Mostrando las entradas para la consulta Poblet ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Poblet ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

viernes, 21 de abril de 2023

CARTA CLIII. Noticia de algunas bibliotecas de Palma de Mallorca y de sus libros y códices más raros y no conocidos.

CARTA CLIII. 

Noticia de algunas bibliotecas de Palma de Mallorca y de sus libros y códices más raros y no conocidos. 

Mi querido hermano: Los ratos y días en que no estaban accesibles los archivos he empleado, según mi costumbre, en el escrutinio de algunas bibliotecas de esta ciudad, notando y apuntando algunas cosillas bibliográficas, dignas de la noticia pública, y no conocidas de nuestros bibliógrafos. Esta colección hubiera sido mucho más completa, si mi salud me permitiera ver todas estas librerías. Pero no ha sido posible examinar más que las tres o cuatro que diré.

Y no me he propuesto hablar de los escritores naturales de la isla. Esta empresa es para otros más desocupados que puedan fijarse exclusivamente en la averiguación de todos los pormenores necesarios para escribir una Biblioteca de provincia. Cosa que aquí está por hacer todavía y que es de esperar no tarde en verificarse, según la buena disposición y amor al bien público que veo en mi amigo el presbítero Don Josef Barberi, el cual de los sujetos que he tratado aquí, es casi el único capaz de esta empresa, para lo cual no basta talento y erudición si no hay genio particular para esta clase de trabajo. En resolución, esto no me toca a mí. Y ya que tomé las notas que digo, allá van y valgan lo que valieren: siempre será añadir algo al acervum mercurii.

En primer lugar en la biblioteca pública episcopal establecida y dotada por el Obispo Don Juan Díaz de la Guerra, vi un cod. ms. fol., cuyas hojas, parte son de pergamino y parte de papel, escrito a dos columnas. Contiene la Summa fratris Monetae, ordinis fratrum Praedicatorum contra hereticos. Es sin duda alguna de fines del siglo XIII, y más antiguo que los pocos códices que disfrutó para la impresión que hizo de esta obra en el siglo pasado el Italiano P. M. Fr. Tomás Agustín Ricchini, de mi orden. Entre algunas variantes que hubieran ilustrado más el escrito hallo que en el lib. 3, cap. 3, donde dicho padre leyó que Moneta escribía su obra en el año 1244, nuestro códice dice: non enim sunt plus quam mille ducenti XL et unus annus, quod ipse (Christus) factus est homo.

Otro códice fol. ms. en papel en el siglo XV, contiene las obras siguientes: Incipit pastoralis liber magistri Francisci Eximeneç; es la obra ya conocida de este doctísimo Franciscano, dedicada a Don Hugo, Obispo de Valencia, y escrita a instancias de Miguel de Miracle, rector de la iglesia de Penaguila, como se ve en su dedicatoria. =

Tractatus de principatu Papae editus a Fr. Augustino de Roma, ordin. heremitarum S. August. = Propositio adversus quosdam curiosos detractores ecclesiae, quia possidet, et super statu eius: facta coram sanctissimo et beatissimo Romano Pontifice Dno. Nicolao quinto, viro devotissimo. Esta obra es de Lope de Espejo, natural de Orihuela, de la cual Don Nicolás Antonio dio una noticia completa y muy conforme con este códice, que se escribió en Italia.

Otro códice, igual al pasado, comienza por el Salustio, que está entero, con todas sus invectivas, y las oraciones de Cicerón tocantes a aquellas guerras. Contiene varias obrillas de ingenio de autores Italianos; y también el Bartolomei Facii ad Karolum Vintimilium de origine inter Gallos ac Britannos belli: cosa del siglo XV. Entre estos escritos se halla uno que más nos interesa, y es: Oratio coram Sanctissimo D. N. Papa facta per reverendissimum in Xpo. patrem dominum Jo.

Maioricen. Episcopum, et Serenissimi Domini Regis confessorem. Es la que ya dije del Obispo Don Fr. Juan García, y que envié con el episcopologio. Estos son los únicos manuscritos que aquí he hallado dignos de atención. También la merecen algunas ediciones raras del siglo XV. Tal es una ignorada de Don Nicolás Antonio (y no sé si del P. Méndez, cuya obra no tengo a mano) de uno de los escritos más famosos de Raimundo Lull. Es un vol. fol. a 2 col. Incipit liber divinalis vocatus Arbor scientiae editus a reverendissimo doctore magistro Raymundo Lull. = Pr.: Deus cum tua virtute incipit arbor scientiae. In desolatione et fletibus stans Raymundus. = Al fin se lee: Deo dante arbor scientiae reverendissimi magistri Raimundi Lull presens opus nuncupatum in nobili civitate Barchinone per Petrum Posa, presbiterum et Cathalanum XXII. augusti anni M.CCCC.LXXXII. correctissime fideliterque completum fuit. Deo gratias. Amen.

Otro impreso hallé aquí, y es el primero de esta isla, del cual daré razón, por si no lo conoció el P. Méndez. Es un tomito en 4.°, de unas treinta hojas, sin foliatura. Empieza así: Incipit tractatus magistri Johannis de Gersonno, Cancellarii Parisiensis de regulis mandatorum. - Prol. Agamus nunc interim quod natura, etc. - Al fin se halla este epígrafe:

Doctissimi magistri Johannis de Gersonno presens opus: opera et impensis reverendi Bartholome Caldenteii, sacre theologie proffessoris impressum est: arte vero et industria ingeniosi Nicolai Calafaii (f. Calafati) Balearici in maiori ex Balearibus imprimentis, anno salutis MCCCCLXXXV, die vero XX mensis junii.

- Sigue: Jacobi Olesie civis balearici vice impressoris ad lectorem epygramma.

Perstrinxit legis praxim moresque Joannes,

Cui de Gersonno nomen habere datur.

Si ergo tuum, lector, pectus celestia tangunt,

Hunc eme: plus solus quam tibi mille dabit.

Iste docet mores sacros, animumque perornat,

Vitaque sit nobis qua peragenda via: 

Quid sit honestum, quid iustum, quid denique sanctum,

Quidve pium monstrat, quae fugienda mala.

Detegit hic celum, et callem flagrantis averni

Neu phlegethonteis afficerere malis.

Ad summam: hic vigili ducit rectore carinam,

Quae mundi immergi naufraga posset aquis.

Huic igitur grates tanto pro munere, lector,

Redde; sed est nobis gratia habenda magis. 

Ille opus exegit: fateor; sed copia habendi 

Nostra est per terras multiplicata manu.

No debo olvidar la noticia de algunas ediciones extranjeras, por ser de aquellas clásicas que con tanto conato examinan y celebran los bibliógrafos de otras naciones. Y sea la primera el Comentario del jurisconsulto Juan Andrés sobre las constituciones llamadas Clementinas, impreso en Roma en 1473, en folio, del cual hay aquí un ejemplar, con este epígrafe final copiado a la letra: "Presens harum Clementinarum preclarum opus Jo. An. iuris canonici lumen. alma in urbe Roma. totius mundi regina et dignissima Imperatrix. que sicut pre ceteris urbibus dignitate preest. ita ingeniosis viris est referta. non attramento plumali calamo neque stilo ereo. sed artificiosa quadam adinventione imprimendi seu caracterizandi sic effigiatum. ad Dei laudem industrieque est consumatum. Per Udalricum Gallum Almanum. et Simonem Nicolai de Luca. Anno Domini M.CCCC.LXXIII. die vero sexta mensis Julii.” Quiso de buena fe el impresor advertir que el libro no estaba escrito con pluma, no tanto por su semejanza con los manuscritos, que es muy grande, cuanto por precaver el daño que sufrieron en París los compradores de las Biblias que imprimió Fausto N., el cual vendió los ejemplares impresos a precio tan subido, como si fueran escritos de mano. Y yo sospecho que este ejemplar está impreso de plancha, y no con caracteres sueltos; y que a eso alude la palabra effigiatum. En fin, de esto podrá decirse más, si conviene, viendo los bibliógrafos modernos.

Lo mismo podrá hacerse con la antigua y primera edición de Apuleyo, de que hay aquí un ejemplar muy bien conservado, en un vol. fol. sin signaturas ni foliatura, donde están todas sus obras, con el Breviario que trabajó Alcinoo de la vida y doctrina de Platón. Allá va su epígrafe final: Lucii Apuleii platonici madaurensis philosophi metamorphoseos liber: ac nonnulla alia opuscula eiusdem: necnon epitoma Alcinoi in disciplinam Platonis desinunt. Anno salutis M.CCCC.LXIX. Paulo Veneto regnante secundo. anno eius quinto. die vero ultima mensis Februarii. Rome in domo Petri de Maximo. No honra menos a esta biblioteca la posesión de otra edición extranjera, pero que puede reputarse por española por serlo el sabio monje de Poblet Blas Romero que la procuró, a quien debe Italia la correctísima impresión de las obras morales de nuestro Séneca, que es la de que hablo. Es la misma de que en mi viaje de Francia encontré dos ejemplares en Perpiñán. No me será desagradable dar aquí su noticia. Es un vol. fol. que contiene todas las obras morales de aquel filósofo, y al fin de sus Proverbios se halla este epígrafe: Sub domino Blasio Romero, monacho Populeti, philosopho ac theologo celebri est impressum hoc opus in civitate Neapolis anno Domini M.LXXIIIII (sic), Divo Ferdinando regnante. En la nota numeral falta la de los centenares que debe ser CCCC. Y aunque al fin no se halla nota de edición, mas es la misma desde el principio al fin del volumen, y no queda duda en que toda es de ese año 1475.

Todos estos libros eran antes de la santa iglesia catedral, de cuyo archivo los sacó el M. I. Cabildo y regaló a esta biblioteca el año 1798 para la común utilidad. Y los ha encuadernado curiosamente y a sus costas el bibliotecario Don Guillermo Remón, presbítero.

En la biblioteca de este convento de mi orden he visto algunas ediciones antiguas, dignas de memoria. Una hay de la Ética y otros libros de Aristóteles, fol., cuya época no pude saber por carecer el libro de las primeras y últimas hojas. Pero ciertamente es de las primeras producciones de la tipografía, como se ve no sólo en que carecen de foliaturas, sino en el aire que se da a los manuscritos, y por un no sé qué que se echa ya de menos a proporción que este arte se fue extendiendo.

De la obra De regimine Principum de fray Egidio Romano, del orden de San Agustín, se halla aquí la versión lemosina en dos diferentes ediciones de Barcelona. La primera concluye así: "Referida gracia al omnipotent Deu es dat fi a la preclarissima e divina obra de moral philosophiae a recolligida de tot lo discors de ethica, iconomica e politica del princep dels philosophs Aristotil per lo litteratissim e (leo litteratissime) reverend mestre en sacra theologia frare Egidi Roma del orde de Sant Agosti, en vulgar catalá, ab algunes gloses molt specials posades en la fi dels capitols, prenent lo vocable textual sobre lo qual es la glosa. Impressa en la insigna ciutat de Barcelona per mestre Nicolau Spindeler empremptador, a despeses del venerable en Johan Çacoma, venedor de libres; emendat e corregit per lo reverend mestre Aleix, regint les scoles en dita ciutat: lo segon dia de noembre, any M.CCCC.LXXX.” Es un vol. fol. sin foliaturas, impreso magníficamente a plana entera. La otra edición tiene el mismo epígrafe final, sino que se dice impresa per Johan Luschner, alemany, empremptador, a despeses del honorabile Franch Torber, mercader alemany... a XXII de octubre, any M.CCCC.XCVIII. Vol. fol. a dos col. sin foliatura. Va lo dicho por si es especie nueva y no conocida, que aquí no me es fácil reveer mis trabajos anteriores ni lo que publicaron algunos bibliógrafos. En la misma duda estoy acerca del autor de esta traducción lemosina, de quien el libro no da indicio alguno.

También se halla el opúsculo del Papa Inocencio III antes de subir a la Silla de San Pedro, De vilitate conditionis humanae, impreso en Barcelona por el presbítero Pedro Posa, año 1499, de cuya obrita ya he hablado otras veces.

Más apreciable es otra edición no conocida de nuestros bibliógrafos, porque tampoco lo es la obrita que contiene. Su autor, el noble Valenciano D. Francisco Carroz, está reconocido por Bayer en la Bibl. vetus de Nicolás Antonio, como poeta de fines del siglo XV. Mas aquí entre los tomos de Varia en 4.° hay un escrito suyo en prosa lemosina, que es y debe llamarse poema moral. Comienza por este título, estampado en la primera hoja con letras grandes: Moral consideracio contra las persuassions, vicis y forces de amor. Sigue en la segunda hoja una carta con este epígrafe: Fon demanada diverses voltes per una persona de gran stima a Don Francesch Carroç Pardo de la Costa una sua moral consideracio; lo qual trames aquella ensemps ab la present lletra. Sigue una carta dirigida al que le pedía su obra, la cual dice que tenía compuesta diez o doce años había. A la carta sigue otra vez el título así: Regoneixença e moral consideracio contra les persuasions, vicis e forces de amor, feta per lo noble Don Francesch Carroç Pardo de la Costa. La obrita con lo dicho compone veinte y ocho hojas de bellísima letra; mas no consta el lugar ni año de impresión, que también carece de foliatura; pero siendo tan parecida a las de aquella ciudad, de donde era natural y donde vivía el autor, es claro que debe tenerse por de la misma, y según conjeturo del año 1480 al 1490. Para muestra de su composición y lenguaje limado copiaré aquí el trozo siguiente. Después que al estilo de los poetas de aquel tiempo personifica a la razón que rebate los argumentos de la pasión y persuade la vanidad y locura de los que sirven al amor (en que hay cosas graciosísimas), el autor, que supone haber oído estos razonamientos en el silencio de la noche y en el secreto de su corazón, concluye así su tratado: "De tan gran excellencia foren vistes a mi les coses hoydes e contemplades, que mes avant los dubtes de ignorancia, la diversitat dels contrasts, e los combats d' importuna temptacio, no trobaren loch en mi. Axi que per gran benaventura mia, vent (veent, veient) la causa de amor condemnada, e la mia flaca força defesa; ¿com pore yo callar e detenirme que les mies altes veus no criden:? ¡O mortals, o mortals! y mes vosaltres enamorats! obriu, obriu los ulls: que aquell, a qui naixer li have, morir li resta: y al que segueix error dolor li es aparellada. No durmau, que temps es de vellar. Vellau, vellau; e si la pesada son dafectio enganosa vos te occupats, tant que clar iuhy nous consenta, desperteus la vostra propria naturaleza, de la qual grans clamors hoig esent que son los que dona. Mirau que diu: liberts, carts, simples, tractables, sens enveja, sens vana gloria, sens superbia, sens crueldat, sens frau, sens cobdicia vos engenrri. De mi no enganos pensament, no cautela simulada, no la fe corrompuda, no falsa religio, ni les tantes diversitats de mals rebés. Hon es lo reçel, hon la vergonya, en veure que pijors finam, que no començam? Esi (E si) aquesta (veu) no basta, que tant y mes de quant bastar deuria, despertenvos los incomportables dans, que de vostres breus y dolorosos delits sentiu. Despertenvos les forces de la raho, e lo premi de la virtut: la una volent, e laltra seguint, sereu guiats, sereu defensats, seran spargits los nuvols que porten ceguedat a la vista, etc.” Tampoco quiero omitir que hablando de los males y precipicios a que el amor ha conducido a los que le siguen, entre los varios ejemplares de los antiguos que cita a este propósito, pone los dos siguientes: Lo nostre Massias, l'  espanyol Oliver de si mateix amant foren homeyers. ¿Quién serán estos Masias y Oliver, homicidas de sí mismos por la fuerza y violencia de su amor? Sin duda serían desgracias recientes y conocidas de todos en tiempo del autor. Item: he advertido que a lo que ahora llamamos minutos de hora, él todavía llama puntos, cuando pintando la vanidad que suele reinar en los profesores de las artes y ciencias dice: "Pasem al astrolech: sent com les steles e los signes, los planets tarts o langers en hores e punts ab lo seu moviment les spheres discorren.” Debes saber que hasta fines del siglo XV no se conoció el nombre de minutos. Y baste de su libro: el cual, si me queda ocio para ello, he de copiar entero. Vamos a otra cosa.

