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lunes, 15 de agosto de 2022

Carta LXIX. La parroquia de Cervera, antes sujeta a Ripoll; mas no fue monasterio de Benedictinos.

Carta LXIX.

La parroquia de Cervera, antes sujeta a Ripoll; mas no fue monasterio de Benedictinos. Su titular, fábrica de tu templo, inscripciones, arquitectos, torre de campanas, consagración de su altar mayor. Priorato de S. Pedro: monasterio doble de los Hospitalarios: conventos antiguos y modernos, sus reliquias, códices etc. Noticias del lignum crucis, que llaman el sant misteri.  

Mi querido hermano: La primera memoria que nos queda de la iglesia parroquial de Cervera va junta con la noticia de estar sujeta al monasterio de Ripoll. Es verosímil que el autor de esta sujeción fuese Guillermo Raimundo de Cervera; así como lo fue de la de otra iglesia intitulada de S. Pedro, de que hablaré después; el cual junto con su mujer Arsendis la dio a aquella casa en el año 1081. Lo cierto es que diez y seis años después expidió el papa Urbano II la bula confirmatoria de todas las posesiones de Ripoll (Marca Hisp. apend. n. CCCXIV.) y entre ellas pone: In castro Cervariae ecclesiam Sancti Martini. Y que esta iglesia fuese la parroquial intitulada ahora de Santa María, dícelo el monje de Ripoll que compuso en 1147 la historia de aquel monasterio (ibid. n. CCCCIV.) donde entre las donaciones confirmadas por el papa Urbano, la cuenta con estas palabras: In castro Cervariae PARROCHIAM Sancti Martini, quae NUNC EST Mariae. De donde debe inferirse que la jurisdicción que el abad de Ripoll tenía en esta parroquia, en virtud de la cual consta que nombraba el párroco, los cuatro domeros y el sacrista, y que percibía de aquí pingües rentas, no le vino como algunos creen de haberle dado la otra iglesia de S. Pedro, sino esta de Santa María. Sobre este derecho de presentación comenzaron a hacerse varias concordias con el obispo de Vique desde el año 1284: y como viste en el episcopologio de aquella iglesia aún duraba esta sujeción en 1406, cuando el obispo Diego de Heredia y Raimundo abad de aquella casa, aprobaron de consuno las constituciones que entonces se hicieron para este clero, las cuales existen en el archivo de aquel monasterio. Así es que el Hugo cardenal, que suena rector de Santa María de Cervera en varias escrituras de acá de los años 1345 hasta 1361, y en cuyo nombre regentaba esta parroquia Bernardo de Ulugia, obtuvo el curato por presentación del abad de Ripoll. Esta sujeción de la parroquia a aquel prelado, se confirma con la tradición vulgar, la cual llega hasta creer que antes hubo en ella monasterio de benedictinos. Y para prueba alegan el hallazgo de algunos esqueletos de los enterrados con cogulla, la existencia de un libro coral de aquella orden, de que aún se sirve este clero, la de un altar de S. Benito y de un cuadro del bautismo de Cristo en el Jordán, donde los que lo vieron dicen que había retratado un sacerdote con hábito benedictino. Tan pocas cosas han bastado para acreditar y radicar una opinión contra la verdad de la historia; como si todas esas reliquias de monacato no pudiesen tener otro origen. Y yo lo hallo no más que en la sujeción sobredicha, y en la coexistencia del priorato de S. Pedro extramuros. Porque ¿quién extrañará que se introdujera acá la devoción al patriarca S. Benito, cuyos hijos eran los patronos de la iglesia? Y esta devoción pudo hacer que muchos se enterrasen con su hábito; o digamos que esos cadáveres pudieron ser de los monjes de S. Pedro, a los cuales el clero cediese su sepultura, como hoy día lo está ejecutando con los religiosos de Monserrate que mueren en la granja de los Condales, que aquel monasterio posee en el territorio de esta ciudad. El libro y los cuadros que dije pudo adquirirlos el clero en 1450 cuando el prior de S. Pedro Fr. Bartolomé Benet vendió varios de estos muebles, según consta de un memorial de quejas que acerca de esto se dio ese año al consejo general, el cual he visto en el archivo de la ciudad. Estas conjeturas pesan tanto por lo menos como las en que se funda aquella tradición. Y no es menester andar ahora examinando pruebas. La historia dice que la parroquia estuvo sujeta a la jurisdicción de Ripoll, y no más: y que aquel monasterio no tenía aquí más casa que la de S. Pedro extramuros. 

Vengamos otra vez al titular. Ya dije que en el siglo XI era S. Martín, y en el año 1147 era ya el de Santa María. Tiempo era este en que ya se comenzó a construir el templo actual, como se dirá; de manera que tengo para mí que el primer título fue solamente del templo antiguo. En memoria de lo cual todavía se conserva sobre la puerta de la iglesia que da al cementerio una imagen de relieve de S. Martín a caballo, y en ademán de partir su capa con el pobre. El citado señor marqués de Capmany conjetura que la mudanza del titular pudo nacer de que para el templo actual se tomó en el siglo XII una capilla contigua, donde se veneraba una imagen de nuestra Señora llamada de las Sabinas, por las muchas que producía el colladito pequeño donde estaba. Imagen que todavía se guarda, y tiene todas las señas de antigüedad que vemos en las de Ripoll, Monserrate &c. 

Como quiera que sucediese esta mudanza, lo cierto es que el templo se fue construyendo lentamente desde el siglo XII hasta mucho después del XIV. A fines del cual hay varias resoluciones del consejo general aplicando algunos fondos para su conclusión. En ella entendía aún en 1403 el arquitecto Pedro Perull, vecino de Monblanc, el cual tomó a su cargo algunas de sus bóvedas por precio de 4 (símbolo) mil florines. Concluyó toda la obra el maestro Juan Barrufat en 1487, cuya visura mandó hacer el consejo general en resolución del día 5 de Marzo de ese año, y juntamente que se celebrase una solemne procesión de gracias. En las capillas se hallan algunos sepulcros de sus respectivos patronos con inscripciones; una de las cuales copiaré aquí para muestra, y por la gracia que me hizo la manía de su autor en conservar la consonancia. Está en la capilla de S. Martín, hoy de S. Isidro, y dice de esta manera: 

Tú hom, quem guardes á mí, 

Hom era axi com tú, e morí; 

E tú morás, e seras axi com mí. 

Di I. pater noster per anima de mí 

Ramon Sera, qui iach ací 

En la capela mia de Sent Martí, 

E desta present vida lo dia de Tots Sants 

lan M.CCC.LXXX dos pasí. 

Fe bones obres, e faras bona fi, 

E nostre Seyor Deus perdonarnos a nostres 

pecats á tú e mí. Amen. 


Otro letrero hay al lado de la capilla de nuestra Señora de Monserrate, en el pedestal de una estatua de S. Miguel, que dice: Fuy fet el mes Desgost del an de M.CCC.LX. e III. Lo cual se refiere sin duda a aquella parte de edificio, no a la estatua. En el presbiterio, al lado del evangelio, se halla en el pavimento el entierro del obispo de Urgel D. Pedro de Luna, donde entre algunas roturas se lee: 

Anno M.CCC.LXX. vicesima... decessit nobilis Petrus de Luna... doctor, episcopus Urgellensis, et in crastin... sepultus... (a: En la renovación del templo que según me avisan se está haciendo ahora, levantada la losa sobredicha, no se ha encontrado rastro de huesos ni de sepulcro.) 

La torre de las campanas es hermosa y bien construida. Concluyose hacia el año 1431 por el arquitecto Pedro de Vall-llebrera, maestro de la villa. En 1377 se hallaba ya en estado de poderse colocar en ella el seny mayor, llamado Tibaud (Teobaldo) el cual resolvió el consejo en 1403 que no se tocase por el funeral de ninguna persona que no fuese paher, oficial real u obispo. Esta campana ya no existe. En su lugar se fundió otra pocos años después, cuya inscripción he leído por mí mismo con no pequeño riesgo, en que aseguro que no me volveré a poner, aunque se ignore la alcurnia de todas las campanas del mundo. Dice así: Ihs. Mateus de Ulmo magister cimbalorum ville Cervariae me fecit anno a nativitate domini millesimo quadringentesimo vigesimo quarto. Si ergo me queritis, sinite os habire. Vense algunos escuditos de la villa y del artífice. Sin peligro leí el letrero de otra campana llamada la Carranca, que dice: + Barbara nos serva, Christi sanctissima serva. Christus, Ave Maria gratiâ &c. En otra dicha la Onzena, se lee: Iesus autem transiens per medium illorum ibat. En la cuarta que queda no hay cosa notable. Es singular la armonía de estas cuatro campanas, cuyo tono es exactísimo subiendo desde E hasta A. ¿Entiendes lo que digo? de palabra no sé explicarlo mejor. El altar mayor de la iglesia se consagró en 1358. A lo menos del consejo general de 5 de Marzo de ese año consta que se mandó pagar un paño blanco fabricado para esa solemnidad, y que costó 90 sueldos poco más o menos. Consérvase el ara, que es una pieza enorme de piedra común algo cenicienta, y tiene mas de 20 palmos de larga, 8 de ancha y 2 de espesor. El retablo es posterior, de varios cuerpos de buen gusto, al modo de los del tiempo de Carlos V. 

El archivo no contiene grandes antiguallas. Sin embargo no fue perdido el trabajo de examinarlo. Quedan memorias de obispos auxiliares desconocidos, y algunas tocantes a los de Vique, de cuya diócesi era esta iglesia, y otras cosillas que quedan ahora por decir, y saldrán a su tiempo. Un misal hay también propio de dicha diócesi MS. en el siglo XIV; del cual formé varios extractos y apuntes, y va el adjunto para muestra (a: Apend. n. I). 

Entre las cosas sujetas por Urbano II al monasterio de Ripoll en la bula de 1097 se lee:  capellam S. Nicholai. No tengo a mano que decir de esta capilla, que debía estar separada de la de S. Martín. Lo que sé es que en 1319 se erigió en honor de S. Nicolás de Bari una cofradía compuesta de solos los individuos del clero, en la cual los años siguientes fueron admitidos los seglares. Hay de dicho santo obispo un dedo, el cual en 1432 fue cedido por el consejo general a dicha cofradía, con tal que le labrasen un brazo de plata, y que no pudiesen extraer esta reliquia de la  villa. La otra iglesia que el papa dio a Ripoll es la que dije de S. Pedro, sita extramuros de Cervera, de la cual queda una pequeña rotunda de paredes gruesas, y con hartos indicios de ser la iglesia del siglo XI, aunque ciertamente está desfigurada con adornos posteriores. El vulgo la llama Sant Pere el Gros. Diéronla a aquel monasterio y a Bernardo su primer abad marsellés, Guillermo Raimundo de Cervera y su mujer Arsendis, cediéndole también el cementerio de 30 pasos, secundum quod illud ordinavit Amatus Ellorensis episcopus, romane sedis legatus. Esto dice la escritura que vi en aquella abadía, fecha a III de las calendas de Octubre del año XXII del rey Felipe, 1081 de Cristo. Tomóla el monasterio como su cellula, y ocho años después del que digo habitaban ya aquí los monjes Fredolo, Guillermo, Bernardo y Pedro, a los cuales una señora llamada Ilia dio una viña, como consta de la escritura que vi original (ibidem). Hizo también mención de esta casa el conde R. Berenguer III de Barcelona en su testamento de 1131 (Marca Hisp. col. 1272). Y ya que hicimos mención de este monasterio, continuaré la noticia de los demás de esta villa. El que entre ellos merece particular atención es el que tenían ya los hospitalarios de Jerusalén en el siglo XII, cuyas memorias comienzan desde el año 1174. Muy poco después en 1191 comparece como monasterio doble, cuando fue admitida por religiosa de la misma casa Ermesendis de Biosca. Más claramente consta esto de una escritura de 17 de Agosto del año 1245, cuyo extracto he visto hecho por el infatigable premonstratense D. Jaime Pascual, sin que se sepa dónde halló el original. Se reduce a que Fr. Geraldo Amich, lugar-teniente del Castellán de Amposta, de acuerdo con Fr. Guillén de Jorba, comanador (comendador) de S. Juan de Cervera, y con aprobación del capítulo general celebrado en Huesca, dio a Marquesa de Çaguardia, viuda del noble Guillermo de Çaguardia, la sobredicha casa de S. Juan cum tota baiulia ipsius domus, para que de sus réditos diese el sustento fratribus, donatis, et sororibus nostris in ipsa baiulia commorantibus, quos et quas vos volueritis retinere ad servitium vestrum, et domus praedictae, dándole además facultad para expeler fratres, donatos, et sorores que le pareciese, y con la condición de tener consigo sex dominas sorores de ordine Hospitalis. Concluye que dicha señora, tamquam provida et discreta commendatrix (comendatriz, comendadora), cuide de todo junto con el comendador actual. En el año 1248 las siete religiosas que aquí había, es a saber: Marquesa Çaguardia, comendadora, Geralda Çaguardia, Ermesendis de Castellnou, Marquesa de Rajadell, Ermesendis d'Odena, Elicsendis de Alentorn y Ermesendis de Offegat, prometieron la encomienda, muerta la comendadora, a su hija Geralda Çaguardia. Poco permanecieron aquí. Las dos madre e hija acudieron dos años después en 1250 al capítulo general (ge- salta página + ral) de Huesca, pidiendo la fundación del convento de Alguaire, que ya tenía preceptor. Concediola el capítulo, y pasaron allá las dos con las otras religiosas de Cervera, cuya casa quedó con solos los religiosos. Sin embargo de esta traslación, y de haber confirmado la nueva casa de Alguaire el papa Clemente IV en 1264, la Marquesa conservó algunos años el título de commendatrix de Cervaria et de Alguayre, o al revés.

