don Bernardo de Berga, apellido con que le nombran los instrumentos del siglo XIII acordando algunos actos judiciales hechos por él. Era Arcediano de esta iglesia, como consta del decreto de elección dirigido por el clero de la misma a Don Guillermo de Torroja, Arzobispo de Tarragona y Legado de la Sede Apostólica, a 25 de junio de 1172 que va también en nombre del pueblo, y en él dicen que procedieron los Capitulares a la elección antiquae libertatis nostrae consuetudinem sequentes, ad petitionem plebis. Debió ser elegido en el mismo mes de junio, y sin duda en el día de la fecha. Las suscriciones y demás que hay que notar en esto, lo dirá la copia adjunta del documento. (a: Ap. núm. LV.). No sé qué pudo dilatar su consagración hasta después del día 19 de agosto del mismo año, en el cual le hizo el Rey Don Alfonso cierta donación y todavía le llama electo. En 1176 confirmó el Papa Alejandro III los bienes y posesiones de la iglesia, en los mismos términos que lo hizo con su antecesor Don Guillermo. En 1179 se halló en el famoso concilio Lateranense de Alejandro III. En 1182 a 25 de noviembre, consagró el altar de San Andrés en Galilea en la entrada de la iglesia con asistencia del Obispo de Vique. Esta palabra Galilea era propia de una parte del edificio material de la iglesia. Campillo (Disquisit. methodi in app. pág. 64) publicó la institución de un beneficio en 1173 en el mismo altar de San Andrés quod construitur in opere novo quod ad praesens Galilea apellatur. Era esta parte junto a las puertas de la iglesia in introitu Sedis, y aun delante de sus puertas, porque en el testamento del canónigo Guillermo Tarafa en 1319, se lee según Campillo: Eligo sepulturam meam in cimiterio Sedis Barcin. in tumulo ubi jacent … in Galilea ante valvas, sive portas maiores dictae eclesiae Sedis. De lo que puede también inferirse que se llamaba Galilea el cementerio antiguo que todavía existía con las puertas de la iglesia vieja en 1319, a pesar de haberse ya comenzado la nueva fábrica. Con esto cuadra bien el cimiterium Galileae que había en la parroquia de Santiago en esta ciudad en 1303 en que el Obispo Don Ponce concede a un beneficio la casa y alrededores usque parietem novum qui est inter praedictum cimiterium Galileae, et cimiterium maius dictae ecclesiae. Y como en esta iglesia de Santiago persevere todavía el cementerio en el atrio o lonja que hay delante de la iglesia, puédese muy bien inferir que Galilea no significaba otra cosa, que el atrio de la iglesia. 

Volviendo ahora a nuestro Prelado el Papa Lucio III le escribió mandándole observar el estatuto del concilio general sobre las elecciones a maiori et saniori parte Capituli. Dat. Veronae 29 de mayo de 1185. El año siguiente a 29 de diciembre se erigió en la catedral altar en honor de Santo Tomás Cantuariense a los quince años de su martirio. Todavía vivía a 16 de agosto de 1188, como consta de una escritura de venta en el archivo, pero murió dentro de aquel año, como dice un Cronicón Ripollense. A estos años pertenece la venida a esta iglesia del Cardenal Gregorio, Legado del Papa, cuya noticia daremos más adelante en el año 1210. Así es que a 10 de octubre de 1189 ya suena Obispo el sucesor 

Don Raimundo, como consta de una escritura de venta que extractó en sus índices el padre Caresmar. En 1192, XIII. kal. octob., el Obispo Raimundo de Barcelona, de consentimiento del capellán de San Andrés, vendió unas casas en Lérida. (Arch. de la catedral de Lérida). Ignórase el apellido y patria de este Prelado, y también el año preciso de su muerte. El padre Aymerich confiesa que hay memorias del Obispo Don Raimundo hasta el año 1197. Mas dice que hay un documento del año 1193 en que era Obispo 

Don Ponce del Villar (o Desvillar), y es la dedicación de la iglesia de San Feliu de Codines, verificada a 5 de octubre de 1193, quince días después de la fecha de la escritura que la refiere, que es dada ann. XIV. Philippi Augusti, Regis Francorum XII. kal. octobris. Nulidad singular que no se salva, si no suponemos yerro o equivocación en el notario. Mientras nada se descubra de esto, quede este Obispo en posesión de su Silla por espacio de dos años, y como tuvo por antecesor a Don Raimundo, désele también otro