Hállase aquí la edición que creo ha de ser rara de la obra siguiente de medicina: Johannis Maliani, Mediolanensis quaestio de caliditate corporum humanorum tempore hiemis et estatis, et de antiparistasi, ad celebrem philosophorum et medicorum universitatem Ticinensem. = Al fin del tratado dice el autor: Finita Galiate X octavo mensis novembris M.CCCC.LXXII. Luego sigue este dístico tipográfico:

Mira Parmensis Zaroth me Antonius arte

Anguigeri prima fecit in urbe ducis. 

M.CCCC.LXXIIII. die XX. septimo augusti.

Es un vol. en fol. de sesenta y dos hojas, impreso a dos columnas sin foliatura ni signatura alguna, muy bien conservado.

De la obra lemosina de albeiteria de Manuel Díez se halla aquí una edición no conocida, y sin duda anterior a las que lo son. Dice así el epígrafe final: "Fonch estampat lo present tractat molt necessari e profitos per qualsevol cavaller ho gentil home, ço es, per saber coneixer qualsevol malaltia ho accident que pot venir al cavall ho a la mula e saber curar aquelles. E fonch estampat en la insigne ciutat de Barçelona al Bany nou per Dimas Bellestar y per Joan Gigló. E fonch acabat a XVIII del mes de juyn del any M.D.XXIII.”

Del Español Salvador Matamoros habló Nicolás Antonio, mas no tuvo noticia de la siguiente obra suya: "Reveren. D. Bacalaurei Salvatoris Romani Matamoros Hispani. = Computus novus ecclesiasticus sive Romanus, in quo multa ad diversarum rerum notionem continentur, aureus scilicet numerus, concurrens sive epacta, littera dominicalis, dierum festorum mobilium inventio, lunae coniunctiones, etc. = Quae omnia unusquisque perpetuo absque breviario, calendariove, summa brevitate facillime per sinistrae manus iuncturas consequi poterit; noveritque quantam ipse reveren. baccalaureus Salvator ecclesiasticis nedum, sed et laicis omnibus utilitatem miro attulerit artificio. = Venetiis apud Jacobum Picaiam excudebat 1570.” Todo es del frontis del librito en 4.° dedicado al Cardenal Cervantes, Arzobispo de Tarragona. El autor dice que concluyó esta obrita idibus aprilis 1567 in Romana curia.

Estas y otras antiguallas bibliográficas hay en esta librería, que ciertamente no merecen el desprecio y olvido en que yacen, que respeto de algunas de ellas llega a algo más que a desaliño y poca curiosidad.

La biblioteca de los PP. Capuchinos llamó particularmente mi atención, y llamará la de cualquiera que tenga gusto de ver una pieza aseada, y unos libros colocados y cuidados como se merecen tan fieles amigos. Esto debe la que digo a su bibliotecario el P. Fr. Luis de Villafranca, que no sólo la ha enriquecido con su diligencia, sino que ha encuadernado por su mano los libros, restituyendo a muchos la vida, que estaban a punto de perder en manos de especieros, y de otros que no lo son. Valiole para esto un conocimiento no vulgar en la bibliografía, amén de los que posee en la historia de su patria. Pero lo que más le agradecí fue la colección de ediciones del siglo XV, que tiene reunidas con algunas obras manuscritas, de los cuales me he propuesto indicar las más notables para ilustración de los extranjeros, que en esto, como en otras cosas, debían habernos tratado con menos orgullo.

Posee, pues, esta biblioteca la primera impresión de los XXXVII libros de Historia natural de Plinio, impresos en Venecia por Juan Spira en 1469; en un vol. fol. max., y tan bien conservado, que yo dudo puedan estarlo más los que posean otras naciones.

Una Biblia fol., a dos col., sin principio ni fin; mas su carácter, abreviaturas, tinta y otras notas, la hacen atribuir al 1470, o por ahí.

El opúsculo que el Papa Sixto IV escribió, siendo Cardenal, sobre la famosa cuestión De relicto in terris Sanguine Christi; al cual sigue el otro tratado suyo, también conocido, De potentia Dei. Todo compone un vol. fol. entero y bien conservado, sin año ni nombre de impresor. Mas debe advertirse que al libro precede una epístola dedicatoria al mismo autor, siendo ya Papa; y en ella, al fin, se lee lo siguiente: Johannem Philippum de Lignami Messanen. Siculum insuper, B. pater, ita commendatum in omnibus habeas, ut S. tuae servum, ut egenum, ut fidelissimum, immortalitatisque et laudum tuarum studiosissimum. Cabalmente este Felipe de Ligname era un impresor de Roma, de quien quedan algunas ediciones de los años 1470, 73 y 75. ¿Y no bastará la circunstancia de expresarse su nombre en aquella carta para decir que él la imprimió con toda la obra? Porque si fuera otro el artífice, no es regular que él, con sus mismas manos, eternizara el nombre de otro artífice; y en caso de recomendación al Papa, buscaría la suya primero que la ajena. Todavía queda que observar en este libro; y es que al fin, después del registro de los cuadernos, hay en medio de la plana estas palabras, y de esta manera:

GOD

.AL

Las cuales no sé explicar. Y si alguno quiere que expresen el nombre y apellido del impresor, y si es así en la realidad, entonces vendrá abajo la conjetura que dejo apuntada. Sea enhorabuena; venga abajo; entretanto no me pesa de haberla indicado. Tal vez sea Deo gratias en alemán (Gott sei Dank).

Un vol. en 4.° contiene las obras del Petrarca. Al fin de sus canciones y sonetos se halla esta nota: Qui finisce le canzone et sonecti del Petrarcha, poeta excellentissimo, facte in Roma nel tempo del Sanctissimo in Xpo. Patre et Signor nro. S. Paulo per la divina providentia Papa II. et del suo pontificato anno septimo. Nelli anni del nro. Signor jho. xpo. M.CCCC.LXXI. a di X. di luglio. A este epígrafe siguen todavía otras canciones del mismo, y un compendio de su vida. Conocen los extranjeros las ediciones de estas poesías del año 70 y 73; mas esta del año 71 no la conocen.

Lo mismo sucede con la impresión de la suma Defecerunt de San Antonino de Florencia de 1476, hecha en Venecia por Juan de Colonia y Juan Manthen de Gherretzhem. Del mismo Santo está la edición ya conocida de la Suma, impresa en 1477. Lo mismo con la del libro IV de los Sentenciarios de mi Angélico Doctor Santo Tomás de 1478, cuyo epígrafe final dice así: Preclarum hoc opus Quarti scripti Sancti Thome de Aquino artificiosa quadam adinventione imprimendi seu caracterizandi, absque ulla calami exaratione sic effigiatum, et ad Eusebiam Dei industrie est consummatum Venetiis per magistrum Leonardum Vvild (Wild) de Ratispona anno Domini millesimo quadringentesimo septuagesimo octavo. die decima octava mensis marcii. Lo mismo con esta otra: Fenestellae de magistratibus romanorum opus clarissimum ac perutilissimum. Impressum Mediolani in kalendis mensis Februarii. M.CCCC.LXXVII., en 4.°, sin foliatura. = Dejo aparte otras muchas de escritores de mi orden, que estas las he notado en su Biblioteca particular, donde lo lucirán bien.

No tengo ocio para examinar si las que voy a decir son o no conocidas; mas ellas son antiguas, y merecen serlo. = Un vol. fol.: Expletum est opus istud moralium beati Gregorii pape diligentissime correctum et emendatum per D. Bartholomeum Cremonen. canonicum regularem. Impressum Venetiis per Reynaldum de Novimagio Teoteutonicum anno Domini millesimo quadringentesimo octuagesimo, quartodecimo Junii, presidente Venetiis inclito duce Joanne Mozenigo. = Otro idem: Excellentissimi historici Platinae in vitas summorum pontificum ad Sixtum IIII. pontificem maximum preclarum opus feliciter explicit. accurate castigatum ac impensa magistri Joannis Vercellensis. M.CCCC.LXXXV. die X. Februarii. = Otro en 4.°: Expliciunt Sermones Giliberti super cantica canticorum Salomonis per Nicolaum Florentie, anno Domini. M.CCCC.LXXXV. sexto decimo chalendas maias. = Otro idem: La Suma de ecclesiastica potestate del Agustiniano Fr. Agustín de Ancona, en Venecia, 1487, por Juan Leoviler de Hallis. = Otro en fol.: Opera et libri Thomae de Kempis hac charta quam salutari fine clauduntur in vigilia Andreae Apostoli anno Xpi. 1494. Nuremberge per Caspar Hochfeder Opificem accuratissime impressi. = A este tenor hay otras muchas ediciones extranjeras de escritores de otras naciones, cuyo catálogo sería larguísimo; y que no omito por eso, sino porque quiero decir lo que hay de cosas nuestras. Pero antes me ocurre no dejar en el olvido una impresión, que es sin duda alguna de las primeras, aunque no se notó ni el año ni el lugar, con ser así que el volumen, que es en 4.°, está completo; el cual tiene la singularidad de notar los folios en cifras romanas al pie de las planas: y son en todo ciento ocho. Contiene los siguientes tratados: Epistola beati Eusebii ad Damasum Portuensem episcopum, ad Theodosium Senatorem romanum, de morte gloriosi Jheronimi doctoris eximii: = Epistola beati Cirilli secundi Jherosolimitani episcopi ad Augustinum Aurelium doctorem Iponen. episcopum de miraculis beati Jheronimi doctoris eximii. Vamos ahora a nuestras cosas.

Del célebre Antonio de Nebrija dice Don Nicolás Antonio que el año 1508 todavía no había publicado su famoso Diccionario. ¿Cómo podré yo creer tal cosa, cuando le hallo aquí ya impreso en 1507, y lo que es más, traducido al idioma catalán? Pues ello es así. Tienen estos PP. un vol. fol., que comienza por la dedicatoria de Nebrija a Don Juan de Zúñiga, traducida del latín al catalán, e impresa a dos columnas. Sigue el Diccionario del latín a la correspondencia catalana; y al fin de él este epígrafe tipográfico: "Aelii Anthonii Nebrissensis grammatici lexicon ex sermone latino in hispaniensem Barchinone impressum per Karolum Amorosis impençis fratris Guabrielis Busa, ordinis divi Augustini anno M.D.VII.” = Después de esto, en la misma plana final, dice de letras muy gruesas: Vocabularius Aelii Anthonii Nebrissensis. Y en la plana siguiente empieza la dedicatoria al mismo Zúñiga del Diccionario castellano al latín, traducido también al idioma catalán lo que aquel sabio escribió en castellano: y luego el Diccionario catalano-latín. Al fin del cual hay esta nota: "Aelii Anthonii Nebrissensis grammatici dictionum hispanarum in latinum sermonem translatio explicita est. Ac denuo ex hispano in acetanicum idioma accuratissime nitidissimeque transcripta: impressaque Barcinoni per Carolum Amorosis, impensis fratris Gabrielis Busa. anno millesimo quingentesimo septimo, nono calendas octobris.” Antes de pasar adelante, reflexiona dos cosas: 1.a, que en estos epígrafes claramente se dice que la versión catalana se hizo de la edición castellana: 2.a, la rareza de llamar acetanicum al idioma catalán, en lo cual sin duda quisieron decir Lacetanicum, aludiendo a los pueblos Lacetanos, que en tiempo de los Romanos eran el territorio de Barcelona y sus inmediaciones. Todavía me falta decir algo de este libro, y es un epigrama que el impresor Carlos Amorós puso al fin, de esta manera: Idem Carolus ad lectores de impressione tetrastichon.

Si quando nostris placuit candore metallis

Hanc eme, que tota candida parte nitet: 

Hanc eme; nec pavidus faciat deponere pallor

Nummorum, quando venditur aureolo.

No es menos apreciable la edición del Tito Livio, traducido al castellano, del año 1516, que ni Nicolás Antonio, ni Pellicer (Biblioteca de traductores), ni otro alguno que yo sepa, conocieron. Y el caso es que yo tampoco conozco al traductor. Pero aquí está su obra en un vol. fol. de ciento ochenta hojas, a dos columnas, que contiene las tres Décadas primeras de dicho historiador. La nota de la impresión dice así: Aquí se acaban las decadas de tito livio nuevamente emprimidas en la imperial ciudad de Toledo por Juan de Villaquiran imprensor (sic) de libros. Acabose a veynte dos dias del mes de Março año del nascimiento de nuestro redemptor et salvador Jesuchristo de mill et quinientos et deziseis años.

Al fin del mismo vol., en que está la edición de Fenestella que cité arriba, se hallan los dos breves escritos de nuestro Diego de Muros: Breve epithoma rerum apud Malacam gestarum anno M.CCCC.LXXXVII. editum

per D. Murum Reverendissimi D. Cardinalis Hispaniae secretarium: ad reverendissimum patrem et amplissimum dominum D. Jo. Episcopum  Albanensem Cardinalem Andegavensem ex castris missum. Son cuatro hojas en 4.° = Ad Reverendissimum D. Cardinalem Andegavensem Didaci Muros R. D. Cardinalis Hispaniae secretarii de victoria Serenissimi Regis Hispaniarum contra mauros granatenses anno LXXXVIII. feliciter parta Epistola incipitur. Esta carta está fecha en Murcia a 4 de las calendas de agosto, año 1488. Estas dos obrillas, aunque impresas, son de las que deben reputarse por manuscritas, porque su misma pequeñez las ha hecho raras; y así irán copiadas para nuestras Colecciones. De ellas hizo mención Don Nicolás Antonio. Mas, ¿de dónde sacaría este bibliógrafo que Diego de Muros era religioso Mercenario y Obispo de Tuy en el año 1473? Porque estos escritos de los años 1487 y siguiente suponen que no hubo tal cosa, si bien lo miramos.

A continuación de estos impresos se halla otro,

intitulado: "Oratio Antonii Geraldini prothonotarii apostolici, poetaeque laureati, ac regii oratoris, in obsequio canonice exhibito per illustrem Comitem Tendille per prothonotarium Methimnensem, et per ipsum prothonotarium Geraldinum nomine Serenissimorum Ferdinandi regis et Helisabet regine Hispanie Innocentio octavo eius nominis pontifici maximo.” También irá copiada, para el objeto que dije, esta oración, al fin de la cual se dice: habita Rome XIII. kal. Octobris anno salutis sexto et octogesimo supra CCCC. et M. Y digo que la copiaré, no sólo por pertenecer a cosas de España, como es la embajada de nuestros Reyes al Papa, sino también porque yo tengo a su autor Geraldino por Español. Muéveme a ello: primeramente el verle encargado de dicha embajada, junto con otros dos Españoles, y por unos Reyes que ninguna necesidad tenían de dar este honor a un extraño. Por otra parte, en mi Viaje a la iglesia de Gerona, en un códice manuscrito, donde el curioso Catalán Pedro Miguel Carbonell dejó escritas varias cartas y poesías de sus amigos, hallé algunas poesías latinas de este Antonio Geraldino, y de otro del mismo apellido, llamado Alejandro, apellidándose ambos Amerenses. Lo impuestos que ambos se muestran en nuestras cosas en aquellas composiciones, y la particular amistad con nuestros literatos de aquel tiempo, me han movido siempre a tenerlos por nacidos en Amer, villa de Cataluña, y por unos de aquellos Españoles, a quienes el benéfico reinado de Alfonso V de Aragón atrajo a Italia, donde con mucho honor nuestro cultivaron las ciencias.

Todavía queda otra cosilla en este volumen; y es: Valasci Ferdinandi, etc., illustrissimi Regis Portugalliae Oratoris ad Innocentium octavum pontif. max. de obedientia oratio: la cual tampoco es conocida, que yo sepa.

Vaya ahora la breve noticia de una obrita lemosina, sino que no conozco a su autor, ni aun consta el año de la impresión ni el lugar; pero es indubitablemente de fines del siglo XV. Es un tomito en 4.°, de ciento veinte hojas, en la primera de las cuales, que es la portada, se ve dibujado un penitente confesando sus culpas a un religioso, y al pie de la estampa se lee:

Dels confessors la vera guia

Dels confitens segura via.