Otro monasterio había de Cistercienses, dependiente del de Santas Cruces, del cual he visto en los libros del consejo general de 1405 que se mandó reparar para que pudiesen celebrarse en él los oficios divinos.

Otra encomienda había aquí de la orden de S. Antonio, cuya iglesia se conserva, y en ella la inscripción siguiente: Anno domini M.CCC.LXX.IIII. in ecclesia Santi Antoni villae Cervariae reverendus pater dñus frater Franciscus Dei gratiâ episcopus Cimaviensis, fratre Guillermo Baroni comendatore existente, altare B. Virginis Mariae, et B. Antoni, et altare Virginis Mariae desperanse, necnon altaria beatorum Georgii (Jorge, Jordi, Giorgio, George, etc), Luciae, Marchi, Lucae, Mariae Magdalenae, Victoriae, et ciminterium, diebus VI.VII...X... consecravit. De Santa Victoria la de Córdoba poseen allí mismo la cabeza. En lo alto del coro cerca de la bóveda se lee en una piedra: Petrus... dona me fecit fieri.

El convento de mi orden se fundó a principios del siglo XIV en el mismo sitio que hoy ocupa, pero en mayor profundidad. Consérvase todavía el templo primitivo, sobre el cual entrado el siglo siguiente se construyó el actual con los claustros que son de bastante buen gusto, y están llenos de urnas sepulcrales sin inscripción alguna. Habitó por algunos días en este convento S. Vicente Ferrer, convidado para predicar en esta villa por sus paheres con cartas que le escribieron a 10 de Junio, 1.° de Agosto, 9 y 27 de Octubre de 1409, las cuales existen en los registros del ayuntamiento (N. E. interesante buscarlas para ver en qué lengua le escribieron). También vivió en él de asiento el célebre Fr. Jaime Gil, natural de Xátiva, maestro del sacro palacio, y autor según se dice del oficio de la Transfiguración en los días del papa Calixto III. Entre otros varones insignes que honran a esta casa, debo hacer mención del S. D. Fr. Domingo Romeu, obispo titular de Utica, del cual cuando no lo esperaba hallé en Gerona varias noticias que pondré aquí. 

Consta de los documentos que allí existen que era natural de Cervera, hijo de Antonio Romeu, notario: y que después de haber sido muchos años lector de teología de aquella catedral, y prior de su convento en la misma ciudad, fue hecho obispo en 1544. Por lo menos en las actas capitulares de ese año se lee lo siguiente: “Die iovis XIX Iunii 1544. R.mus D. episcopus Uticensis Fr. Dominicus Romeu, magnus theologus, de ordine praedicatorum, qui multos annos verbum Dei in hac urbe evangelizavit, octavo die Corporis Xpi fecit processionem vestibus episcopalibus et mitra ornatus. Sit ad laudem altissimi, et ad multos et iocundus annos; quia hic dies primus, quo ipse incepit officium pastorale exercere." 

En 1559 fundó en la misma catedral sermón para todos los domingos del año, con limosna de seis sueldos. Permaneció siempre en Gerona, donde murió a 5 de Enero de 1563 en la casa llamada del arcedianato mayor. La nota del registro de la curia de ese año le llama sufragáneo de Gerona, con no pequeña impropiedad de la palabra, habiendo sido no más que auxiliar con el título in partibus. Obtuvo en encomienda el priorato de S. Pedro de Cercada desde el año 1551 hasta su muerte. 

Volviendo a lo que estábamos del convento de dominicos de Cervera, en su biblioteca vi buenos libros castellanos, y una edición de Virgilio con los comentarios de Servio Honorato, Venetus, dice, impressa per Antonium Bartolamei impressorum discipulum M. CCCC.LXXXVI, mense Octobris. Es un volumen fol. muy bien conservado. En el altar mayor de la iglesia se venera gran parte del cuerpo de S. Felipe presbítero y M., traído desde Cáller en Cerdeña a instancias de Don Juan Pablo Grau y Montfalcon (Montfalcón, monte halcón, Montfalco, Montfalcó, Montfaucon, etc), el cual pensó con esta dádiva ennoblecer la capilla que sus mayores ya tenían en este templo. El arzobispo de aquella iglesia extrajo estas reliquias de la subterránea de S. Lucífero (N. E. un santo con nombre diabólico), que está situada prope basilicam constantinianam S. Saturnini M. extra muros praesentis civitatis (Cáller). Así lo expresó él mismo en la auténtica fecha a 3 de Enero de 1629, la cual he visto original guardada en la urna de las reliquias que es magnífica, y lo que queda del cuerpo son huesos hechos trozos, y poco menos que desmenuzados. Algún crítico ha querido decir que no es este S. Felipe M., sino San Hipólito; pero además de la autenticidad del instrumento citado, su fiesta se celebra a 19 de Noviembre, día en que el martirologio hace de él memoria, aunque supone la traslación de su cuerpo desde Cáller, donde padeció, a Roma.

El convento de PP. Franciscos observantes está tenido en el vulgo por fundación de su santo patriarca; y esa antigüedad le suponía el rey D. Fernando el Católico, cuando por estar arruinada la casa con las guerras del príncipe Carlos de Viana (N. E. ver levantamiento y guerra de Cataluña contra Juan II de Aragón, padre de Carlos, primogénito, y de Fernando), pidió licencia en 1497 al papa Alejandro VI para reedificarla, alegándose en las preces y suponiéndose en la licencia dicha tradición. Yo tengo por cierto lo que dice Wadingo analista de aquella orden, y también P. de Marca (M. Hisp. col. 530), que no se fundó hasta 19 años después de la muerte del patriarca, en el de 1245, en el cual el rey D. Jaime I hizo a la nueva casa donación de un huerto. Los de aquella tradición alegan una ápoca (primera a con tilde, apoca, apocha) o recibo de 96 lib. 2 sueld. 4 din. (libras, sueldos, dineros; lliures, sous, diners, denarios, etc) ante Juan Montaner, notario de Cervera, firmó Juan Benphet albañil, confesando haber recibido dicha cantidad de Juan de Gelabert, señor de Tudela y caslano (castellano, castlán, castlá o castlà, castellán, etc) de la villa de Ager, uno de los obreros de la fábrica de dicho convento, cuya escritura está fecha en 1226; de donde infieren que en ese año estaba ya concluida la fábrica, y que por consiguiente es del tiempo de S. Francisco. 

Mas habiendo buscado con curiosidad este documento, lo hallé en el archivo de la misma casa (let. DD. n. 26), y visto por mis ojos y por los de los que me acompañaban, encontramos que no es como dicen de 1226 sino de 1526: tiempo en que hay varias memorias del notario Juan Montaner, y algunas verás otro día cuando se hable del Sant Misteri. Como ya dije se reedificó la casa en el mismo sitio que la antigua, no ya para los claustrales que antes la ocupaban, sino para los observantes que hoy día permanecen en ella. Los claustrales viendo la casa arruinada por las guerras sobredichas, lograron hacia el año 1465 que en lugar de ella se les diese sitio para edificar otra dentro de la villa, junto al hospital llamado de Castell-tort (como salta linea después del guión : Castelltort). Allí levantaron un magnífico edificio, cuya iglesia consagró dentro de poco Gonzalo, obispo Auguriense, es a saber, día II de Agosto de 1468, con facultad que para ello le dio el metropolitano D. Pedro de Cardona, encargado del gobierno de la diócesi de Vique, cuyo obispo y capítulo como fautores de la rebelión contra el rey D. Juan II, estaban inhibidos por el papa (N. E. los deputats del General de Barchinona fueron los que manejaron todo el cotarro, véanse muchas cartas en la colección de los Bofarull respectiva al levantamiento y guerra). El día siguiente al de la consagración de la iglesia bendijo el mismo obispo el sitio destinado para construir los claustros. Un siglo permanecieron allí los claustrales, hasta que suprimidos hacia el año 1567, veinte años después fue cedida toda la casa a los PP. de S. Francisco de Paula, que allí permanecen. 

Creí no tener hoy lugar para hablarte del Sant Misteri; pero lo hay, y no quiero dejarlo para el correo siguiente. Llaman así a uno de aquellos portentos con que sabe Dios de tiempo en tiempo dispertar (despertar, se encuentra mucho en todos los tomos, no sólo en dispierta fierro) la fe de los buenos, para que de ellos no se apodere la incredulidad de los malos. Fue así que en el año 1540 un presbítero llamado Jaime Albesa (como mi amigo de Fuentespalda, Fondespala, hijo de Jeremías, del que lleva el mote), queriendo dar al cura del lugar de Tarrós, diócesi de Urgel, parte del lignum crucis que él había adquirido de un soldado que se halló en el saco de Roma (saqueo), y depositado en esta parroquial de Cervera, no pudiendo partirlo con un cuchillo, y probando por último con los dedos, se desprendieron algunas gotas de sangre sobre un papel que quedó teñido de ellas. Fue esto a 6 de Febrero de dicho año: y a otro día se dio cuenta de todo al consejo general de la ciudad, cuya copia va para más cumplida noticia del hecho, con algunas otras resoluciones posteriores sobre lo mismo (a: Apend. n. II). Recibiose además información jurídica de todo, cuyos procesos se guardan en archivo particular. Si todos los sucesos extraordinarios que de esta clase se cuentan en otros lugares, tuviesen como este documentos coetáneos y originales en que poderse apoyar, cierto no tendrían tanta cabida las dudas y mucho menos la burla de los que no los creen, teniéndolos por invención muy posterior a la época que se les atribuye. Este Santo Misterio es aquí venerado con adoración de latría, como la Santa Eucaristía; sobre lo cual me acuerdo que el dominicano catalán Fr. Bernardo Ribera en su Echo fidei (obra que escribió estando en Rusia, y cuyas palabras no puedo copiar ahora) hace una censura teológica poco favorable. El relicario de plata es precioso y de tres palmos de altura, regalado a la iglesia por la familia de Copons de la Manresana; está adornado de mucha pedrería y de varias sortijas y medallones y cadenas sueltas. En lo más alto de él están los tres pequeños fragmentos del lignum; en el cuerpo por la una parte se ve el cuchillo con que quisieron cortarlo, y por la otra el papel teñido de la sangre que destiló. Hácese anualmente solemne fiesta autorizada por la sede apostólica y por los obispos diocesanos; y aun se ha solicitado rezo propio, que he visto MS. con los himnos que se rezan en la diócesi de Valencia para la fiesta de la sangre de Cristo; pero esto no se pudo lograr. Tiene esta reliquia su capilla particular, y en el día se está construyendo en ella un magnífico altar de varios mármoles. En honor suyo se fundó una cofradía, que se agregó a la antigua que dije de S. Nicolás. Además de este trozo pequeño de la cruz del Señor, poseía otro esta misma iglesia desde el año 1415 por dádiva de Francisco Daltillo, ciudadano de Barcelona, como consta de los libros manuales del consejo general del día 27 de Marzo de ese año. Nada más. A Dios.

miércoles, 6 de julio de 2022

Tomo 4. ÍNDICE DE LAS COSAS MÁS NOTABLES.