Don Raymundo, y sea este el llamado de Castellvell por Diago, el cual viviese hasta el año 1200. Nada he descubierto hasta ahora de estos tres Prelados, y así dejo la cosa en la misma oscuridad en que la dejó Aymerich. Es cierto que un Obispo Raimundo se halló presente al decreto que promulgó Don Pedro II de Aragón contra los Waldenses en 1197, el cual hallarás en la Marca Hispan., y también suena en una escritura de venta de 10 de octubre de 1199. No son muy claros los sucesos de los dos pontificados siguientes, en los cuales apenas se sabe la existencia de los Obispos. Tal es el de

Don Berenguer de Palou, el cual es sin duda el Berengarius de Palatiolo, canónigo de esta iglesia, que firma en el decreto de elección del Obispo Don Bernardo de Berga de 1172, y el que en 1197 recibió de la iglesia algunos códices de la Biblia, prometiendo glosarlos. Es cierto que a 15 de octubre del año 1200 era ya Obispo, y como tal instituye con el Capítulo la fiesta de San Dionisio y compañeros mártires, como consta en el archivo. Otras memorias quedan de su existencia hasta el año 1203, y nada más se sabe ya sino que debió morir en el siguiente o poco más, si es verdad lo que dice Diago (Hist. Comit. Barc. lib. II, cap, 20), que en 1207 había aquí un Obispo Aecio. Mas sin duda fue yerro del impresor, puesto que en el libro III, cap. VIII, claramente dice que a Don Berenguer de Palou sucedió

Don Pedro de Sirach o Cirach, Prior del Santo Sepulcro en esta ciudad, del cual he visto algunas memorias desde el 29 de diciembre de 1208 hasta el día 10 de septiembre del año 1211, y se sabe el fin de su vida por el Cronicón de Mascaró que dice así: Anno Domini M.CCXI. VII. kal. decembris fuit interfectus Petrus de Ciracho, Episcopus Barchinonensis à gva. (Gava, Guava o Gara). Prefiero la primera y última de estas lecturas. Gava o Gara significa batalla o correría de Moros armados, y es la raíz de la palabra Almogávares, que después se adoptó en este principado para ciertas compañías de soldados. Don José Antonio Conde, bien conocido por su pericia en el idioma árabe, dice en la traducción de la Geografía del Nubiense, pág. 208, “Almogawarines, Moros así llamados, como si dijéramos, los valientes en las algaras o correrías bélicas.” Decir, pues, que este Obispo interfectus fuit à gava o gara, es lo mismo que decir que lo mataron los Moros en una de sus correrías. Cuadra con esta interpretación un Episcopologio manuscrito que existe en la biblioteca de San Cugat del Vallés, y sólo alcanza a la mitad del siglo XIV. Dice de nuestro Obispo que fue muerto a Sarracenis in praelio. El Necrologio de Santa Anna de Barcelona dice: XII. kal. dec. ob. Petrus de Sidrac, Episcopus Barchinone, canonicus regularis, anno. M.CC.XI. Queda de este tiempo el decreto del Rey Don Pedro, hecho a instancia del Arzobispo de Tarragona, contra los que no observaban las excomuniones impuestas. De este breve pontificado hallé en el monasterio de Ripoll (Archivo de la camarería) una memoria que no es para omitida. Pleiteaba nuestro Obispo con el camarero de aquella casa, Ramón de Bach, sobre la pertenencia de un huerto, sito bajo su palacio episcopal al norte, el cual el Abad de Ripoll había concedido de por vida al Obispo Guillermo de Torroja. La sentencia fue pronunciada a favor de aquel monasterio por el Obispo de Vique Don Guillermo de Tavartet y su tío Pedro de Tavartet, Sacrista de la misma iglesia, como jueces apostólicos, día 3 de junio de 1210. A la sentencia que existe original en aquel archivo acompaña una sumaria o declaración de testigos, hecha el mismo año, en la cual es notable lo siguiente: "R. Abbas S. Benedicti (Raimundo, Abad de San Benito de Bages) iuratus dixit se vidisse et audisse, et interfuisse quadam die dominica, quod Gregorius, Cardinalis ecclesiae Romanae intravit in palatium Barchinon. Episcopi, et cum fuit intus, dictus Episcopus sublato quodam lapide per se, dixit ei: Domine videatis foramen istud per quod ascendet fumus in palatium. Et Cardinalis dixit ei, quod magna malitia esset. Et postea ipsemet Episcopus aperuit quasdam fenestras, quae sunt versus circium (cierzo), et dixit: videatis quia non possum spuere, nisi in locum istum quem Camerarius Rivipulli a me petit, et volo eis dare pro re ipsa permutationem. Et Camerarius respondit: Domine reddatis nobis nostrum honorem. Sequenti vero die martis dictus Cardinalis sedens iusta altare Sanctae Crucis, vocavit Episcopum Gerundensem, scilicet R. (Raimundo Orufall), et Episcopum Vicensem, scilicet, R. (Raimundo de Castellterzol) etc. Sigue diciendo como el Cardenal tomó de dichos Obispos otras informaciones, y al fin pronunció esta sentencia: 

Et ego ex parte Dei omnipotentis mitto et reduco domum Rivipull. ecclesiae in posesione illius honoris. El testigo añade que esto había pasado más hacía de diez y seis años.