En la hoja siguiente, al principio de la obra, se lee este título: Enterrogatori e confessional en quatre parts suptilment dividit. Es lo que indica: método para confesarse.

Hay también un Diario de los sucesos de la armada de la liga, mandada por el Serenissimo Señor Don Juan de Austria en los años 1571, 72, 73 y 74: escrito por Fr. Miguel Cerviá, religioso Franciscano, natural de Mallorca, Vicario general de la armada (según se dice) y confesor de dicho Don Juan, como él mismo lo dice, al fin del año 1572. Es un tomito corto, manuscrito, en 4.°, que dándolo Dios copiaré antes de marchar.

Del notario Catalán Francisco Solsona está el Stilus capibreviandi, o de ordenar los Cabreos (capbreus), de una edición muy anterior a la que indica Nicolás Antonio del año 1561, y esta es de 1547, en Barcelona, por Salvador Leget. Y ya que lo nombré, allá va su título entero: Stilus capibreviandi, cum multis questionibus, ac aliquibus regie audientiae decissionibus ad rem facientibus, cum formis creandi iudices, concessionum territoriarum, stabilimentorum, novarum laudationum, recognitionum, amortizationum, et aliquarum litterarum ordinario et alcaldis missarum. Al fin del tratado, dice de sí mismo el autor que nació en la villa de Anglesola, que lo es de Cataluña.

Manum de tabula, porque si hubiera de notar todas las impresiones que voy hallando omitidas por nuestros bibliógrafos, faltaría al principal objeto de mi viaje. Esa ocupación sería muy propia de la biblioteca real, por ejemplo, que ya debió aumentar y enmendar la Biblioteca nova de Nicolás Antonio, cuando la reimprimió en 1783, y no dárnosla tal cual la dejó su autor. Y no porque yo tenga esta carga por tan propia de aquel establecimiento, dejo de apuntar cuanto puede contribuir a aquel objeto, sino que no lo digo aquí, porque su lectura sería muy molesta. Además de todo esto hay en la misma librería los códices rituales propios de esta diócesi, de que ya hablé en lo de ritos, y otros Misales impresos a fines del siglo XV y principios del siguiente; de todo lo cual se sirve Dios, como sabes, para la historia general de nuestros ritos antiguos.

Un caballero particular de esta ciudad, llamado Don Antonio Ignacio de Pueyo, posee una biblioteca curiosa con algunos mss. que merecen memoria, y son:

Un códice fol. men. en vit. ms. en 1291, como se lee en el frontis, y contiene todos los privilegios y franquezas concedidas hasta aquella época a los habitadores de Mallorca, así por el Rey Don Jaime I de Aragón, como por su hijo Don Jaime, heredero de estas islas, antes y después de reconocerse feudatario de su hermano Don Pedro III de Aragón. Están copiadas enteras las mismas escrituras, pero traducidas al lemosín; y aunque esto desmerece en la diplomática es apreciable para ver el uso que se hacía del idioma lemosín y su riqueza. ¿Y qué había de hacer sino copiarlo todo para aumentar con este los cuerpos de legislación del siglo XIII y XIV que tengo recogidos? Allá va pues (a: Ap. núm. XII.). Sólo he omitido los Usatges de Barcelona que están al fin del libro, porque estos ya son conocidos en el continente. El códice debió servir para alguna curia o corte o dígase juzgado de esta isla; si no es que digamos que sirvió para uso de algún Judío o de su aljama de esta ciudad en atención a algunos letreros rabínicos que se hallan en algunas hojas. Al lado de este códice está colocada y muy bien otra colección de los privilegios concedidos a los Judíos de Mallorca en los siglos XIII y XIV; de la cual he podido copiar pocos documentos.

Otro códice, fol. max., de mayor mérito, aunque no de tanto provecho, es el que contiene las obras del poeta Stacio Papinio Surtulo, es a saber, los XII libros del Thebaidos, los V del Achileidos (a) y los IV de las Silvas. Es sensible que a todas estas obras falten algunas hojas al principio, porque el códice es de gran lujo y indubitablemente del siglo XII, como se ve en la letra minúscula del texto. Y aunque los Italianos del tiempo de Alfonso V de Aragón remedaron estas antiguallas, esta sin embargo la tengo por del siglo que he dicho. 

Hay también un fragmento (en dos hojas en fol. que habían servido de cubiertas a algún libro) del concilio IV Toledano, esto es, desde su cap. 42 hasta el 70, ms. del siglo XI, y en el que he notado algunas variantes.

Posee también dicho caballero algunos opúsculos raros ya entre los literatos. Item: la obra del Cardenal Besarion Adversus calumniatorem Platonis, de la edición romana del siglo XV, sin nota de año, por Conrado Suueynbeym y Arnoldo Panartz.

(a) Después de mi regreso al continente he visto algunas ediciones de este poema Achilleidos, en las cuales sólo se conocen sus dos libros primeros. Si los tres restantes son de Stacio y no se han publicado aún, ¿cuánto más sube el precio de este códice?

Item el Teophrasto De historia et causis plantarum, impreso en Tarvisio en 1483, con algunas otras curiosidades.

Y esto y no más digo de las bibliotecas de Mallorca.

A Dios. Palma, etc.

jueves, 23 de marzo de 2023

CARTA CXLV. Causas que retardaron la erección de la Silla episcopal de Mallorca:

CARTA CXLV.

Causas que retardaron la erección de la Silla episcopal de Mallorca: derecho que pretendía tener sobre ella el Obispo de Barcelona. Primera dotación de su catedral. Nombramiento de su primer Obispo por el Rey. No lo aprueba el Papa y reserva la nueva iglesia a la Silla Apostólica. Varias disposiciones a favor de ella mientras carecía de Pastor. Elección de este por encargo del Papa, quien declara a la iglesia sujeta inmediatamente a la de Roma. Instancia infructuosa sobre ello por parte del Arzobispo de Tarragona. Quién eligió sus Obispos y cómo se intitularon estos.

Mi querido hermano: Es cosa sabida de todos que cuando se restauraron las iglesias de la corona de Aragón, o se unieron a sus metrópolis antiguas, o fueron agregadas a otras nuevas, conforme aconsejaban las circunstancias, y según el estado que tenían las relaciones de nuestros Reyes con la Silla Apostólica. Así es que la metrópoli de Tarragona, a poco más de un siglo de su restauración, se vio otra vez en posesión de su provincia, casi tan entera como la tenía al tiempo de la invasión de los Árabes, con la añadidura de la iglesia de Valencia, que en lo antiguo pertenecía a Toledo.

Sola la iglesia de Mallorca se eximió de esta regla general, no reconociendo desde el momento de su restauración al metropolitano de Tarragona ni a otro alguno, hasta que se erigió la provincia, separada de Valencia en 1492: quedando en todos estos años sujeta inmediatamente a la Silla Apostólica, de quien recibía la confirmación y consagración de los Obispos, aun de los que ella misma se elegía. Ahora que sé esto, cesa la admiración que me causaba en mis viajes de Cataluña el no hallar las escrituras de obediencia canónica de estos Obispos al Metropolitano, como se hallan con frecuencia las de los otros, y el ver que ni estos Obispos ni su Capítulo concurriesen en manera alguna a tantos y tan famosos concilios provinciales que allá se celebraron en esa época; y ahora verá cualquiera la razón por qué no se halla aquí ningún códice de aquellas Constituciones, que ni acá se recibían, ni habían de servir para gobierno del clero. ¿Mas qué causas pudieron producir esta novedad? ¿Ni cómo era posible que el Rey Don Jaime, que en estas materias era tan celoso, consintiese que una iglesia, cuya restauración le costaba tan caro, quedase separada de la metrópoli de sus estados? 

¿Ni cómo el Papa Gregorio IX, que apreciaba tanto los servicios hechos a la cristiandad por aquel Monarca, que sólo por complacerle agregó a Tarragona la nueva iglesia de Valencia, separándola de su antigua provincia, y esto ocho años después de la conquista de Mallorca; cómo digo, ahora que le ve en los principios de sus empresas contra los Moros, separa esta isla de la jurisdicción eclesiástica de su reino, y parece oponérsele en todos sus deseos, hasta el punto de no confirmar por Obispo al primero que le presentó? Por fundadas que parezcan estas dudas, es muy fácil la solución. En el correo pasado viste ya como el Papa Romano puso estas islas bajo la jurisdicción del Obispo de Gerona Servus Dei a fines del siglo IX, dando con esto a su sucesor Guillermo de Cabanellas algún título para pretender la jurisdicción episcopal de ellas. Más fuerte y de mayor vigor era el que, según dije, podía alegar el Obispo de Barcelona por las repetidas confirmaciones que había ya dos siglos tenía de la Silla Apostólica. Pero este derecho no despertó los celos del sacerdocio y del imperio, hasta que llegó el feliz momento de la conquista. Entonces sería muy regular que los Prelados pidiesen la posesión del país. A lo menos esto consta del de Barcelona Don Berenguer de Palou, que trabajó con mucho ardor por la libertad de la isla, hasta perder parte de un pie en una refriega con los Moros, bien fuese gobernando la nueva grey desde la Sede de Barcelona, bien eligiendo él sus Obispos. Por otra parte era muy natural que el Rey Don Jaime quisiera que tuviese Obispo propio la nueva posesión ganada a

tanta costa; que así como era bastante en todo para tener el dictado de reino y añadir este nuevo timbre a la corona del conquistador, también merecía el cuidado exclusivo de un solo Pastor, y más atendida la distancia de la diócesi de Barcelona. Más es que como sucesor del Rey Don Pedro I de Aragón podía, en virtud del privilegio Apostólico de San Gregorio VII, adjudicar la nueva iglesia a la que quisiese. No dejaría de apoyar estas sanas intenciones del Rey el Arzobispo de Tarragona, y más siéndolo entonces su grande amigo y aun pariente Don Sparago de Barca; que aunque sólo fuera por ser Metropolitano debía sostener la libre elección de Obispo propio en Mallorca con sujeción a su jurisdicción.

He aquí una competencia que por lo menos debía retardar la erección de la nueva Silla episcopal, hasta que de un modo o de otro se conciliasen intereses tan encontrados. En el Spicilegium de D'acheri (tom. VII, pág. 211) se publicaron las actas del convenio firmado por ambos competidores en el monasterio de Poblet, año 1230, con intervención del Abad de aquel monasterio y del de Santas Cruces, donde lo era San Bernardo Calvó, después Obispo de Vique. Concordáronse, pues, en que el Rey hiciese el primer nombramiento de Obispo, el cual pudiese repetir, si el nombrado muriese antes de consagrarse. Mortuo autem, dicen, isto primo Episcopo consecrato, postea perpetuo fiat electio per Episcopum et Capitulum Barchinonae cum assensu Regis Aragonum, qui tunc regnabit, et de gremio ecclesiae Barchinonae, si ibi potuerit idoneus reperiri. Si autem ibi inveniri non posset, de ipsa eadem ecclesia Maioricarum, vel de alia, per eundem Episcopum Barchin. et Capitulum, consentiente tamen semper Rege, Episcopus assumatur ad ecclesiam supra dictam. Balucio (Marc. Hisp., col. 525) se admira de que se invirtiese en la elección de estos Obispos el orden antiguo, según el cual se elegían de los individuos de la misma iglesia, y sólo a falta de ellos se buscaban de las extrañas. Mas a mí no me causa eso tanta admiración como el que una iglesia sufragánea, sin poseer el señorío temporal de un territorio, tuviese el patronato de elegir al Obispo comprovincial suyo. Y más me admira que tal cosa se tratase y asentase en los tiempos de un Gregorio IX y de un Don Jaime I de Aragón. No por eso dudo de la legitimidad del documento; aunque no deja de serme extraño que ni el original ni sus copias me hayan venido jamás a la mano. Mas en fin, sea de esto lo que fuere, en eso mismo se ve lo que antes decía, es a saber, que el Obispo de Barcelona sostuvo el derecho que pensaba tener sobre la nueva cristiandad de estas islas: y que acaso el no haber cedido de su empeño aquel Prelado fue la causa, no sólo de retardarse mucho la elección del primer Obispo de Mallorca, sino también del no esperado plan que se estableció en su iglesia.

Fuese consecuencia de este convenio, o porque el Rey tuviese para ello otros motivos, lo cierto es que este Monarca eligió por primer Obispo de esta iglesia a Bernardo, Abad del monasterio de Benedictinos de San Feliu de Guixols, que lo era ya desde el año 1220 y había contribuido a la conquista de esta isla trayendo consigo algunos hombres de armas, obligándose además a dar y pagar uno armado y un cuarto de otro para mantener dicha conquista. Habíale ya nombrado el Rey y presentado a la Silla Apostólica para su aprobación a 5 de abril de 1232, que es la fecha de la escritura de dotación de esta iglesia catedral, hecha por el Rey en Barcelona y dirigida a este Bernardo. En la copia adjunta (a: Ap. núm. XV.) (que es de un traslado auténtico muy cercano a su fecha, porque el original no lo he podido hallar) verás que además de asignar a la iglesia toda la décima y primicia del trigo, vino, aceite, animales y de todos los frutos en la parte que tocase al Rey en Mallorca, y en Ibiza y Menorca, cuando se conquistasen, les concede también la décima de la pesca en todos los lugares dichos y la de la moneda que en adelante se acuñase.

Además de este documento, ya conocido, consta la elección de dicho Bernardo para primer Obispo por un privilegio de exención de leuda, etc., que concedió el mismo Rey a los vecinos de Gerona a 12 de abril de 1232, donde entre los testigos firma: Bernardus, electus Maioricharum. Lo vi en el Libro verde del archivo de la ciudad de Gerona. Pero para qué son más pruebas estando aquí original el rescripto de Gregorio IX, que lo dice bien claro, y que es como la primera piedra del edificio de la exención de esta iglesia? Su fecha es de Reate a 31 de julio, año VI de su pontificado, que es el mismo año 1232. Va dirigido al Obispo de Urgel Don Ponce de Villamur, y al de Gerona Don Guillermo de Cabanellas. 

En él, después de decir como el Rey y el Arzobispo de Tarragona le habían suplicado que confirmase y consagrase a dicho Bernardo para Obispo de esta iglesia, que ya estaba dotada, encarga a aquellos Prelados que no siendo suficiente dicha dotación, exhortasen a aquel Príncipe a que la hiciese cual correspondía a su excelencia y a la decente manutención del Obispo y de los canónigos: y que cuando esto se verificase, procediesen con autoridad Apostólica a elegir Obispo para nueva iglesia y después a consagrarle. Añade que no queriendo en esto faltar al derecho de nadie, reservasen la iglesia de Mallorca ad manus Romanae ecclesiae hasta que la Silla Apostólica determinase del derecho de la de Barcelona y de los otros competidores (a: Ap. núm. XVI.). 

Esta reserva interina dentro de pocos años paró en propiedad y en cosa notoria y sentada. No sé si la dotación de la iglesia era o no suficiente; lo que sé es que la tuvo por tal el Arzobispo de Tarragona, y que el Papa Gregorio IX se vería precisado por algunos motivos a valerse de este pretexto para no dar gusto al Rey Don Jaime en la confirmación del Obispo que le pedía, después de haber trabajado tanto en dilatar la cristiandad por estos mares. Porque claro está que sin dejar de condescender con su voluntad, podía estrecharle por varias maneras a que aumentase la dotación; y no que alegando su insuficiencia, le hace pasar por el bochorno de que aquellos Obispos elijan a quien quieran para esta Sede. Otros motivos y muy graves debió tener el Santo Padre para usar de tanta dureza con un Rey tan benemérito de la iglesia y a quien en otras ocasiones trató con tanta distinción. Este lance sobre la iglesia de Mallorca y el chasco que en su restauración se llevó el Conquistador, influyeron sin duda en el decreto y firme resolución. 

Y entre estos motivos harto sobresale la empeñada pretensión del Obispo de Barcelona y de otros, la cual al cabo paró en privar a todos de lo que deseaban. Y el primero que fue víctima de este litigio

fue el Abad Bernardo, que excluido tácitamente en este rescripto, no consta que se honrase ya más con el dictado de Obispo electo de Mallorca: antes sé que continuó hasta su muerte en 1253, con sólo el título de Abad de su monasterio, como he visto en dos escrituras del archivo de este mi convento de Santo Domingo, la una del día 15 de octubre de 1234, y la otra del año 1236: sin contar otra posterior de 1238 de que hablé en el catálogo de aquellos Abades.