ÍNDICE DE LAS COSAS MÁS NOTABLES. 

(Las páginas no coinciden con este formato)

Adoratorios de Gentiles. Como se consagraban al culto divino, 125 y sig. 

Aguas vivas. Convento de S. Agustín en desierto. S¡ estuvo allí el antiguo monasterio servitano, 85. 

D. Agustín Sales. Impugnado, 8. 

Aimonio. En qué tiempo floreció, 168. Escribió la historia de la traslación de las reliquias de S. Vicente mártir al monasterio de Castres, 2, 167 y sig. Juicio que hizo de ella el obispo Pérez, 2 y s¡g., y el de Flórez y Risco, 167.

Alfonso de Borja (Calixto III). Cuanto trabajó por la conclusión del cisma, 107. Fue electo obispo de Valencia, 107, 108. Celebró en ella un sínodo, 111 y sig. 314 y sig. Edificó una capilla en la colegial de Xátiva, 109. Cartas suyas al cabildo de aquella colegiata, 269 y sig. Seguridad que tuvo siempre de que llegaría a ser papa, 110, 278, 279. 

Anales. Cuanto importa escribir los de los monasterios, 49, 50. Quién escribió los de Portaceli, 49.

Antigüedades. Cuanto convendría destinar en los pueblos antiguos quien cuidase de su conservación, 119.

Antonio Bou. Noticias de su vida literaria, 35 y sig. Año de su muerte, 42. Está enterrado en la cartuxa de Val de Cristo, 23, 42. 

Apodiare. Uso de esta voz en la ínfima latinidad, 240.

Aristóteles. Noticia de una versión latina inédita de su Ética, 138 y sig.

Aurora. Obra inédita de Pedro de Riga, 137. Noticia de un códice de ella, ib.

Barcelona. Su iglesia celebró la fiesta de la traslación de San Vicente mártir a Castres, 167. 

Benifazá, monasterio de cistercienses. Su situación, su fundación y descripción de su edificio, 148 y sig. Su biblioteca y archivo, 151, 152. Catálogo de sus abades, 161 y sig. 

Berga. Su antigua situación, 184, 185. 

Besalú. Preciosa reliquia de la vera cruz que se conserva en aquella colegiata, 95. 

Biblia. Noticia de una latina MS. 140. 

Biblia lemosina. Su traductor D. Bonifacio Ferrer, 52 y sig. Por qué no se hallan ejemplares de ella, 55. Por qué medio llegó un fragmento de esta versión a la cartuxa de Portaceli, 54. 

Bibliotecas y archivos. Su origen, 96. Noticias de algunas famosas de la antigüedad, 96 y sig. Incendios de varias de estos últimos tiempos, 97 y sig. Causas de la actual pobreza de algunas, 98. 

D. Bonifacio Ferrer. Su tratado de Schismate Pisano, le publicó Martene, 19. Se ha extraviado el original, ib. Otros opúsculos suyos inéditos, 31, 55, 56, 218 y sig. Es autor de la traducción lemosina de la Biblia, 52 y sig. Año de su muerte, 34. 

Bota, medida de tierra. Su etimología, 266. 


Camputa. qué era, 18. 

Cárcel. Si la de S. Vicente mártir se conserva en Segorbe, 1 y sig. Otras varias donde este mártir estuvo preso en Valencia, 13 y sig. 

Cartas hidrográficas planas. Su invención, 24, 25. Descripción de una muy antigua que se conserva en la cartuxa de Val de Cristo, 24 y sig. Noticia de otra del monasterio de San Miguel de los Reyes, 30.

Castres. Si posee este monasterio las reliquias de S. Vicente mártir, 2 y sig. 9.

Ceretanos, pueblo de España, donde estuvieron, 180. 

Ciborium. Qué era, 124. 

Claudio, obispo de Turín, calumniaba a la iglesia latina, 118. Sus impugnadores, ib.

Clemente Sánchez de Verceal. En qué lengua escribió su sacramental, 144. Versión lemosina de esta obra, 144, 145. 

Coadjutores. Si eran los conversos o donados, 254, 255. 

Comunidades. No deben ser fáciles en enajenar los códices de sus bibliotecas, 98.

Concilio Trulano. Si prohibió representar a nuestro Señor Jesucristo bajo el símbolo de cordero, 128.

Condamina, condimina, condomina. Etimología de estas voces, 202.

Constituciones diocesanas. Cuanto aprecio merecen, 143. Noticia de algunas inéditas de Tarragona, 142, 143. 

Conversos. En los monasterios quiénes eran, 171. Si eran lo mismo que los donados, 254. 

Cordero. Poníase este símbolo en la cruz, y por qué, 126 y sig. Hasta qué tiempo duró esta práctica, 128.

Corporales de Daroca. Noticia de una historia MS. de este suceso, 92. 

Corpus Christi. Convento de dominicos junto a Luchente, 92. Manuscritos que en él se conservan, 92, 93. Sus preciosas reliquias, 94. Maravillas que se cuentan de aquel sitio, 94, 95.

Cotalva, monasterio de S. Gerónimo. Su fundación, 89, 90. Pinturas, códices y otras cosas notables que en él se conservan, 90 y sig. 

Crucifijo. Cuando comenzó a ponerse su imagen en las cruces, 128. 

Cruz. Poníase antiguamente sobre el tabernáculo, 124, y en los templos consagrados, 125, 131, y en los de los gentiles cuando se purificaban, 125 y sig. y en los sepulcros, 131. Cuando comenzó a sustituirse en ella la imagen del Salvador a la del cordero, 128, 129. Fragmento de una de piedra hallada en las ruinas de la antigua Sétabis, 104. 

Conjeturas sobre el sitio donde estuvo colocada, 124 y sig. Su antigüedad, 129.

Cruz decussata. Cuál era, 130. Conjeturas sobre su origen, 130 y sig.

Cruz immissa. Cuál era, 104, 129. Si fue crucificado en ella nuestro Señor Jesucristo, 131.

Cruz sencilla. Cuál era, 130.


D. Diego Vich. Memorias que dejó en el monasterio de la Murta, 81 y sig. 

Donados. En los monasterios qué eran, 254. Si eran lo mismo que conversos, ib.


Echard. Enmendado, 139.

Edad media. No fue tan bárbara como algunos creen, 137. 

Escolano. Impugnado, 62 y sig.

Escrutinio serotino. Qué era, 16.

Escudo. El de las capas pluviales es reliquia de la antigua capilla, 118.

Exenium. Qué significa en los latinos de la edad media, 178.


S. Félix de Gerona. Noticias de su vida y martirio, 123. Es patrono de Xátiva, 99 y sig. 262 y sig. Si se venera su cabeza en S. Lorenzo el Real, 123.

Francisco Aranda, donado de la cartuxa de Portaceli. Su elogio, 48, 49. 

Fragmento de una cruz antigua en Xátiva. Su descripción, 104. Conjeturas sobre su antigüedad, 104.


Gandía. Su deliciosa situación, 89. Fundación de su iglesia colegial, 88. Estado de su archivo, ib. 

Gaudes. Qué son, 112 y sig. Estableciólos en Valencia su obispo Alfonso de Borja, 112 y sig. 

S. Germán, monasterio de benedictinos. Cuándo fue fundado y por quién, 168. En él fue monje Aimonio, ib. 

Gerson. No es autor de los opúsculos atribuidos a D. Bonifacio Ferrer, 31 y sig. 218 y sig. 

Girovagos. A quienes se dio este nombre, 179. 

Guerras civiles. Cuanto daño hacen a la literatura, 80, 96. 


D. Henrique, infante de Portugal. Si fue inventor de las cartas náuticas planas, 24. 

D. Hugo de Lupia. Fragmento de un sínodo que celebró en Valencia, 116, 117. 


Inocencio IV. Sus cartas a D. Jayme I de Aragón, 156 y sig. 328 y sig. 

Inscripciones. Utilidad y uso de ellas en la historia, 78, 79. Editores de las de varias ciudades y provincias, 79. 


Jayme Borrell. Algunos sucesos de su vida, 53 y sig. 

Jayme de Mallorca. Náutico del siglo XV, 30. 

Fr. Jayme Domenec. Su compendio de las historias, 141, 142. 

D. Jayme I. Si fundó el monasterio de Benifazá, 154 y sig. Si mandó cortar la lengua al obispo de Gerona, 156 y sig. Historia y documentos de este suceso, 156 y sig. 324 y sig. 


Joanes. Pinturas suyas en Val de Cristo, 22, 23.

Fr. Josef Texidor. Su opinión acerca de la antigua iglesia de S. Vicente mártir en Valencia, 7 y sig. 

Jova, jovada, jovata. Significación y etimología de estas voces, 266. 

Juan Andrés Strany. Noticia de sus cartas, 57. 

D. Juan Bautista Civera. Escribió los anales de Portaceli, 49. Por él se conservó la última hoja de la traducción lemosina de la biblia, 51, 55. 

D. Juan Bautista Pérez. Su opinión acerca del paradero de las reliquias de S. Vicente mártir, 2 y sig. Carta suya al prior del convento de predicadores de Castres, 3 y sig. 

Juan Celaya (Joan de Salaya). Su patria, 69. Noticias de su vida literaria, 69 y sig. Si aconsejó que se enterrasen las lápidas romanas de Valencia, 60 y sig. Carta de los jurados a Carlos V con motivo de la llegada de este teólogo a aquella ciudad, 258 y sig. 

Fr. Juan de Salamanca. Fue convidado con una cátedra de teología en Valencia, 74. 

Juan Núñez. Impugnado, 75 y sig. 

Juan Partenio Tovar. Su correspondencia epistolar con Onofre Capella, 89. 

Jurados. Autoridad que dio a los de Valencia el rey Don Jayme I, 64, 65. 


Lactancio. Noticia de un códice de sus Instituciones, 84. 

Lápidas romanas. De algunas de ellas fueron quitados los nombres de ciertas personas, 77, 78. Si las de Valencia fueron enterradas en los cimientos del puente de serranos, 60 y sig. 

Lengua lemosina (se refiere a la valenciana). Noticia de algunas obras antiguas escritas en ella, 140 y sig. 

Libia (o Livia), pueblo de España. Su antigua situación, 186. 

Luchente. Su convento de dominicos. V. Corpus Christi. 


Manuel Díez. Si escribió en lemosín su libro de menescalia, 136. Noticia de un códice de esta obra, ib. 

Manuscritos. Noticia de los de la biblioteca del convento de predicadores de Valencia, 132 y sig. 

Margaritum. Qué significa en los escritores eclesiásticos, 175, 176. 

Martene. Se lamenta de la pobreza literaria de algunos monasterios de Alemania y Flandes; 80 y 81. 

D. Martín, Rey de Aragón. Memorias suyas que conserva la real cartuxa de Val de Cristo, 22. 

Mezquita de los moros en Xátiva. Fue después iglesia de cristianos, 105. Erigióla en colegial el papa Luna, 106. Sus primeros canónigos, ib. 

Misericordia. En tos rituales monásticos qué significa, 240. 

Moros. Si trasladaron la ciudad de Xátiva adonde está ahora, 105. 

La Murta, monasterio de S. Gerónimo junto a Alcira. Noticias de su fundación y de las cosas notables que en él se conservan, 31 y sig.


Necrologios. Cuanto importa escribir los de los monasterios, 50. 

Fr. Nicolás Borrás, pintor discípulo de Joanes, 90. Colección de sus pinturas, ib. 


Onofre Capella, poeta. Noticias de sus obras, 88, 89. Su patria, 89. 


Palla o pallia. Qué era, 203. Sus usos en la iglesia latina, ib. 

Partidas. Noticia de un códice que contiene las cuatro primeras, 135. 

Pedulia o pedules. Qué son, 252. 

Pedro de Riga. Ilustración de su mérito literario, 137. 

D. Pedro IV de Aragón. Fundó con su hijo D. Martín el monasterio de Val de Cristo, 19 y sig. 

Pedro Ransano. Sus opúsculos sobre la vida y la canonización de S. Vicente Ferrer, 272 y sig. Cuantos libros tienen sus anales, 276. 

Peñíscola. Memorias del papa Luna en su parroquia y en su castillo, 147. En esta ciudad fue consagrado obispo de Valencia Calixto III, 148. 

Pons. Enmendado, 45. 

Pontifical. Noticia de un códice antiguo de la santa iglesia de Segorbe, 15, 16. 

