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sábado, 17 de diciembre de 2022

CARTA CVI. Episcopologio Rotense (hasta Guillermo Pérez)

CARTA CVI. 

Episcopologio Rotense (a: Sobre este catálogo véase el que publicaron los Diaristas de Madrid, lunes 29 de enero de 1787, núm. 213, en que hay algunos errores, singularmente el suponer que el Sanctus Raymundus de la inscripción sepulcral de la pilastra es San Ramón de Barbastro.)  

Mi querido hermano: Aunque el P. Don Jaime Pascual publicó el Episcopologio de Roda en la Disertación del de Pallás; mas como no todos disfrutan de esta obrita, que sólo se ha extendido en Cataluña, quiero repetir este trabajo, extractando ligeramente las memorias de aquellos Prelados, y añadiendo mis observaciones sobre algunos documentos que él publicó.

ATÓN

desde el año 939 hasta 955.

Ya quedó sentado en las cartas anteriores que la iglesia de Roda cuenta entre sus Prelados a Atón, según indica la inscripción trabajada en el siglo XII; y no habiendo memoria de Obispo de este nombre entre los sucesores de Odesindo, es fuerza tenerle por su antecesor y contarle por primer Prelado Rotense: puesto que no cabe tenerle por Obispo Palliarense, como se dijo. Era hijo de los Condes Raimundo y Ermesinda, y hermano de los Condes Isarno, Unifredo, Guillem y Odesindo, que le sucedió en el obispado. Las memorias que hay de él en los años sobredichos son ciertas, y se reducen a subscripciones y otras pruebas puras de su existencia en la ribera oriental de la Noguera de Ribagorza, toda la cual quedaba sujeta y lo estuvo hasta todo el siglo XII al obispado de Roda. Su muerte no debe fijarse en el ano 955, puesto que las del sucesor no comienzan en ese año como creyó el señor Pascual (pág. 80). 

ODESINDO O AUDISINDO

desde 957 hasta 975.

Así debe llamarse este Obispo, como le llaman todas las escrituras en que se expresa su nombre, no Odisendo. Y en cosas de esta clase no cabe libertad. Era hermano del antecesor Atón. Pascual produjo una memoria de él en el mes de mayo de 955, y es una sentencia dada a favor de Mirón, Abad de Lavax, año I de Lotario. Este sabio anticuario podía haber observado que el Cartoral de aquel monasterio, donde está copiada esta escritura, padece algunas equivocaciones en las fechas de los instrumentos, y que la de este es manifiesta, pues en ese año 955, 956, 957 y 958 no era Abad Mirón sino Quinto, como consta de seis o siete escrituras que deben prevalecer contra una. Mirón no suena constantemente hasta el 959 y siguientes; y así se ha de creer que esa sentencia, dada por el Obispo Odesindo, es de los años siguientes, en que es cierta la existencia de ambos personajes.

Con esto viene abajo la supuesta traslación de la Sede de Pallás a Roda, hecha por este Obispo; porque si él no lo era dos años antes de 957, es más verosímil que la nueva Sede de Roda fuese obra de su antecesor. Y aun cuando preexistiese a ese año 957, desde el primer día de su pontificado se intituló Obispo Rotense, según lo ya dicho.

Halló Odesindo la fábrica de su Catedral en estado de perfección y la dedicó a San Vicente Mártir, logrando que en 957 viniese a consagrarla y confirmar su solemne dotación Aimerico, Arzobispo de Narbona, como lo verás en la escritura que ya se envió, y de que ya se dijo en su lugar. Las memorias de la existencia de este Prelado llegan hasta el 975. Las más insignes de ellas son dos consagraciones de iglesias: una fue la de Santa María, San Miguel y San Vicente in loco qui nominatur vallis Axenis super flumen quod antiquitus vocabatur Calónica, nunc vero Esera (Ésera) vocatur, hecha en 960. La otra es la de San Esteban, llamado ahora del Mall, que habían construido el Conde Unifredo y su mujer Tota, verificada en 971. Va copiada esta curiosa escritura con la confirmación de la dotación de dicha iglesia, que hizo después el Obispo de Zaragoza Juan, porque importará examinar en adelante cierta especie que de ella infería el Sr. Pascual (a: Ap. núm. LXII.). Este anticuario no hizo hincapié en la expresión con que los Condes dan a esta iglesia totum ipsum alodem, qui fuit de Ezone traditore; que yo sospecho sea el traidor Conde Aizón de los tiempos de Ludovico Pío, aquel que destruyó Rotam civitatem. 

AIMERICO 

desde antes de 988 hasta después de 991.

La primera memoria de este Prelado es la consagración de la iglesia de San Pedro in comitatu Ripacorcense in civitate quae vocitatur Rota in loco que vochabulum est Lastonosa. Así habla la escritura original, donde por estar rota, falta el nombre del Obispo, mas es sin duda Aimerico. Su fecha entera es esta: anno DCCCC.L.XXXVIII. indictione VI. kal. julii, luna VIII. anno II. regnante Hucho (Hugo y variantes) Rege, secundum post transitum Leotharii. (Lotario)

Firmó también este Obispo el decreto de excomunión que el Obispo Salla, de Urgel, promulgó en 991 contra los que impedían a su iglesia los derechos que le correspondían en los condados de Berga y Cerdaña. De esto se dijo ya en el Episcopologio de Urgel, cuando envié los documentos tocantes a esta causa. 

JACOBO. 

Año 996.

Una sola memoria nos queda de este Prelado, y es la consagración de la iglesia de Guel, día 13 de diciembre de 996, como se ve en la escritura que se conserva original en este archivo. El hallarse esta iglesia situada a tan corta distancia de Roda prueba que la invasión de los Árabes en este país, que suena hecha por estos tiempos, no se verificó hasta después de ese año y en los días del sucesor. 

AIMERICO II

desde antes de 1010 hasta después de 1015.

Por las noticias que nos conservan los Cartorales de esta iglesia, consta que invadieron los Moros repentinamente esta ciudad e iglesia, donde se apoderaron del Prelado Aimerico, el cual dejó en rehenes a un sobrino suyo, pasando a Francia a buscar con qué rescatarle. Trasladó entonces su Sede a un lugar llamado Llesp (a: En el Cartoral mayor de Roda (pág 41) se lee: Haec est carta notitiae de illo molino de Rialbo quem comparavit Petro Borrello de illis parentibus Aimerici Episcopi de Lespe. Predictus Episcopus posuit quasi Sedem in Lespe, et ibi asportavit cartas Sancti Vicentii, et ut ferunt, alia ornamenta. Otro Cartoral más pequeño, en una breve noticia de Condes y Obispos de Roda, dice así: Aimericus Episcopus fuit captus a Sarracenis in ecclesia Sancti Vincentii de Rota. Qui dedit nepotem suum obssidem pro se, et pergens Franciam, redemit nepotem suum, inde ferens redemptionem. )

Como este lugar está en el condado de Pallás, el señor Pascual (pág. 85) califica esta traslación de restauración de la Sede de Pallás, olvidándose este escritor de que Llesp, con gran parte del condado de Pallás, era de la diócesi de Roda, y que por hallarse un Obispo fuera de su Catedral, no se dice mudarse la Sede. Así no tiene nada que admirar, que subscribiendo este Prelado en la institución de la canónica de Urgel, hecha por San Ermengol, su Obispo, se llame Obispo de Ribagorza, porque real y verdaderamente lo era en cualquiera punto de su obispado en que hubiera fijado su Sede. El mismo Padre conjetura que esta cautividad de Roda por los Moros debió acaecer hacia los años 1009. Fúndase principalmente en la confirmación que el Obispo Juan de Zaragoza hizo en todas las donaciones hechas a la iglesia de San Esteban del Mall, que ya dijimos arriba, en el año 971. Esta confirmación dice que se hizo era MX(rasguillo)VII, leyendo con rasguillo la X, que realmente equivale a 40, y así es del año 1009, en que por hallarse Roda cautiva y su Obispo ausente en Francia, vino a confirmar la donación de San Esteban del Mall el Obispo de Zaragoza. Por mi desgracia no he podido dar con la escritura original de aquella consagración, al pie de la cual se continuó esta confirmación. Mas he visto una copia del siglo XII, y en ella no se lee era M.X.(rasguillo)VII, 

sino M.XVII, como verás en la copia que envié. Sin embargo, se debe deferir al dicho de aquel escritor, y fijar la invasión de los Árabes en la época referida. Algún escrúpulo causa que para cosa de tan poca entidad, como es la confirmación de los dotales de una iglesia tan pequeña como San Esteban del Mall, viniese un Obispo de Zaragoza atravesando parte de la Ribagorza, dominada por los Moros, que habían llegado hasta Roda. Prosiguiendo ahora las memorias de nuestro Obispo, sabemos que se hallaba en Roma en el año 1012, y en el concilio que allí se celebró, donde subscribió a la bula de Benedicto VIII, en que se confirmaron las posesiones de la iglesia de Urgel. En el año 1015 se hallaba en el monasterio de Labax consagrando las dos iglesias de San Pedro y Santa Cruz, como se dirá en lo de aquella casa. Y esto es lo último que se sabe de él. 

BORREL

desde 1017 hasta poco después de 1018.

De la elección de este Prelado, hecha en la Catedral de Urgel a 21 de noviembre del año 1017 por los canónigos de Roda, durante su cautiverio, se habló en el Episcopologio de aquella, donde se copiaron de nuevo los dos preciosos documentos sobre ello, aunque ya publicados por Baluzio (Capitular. ed. París. 1780. col. 630). Ahora sólo me resta repetir que las palabras sub tuitione et dominatione Sedis Urgellensis sólo aluden a la necesidad que la de Roda tenía del auxilio de la de Urgel, no a sujeción metropolitana, como algunos piensan. Era hijo de Richildis, natural o vecina de Roda. Debió esta ciudad reconquistarse ese año por los Cristianos, o debieron estos por lo menos recobrar en ella la libertad de culto, puesto que a 5 de mayo del año 1018 ya consagró el Obispo Borrel la pequeña iglesia de Santa María de Roda, situada junto a esta ciudad, al poniente, como se puede ver en el señor Pascual (pág. 91), donde está bien reducido a este año el de 1056 que expresa la escritura, en lugar de decir era 1056. También es oportuna la observación de este escritor sobre la expresión regnante Sancioni Regem expectantem, es decir que en Roda no reinaba todavía el Rey Don Sancho, aunque los Moros que la dominaban le eran sus tributarios. El mismo año consagró Borrel la iglesia de Santa María de Satarrui (hoy Sarradui). La fecha entera de la escritura es: Facta... die dominico in mense octubrio Incarnationis Dominicae anno XVIII post millesimum anno II regnante Sancio Rex in comitatum Ripachurzensem. 

ARNULFO

desde antes de 1023 hasta 1067.

De este Obispo dice el catálogo de Alaón (Pascual, pág. 93) que fue consecratus apud Burdegalam. Lo estaba ya en el año 1023 cuando asistió al concilio tenido en Pamplona, donde el Rey Don Sancho el Mayor determinó restaurar la Catedral de aquella ciudad. Intitúlase allí Obispo de Ribagorza (V. Sandoval, Catálogo de los Obispos de Pamplona). Varias memorias se hallarán (ibid.) de su existencia en los años sobredichos, reducidas a suscripciones en concilios, y escrituras y algunas consagraciones de iglesias. Lo más notable entre estas memorias es su asistencia al concilio de Jaca de 1063, donde firma con estas palabras: Arnulfus ecclesiae Rodensis Episcopus, quamvis postea ab ordine privatus subscribo. Continuaba en esta deposición dos años después, porque subscribiendo en una donación al monasterio de Labax dice: Arnulfus qui nutu Dei fui Episcopus, sum testis. No se han descubierto hasta ahora los motivos y el suceso de esta degradación de nuestro Obispo. Lo cierto es que en dos documentos de los años siguientes se nombra Obispo sin esas cortapisas, y obra como legítimo Prelado en las consagraciones de iglesias. El Rey Don Sancho Ramírez, era 1106, año 1068, decía en esta escritura de la iglesia de Roda que nomen solumodo dignitatis retinebat, et privilegio pontificalis apicis omnino carebat. Es muy notable en este género la que ya dije y extracté en su lugar de la iglesia Catedral de Roda, restaurada por el Rey Don Sancho II, hijo de Ramiro I, bien reducida por el señor Pascual al año 1067, como allí se demostró. También se habló allí mismo de la singularidad con que intitula a su iglesia S. Valerii et S. Vincentii: cosa que apoya grandemente la verdad del hallazgo del cuerpo de San Valero, y su traslación a Roda desde Estada o de otra parte (a: En un cuaderno fol. ms. siglo XV están las lecciones de San Valero, de cuyo destierro y muerte hablan así: Beatus igitur Valerius cum iam tamdem venisset in villam quae dicitur Anetum, oppidum aliquantulum incelebre, sed tunc tanto habitatore celebrius... cuius loci ad fluvium Cinga (g: c : k : Cinca), iuxta Extandis adhuc vestigia visuntur aliqua... Al hablar de su muerte dice: Prius tamen Deum precatus est, ut posset edificare ecclesiam in honorem Sancti Vincentii, cuius victoriam et passionem gloriosissimam audierat. Quam ecclesiam primus ibi erexit ipse beatissimus Valerius... Sepelitur in castro Stata (Estada) dicto, eidem loco proximo... De allí dice que fué trasladado a Roda a Beato Arnulfo.) 