Pero quien sufrió en esto el mayor daño fue la nueva grey que tardó aún algunos años a tener Pastor. Yo no sé si los Obispos de Urgel y de Gerona, cumpliendo con el mandato del Papa, procedieron a elegir nuevo Obispo. Lo que me consta es, que a principios del año 1235 el mismo Papa mandó venir acá al Prepósito de Tarragona, Ferrer de Pallarés (que después fue el primer Obispo de Valencia), para que arreglase lo tocante al culto divino, ínterin que recibía y conservaba para el Obispo que se había de nombrar todas las donaciones, que así el Rey de Aragón, como el Infante de Portugal, Señor de Mallorca, y los demás heredados en la nueva conquista debían hacer a la iglesia, según lo que el mismo Papa había encargado en su rescripto al Arzobispo electo de Tarragona, Don Guillermo de Mongrí. Todo esto consta del rescripto pontificio dat. Perusii III idus januarii pontificatus nri. anno octavo, que es el 1235 (a: Ap. núm. XVII.). En efecto, vino acá y estuvo algunos meses dicho Prepósito; el cual por este camino sabemos que no era el Ferrer de San Martí; porque este, que era un noble seglar, firma algunas veces junto con el otro, de quien, como ya se dijo en los tomos anteriores, se llamó de apellido Pallarés (V. tom. XIX). Pues digo que recibió las donaciones de varios particulares que podrán verse en el Cartoral de esta iglesia, hechas en ese mismo año, las cuales todas van dirigidas Episcopo praeficiendo, in ecclesiam Sedis Maioricarum, en mano del Prepósito de Tarragona: quod Praepositus Terraconae, vel illi qui locum eius tenebit, recipiat in loco competenti et idoneo, como dice el Infante Don Pedro en la donación a esta iglesia del diezmo de todas sus posesiones, a 17 de noviembre de 1235: cosa que el Rey confirmó el año siguiente a 12 de octubre, hallándose en Monzón. De estas o semejantes expresiones usaban todos, a excepción de algunas que dirigían su donación al Arzobispo electo de Tarragona, a la manera que el mismo Rey concedió Episcopo praeficiendo in ecclesia cathedrali Maioricarum, et clericis residentibus in eadem, et vobis G. Dei gratia Terrachonen. electo, pro Episcopo et clericis memoratis, quod in eadem insula possint libere possesiones emere … ita tamen quod processu temporis, si nobis visum fuerit quod eadem ecclesia cathedralis ultra modum possesiones adquiriret in insula memorata, possimus auctoritate nostra propria hanc adquirendi licentiam revocare. Así dice la escritura original que está en esta iglesia, fecha en Barcelona a 13 de diciembre de 1235. De estas mismas fórmulas usan todavía algunas escrituras del año 1237, a mediados del cual todavía estaba esta iglesia sin Obispo.

Así consta de otro rescripto original del mismo Papa Gregorio IX, dado en Viterbo a 15 de julio, año XI de su pontificado, que es el que llevo dicho, y dirigido al Obispo de Lérida Don Pedro de Albalat, al de Vique San Bernardo Calvó, y a San Raimundo de Peñafort, su capellán y penitenciario. En él, sin hacer mención de nada de lo acaecido, dice redondamente que deseaba proveer de Obispo a la iglesia de Mallorca, quae ad nos nullo medio pertinet; y en su consecuencia encarga a los sobredichos que elijan una persona idónea para ello, y a los dos Obispos que lo consagren adiuncto vobis, dice, legitimo collegarum numero, non quidem de Terraconensi provintia, sed potius aliunde: exigiéndole el juramento de fidelidad al Papa y a la iglesia Romana, bajo la fórmula que les enviaba sellada, y remitiéndole el testimonio original de haberlo prestado (a: Ap. núm. XVIII). 

Aquí ves: 1.°, que el Papa había ya resuelto la independencia metropolítica de esta iglesia, y su inmediata sujeción a la Silla Romana: 2.°, que todavía no debía estar sosegada la competencia indicada, cuando con tanta cautela previene que los Obispos confirmantes asociados no sean de la provincia Tarraconense: 3.°, por último observa que todo este lance, y el chasco que se llevó el Conquistador en la restauración de esta iglesia, haciéndole cauto por lo sucesivo, le obligó a tomar la firme resolución, estando en Lérida a 13 de noviembre de 1236, por la cual ofrece a Don Guillermo de Mongrí, que todas las iglesias que recobraría de los Moros en el reino de Valencia, las sujetaría a la de Tarragona, consultando en esto a lo que merecía aquella iglesia y al honor de su reino. Gran cosa sería el hallazgo de otros documentos que nos descubriesen alguna parte de la historia secreta de este cuento. Por ahora contentémonos con saber su resultado, que fue quedar esta iglesia exenta para todo de la jurisdicción del Arzobispo Tarraconense, y sujeta inmediatamente a la Silla Apostólica, en términos que el Papa Inocencio IV expidió una bula dirigida a todos los Arzobispos y Obispos de España, prescribiéndoles quatinus nullam in venerabilem fratrem nostrum Maioricen. Episcopum, vel successores ipsius aut praefatam Maioricen. ecclesiam exercere iurisdictionem aliquatenus praesumatis. Está aquí original fecha en Lion a 1.° de abril, año V de su pontificado (1248). 

Lo mismo dijeron otros Papas en varias ocasiones, de que se hará mención en el episcopologio; y según este sistema se gobernó nuestra iglesia hasta que la de Valencia se erigió en metropolitana.

El Cronista Dameto, pág. 305, dijo que el Papa Inocencio IV fue quien eximió esta iglesia de las demás: la que andando el tiempo antes de ser sufragánea de la de Valencia, lo fue de la de Tarragona. No sé si son perdonables estas equivocaciones en un Cronista de las circunstancias de Dameto.

Alguna buena coyuntura debió lograr andando el tiempo el Arzobispo de Tarragona, Don Benito de Rocaberti; cuando alcanzó del Papa una comisión para examinar el derecho en que esta iglesia fundaba su exención. Fue así, que el Precentor de Barcelona, Berenguer de Sprellis, como juez Apostólico, cito al Obispo Don Pedro de Morella para que compareciese dentro de tres meses ante su presencia a dar razón de por qué no reconocía al Metropolitano de Tarragona. Esto debió ser en febrero de 1267, puesto que a 15 de marzo de ese año (que entonces contaban 1266), dio el Obispo sus poderes para ello a su Arcediano Arnaldo de Gualba, el cual se presentó ante el juez a 10 del mayo siguiente, que era lunes; y habiendo alegado y presentado las bulas pontificias quedó citado para el miércoles siguiente, debiendo también comparecer Arnaldo de Picalquer, y Arnaldo de Buch, canónigos de Barcelona, los cuales el juez creía que fuesen apoderados del Arzobispo. Puestos estos en presencia del presbítero Jaime de Podio cicerone, y de Guillermo de Guardia, canónigo de Vique, y de otros testigos, habiendo oído lo que el Arcediano de Mallorca repitió ahora delante de todos respondieron que ellos no eran procuradores del Arzobispo, ni tenían nada que alegar ni hacer en contra. Et sic non fuit amplius processum in praemissis, pro eo quod non aparebat aliquis pro parte Domini Archiepiscopi. Así concluye una escritura o nota coetánea que existe en el archivo de esta iglesia.

He aquí una iglesia sujeta en todo a las vicisitudes e influjos del estado civil, y separada de las compañeras que vivían en él. Pero es de advertir que a pesar de esta exención, los Obispos, menos el primero, fueron elegidos por el Capítulo hasta que llegó la época de las reservas pontificias, y algo más allá; y así como en esto imitó esta iglesia a las de la provincia Tarraconense, también siguieron sus Prelados la costumbre de no intitularse Dei et Apostolicae Sedis gratia hasta fines del siglo XIV; y si no me engaño, el primero que lo usó fue el Obispo Don Antonio Galiana en el año 1375, bien que luego prosiguió, como antes hacía, llamándose divina miseratione Episcopus; y sus sucesores usaron ya de una, ya de otra fórmula, sin hacer en ello, a lo que parece, el hincapié que nosotros hacemos.

Basta por hoy. A Dios. Palma 7 de marzo de 1814.

sábado, 4 de marzo de 2023

CARTA CXLI. Poblet, Scala Dei, Escornalbou

CARTA CXLI.

Viaje a Poblet: noticia de algunos códices de su biblioteca y de una Biblia del siglo X. Situación del monasterio de PP. Cartujos de Scala Dei; su fundación, fábrica, códices: pruébase que el Tostado fue aquí novicio. Noticias del Patriarca Alejandrino Don Juan de Aragón. Industria de los Catalanes en los montes llamados el Priorato. Viaje a Escornalbou: su situación, edificios, origen de este nombre.

Viaje a Poblet: noticia de algunos códices de su biblioteca y de una Biblia del siglo X.

Mi querido hermano: Digamos algo hoy del resto de mi expedición por los monasterios de esta diócesi, la cual concluí antes de ayer. De Santas Cruces pasé a Poblet, donde sobre la afabilidad y literatura del actual Abad el M. Iltre. señor Don Fr. Joaquín Casanoves (Casanovas), y el buen trato y urbanidad de los demás religiosos: sobre la grandeza de los edificios, su antigüedad y adornos, en que irresistiblemente se ceba la curiosidad de los forasteros: sobre todo esto, digo, disfruté de una ventaja muy propia mía, y es que apenas tuve que trabajar para desempeñar el objeto de mi viaje. Porque ya un sabio individuo de esta casa había prevenido nuestras ideas e intención, publicando todos los documentos históricos pertenecientes a la fundación, dotación, privilegios y cuanto la historia puede desear de ella. Añadió además una descripción exacta de todos los edificios, entierros, ornamentos, reliquias, Abades y varones ilustres: de modo que sería una importunidad notoria, y un moler al público, y un acta agere el querer repetir, ni aun extractar lo que en cinco tomos en 4.° publicó el P. Mtro. Fr. José Finestres, que es el que decía, ¡Ojalá todos los monasterios de España tuviesen su historia tan menudamente escrita y certificada con los documentos al canto! Con la suya hizo ver el P. Mtro. Finestres que este monasterio es por todos respetos el Escorial de la corona de Aragón. Sólo le faltó acreditarle de tal en la parte literaria, y pues refirió hasta las semínimas de la casa, pudiera, siendo como era tan literato, haber dicho en particular de la famosa librería que con otras muchas alhajas regaló al monasterio en 1673 el Excelentísimo señor Don Pedro de Aragón, hijo de los Duques de Cardona. Algo de esta falta, que es lo grande para la literatura, supliré yo apuntando brevemente algunas de las curiosidades literarias que allí hay.

A la preciosidad de la estantería toda de ébano, cerrada con cristales y a la uniformidad de las buenas encuadernaciones corresponde la importancia de los códices que contiene, los cuales no son de grande antigüedad, aun los Padres y Poetas griegos y latinos e historiadores, que por lo común son manuscritos italianos del siglo XIV y XV; mas con todo merecen particular memoria los siguientes, que apuntaré conforme vinieron a mano, y son: Las obras de Píndaro en griego, con comentarios en el mismo idioma. = La Liturgia de San Juan Crisóstomo toda en griego. = Un vol. fol. ms. del siglo XIV que contiene: S. Basilii Exameron, S. Augustini Retractationes, el librum de Natura et gratia, S. Hylarii Pictaviensis de Synodis, Origenis Periarchon interprete Ruffino, y Pamphili Martiris Apologia pro Origine. = Del mismo tiempo es: S. Ambrosii de Officiis libr, III y de Morte Satiri fratris sui. = Claudiani de Raptu Proserpinae, et S. Basilii libellus ad Nepotes, a Leon. Aretino translatus. = Senecae Epistolae, con todas sus obras en italiano. = Las mismas traducidas en español por Pedro Díaz de Toledo, de orden del Rey Don Juan II de Castilla y de León: versión de que habla Nicolás Antonio. = Virgilii et Catulli opera. = Las Coplas de Juan de Mena, excelente manuscrito del siglo XV. = Poesías de Don Diego Mendoza y Pedro de Villalva: parecen de principios del siglo XVII, de las cuales no hay memoria en nuestras bibliotecas que yo sepa. = Julii Frontini opera, con la añadidura de dos discursos, 1.° Sopra li seggi di Napoli, por Aniello Pacca, y el 2.° por Antonio Feltri sobre lo mismo. = Las obras de Tito Livio, Floro, Sexto Rufo. = Compendio dell' historie Romane ricavato da diversi autori, anónimo ms. fol. vit. 1420. = Facta et dicta memorabilia Regis Alphonsi ab Antonio Panhormita collecta. = Vidas de los Maestres de la religión de San Juan de Malta, anónimo. = La Crónica en lemosín de Montaner y Desclot; al fin dice: Aquest libra sa acaba an layn que hom conta de la Nativitat de nostre Senyor ver Deus del ayn de M.CCC.LIII (1353) disapte á XX del mes de juyol. = Crónica de los Reyes Católicos por Nebrija, traducida al español por un anónimo. = Sexti Julii Frontini Strategemata, y el Valerio De rebus memorabilibus. = Crónica del Rey Don Enrique IV de Castilla; comienza: Nasció este Rey Don Enrique en la villa de Valladolid. Su autor es Diego Henríquez del Castillo: otro ejemplar manuscrito he visto en la biblioteca de los PP. Franciscanos de Tarragona, que fue del señor Foguet. = Antigüedad y grandezas de la villa de Alcalá de Guadayra por Cristóbal de Monroy y Silva, desconocido en las bibliotecas, como también la Genealogía de los Condes de Cardona, escrita en 1664 por Bernardo José Llobet, de Castellón de Ampurias. = Libro de linajes, compuesto por Diego López de Ayala, canónigo de Toledo, y comentado por Manuel de Faria. Aunque no he podido cotejar esta obra con la conocida de Pedro López de Ayala sobre la misma materia, sospecho que sea diferente, por la diferencia de autor. Diario del pontificado de Alejandro VI. = Commentarius Scipionis in bello Venetorum et Mediolanensium Ducis, libri IX, per Porcelium, poetam laureatum, historicum clarissimum, et divi Alphonsi Regis secretarium, compuesto en 1452 = Libellus regiae successionis regnorum Siciliae, Hierusalem et aliorum: compuesto por Pedro Trossillo, notario de Valencia, siendo bayle en aquella ciudad por el Rey Alfonso V Pedro Mercader. = El libro De mundo de Aristóteles, traducido por Alonso Curiel; versión que hasta ahora no conozco. También es desconocida la obra de Empresas, jeroglíficos y emblemas, dirigidas al Duque de Segorbe y Cardona, por el licenciado Antonio Latre, beneficiado de Huesca. = Item: Instrucción de ordenanzas de la guardia alemana, por Jorge Baibel. = Item: Genitura del Exmo. sig. D. Joachimo d' Aragon, figlio primogenito del Exmo. sign. Duca di Segorbe e di Cardona: calcolata dal P. Fr. Blasio Maño, dell' ordine di S. Giov. di Dio (San Juan de Dios). Es un cálculo astronómico de aquel momento. = Tractatus septiformis de moralitatibus rerum (anónimo). = De Fr. Francisco Eximeniz el libro Doctrinal dirigido a la señora doña María, Reina de Aragón, en lemosín. = Opus salis aurifici, de Fr. Hilario de Rossi, del orden de San Francisco. = Augustini Niphi de Medicis, philosophi Suessani libellus de Rege et tyranno. = Giudizio del Cardinal Colona in torno a quel che scrisse il Card. Cesar Baronio della monarchia di Sicilia: colla risposta del Baronio. = Missale Romanum, con esta nota al fin: Scripsit D. Lucas de Carovineo: vivat in coelis cum Angelo Michaelis anno 1469. = Martyrologium Usuardi, fol. max. vit. adornado con buenas miniaturas. Al fin de la prefacion se halla esta nota: Martirologium hoc scriptum anno M.CC.LIIII (1254) ac postea temporis injuria laesum jussu Illmi. el Rmi. Principis D. D. Francisci Cardinalis a Dietrichstain, Episcopi olim integritati restituit Adamus Paulino Wsky episcopalis latinae cancellariae amanuensis. Anno salutis CI(C vuelta)I(C vuelta)CXIII. El carácter de todo el manuscrito es del siglo XV, cuando sin duda se copió de otro escrito en 1254, como se dice en el tratado previo del modo de hallar la luna. Mas ahora se atribuye sin razón a la copia lo que es propio del original. En resolución este códice es del siglo XV, y no más.