Aquí tenemos la noticia de la venida a esta iglesia del Cardenal Gregorio, el cual tendría el carácter de Legado, como lo indica la fórmula ex parte Dei Omnipotentis con que juzgó en aquella contienda. Si esto fue más de diez y seis años antes del de 1210, diremos que la venida del Cardenal fue antes del de 1194; y como esto debe ajustarse con la existencia en Barcelona del Obispo de Vique Raimundo de Castellterzol, que lo fue desde el año 1186 hasta 1194, y con la del de Gerona Raimundo Orufall, que lo fue desde 1172 hasta 1199, debe fijarse la venida del Cardenal a Barcelona desde 1186 al 1194.

Más claras son las noticias que quedan del siguiente Prelado, que fue de los más insignes en su estado moderno, a saber: 

Don Berenguer de Palou, a quien Tarafa hace sobrino del otro Berenguer, su predecesor, y que XIII. kal. junii anno M.CC.XII prestó su obediencia canónica al Arzobispo de Tarragona. Prelado ilustre en paz y en guerra, y que no manejó con menos ardor la espada contra los Moros, que el báculo pastoral contra la corrupción de los vicios. Estas dos cosas hicieron su pontificado el más distinguido de los de esta iglesia, así por su duración, como por los grandes negocios en que él anduvo, y otros que sucedieron en su tiempo, que forman época en lo eclesiástico y civil, los cuales iré notando con brevedad por no hacer inmenso este artículo. La primera operación brillante de él fue acompañar al Rey Don Pedro II en la famosa expedición de Úbeda en 1212 (Navas de Tolosa), donde, en premio de su valor y servicios, le dio el Rey la heredad llamada de Soler (Solario), con esta fecha: Dat. in exercitu juxta Calatravam ea capta per Dei gratiam a Christianis, nonis julii ann. M.CCXII. Del mismo año es la deliberación de escribir las Constituciones de esta iglesia, como antes, al parecer, se gobernasen por leyes no escritas; así lo indican las Constituciones del Patriarca Don Francisco Clemente, que envié. Del 1214 es la fundación que hizo del monasterio de religiosas de Junqueras, de la orden de San Benito, en la parroquia de San Vicente de ese nombre en el Vallés, cerca de Barcelona. Fue la fundadora y primera Priora María de Terraza, a quien, a más de la sujeción al ordinario, le impuso la obligación de acudir al sínodo general del Obispo, y de observar lo que en él se le mandara. En 1233 el Obispo unió este convento a la orden de la Fé y de la Paz (a: Sobre esta orden de caballería de la Fé y de la Paz, vid. Histoire des Ordr. monast., etc., tom. VIII.); y andando el tiempo pasó a la orden de Santiago, y se trasladó a Barcelona. Por este tiempo vino a esta ciudad San Francisco de Asís y vivió en el hospital llamado de San Nicolás, donde después se fundó el monasterio de su orden. Del 1219 es la fundación de los PP. Dominicos, a los cuales trajo este Prelado desde Bolonia, y dio lugar en la casa del ciudadano Pedro Gruñ, junto al Call o Judería, en la parroquia de Santiago. Esta casa posee hoy Don Domingo Vardier, capitán agregado a esta plaza, a quien merecí que me dejase escudriñar las reliquias que quedan de aquella fundación. Las principales son las paredes de la iglesia, que dan hoy a su jardín, con tres claraboyas o ventanas al modo de aquel tiempo, y a la puerta de la casa una imagen del Padre Santo Domingo con el hábito antiguo, y al pie el escudo de armas del Obispo Don Berenguer con un casilicio, que es del gusto de aquel tiempo, y puesto allí cuando se trasladaron los religiosos a la casa nueva, que fue a poco tiempo de esta fundación. El Papa Honorio III concedió al Obispo y su iglesia no poder ser visitada, aun por comisión Apostólica, sino cuando la mayor parte del Capítulo impetrase y pidiese la visita. El breve es fecho Alatri XVII. kal. jul. pontificatus ann. VI. (1222). En 1227 instituyó las octavas solemnes en la fiesta de San Vicente Mártir, cosa que no se puede acordar sin llenarse de sentimiento, que así haya decaído en España la solemnidad de la fiesta de tan insigne Español. El año 1229 fue muy notable para esta iglesia y reino. El Papa Gregorio IX había enviado por su Legado a Juan, Obispo Sabinense, el cual tuvo su concilio en Lérida a 29 de marzo, en que hizo las Constituciones que empiezan: Animarum languoribus, etc, ya publicadas por Mansi en sus adiciones a Labbé, las cuales he vuelto yo a copiar de un códice de los PP. Agustinos de esta ciudad, mucho más completas y casi duplicadas. También he copiado otra Constitución del mismo Legado, despachada a la provincia en Martorell a 10 de septiembre del mismo año, sobre la reforma de parroquias, restauración de los monasterios de monjes negros, y matrimonios en grado prohibido. Seguidamente formó el Cardenal las ordinaciones pro ecclesia Barcinonensi, que ya envié, y son el resultado de la visita que en ella hizo, con las cuales quedó fijado el estado y disciplina de esta iglesia. Sobre las fundaciones ya dichas abrazó nuestro Obispo y protegió la de las religiosas de San Francisco que Santa Clara envió a Barcelona, cediéndolas en 1233 la capilla de San Antonio, construida donde ahora es la ciudadela. Llamáronse aquí por muchos siglos estas monjas de San Damián por el convento que tuvo en Asís Santa Clara. Notorio es también la parte que tuvo en la fundación del orden de nuestra Señora de la Merced. 