Sucesos que harán siempre memorable este pontificado, aunque la calamidad de los tiempos pudieron poner en él algún borrón. 

SALOMÓN

desde 1068 hasta después de 1074.

Era monje de Ripoll, como dice el Catálogo citado de Alaón, e indica su retiro a aquel monasterio. De una carta suya, que se dirá después, parece que fue electo en el monasterio de San Victorián. Muy gloriosa es para este Obispo la primera memoria que de él se nos ha conservado, y es la donación de la ciudad de Roda con sus diezmos, etc., hecha a esta iglesia por el Rey Don Sancho Ramírez a 18 de agosto 1068. En esta escritura se hace memoria del cautiverio pasado, y de la restauración presente, conforme se fijó en la carta anterior. El Rey habla así: Sancius... filius Ranimiri... pro anima patris mei Ranimiri, et matris meae nomine Ermesindis, cui vocatur per baptismum Gilberga. Omito las puras memorias de su existencia en los años ya dichos, a los cuales sobrevivió depuesto de la Silla por acusación de los suyos, como dice el citado catálogo, sin dar más razón. Sábese que se retiró al monasterio de Ripoll, donde aún vivía por los años 1095, que fue consultado por el Obispo de Roda Lope y por el Rey Don Pedro, sobre el derecho de la Sede Rotense y de algunas parroquias y monasterios de la Ribagorza. Escribioles él una carta humildísima y llena de sencillez, la cual va de nuevo copiada, no sólo del Cartoral, sino de otro ejemplar suelto de este archivo (a: Ap. núm. LXIII.). Murió después en Ripoll, es a saber, en 1097, como lo dice un Cronicón de aquella casa así: Anno MXCVII. obiit Salomon Episcopus et monachus. En Roda le sucedió 

RAIMUNDO DALMACIO

desde el 1076 hasta 1094.

Electo en Terrantona en un concilio que allí celebró Amato, Legado del Papa, el año 1076 (a), y confirmado después por el Papa Gregorio VII y su nuevo Legado Ricardo en 1078. El año sobredicho de su elección consta de una escritura de donación que él hizo al Arcediano Pedro anno MLXXX. Incarnat. Dominicae, pacta VII, septimo kal. decembr., luna VII, anno II. castri Munionis, anno XVIII regnante Sancio Rege filio Ranimiri Regis: en cuyo exordio dice el Obispo que esto hacía in anno IIII ordinationis suae. El sobredicho Papa Gregorio VII le dirigió luego un breve, confirmando todas las posesiones y derechos de su iglesia. Lo he copiado, aunque sólo está concebido en términos generales: porque entiendo que es el primer diploma pontificio que se halla a favor de esta iglesia (b: Ap. núm. LXIV.). 

(a) De esto da razón la siguiente breve escritura del Cartoral mayor de esta iglesia, pág. 33: Notum sit omnibus Christianis quod Rotensis eccla. electione cleri, et aclamatione populi, et confirmatione Regis Sancii, Ranimiri filii, Raimundum Dalmacii pastorem sibi elegit in concilio facto in Terrantona, praesente et confirmante Amato Romanae ecclesiae Legato, et Pontio Bigorritano Episcopo et Petro Adurensi Episcopo, et Wilelmo Convenarum Episcopo, ceterisque Episcopis et Abbatibus. Nam praedicta eccla. pastore viduata diligenter sibi pastorem requirebat secundum (sed) idoneum praeter hunc reperire non poterat. Haec autem electio fuit facta era MCXIIII, anno Incarnationis Domini millesimo septuagesimo VI, epacta XXIIII. 

También honró el mismo Papa a nuestro Obispo, recomendándole al Rey Don Sancho de Aragón con palabras que indican que el Obispo estuvo en Roma, y fue bien recibido del Papa.

En el año 1080 ya tenemos dos insignes memorias de este Prelado. Una es la concordia que pactó en San Juan de la Peña con el Obispo de Aragón Garsias sobre los límites de ambos obispados, la cual fue ya copiada, como también la segunda, esa saber, la restauración de la iglesia de Tolba. Llamo a estas memorias insignes porque nos conserva la noticia de la antigua Sede de Ictosa, que los críticos tienen por fingida en la supuesta división del Rey Wamba. La primera escritura la sitúa junto a Barbastro; la segunda en Tolba. De esta diferencia, y de lo poco que ella perjudica a que se tenga por cierta la existencia de Ictosa, Sede episcopal, se habló ya en los correos anteriores.

Dejo aparte varias donaciones y privilegios que hizo el Rey Don Sancho al Obispo y su iglesia, que cuenta este pontificado por la segunda época de su grandeza. He copiado, y va adjunto, un privilegio del año 1084, en que dicho Príncipe ofrece no entrometerse en adelante en las elecciones de los Obispos de Roda (a: Ap. núm. LXV.). Este debía ser uno de los gravámenes que dicho Rey Don Sancho Ramírez había ocasionado a varias iglesias, para cuya satisfacción se sujetó a la penitencia delante de todo el pueblo, ofreciendo en manos de nuestro Obispo la enmienda (Vid. Mariana, lib. X. cap. 2. Sandoval, Catálogo de los Obispos de Pamplona, fol. 69.)

De este Prelado decía el Cartoral de Alaón: Astucia, sanguine, et precibus a religioso Domino Sancio Rege effectus ex paupere episcopatu mediocrem. Et posuit Sedem suam in Rota; et vocatus est primus Rotensis Episcopus; quia antea Ripacurcenses vocabantur (Pascual, pág. 103). Con esto se da harto a entender, que aunque la restauración de esta iglesia comenzase algunos años antes del obispado de Raimundo; mas nunca estuvo en estado de poder fijar aquí su Sede el Obispo con la estabilidad y decoro correspondiente hasta el presente, el cual pudo de lleno entender en el orden y reforma de su clero, estableciendo la canónica Agustiniana en el año 1092, conforme se dijo los correos anteriores. Gran bien y muy trascendental fue el que hizo a su iglesia con este establecimiento, en la cual se granjeó un nombre eterno. Poco más le duró la vida: la opinión común es que murió en 1094; mas aquí hay, y va copiada (a: Ap. núm. LXVI.), una donación del Rey Don Pedro a Garcia Ennecones de Asieso, hecha en la era MCXXXIII in mense janero, en cuya fecha, según la costumbre, se cita Episcopus Raymundus Dalmacius in Sede Rota. El enero de la era 1133 corresponde al año 1095 de Cristo, en el cual todavía vivía nuestro Obispo. Mas pudo morir tan luego que en el mismo año tuviese ya sucesor, como lo tenía. En su testamento hace mención de algunos mancusos que le debían en Lérida, todavía sujeta a Moros. 

LUPO O LOPE

desde 1095 hasta 1096.

La sucesión de este Obispo consta por varias memorias de su existencia que produce de esos dos años el señor Pascual (pág. 108), 

y no repetiré por su poca importancia. De él dice el Catálogo de Alaón: Dimissit episcopatum, nec diu tenere voluit. En una escritura de la era 1134 (año 1096), la cual he visto, entre varios datos de señoríos, dice: Lope Fortuniones de Biskarra (Fortuny, Fortuño de Biscarre y variantes) Episcopo in Rota. Sucediole 

PONCE

desde 1097 hasta 1103.

El Sr. Pascual inclina a que este es el Obispo, cuya elección confirmó el Papa Urbano II, pudiendo ser igualmente el antecesor Lupo. De todos modos va copiada esta bula (a: Ap. núm. LXVII.), como también la carta (que cita brevemente aquel escritor) del Rey Don Pedro al mismo Papa (b: Ap. núm. LXVIII.), en que pide la confirmación de los límites del obispado de Roda, y la nueva adjudicación que le había hecho de Barbastro, Alquézar (Al-qsar), Monzón, Chalamera, Almenara, recién conquistados de los Moros. Habiendo muerto el Papa Urbano II antes del 1099, esta carta se ha de tener por anterior a la conquista de Barbastro, cuya villa y términos se daban ya por pertenecientes a Roda, aun antes de salir de las manos de los Árabes. Dice el Rey que su padre Don Sancho había ofrecido pagar a Roma anualmente 500 manchones, no escudos (Huesca, tom. V, pág. 224): y que él imitando tan loable costumbre enviaba por mano del Abad de San Ponce mil manchones correspondientes a dos años. Así ganó este Príncipe la voluntad del Papa contra las instancias de la Sede y Obispo de Urgel, que por estos tiempos reclamaba algunas parroquias cercanas a Lérida. Comúnmente se cree que la conquista de Barbastro no se verificó hasta el 1101. Gran esperanza había de este suceso cuando tan anticipadamente ya dio el Rey Don Pedro un privilegio, año 1099, que va copiado de este archivo (a: Ap. núm. LXIX.), en que fija ya los términos de la Sede de Barbastro en presencia de los señores de Barbastro y de Ponce, Obispo de la misma ciudad. Añade la escritura que se hizo esto en el año que praefatus Episcopus perrexit Romam ut impetraret a Domino Papa Urbano, ut Barbastrum esset Sedes episcopatus sui et caput, etc. Confirmó esto el Papa Urbano II. Hay escrituras del año 1100 en que suena ya Obispo de Barbastro. Una diré de este archivo, fecha era MC.XXXVIII in castro quod dicitur Vilella, septimo die quod Deus illum nobis donavit, regnante... Episcopus Stephanus in Oscha, Episcopus Poncius in Sede Barbastro. Es una donación que hizo el Rey Don Pedro a Lope Garcés de las casas de Zabazabala in Puego. Efectivamente, estaba ya resuelta de mucho atrás la anexión de Barbastro a Roda, como consta de la efectiva traslación de esta silla a la nueva conquista, y de la consagración de su iglesia de Santa María, hecha la dominica segunda después de Pascua del año 1101, cuando se acabaron de fijar y señalar los límites de su obispado. Véase la copia adjunta (a: Ap. núm. LXX.), y la de otra escritura que ha de ser del mismo año en que el dicho Rey ordena el estado y subordinación de las parroquias, y establece muchas cosas tocantes a la parte exterior del culto. Esta última escritura está sin fecha, y no es original; pero es copia muy antigua y casi del mismo tiempo (b: Ap. núm. LXXI.). 

Otras memorias hay de Ponce hasta 1103. En una donación del año 1101 firma así: Pontius Dei gratia Barbastrensis Episcopus, S. Vincentii Rotae servus. 

SAN RAIMUNDO

desde 1104 hasta 1126.

Llamado Raimundo Guillem (Guillermi), comenzando sus memorias desde ese año con el dictado de Obispo de Barbastro y Roda, y continuándose sin interrupción hasta el día 21 de junio de 1126 en que murió. Las más principales son las gravísimas persecuciones que le suscitó el Obispo de Huesca Esteban, de que ya se habló y se enviaron documentos (Vid. P. Huesca, tom. VI, pág. 162). Arreció la tormenta con el odio que le tuvo el Rey Don Alfonso I, Rey que tan distante se halló de seguir las pisadas de su antecesor Don Pedro I en proteger la nueva silla de Barbastro. Crisol fue este de sus virtudes que cuentan sus historiadores, y en particular su contemporáneo Elías, canónigo de Barbastro, el cual escribió la vida de nuestro Obispo en 1138, y es la que fue copiada de un códice de este archivo escrito en 1191. Fue también adjunto el rezo antiguo con que ya entonces se celebraba su fiesta; de todo lo cual y la época de su culto, traslaciones, capilla, etc., se habló en carta anterior, a que me remito. En 1122 consagró la iglesia de Santa María y San Clemente de Merlo VIII kal. decemb. posuitque reliquias Sancti Cornelii Papae et Martiris. Una memoria suya no publicada he hallado aquí, y es la noticia de un viaje que hizo a tierra de Campos, donde se hallaba en la villa de Osorno, ribera de Pisuerga, en el mes de octubre del año 1110; y allí con su consejo y el del Arzobispo Bernardo de Toledo dio su consentimiento para una donación que el Rey Don Alfonso Emperador hizo a San Martín de Petra rubea (piedra roja). Va copia (a: Ap. núm. LXXII.). 