Corto aquí mi enumeración y basta por remate decir que la mayor parte de manuscritos pertenecen a asuntos políticos y noticias de sucesos particulares de Nápoles en los virreinatos de los Españoles. Son muchos los volúmenes de Diarios o Efemérides de los tiempos en que gobernaron aquellos reinos Don Pedro de Toledo, Don Fadrique de Toledo, y el Duque de Monteleón. Hay muchos tomos de historias de cónclaves, vidas de Cardenales, y relaciones de embajadores de vuelta a su corte: todo perteneciente al siglo XVI y principios del XVII. El índice sólo de los libros de este ramo bastaba para llenar una carta larga, y después de todo ello me quedaría con el mismo desconsuelo de no poder copiar todos estos preciosos papeles como quisiera. Hay muchos eruditos que sólo aprecian los códices de los Godos y apenas hacen caso de los de nuestros tiempos. La historia no reconoce preferencia de edades, y acaso las venideras culparán en esta parte nuestro descuido, como nos quejamos ahora de nuestros mayores. 

En otra biblioteca interior, que es la primitiva del monasterio, hay también una buena porción de códices eclesiásticos, señaladamente obras de Santos Padres, que aunque son preciosos, no lo parecen comparados con una Biblia del siglo XI y acaso anterior. Es un vol. fol. max. vit. de 218 hojas, escrito a dos columnas, que comprende hasta el libro de los Salmos inclusive, los cuales siguen la versión de los LXX. Los demás libros están conformes con la versión antigua. Lo primero que se halla en este volumen es una descripción de todos los libros sagrados en dísticos, con este epígrafe: Titulus in bibliotecha ecclesiae Leiorensis:

Regula quos fidei commendat noscere libros

Hos nostra praesens biblioteca tenet.

Siguen los prólogos acostumbrados, y a cada libro precede el suyo con una noticia del mismo en dísticos. El principio de cada libro está iluminado con lujo; de lo cual para formar una idea completa, basta decir que la primera plana de los Salmos ocupan estas solas palabras: Beatus vir. Es inútil cuanto quiera añadir para describir un códice, cuya exactitud, limpieza y hermosura, nadie puede conocer sino viéndolo. Nada he podido rastrear acerca de su origen y del conducto por donde vino acá. Sólo he observado que perteneció a alguno de los Reyes de Aragón, ya porque en una de sus cubiertas se ve grabado su escudo con las barras y corona, ya por lo que arroja de sí una nota inexacta que hay en la primera hoja, escrita a lo que parece en el siglo XV. Dice así: 

La present Biblia per gran antiguitat es mal legible; perque io G. Oliver, de offici scriva de racio del senyor Rey, qui he pres inventari del dit libre, per ço quel pogues millor designar en lo dit inventari he continuat en lo dit inventari lo epitafi seguent, y es que yo may la entengui, mes pot eser molt be entesa, si be se mira en la figura de les letres. Por donde se ve que era este códice de algún Rey de Aragón, como que se notó en su inventario. Esto sabemos hasta que la casualidad o la diligencia halle más que decir. Tampoco pude encontrar quien me diese razón del paradero de la Crónica lemosina del Rey Don Jaime I de Aragón, escrita por él mismo, cuyo original es voz común que quedó depositado en este monasterio. No sé que me diga sobre esto, ni es regular proponer dudas antes de tiempo. 

Tenían estas dos bibliotecas índices exactos que ahorraban mucho tiempo a los estudiosos. Faltábale una clasificación más exacta por materias, cual corresponde a tal tesoro, y cual no escasea un mercader juicioso a sus géneros. Esta ha sido una de las primeras operaciones del señor Abad actual, y en esto se está ahora entendiendo bajo su dirección; con lo cual tendrá esta pieza toda la perfección que merece. Dígote con verdad que me separé con dolor de estos tesoros, pero era ya preciso pasar al monasterio de Padres Cartujos de Scala Dei. Allí después de bien recibido, fui excelentemente tratado respecto del objeto de mi viaje, que ciertamente hubiera sido sensible, si no fuera útil; porque el camino es áspero además, a lo que se agregaron incomodidades de varias clases que se borraron del ánimo con la sorpresa que me causó la vista de este monasterio, escondido en lo hondo de un barranco, desmontado y profundizado más de lo que quiso la naturaleza para poderse construir los edificios. Un gran bosque de pinos le roba a la vista del caminante hasta medio tiro de fusil, quedando como encajado entre montes altos pegados a las paredes del edificio. Tan escondido lugar buscaron los PP. Cartujos a principios del siglo XIII, después de haber vivido en el sitio llamado Povoleda (Populeta) (Poboleda), que hoy es una granja no distante, la cual les dio el Rey Don Alfonso II de Aragón en 1163 (a: Ap. núm. XLIII.). El título de Scala Dei lo puso el Rey Don Pedro, como lo asegura su hijo Don Jaime I en una confirmación de los privilegios y términos de esta casa, que es la primera de su orden en España (b: Aps. núms. XLIV y XLV.). La causa de aquel título y otras curiosidades acerca de su fundación podrán verse en la Historia que sobre ello publicó el doctor José Valls, Arcediano de San Lorenzo en Tarragona, hacia fines del siglo XVII. En el archivo he visto y copiado algunos documentos buenos para la colección. Tales son los que comprenden la historia del suprimido monasterio de Bonrepós, de que hablé en la carta pasada (c: Aps. núms. XLVI a XLIX.). Item una donación del Arzobispo Don Sparago en premio de los servicios que hizo el Prior de esta casa, Randulfo, predicando con sus monjes por toda esta diócesi contra los errores de los Albigenses, de que se habló en su lugar. También vi allí algunas obras manuscritas inéditas y son el Comentario e interpretación de los libros de San Dionisio Areopagita, hecho por el P. Don Gerónimo Spert, ya conocido por el tratado que publicó De oratione. Del P. Don Juan Valero hay un tratado intitulado el Virtuoso, donde se enseña la práctica de las principales virtudes, así teologales como morales. Item: Vida de Santa Tecla. = Del Ilmo. Don Andrés Capilla, Obispo de Urgel, hijo de esta casa, he visto los Comentarios de Isaías, impresos en 1586 por Humberto Gotard in Cartusia Scalae Dei. Debió ser llamado el artista para imprimir aquí el libro bajo la dirección de su autor, porque hasta ahora no consta de otros libros que se imprimiesen aquí, si bien en la historia manuscrita del monasterio hay memoria de haber tenido en el siglo XV imprenta propia, la cual dejó en él un ilustre Abad y protonotario Apostólico que pasó por aquí antes del año 1491. De esto no hallo más en las memorias del monasterio. Y ya que hablo de los varones ilustres de la casa, cuya noticia más extensa dio el citado Valls, no puedo omitir la de haber sido su novicio por algún tiempo el famoso Don Alfonso de Madrigal, llamado el Tostado. Cosa que al pronto me puso en mil dudas; pero salí de ellas con la vista de un documento incontestable, cual es el del libro de ingresos y profesiones que comienza en 1420, donde según costumbre el Vicario del monasterio escribió estas palabras: Item feria secunda in die Epiphaniae recepimus unum juvenem Castellanum, admodum insignem, qui vocabatur Ildephonsus de Madrigal, qui erat canonicus Salamantinus. Fuit per conventum concessum quod reciperetur ad osculum pacis; nam et incellatus fuit feria quinta in vespere Beati Antonii de mense januarii 16, anni Domini 1444. En el margen escribió el mismo padre Vicario las palabras siguientes: Iste postea fuit recognitus, et erat magister in theologia, et magister in artibus multum scientificus, qui vocabatur Alfonso de Madrigal, qui super Bibliam fecit magnum opus: tenuit in consistorio Papae Eugenii duas repetitiones: fuit Ambaxiator Regis Castellae ad nostrum Regem Aragonum qui erat in Neapoli. Non potuit perseverare propter negotia sua, et quaestiones emergentes. Ideo recessit cum dolore, et magna tristitia de mense aprilis 15 die, qui erat quartus dies Paschae anno praedicto 1444. No creo que merezca excepción este testimonio, donde además se ve que no fue inconstancia el no perseverar. También se cree que fuese monje de esta casa el Patriarca Alejandrino Don Juan de Aragón, hijo del Rey Don Jaime II, Arzobispo de Toledo, y después de Tarragona. He visto la carta del Capítulo general de la Cartuja del año 1333, donde se encargan oraciones por este Prelado, a quien llama ordinis nostri; y en la del Capítulo del 1335 se anuncia su muerte, acaecida el año antes, de esta manera: Obiit Dominus Patriarcha Alexandrinus, ordinis nostri, qui duplicavit conventum in domo Scalae Dei, cui conceditur monachatus, qui obiit kalendis septembris. Sufragio distinguido y pocas veces mandado, y sólo por personas de la orden. Es bien extraño que no se diga esto en otros documentos que aquí he examinado de este ilustre Príncipe y santo Prelado, que cierto fue grandemente aficionado a este monasterio, y su insigne bienhechor. Porque aumentó el número de monjes, ensanchando el claustro primitivo y construyendo doce celdas para otros tantos Cartujos, y dando para su dotación el lugar de Çaydin, con todas las circunstancias y expresiones que verás en la copia de un codicilo que hizo en la villa de Alforja a 2 de septiembre de 1333, el cual he copiado (a: Ap. núm. L.). Lega en él al mismo monasterio su Biblia glosada, que fue de su tío San Luis, Obispo de Tolosa. Son once volúmenes fol. vit. escritos de aquel tiempo, y están bien conservados en la celda prioral. No quiero omitir la especie de que en el mismo instrumento firma, como testigo, Frater Poncius Carbonelli, ordinis Fratrum Minorum; el cual han creído algunos equivocadamente ser el autor original de la Catena aurea, justamente atribuida a Santo Tomás de Aquino. Porque si Carbonell vivía en 1333, no es fácil entender que disfrutase de su obra el Santo Doctor, muerto en 1274. Volviendo al Patriarca, copiaré aquí la inscripción que hay en el claustro perteneciente a su construcción. Dice así: "Hoc opus claustri praesentis cum cellis et apparatibus suis fecit fieri de bonis suis Inclitus et Reverendissimus sanctae et praeclarae memoriae D. D. Johannes, Illustrissimi D. Jacobi recordationis eximiae Regis Aragonum 

filius, Patriarcha Alexandrinus, qui in sortem Domini electus, et divinis obsequiis mancipatus, a Sancta Sede Apostolica variis gratiis et privilegiis merito insignitus, ad quod affectione speciali et devotione praecipua ferebatur, religionis puritatem et vitae austeritatem, in qua vivunt ipsius ordinis professores, ac bona spiritualia, quae fiunt in eodem, attendens, speransque indubie, ut sola Dei bonitate ad regna coelestia per hanc scalam scandere mereretur, cupiens devotionem hujus operis indicio demonstrare, in honorem Dei et Beatissimae Virginis Mariae, Matris ejus, in hoc monasterio conventum ordinavit, mandavit et voluit dupplicari, semper ad Deum pro anima sua, ac parentum suorum, et omnium fidelium oraturi, ac Deo ad laudem et gloriam sui nominis servituri; pro quorum provissione legavit dicto monasterio locum suum de Çaydino, dioc. Illerden.; eisdem monachis etiam pro studio in sacra theologia ab ipsis utilius impendendo, Bibliam suam pulcram glossatam, undecim volumina habentem (interdicta tamen penitus ipsius Bibliae alienatione) perpetuo concedendo, prout in sua inde facta ordinatione pia et laudabili continetur. In multis quoque aliis gratiis et beneficiis istud monasterium honoravit: anno Domini M.CCC.XXXIII. VI. kal. septembris. = Et hujus operis cellarum et claustri fuit operarius Fr. P. Loperdi, conversus monasterii Scalae Dei.” Concluyose el edificio en 1339, lo cual no pudiera conocerse por la vista de la obra, que está mejorada, y presenta un aspecto muy diferente de la arquitectura de aquel tiempo. Otra memoria hay del mismo Prelado en la consagración que hizo de la iglesia actual. Dícese que puso en el altar mayor, entre otras reliquias, un poco de carne del pie de San Francisco de Asís, que es cosa notable. La inscripción está en la capilla del Santísimo Cristo, y dice así:

Anno milleno ter centum ter decies tres, 

Augusti mense, septembris sexto kalendas

Istam bassilicam consecravit Reverendus

Inclitus Alexandrinus Patriarcha Johannes, 

Filius illustris Aragonensis quoque Regis, 

Raymundo fratre de Bosco stante Priore. 

La bóveda de esta iglesia pintó Fr. Joaquín Juncosa. En el Diccionario de profesores de bellas artes hallarás la noticia de este tan sabio como desgraciado artista. La sillería del coro de los monjes es de robles de Flandes, concluida en 1443 por el escultor maestro Halle, Alemán, por precio de ciento ochenta florines en dinero, sin contar la comida y otras asistencias. La del coro de los legos es del siglo XVI. Vi con gusto el sagrario, cuya portada ocupa el centro del testero del presbiterio: es una pieza espaciosa y despejada, en medio de la cual se eleva el tabernáculo, que es vistoso, así por lo exquisito de sus mármoles y jaspes, como por las buenas figuras que hay de relieve, y estatuas enteras, casi todas trabajadas por Isidoro Espinal, Catalán, y algunas por Fr. Salvador Illa, converso de esta casa. Del primero es la Cena, que está en el pedestal del tabernáculo. La arquitectura de todo este edificio es obra de otro religioso de esta casa, llamado Fr. Félix Artigas: cosa de aquel tiempo, esto es, del 1696, en que se concluyó. El cimborio pintó al fresco el otro Juncosa, clérigo. El todo es gracioso y apreciable, a pesar de que no se hermanan todos los primores del arte. Entre las reliquias que aquí poseen es notable la punta de uno de los clavos del Señor; tendrá poco más de un dedo. Item hay otro clavo grande a quien está afianzado un pergamino con este letrero moderno: Clavus portae aurae de Templo Dominico de Hierusalem, quae non aperietur usque ad diem judicii.

También se guarda un oratorio que dicen ser del Papa Luna, y no lo contradice el gusto de las figuras de marfil que lo adornan. En las dos sacristías se conservan algunas pinturas buenas, que merecían luz más libre. Las hay también en la aula capitular muy buenas del citado Fr. Joaquín Juncosa, y en la bóveda está retratado el Tostado en memoria de haber vivido aquí. Por último, diré de un códice ms. fol. que se conserva en la botica de este monasterio. Intitúlase Liber agregationum Serapionis de virtute simplicium medicinarum. De este autor, llamado Johannes Ben Serapion, habla Casiri Bibl. Arábigo (se lee Arabico) - hispana, tom. I. pág. 261, y dice de él que escribió en lengua siriaca dos volúmenes de medicina, intitulados: Collectio magna en XII libros, y Collectio parva en VII, los cuales se tradujeron al árabe. No puedo decir, si es esta obra distinta de las insinuadas. Lo que sé es que está traducida al latín: que trata de las virtudes medicinales de las plantas, cuyos dibujos iluminados se insertan en el texto: que en la primera plana se halla pintado el autor con este letrero: Johannes Serapion, Arabicus; y en la colateral se ve una figura desnuda, que a mi parecer representa la naturaleza, de cuya cabeza sale un árbol frondoso, y bajo de los pies se ven las raíces con figuras de hombres que especulan uno y otro: al pie se halla el número 1066, lo cual acaso indicará el tiempo en que vivió el autor. Lo estima como alhaja muy rara el religioso boticario fray Salvador Vilella, sujeto muy versado en la botánica y farmacia, de cuyos conocimientos sé que se han servido muchos botánicos célebres de la nación.

monasterio llamado de Escornalbou

No quise, ya que estaba entre estos montes, dejar de visitar el monasterio llamado de Escornalbou. Grandes trabajos pasé en este crucero con los extravíos y recio temporal. Todo lo di por bien empleado por ver con mis ojos la industria de estos naturales, la cual excede en mucho a la de los que viven en las llanuras de Tarragona. El terreno es quebrado, y apenas hay lugar en lo hondo de los barrancos para los pueblos que allí están fundados. De donde suben hasta la cima de los montes inaccesibles al arado, a plantar y cultivar con gran peligro los viñedos más hermosos que se puedan imaginar. Después de seis horas de camino de un continuo viñedo llegamos a Escornalbou, convento situado en la cresta de un alto monte, de donde se descubre todo el campo de Tarragona y las islas de Mallorca e Ibiza. Sirve hoy de seminario de misioneros de los padres Observantes de San Francisco. 