Portaceli, cartuxa, su fundador, 44. Cosas notables que en ella se conservan, 44 y sig. Códices que se han extraviado de su biblioteca, 50, 51. Noticia de algunos que posee, 55 y sig. Escritura de su fundación, 216 y sig. 

Preste Juan. Significación y etimología de este nombre, 26 y sig. 


D. Fr. Raymundo Despont. Su testamento y cuatro codicilos, 143, 313 y sig. 

Rey de Córdoba. Por qué era llamado rey mayor, 180, 181. 

Rodrigo de Borja (Alexandro VI) su entrada en Xátiva siendo cardenal, 115 y sig. 

D. Rodrigo Ximénez. Noticia de un códice de sus obras, 132 y sig. 

Rutenos, pueblos de Francia, donde estuvieron, 199. 


Sechlat. Etimología de esta voz, 28, 29. 

Segre, río. Su curso, 183. De dónde viene este nombre, ib. 

Senior (Sunyer, Suñer), obispo de Zaragoza. Juicio que hizo de él S. Eulogio, 178. 

Sepulcros. En los de los cristianos solía ponerse la señal de la cruz, 131. 

Santa Tecla. Convento de religiosas en Valencia, fue palacio de Daciano, 13. Memorias que en él se conservan de San Vicente mártir, 13 y sig. 


Tegimen. Qué era en la iglesia latina, 124. 

Templo de S. Félix mártir en Xátiva. Pereció con el furor de los bárbaros, 104. Su antigüedad, 104 y sig. Si era distinto de la iglesia mayor, 105 y sig. 

Santo Tomás de Villanueva. Memorias de un sínodo que intentó celebrar, 117 y sig. Consérvanse fragmentos originales de sermones suyos en la cartuxa de Portaceli, 45, 46. 

Tres eres. Qué significa esta expresión, 153. 


Val de Cristo, cartuxa. Su fundación, 19 y sig. 209 y sig. Noticias del estado actual del monasterio, 20 y sig. 

Valdigna, monasterio de la orden del Císter. Su fundación y cosas señaladas que en él se conservan, 86 y sig.

S. Vicente Ferrer. Noticias de su vida, 277 y sig. Profetizó a Alfonso de Borja que sería papa, 278, 279. Cuántos años vivió, 286 y sig. 

S. Vicente mártir. Varias opiniones acerca del paradero de sus reliquias, 3 y sig. Iglesia suya antiquísima en Valencia, 8 y sig. Existía en el siglo XII, 9 y sig. Poseyéronla varios monasterios, 10 y sig. Quién publicó las actas de su martirio, 8. Si fue trasladado su cuerpo a Castres, 2, 167 y sig. 

Umbraculum. Qué era en la iglesia latina, 124. 

Xátiva. Cuándo fue trasladada adonde está ahora, 105, 118 y sig. Antigüedad de su acueducto, 120 y sig. Cuenta entre sus hijos a Calixto III y Alexandro VI, 106 y sig. 

Xentum. Qué significa, 178. 

Ximeno. Impugnado, 52. 

Zurita (Gerónimo). Carta suya al prior de la cartuxa de Portaceli, 56, 257. 

domingo, 3 de julio de 2022

Tomo 4, apéndice 16, S. Thomae à Villanova archiep. Valent. convocatio ad synodum celebr. ann. 1548.

XVI.

S. Thomae à Villanova archiep. Valent. convocatio ad synodum celebr. ann. 1548.

EX AUTOGR. IN ARCH. ECCL. SETAB.

Frater Thomas de Villanova, Dei et apostolicae sedis gratia archiepiscopus Valentinus, reverendis ac venerabilibus in Christo dilectis capitulo, canonicis, dignitatibus nostrae ecclesiae metropolitanae Valentinae; ac aliarum collegiatarum ecclesiarum dioc. Valentinensis, abbatibus, rectoribus, vicariis perpetuis, ceterisque praesbyteris curam animarum exercentibus, quibus interest a jure episcopali synodo assistere, salutem in Domino. Quum per statuta sanctorum patrum, et sacros canones dispositum sit, et ordinatum quod quilibet episcopus in sua dioc. ad determinandum causas ecclesiasticas (quae) interveniunt, necnon ut qui laesi se extimaverint justitiam petere possint, et synodalem expectare sententiam, ac pro corrigendis excessibus, et moribus reformandis, ac aliis rebus, et negotiis Christi servitium, et divini cultus augmentum bonumque et utile suae dioc., totiusque cleri, ecclesiarumque, et plebis honestatem, reformationem, bonumque statum concernentibus, pertractandis, statuendis, et ordinandis, singulis annis synodum congregare ac celebrare teneatur: et propter longam, et diuturnam nostrorum praedecessorum absentiam, quod nimis dolendum est, in hac nostra dioc. Valentinâ per centum et eo amplius annos nulla synodus celebrata sit: cupientes saluti animarum providere, et quae ad officium nostrum et curam pastoralem attinent debitâ sollicitudine adimplere, in hac nostrâ ecclesiâ Valentinâ episcopalem synodum cum Dei adjutorio et favore die duodecimâ mensis Junii proximè venturi celebrare decernimus, et ordinamus; provisio vos omnes et singulos supradictos exhortamus, monemus, et in virtute sanctae obedientiae mandamus, quatenus postquam per has nostras litteras citati, et moniti fueritis, ad dictam diem per vos aut per vestros legítimos procuratores, si infirmitas, aut aliud canonicum impedimentum non intercesserit, in hoc nostro palatio Valent. die supradictâ compareatis, et assistatis, super praemissis, et aliis dictam synodum concernentibus debitè proposituri, tractaturi, et provisuri, sicut rerum necessitas, et commoditas exegerit. Alioquin in et super praemissis, prout juris et rationis fuerit, vestri absentiâ in aliquo non obstante, verùm contumaciam exigente, in dictâ synodo procedemus. Super praesentatione vero vobis de praesentibus faciendâ relationi latoris earundem fidem indubiam adhibebimus. Datis et actis in palatio nostro archiep. Val. die XII mensis Maii ann. à Nat. Dom. M.D.XXXXVIII. = Fr. Thom. arch. Valent.

Carta de Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia, al cabildo de Xátiva, exhortándole a que nombre procurador para el sínodo, cuya convocatoria les incluía (a: copiado del original del archivo de la iglesia de Xátiva).

A los muy reverendos señores los señores canónigos y capítulo de la iglesia de Xátiva.  

Muy reverendos señores: viendo la necesidad que hay de reformar algunas cosas en esta diócesis, y que ha tanto tiempo que por la ausencia de los perlados no se ha celebrad sínodo, nos ha parecido para cumplir a lo que somos obligados en este cargo pastoral, de convocar sínodo para doce del mes siguiente, como más largamente veréis por las letras de la convocación, que el portador de la presente hos presentará: cumple que luego ayuntando capítulo, elijáis un canónigo desa iglesia que venga con poder bastante del capítulo para asistir al sínodo, y procurar todas las cosas tocantes a essa iglesia y capítulo en vuestro nombre. Y porque soy cierto que en esto no habrá negligencia, no alargo más. Nuestro Señor vuestras muy reverendas personas guarde en su servicio; de Valencia a XIIII de Mayo, anyo de MDXXXXVIII. Vester F. Thomas arch. Valent.

Tomo 4, apéndice 14, Jacme Rossell, Als molt magnifichs, savis, senyors los jurats de la ciutat de Xativa.

XIV. 

Carta de Jayme Rossell, abogado de Valencia, a los jurados de Xátiva, en que les da cuenta e instruye sobre el ceremonial con que deben recibir al cardenal Don Rodrigo de Borja, el cual confiesa ser natural de Xátiva (a).

(a) Sacada de la copia que con otros documentos sobre este asunto posee D. Antonio Mateo Pueyo en S. Felipe. (Játiva, Xátiva)

Als molt magnifichs, savis, senyors los jurats de la ciutat de Xativa.

Molt magnifichs, et molt savis senyors: laltre iorn rebi una letra vostra demanantme vos avisas de la solempnitat, ab la qual entra lo reverendissim cardenal legat en la present ciutat. A la qual vos responch, que per esser natural lo dit reverendissim cardenal de aquexa ciutat, e considerada la dignitat e grandissima potestat que te, per aquexa ciutat deu esser molt solempnissimament rebut. Lo que aci se feu en la sua recepcio fon que tots los officials reals e de la ciutat acompanyats de moltes notables gents, e tots los nobles, cavallers, ciutadans, e altres a caball lo hixqueren a reebre fins a les tavernes blanques; que es tant com se fa a novella entrada de nostre rey e señor: e al abeurador del cami de Murvedre tots los jurats, governador general, el altres notables nobles et ciudatans (ciutadans) fins en numero de dotse lo esperaren ab hun solempne pali, dins lo qual a caval (cavall) aná lo dit cardenal; e los qui portaven lo pali tots a peu. E quant foren al portal dels serrans, lo qual estaba enpaliat de draps de raç, e ab sons diversos de trompetes e tabals entra dins la ciutat; e en lo portal troba la professo general de la sglesia molt solempne ab pali que portaven capellans, e lo bisbe una fas de la verge Maria, cantant Te Deum laudamus: axi ab la professo dabant, e ell en lo pali dels officials aná lo dit reverendissim cardenal, feu gran volta per tota la ciutat fins a la seu, y de alli feyta oracio ana a sa posada episcopal. Per totes les carreres hon passa, les finestres e enfronts de portes estaven enpaliades de draps de raç, et bancals e les portes dels menestrals en les coses de lurs mesters, lo millor que tenien. Tota la gent de la ciutat li feya gran festa e honor. Aço senyors no es cosa de gran cost, que la mes espesa es lo pali, lo qual es dels seus, dich del senyor cardenal. Axi, senyors, considerau la honor que reporta aquexa ciutat per esserne ell natural de ella. E feuli solempne festa; e nous podeu escusar de pali. Ell tramet aqui lo reverent mestre Alfageri mestre en teologia, servidor seu ab lletra peral magnifich gobernador, justicia, e jurats de aquexa ciutat, per notificarvos la sua anada. Sa senyoria mena dit sera en aquesa ciutat dimecres a pres menjar, e digous de mati o per tot dia: feu e preparau lo que mester es, e feuli molta honor, que no fareu ultra lo seu merexer; e manau de mi, e sera feyt. scrit en Valencia a 30 de Juliol 1473. Concordauvos ab lo capitol sobre la professo; encara quells ne hauran lur carrech (pone carrehc). A vostra ordinacio prest: Jacme Rossell. 

Tomo 4, apéndice 6, cabildo, colegial, Xátiva, patrono, San Félix mártir

VI.

Acuerdo del cabildo de la colegial de Xátiva en que fue elegido patrono de la ciudad S. Félix mártir, diácono de Gerona (a: Hállase en la pág. 487 del libro de Acuerdos capitulares, que empieza en 1594 y acaba en en 1650.). 

“A 15 de Hoctubre 1643 ajustats y convocats &c. presehint convocasio feta per lo pertiquer foren presents los senyors Antoni Menor, Dega, Honorat Guitart, sacrista coadjutor, Batiste Malferit, capiscol, J. Bru, canonge, Lorens Bru, Pere J. Belloch, Agusti Pellegero, Bernardo Ferre, Miguel Oltra, Sabastia Nicolini, Juseph Pelegero coadjutor, Diego Anguerot coadjutor, representant la mayor part dels residents, per part de la ciutat la festivitat que se ha de celebrar en honra del patro; aiustanse al motu propi de Urbano Hoctavo, nomenen en patro al beneyt
S. Pheliu, diaca, celebrador en lo primer dia de Agost cascun any perpetuament, conforme se ha rebut en hacte per Juseph menor, nott. en lo dia de a 16 de Hoctubre 1643; y per part del capitol se notificá ab embajada particular tornada, a la que la ciutat feu por lo senyor canonge Lorens Bru, a efecto (o efecte) de representaro (representar ho) en lo Consell general. E dixeren que si; y acseptaren dita nominacio; y beurien (veurien, de vore, no de beure) de quin modo se podria cortejar dita festa y solemnisar la millor que fins al dia de huy; y de lo que exedirien de dita festa ne darien raho al reverent capitol; y lo demes que ya agut en este negoci mes llargament se veura continuat en lo libre de ordinations vell a cartes noranta sinch (cinch, cinc; cinco)." 