En un Cronicón de Ripoll se lee: anno MC.XXVI obiit, ac claruit virtutibus Raimundus, Episcopus de Rota. 

ESTEBAN.

1126.

De las pocas memorias de este Obispo, sucesor de San Ramón, una es cierta concordia sobre un alodio de Avellana, facta in Rota, anno quando Moabites venerunt ad Alasquarr in mense novembrio in vigilia Sanctae Ceciliae; y en ella firma así: Ego Stephanus Dei gratia electus Sanctae Ecclesiae Barbastrensis confirmo. En otra carta idéntica añade el año MCXVI, donde es claro que se omitió una X y debe leerse 1126. así que en el noviembre siguiente a la muerte de San Ramón era ya Obispo sucesor Esteban. Aínsa (Historia de Huesca) dice que murió electo por haber renunciado en un viaje que hizo a Roma. Sucediole 

PEDRO, 

desde 1139 hasta 1134,

monje de San Ponce de Tomeras o de San Victorián, como dicen otros, cuya primera memoria es del año 1130, a saber, la dedicación de Santa María de Tolba, cuya escritura envié ya hablando de ello. Dicen que murió en una batalla que se dio a los Moros junto a Fraga en el año 1134, y debió ser muy en los principios, pues en el febrero del mismo año ya suena electo Obispo 

RAMIRO,

monje de San Ponce de Tomeras, hermano del Rey Don Alfonso I y su sucesor en el trono, con la circunstancia rara de haber conservado el dictado de Obispo electo, aun después de ser Rey. Es esto tan cierto como glorioso para esta iglesia. Dos o tres escrituras se guardan en su archivo, que lo acreditan. Una es la donación que él mismo hizo a esta iglesia de la cuadra de San Martín de Caballera de Fontfreda, fecha in mense februario era MCLXXII, en que dice: regnante me in Aragonia, etc... et electus Episcopus Barbastrensis. Otra de la misma era, y del mes de septiembre, en que da a dicha iglesia et Beato Raymundo varias posesiones por la salud de sus padres Sancho y Felicia, y sus hermanos Pedro y Alfonso. Llámase igualmente en ella electus in Barbastro. Esta va copiada (a: Ap. núm. LXXIII.). En otra dice: in Barbastro et in Rota. Si en la primera escritura no hay yerro en la era, que acaso deberá ser la de 1173, correspondiente al año 1135 (1173 - 38 = 1135), síguese de ella que antes del febrero de 1134 era ya muerto su hermano Alfonso, y así que no pudo morir el día 7 de septiembre de ese año. Con el mismo dictado de Obispo, y como tal, confirmó la donación y constituciones que ya dije de la canónica establecida en 1092 por el Obispo Raimundo Dalmacio. En otra dice: In Barbastro et Rota. Ya no hay más memorias de este dictado, pues en las que siguen del mes de diciembre de 1134 nada dicen de ser Obispo, lo cual no debe tomarse por argumento de que sólo lo fuese hasta ese tiempo, porque del mismo hay otras escrituras en que lo calló. De ello van algunas copias que lo acreditan (b: Ap. núms. LXXIV y LXXV.). En resolución Don Ramiro, aun siendo Rey, se gloriaba de ser Obispo. Como en estas escrituras, en que el Rey omite el dictado de Obispo, no suena otro que ocupe la Sede de Barbastro, no podemos fijar el año en que comenzó su pontificado el sucesor

GAUFRIDO

desde antes de 1136 hasta 1143.

El cual, sin embargo, no tardó en ser electo por el clero de Roda y Barbastro, puesto que el decreto de su elección, de que va copia (a: Ap. núm. LXXVI.), está dirigido a San Olegario, Arzobispo de Tarragona que, como se sabe, murió a los principios de 1137. El decreto va firmado además por varios nobles del país. En él se dice que el electo era monje de San Ponce (de Tomeras), en lo que debió influir sin duda el Rey Ramiro, que de aquel monasterio había sido sacado para esta silla y para el trono. Grandes dificultades tuvo San Olaguer para consagrar a Gaufrido por haber el Papa puesto entredicho en la iglesia de Barbastro, sobre lo cual escribió una gravísima carta a S. S., que publica el señor Pascual (pág. 121), donde hay buenas memorias para la historia de aquel tiempo. Al fin suena ya consagrado en 1138, en que dedica la iglesia de San Miguel de Cornutella. He dicho que no tardó en efectuarse la elección de Gaufrido, porque muy cierto es que lo estaba ya en el mayo de 1136 (era 1174), en que el Rey Don Ramiro dio y unió la iglesia y abadía de Benavarre a la de San Vicente de Roda propter amorem Dei et de illo Episcopo Domno Gauzfredo; y entre los Obispos de la fecha se cuenta praedictus Domnus Gauzfredus in Rota. Va copia (a: Ap. núm. LXXVII.). 

Otra donación hallé posteriormente en Lérida hecha por el Rey Ramiro a nuestro Obispo, sino que suena en la copia del libro verde de aquella Catedral, hecha en la era 1172 (año 1134) con grande equivocación, porque el Rey Don Ramiro, contando en ella su vida, como lo verás en la copia (b: Ap. núm. LXXVIII.), dice cosas posteriores a dicho año.

Pues como decía, en 1138 consagró ya nuestro Obispo la iglesia de San Miguel de Cornudella, que va copiada de este archivo (c: Ap. núm. LXXIX.). También remito copia del decreto con que el mismo año instituyó una cofradía o sea cruzada para defensa de Barbastro y su restauración en honor de Santa Eulalia (a: Ap. núm. LXXX.), de quien dice que había extramuros de Barbastro antiquissimam ecclesiam olim a Christianis hedificatam, sed a Sarracenis destructam et desolatam, et hac de causa Christianis ignotam nostris temporibus revelavit et rehedificari praecepit. Entraron en esta hermandad el mismo Obispo Gaufrido, Sancho de Pamplona, Sancho de Nájera, Miguel de Tarazona, Dodo de Huesca y Berenguer de Gerona. No parece que deba entenderse que el Obispo reedificó dicha iglesia de Santa Eulalia, puesto que en el año 1091 suena ya dada por el Rey Don Pedro I al monasterio de San Gil de la Provenza; donación que poco después confirmó Ponce, Obispo de Roda y Barbastro. Va el documento (b: Ap. núm. LXXXI.). Papebrochio habla de otra cofradía de ese año en Roda (V. vit. S. Raim.), y añade que pensó en elevar el cuerpo de San Raimundo; la cual dice que se efectuó en 1143. Si por esto entiende origen de culto, antes de eso le oímos muchas veces llamar Santo: la traslación de un sepulcro a otro es posterior. En 1140 Gaufrido concordó con Pedro, Obispo de Urgel, sobre las parroquias de Pallás, según se dijo en lo de Urgel: allí firma exul ¿Quid hoc?

Otra memoria no se halla de este Obispo, sino la de su muerte, y esta la sabemos por un Cronicón de Ripoll que dice: anno MCXLIII. obiit... Gaufredus monachus, fuit Episcopus Rotae. Por este modo de hablar parece que lo tuvieron por monje de Ripoll, porque en el Cronicón sólo cuentan las muertes de los monjes de aquella casa. Su muerte sería en los principios de ese año, pues a fines del mismo ya era electo el sucesor, como se dirá, y sábese que luego le sucedió 

GUILLERMO PÉREZ.

Llamado así con el apellido patronímico por ser hijo de Pedro Gauzpert y de Urraca. Estos nombres de sus padres, desconocidos hasta ahora, constan en la donación que el Obispo hizo a la iglesia de Roda en 1173 de una almunia, quam, dice, dominus Petrus Gauzpert, pater meus et domna Orracha mater mea quibus sit requies, habuerunt ante villam de Montson. Sin duda sería el mismo Pedro Gauzpert el que suena en la fecha de una donación del Rey Don Ramiro el monje a la iglesia de Roda era 1173 (1135) exeunte martio, regnante me Dei gratia in Aragone et Superarbi (Sobrarbe) atque in Ripacurcia, et Rex Garcia per mea manu in Pampilona... Petrus Gauzpert in Sancto Stephano... Acaso sería el lugar de San Esteban del Mall.

Asistió como electo a la junta o Cortes de Gerona, que celebró el Conde Don Raimundo para restablecer la cruzada o sea introducir la orden de los Templarios en estos países. En esta escritura, que publicaron Marca y Aguirre, se lee entre otras firmas: S. Guillelmi Rotensis electi. Y así se ha de creer que ya lo era ese año y día, si no se engañaron los copiantes, como sucedió en el S. Petri Barchinon. Episcopi, donde el original que está en el archivo real de Barcelona pone S. Petri Archidiach. Barchinon., por cuyo error se introdujo un Obispo fingido en la serie de los de aquella iglesia, como ya se dirá en su lugar. Siguió gobernando su iglesia hasta que se verificó la conquista de Lérida en 1149, cuando se restauró la Sede de Lérida, pasando él a ser el primer Obispo, donde hizo los bienes que se dirán.

domingo, 7 de agosto de 2022

CARTA LX. Viaje al monasterio de Santa María de Ripoll.

CARTA LX. 

Viaje al monasterio de Santa María de Ripoll, Origen de esta casa. Catálogo de sus abades. Cuatro consagraciones de su iglesia. Descripción de su fábrica material. Noticia de sus sepulcros. Archivo de esta casa y códice precioso de los salmos. Noticias antiguas de la biblioteca: su estado actual y descripción de algunos códices notables y obras inéditas. Iglesia de S. Pedro y de la de S. Eudaldo M.: traslación de este santo a Ripoll en el siglo X. 

Mi querido hermano: Si el P. M. Flórez hubiera podido hacer un viaje a este monasterio de Santa María de Ripoll, estoy bien persuadido de que según era grande su amor a la antigüedad, y su pericia en examinarla, nos hubiera dejado una relación completa de lo que es esta casa, así en la parte histórica como en la literaria. Pero pues esto no pudo ser, y en lo poquísimo que de ella nos dijo se valió solamente de lo que ya sabía el mundo, supliré yo esta falta, aunque con fuerzas tan inferiores, contándote cosas que no te pesará saber. Dos veces he estado en este monasterio: una en Febrero de 1806, siendo abad D. Francisco Codol, y otra en Octubre de 1807, en los primeros días del sucesor D. Andrés de Casaus. En ambas he experimentado toda la franqueza que necesitaba en el examen de los tesoros literarios y diplomáticos de aquel antiguo monasterio: merced a la ilustración de sus monjes, y a la protección que debí a su prior y vicario general D. Antonio Rocafiguera, que me hospedó en su casa. La situación del monasterio es en la villa llamada Ripoll, asentada en el confluente de los ríos Ter y Frezer. A este último llaman las escrituras de los siglos X y XI Freber y Febrer. Estos dos ríos ocasionaron sin duda el nombre antiguo de Rivispollens, Rivipullense, Riopullo, y ahora por corrupción Ripoll. Los principios del monasterio nos son desconocidos. La primera memoria publicada hasta ahora es la de la consagración de su iglesia en el año 888 que hallarás en la Marca Hisp. (apend. n. XLV). Pero además de que este documento supone ya existente el monasterio, no sólo en su fábrica, sino en la congregación de monjes y en la observancia monástica, digna de que el conde Wifredo el Velloso entregase ya al abad Daguino uno de sus hijos llamado Radulfo; además, digo, de esto, he hallado en su archivo la escritura original que va copiada (a: Apend. n 1), en que Ariulfo, presbítero, hizo a esta casa y a su abad Dachino una donación fecha IIII. nonas Decemb. anno secundo Karle magno rege (Carlo magno), que es sin duda alguna el de 880; en el cual es menester también suponer existente y formada la casa; y así debemos remontar a mayor antigüedad su origen. Con esto se hace probable la tradición de que antes estuvo el monasterio en la parte más alta de los montes, hacia la puebla que llaman de Lillet. Mas esto es obscuro, y lo que hay que saber de la suerte y alternativa que cupo a este insigne monasterio en lo material y formal, lo iré diciendo al mismo tiempo que forme el catálogo de sus abades; el cual merece publicarse no sólo por la excelencia de la casa, como dijo el P. Flórez, que sólo escribió los nombres y los años con no pequeñas equivocaciones en lo uno y en lo otro, sino porque algunos de sus hechos ilustran mucho la historia general de Cataluña, y su serie sirve para la certidumbre en la celebración de cortes, muertes y testamentos de reyes y de condes, y otras mil cosas. Porque aunque es cierto que antes de unirse Cataluña y Aragón no suenan en los privilegios los obispos y abades; mas desde la entrada del rey D. Alfonso II en 1163 subscriben como testigos muchos de ellos en todos los privilegios y escrituras de importancia, y así continuaron por sistema político y por una fórmula de gobierno. Debo confesar que en este trabajo me he ayudado y servido de las apuntaciones y memorias que dejó el P. M. Fr. Benito Ribas, monje de Monserrate; el cual habrá unos cuatro o cinco años arregló parte de este archivo de Ripoll. Mas sin fiarme de su dicho, aunque de mucha autoridad, las he cotejado con escrituras, necrologios, cronicones, y otras memorias de dicha casa.