La vida santa que allí se vive, con el desprendimiento que a esto suele acompañar, es la causa de no haber encontrado las noticias que buscaba acerca de la fundación primitiva de canónigos reglares en el siglo XII. Dijéronme que el original de la fundación y donación estaba en el convento de la misma orden de Terrasa; pero sin verlo, no puedo salir de las dudas que manifesté en el Archiepiscopologio de Tarragona. Entre tanto sepas que se conserva buena parte de los edificios antiguos, singularmente la iglesia entera, que es toda del siglo XII, y bien pudo servir de fortaleza, según la intención del fundador (a: Ap. núm. LI.). 

La consagró el Arzobispo Don Pedro de Albalat en 1240. El nombre primitivo de este lugar era Scornabous (Cornubovis y variantes); el cual acaso tuvo otro origen que la fragura y aspereza del sitio, y lo expuesto que es en algunos puntos a despeñarse el ganado. En la entrada del monasterio se conserva un arco sólo, arruinados ya los edificios que sostenía, en cuya cima se ve de relieve una gran figura de buey sin astas (bovis : bou : buey; cornu : cuerno).

De vuelta a Tarragona vi la gran villa de Reus, algunas de sus fábricas, su elegante paseo, y en esto y otras cosas conocí con cuanta razón se celebra la industria de sus vecinos y naturales, y lo activos que son en el comercio, en que tendría harto que examinar, si fuese cosa análoga a mi objeto. Con esto he concluido mi viaje por lo tocante al principado de Cataluña. A Dios. Tarragona, etc.

miércoles, 1 de marzo de 2023

CARTA CXL. Viaje al real monasterio de Santas Cruces

CARTA CXL. 

Viaje al real monasterio de Santas Cruces: descripción de su fábrica, sepulcros, reliquias, biblioteca preciosa y de algunos de sus códices: historia de su fundación: catálogo de sus Abades, con algunas observaciones sobre los primeros.

Mi querido hermano: Día 18 de este mes (octubre de 1804) dejé a Tarragona con el sentimiento que manifesté en mi última carta. Pronto se enjugaron las lágrimas con la buena acogida que hallamos en el célebre monasterio de Santas Cruces, de la orden del Císter, situado a seis horas hacia el norte de aquella ciudad. Es a la sazón su Abad y Vicario general de toda la congregación, el muy ilustre señor Don José Bassas, el cual, como muy versado en los estudios eclesiásticos, y grandemente aficionado a toda suerte de literatura, nos franqueó todos los tesoros que aquí poseen, dignos de excitar la curiosidad de los literatos. Antes de llegar al monasterio, se atraviesa un soto espeso y muy deleitoso con los arroyos y cantos de ruiseñores; excede a esto la vista que se presenta desde el umbral del monasterio, con la fachada de su iglesia, respetable por su ancianidad y grandeza. Sobre su portada, en arco, se eleva una altísima claraboya, o llámese ventana gótica, que da luz a la nave principal. Esta es una elevación correspondiente a su longitud, que es de trescientos doce palmos catalanes, contando desde las puertas hasta las gradas del presbiterio: en medio de ella, y cerca del crucero, está el coro, al uso de la orden. La sillería está curiosamente labrada, y es del buen tiempo. Acompañan a la nave mayor otras dos colaterales, sino que son demasiadamente bajas y agobian el edificio, que sería sin este defecto muy precioso. El crucero tiene de largo ciento setenta y dos palmos: el presbiterio es capaz y correspondiente a lo demás. Todo el edificio es de piedra común, sacada de una cantera vecina al monasterio, que hoy está casi agotada. Hácenla oscura, así los vidrios pintados, que llenan las ventanas, como el color de la piedra, que no es de las más blancas. Se comenzó a labrar en el año 1174: su conclusión no se verificó hasta el 1225, en el cual empezaron los religiosos a servirse de la nueva iglesia (a: La noticia de este y otros edificios antiguos del monasterio de Santas Cruces, se ha tomado de una nota antigua de su librería, la cual, por ser larga, se hallará en el Apéndice núm. XVIII.)

Sin salir de estas naves he hallado algunos sepulcros dignos de notarse. En el pavimento de la principal, al testero del coro, se ve una losa sepulcral con este letrero: "Hic requiescunt ossa monialium è diruto Bonae quietis coenobio sacri or. Cis. in hoc Sanctarum Crucum translata monasterium in meliorem requiem transferenda.” Eran estas monjas de un convento llamado de Bonrepós, que fundó en 1215 Pedro Balb, caballero de Lérida, y Guillerma, su mujer. En 1452 se trató de incorporarlo con este monasterio para remediar así los males que en aquel había. Las oposiciones que de esto resultaron quedaron sofocadas con el juicio arbitral de Don Pedro de Urrea, Arzobispo de Tarragona, quien compuso a los dos monasterios de Scala Dei y Santas Cruces, que litigaban sobre la pertenencia de aquella casa; y en virtud de esto se trasladaron aquí todas las alhajas de la iglesia, y los huesos también de las religiosas difuntas. Fue esto en 1473. Con ellos se trajeron también los de Doña Margarita, mujer del Rey Don Martín, que al fin de su vida se retiró a aquella casa, y aun la gobernó. 

A la salida del coro, hacia el altar mayor, a mano derecha, se halla un magnífico sepulcro de jaspe, propio de la familia de los Moncadas, en el que se halla esta larga inscripción: "D. O. M. = Dicat, et consecrat, atque libat, Ludovicus Fernandez de Cordoba, Spinola, de la Cerda, Methinae coeli (Medina + coeli : Medinaceli) Dux, hoc perpetuae gratitudinis monumentum in suffragium et honorem Excellentissimae D. D. Teresiae de Moncada et Benavides, praedefunctae carissimae uxoris suae, Marchionissae quondam de Aytona, Ducissae de Camina; quae cum humanae domus societatem cum Duce consumasset die XIV. maii salutis nostrae ann. MDCCLVI. cum propriae nobilitatis authoribus parentibusque suis novissimum sacrae domus voluit inire consortium, ejusdemque voluntatis obsequens, et religiosissimus executor praedictus Dux praedecessorum ossa exactissime colligi, et sumptuosissime condi in hoc jussit monumento, ut illustrissimae conjugis corpus humanum (f. humatum) cum parentibus commune sortiatur solatium, quae jam suarum virtutum divinum assequuta proemium (ut piissime credimus) in aeternum requiescit in pace. Reconditum et inhumatum est corpus in antiquo praedecessorum sepulcro die XXIII. octob. an. MDCCLVII. Hoc autem opere consummato novissime translatum est die IIII. sept. an. MDCCLVIII.” 

En una tarjeta, al lado de este sepulcro, se leen estos leoninos:

Subtus in hac fossa requiescunt corpus et ossa

Floris militiae; sit eis pia dextra Mariae.

De Catheno Monte sumpserunt nomina sponte:

Majoricis isti sunt passi nomine Christi.

En otra tarja colateral se dice que los Moncadas muertos en la conquista de Mallorca son Guillermo y Ramón, y que la conquista fue en 1220. Esto último es equivocación: debe decir 1229, que es cuando pasaron allá estos nobles con el Rey Don Jaime, y murieron en los primeros encuentros con los Moros.

En la nave del crucero, y pegados a los machones de derecha e izquierda, que sostienen el cimborio, se hallan dos grandes sepulcros dignos de descripción más detenida, así por los sujetos que encierran como por la hechura y materia. El de la parte del evangelio es un cuerpo de arquitectura gótica de fines del siglo XIII, construido todo sobre una base de piedra común, elevada sobre el pavimento un palmo; y tiene de longitud diez y seis palmos y medio, y de latitud diez: la longitud es hacia el altar mayor, de modo que cierra la mitad de lo ancho del crucero. En el centro del crucero se eleva, sobre dos leones, una urna de pórfido convexa por la parte inferior, de figura oval: su diámetro mayor como de diez palmos, el menor seis y medio y de altura cuatro: la cubierta es de jaspe ceniciento, sobre la cual hay un cuerpo de arquitectura gótica, como de cinco palmos de alto, de piedra común, con estatuas pequeñas de Apóstoles, u otros de relieve, y pintadas bajamente. La superficie superior es convexa, de en medio de la cual se levanta una aguja de piedra de labor ingeniosa. Cubre todo esto una bóveda sostenida por columnas de jaspe ceniciento, que asientan sobre la basa, que lo es de todo este sepulcro, cuya elevación total será como de treinta y cuatro palmos. Yace en él el cuerpo del Rey Don Pedro III de Aragón, muerto en Villafranca de Panadés en 1285, y trasladado aquí en 1300. Su inscripción sepulcral se halla en la pilastra de en frente, algo maltratada, y dice así:

P. quem petra tegit, gentes, et regna subegit,

Fortes confregit, quae coepit, cuncta peregit.

Audax, magnanimus, sibi miles quisque ...

Qui bello primus inerat, jacet hic modo imus.

Constans proposito, verax sermone, fidelis

Rebus promissis fuit hic, et strenuus armis;

Fortis justitia vivens aequalis ad omnes.

Istis laudatur, vi mentis laus superatur.

Christus adoratur, dum ... unde beatur

Rex Aragonensis, Comes et Dux Barchinonensis

Defecit membris undena nocte novembris

Anno milleno centum bis, et octuageno

Quinto. Siste pia sibi tutrix Virgo Maria.

Bajo de esta inscripción hay una arca donde se depositaron los huesos de la Reina Doña Margarita, cuando se trajeron de Bonrepós.

Al pie del sepulcro de este Rey dicen que está enterrado su fiel vasallo y amigo Roger de Lauria, famoso marino de aquellos tiempos: en la losa de mármol sólo se lee lo siguiente: Asi jau lo noble en R... ral dels regnes Darago, è de Cicilia per lo Senyor Rey Darago: è passa desta vida en lany de la Encarnacio de nostre Senyor Jesu Christ M. et CCC. et IIII., XVI. kalendes de febrer.

El otro sepulcro del lado de la epístola es parecido a este en las columnas y casilicio, sino que la urna es de piedra como de alabastro, sostenida de varias columnitas pequeñas: adórnanla en la parte exterior varias labores y estatuas: la convexidad de la parte superior forma dos caídas laterales, en cada una de las cuales se ve una estatua de señora, y en el medio de las cabezas de ambas una estatua derecha de un Rey con espada en mano. Es el sepulcro de Don Jaime II de Aragón, hijo de Don Pedro, donde también está su mujer Doña Blanca. La inscripción del entierro del Rey está en la pilastra de en frente, y dice así:

Hornat hanc tumbam qui simplicitate columbam

Est imitatus, Rex Jacobus hic tumulatus,

Rex Aragonensis, Comes et Dux Barchinonensis,

Majoricensis Rex, necnon Ciciliensis

Moribus et vita consors sua Blancha munita,

Illustri nata Karulo, simul hic tumulatur.

Nec fuit hic segnis in subdendis sibi regnis.

Subdita sunt jamque sibi Murcia, Sardiniaque.

Floruit hic quinque regnis per tempus utrimque;

Restituit gratis tria, jus servans Deitatis.

Hic humilis corde, peccati mundus a sorde,

Misericors, mundus animo, sermone facundus,

Judiciis justus, armis belloque robustus,

Laetus, non moestus vultu, mitisque, modestus,

Dici pacificus meruit, quia pacis amicus,

Regna tenet coeli, Domino testante fideli. 

Cum se collegit, habitum Cister. praeelegit,

Cui, qui cuncta regit, parcat quae nescius egit.

Defecit membris secunda nocte novembris

Anno milleno, centum ter, bisquoque deno,

Septenoque. Pia sibi sistat Virgo Maria.

Debajo de esta inscripción hay una arca de madera, donde dicen que están los huesos de un Infante de Aragón llamado Don Fernando. Acaso pudo ser el hermano de Don Pedro el IV, asesinado en Castellón de la Plana. El letrero que da razón del entierro de Doña Blanca está al lado del sepulcro: es muy largo, bastará copiar aquí las siguientes palabras: In Christi nomine. Obiit Serenissima Domina Blancha, Regina Aragonum, Barchinone secundo idus octobris anno Domini millessimo trecentessimo decimo. Et elegit sepeliri in monasterio Sanctarum Crucum, ordinis Cisterciensis. En un Diario antiguo se halla la noticia que el Rey Don Alfonso III de Aragón, muerto sin hijos en 1291, fue trasladado, andando el tiempo, a este monasterio hacia los años 1327. Nada más sé de esto. 

En el testero del crucero a la parte de la Epístola está la sacristía, donde vi algunos cálices antiguos, entre ellos uno que es del siglo XIV con el cráter cónico, de ocho dedos de diámetro y cuatro de altura. En el relicario hay reliquias de San Bernardo Abad, San Benedicto Mártir y otras menores, la cabeza de San Deodato, el cuerpo de Santa Clara Virgen y Mártir, una de las once mil, parte de la cruz del buen ladrón (Dimas), un dedo de San Juan Limosnero, muelas de los Santiagos mayor y menor y otras. La más insigne por la novedad con que llama la atención de los viajeros es la de la Santa Mano, que se conserva en un relicario moderno, entera hasta la muñeca con toda la carne y uñas, y los dedos en ademán de bendecir. La historia de esta reliquia refiere el P. Maestro fray Ángel Manrique, Annal. ord. Cisterc. ad ann. 1157, cap. V, núm. 5, con estas palabras: Floruere praeterea SS. Cruces viris sanctissimis ... et Sanctus ille (periit heu! nomen) animarum purgatorii perennis cappellanus, ministerque, cui pro eis in caemeterio (oranti) manus e terra egressa benedixit; quod cum semel et iterum fecisset, extrahi se ab ipso tandem passa est, brachio suo unita; quod sive viri sancti ibi sepulti, sive a Deo formatum de novo fuerit, ob memoriam miraculi, integrum hodie cum carne, cuteque atque omnino illaesum perseverat ... Dicen que consultado el caso con el Romano Pontífice fue aprobado el culto de la mano y permitido que se exponga a la pública veneración el día de Ánimas, y así se efectúa. 