Mientras así se ordenaba la parte espiritual, se hallaba nuestro Prelado ocupado en la conquista de Mallorca con su Rey Don Jaime I, donde hizo servicios importantes que describen los historiadores, singularmente el P. Marsilio. Allí perdió en un choque la mitad de un pie, y verificada la conquista recibió algunas donaciones del Rey, a quien pidió la posesión de aquella iglesia, como concedida por el Papa Alejandro III, en la bula dirigida a su antecesor Don Guillermo de Torroja. Mas por derecho que tuviera a gobernarla, cedió el Prelado a la necesidad en que por su situación se hallaba aquella isla de tener Obispo propio. Hízose concordia de que el primer Obispo lo eligiese el Rey, y en lo sucesivo fuese electo por el Obispo y Capítulo de Barcelona. La escritura se firmó en Poblet a 8 de noviembre de 1230. Esto dice Marca, mas téngolo por falso. Con igual valor y fidelidad asistió al Rey en la conquista de Valencia, y en premio de sus relevantes prendas, le honró con el cargo de canciller del Reino. Así consta del tratado que firmó el Rey con el de Valencia, Zaen, y de los pactos de su rendición. Documento que no vendrá mal para ilustrar y fijar de todo punto la época de la rendición de aquella ciudad (a: Ap. núm. LVI.). También consta esto mismo del testamento de Don Jaime I, o sea la división de sus dominios entre sus hijos, hecha en Barcelona a 1 de enero de 1241, la cual he copiado de este archivo general (b: Ap. núm. LVII.).

Debo repetir aquí lo que digo en el viaje de Tarragona, que muerto su Arzobispo Don Sparago, el Capítulo eligió por sucesor a nuestro Don Berenguer, y que el Papa no aprobó esta elección por lo necesaria que era su persona en esta ciudad de Barcelona. Así consta del breve que existe en el archivo de aquella iglesia metropolitana, con fecha de 13 de febrero del año VII de su pontificado, que corresponde al de 1234. También el mismo Obispo protestó la elección de Tarragona, por no haberle convocado. Murió nuestro Prelado lleno de gloria el año de 1241, día 1 de septiembre, habiendo hecho testamento a 20 de agosto antecedente, al cual asistió San Raimundo de Peñafort. Yace en la capilla de San Miguel en un buen sepulcro de piedra, sostenido sobre el pavimento por cuatro columnas en el cóncavo de la pared, y con una estatua de pontifical tendida sobre él. La inscripción, que es cercana a aquel tiempo, está recién dorada, pero se lee bien y dice así:

Anno Domini M.CC.XL primo kals. septembris obiit Berengarius de Patiolo (Palatiolo) secundus. Barchin. Episcopus.

Laudibus inmensis hic Praesul Barchinonensis

Fulsit in hoc mundo; sic fulgeat orbe secundo.

Mane duadenos hic omni pascit egenos:

Fecit et hanc edem, ditavit et hanc bene Sedem.

Post haec in fine Damiani seu Caterinae

Hac captivorum domum fecitque Minorum.

Sepius hic cetum duxit contra Machumetum.