Catálogo de los abades del monasterio de  Santa María de Ripoll. 

Daguino o Dachino era ya abad el año 880, como prueba la escritura citada. En 888 a 20 de Abril se hizo la primera dedicación de esta iglesia y casa, cuya escritura como dije trae la Marca Hisp. Dos años después se verificó la de la iglesia de S. Pedro, vecina al monasterio y sujeta a él (ibid. n. L). Tiene además este abad la gloria de haber recibido y educado a Rodulfo, hijo del conde Wifredo, que después llegó a ser obispo de Urgel. Murió a 22 de Enero de 902. 

Daniel lo fue desde ese año, y llegan sus memorias hasta el de 916; pero se sospecha que viviese hasta cerca del 919, en que comienzan las del sucesorEnnego, el cual murió a 29 de Abril de 948. Este abad no satisfecho con la fábrica de la iglesia primitiva, que debía ser pobre, emprendió la construcción de otra nueva, la que tuvo ya en estado de que fuese dedicada en 935; solemnidad a que asistieron los obispos Jorge de Vique, y Radulfo de Urgel (ibid. col. 386). Sucediole en el mismo año de su muerte

Arnulfo, el cual fue electo obispo de Gerona a 1.° de Septiembre de 954, y lo fue hasta 17 de Abril de 970 en que murió, como se probará hasta la evidencia cuando se trate de aquella iglesia. También es cierto que junto con la dignidad episcopal conservó el gobierno de este monasterio donde fue enterrado. Todo esto, y particularmente la entrada en la abadía a fines del año 948, consta evidentemente de escrituras originales que prueban la existencia de su antecesor Ennego hasta ese año. Con esto se acaba de ver que la bula de León VII en favor de este abad Arnulfo no se extendió en el año 938; tiempo en que tampoco existían algunos de los obispos a quienes va dirigida, como se demostró en el episcopologio de la iglesia de Vique (a: V. tom. VI. pág. 137). 

Un monje anónimo autor de la historia de este monasterio, escrita el año 1147 y publicada en la Marca Hisp. (apend. n. CCCCIV.) atribuye a este abad la introducción de la regla de S. Benito en esta casa; pero de varios documentos consta que ya estaba en uso muchos años antes. Acaso nació esta especie de haber él construido algunas de las oficinas monásticas, las murallas o cerca del monasterio, la acequia que aún persevera para un molino dentro de casa, y otras cosas que proporcionaban el retiro de los monjes. Algo de esto expresa el abad sucesor Oliva y obispo de Vique en el poema de alabanzas de esta casa, de que se dijo otro día (a: V. ibid. pág. 190), donde hablando de los abades dice:

Est hic et Arnulfus harum qui prima domorum 

Moenia construxit, primus fundamenta iecit, 

Sedis et egregiae praesul rectorque Ierundae. 

Advierto que el autor de este poema es un siglo anterior a aquel anónimo. Mucho más se dirá de este abad en el episcopologio de Gerona. Sucediole acá el mismo año 970

Widisclo, el cual concluyó las obras comenzadas por su antecesor Arnulfo, entre las cuales debe contarse la iglesia, que por tercera vez fue dedicada a 17 de Noviembre de 977, asistiendo a este acto los obispos Froya de Vique, Miro de Gerona y Wisado II de Urgel por medio de su vicario, con otras personas nobles. Hay de esto una muy curiosa escritura (ib id. n. CXXIII). También trajo acá el cuerpo de S. Eudaldo, como se dirá. Falleció a 23 de Julio de 979.

Singfredo o Seniofredo que murió domingo a 4 de Julio del año 1008, como consta de la encíclica que expidió esta casa, anunciando su muerte a las iglesias y monasterios de Cataluña y de la Galia Narbonense. Este es el primer monumento de esta clase que aquí se conserva con las contestaciones. De este uso se habló ya otro día (a: V. ibid. pág. 189). Sucedió Oliva, hijo del conde de Cerdaña y de Besalú Oliva Cabreta, el cual se hizo monje en esta casa el año 1002, según dice el cronicón Ripollense, que está en la biblioteca del Carmen descalzo de Barcelona: anno MII. Dominus Oliva episcopus et abbas venit ad conversionem. Llámanle aquí obispo, porque sin dejar la abadía, lo fue de la iglesia de Vique desde el año 1018 hasta el día 30 de Octubre de 1046 en que murió, como se dijo en el episcopologio, donde también se habló de sus escritos, hechos notables y sepultura. Del tiempo de este prelado es la cuarta y última dedicación de esta iglesia, verificada a 15 de Enero del año 1032 con asistencia suya y de los obispos Berenguer de Elna, Wadaldo de Barcelona, Wifredo de Carcasona (antes de Besalú) y Amelio de Albi. La escritura trae la Marca Hisp. (apend. n. CCVIII). En el episcopologio se dijo también como el conde Guillermo de Besalú, presentándose en este monasterio, eligió día 14 de Marzo de 1047 por sucesor a

Pedro, del cual hay memorias ciertas hasta 1056. Sucediole

Guillermo, a quien llama Guillermo Bernardo un catálogo antiguo MS. al fin de un códice de la biblioteca de este monasterio, señalado con el número 201. El M. Flórez, omitiendo al antecesor Pedro, anticipa el gobierno de este Guillermo al año en que aquel comenzó. Muchos disturbios hubo por este tiempo, ocasionados por un abad intruso llamado Adalberto, el cual se apoderó de la casa hacia el año 1062. Recuperó luego su lugar nuestro abad, como lo expresa un inventario de los bienes pertenecientes a la enfermería, formado en su nombre por el monje Oliva, distinto del obispo, en el año siguiente 1063: Postquam, dice, Dominus abbas recuperavit abbatiam. El cronicón citado fija la muerte de este abad en 1068 y también le llama Guillermo Bernardo. El catálogo MS. le da por sucesor antes de Bernardo a Daniel, y de él se debió enviar la copia al P. M. Flórez, que lo cuenta existente desde 1068. Yo no tengo otra noticia, ni puedo salir fiador de la existencia de este abad, constándome que el año siguiente a la muerte de Guillermo 1069 estaba ya apoderado de la abadía Mirón. Así se ve en escritura original de un establecimiento de tierras en este archivo (armario de la camarería) fecha X. Kal. Octobris anno VIIII. regni Philippi regis, que es el que he dicho. Estaba este Mirón excomulgado por el papa aun antes de hacerse abad, lo cual logró simoniacamente. Este crimen quiso remediar el conde de Besalú Bernardo, arrojando a Mirón del monasterio con el auxilio de Guifredo, arzobispo de Narbona, Berenguer, obispo de Gerona y Guillermo, obispo de Vique. Además, para desterrar las simonías que fueron la puerta para entrar en la abadía desde la muerte del abad Oliva, resolvió sujetar este monasterio al de S. Víctor de Marsella, y su abad Bernardo, dándoles facultad para elegir abad que gobernase esta casa. A este fin escribió una carta e hizo escritura de unión de ella a la de S. Víctor. La primera está sin fecha, según la costumbre; mas la segunda tiene la data de 27 de Diciembre del año 1070, año X de Felipe. Ambas se hallan en la collect. ampliss. de Martene (tom. I. col. 473 seqq.) las cuales en vano he buscado aquí. En la carta pone la condición de que el primer abad electo por los de S. Víctor para Ripoll sea Girberto, a quien pedían los monjes de esta casa. Mas ni aun esto se les concedió. Duró esta unión 102 años, en que hubo disturbios considerables. El poder del monasterio de S. Víctor y la condescendencia de nuestros condes fueron gran parte para que se verificasen estas y otras reuniones dolorosas, pero ciertas, a pesar de las dudas con que ha querido desterrarlas de nuestra historia el crítico Masdeu. 

Abades Marselleses. 

Bernardo fue el primero de ellos, cuya existencia y gobierno consta por escrituras desde el 1071 hasta 1102 en que murió día 20 de Junio. Así se lee en la encíclica que expidió el monasterio con grandes elogios del difunto, la cual existe con las contestaciones de muchas iglesias y monasterios: todo en un rollo grande conservado en este archivo. En su tiempo, es a saber, en 1079 se incorporó a este monasterio el de S. Andrés de Tresponts en la diócesi de Urgel. De lo cual irá la escritura en aquel viaje. Otra más curiosa todavía enviaré acerca de la sujeción a esta casa del priorato de Santa María de Gualter, junto al río Segre, fundado por el conde de Urgel Ermengol IV. Entre otras personas de que hace memoria la escritura una es nuestro abad. Su fecha es de 1083. Sucedió

Benedicto, el cual murió a 21 de Octubre de 1107, y tuvo por sucesor a

Guazfredo o Gaufredo, como le llama el catálogo MS. citado. Murió a 22 de Febrero de 1111. 

Gaucelmo o Galtelmo, según lee el mismo catálogo, gobernó hasta 1120. 

Elías, omitido por Flórez, lo fue hasta 1124. Dícese que por estos tiempos Raimundo de Çesguinyoles, abad de S. Martín de Canigó, ocupó nuestra abadía. Nada puedo asegurar de esto sino que los ánimos andaban turbados con el gobierno extranjero, el cual prosiguió en

Pedro Raimundo, de quien hay memorias en 1150 y 1153. Todavía sucedió

Gaufredo, el cual murió a 13 de Abril de 1169. 

Estos son los siete abades de Ripoll electos por el abad de S. Víctor. No sé en qué manera nuestro monasterio recobró su independencia; lo cierto es que en 1172 eligieron los monjes de Ripoll por su propio abad a

Raimundo de Berga, catalán, el cual murió en 1205. El catálogo citado añade el día que fue idus Octobris, y que rexit XXXIIII. annos.

Bernardo de Peramola fue electo a 9 de Febrero de 1206: existía en 1209 en que restauró las murallas del monasterio; mas no se sabe su muerte. 

Bernardo de S. Agustín murió a 20 de Junio de 1217.

Raimundo Dezbach (de Bacho; d'es Bach). Hay ya memorias de él en Abril de 1218. Murió a 20 de Enero de 1284. Está enterrado en el trascoro de esta iglesia.

Dalmacio de Çagarriga murió en 1256, como dice el catálogo MS. citado.

Bertrando Dezbach (de Bacho), murió a 26 de Enero de 1280. Tiene su entierro en esta iglesia sobre la pila del agua bendita. Por su muerte vacó la abadía; de lo cual habla así el catálogo citado: Vacavit abbatia XI. annis: fuit cisma in ecclesia, et in monasterio per duas electiones, una Raimundi de Vilario acuto (Vilaragut), altera Petri de Baco prioris Montissoni (Monzón). Prevaleció la primera de estas dos elecciones por haberla apoyado y confirmado el papa, como dicen; y así será, porque desde el 1291 suena constantemente abad

Raimundo de Vilaragut, el cual murió a 22 de Agosto de 1310. Sucedió

Guillermo de Camps, que murió a 21 de Octubre de 1322, como dice el catálogo citado. 

Ponce de Vallespirans, de quien no queda memoria alguna; mas es cierto que fue abad, como se ve en escritura de censo que firmó el sucesor

Hugo Dezbach el año 1326, donde se llama a sí mismo Huguetus, y menciona a su antecesor Ponce. Este abad Hugo es el primero provisto en esta abadía por el papa, y en el cual comienzan las reservaciones apostólicas. Continuó en el gobierno de esta abadía hasta el año 1351 en que fue electo obispo de Urgel, donde murió a 17 de Enero de 1361. Por su promoción al obispado sucedió en la abadía

Jaime de Vivers (de Vivariis), el cual renunció en 1362, como dice el catálogo citado.

Raimundo de Sabarés, murió a 10 de Septiembre de 1380.