En otro libro fol. que comienza por los acuerdos capitulares del año 1470, en la pág. 319 se halla esta misma noticia más circunstanciada. Dice así: 

Havent vist per lo discurs de son pontificat de Urbano VIII, anno 20 de son pontificat lo exces de la celebracio de les festes colents que habia en moltes terres, y que de qui (aquí) naxien passar necessitat le (les) persones menesteroses que havien de pasar de son treball, y que les que eren colents no les guardaven conforme era menester, y de axo havia moltes clamors del ordinaris al sumo pontifice, que lo obliga a regular les festes a cert numero, y que aquelles fosen tant solament de guardar, com son les seguents: los diumenges &c. &c. Y en dit bulleto dispon que cada reyne nemene patro, pera la ciutat metropoli un patro, y altre peral reyne que sien de guardar. Y la ciutat de Valencia a S. Vicent martir nomena patro de la ciutat y S. Vicent Ferrer del reyne. Y axi matex en dit bulleto eo motu proprio ordena que cada ciutat eo vila puxa elegir un patro, que sia patro de dita ciutat, eo vila: Y habent vist esta present ciutat de Xativa la facultat pontificia concedida per dit motu proprio, procuraren nomenar patro desta ciutat. Y pera dita nominacio feren una embaxada al capitol, venint en ella Gaspar Malferit, cavaller, jurat en cap en este present any de 1643 en 9 dies del mes de Octubre, acompanyat del racional Thomas Navarro, ciutada y de moltes altres perçones; y propossa que el capitol nomenas patro, que se ajustaria a la nominacio que el capitol faria. Y habent vist lo capitol la obligacio que la ciutat lo possava, pera poder millor asertar (acertar) en la nominacio donaren un de los senyors capitulars a Lorens Bru, canonge, pera que regonegues lo archiu a effecte de veure la festivitat de S. Feliu, a qui volien nomenar en patro per estar en posessio de fer la festa en lo primer dia de Agost. Y habent fet diligencia (trobaren) en dit archiu ferse la festa de S. Feliu lo primer dia de Agost per temps de 200 anys, y ans que esta esglesia fora collegial; perque se ha trobat en lo any 1410 que dita festa es celebrava, y que despues de ser collegial mossen Pere Uguet dexa una dobla de 20 sous, la qual fins lo dia de huy es celebra; y altres mes noticies que se han sabut, les quals totes induixen celebrarse la festa el primer dia de Agost a S. Feliu, diaca de Girona, que axi eu excrigue en una missa canonical el canonge Garces, d¡en: Yo Garces digui missa el primer dia de Agost a S. Feliu de Girona. Ahon se lleva tota dificultat, perque havia en contrari la opinio de S. Feliu sacerdot, que es a 23 de Abril, de qui les histories diuuen (diuen) que predica en Xativa. Y per estar esta festivitat de S. Feliu, diaca de Girona, en posessio per tant temps, obliga al capitol nomenar a dit S. Feliu de Girona; y axi ab acte rebut per Jusep Menor, nott. en 16 de Octubre dit any de 1643, en lo qual los senyors capitulars que fermaren dit acte explicaren lo acort que habien tingut en nomenar per patro a S. Feliu diaca en lo dia del primer de Agost, atento que per temps de 200 anys se havia celebrat en dit dia y en honra de dit S., y que havia gran devocio y concurs de gent y los antichs lo celebraven en dient: fem festa a S. Feliu de Girona S. general e doble ab enramada. Y axi se ha trobat continuat per los antichs canonges; y ans tambe quant era parrochial axi matex se celebraba. Y vistes estes rahons ordenaren dits senyors capitulars se tornara resposta en embaxada a la dita ciutat en lo acte axi matex de la nominacio. La qual embaxada fonch nomenat lo canonge Lorens Bru. Y vista dita resposta la ciutat y acte de nominacio, dixeren que acceptaven, y acceptaren dita nominacio, y que en 19 de dit mes de Octubre habien de tenir Consell general, y la representarien a dit Consell; y que procurarien dita nominacio fora acceptada de tot lo Consell; y que si lo Consell volia per maior solempnitat innovar algunes altres coses com de processo, o altres coses, avisarien de dita novetat los senyors jurats que al present eren Gaspar Malferit, Cavaller, jurat en cap, Gaspar Juan Ruiz, ciutada, Gaspar Agullo, ciutada, y el doctor Agusti Garcia doctor en cascun dret.    

domingo, 26 de junio de 2022

CARTA XXXIV. Memorias eclesiásticas de Peñíscola. monasterio de Benifazá.

CARTA XXXIV.  

Memorias eclesiásticas de Peñíscola: monasterio de Benifazá: su situación y edificios: historia de su fundación: mutilación de la lengua del obispo de Gerona por el rey Don Jayme: causa de esta atrocidad: penitencia impuesta por ella: efecto de ello fue la conclusión, no la fundación del monasterio: catálogo de sus abades.

Mi querido hermano: Viniendo desde Valencia a esta ciudad de Tortosa, quise entrar en la de Peñíscola, más por ver si quedaba alguna memoria del antipapa Luna y sus cosas, que por admirar lo que el arte y la naturaleza hicieron en tan pequeño recinto. lo primero que vimos fue la iglesia de nuestra Señora que llaman ermitana, donde nos dijeron que había una silla del papa Luna; hay allí efectivamente una que en todo caso pudo serlo de quien se llamase así por apodo. En el presbiterio de la misma iglesia nos contaron que estaban enterrados aquellos famosos obispos discípulos de Santiago, que se juntaron en Peñíscola a celebrar un concilio el año 60 de Cristo, y donde los martirizó un prefecto de Nerón llamado Aleto. Los obispos eran Basilio de Cartagena, Eugenio de Valencia, Pío de Sevilla, Agathodoro de Tarragona, Elpidio de Toledo, Etherio de Barcelona, Capito de Lugo, Efrén de Astorga, Néstor de Palencia y Arcadio de Logroño. Gran gloria ciertamente para Peñíscola, si tuviese apoyos. En la misma ciudad se supone martirizado S. Luario, sacerdote, en el año 289. 

Volviendo al papa Luna, vi la iglesia y el refectorio que construyó en el castillo: en la iglesia, que está profanada, se conserva la mesa del altar donde celebraba, y nada más.

En la parroquial está su cáliz: es de plata y harto pobre: tiene un palmo de alto: el cráter,  que no es cónico como en los que regaló a varias iglesias, tendrá como cuatro dedos de altura, y cinco de diámetro. Guárdase  allí mismo como alhaja suya una cruz de cristal guarnecida con adornos góticos: es de cuatro palmos y medio. También creen ser del mismo un lignum crucis colocado en un relicario gótico, de labor muy prolija: mas es sin disputa de su sucesor en el cisma Gil Muñoz, como se ve por el escudo de armas que en él está grabado. En la misma iglesia parroquial, o acaso en la del castillo, fue consagrado obispo de Valencia el papa Calixto III día 21 de Agosto de 1429, seis días después de efectuada la renuncia del dicho Muñoz en la villa de S. Mateo, y extinguido del todo aquel funesto cisma. Hallóse entonces en la misma ciudad el cardenal Pedro de Fox, legado de Martino V, que pasaba a Tortosa al concilio que se celebró el mismo año. 

Entre estas y otras memorias eclesiásticas, que despertó la vista de aquella ciudad, dejamos el buen hospedaje con que el Dr. D. Lorenzo Arbiol, vicario de la iglesia parroquial, nos alivió la pesadumbre e incomodidades de la posada, y partimos para el monasterio de cistercienses llamado de Benifazá. Camínase por las amenas llanuras de Benicarló y Vinaroz hasta el lugar llamado la Cenia, en donde se toma la única entrada que hay para el monasterio, que es un barranco muy quebrado y áspero. (Río Cenia, Senia; Sinia; actualmente hay un pantano.) 

Todo esto aumenta la soledad dal monasterio enteramente desviado de los caminos que cruzan hacia Aragón. Como nuestros viajeros no han querido sufrir la incomodidad necesaria para visitar este desierto, me detendré un poco en hablar de esta casa, y de lo que hay en ella digno de memoria. 

El monasterio está construido en los confines de Aragón, Valencia y Cataluña, en una pequeña llanura coronada de montes, que cierran del todo la vista: dista del 

mar como unas seis leguas, y siete de Tortosa, a cuya diócesis pertenece. Por donde quiera que se salga de él, se encuentra terreno quebrado y montuoso; y los lugares que por allí hay llamados Bellestar (Ballestar), Puebla (Pobla + Pobleta) y Fredes (fred : frío; como Frías en Albarracín), son fundados y establecidos por el monasterio; sin lo cual estarían por consiguiente incultos aquellos montes, y sólo destinados a ser morada de fieras. He sido testigo del bien que hace esta casa a los vecinos de estos lugares, y a los de Boxar (Boixar), Bel, Castell de Cabres y Coracha (Corachar o Coratxar o Coratxà), en todos los que tienen jurisdicción alfonsina. Mas de lo que yo puedo decir en esto, dejó escrito en su Descripción del reino de Valencia nuestro difunto amigo D. Antonio Cavanilles, que recorrió despacio estos montes y barrancos, y pudo observar la escasez con que los trató la naturaleza, y la abundancia con que les acude el monasterio.

El edificio es vario, y hecho en distintos tiempos. La iglesia se comenzó en 1262, y no se concluyó hasta la mitad del siglo XV: está dedicada a nuestra Señora: consta de dos naves en forma de cruz a imitación de la del Císter, como lo manda el ritual de esta orden (a). (a) "Omnes ecclesiae ordinis nostri in honorem B. Mariae dedicatae sunt, et fere in modum crucis constructae, instar ecclesiae cisterciensis omnium matris." (Rit. cist. c. 3.)

De la antigüedad de esta clase de templos tratan Zonaras y Cedreno (in Justino Juniore) Phocas (cap XXVII.) y León Alacio (de templis graecor. recentioribus epist. II n. III. p. 40.) 

La nave principal tiene de longitud 155 palmos valencianos, y 41 de latitud: el crucero 121 palmos de longitud, y de latitud 37. La bóveda es sencilla, sostenida sobre columnas góticas, y de una elevación proporcionada y grandiosa. El coro ocupa el centro de la iglesia, dejando en el testero de ella un pequeño espacio que sirve como de atrio. 

La sacristía principal está detrás del altar mayor; es cuadrada, harto graciosa y suficiente para el culto en esta comunidad, que es como de treinta monjes. Allí vi un cáliz antiguo, que no es de gran mérito. Entre las pocas reliquias es digna de memoria una estola de que usó S. Bernardo. Como en las guerras de sucesión servían estos montes de refugio a los llamados miqueletes, padeció esta casa entre otras calamidades la pérdida de muchas alhajas y otras cosas preciosas que poseía. Otra sacristía hay entrando en la iglesia por el claustro a mano derecha, que es la primitiva; así esta, como toda la parte oriental del edificio, y las paredes de sur y norte del crucero son de piedra, en que es abundantísimo este terreno. El capítulo es de principios del siglo XIV, pieza pequeña de 35 palmos valencianos en cuadro, pero ejecutada con inteligencia y solidez. Del mismo tiempo sería el claustro antiguo, del cual sólo queda una reliquia en la puerta que está en frente del 

refectorio. En todos estos edificios y en los caprichos góticos que los adornan, reina sin embargo cierta sencillez desconocida de los que abandonaron después el único modelo de las artes, que es la naturaleza. La biblioteca está bien cuidada y provista de libros de varia erudición; y lo estará mucho más cuando entren en ella las de algunos monjes doctos de esta casa. Abunda en ediciones raras, señaladamente de libros de humanidades. De los litúrgicos hay un pontificale rom. fol. impreso en Roma por Esteban Plannck año 1497. Es idéntico con el que dije de la iglesia de Gandía.= Missale secundum consuetudinem fratrum ord. cisterc. fol. dos exemplares, edición del siglo XV. Tienen algunos MSS. entre ellos la vida de D. Juan II, rey de Aragón, hijo de D. Fernando el I, escrita por Lucio Marineo Sículo, un vol. f. MS. de aquel tiempo. = Formula novitiorum S. Bonaventurae, en 12.° vit. MS. del siglo XIV. Todavía es mayor el esmero que se ha puesto en el arreglo del archivo, bien clasificado, así por lo que toca a los intereses del monasterio, como en los ramos de erudición antigua. Ambas cosas son obra del P. D. Joaquín Chavalera, monje docto, aunque joven, y singularmente aficionado al estudio de la diplomática, el cual alivió en gran parte mis tareas en recoger los documentos que buscaba. Los más de ellos pertenecen a la fundación y dotación del monasterio, y a los 

insignes sucesos que a ello dieron ocasión. La primera memoria que hay de Benifazá o 

Benihazá, es la donación que de su castillo hizo el rey D. Alfonso II de Aragón a la iglesia de Tortosa en el mes de Abril del año 1195, en la cual se expresa que dicho castillo estaba situado in montana de tres eris. Ahora se dice de tres eres; puédese conjeturar que llamaron así este sitio por ser el confín de tres señoríos (a). 