Otra reliquia insigne es la lengua de Santa María Magdalena, colocada dentro de un cristal de la misma figura, y cubierta por la espalda con un sáfiro muy grande. Tiénese por dádiva de Doña Blanca, mujer del Rey Don Jaime II: con una partecita que se cortó de esta lengua, y está en otro relicario aparte, se acostumbra bendecir agua para repartir entre los fieles. Consérvanse también dos relicarios que fueron del convento de monjas de Bonrepós; obra prolija y según todo el gusto gótico. De San Bernardo Calvó, hijo de esta casa y Obispo de Vique, se guarda aquí la mitra y un hueso de la pierna: también he copiado su testamento, hecho en 1215, que es reliquia literaria. Hay también un pedazo de Lignum Crucis, de quien se tiene por tradición que dicho Santo, siendo Abad del monasterio, lo sacó y puso entre las llamas que consumían el grano que estaba en la era, las cuales se apagaron con esta diligencia quedando la reliquia ilesa. Adornan esta reliquia dos camafeos, uno de figura humana y otro de caballo. Otro relicario antiguo y sencillo encierra una espina de la corona de Cristo, el pie es una copa de ágata, vuelta del revés y bien guarnecida. He visto allí mismo una cruz de ébano con una preciosa y bien ejecutada imagen del crucifijo de plata sobredorada y la cabeza de oro; es mucho más estimable la hechura que la materia. Hay también una portapaz del tiempo de los Reyes Don Jaime II y Doña Blanca: es un cuerpo pequeño de orden parecido al corintio, que es al que más se asemejan todos los capiteles y cornisamentos de los edificios que he visto por acá del siglo XIII y principios del XIV; en el centro hay la adoración de los Reyes pintada sobre cobre y barnizada al fuego. Del mismo Soberano se guarda allí la espada y el palo. De la Reina se guarda el sello, colgando de una cinta del relicario de la Santa Mano: su escudo se divide en cuatro cuarteles con las barras de Aragón y lises de Francia. Al lado de la puerta de la sacristía hay una escalera grande y descubierta que ocupa una buena parte del crucero, por la cual se sube al dormitorio común, obra que se comenzó en 1191. En esta pieza se halla el archivo y biblioteca. Esta última es de lo más precioso de este monasterio, y merece un lugar distinguido entre las de la nación. Era antes lo que ahora son muchas de las catedrales y conventos: un depósito de suciedades literarias. Mas el celo de los PP. MM. Fr. Tomas Riera, ex-Abad, y Fr. Pedro Freixes, dieron en esta parte un ejemplo digno de la gratitud del público, reencuadernando por sí mismos gran parte de los libros, y haciendo trabajar en los restantes a Fr. Pablo Badía, de la obediencia, y aseando y clasificando estos monumentos del saber, a quien en vano se jacta de ser aficionado el que los deja perecer entre la basura. En toda esta empresa ha tenido gran parte el actual señor Abad, singularmente en el discernimiento de los manuscritos. Así han sabido estos doctos monjes honrar su casa, quitando de ella un borrón que todavía tienen sobre sí otros cuerpos de la nación. Mas la hermosura que presentan todos los libros encuadernados de nuevo es nada respecto de lo que ellos son. Descuellan entre todos una porción de manuscritos en número de 262, con la limpieza que pudieran desear sus mismos autores. Sería molesto dar un catálogo de todos ellos; bástete saber que lo más despreciable que en esta clase suele reputarse, que son los Sermonarios, abunda aquí muy poco. También son pocos los libros de teología, expositores y decretalistas. Diré de algunos otros, aunque sólo sea el título, los cuales todos son del siglo XIV y XV, y algunos poco anteriores; deteniéndome más en los que por su materia, lenguaje o autor, merecieren la atención de los literatos.

Crónica Mag. Martini Poloni. Dos ejemplares vit. De esta obra ya dije desde Valencia; pero estos de acá sólo alcanzan al año 1276, y aquel de allá llega hasta la elección de Honorio IV. = Epistolae Petri Blesensis = Raym. Martini Pugio fidei, ms. del 1434. = Amalarius de divinis officiis, del siglo XIII. = Clementis VI. Sermones et Tractatus varii. = Un vol. fol. vit., que contiene: Liber gestorum Barlaam et Josaphat a S. Johann. Damasceno. Vita S. Bramdani Abbatis. Vita et obitus Sancti Martialis Episcopi. Vita S. Johan. Eleemosinarii à Leontio Episcop. Neapolit. Passio B. Eulaliae Virg. et Mart. Barchin. Translatio corporis ejusdem. Alia translatio. D. Prosperi de vita contemplativa. Vita S. Nicolai, Episcopi. = Un vol. en 4.°, comprende: Tractatus de miraculis B. Mariae Virg. Calixti Papae Argumentum de miraculis S. Jacobi. Passio B. Jacobi Apost. Calixti Pap. de translatione ejusdem. De S. Jacobi expedimento et conversione Hyspaniae et Galleciae, auctore Turpino. Vita S. Eutropii. Conversio Petri Alphunsi ex Judeo Christiani, et in Oscensi civitate baptizati. Tractatus eiusdem Alphunsi de sua conversione. = Collationes dominicales vel Themata divisa super Summam praedicabilium edita per Fr. Bernardum de Deo, de ordine fratrum Minorum, provinciae Aragoniae, et custodiae Illerdiens. = Catholicon qui tractat de dirivatione, expositione et declaratione vocabulorum editus a Fr. Johanne Januensi, ord. Praed. Vol. fol. vit. con miniaturas. Al fin: Finitus ab autore anno 1286. nonis martii. Del mismo, Prosodia y otros tratados gramaticales. = Arbor vitae Crucifixi Jesu. Su autor Fr. Ubertino de Casalis, Franciscano, mss. del siglo XIV. = Formulario de cartas latinas de varias clases y para varios sujetos. Item de escrituras. Vol. 4.° vit. saec. XIV. = B. Gualdi, canonici Tollensis Tractatus morales. = Breviarius Constantini, qui Viaticus nominatur, cum glosula Geraudi. En el prólogo dice: Unde ego Constantinus Affricanus, montis Cassianensis monachus. Habla de este autor Andrés (Hist. de la literat., tom. I., cap. IX). = Origines omnium rerum a Fr. Johanne de Alemania inferiori ord. Min. Lectore Eifordensi (Erfurt). = Tractatus de ludo scacorum, et proverbia Arabum, con su correspondencia al lemosín. = Constitutiones Cathaloniae. = Sermones dominicales, Fr. Guidonis, ord. Praed. in conventu Ebroycensi. = Las obras de Dante en italiano, ms. precioso. = Raym. Lullii opera (obras de Ramón Lull). = Collectio canonum ex variis libris PP. et concilis. = Sermones Innocentii Papae III. = Historia ecclesiastica Eusebii Caesariens. ex translatione Sancti Hieronymi. = Concordia Regularum B. Benedicti, Macarii, Pachomii, Basilii, etc. = Adhortationes SS. PP. perfectionesque monachorum, quas de graeco in latinum transtulit Pelagius, diaconus ecclesiae Romanae. = Fr. Bernardi Oliverii Excitatorium mentis ad Deum, Raymundo Episcopo Valentino dicatum. 

El autor es el Obispo de Tortosa, de que hablé en su catálogo. La obra es conocida por Bayer en sus notas a Nicolás Antonio, pero inédita. = Varias obras de Santos Padres, algunos ejemplares de las obras de Aristóteles, Boecio. Item de las sentencias de Pedro Lombardo y de las obras de Santo Tomás de Aquino, algunas de ellas anteriores a su canonización. Hállanse también dos ejemplares de la Suma de San Raimundo, y Distinctiones Mag. Rodulphi de Longo campo, y otros pocos de esta clase. Una buena porción de Breviarios, Rituales y Ceremoniales Cistercienses: algunas Biblias no muy antiguas, señaladamente las que están con la glosa de Lira.

En lengua lemosina hay libros apreciables; tal es uno en fol. con este epígrafe: Començen los canons de les taules de Jacob, fill de Daviu Boniorn. Es un tratado breve de astronomía: siguen los cánones o reglas para hallar las conjunciones y otros cálculos astronómicos; al fin dice: Aquesta lectura fon acabada de scriure divendres quis comptava 29 dies del mes de maig del any de la Nativitat 1444 per Ausias Sancho, notari: 

Non videat Christum quisquis furabitur istum. 

Detur pro poena scriptori pulcra puella.

Non sit in villa, quae sit formosior illâ.

Otro tratado de astronomía en latín y lemosín, cuyo autor parece que suena en el epígrafe del fin: Acabat es a 13 dies de març del any 1334 en la ciutat de Sibilia per mestre Alfonso Dionis, clergue et metge del illustre Princep et Senyor Nalfonso, Rey de Portogual, e de la Senyora sa filla Na Maria, Reina de Castella e de Leon. Vol. fol., pap. = Miracles por orden alfabético. = El Egidio Romano De regimine Principum, excelente traducción al lemosín. = De Fr. Francisco Eximeniz Llibre de las Donas y la vida de Cristo, dos vol. fol. del siglo XV. = Un vol. fol. ms. del siglo XV, que contiene lo siguiente: En nom de Jhu. Crist e de Madona Sancta Maria: començe lo llibre de Benvengut de Cirorgia, compilat per mestre Benvengut Grateffe. Princip. Al honrat amich .: yo enten a tu fer hun libre ... posare açi segons la tua demanda medecines provades de nafres, de ajustamens, de plagues antigues, de cranch (cáncer), de fistoles (fístulas), algunes cirorgies dulls (cirugías de ojos) e un poch de algebra. En el mismo códice sigue otro tratado con este título: Açi comensa la Cirurgia de maestre Bru, ço es, lo compendi seu. Prolog.: O Andreu Latzer de Padua, tu mas feta peticio e demande que compones I libre de la operacio manual de medicina, pus breu e pus ubert que io haya compost; e iat sesia (: jatsia, jat se sia) io agues a trebalar per altres obres, no e pas aço volgut alargar … Reeb dons, oh Latzer, etc. = Dialogos de San Gregori, vol en 4.° del siglo XV; otro ejemplar del 1340, ambos lemosines. = Constitucions de Valencia per lo Rey D. Marti.

Sobre todos estos es apreciable un volumen 4.°, que contiene los pareceres de algunos Obispos del concilio de Trento sobre la corrección de los decretos y cánones que se formaban para publicar en las sesiones. 

Casi todos son del mes de abril de 1562, y tratan por lo común de lo que se estableció sobre el sacramento de la Eucaristía. He copiado algunos de los pocos que hay de nuestros Españoles; entre los cuales no debía omitir el de Don Antonio Agustín y el del Obispo de Segovia (a: (a) Aps. núms. XIX y XX.).

Después de estos códices examiné otros cuatro mss. griegos, y son: Olympiodori Opera. = Hypocratis Aphorismi. = Hermes Trismegistrus de universi pulcritudine. = Marinus Neapolitanus de felicitate. Siguen a estos preciosos códices muchas obras de autores griegos y con su texto nativo, de ediciones apreciables; tales son: Galeni Opera, cuatro vol. (Basilea, 1538). = Pausanias. = Claudius Aelianus, Stobaei Eclogae (églogas). = Opera Hypocratis, Aristotelis, Suidae, Athenaei, Appiani, Herodoti, Demosthenis, Homeri, Eurypidis, Hesiodi, Pindari, Theophanis, Eschyli y otros muchos. = Plutarchi opera (Basilea, 1533 y 1542). = Diodoro Siculo, 1559, por Henr. Stephano. = Icones Philostrati, Heroica, Descriptiones Callistrati (Florent. 1517). = Dictionarium Graecum de Maciochi (Ferrara, 1510). = Thucydides 1540. = Biblia entera en griego (Venet., 1518). = Moschi Poetae Opera (París, 1512). = Anacreontis Opera (1554 por Stephano). = Arati Phaenomena (Venetiis, 1499). =

Theophrasti Opera (ibidem, 1497). De esta clase son todos los que hay hasta el número de noventa y uno. En las obras de Paulo Aegineta he leído en la primera hoja estas palabras: Empt. ex bibliotheca D. D. Antonii Augustini, Archiep. Tarraconens. 1594. Hállase la misma nota en varios libros, los cuales se advierte además que los compró el doctor Juan Bautista Tolra, médico, por estos mismos años. De donde es fácil inferir que no todos los libros de aquel Prelado fueron llevados al Escorial, y también el gusto y erudición selecta que tenía en las humanidades. 

Viniendo ahora a los libros latinos y castellanos de varias facultades, baste saber que los hay exquisitos en todas ellas y que honran bien la mano que los adquirió para el monasterio. En la clase de humanidades o filológicos y poéticos, acaso no cederá este monasterio a muchas bibliotecas, aunque los que posee son antiguos. Ediciones del siglo XV tendrá más de 150, y entre las extranjeras merecen particular lugar las obras en fol. de Pedro de Ayllac, que están sin nota de año ni impresor, pero por la semejanza con los mss. me parecen de los primeros ensayos de la tipografía. También son notables unos rudimentos de gramática en hexámetros que comienzan: 

Sribere (scribere) clericulis paro doctrinale novellis,

Pluraque doctorum sociabo scripta meorum. 

A lo que entiendo será del 1470, pero de lo mejor impreso de aquel tiempo. Por otro volumen, que contiene un comentario de estos versos, se sabe que su autor era un maestro Alejandro. De ediciones españolas he escogido por muestra las siguientes: un vol. fol. que empieza así: Comença lo libre appellat Visio delectable, compost a instancia del molt noble senyor Don Johan de Beamunt, Canceller y Cambrer maior del Illustrissimo Senyor Don Carles, Princep e primogenit de Arago y de Navarra: compilat per Alfonço de la Torra, Bachaller del dit Senyor Princep. Al fin se lee: Migençant la divina gracia venguda es a la fi de esser impressa la Visio delectable de Alfonço de la Torra, Bachaller. 

Impresa en la ciutat de Barcelona a despeses de Matheu Vendrell, mercader ciutada de la dita ciutat, lo disabte sanct de Pascua a XVII del mes de abril lany de nostra salut mil e CCCC.LXXXIIII (1484). La segunda muestra es del libro impreso en Tortosa en 1477, de que ya te hablé en las cartas de aquella ciudad. Son los Rudimentos de gramática de Nicolás Perotto, y la nota de la edición dice así: Praesens hujus gramaticae opus magnum praeclarumque Dertusiae, impressum per magistrum Petrum Brun, Gebennis genitum, et Nicolaum Spindeler de Cruickau, Germanum, anno christianae salutis M.CCCC.LXXVII. (1477), die vero XVI mensis junii, finem perfectum feliciter sumpsit. Deo gratias. Es un tomo en 4.° sin páginas, de 141 fol. Y baste de libros y biblioteca.

El claustro, pegado a la iglesia a la parte de levante, es bastante despejado; se comenzó en 1313 y se concluyó en 1341, día de San Benito. El edificio es como todos los de aquel tiempo, lleno de labores y adornos caprichosos. Tiene en cuadro doscientos tres palmos catalanes con ocho arcos por lado. Los fondos correspondientes en la pared son nichos casi todos ocupados con urnas sepulcrales de muchas familias ilustres de estos reinos. Hay también osarios en lo alto de las pilastras, y algunas urnas sin letrero ni noticia de su depósito. Los conocidos, entrando por la puerta principal, son los entierros de Don Ramón Alemany y Cervelló, Señor del Puente de Armentera, de su mujer Doña Gerarda y otros de su familia: de Don Guillermo de Claramunt y su mujer Doña Guillerma: de Don Bernardo Salvá y de sus hijos Don Pedro, Don Guillermo y otros de su familia: de Don Berenguer Llorach, Señor de Solivella: de Don Bernardo de Mombrió: de Don Bernardo de Aguiló y los suyos: de los Pinós: de Don Grau, Don Huguet, Doña Gama de Cervelló y otros de dicha casa: de Don Jaime de Cervera y su mujer Doña Blanca de Puigvert, y del padre de esta Señora Don Berenguer: de Don Pons, Don Berenguer y Doña Sancha de Queralt: de Doña Guillerma de Moncada con este letrero reciente: Aquí yace la invicta amazona, terror de los Agarenos, Doña Guillerma de Moncada, mujer de Don Alemán de Cervelló: item de Don Pedro y Don Pons de Cervera: de Don Ramón, Don Berenguer y Don Onofre de Montoliu: de Don Pedro de Tarragona. Algunos otros entierros hay en el plano del pavimento. Hállase en el mismo claustro el Capítulo capaz y de figura regular. En el pavimento se ven algunas sepulturas de los Abades antiguos con bellísimas figuras de mármol negro. Los claros de las dos ventanas colaterales a la puerta, están graciosamente divididos por columnitas de piedra común, del mismo gusto que las que dije del claustro de Tarragona. Al lado del Capítulo hay una capilla, dedicada antes a San Martín y en el día a la Asunción de nuestra Señora, cuya muerte se representa con figuras del natural de pésimo gusto, y en que sólo es apreciable la materia, que es mármol. Sirvió antes de armario para depositar los libros necesarios a la lectura en el Capítulo, según la costumbre de la orden del Císter, cuyos estatutos suponen que debe estar inter Capitulum et ecclesiam, y así está el que digo y los de otros monasterios. Mucho mejor que lo dicho es un templete en el luneto del claustro, pegado a sus arcos para comodidad de los que se han de servir de una copiosa fuente a quien cubre: es un hexágono gracioso de bóveda rebajada y construido ya en buen tiempo: tampoco es despreciable el pilón de la fuente, que es de una pieza como de diez palmos de diámetro. De este claustro, que es el más moderno de la casa, se pasa a otro más antiguo, de construcción humilde, donde se conserva la habitación en que estuvieron algunos de nuestros Reyes, que bien puede llamarse palacio, si la comparamos con los edificios que la rodean más inmediatamente. Comenzola sin duda el Rey Don Pedro III de Aragón, pues en un arco del zaguán a mano izquierda se ven las armas de Sicilia, de que él usaba. Hállanse también muchos escudos de las armas de Cataluña, y así no es inverosímil que concluyese aquel edificio el Rey Don Jaime II, y acaso sería después de haber enviudado, pues no se hallan las lises que usaba su mujer Doña Blanca. Dicen, y será así ciertamente, que vivieron allí por algún tiempo estos Príncipes. También se cree que fue habitación de los Abades primitivos. Lo que yo sé es que se ven entre los demás escudos las armas del abad Don Guillermo de Ferrara, que acaso debió concluirlo, y son una bolsa cerrada (fermata ara?), como se ven también en su sepulcro en el crucero de la iglesia. Por hallarse ausente el monje que hoy habita esta casa, no pude registrarla por dentro: hay en su galería algunas columnitas como las de los entierros reales, y una muy grande de pórfido, o que lo parece, en el plano del patio para sostener la escalera.