Galcerán de Besora, llamado por Flórez Bertrando de Bisuira, murió en 1383, tiempo en que andaba ya turbada la iglesia con el famoso cisma de occidente. Por cuya causa los monjes eligieron luego en abad a

Raimundo Descatllar (d'es Catllar), el cual por no estar en la gracia del rey D. Pedro de Aragón, se ausentó y pasó a la Grecia. El rey dio esta abadía en 1386 a Fr. Pedro de Betet. Reinando después su hijo D. Juan el I.° volvió el abad Raimundo a su dignidad, y la conservó hasta que fue hecho obispo de Elna en 1408, aunque de ello no hay noticia en la Gallia Christ. Poco después fue promovido a la silla de Gerona, y murió estando en Valencia año 1415. En esta abadía sucedió

Marcos de Villalba, y la obtuvo sólo un año hasta el de 1409 en que pasó a ser el primer abad de Santa María de Monserrate, que hasta esta época fue sólo priorato del de Ripoll, y ahora con la autoridad de Benedicto XIII (Luna) se hizo independiente, y erigió en abadía. En la de Ripoll sucedieron

Berenguer de Rejadell, de quien dice el catálogo citado que murió en 1410. 

Dalmacio de Cartellá, que murió a 1.° de Diciembre de 1439 (Flórez en 1412), como se ve en su sepulcro junto a la escalera de la entrada del claustro a la iglesia. Sus armas son varias cartelas con el lema Ave María.

Bernardo de Samasó (Flórez de Mancione), electo por los monjes durante el cisma de Basilea a 16 de Enero de 1440, y confirmado después por el papa Eugenio IV. En una congregación que celebró esta provincia en Barcelona día 23 de Octubre de 1456 para tasar el subsidio con que debía contribuir, según lo mandó Calixto III, se halló el abad de esta casa llamado Bertrando; según consta de una escritura de concordia que se hizo con los colectores apostólicos, la cual he visto en el archivo de la catedral de Mallorca. Sospecho que es el nuestro, a quien unos u otros equivocaron, siendo tan fácil tomar un nombre por otro. Murió en Capua a 17 de Junio de 1458. 

Narciso Miguel.

Rodrigo de Borja, cardenal, lo fue hasta 1463.

Ponce Andrés de Vilar: 1489.

Ascanio María Sforcia: 1505.

D. Fadrique de Portugal.

D. Jaime cardenal de S. Clemente.

Estos cinco o seis abades comendatarios dejaron de su gobierno tan pocas memorias, que ni siquiera se puede fijar un año de los que lo tuvieron. Por los procesos de los concilios Tarraconenses, que con varios objetos registré en Tarragona, se puede decir algo más de los sucesores

Jaime Rich, que ya lo era en 1530, y lo fue hasta 1534. 

Clemente May lo era ya en 1536, y lo fue hasta 1584 por lo menos. Vacó la abadía algunos años hasta el 1597 en que fue electo

Francisco de Pons, y gobernó hasta 1611.

Juan de Guardiola, murió a 2 de Febrero de 1616. 

Francisco Senjust lo fue hasta 1622, en que fue hecho obispo de Gerona.

Pedro Sancho lo era ya día 14 de Mayo de 1623 en que consagró el altar mayor de este monasterio, construido en distinto sitio del anterior, en el cual colocó las reliquias antiguas. Las actas he visto copiadas en un libro (armario de privilegios reales). Murió en 1627. Vacaba aún la abadía en 1630: mas en 1636 la poseía

Francisco de Copons y Vilaplana, cuyas memorias llegan hasta 1651. 

Gisperto Amat lo era en 1664. 

Jaime de Meca.

Gaspar de Casamitjana y Eril lo era ya en 1670. Duran sus noticias hasta 1696.

Benito Sala (obispo después de Barcelona.)

Rafael de Molner: así escribe su apellido el proceso del concilio provincial de 1699 a que asistió. Otras memorias hay hasta 1704.

Félix de Vilaplana se halló en el concilio provincial de 1712: debió continuar hasta 1732. Luego fue electo

Juan Fluviá y Aguilar, que murió en el mismo año. En el concilio provincial de ese año por el Mayo, se dice estaba vacante esta abadía.

Fernando de Zúñiga lo fue hasta 1742.

Francisco de Copons y de Copons lo fue hasta 1755. En tiempo de este abad se terminaron los largos y funestos pleitos entre esta casa y el obispo de Vique sobre jurisdicción. Confirmó la concordia el rey, y el papa Benedicto XIV expidió sobre ello una bula dada a 22 de Septiembre de 1748.

Martín Sarmiento murió electo solamente.

Josef de Oriol y Tord asistió al último concilio Tarraconense en 1757. Hizo concordia con el obispo de Solsona sobre algunos puntos a 16 de Marzo de 1776. No sé cuando acabó su prelacía. 

Francisco de Valencia y Segrera lo fue hasta 1793. 

Isidoro de Rocabruna, electo.

Francisco de Codol desde 1796. Murió en Marzo de 1806. 

Andrés Casaus, actual. 

Viniendo ahora a hablar del templo, debo prevenir que el que hoy vemos es el mismo que últimamente se consagró en 1032 por el abad y obispo Oliva; y por consiguiente permanece la fiesta de su dedicación en 15 de Enero. Tiénese aquí por tradición que aquel prelado no hizo otra cosa más que el crucero o nave del altar mayor, dejando intactas las naves que abocan a ella, que eran obra de los abades antecesores Arnulfo y Widisclo. 

Como la arquitectura de los siglos X y XI es una misma en la parte que no admitía relieves, no es fácil advertir esta diferencia. Voy a hacer la descripción más detenida y exacta que pudiere de este edificio respetable, ya que no puedes verle como yo. Éntrase a la iglesia por un pórtico despejado y cerrado con verjas de hierro, en el cual hay cinco sepulcros a la raíz de la pared con vestigios de inscripciones que ya perecieron. Es indubitable que aquí están enterrados algunos de los condes o personas principales, cuyos cuerpos según las memorias antiguas de la casa descansan en ella, ignorándose su lugar. Un registro exacto de estos y otros depósitos acaso sería muy útil a la historia y suntuaria de aquellos tiempos. Creo que la ilustración del actual Sr. abad y de los demás monjes verificarán un día mis deseos, que en mi tránsito quedaron inútiles. El pórtico es la Galilea antigua, sitio donde se enterraban las personas de cuenta hasta el siglo XIV, en que comenzaron a tolerarse tal cual vez las sepulturas dentro de la iglesia. La portada forma en el plano de la pared como un retablo de 50 palmos de longitud total, dividido en su elevación en siete cuerpos de tres palmos cada uno poco más o menos: subdivididos estos en varios cuadros donde se representan de relieve algunos pasajes del antiguo testamento con sus letreros correspondientes. El carácter de la letra y escultura no dejan duda que esta es obra del obispo Oliva, y del tiempo de la dedicación que hizo en 1032. La puerta en el centro tiene 12 palmos de radio, compuesta de seis recalados o arcos concéntricos de medio punto, en los que se representan de relieve algunos hechos de la vida de S. Pedro, los doce meses del año y otras curiosidades, con varios follajes y grecas que no carecen de gracia. Todo ello es de piedra común, pero muy sólida. Es extraño que los señores del viaje pintoresco hayan dejado olvidado este monumento, habiendo copiado otros de menos importancia. Yo hubiera suplido su falta; mas es obra costosa y que pide grande esmero y prolijidad. Las puertas del templo son las construidas en 1377 a costas de N. Umbrells, monje y sacrista de esta casa, cuyo nombre y año está grabado en las chapas de hierro. Éntrase a la iglesia bajando cuatro o cinco gradas. En la pared testera a mano derecha se halla colocado en alto un sepulcro de madera, que antes estuvo en la pilastra inmediata al testero del coro en la mano izquierda. Con motivo de algunos reparos en el edificio, se trasladó al sitio actual hace pocos años. Entonces se reconoció, y dicen que se halló entero el cuerpo del conde Ramón Berenguer IV de Barcelona que murió en 1162, con su barba y pelo crespo de color rubio. Probaba su identidad un pergamino que se halló dentro de escritura de aquel tiempo, y es un panegírico del difunto. Lo he podido copiar, porque ya no existe en el sepulcro donde debieran guardarle, ni aun en el archivo, donde acaso no perecería, como sucederá andando de mano en mano entre los monjes (a). (a) No va la copia de este documento que se promete en el viaje, por estar posteriormente publicado en el tom. XLIII de la Esp. sag. pág. 466, aunque con alguna inexactitud que no quita la substancia de la cosa. 

En la última entrada de los franceses en este país, robaron sus tropas algunas planchas de plata que adornaban su ataúd, encerrada dentro de la caja de madera que decía. En ella hay un letrero del siglo XIV o XV que especifica los títulos de este príncipe de esta manera:

Dux ego matre, Rex coniuge, Marchio patre:

Marte, fame fregi mauros, dum tempore degi; 

Et sine iactura tenui Domino sua iura.

Para que acompañase a este sepulcro colocaron entonces en la pared de la mano izquierda otro grande sepulcro de piedra, que muchos siglos había estado en la salida de la iglesia al claustro a mano derecha. Está sostenido sobre columnas. Presenta la urna varios relieves divididos en cuadros alusivos a la enfermedad, muerte y entierro del difunto. En las pilastritas o fajas intermedias se escribió de abajo arriba su elogio con caracteres mayúsculos mal formados y encajados unos con otros a la gótica, como decimos. Además de esto y de la postura incómoda y peligrosa, tiene la piedra mil roturas; de modo que yo no pude leer sino el primero de los versos leoninos (porque eso son), que dice así:

Marchio Raimundus moriens petat etera mundus.

No es fácil decidir qué conde es el enterrado aquí. Reconocido el sepulcro dicen que se halló un cadáver entero con el pelo crespado rojo (rubeo, rubio). Créese que es uno de los Raimundos Berengueres de Barcelona, y aun la opinión común es que sea el III.° de este nombre, supuesto que el I.° llamado el Viejo está en la catedral de Barcelona, y el II.° llamado Cap de estopa en la de Gerona. Así parece preciso decir que el de acá es el III.°, y a esto favorece el haber él mismo señalado aquí su sepultura, y la memoria que se conserva en un necrologio antiguo de esta casa que dice: XIII. Kal. Augusti Raimundus comes Barchinonensis in claustra iacet: con lo cual concuerda lo que leemos en los historiadores, que este príncipe murió a fines del mes de Julio.

La iglesia es de cinco naves de poca elevación: la del medio tendrá unos 40 palmos de latitud, y todas ellas 120: las colaterales están divididas parte por columnas, parte por machones. Hay en ellas algunos sepulcros del siglo XIII: entre ellos está el que dije del obispo Oliva. Vense también allí algunas pinturas antiguas sobre tabla, dignas de conservarse para la historia de este arte en el siglo XIV a que pertenecen. La longitud total del templo será de unos 300 palmos catalanes. En la parte superior de él hay un crucero o nave transversal que forma como un martillo con las demás: tiene de largo unos 200 palmos. El pavimento delante del altar mayor es un mosaico grueso, que representa varios delfines, perros &c. No creo que haya quien le tenga por romano; y más bien es alguna imitación de aquel género en los siglos posteriores, de lo cual hay otros ejemplares en esta provincia. El altar es de madera de bastante buen gusto. La ara entera de jaspe es la de la última consagración del abad y obispo Oliva. Su vista me hizo acordar de las muchas reliquias que en ella se depositaron, cuya noticia nos conservó un sermón hecho para leerse anualmente en esta solemnidad, escrito a fines del siglo XI en un códice de esta biblioteca (num. 57), y va copiado (a: Apend. n. II). Son notables las reliquias que expresa de S. Saturnino, qui primus, dice, post apostolos nostrarum partium ignorantiae tenebras evangelicâ praedicatione detersit. Hace también mención de las reliquias S. Urbici nostrae patriae venerandi martiris. La voz patriae indica este condado, o a lo menos este país. Alude esto o al S. Urbicio que se cree el segundo obispo de Urgel, o más ciertamente al mártir que se venera en el monasterio de Serrateix. Allá se verá más de propósito. Olvidábaseme decir que el altar mayor era antiguamente de oro, de peso de 30 marcos, muy semejante al de Gerona, dádiva del citado Oliva, o de alguno de los condes de Barcelona bienhechores de la casa, como dice un anónimo catalán, de que hablaré luego. Lo cierto es que el monasterio perdió esta alhaja con otras muchas hacia el año 1463, cuando los ministros del rey D. Juan el II, so pretexto de las urgencias del estado y de poder resistir a los que seguían el partido de su hijo el príncipe Carlos de Viana, despojaron esta casa entre otras de todas sus preciosidades. Lo cual fue reputado un robo sacrílego, aun por los mismos que seguían con más calor el partido del rey. Uno de ellos era el obispo de Gerona D. Juan Margarit, que con esta ocasión y para hacer ver al monarca la injusticia de este despojo de Ripoll, escribió el libro intitulado Templum Domini, desconocido hasta ahora de todos los bibliógrafos, y del cual vi un ejemplar en la catedral de Barcelona. En el viaje a aquella iglesia se dará 

un extracto de esta obra. En el de Gerona verás otros documentos auténticos en prueba de este robo. Del mismo habla un anónimo catalán que escribió la historia trágica del último conde de Urgel (Jaime de Aragón, en tiempo del rey Fernando I de Aragón); porque pintando la maldad de los nobles del país, que dejaron arruinar aquella ilustrísima familia, y cómo en justo castigo ellos también vinieron a menos, dice lo siguiente: “La casa de Mossen Pere de Rocaberti, jatsie sia fama, que en aquesta tempestat de la guerra, essent capitá de la força de Girona, ses fet gran rich, perque ha disipat e robat tot l'Empurdá; empero sanct morí. E la gran riquesa qui en aquella era li fou llevat a la gloriosa verge María, e les llagrimas e oracions dels monjos del monestir de Ripoll, e encara la ossa e la anima de aquell compte (típico error: de comite, comte; de cómputo, compte) de Barcelona, qui avia donat en aquella cambra aquell gran joell, del qual ell no sens gran sacrilegi la despullá, nit e dia lo encalçan, el faran venir a mala perdició." 