De nece commota fuit hac Ispania tota, 

Et nos grex eius, dum tanto patre caremus,

Qui nos dilexit, et cum dulcedine rexit,

Dans lac, non escam; jam plura referre quiescam.

Sic dispensavit, quod adhuc reliquos superavit.

Adsit ei flamen: dic qui versus legis. Amen.


En la vacante presidió el sínodo diocesano el Arzobispo de Tarragona Don Pedro Albalat, el cual he visto, y en su principio dice, que era sínodo y no concilio provincial. En él hay excelentes constituciones sobre sacramentos, vida clerical, etc. No tardaron los canónigos en elegirle sucesor, y de 32 vocales, los siete votaron por Fr. Berenguer de Castellbisbal, Dominico, Prior entonces de Santa Catalina, y veintidós eligieron a Pedro, Sacrista de la misma iglesia (a: El decreto de esta elección está original en Tarragona y firmado X cal. octobris 1241 con las firmas de todos los electores.), el cual de ningún modo quiso consentir en la elección, porque ya mucho tiempo tenía hecho voto de entrar en la religión de Santo Domingo. Mas no cediendo los electores, e instando por su parte el Rey y los nobles del país, tuvo que descubrir a su Metropolitano Don Pedro de Albalat la verdadera causa de su resistencia, rogándole que recurriese al Papa para la resolución. Hízose así; mas por desgracia se dirigieron estas súplicas al Papa Gregorio IX antes de llegar acá la noticia de su muerte. Tampoco despachó el negocio el sucesor Celestino IV. Finalmente, el Capítulo ignorante todavía del voto del electo, reiteró la súplica a Inocencio IV por medio de sus enviados G. Durfort, Chantre, Arnaldo de Gurb, canónigo, y Bernardo de Pereras, clérigo, y el Papa mandó al Arzobispo de Tarragona que procediese a confirmar el electo, con la precisa condición de que cumpliese antes su voto en secreto, si quería, pero en presencia del Arzobispo y dos religiosos de la orden de Predicadores. Hízose así el día 15 de octubre de 1243 en el monasterio de San Cucufat en presencia de San Raimundo de Peñafort, y Fr. Ponce de Villanova. Hecha la profesión llamó el electo al Capítulo, y descubriéndoles lo que hasta entonces había estado oculto, les dijo entre otras cosas: Si vobis placet, eligatis vobis alium: quia semper ero vobis adjutor in quibuscumque potero secundum ordinem meum. A lo cual respondieron: talem volumus vos habere, talem volumus vos habere. De esta manera fue consagrado


Don Fr. Pedro de Centelles, hecho ya religioso de la orden de Santo Domingo. Todo lo cual consta del proceso que existe en Tarragona y copié para este lance (a: Ap. núm. LVIII.): el cual si viera Diago, no dijera que tomó el hábito después de ser Obispo. A este escritor debemos la noticia, que los padres de nuestro Obispo Gilaberto de Centelles y Saurina le habían ofrecido siendo niño, por canónigo a la catedral de Barcelona, a 10 de junio de 1198, dándole en dote una heredad en la parroquia de San Quirico de Terraza. Esta era la costumbre de aquellos tiempos. III nonas januarii 1243, prestó su obediencia canónica a Tarragona. Firma Fr. Petrus Barchin. Episcopus. De los primeros meses de su pontificado nos queda un sínodo tenido a 1 de marzo de 1243. (Según nuestra cuenta 1244). En él, después de mandar la observancia de las constituciones del Cardenal Sabinense, y de los concilios Tarraconenses, manda que los que llevan corona clerical no se vistan vestibus catabriatis, ni críen cabellera; que los clérigos no ejerzan el oficio de abogado, y que los enfermos llamen primero al médico espiritual que al corporal, exhortando a estos que no se encarguen de la curación hasta que les conste que el enfermo ha confesado sus culpas. Durando todavía la costumbre de congregarse dos sínodos en un año, tuvo otro a 6 del inmediato noviembre, en el cual hay varias ordinaciones contra los clérigos jugadores, cazadores, abogados, comerciantes, no residentes en sus beneficios, y reos de otros crímenes: en el mismo mandó, bajo pena de excomunión, que los adultos de 18 años sean obligados a los ayunos de cuaresma y fuera de ella. Más sínodos debió celebrar; pero han tenido la suerte que otros de esta iglesia que están todavía desconocidos y guardados con envidia para tiempos más felices. De estos dos va copia ya que los he hallado en un códice de la biblioteca del Carmen descalzo (a: Ap. núms. LIX y LX.). 