(a) El uso de la voz herus por príncipe (heres : hereu : heredero) puede verse en un documento publicado por Justo Fontanini (Append. ad antiquitat. Hortae cap. VI. p. 347.). No desdice este sentido de la situación del monasterio, situado en los confines de los reinos de Aragón y Valencia y del principado de Cataluña. Erus por herus en la significación de señor y de padre de familias, se halla en muchos escritores de la buena latinidad, como lo demuestra R. Stephano: de donde se formó erulus usado en la misma acepción, como puede verse en el Glosario de Ducange. 

(N. E. Tossal del rey, si tenían el mismo rey; tozal o toçal dels tres reys, de los tres reyes, en el caso de que hubiese tres reyes colindantes, cosa posible en los reinos de taifas, incluso con varios reyes o reyezuelos al mismo tiempo, como Zeyt Abuzeyt y Zaen en tiempos de la conquista de Valencia por Jaime I de Aragón).

Quedóse el rey con el derecho de percibir la mitad de todos sus frutos, deducidos los diezmos para la iglesia. Sin hacer cuenta de esta donación el rey D. Pedro II dio en 1208 el término de Benifazá con los lugares Valmagraner, Fredes, Rosel y otros adyacentes al noble D. Guillermo de Cervera; Luego que este varón insigne tomó la cogulla en el monasterio de Poblet, dio a aquella casa estos mismos lugares, cuya donación confirmó el rey Don Jayme I estando en Lérida a 14 de Junio de 1229. La queja que sobre esto podía 

tener la iglesia de Tortosa, vino a parar en una concordia que hizo con el monasterio de Poblet a 13 de Agosto de 1233, en que se estableció que el abad de Poblet pudiese edificar en Benifazá un monasterio de su orden sin contradicción por parte de la iglesia. Por Noviembre del mismo año 1233 concedió el rey D. Jayme I su permiso para fundar dicho monasterio, o más bien, confirmando a Poblet la donación de Benifazá, mandó que se fundase allí un monasterio de cistercienses, y que fuese hijo del de Poblet. Tomóse esto con tanto calor, que a fines del año siguiente 1234 se sabe que ya residía el abad 

D. Juan con su convento en una eminencia llamada de santa Escolástica, vecina al actual monasterio que ya entonces se comenzaba a edificar, y adonde se trasladaron los monjes el año 1250. En confirmación de esto he copiado la donación que les hizo el rey Don Jayme de una viña en el término de Tortosa a 11 de Diciembre de 1234. También he copiado la escritura que a 11 de Enero de 1237 hizo la reina Doña Violante (de Hungría), eligiendo para su sepultura el monasterio de Benifazá, quod, dice, dominus rex Jacobus vir noster fundavit pariter et construxit. Agradecidos los monjes a la liberalidad del fundador, otorgaron un público instrumento firmado del abad Gerardo y de cuarenta y tres individuos del monasterio, en que haciendo memoria de los beneficios recibidos de su mano, ofrecen corresponderle con sufragios y oraciones, y hacer en el día de su muerte los oficios establecidos para el abad (a: Existe original este documento de 1.° de Enero 1251 en el archivo real de Barcelona.) 

Me he detenido en esto para que se vea la equivocación con que algunos escritores han atribuido la fundación de este monasterio a la penitencia impuesta al rey Don Jayme I por haber mandado cortar la lengua al obispo de Gerona D. Fr. Berenguer de Castellbisbal (N. E. castrum episcopalium). Porque no habiendo acontecido esto antes del 1245, como diré después, consta que aquel suceso no pudo tener influjo en la fundación de esta casa, la cual hizo aquel monarca espontáneamente y por su gran devoción y afecto a la de Poblet. Otra cosa es la conclusión del edificio y la nueva dotación del monasterio; que esto ciertamente fue efecto de aquel ruidoso acontecimiento, ajeno de verdad para unos, y dudoso para otros así en el tiempo como en la causa de él. Y aunque yo no he hallado aquí los documentos originales que a esto pertenecen; mas hay copia auténtica de todos ellos, de los cuales resulta ser esta la serie del hecho. Enojado el rey D. Jayme contra el obispo de Gerona, porque sospechó que había revelado lo que le comunicó en la confesión sacramental; no contento con desterrarle del reino, le mandó cortar parte de la lengua. Llegó al papa Inocencio IV la noticia de esta atrocidad, y juntamente una carta del rey en que le pedía la absolución del delito, y que al mismo tiempo confirmase el destierro del obispo. El papa contestó al rey con fecha de 22 de Junio de 1246, exhortándole a borrar el delito con la penitencia, a desistir del destierro del obispo, y a dar pública satisfacción de su exceso. Esta carta dicen que trae Odorico Raynaldo (tomo XIII.). Parece que envió el papa con ella a su penitenciario Fr. Desiderio, de la orden de los menores, para que con sus exhortaciones se lograse el efecto deseado. Desempeñó el enviado su comisión con tan buen suceso, que a 5 del Agosto siguiente, ya hizo el rey una escritura pública, en que confesó haberse excedido gravemente en el hecho de la mutilación de la lengua del obispo; y protestó que pediría perdón al ofendido, y que en orden a su permanencia en estos dominios, y aun en su silla de Gerona, haría lo que dispusiese el papa, y que se sujetaría a su voluntad en orden a la satisfacción que debía dar para reparación del mal, que era, o edificar un hospital, o completar la abadía de Benifazá, o el hospital de S. Vicente en Valencia, o señalar algunas rentas a la iglesia de Gerona. Y para que nadie creyese que estaba enojado contra la orden de predicadores, la cual había profesado aquel obispo, promete visitar todos los conventos por donde pasare, y hacer público su afecto en las cortes generales que pensaba convocar, donde también mostraría a todos los vasallos su arrepentimiento. Esta protesta dice que hacía a instancias de dicho Fr. Desiderio (a: V. el Apénd. n. XVIII). 

Con la misma fecha de 5 de Agosto escribió al papa Inocencio por mano del mismo Fr. Desiderio y de D. Arnaldo de Peralta, pidiéndole con instancias la absolución. Acaso el papa debió aprovecharse de esta ocasión para proponer al rey algunos tratados poco favorables. Lo cierto es que el rey le dice: et propter hoc factum vobis non placeat quod illa ardua negotia, quae coram nobis dictus frater (Desiderius) proposuit, hac ratione veniant ad effectum. También le dice que a algunos habían parecido muy ásperas y duras las expresiones de S. S.; pero que él recibía aquella corrección como un favor (a: V. el Apénd. n. XIX). Contestó luego el papa, con fecha de León a 22 de septiembre, año cuarto de su pontificado (1246), avisándole de que le enviaba al obispo camerinense y al mismo Fr. Desiderio para que le absolviesen de la excomunión, y le impusiesen penitencia saludable (b: V. el Apénd. n. XX). Llegaron luego estos enviados a Aragón, y el día 14 de Octubre del mismo año, juntándose en Lérida con el arzobispo de Tarragona y los obispos de Zaragoza, Urgel,  Huesca y Elna, y los barones y nobles del reino, y otros muchos, compareció el rey D. Jayme; el cual después de confesar el delito cometido contra el obispo de Gerona, prometió con juramento obedecer a los mandatos de la iglesia, y en penitencia concluir la abadía de Benifazá que había comenzado, dando además a la fábrica de aquella iglesia doscientos marcos de plata, y dotando el monasterio para que pudiese haber en él cuarenta monjes, no habiendo mantenido hasta entonces sino veinte y dos. Prometió también dotar el hospital de san Vicente en Valencia con seiscientos marcos de plata anuales para sustento de algunos sacerdotes; y además fundar una capellanía en la iglesia de Gerona. Todo esto consta de la carta del rey al papa, fecha en Lérida a 18 de octubre del mismo año, y de la absolución y auto final de este negocio que dieron Felipe, obispo camerinense y el dicho Fr. Desiderio (a: V. el Apénd. n. XXI y XXII.).

De todo lo dicho resulta que el hecho de la mutilación de la lengua fue a los principios del año 1246; y por consiguiente no pudo recaer la ira del rey contra el obispo sobre la sospecha de que revelase sus amores con Doña Teresa Gil de Vidaure, cosa que fue posterior, como era fácil de probar, si fuese este mi principal objeto. Lo más verosímil es que el rey creyó que el obispo había descubierto la división que meditaba hacer de sus estados entre sus hijos, lo cual ocasionó algunos disturbios; y esto fue en ese año 1246. 

Pero dejando esto, y volviendo a Benifazá, cumplió el rey D. Jayme lo prometido, concluyendo la fábrica del monasterio, y dotando particularmente la de la iglesia con 1730 morabatines. Dos escrituras hay de esto en 1259 y 1272, cuyas copias van para la colección, como también las otras en que el monasterio de Poblet puso al de Benifazá en posesión pacífica de todas sus pertenencias.

No se halla en este monasterio noticia alguna de sus abades. Sábese que cuando el P. M.  Finestres escribía la historia de Poblet, se le envió inconsideradamente el catálogo original de los abades de esta casa. Así que para completar su historia copiaré de dicho escritor la  serie cronológica de estos prelados, apuntando el año en que comenzaron su gobierno, y notando al pie algún hecho digno de memoria. Es de advertir que estas abadías fueron perpetuas desde la fundación hasta el año 1554, en que por evadir los apremios de la curia romana para el pago de bulas, se logró que fuesen trienales, y así duró hasta 1620 en que pasaron a cuatrienales (quadrienales), como lo son ahora. 

Abades del monasterio de Benifazá.

Principio de su gobierno.

1233. D. Juan. 

1241. D. Arnaldo.

1248. D. Guillem de Almenara (a: Este mudó el monasterio desde la casa de santa Escolástica al sitio actual.)

1250. D. Pedro Juliá (b: A este abad disputaron los Hospitalarios la posesión del lugar de Rosell, que les había dado el rey D. Jayme. De este litigio y de cómo le perdió el monasterio, se hace mención in VI. Decret. tit. XVII. cap. 3. Abbate sane; y aún quedó el proverbio: propter malum consilium perdidit abbas Rosillium.)

1254. D. Berenguer. 

1255. D. Arnaldo de Mantesana.

1260. D. Guillem Savartes

1262. D. Berenguer de Concabella (c).

(c) Puso la primera piedra en la fábrica de la iglesia mayor a 15 de agosto de 1262.

1283. D. Guillem.

1289. D. Pedro Vilarnau.

1294. D. Ramón Bernat. (El autor escribe Ramón, mención, etc, sin tilde)

1300. D. Berenguer de Beltall.

1305. D. Ramón Company.

1311. D. Ponce de Copons (a: Hizo el aula capitular).

1316. D. Bernardo Pallarés (b: Enviaron a este prelado el rey D. Jayme II y el obispo de Valencia a citar y requerir al maestre de Calatrava para que viniese a Valencia a fundar la orden de Montesa, conforme a lo dispuesto por el P. Juan XXII. Fue esto en 1319; y logró que se diese comisión al comendador de Alcañiz para que se efectuase la fundación de dicha orden).

1347. D. Guillén Llonc.

1359. D. Pedro Torres.  

1379. D. Bernardo Fabregat. 

1387. D. Bartolomé de Llardanosa (c: En 1389 pasó a ser abad de S. Bernardo de la huerta de Valencia, que ahora es el convento de S. Miguel de los Reyes).

1389. D. Bartolomé Llombart.

1408. D. Pedro Saraxo (d: A este abad nombró el rey D. Martín capellán de la reina Doña María de Luna su esposa).

1413. D. Bernardo Ripoll.

1425. D. Gilberto Dezbrull. (D'Es Brull) 

1430. D. Bernardo Llorens. 

1468. D. Juan Llorens. 

1485. D. Bernardo Llorens.

1518. D. Cosme Juan Daroca.

1532. D. Gerónimo Sanz (a: Era natural de Xátiva, y muy insigne en santidad y literatura. De esto último dejó varias muestras en los libros que imprimió. Lo más memorable de este abad es que hallándose apremiado por los curiales para el pago de las bulas, trabajó para reducir esta abadía de perpetua en trienal. Logróse la bula a 22 de mayo de 1555. Sin embargo se anticipó la elección del siguiente). 