Dejo aparte otras muchas calamidades de guerras que ha sufrido esta casa en los siglos posteriores; que cierto hay para maravillarse cómo ha podido conservar gran parte de sus antiguallas literarias. La imagen de Santa María colocada en el altar mayor, y que da título a este monasterio, es de madera y de color atezado y de poca elegancia en la escultura. Suple por todo su antigüedad, que sin duda es la misma que ya se veneraba en su primera dedicación del año 888. Prescindo según mi costumbre de las circunstancias maravillosas relativas a su hallazgo &c.: cosas en que siempre se mezclan especies inciertas y de poco fundamento. De la iglesia se baja por siete u ocho gradas al claustro que forma un trapecio grande y desahogado. Sus arcos pequeños se sostienen sobre columnas pareadas de jaspe morado del país, de buen lustre y de siete palmos cada una: las cuales son en todo 220. Casi otras tantas son las del 

piso superior, pero de piedra común, de que son también los capiteles de ambos pisos, labrados con gran variedad y capricho, como otros que he visto en este país de los siglos XII y XIII. Esto y la forma circular de los arcos, desconocida aquí desde mitad del siglo XIII hasta muy entrado el XVI, me persuaden que son obra anterior a ese tiempo intermedio. Y aunque del siglo XV se halla aquí algún libro de gasto hecho en la obra del claustro, más sería remiendo que nueva construcción. Esto aun en caso que dicho libro 

pertenezca a esta casa; lo cual puede ponerse en duda, sabiéndose que en la agregación de otros monasterios a este, vinieron acá todos los libros y papeles de los incorporados.

Como quiera que esto sea, hay en dicho claustro entre el capítulo e iglesia algunos sepulcros de condes de los siglos X y XI, en cuyo tiempo era este monasterio como el Escorial de Cataluña. Mas con la humedad del sitio han perecido muchas de sus inscripciones, y por otra parte no se sabe ciertamente quienes sean estos señores. Así que sólo podré dar razón de dos sepulcros: uno encierra a los dos condes de Besalú Bernardo Tallaferro muerto el año 1020, y a su hijo Guillermo llamado el Gordo, que todavía vivía en 1055, como se demostrará en otra ocasión contra Pedro de Marca y otros. Púsose en el mismo siglo un epitafio común a padre e 

hijo, el cual se lee con harta dificultad por estar el sepulcro a la raíz de la pared, y por hallarse ya gastadas las letras. Mas con todo se lee bien lo siguiente:

Splendor, forma, caro, virtuz, cum germine claro, 

Ut cito florescunt, modico sic fine licuescunt. 

Hoc duo testantur Comites hic qui tumulantur,

… de Taiaferr, Guilelm. cognomine Crassus,

…... Rodano fatalia passuz:

Armis, consilio, rebus, famâ viguere. 

Super (f. sumptibus) hanc multis ditare domum studuere: 

Unde coronati regnent super astra locati. Amen. 

La expresión Rodano fatalia passus confirma grandemente la opinión de que el conde Bernardo Tallaferro murió ahogado al pasar aquel río (Ródano), lo cual dijeron también los monasterios de Ripoll y Cuxá en la encíclica que expidieron con motivo de la muerte de aquel príncipe (Marc. Hisp. apend. n. CLXXXVII). Estos dos monumentos bastan para no tener por fabulosa esta especie, como pretende Diago. El otro sepulcro es del conde de Barcelona Wifredo el Velloso, aunque dicen 

que no es él solo el enterrado allí. No queda en él más que un fragmento de la inscripción que nos ha conservado entera la curiosidad del que la copió en un códice de esta biblioteca escrito en el siglo XI (n. 57 fol. 16), donde se lee: Hec sunt metra dompni Guifredi comitis scripta super tumulum ipsius.

Hic dire cum prole situs es, Guifrede Pilose, 

A quo dotatus locus est hic, et hedificatus.

Hoy sólo se ve el último verso. En un necrologio antiguo se dice del mismo conde al día III. idus Augusti... qui hanc domum edificavit, in claustra iacet. La palabra edificavit no debe tomarse con todo rigor; o digamos que él edificó la iglesia que se dedicó en 888. Entre su prole enterrada con él en el mismo sepulcro, podrá contarse acaso Radulfo, el cual entregó dicho conde en el mismo año a esta casa ad monachum cum sua hereditate, y después llegó a ser obispo de Urgel. Baste de sepulcros y de edificios materiales, y vengamos a hablar de lo que más ennoblece a este monasterio, digo de su archivo y biblioteca. El primero se ha conservado bastante bien, a pesar de los hurtos, exportaciones y guerras. Del extravío y pérdida de algunas escrituras, se quejaba ya en el siglo XI el obispo y abad Oliva, y para su recobro publicó una carta amenazando con la excomunión al que las retuviese. Existe este documento en la primera hoja de un códice de la biblioteca (n. 104) de donde es la copia adjunta (a: Apend. n. III). De lo que quedaba se aprovechó bien el arzobispo Pedro de Marca, a no ser que él contribuyese por su parte, como acá se sospecha, a empobrecer este precioso depósito; mas para denigrar con 

tan feo borrón a aquel grande hombre, son menester datos ciertos. Yo puedo asegurar que he visto aquí muchísimos de los instrumentos que él copió para su Marca Hisp.; como también puedo afirmar que la mayor parte de sus copias son de los cartorales, y no de los originales que existen aún en los archivos que visito. En el nuestro hay todavía mucho en que puedan cebarse los aficionados a la diplomática y paleografía, y más si logran la franqueza que yo he debido a los monjes archiveros. Ya dije al principio que el P. M. Fr. Benito Ribas ordenó y clasificó todo lo perteneciente a la abadía. Es de sentir que no pudiese hacer lo mismo con los archivos particulares de cada uno de los oficios de esta casa; y también lo es que algunos de estos se hallen fuera del archivo común en los cuartos de sus dueños, con peligro de perderse algunos títulos antiguos y respetables. Lo que yo he medrado en este escrutinio, y las preciosidades que allí he encontrado, no debo 

decir aquí, y se guardan para los lugares respectivos a que pertenecen; porque ya se sabe que en una iglesia o monasterio hay documentos para todos los demás: así como de los otros se han sacado para la de este.

No es para omitir la noticia de un códice custodiado en el mismo archivo, y es un salterio escrito con letras plateadas sobre vitela teñida de morado, y las iniciales y epígrafes de los salmos con letras de oro. En una llana está la versión vulgata, y en la otra la de S. Gerónimo. En la última hoja se lee: Karolus gratiâ Dei rex et imperator Franchorum. El carácter de la escritura hace creer que el códice es del tiempo de Carlo Magno, y a lo menos de Carlos Calvo; es decir que pertenece cuando menos al siglo IX. Lo más singular es que en tanta antigüedad las letras están como acabadas de escribir; con ser así que en otros códices esta alquimia de plata tiene muy poca consistencia y duración. Me acuerdo haber visto en la biblioteca nacional de Tolosa un códice de los cuatro evangelios del tiempo de Carlo Magno, escrito también sobre vitela morada con letras de oro, en el cual han perecido enteramente los epígrafes de los capítulos que estaban escritos en plata. Su bibliotecario ni aun por cortesía quiso creerme, cuando le contaba esto de nuestro códice, que tanto hacía rebajar el mérito del suyo. No sé desde qué tiempo posee esta casa tan preciosa alhaja. Pero sí me atrevo a afirmar que estaba ya en ella a 14 de Marzo del año 1047, cuando Guillermo, conde de Besalú, hecha, como dije, la elección del abad Pedro, sucesor de Oliva, formó inventario de las alhajas y libros que aquí había, y entre ellos menciona Psalterium argenteum, que sin duda es este códice.

Más respetable es en este punto la biblioteca del monasterio en que hay unos 300 códices MSS. de varias materias, siglos y erudición. En el inventario sobredicho consta que ya entonces había 192 códices: et sunt, dice, libri numero centum XC. duo. De todos ellos escritos ya se ve en la primera mitad del siglo XI y en los anteriores, escasamente quedarán ahora dos docenas. Gran pérdida para la literatura y para la opinión de este monasterio, entre cuyos individuos acaso se hallaría algún escritor no conocido. Otro catálogo de los libros existentes aquí en el siglo XII, va copiado de un códice de ese tiempo por su curiosidad (a: Apend. n. IV). He registrado a mi satisfacción los que se han salvado de las calamidades del tiempo y de la rapiña de los golosos. En esto he debido gran franqueza a D. Rafael Subirá, bibliotecario y sacrista de casa. Dejando pues aparte la noticia de libros comunes y de poca importancia, diré como me vinieron a mano de los que por varios caminos pueden interesar a la literatura.

1.° Vol. fol. vit. (num. 57) MS. sec. XI. incun. contiene XLVII homilías del V. Beda sobre los evangelios. = Poema inédito del obispo y abad Oliva en alabanza de esta casa, compuesto hacia el año 1032, del cual hablé y envié copia con el episcopologio de Vique. Hállase al fol. 15. b. = Vita S. Nicholai; su autor Iohannes 

indignus diachonus servus Sancti Ianuarii, compuesta a instancias de un Fr. Athanasius. = Fragmento de la vida de Carlo M., escrita por Eginardo, al fin de la cual se hallan estos versos: 

Hos tibi versiculos ad laudem, maxime princeps, 

Edidit aeternam memoriamque tuam, 

Geruuardus supplex famulus, qui mente benignâ  

Egregium extollit nomen ad astra tuum.

Hanc prudens gestam noris tu scribere lector 

Einarde magni magnificum Karoli. 