En las copias que tengo de los concilios provinciales de su tiempo, consta que se halló en los de 1244, 1246, 1248, 1249 y 1250. En el tercero de ellos contribuyó a que se concediese por todo el concilio al Rey para la guerra contra infieles, la vigésima de los frutos de todas las iglesias correspondiente al año 1249, sobre lo que ya habían concedido del año anterior. He copiado este documento que tiene la ventaja de expresar los nombres de los principales que asistieron al concilio. Su fecha es de 7 de marzo de 1248. En él firma nuestro Obispo en cuarto lugar (a: Ap. núm. LXI.). Hállase también de su tiempo un breve del Papa Inocencio IV, concediendo 40 días de indulgencia a favor de los que visitaren la catedral en las fiestas de Santa Eulalia y de su traslación. He visto el breve, fecho en Lyon a 23 de diciembre de 1246. En 1251 a 26 de marzo, firmó como testigo en la donación que el Rey Don Jaime I hizo a su hijo Don Pedro de los condados de Barcelona, Tarragona, Gerona, Besalú, Vique, Rosellón, Cerdaña, Conflent, Vallespir, Urgel, Ribagorza y Pallars con las ciudades de Lérida y Tortosa, y suscribe con el dictado de Fr. P. como lo usó constantemente (b: Ap. núm. LXII.). Poco antes de morir, a 4 de febrero de 1251 (52), le prestó obediencia el Abad de San Cucufat Don Pedro, que con largo pleito había pretendido estar exento de su jurisdicción. Hizo su testamento a 23 de marzo de 1251 (a: Ap. núm. LXIII.), (que según el constante uso de aquellos tiempos es nuestro 1252), cuando ya se hallaba gravemente enfermo, el cual se halla en el archivo de mi convento de Santa Catarina junto con la confirmación del Rey que mandó su ejecución, conforme se acostumbraba, a 24 de abril siguiente, en cuyo tiempo medio es fuerza fijar su muerte; y así debe seguirse la cuenta de los libros de aniversarios y necrologios de la iglesia, que la ponen a 28 de marzo, mayormente constando que a 1 de abril fue instituido Vicario general Don Arnaldo de Gurb, Arcediano, cuya dignidad 

estaba en posesión de obtener este oficio, como lo obtuvo Bernardo de Villagranada, Arcediano en la muerte de Don Berenguer de Palou. El Cabildo cedió por esta vez y se eligieron jueces que declarasen este derecho. Entre tanto fue electo Obispo el sobredicho 


Don Arnaldo de Gurb, inmediato sucesor de Don Fr. Pedro Centelles, debiéndose excluir el Alberto que Baluzio nos regaló en un documento de 1257, interpretando la inicial A. por Albertus. Más atrás queda ya otra prueba de semejante equivocación en la Marc. Hispan. Era como se ha dicho este Don Arnaldo, Arcediano de esta iglesia, y fue electo a poco después de la muerte del antecesor. Dei libro antiguo de aniversarios de esta iglesia, consta que su padre se llamó Raimundo de Gurb, y su madre Adalaida, y que tuvo un hermano llamado Bernardo de Gurb, y una hermana dicha Saurina de Vilar. La primera memoria que hallo de él, ya Obispo, es la donación que le hizo Don Jaime I de ciertas casas en Valencia a 3 de marzo de 1253 (1254). De allí a dos años, es a saber, a 29 de enero de 1256, dotó y ordenó el monasterio de religiosas de Montealegre en la parroquia de San Fausto de Cabañes, cerca de Barcelona, dándolas la regla de San Agustín y sujetándolas al ordinario. Después se trasladaron a Barcelona y duró hasta el siglo XVI. Del mismo año es una carta del Papa Inocencio IV, fecha en Génova a 29 de septiembre, año segundo de su pontificado, dirigida a Don Jaime I de Aragón; en que le dice que procedería a resolver sobre lo que se le proponía contra el Obispo de Barcelona, siempre que hubiese acusador legítimo. Nada más dice y nos deja en la oscuridad consiguiente por no haberse hallado otra memoria hasta ahora que aluda a esto. La carta existe en el archivo real de esta ciudad. De este Prelado existen algunas Constituciones de los años 1255, 77 y 80, las cuales publicó Martene (Anecdot., tom. IV. col. 605). En el año 1258 desempeñó la honrosa 

embajada que le encargó el Rey Don Jaime, junto con Guillermo, Prior de Santa María de Cornella (Cornellá), y Guillermo de Rocafull, Lugar-teniente en Mompeller, para San Luis Rey de Francia, sobre el matrimonio de su hijo Don Felipe con Doña Isabel, hija del de Aragón. 