Abades trienales. 

1554. D. Juan Barberá (b: Este fue reelegido por ocho trienios consecutivos; y fue el primero elegido diputado eclesiástico en el reino de Valencia, oficio que sólo obtenía el arzobispo). 

1579. D. Melchor Barberá. 

1583. D. Crisóstomo Carnicer. 

1586. D. Juan Gisbert. 

1604. D. Jayme Talarn. 

1608. D. Felipe Bono (c: De este prelado es la concordia en que se estableció que el abad de Benifazá tenga silla y distribución en el coro de Tortosa). 

1608. D. Andrés Cabrera. 

1611. D. Pablo Beltrán. 

1614. D. Andrés Cabrera. 

1617. D. Pablo Beltrán (a: Esta fue la última abadía trienal. Erigida luego la congregación cisterciense de la corona de Aragón, se sustituyeron las cuatrienales, como se mandaba en la bula de Paulo V). 


Abades cuatrienales. 

1620. D. Andrés Cabrera. 

1624. D. Agustín Valls. 

1628. D. Pedro Piquer.

1632. D. Teófilo Beltrán. 

1636. D. Miguel Font.

1640. D. Agustín Valls.

1644. D. Tomás Capellades. 

1648. D. Benito Caldero.

1649. D. Pedro Piquer. 

1651. D. Francisco Marqués. 

1656. D. Damián Ferrer. 

1660. D. Francisco Marqués. 

1664. D. Roberto Cavaller.

1667. D. Josef Antolí. 

1668. D. Damián Ferrer. 

1672. D. Josef Antolí. 

1676. D. Damián Ferrer.

1677. D. Gerónimo Corder. 

1680. D. Josef Antolí. 

1684. D. Agustín Llorens.

1688. D. Josef Domenech. 

1692. D. Francisco Castell.

1696. D. Roberto Forner. 

1700. D. Jayme Segarra.

1704. D. Gregorio Oliver. 

1708. D. Roberto Forner. 

1712. D. Edmundo Reverter.

1716. D. Francisco Castell. 

1720. D. Josef Lluch. 

1724. D. Bernardo García.

1729. D. Tomás Covarsi. 

1732. D. Francisco Castell. 

1736. D. Vicente Pascual.

1740. D. Plácido Lanuza.

1744. D. Francisco González.

1748. D. Manuel Ferrer (a: Hasta aquí llega el catálogo del M. Finestres. Los restantes me ha comunicado el P. Fr. Joaquín Chavalera, monje y archivero de Benifazá).

1752. D. Francisco González. 

1756. D. Luis Antonio Aiguavives.

1760. D. Manuel Ferrer. 

1764. D. Miguel Climent. 

1766. D. Luis Antonio Aiguavives. 

1768. D. Roberto Turull. 

1772. D. Miguel Sanz. 

1776. D. Esteban Ruiz. 

1780. D. Jayme Jassá. 

1784. D. Juan Bautista Gil. 

1788. D. Josef Vilanova. 

1792. D. Josef Piera. 

1796. D. Fernando Aiguavives. 

1800. D. Felipe Vilanova. 

Dios te guarde. Benifazá &c. 

viernes, 24 de junio de 2022

CARTA XXXII. Verdadero patrono de Xátiva: fragmento de una cruz antigua de piedra

CARTA XXXII. 

Verdadero patrono de Xátiva: fragmento de una cruz antigua de piedra: cual fue la iglesia mayor de Xátiva después de su conquista: erección de su colegiata y sus primeros canónigos: noticias de Calixto III y de algunas cartas suyas inéditas: entrada de Alexandro VI en Xátiva siendo legado de la santa sede: documentos de un sínodo de Valencia del año 1400 y del de Santo Tomás de Villanueva ya publicado: vestigios de la capa pluvial antigua: época de la situación actual de Xátiva: su acueducto llamado de Bellus: inscripción romana de La Enova.  

Mi querido hermano: Aprovecho estos cortos momentos para darte noticia de algunas otras antigüedades importantes de Xátiva, que he adquirido estos días, sobre las publicadas en el principio de mi viaje. Hablaré primeramente de S. Félix, patrono de esta ciudad, que no hallo ya razón para dilatarlo hasta Gerona como me propuse en mi primera carta. Afirman varios escritores que el S. Félix mártir, venerado como patrono en este y otros pueblos del reino, es el presbítero discípulo de S. Ireneo, obispo de León de Francia (Lyon). Dejando lo que la crítica juiciosa ofrece contra esta opinión, vengo sólo a lo que resulta particularmente de los monumentos antiguos de esta ciudad. Sábese que la iglesia antigua situada en la falda superior del castillo estuvo dedicada a S. Félix mártir, y así se ve en algunos documentos de los siglos XIII y XIV, que alegaré después. Mas que este santo fuese el diácono, consta ya desde los principios del siglo XV, en que se hallan varias fundaciones de doblas para el día de la fiesta de S. Félix, la cual expresan que se celebraba aquí a 1.° de Agosto; por donde se ve que era la del diácono de Gerona, porque la del presbítero se hubiera fijado en su día propio, que es el 23 de Abril (también de San Jorge, Sant Jordi). De estos tiempos es la nota que dejó de su mano un canónigo de esta iglesia, que dice así: Yo Garces digui (diguí, pasado de decir, dije; vaig dir) missa el (y no lo) primer dia (día sin tilde) de Agost a St. Feliu de Girona. Es pues indubitable (dubitare : dudar : indudable) que antes del siglo XV cuando aún no era colegial esta iglesia, ya se celebraba en ella fiesta a S. Félix de Gerona, y no al presbítero de Francia. Estos datos constan del acuerdo capitular de este cabildo de 15 de Octubre de 1643, que he visto original, y es otro argumento muy poderoso. De él, y de una relación que le acompaña, resulta que deseando el magistrado obedecer al decreto de Urbano VIII, puso en manos del cabildo el nombramiento de patrono de la ciudad, asegurando que se conformaría con la elección. Habíanse ya publicado por aquel tiempo los falsos cronicones y la historia de Escolano y otras que dan por cierta la predicación de S. Félix presbítero de León, y de su diácono Archilleo (archi + Leo, León, Lyon) en España, y especialmente en Sétabis. Pretendían algunos que fuese electo patrono de la ciudad este santo mártir, creyendo que con esto quedaría más ennoblecida. Mas el cabildo procediendo con la debida madurez, examinó las memorias de su archivo: y hallando que de tiempo inmemorial se había celebrado (1) fiesta a S. Félix diácono de Gerona en el día 1.° de agosto, eligió por patrono a este santo mártir. Conformóse con esta elección el magistrado, y dos días después, en 17 de octubre, hizo el acuerdo siguiente: “Nombramos por patrono de la presente ciudad al glorioso S. Félix; y asimismo mandamos que se haga otra estatua de San Félix presbítero, y que se coloque al lado del otro que está en el altar mayor de la ermita de dicho santo (a).” (a) Nomenam en Patro de la present ciutat al glorios S. Feliu; y axi matex ques fasa altre S. Feliu prevere, y ques pose al costat del altre que está en lo altar maior de la hermita de dit sant. 

Confieso que este es un acuerdo vago, y que en él debiera haberse hablado con mayor expresión y exactitud. Mas no cabe duda en que la ciudad eligió por patrono a S. Félix el diácono de Gerona; porque además de ofrecer que se conformaría con el parecer del cabildo, las palabras de su acuerdo dan a entender claramente la posesión inmemorial en que estaba este santo; cuya imagen suponen colocada ya muy de antiguo en el retablo mayor de la ermita. Tampoco cabía que contra una prescripción tan autorizada, despojase el magistrado a este pueblo de su gloria tan antigua como verdadera. Que si mandó hacer otra estatua de S. Félix presbítero, y colocarla en dicho altar mayor, fue por satisfacer a la devoción de algunos, persuadidos de la venida de este santo a España; condescendencia que ha traído la equivocación en que está ahora el pueblo de que estas dos estatuas son de S. Félix presbítero de León y de su diácono Achilleo; no siendo sino las de los dos Felices de que tratamos. Otro inconveniente mayor ocasionó aquel acuerdo indefinido; porque como la estatua del presbítero ocupa debidamente la mano derecha, aun los que saben que la de la izquierda es de S. Félix de Gerona, creen que el primero es el patrono de la ciudad: y así en la procesión que se hace en su fiesta sale la imagen del santo con casulla, y no con dalmática: ha venido a ser tan general esta persuasión, que los predicadores sólo hablan de él, y de su supuesta venida a Xátiva y de su martirio en Valencia, no acordándose siquiera de que en ese día hace fiesta toda la iglesia a S. Félix diácono de Gerona, y la del presbítero es a 23 de Abril. Ahí te envío copia de los documentos que atestiguan cuanto llevo dicho (a: V. el Apénd. número VI), a los cuales convendría que cediesen los que desean acertar en cosas tan graves. Me acuerdo de lo de Plinio: Reverere gloriam veterem, et hanc ipsam senectutem, quae in homine venerabilis, in urbibus sacra est (b: Plin. Jun. lib. VIII. epist. 21 ad Maximum). Si esto es verdad respecto de las piedras muertas que andan tiradas por esos campos, ¿cuánto más lo será en los monumentos de la religión, canales por donde se bebe el agua de la doctrina y de los ejemplos de Jesucristo y de sus santos?

Con estos ojos debe ser mirado un fragmento (2) de una cruz de piedra blanca, de las que llamamos griegas, que se conserva en la pared exterior de dicha ermita hacia  oriente. No queda de ella mas que el brazo superior y el derecho, y en el centro (3) un bajo relieve, que representa un corderito con una cruz de las que llaman immissas (4), tal como se suele pintar en los cuadros de S. Juan Bautista: en el adjunto dibujo verás lo que ello es, y si pudo o no pertenecer a nuestra catedral antigua (5), y a la costumbre de aquellos tiempos de colocar cruces de piedra en lo alto de los templos. 

El antiguo de S. Félix pereció sin duda con las guerras y el furor de los bárbaros. 

Tampoco es inverosímil que el edificio actual sea el mismo que ya existía a mediados del siglo XIII, en el cual el rey D. Jayme I sentenció un pleito sobre ciertos viñedos entre Balduino de Baldoví y Guaresques de Gerona, vecinos de Xátiva: Lata sententia, dice, in ecclesiam S. Felicis IIII.° kals. Febroarii anno Domini 1268. Así por esto como por la fundación de una capellanía que hicieron Guillermo Sentín y Jordana su mujer el año 1275 (a: V. el Apénd. n. VII), parece cierto que esta misma iglesia era por entonces la mayor de la villa, en la cual residía el clero, y se celebraban los oficios diurnos y nocturnos. Pocos años después debió trasladarse el clero a la iglesia que antes fue mezquita de los moros en la parte baja de la ciudad, pues ya en el año 1323, en la colación de la sobredicha capellanía, que dio D. Raymundo Gastón, obispo de Valencia, a Francisco Pich, se expresa la iglesia mayor distinta de la de S. Félix. Advierte de paso en este documento, cuya copia incluyo (b: V. el Apénd. n. VIII), que la colación beneficial se daba en Valencia per birreti impositionem: cosa desusada por entonces, como noté hablando de Segorbe. He dicho que la nueva iglesia era obra de los árabes; los cuales fundaron la parte baja de la ciudad, si no hallaron ya trasladada a ella la antigua Sétabis, que estuvo primero a la falda superior del castillo, como diré luego: en estos edificios modernos dejaron varias inscripciones arábigas. Habíalas también en su mezquita; y aun tengo entendido haber sido esta una de las causas que obligaron al magistrado a emprender dos siglos ha la fábrica del nuevo templo, suntuosa, de buena arquitectura; mas por desgracia harto distante de su conclusión. Esta iglesia fue erigida en colegial por Benedicto XIII (Luna) el año 1414. Consérvase en su archivo el proceso que se formó para evidenciar la utilidad y necesidad de esta erección, como también la bula expedida en Peñíscola V. id. Decemb. pontific. anno 20., y la comisión que se dio al deán de Barcelona, al tesorero de Cartagena, y a Francisco Ferrer, canónigo de Mallorca, para la ejecución de esta gracia. Los primeros canónigos de ella fueron Pedro Figuerola deán, Juan Bertrán sacrista, Martín Martínez chantre, Bernardo Boluda, Bartolomé Valls, Andrés Colom, Pedro Simón, Luis Sarañana, Francisco Bosch, Pedro de la Guerola, Pedro Darenys, Nicolás Caranyana, Juan Carbó, Juan Palomar, y Juan Ganer. (como el texto está difuminado, se lee también Ganet)   