Finit vita Karoli. = Incipiunt lectiones in honore beatissimi Cucufati martiris Christi Barchinonensis urbis, et patriae doctoris egregii, cuius festivitas celebratur VIII. Kalendas Augusti. Esta obrita supone todos los martirios del santo en Barcelona; mas la muerte y sepultura octavo milliario de aquella ciudad, que bien corresponde al castro Octaviano, aunque no lo nombra. = Explanatio 

Paschasii et Gisleberti super lamentationes Ieremiae. (Jeremías, trenos, lamentaciones)

2.° Vol. fol. vit. (num. 46) contiene las Excerptas de los libros de S. Agustín hechas por S. Evipio (otros llaman Eugippio) abad Lucullanense cerca de Nápoles, que floreció a principios del siglo VI. El título de este códice dice así: Hic est liber Sancti Evipii de diversis doctoribus ex Riopullensis monasterii. Si quis eum furaverit (furtar, hurtar), aut folia absciderit, anathema sit. La obrita consta de 358 capítulos breves. Al primero de ellos precede este epígrafe que descubre la antigüedad del códice: In nomine Sancte et individue Trinitatis incipit liber sancti Evipii ex Riopollensi monasterii exerptum sub potestate et dominio domni Arnulphi episcopi vel abbatis exaratum ab humillimos Christi servos ac si indignos Sendredus levita, necne et Suniarius presbiter. El abad Arnulfo fue obispo de Gerona desde el año 954 hasta 970: y a esta época pertenece el MS. Parece que la copia se hizo de otro que había en la catedral de Nápoles, según indica la nota final de la obra que dice así: “Hunc codicem scerptorum, quem ex opusculis Sancti Augustini beate recordationis Evipius Pbr. et abba fecit, et eum codicem Dei aspiratione pro amore divinarum scripturarum adhuc in laica vita constitutus Redux misericordiâ Dei Epus. conscribi fecit. Et prefatus Redux Dei gratiâ favente in eadem Neapolitana civitate a Dno. beatissimo Pelagio sedis romane pontifice est Epus. ordinatus eo 

lo... Ego Petrus notarius sancte ecclesie catholice Neapolitanae, ut potui emendavi sub die iduum Decembrium Imp. Dmn. Tiberio Constantino PP. Aug. anno septimo pc. eiusdem Aug. anno III.° inditione XV.ma obsidentibus Langobardis Neapolitanam civitatem. Quem codicem pro memoria recordationis nominis sui predictus Epus. devote Sanctae Ecclae Neapolitanae, cui praeest, pro edificatione aeclesiae et populi Xpiani noscitur obtulisse. Et obtestor vos sanctos successores aecclesiae supra scriptae, 

Dei gratiâ succedentes in diversis ordinibus constitutos, per Dei nri. omnipotentis adventum, ut hic codix in aecla Dei semper valeat permanere. Ut quomodo fides aeterna est Xpiana, sich hec oblatio codix in aecclesia iure Deo custodiente vobisque servantibus ibidem perseveret. Testans etiam vos per confessionem meritaque beati Ianuarii martiris, ut sub nullo argumento, nulla alienatione, nulla commutatione de archibo aecclesiae vel iure aliquo modo discedat, ne cum predicto pontifice Reduce in divino iuditio 

causas reddere videamini.” 

Por esta nota se ve que hacia el año 582 en que era la indicción XV (aunque las otras épocas del emperador Tiberio Constantino no cuadran con este año) el notario Pedro enmendó el códice que el obispo de Nápoles Redux había hecho escribir siendo aún lego. Indica también que S. Evipio había vivido mucho tiempo antes. Cuadran perfectamente estas noticias y confirman a maravilla las que se leen en la bibliot. de Fabricio añadida por Mansi V. Eugippius. Los copiantes del nuestro vuelven a repetir sus nombres al fin de esta manera: Gratias agimus Deo nostro, qui nos confortavit. Qui legat, orat pro scriptores miserrimos servos Sanctae Marie Suniarius presbiter et monachus, et Senderedus (Sendredus) levita.

3.° Mayor es la antigüedad y también la importancia de otro cod. fol. vit. (num. 49) tiene este título: In nomine Domini incipit liber sententiarum Sancti Gregorii Papae Romae. Es evidentemente la obra que corre bajo el nombre de S. Isidoro Hispalense con el mismo título, o de summo bono, la cual en este y otros códices que he visto, se atribuye a S. Gregorio Magno, porque casi toda es tomada de sus obras, como expresamente lo dice otro códice de la catedral de Vique, de que creo haberte hablado. Las ediciones hechas hasta el presente no ponen más que tres libros. Los que tuvieren a mano la Isidoriana del jesuita Arévalo, podrán formar juicio de lo que son los libros IV y V que añade este códice. Con este objeto, después de notar los primeros y últimos capítulos de los tres primeros libros, he copiado todos los de los libros restantes (a: Apend. n. V). También es curioso su epígrafe final, que dice: Expletus ab opere scribtorio est liber per manus extremitatis Fidelis dcni. sub die XIII. Kalendas Augustas Era DCCCCX(' rasguillo) VIIIIa. Ob delinquentem scribtorem, ó vos sanctimoniales puelle, Christum Dominum non dedignemini precare; forsan obtentu vestro 

sacro mereatur quandoque peccatorum

onere carere, REBILENORTAM. Estas letras acaso serán iniciales; mas es cierto que leídas al revés dicen: Matrone liber. La X ' con el rasguillo significa XL, como en este mismo códice lo muestran claramente los índices que escriben con la misma cifra los capítulos 40, 41, &c. Así que fue escrito en la era 949, año de Cristo 911. Mas como en ese tiempo estuviese ya desusado en este país el carácter gótico cursivo, cuyo uso por lo que consta de escrituras y otros libros sólo duró acá hasta el reinado de Carlos el Calvo, poco más de la mitad del siglo IX, sospecho que este códice gótico en la escritura se escribió en otra provincia interior de España. Así es más difícil averiguar quienes son las sanctimoniales puellae, a quienes se dirige el copiante. Aunque si fuese monje de esta casa, tenía muy cerca la de monjas de S. Juan de Ripoll, que en varias escrituras son llamadas puellae, como lo fueron otras monjas de Barcelona, 

que aún son conocidas con ese nombre.

Conforme con este códice en cuanto al número de libros, hay aquí mismo otro del siglo XII (num. 52), que tiene también al fin los dos libros de S. Agustín de sermone Domini in monte. Otro códice hay (num. 125) del mismo tiempo y con la misma obra, pero atribuida a San Isidoro, y compuesta de tres libros como los impresos.

4.° Biblia parafraseada de varios metros latinos, MS. del siglo XIII. Al principio de letra del siglo XV se lee: Aurora vocor. Es la obra que con este nombre compuso Pedro de Riga en el siglo XII; mas falta a este ejemplar el prólogo que ya dije en la noticia de los MSS. de Santo Domingo de Valencia.

5.° Códice de los IV evangelios con las iniciales iluminadas sin distinción de capítulos, escrito en el siglo XI. Preceden según costumbre las tablas de las concordancias, y a cada evangelio la imagen de su autor de dibujo incorrectísimo. Otro hay casi igual y del mismo tiempo. En el evangelio de S. Juan se lee: qui non ex sanguinibus, neque ex voluptate carnis, neque ex voluptate viri, sed &c. A los evangelios sigue el liber Sacramentorum editus à S. Gelasio papa romano, emendatus et breviatus a beato Gregorio prefate sedis apostolico.

6.° Vol. fol. vit. (num. 30) MS. sec. XI, contiene primero la historia qualiter corpus beati Stephani ab Iherosolimis Constantinopolim sit translatum, XVIIII. 

Ianuarii. Obrilla breve de Arnallo Scolastico, a quien no conozco, escrita a instancias del monje Segoino. = 2.° Los capitulares de los reyes de Francia Carlo M., Luis y Lotario, junto con las instrucciones que dieron a sus missos para explorar el estado de la disciplina clerical. Este es el códice que se llevó Pedro de Marca a 

Francia para servirse de su texto en la edición de aquellas leyes, del cual habla Balucio en la prefación a aquella obra num. LXVII, añadiendo que lo restituyeron a esta casa; y pues en ella está, ya ves cuan sin razón calumnian algunos a aquel prelado, achacándole lo que en nuestros días han visto practicar a algunos literatos demasiadamente enamorados de ciertas antiguallas, de las cuales no supieron separarse, aunque en ello defraudasen a sus dueños, y dejasen burlada la diligencia de los que las buscaron en su depósito propio y conocido.

7.° Del mismo siglo XI hay otro códice (num. 33) que contiene los libros de hierarchia de S. Dionisio, vita S. Marcialis Ep. et Conf., la epístola de S. Fulgencio de Fide ad Petrum diaconum, y las Categoriae Aristotelis ab Augustino translatae, con estos versos al fin:

Augustinus tonans divini fulmine verbi 

Explicuit ampla suo stringens dialectica pugno.

8.° Vol. fol. init. sec. XI. contiene el ars metrica del V. Beda, y la gramática de Donato. De esta última obra y otras de la misma clase hay muchos ejemplares de varia antigüedad, que acreditan la laboriosidad de los monjes antiguos en copiar cuanto podía ser de provecho a sus hermanos.

9.° De S. Isidoro se hallan (num. 36) sus exposiciones in Penthateucum, libros regum, Paralipomenon, Isaiam, et Ieremiam. Cod. MS. de fines del siglo X o principios del siguiente. Otro ejemplar hay del siglo XII. (num. 100). 

10. Más detenida descripción merece un cod. en 4.° vit. (num. 62) que es del siglo VIII, como además de la escritura lo muestran algunos de sus artículos. Contiene 1.° el libro Questionum de S. Agustín; son 67: la primera sobre las palabras In principio erat verbum: las dos últimas son, LXVI. quod genera sunt Apostolorum, vel quale nomen &c. Respond. apostolus interpretatur missus &c. 

LXVII. Interr. ¿Et quomodo possumus scire qui mittuntur à Deo? Respon. Illum cognosce missum à Deo &c. = 2.° Interrogationes de Fide catholica, Princ. Patrem nec factum nec natum esse credo. = 3.° Dictio S. Augustini contra quinque hereses. Al fin hay estos versos: 

Augustine, mentitur qui te totum legisse fatetur. 

Aut quis cuncta lector tua habere possit? 

Namque voluminibus mille, Augustine, refulges: 

Testantur libri que locor ipse tui. 

Et quamvis multorum placeat prudentia libris, 

Si Augustinus adest, sufficit ipse tibi.

4.° Expositio fidei catholice Sancti Ambrosi Mediolanensis cibitatis epsci.:: Quicumque vult salvus esse &c. atribuida comúnmente a S. Atanasio. = 5.° Breve colección de cánones por materias, en que se mencionan los de los concilios Toledanos y Tarraconenses. = 6.° Incipit exordium de ortu vel obitu Patrum. Esaias profeta qui interpretatur &c. En este tratado al fol. 57 del libro se ven al margen escritas estas palabras: Magister ms. novol (o novel) q; me miras novel. Esta bagatela en lengua vulgar es notable por su antigüedad; porque la letra es del siglo X, o cuando más de los principios del siguiente. = 7.° Expositio S. Hieronymi in Matheum. = 8.° Incipit liber ICHDRI (Isidori) Spalensis sedis episcopi de

DINI(9 encima de la i)SSMA NMIA legis evang. Yo leo divinissima nomina legis evangelicae. Esta es sin duda la obra Allegoriarum, sobre cuyo autor tanto han disputado los bibliógrafos, diciendo unos que es de Isidoro 

Cordubense del siglo V, coetáneo de Orosio Tarraconense, a quien está dedicada. Otros, a pesar de no hallarse el nombre de Orosio en el siglo de S. Isidoro Hispalense, afirman que es obra de este doctor. Pérez Bayer en las notas a la bibliot. vet. de Nicolás Antonio, sospecha que el nombre de Orosio que se halla en los códices, pudo ser corrupción de Theodosio, u otros obispos coetáneos de nuestro S. Isidoro. En este estado es digna de toda consideración la lectura de nuestro códice, en el cual comienza así la prefación o dedicatoria: Kmo. Domino ac referentissimo fratri UUYUYIO Isidorus. El nombre dibujado puede leerse Wsurio, Wrusio, Wrurio y Wsusio; porque r y s son muy semejantes en este género de escritos. ¿Quién sabe si esta lectura tendrá más analogía con el nombre de algún obispo coetáneo de S. Isidoro, con lo cual se acabe de declarar este solo punto que falta para que no se dude ya más que este santo es el autor de esta obra? = 9.° Decretale editum ab urbe Roma de recipiendis sive non recipiendis auctoribus quod constitutum est. = 10. Tabla de los años de las eras antiguas y vidas de patriarcas. Entre ellas se halla este curioso artículo: Ab incarnatione autem Dñi. Jhu. Xpi. usque in presentem primum Quintiliani principis annum, qui est Era LXX. 

quarta, (falta la nota DCC.) sunt anni DCC.XXX.VI. De aquí se infiere que esta hoja y obrita (y por consiguiente todo lo anterior uniforme en la letra) se escribió el año 736, y que entonces, poco más de 20 años de la invasión de los sarracenos, reinaba un príncipe 

Quintiliano, nombre tan semejante al Quintila o Chintila de los Godos. Mas donde reinaba no es fácil averiguarlo, ni este códice ofrece rastro alguno del lugar donde se escribió. Sólo puedo decir, que su carácter gótico cursivo es de la misma índole que el de las escrituras de este país de fines del siglo VIII, que he visto en la Seo de Urgel. Por otra parte el códice está escrito conocidamente por un monje, cuya ocupación era de esta clase, y aunque no sepamos la existencia del monasterio de Ripoll en el año 736; mas es cierto que había otros en ese tiempo, y no pocos en estas faldas de Pirineos, algunos de los cuales andando el tiempo se incorporaron con este de Ripoll, y de ellos pudo venir aquí el códice con las demás escrituras de sus posesiones, y con otros libros, que aumentasen esta biblioteca. En suma los moros tardaron mucho a dominar estos montes, en los cuales como en Asturias pudieron recogerse algunos cristianos bajo la conducta de ese príncipe Quintiliano o Quintilano. = 11. Tractatus de sollemnitate pascali editus à Sancto Hieronymo pbro. = 12. In nomine Dni nri Jhu Xpi incipit Ciclus pascalis. Es una tabla de los días de Pascua, continuada por un ciento de años, desde el 773 hasta el 883. He aquí una muestra: Anno DCCLXXVI. bissextus ERIT, dies II. fr. quem pretermittis diem VI. nonas Mar., et de die III. fr. computabis: adduntur ad lunae cursum IIII. Tolluntur in Dei nomine carnes V. nonas Mar.; et ERIT dies sanctus Pasce XVIII. Kts Maias Lun. XVIIII. La palabra erit indica que esto se escribió anteriormente; y como por otra parte sería cosa ridícula que se escribiese una tabla pascual de cien años ya pasados, es forzoso decir que este ciclus pascalis se escribió lo más tarde el año 773, que es el primero indicado en él. = 13. Incipit discretio litterarum. Es un tratado de ortografía muy borrado. = 14. De litteris iuris: explicación alfabética difusa de las siglas y cifras del derecho. = 15. Incipit epistola atque tractatus Sancti Martini episcopi de idolorum cultura, directum ad Polemium episcopum. = Finalmente comprende este precioso códice algunas epístolas de S. Gerónimo, y otros tratados comunes y sermones con algunos exorcismos al fin.