Firmó como procurador el tratado, reducido a que se entregaría la novia luego que cumpliese los doce años de edad, y que el Rey Don Jaime quedase obligado a procurar la dispensa del Papa. Item: que el Infante Don Felipe le daría en dote la quinta parte de lo que le cedería el Rey su padre hasta que llegase a reinar, que entonces podría darle lo que quisiese. Del año 1265 queda la memoria curiosa de la parte que tuvo en la sentencia y absolución del famoso Rabino Gerundense Bonastrug de Porta. El cuento es largo, y de ello se habla en el Episcopologio de la iglesia de Gerona como en su propio lugar. En 1269 trasladó las religiosas Cistercienses de Valdonzella (o como decían Valldonela) desde Valvidrera al lugar que hoy tienen en esta ciudad. He visto en el archivo real varios documentos relativos a la nueva casa, que se comenzó a edificar en 1263, y de allí a seis años ya se habitó, y el Obispo consagró su iglesia a 27 de octubre. Algunos años después, es a saber, en 1272 a 5 de noviembre fue enviado por Don Jaime I al Rey de Francia por embajador para tratar y componer los negocios del Conde de Foix. Fueron con él embajadores el Maestre del Templo y G. Vizconde de Castellnou (a: En el archivo real de Aragón (Reg. XIII. Jacobi I, fol. 72) queda la memoria de los documentos que llevaron a esta embajada, que dice así: "Remembrança de les cartes que portaren lo Bisbe de Barcelona, el Maestre del Templo, et en G., Vezconte de Castelnou, quam anarem al Rey de França per lo feyt del Conte de Foix, nonas novemb. an. Domini 1272. Primerament portaren la cédula quel Senescalch de Foix trames al Seynnor Rey sobrel feit dels castels de Lordat, é de Montreals, é de Achs, é de Merenchs, é les letres daquel Senescalch. E la carta de la resposta que el Seynnor Rey feu de aqueles coses; la cual escrivi en Miguel de Malvoix, notario de Montpeler. Item portaren IIII. translats segelats ab segels del Bisbe de Magalona, é del Prior dels Preycadors, sobre los davanditz castels, etc.”) 

Es fácil inferir de lo dicho la confianza que de él y de su pericia tenían los Soberanos cuando le encargaban negocios de tanto peso. En 1274 a 29 de enero consagró el altar de Santa María en el monasterio de San Cucufate del Vallés a instancias de su Abad Pedro de Torrella. He visto copia de esta escritura en un misal antiguo de aquel monasterio. En 1277, a 7 de octubre, hizo concordia con el Rey Don Pedro III sobre el derecho llamado bovaticum (bovatge, bouage), que había exigido el Rey a 24 de febrero del mismo año. Fueron árbitros en esta concordia Don Jazperto de Botonac, Obispo de Valencia, G. de Rosanes, canónigo de Barcelona, y R. de Toylano, jurisperito de Gerona. Por curiosidad he copiado la carta de aquel impuesto, en que se ve lo que era y su calidad (a: Ap. núm. LXIV.). A 13 de abril de 1278 fue convocado por el Rey, que estaba en Valencia, para asistir a la sepultura de Don Jaime I en Poblet, debiendo para ello hallarse en Tarragona con todos los Prelados del reino tres semanas después de Pentecostés. En 1284, día 22 de mayo, suscribió a la sentencia del pleito que tenía con Ponce, Prepósito de Solsona, sobre la presentación de la rectoría de Castellet. Existe la escritura original en el archivo del Obispo de Solsona. Murió a 23 de septiembre de 1284. Tiene su entierro dentro de un arca de madera en el hueco de la pared de la capilla, que fundó y construyó a sus expensas cerca de la iglesia en la parte que mira al palacio episcopal, dedicada a Santa María y las Santas Vírgenes, como se lee en la confirmación real 

con que Don Jaime I aprobó su fundación y dotación, estando en Lérida a 21 de marzo de 1272 (1273). Por la serie cierta y continuada de estos 

tres últimos Obispos, se ve cuan infundada es la especie de haberlo sido de esta iglesia el Cardenal de mi orden Hugo de Sancto Caro o de Sancto Theodorico. Mucho mayor equivocación es tenerle por hijo de esta ciudad. Ambos artículos se ven sólidamente desmentidos en la Biblioteca de escritores de los padres Quetif y Echard; aunque en lo uno y lo otro es harta prueba de lo que digo el silencio que se observa en un libro manuscrito, fol. vit., del archivo de mi convento de esta ciudad, ordenado en Roma de orden del Cardenal Fr. Nicolás Rosell en 1357, donde hay varios catálogos de los varones ilustres de mi orden con expresión de patrias y honores, etc., y en el de los Cardenales nada se 

halla de lo dicho, lo que no ignoraría el Cardenal Rosell, que conoció bien este país y su historia. Lo que hay en el mismo archivo de dicho Cardenal Hugo es el opúsculo De misteriis missae, manuscrito del siglo XIII, y con toda propiedad un volumen. 