Todavía no es este claustro el edificio primitivo de los monjes en el siglo XII, el cual se halla pegado a dicho claustro, pobre y humilde además. 

Se conserva la iglesia pequeña con la advocación de nuestra Señora y la Trinidad, y un altar digno de guardarse para la historia de la pintura. 

Del tiempo en que resucitaba esta arte es el altar que hay en el oratorio de la enfermería, donde se ven algunas figuras bellísimas y dignas de un buen profesor. Después de toda esta descripción desearás oír algo de la historia de este célebre monasterio. Has de saber, pues, que su fundación es del año 1150, en que Guillermo Raimundo Dapifer dio al Abad y monasterio Cisterciense de la Gran Selva, en Francia, el monte de Cerdañola, diócesi de Barcelona, para que fundasen allí un monasterio de su orden (a: Ap. núm. XXI.). Aceptó la donación Guillermo, Prior de aquella casa, junto con Guillermo de Mompeller y otros monjes, los cuales, como designados para la fundación, se trasladaron a la nueva casa, que por el lugar comenzó a llamarse de Valldaura, y en latín Vallis Laureae. Hízose esto con tanta actividad, que en mayo de 1151 ya habitaban allí, y se edificaba la iglesia del monasterio, como consta de la donación que les hicieron los Condes de Cardona, concediéndoles cada semana cierta medida de sal, que llamaban Somata (b: Ap. núm. XXII.). Damus, dicen, Domino Deo et ecclesiae Sanctae Mariae Vallis Laureae, quae hedificatur juxta Sanctum Martinum de Cerdañola, et fratribus ibi habitantibus, etc. Actum est hoc V. kal. junii anno ab Incarnatione Christi MCLI (la ñ en 1151). Algunas otras donaciones del fundador y otros señores particulares he copiado que servirán para nuestra colección (a:Aps. núms. XXIII a XXXIV.). De todo esto podrás inferir cuán equivocados andan los que dicen que esta fundación hizo el citado Guillermo en penitencia del asesinato que cometió en la persona de Don Berenguer de Villamuls: cosa que no sucedió hasta el año 1194, como ya dije en mis cartas anteriores. La regular observancia no podía conservar mucho tiempo su vigor con la inmediación a Barcelona, de donde la curiosidad de la nueva fundación atraía a la gente devota, que aun siéndolo estorba con su ruido al solitario. Estas y otras causas debieron mover a aquellos santos monjes para abandonar el sitio de Valldaura, y trasladarse al que hoy tienen en Santas Cruces. Era todo este territorio poseído por muchos señores, y divisorio de las diócesis de Tarragona y Barcelona, y aun por eso se llamaba lugar de contradicción, como dice el citado Manrique. Dios, que dirigía los pasos de esta fundación, movió los ánimos de todos ellos para que lo cediesen al monasterio de Valldaura. He visto la donación hecha a 26 de enero de 1159 por Gerardo de Alamany, Geraldo de Jorba, Guillermo de Montagut, Pedro de Montclar y sus hijos y mujeres respectivos (a: Ap. núm. XXXV.). Así que con razón pone Marca esta traslación en el año 1160; aunque hasta el 1169 no tomaron el Abad y monasterio el título de Sanctis Crucibus, sino que conservaron el de Valldaura. Debió ser la causa de esto la oposición que hicieron el Arzobispo de Tarragona y el Obispo de Barcelona a la erección de la abadía, pretendiendo cada cual para sí la jurisdicción del terreno y la obediencia y sujeción del Abad: pleito que todavía está por sentenciar (b: Aps. núms. XXXVI y XXXVII.). También pudo ser esto mismo la causa de haber vivido por algún breve tiempo los monjes en la granja de Ancosa, distante cinco horas de este sitio. Mas como no se conserva escritura alguna que lo acredite, ni el Abad dejó de intitularse de Valldaura, no puedo hacer hincapié en este punto. Sólo hallo que celebran aquí un aniversario por los monjes que murieron en Ancosa, y están allí enterrados. Y esto pudo ser muy bien, retirándose allí la comunidad, que había venido a Santas Cruces, confiada en que no habría estorbo para su edificio; porque volverse a Valldaura era más difícil. Allanaron estas dificultades los Papas Alejandro III y Urbano IV, mandando al Abad y monasterio continuar la habitación y morada de Santas Cruces, sin que pudiera servir de estorbo dicha competencia, y a los dos Obispos dichos que no exigiesen el juramento de fidelidad y obediencia al Abad sobredicho (a: Ap. núm. XXXVIII.). Resulta de todo esto que desde el año 1169 quedó del todo trasladado el convento a Santas Cruces (b: Aps. núms. XXXIX a XLII.), floreciendo desde esa época en letras y virtud, y criando en su seno Santos y Prelados para varias iglesias. En el catálogo de Abades, que voy a proponer, advertirás que no tuvo aquí lugar lo que ya dije hablando de Benifazá, y es que no se alteró en este monasterio la serie de Abades perpetuos hasta la erección de la congregación en 1617, siendo así que en Benifazá y su matriz Poblet a mitad del siglo XVI por motivos muy justos prefirieron el carecer de esta prerrogativa y admitir las abadías trienales. También debo hacer reparo en lo que resulta de los documentos acerca de los dos primeros Abades de esta casa. En los catálogos comunes se dice que el primero fue Don Guillermo en 1152, a quien sucedió Don Hugo en 1153 y Don Gerardo en 1156. La prelacía del primero es cierta y aun debe suponerse anterior, puesto que ya en 1151 se hallaba él con sus monjes en Valldaura edificando la iglesia. Mas es de notar que este Don Guillermo era el Prior de la Gran Selva, a quien se le dio por compañero otro Don Guillermo de Mompeller, venerado como santo en el calendario Cisterciense, día 9 de abril; varón también muy ilustre en el siglo y en el claustro. Por la semejanza del nombre se ha creído equivocadamente que este fue el primer Abad de Valldaura. Pero además de que es más regular que lo fuese el primero por ser cabeza de la nueva colonia, es constante que el Santo estaba aún aquí en calidad de simple monje en el año 1156, como se ve en la donación de un huerto en Bite que hizo al monasterio Guillermo de Truil in manu Gerardi, Abbatis, et Guillermi, monachi de Monte Pessulano, y en otras dos escrituras del mismo año que comienzan: Ego Girardus, Abbas Sanctae Mariae Vallis Laureae, et Guillermus, frater de Monte Pessulano, cuyas copias envío. Y no es verosímil que se hallase aquí como simple monje, si antes había sido Abad, siendo, como lo eran entonces, perpetuos. Es verdad que aun así era muy venerado por sus calidades (cualidades), y esta es la causa porque se halla una u otra donación del año 1152, hecha a Guillermo de Mompeller y los monjes de Valldaura, sin hacerse mención de Abad, ni darle a él este título. Acaso se había ausentado el otro Guillermo, verdadero Abad, para tratar con el de la casa matriz los negocios de la nueva fundación, y en el ínterin pudo quedar el Santo como presidente. De todos modos es cierto que en ningún documento se le da el título de Abad. Así que el primer Abad de esta casa fue el otro Don Guillermo, y lo fue, no sólo hasta el 1153, sino hasta todo el 1154. De este último año es una donación de Guillermo Raimundo Dapifer, en que da un molino al monasterio de Valldaura, et Willelmo, Abbati ejusdem loci. La fecha dice así: Actum est hoc III nonas julii, anno XVII regni Regis Lodoici Junioris. Y es cierto que esto corresponde al año dicho. Los que introducen a Don Hugo en el de 1153 se fundan en la donación hecha a este monasterio del territorio de Ancosa, la cual se hizo a Don Hugo su Abad. Su fecha es esta: III idus julii, anno ab Incarnatione Domini M.C.LIII. regnique Ledovici Junioris anno XVIII. Nadie ignora que en una de estas épocas hubo error de escribiente, porque el año 1153 no era el XVIII de Luis el Joven, sino el XVI. Para salvar este anacronismo es más llano suponer yerro en los años de la Encarnación y poner esta donación en el año XVIII de Luis, de Cristo 1155, y entonces a Don Hugo, Abad, sucesor de Don Guillermo. Me he detenido en esto por ilustrar las memorias antiguas de esta casa y corresponder así a la franqueza con que me las han comunicado. Vamos ahora al

CATÁLOGO DE SUS ABADES. 

Existencia. 

Don Guillermo 1152.

Don Hugo 1155.

Don Gerardo 1156.

Don Pedro de Puigvert 1158.

Este Abad trasladó el monasterio a Santas Cruces, y así es el primer Abad de este título. Comenzó la fábrica de la iglesia. Es distinto de otro que fue Obispo de Urgel desde el año 1205: renunció el obispado a 3 de abril de 1230: se retiró a esta casa, donde tomó el hábito y murió en 1250.

Don Hugo 1185. 

Don Bernardo 1203.

Este Prelado, cuya memoria no se halla en los catálogos comunes, lo era en este año 1203, como consta de la concordia que se hizo entre el monasterio de Bonrepós y el de Scala Dei, en que intervino con el Abad de Poblet. No es fácil asegurar si es o no el mismo que el que le sigue.

Don Bernardo de Ager 1220.

Don Ramón de Rifano 1222.

San Bernardo Calvó 1226.

Fue natural del Mas Calvó, cerca de Tarragona. Tomó el hábito en este monasterio en 1214. He visto y copiado su testamento, que aquí se guarda. Fue electo después Obispo de Vique. Consérvase aquí su mitra. 

Véase su Vida en Domenec, Santos de Cataluña, etc.

Don Ramón 1233.

Don Arnaldo 1235.

Don Geraldo 1249. 

Don Berenguer Aymerich 1260.

Don Januario 1265. 

Don Bononato de Vilaseca 1293.

En tiempo de este Abad se erigió el monasterio de Valldigna, en Valencia, en 1297, y de Alofonte, en Sicilia, en 1307, ambas casas hijas de esta de Santas Cruces. También fue este Prelado el primero de esta casa a quien se confirió la dignidad de Capellán mayor de los Reyes de Aragón.

Don Pedro Arters 1308.

Fue Obispo de Santa Justa en Cerdeña. 

Don Pedro Alegre 1309.

En su tiempo se fundó la orden de Montesa a 22 de julio de 1319. Envió este Abad religiosos para ello al castillo, cabeza de aquella orden; en la cual dicen que quedó con ciertos derechos sobre elección de Gran Maestre, Prior y visita.

Don Francisco Miro 1335.

Don Guillermo de Ferrara 1347.

Tiene su sepulcro en una capilla del crucero de la iglesia con esta inscripción: 

Anno milleno triceno septuageno,

Additoque quino necnon tertio die Juno

Dompnus Guillelmus de Feraria dictus

Exivit è corpore ut frueretur eterno honore

In Celi palatio, quo per merita dono divino 

Jacet hic sepultus exoretur ab omnibus Deus 

Pro ejus anima sic optavit semper in vita

Abbas quartus decimus fuit hic in Sanctis Crucibus

Rexit hoc coenobium per viginti septem annorum

Ut ad angelicum culmen pertingat oremus. Amen.

Llámase aquí Abad XIV: en nuestro catálogo es el XIX. Mas quitados de nuestra cuenta los tres primeros, que sólo se intitularon Abades de Valldaura, y algún otro acaso multiplicado por la obscuridad de aquellos tiempos, resulta que este fue el XIV Abad de Santas Cruces.

Don Jaime Gener 1375. 

Don Bartolomé Tadernosa 1379.

En la nota que dije sobre los edificios de esta casa se pone a este Abad por inmediato sucesor de Don Guillermo, no haciendo memoria de Don Jaime Gener.

Don Andrés Porta 1380.

Don Januario 1402.

Don Bernardo Dalmau 1404.

Don Pedro Cenixo 1413.

Don Domingo Vinader         1418. 

Don Juan Pinyana 1430. 

Don Guillermo Blanch 1438. 

Don Bernardo Abella 1458. 

En tiempo de este Prelado se suscitó la contestación que ya dije sobre el monasterio de religiosas de Bonrepós. 

Don Pedro Blanch 1466.

Don Pedro de Mendoza 1479.

Don Bernardo Toldrá 1519.

Don Jaime Valls 1534.

Don Gerónimo Contijoch 1560.

Don Pedro Nogués 1593.

Don Jaime Carnicer 1608. 


Abades cuatrienales.


Don José Barberá 1619.

Fue el primer Vicario general de la congregación Cisterciense de la corona de Aragón y Navarra.

Don Bartolomé Rovira         1624.

Don Juan Carreras 1628.

Don Rafael Vultor 1632.

Don Ramón Pages (Pagés) 1636. 

Don Hilarión Gil 1640. 

Don Juan Bosch 1642. 

Don Pedro Salla 1644. 

Don Juan Segria (Segriá) 1650. 

Don Ambrosio Soler 1652. 

Don Antonio Suelves 1654. 

Don Pascual Sobías. 1656. 

Don Antonio Sacasas 1660. 

Don Jaime Porta         1660.

Este y otros Prelados se intitulan Priores de Montesa en el catálogo de esta casa. 

Don Juan de Paguera 1664. 

Don Celso Madolell 1668.

Don Antonio Lleo 1672. 

Don Celso Madolell 1673. 

Don José Canals         1676. 

Don Celso Madolell 1680. 

Don Pablo Miracle 1682. 

Don Juan Bautista Montagut 1684.

Don Pablo Miracle 1688.

Don Gerónimo de Vidal y de Nin 1693. 

Don Jaime Oliver 1696.

Don Juan Bautista Montagut 1700.

Don Jaime Oliver 1704.

Apenas electo Abad se ausentó del monasterio con la ocasión de las guerras de sucesión, y por esta causa fue electo el mismo año el sucesor. 

Don Juan Torrens 1704.

Don Tomás de Vidal y de Nin 1706.

Fue Arzobispo de la ciudad de Messina.

Don Francisco Guiu 1713.

Don Anselmo Soler 1716. 

Don Mauro Valles (Vallés) 1720. 

Don Francisco Huguet         1725. 

Don Agustín de Campdarros y Figarola 1728.

Don Francisco Padró 1732 

Don Francisco Huguet          1736.

Don Benito Llor y Monguió 1740. 

Don Francisco Padró 1744. 

Don Juan Papiol 1747.

Don Miguel Lladó 1748. 

Don Pablo Comas 1752. 

Don Raimundo Burset         1756. 

Don Felipe de Moxó 1760. 

Don Pablo Comas 1764. 

Don Raimundo Burset         1768. 

Don José Franquet 1772. 

Don Antonio Folch 1776. 

Don José Tarros (Tarrós) 1780. 

Don Juan Sabater 1784. 

Don José Mestre 1789. 

Don Francisco Aldivert 1792. 

Don Tomás Riera 1796. 

Don José Bassas 1800. 

Vicario general actual de toda la congregación.

Nada más por hoy. A: Dios. Monasterio de Santas Cruces, etc.