11. Vol. fol. vit. (n. 104) MS. med. sec. XI. Contiene los IV libros de la vida de S. Gregorio Magno, su exposición in Ezechielem, y in Cantica Canticorum. Esta última comienza así: Postquam à paradysi gaudiis expulsum est genus humanum, in istam peregrinationem vitae praesentis veniens, cecum cor ab spirituali intellectu habet. Cui caeco cordi si 

diceretur: sequere Deum, vel dilige Deum, sicut ei in lege dictum est, semel foris missum, et per torporem insensibilitatis frigidum, non caperet quod audiret. Idcirco per quedam enigmata sermo divinus animae torpenti et frigide loquitur &c. Este principio ni es del comentario del santo doctor, que anda entre sus obras impresas, ni tampoco el del que yo 

he descubierto en Barcelona y en Roda. 

El códice está escrito por un monje Guifredo.

12. De S. Julián arzobispo de Toledo se halla el liber Pronosticorum futuri saeculi; cod. n. 158 MS. sec. XI.

13. Vol. fol. vit. MS. hacia el año 1010, que contiene la colección de las leyes godas o fuero juzgo, con este epígrafe: In nomine Domini incipit liber iudicum popularis: quorum merita iudicialis sententia premit. Scriptum videlicet in Barchinona civitate à iussione Bonus homo levita, qui et iudice: à rogatu de Sinderedo diacono, filium quadam (quondam) 

Fructuoso Camilla, ad discernendas causas iudiciorum inter potentem et pauperem, noxium et innoxium, iustum et iniustum, veridicum et fallacem, rectum et erroneum, raptorem et sua bene utenti. Cuius libri explicatio die Kalendas Septembras anno XV. regnante Roberto rege francorum in Francia. Códice muy completo y escrito con gran lujo y limpieza. Al principio de cada ley se halla escrito ó Antiqua, o el nombre del rey godo que la estableció. Esta es una prueba de que en este país rigió constantemente la legislación goda, a pesar de la subordinación a la Francia. Y esto no sólo en el siglo XI, sino en el X y en el IX, como se ve en varias sentencias judiciales que he copiado, y se hallarán en sus respectivos lugares. Más expresamente lo dice la carta-puebla de Cardona del año 986. Parte de estas leyes se observaban todavía en el siglo XIII, como se dirá en el viaje de Lérida. Al fin del códice se 

halla Benedictio aquae calidae, in qua manum ad iudicium Dei mittitur. El no hallarse otras fórmulas de purgaciones, parece indicar que esta sola era la usada en el siglo XI; y efectivamente sólo de esta he hallado tal cual escritura, y no de las otras. Verás copia de ello, y también de un poema que hay al principio con canto en elogio de Sansón. Otro códice hay (n. 264) que comprende el mismo fuero juzgo: es un vol. en 8.° MS. del siglo X, y está sin principio ni fin.

14. Consueta de este monasterio (n. 40) MS. del siglo XII, de que me he aprovechado para los ritos. Del particular de esta casa sobre decir alleluia el día de la Purificación cuando viniere después de Septuagésima, habla así: 

“Si ipsa festivitas avenerit post dimissum alleluia, antequam vesperie incipiantur, legatur privilegium Benedicti papae, et decantetur alleluia, et Gloria in excelsis &c.” 

No sé si te he dicho que este privilegio lo había concedido al monasterio el papa Benedicto IX, cuya bula está en este archivo (caj. I. Leg. 4.) y que el obispo Oliva y los demás que asistieron a la consagración de su iglesia en 1032, lo confirmaron de nuevo. La Marca Hisp. (col. 424 y 437.) habla de ello; pero llama Benedicto VIII al que no era sino IX.

15. Vol. fol. vit. sec. XII (n. 115). Contiene 253 epístolas de S. Gregorio Magno, y seguidamente la vida de S. Anselmo obispo de Luca, escrita en dos mil versos poco más por Rangerio sucesor de aquel santo. Este poema comprende toda la historia de las disputas de S. Gregorio VII con el emperador Enrique IV, y 

de paso los hechos de la condesa Matilde. 

Domnizon, autor de la vida de esta señora, es el único que dio noticia de la obra de Rangerio, la cual no conoció Muratori; y Fabricio (bibl. lat.) cree que pereció, o que todavía sirve de pasto a las polillas. Nuestro códice la conserva entera y bien escrita, de donde la he copiado, y se publicará Dios mediante en la colección separada de opúsculos inéditos. Lo mismo haré con otra obrilla también en verso del mismo Rangerio que se halla en este códice, intitulada de annulo et baculo, cuyo objeto es reprender el abuso de las investiduras que se arrogaban los césares y príncipes de aquel tiempo. Obra igualmente ignorada por los italianos. 

16. En un libro de varias apuntaciones del siglo XVI se hallan algunas curiosidades de oratoria y gramática; entre ellas merecen memoria Oratio Vincentii Ciuranae in laudem historiae. = Comparatio inter Ludovicum Vives (Luis Vives), et Erasmum (Erasmo), auctore Laurentio Palmyreno (Lorenzo Palmireno, de Alcañiz). = Eiusdem encomium pulicis, et declamatio faceta. = Petri loannis Nunnezii comentaria in somnum Scipionis. = Preguntas 

muy delicadas del batxiller Hernan Lopez (bachiller Hernán López): y así otras.

17. Al fin de uno de los volúmenes MSS. de la exposición de Nicolás de Lira se halla este gracioso epígrafe: 

Vinum scriptori debetur de meliori; 

Sed quia credo mori, potabo de meliori. 

18. Una colección de cánones (n. 155) que creo sea la de Dionisio Exiguo, MS. del siglo XII. = Otro volumen hay sin número, MS. de principios del siglo X, que contiene además los capitulares de Francia. Nada puedo afirmar de su autor, sino que al principio hay dos formularios hechos por un Adventio obispo (y acaso será el de Metz), uno para ahorrar los esclavos de las iglesias, y otro para extender las cartas que llamaban formatas.

19. Vol. fol. (n. 37) MS. a fines del siglo XI o principios del siguiente. Después de un breve martirologio se halla esta obrita: Incipiunt epistolae de paschali cyclo Dionysiali, ab Oliva sanctae virginis Mariae Rivipollensis monacho 

editae. Va copia del prólogo (a: Apend. n. VI): lo demás son tablas de cómputo difíciles de entender y más de copiar. A esto sigue el cronicón que ya publicaste tú en el tom. V de mi viaje. Síguese un tratadito de ponderibus et mensuris, sin nombre de autor; y yo sospecho que sea del mismo monje Oliva, de quien es ciertamente el siguiente: Incipiunt regulae abaci, ab Oliva virginis Mariae Rivipollentis monacho editae. De todas estas obritas sola la 

primera es conocida al público. Baluzio la supone escrita el año 1047; y así él como el P. M. Flórez (tom. XXVIII. pág. 139) dudan si su autor Oliva es distinto del Oliva obispo y abad. Bayer en las notas a la bibl. vet. afirma que es el mismo. Para mí es evidente que es otro monje distinto y contemporáneo del obispo. 

Primeramente hállanse aquí dos profesiones de dos Olivas, distintas en sus firmas. Mas sin acudir a esto, basta ver dos epístolas inéditas que he copiado del mismo códice y van adjuntas (a: Apend. n. VII y VIII). La primera dice: Incipit epistola Olivae monachi ad domnum Olivam episcopum, de feria diei nativitatis Christi. En ella verás que se escribió el año 1037, y la distinción de estas dos personas. Más claro es esto todavía en la segunda carta dirigida al monje Dalmacio sobre el mismo asunto año 1065, en la cual dice que algunos se empeñaban en afirmar que Cristo nació en domingo, respuentes, dice, ea, quae domno Olivae pontifici Ausonensi, et abbati Sanctae Mariae cenobii Rivipollentis fecimus, ubi eandem festivitatem sabbato, sicut maxima comperimus inquisitione, annotavimus. Y diciendo el autor que la escribía el año 1065, es claro que no pudo ser el Oliva obispo que murió en 1046. = La erudición de este nuevo escritor en las matemáticas consta además de otro códice (n. 103), en cuyo principio, después del tratadito de música de Boecio, se halla al fol. 5 este prólogo suyo, que por ser breve copiaré aquí:

Maiores tropos veteres dixere quaternos, 

Omnibus ac proprios istis posuere minores. 

Tertius at quartum fert primus iure secundum, 

Sextum nam quintus, octavum septimus ambit 

Maior in ascensu cordas sibi vendicat octo 

Finali a propria, et quinis descendit ab ipsa.

Explicados los ocho tonos, concluye la obra de esta manera:

Iam nunc, Petre, tibi placeant versus monocordii, 

Quos prece multimodâ monachus tibi fecit Oliva. 

Hic, Petre, mente pia frater te poscit Oliva, 

Emendes recte, quod videris esse necesse. 

Sigue su obrilla de música. Curiosa es también entre estas hojas que comprenden varias cosas misceláneas, la siguiente prosopopeya, donde se recomienda la pericia del obispo Oliva.

Sede sedens divâ comes, abbas, praesul Oliva, 

Rimans cum studio quid musicet euforia Clio, 

Me fore delegit, Arnaldus iussa peregit, 

Qui iussus peragit quicquid laudabile sentit. 

Gualterus vero de fonte regressus hibero, (Fontibre, fuente del Ebro)

Formis signavit, numeris signata probavit.


20. Por último hay un vol. 4.° (num. 22) que es un cronicón misceláneo o colección de noticias que alcanzan desde el siglo XII hasta el XIV, muertes de obispos, matrimonios de reyes, empresas navales, duelos &c. Estos y otros artículos curiosos se fueron notando por varias manos en este librito de letra coetánea a los mismos sucesos. He copiado los artículos más importantes, y a algunos he puesto algunas notitas para su ilustración (a: Apend. n. IX). A este género pertenece el extracto de algunos artículos notados en un martirologio MS. del siglo XI (num. 40) que también va adjunto (a: Apend. n. X).

Por estas muestras puede juzgarse de lo apreciable que es esta biblioteca, y cuan digna de ser conservada. No faltan en ella códices rituales de varia antigüedad, de que me he aprovechado para lo de ritos. La mayor parte de los restantes son códices del siglo XV y de obras ya conocidas y publicadas; mas no por eso despreciables.

Junto a la iglesia del monasterio está la parroquial de S. Pedro sujeta al abad del mismo, cuya dedicación se verificó en el año 890, como se ve en la Marca Hisp. (apend. n. L.), a lo cual nada hallo que añadir, ni en ella cosa que contar.

Otra iglesia antigua hay en el centro de esta villa, cuya fábrica muestra ser del siglo XII, donde se venera el cuerpo de S. Eudaldo M. traído acá el año 978 con la diligencia del abad Widisclo que envió monjes a Francia a buscar reliquias de santos. La historia de esta translación, aunque incompleta, he copiado (a: Apend. n. XI) de un breviario de esta casa escrito en el siglo XIV, donde está distribuida en ocho lecciones para la fiesta en que se celebra dicha translación el día 6 de Noviembre. Lo demás puede verse en Domenec (Historia de los santos de Cataluña), donde también está la vida del santo, cuya fiesta principal se celebra en esta villa como de su patrono día 11 de  Mayo. A Dios.