Volviendo ahora a tomar el hilo de nuestra narración en lo que falta de este siglo, están muy confusos todos los Episcopologios manuscritos e impresos. Porque unos ponen por sucesor de Don Arnaldo a Don Fray 

Bernardo Peregrí, otros colocan entre los dos otro Bernardo, que no se sabe quién es. Hay quien no admite elección ninguna de Obispo hasta el 1288, que fue la de Peregrí. Pues en los sucesores de este no hay menos 

confusión; porque muerto él en 1300, dicen que le siguió Don Ponce Desvillar, y tras él Don Gerardo de Gualba, y luego Don Ponce de Gualba. Yo tuve la fortuna de salir de estas dudas por haber hallado un documento, cuya apuntación vi por casualidad entre las del Señor Don Joseph Soler del Olmo, oidor de esta real audiencia. El documento se halla en el archivo real de Aragón, y es del año 1285 y escrito entonces (como se hacía con todos los demás y lo está indicando su escritura) en el Regest. 3, Infant. Alphonsi de ann. 1283 ad 1285, fol. 146. Del cual por su importancia me es preciso copiar aquí lo que hace al caso. Dice así: "Alfonsus, etc., dilectis suis G. de Rosanis, Marcho de Sancta Eugenia, Sacristae Barchin., Omberto de Lauro, Jacobo de Olerda, Bn. de Serriano, Michaeli de Palatiolo, magistro G. de Colell, Dalmacio de Marimundo, Raymundo de Nágera, canonicis ecclesiae Barchin., et 

omnibus aliis canonicis dictae ecclesiae Barchinonensis, qui venerabilem Geraldum de Gualba, Archidiaconum Barchin., quondam Barchinonensem Episcopum, et deinde ipso mortuo fratrem Bernardum Peregrini, ordinis fratrum Minorum, similiter in dictum Episcopum elegerunt salutem et dilectionem. Cum ex parte vestrorum omnium praedictorum canonicorum per Michaelem de Palatiolo requisiti fuerimus in choro Capituli Barchin. quod vobis securum ducatum dare ac concedere deberemus ad eundum apud Tarrachonam, et apud Constantinum,

ad causam quam ducitis coram Vener. Archiepiscopo Terrachon. contra Bernardum de Villafrancha, Camerarium Terrachonae, et electum in Episcopum Barchin., et contra Dompnum Ferrandum, Abbatem Montis 

Aragon. ac canonicum Barchin.: idcirco nos videntes postulationem vestram justam fuisse, ex parte Domini Regis et nostra damus et concedimus vobis et cuilibet vestrum …  securum ducatum, etc. Dat. Barchinae (Barchinonae), VI. nonas may, anno Domini millesimo CC. octogesimo quinto.” 

Con este solo pasaporte dado por el Infante Don Alfonso, hijo y lugarteniente de Don Pedro III, salimos a puerto de todas las dificultades presentes. Porque de él consta: primero, que Don Geraldo de Gualba, no fue sucesor, como dicen todos, sino antecesor de Don Fray Bernardo Peregrí: segundo, que este fue electo tres años antes de lo que se cree, 

esto es, en el de 1285, y no por Nicolao IV sino por el Capítulo: tercero, que esto fue en discordia con Don Bernardo de Villafranca, camarero de Tarragona: cuarto, que la causa se ventiló ante el Metropolitano, según la forma de la disciplina antigua: quinto, que la vacante que suponen desde la muerte de Don Arnaldo hasta la posesión de Don Fray Bernardo Peregrí, en todo caso nació de la sobredicha contestación, no de los ruidosos cuentos de la ocupación de Sicilia. En resolución, y vamos adelante con nuestro catálogo, a Don Arnaldo de Gurb sucedió, y muy pronto, es a saber, a fines del mismo año 1284, 


Don Geraldo de Gualba, Arcediano mayor de esta iglesia, electo por el Capítulo, siendo muy viejo, cuyo pontificado en este año es tan cierto como acabamos de ver, y tan breve que murió el día 7 de febrero, según nota un libro antiguo de aniversarios; y fue ciertamente el del 1285, pues a 2 de mayo del mismo año ya estaba electo por el Capítulo Don Fr. Bernardo Peregrí. 

Cortemos aquí esta narración y dejemos lo que falta para el correo que viene, A Dios. Barcelona, etc.