Esta iglesia tiene la gloria de contar entre sus hijos a los dos papas Calixto III y Alexandro VI; el primero nacido en una quinta vecina, llamada la torre del canals, fue bautizado en esta iglesia. Confiesa esto él mismo en la bula que envié tiempo atrás, y en tres cartas que escribió a este cabildo, que incluyo copiadas de mi mano (a: Se hallarán en los Apénd. núm IX. X. XI.); en la primera da cuenta de su elección y consagración en obispo de Valencia: está fecha en Peñíscola a 21 de agosto sin expresar el año, mas consta que fue el de 1429, así por los episcopologios MSS. de Valencia, como porque en 14 de agosto de ese mismo año había asistido sólo como doctor en derechos y como testigo particular, a la renuncia que hizo el famoso Gil Muñoz del supuesto pontificado en la villa de S. Mateo de este reino (b: V. las actas del concilio de Tortosa de 1429 que publicó el cardenal Aguirre). Había trabajado mucho nuestro Alfonso y ayudado en gran manera al legado Pedro de Fox en la conclusión de aquel cisma: la doctrina y virtud que mostró en esta y otras ocasiones, le elevaron luego a la silla de Valencia; el nombramiento del rey llegó a S. Mateo donde aún estaba el cardenal día 15 de agosto, que fue el siguiente al de la renuncia de Muñoz. Acompañó el electo al legado en el viaje a Tortosa; y estando en Peñíscola el día 20 del mismo mes, recibió el orden de presbítero, y fue provisto en la nueva dignidad, y al día siguiente consagrado. Todo esto consta de la carta. Por donde se ve que este es el episcopus valentinensis que firma en el citado concilio, comenzado en septiembre siguiente; siendo cierto por otra parte que su antecesor D. Hugo de Lupia y Bages había fallecido en 1427. Al din de la carta, mostrando su afecto a la colegial de Xátiva, dice In qua pabulum sancti baptismi assumpsi. La segunda carta la escribió siendo cardenal al mismo cabildo, enviándoles la provisión de su sobrino D. Rodrigo de Borja en chantre de esta iglesia, a la cual reconoce por su madre, ubi, dice, pabulum baptismatis suscepimus (1: Para que se vea claramente la equivocación que acerca de esto padecen algunos aun en nuestros días, copiaremos las palabras de un cronicón o diario MS. de los tiempos del papa Calixto, que comprende casi trescientos años desde 1178 hasta 1458. Dice así: “En dit any 1455 a 2 de Març mori en Roma papa Nicolau, e a 7 del mes de Abril fonc elet papa ab concordia de tots los cardenals, e encara a plaer del poble romá, micer Alfonso de Borja, que fon fill de un bon hom laurador de Xativa de regne de Valencia; lo qual la ora era cardenal e bisbe de Valencia. E vench la nova a Valencia en 18 iorns per correu que lo dit papa hi trames ab letra de sa ma. Lo qual correu fon vestit de carmesi e ach grans strenes, ab que pogue maridar dos o tres filles que tenia, quen altra manera era empachat. Per la qual raho en Valencia feren profesons, e alegria gran, et axi matex a Xativa. Fon son nom de dit papa apellat Calixte Terç, que axi li vench lo nom en lo libre." (Indica sin duda el voto que tenía hecho en las tapas de un libro, llamándose Calixto.) Y al fin añade: “En dit any 1458 mori lo desus dit papa Calixte a 6 de Agost. Fonch bisbe de Valencia, e pres la posesio de dit bisbat a 21 del mes de Agost del any 1429.” Posee este MS. el P. Lr. Ribelles. 

Se muestra en ella muy complacido de la reforma de las costumbres que aquí se había hecho, según los informes que le daba su vicario general el maestro Antonio Bou, del cual hablé en mis cartas anteriores. Finalmente manifiesta el deseo de que los cabildos no se tuviesen en la capilla que él había edificado. Era esta la que conocimos con el nombre de papal, la cual se derribó pocos años ha para dar lugar al nuevo edificio. Mas he oído que para conservar la memoria de tan ilustre fundación, mandó el magistrado sacar y depositar en su archivo un diseño de ella con copia de todas sus inscripciones. 

La tercera carta es breve, la cual escribió siendo ya papa al cabildo, recomendándole la posesión de un beneficio que había conferido a Ausias Ferrán su pariente y doméstico, su fecha es de 14 de Julio de 1458. Estas cartas, con las dos bulas del mismo papa que ya envié, acreditan algunos hechos de su vida. Sobre la certidumbre en que vivió de que llegaría a ser papa, como se lo tenía profetizado S. Vicente Ferrer; y sobre el voto que como papa y con nombre de Calixto tenía hecho muchos años antes de serlo de perseguir al Turco, pueden leerse los escritores de su vida, entre los cuales merece el primer lugar Fr. Pedro Ransano, que se halló presente a su elección, y habla de esto como testigo en la vida de San Vicente, que dirigió a su amigo Fr. Juan Pistoriense, ambos de la orden de predicadores. Me acuerdo haber visto este precioso MS. inédito entre los varios de tu librería (a: Se publica en el Apéndice n. XII.). 

La memoria de este esclarecido español me trae a las manos la ocasión de suplir un olvido que tuve hablando de los sínodos de la iglesia de Valencia: entre los cuales no conté el que celebró este prelado en 1432 a los tres años de ser promovido a aquella silla.  Y ciertamente fuera fácil decirlo, puesto que Ximeno en los Escritores del reino de Valencia (Tomo I . p. 45.) con el testimonio de Rodríguez, asegura que se conserva este sínodo MS. en folio en el archivo de la curia arzobispal, y que Don Josef de la Torre y Orumbela, obispo de Orihuela, tenía copia de él en su librería. De esta inadvertencia mía me avisó el Dr. D. Félix Josef Adelantado, cura de la villa nueva de Castellón, que como aficionado a las antigüedades eclesiásticas de este país, aprovechó la ocasión que tuvo los años pasados de registrar el archivo arzobispal de Valencia. Suyas son las palabras siguientes: “En el libro en folio registro de las colaciones y otras provisiones de la corte eclesiástica de Valencia del año 1432, que se conserva original en su archivo a fs. 4, bajo la jornada de 11 de enero, se halla a nombre del ilustrísimo señor Don Alonso de Borja la convocación del sínodo para el día 2 de febrero del mismo año (a: V. el Apénd. n. XIII.), y a fs. 37 se halla extendida una circular, su fecha 8 de Mayo, mandando la observancia y ejecución de las constituciones hechas en el referido sínodo (a), y con especialidad la de que los beneficiados celebrasen mensualmente las misas que debían por los fundadores de sus beneficios, que comúnmente se llaman misas del tercio... 

(a) Buscada con toda diligencia esta circular, no ha podido hallarse hasta ahora. Lo que hay en el fol. 5 del mismo libro son las relaciones de los nuncios de aquella curia eclesiástica de haber presentado la convocatoria de este sínodo al abad de Valldigna, al prelado de la Vall de Jesús, al maestre de Montesa, al prior del monasterio de esta villa, y otros, con la fecha de 19 de enero de 1432.

También he oído decir que los gaudes a María santísima, que se cantan todos los sábados del año después de 

la Salve en las parroquias y algunas comunidades religiosas y colegios de la ciudad y arzobispado, traen su origen de las constituciones de este sínodo." 

Ambas especies confirma una nota que se lee en una edición de los santos de esta diócesis de 1738, hecha en Valencia en casa de Antonio Valle fol. 150: Valentina synodus sub Illmo. et RR. D. D. Alphonso de Borja, episcopo (qui postea ad summi pontificatus apicem electus, Calixtus III est apellatus) anno à Nativit. Domini MCCCCXXXII. celebrata, constitut. I. de septem gaudiis BB. V. Mariae cantandis, edita, de consilio et assensu RR. capituli, et synodo approbante, in perpetuum ordinavit, in choro almae sedis, et in reliquis inferioribus parochialibus ecclesiis cantari septem gaudia B. B. V. Mariae; et singulis illa canentibus et confessis quadraginta dies de injunctis sibi poenitentiis idem Illmus. et RR. D. episcopus relaxavit.

Debo esta noticia al erudito D. Rafael Anglés. Siendo pues cierta la celebración y existencia de este sínodo, debe añadirse a los veinte y siete que contamos de esta diócesis. Y te prometo hacer las diligencias posibles para conseguir una copia, que con los otros papeles inéditos de este papa honran nuestra colección.

Estos gaudes, que todavía se cantan concluida la Salve de los sábados, son la prosa que copiaré aquí según se halla en los oficios de los santos que dije, poniendo las variantes de un MS. que me comunicó dicho señor Adelantado.

Pro statione B. Mariae in sabbato. 

“Ad honorem summi Patris,

Et Virginis summae Matris, 

Quae nostra est medicina, 

Cantemus: Salve Regina &c. 

Et eam finitam dicitur: 

"Gaude, Virgo, Mater Christi

Quae per aurem concepisti, 

Gabriele nuncio. 

Gaude, quia Deo plena 

Peperisti sine poenâ 

Cum pudoris lilio

Gaude, quod oblatio 

Regumque devotio 

Exhibetur Filio (a). 

Gaude quia tui nati, 

Quem dolebat mortem pati,

Fulget Resurrectio.

Gaude Christo ascendente, 

Et in caelo, te vidente, 

Motu fertur proprio.

Gaude quod Paraclytus 

Missus (b) fuit coelitus

In tuo collegio.

Gaude, quae post Christum scandis, 

Et est honor tibi grandis 

In coeli palatio.

Ubi fructus ventris tui

Per te detur nobis frui

In perenni gaudio. Amen.

Monstra te &c. postea dicitur v. et oratio conveniens.


(a) MS. Gaude quod oblatio Regum, 

Jam dimissam curam rerum, 

Exhibetur Filio.

(b) MS. Dimissus.

El otro papa Alexandro VI nació en esta ciudad en la casa de los Borjas, de donde 

tomó nombre la plazuela que hoy llaman de Olomar: que fue bautizado en la iglesia parroquial de S. Pedro, consta de la sumaria información que se hizo en esta ciudad cuando llegó la noticia de su promoción al sumo pontificado, la cual envié hablando de la universidad de Valencia. Otros documentos he hallado ahora de lo mismo; es una relación de lo sucedido en Xátiva cuando entró en ella este famoso hijo suyo de vuelta de su legacía en Castilla. Verificóse esto a 5 de Agosto de 1473, entrando con mucha pompa por la puerta llamada de Cocentayna, plazuela de S. Pedro, vers la plaza dita de en Rodrigo de Borja, avui (y no hui o huy) del dit reverendissim señor cardenal. Una de las diligencias previas que practicó la ciudad, fue escribir a Jayme Rosell, abogado de ella en Valencia, para que dijese su parecer acerca del ceremonial con que debía ser aquí recibido al tenor de su entrada en Valencia. En su respuesta, cuya copia incluyo (a) expresamente asegura ser el legado natural de esta ciudad. También lo confesó él mismo en su partida de ella, que fue a 11 del mismo mes y año, cuando pidiéndole los jurados algunas gracias para esta ciudad e iglesia, respondió ser cierto que era hijo y natural de esta ciudad, y que la amaba tanto y la tenía tan en memoria, que con todo su poder haría fuese complacida en lo que pedía, y que se dejase esto a su cuidado (b).” 

(a) V. el Apénd. número XIV. 

(b) Que es veritat ell esser fill e natural de aquesta ciutat, e que la tenia en tanta amor e memoria, que per tot son poder faria fos complaguda del supplicat; e que fos lexat a son carrech. 

Es de notar que la visita que hizo a esta ciudad, no fue porque le viniese al paso, sino que vuelto de Castilla y otros reinos, retrocedió de intento desde Valencia, adonde volvió para restituirse a Roma el 12 de Septiembre de ese año. No he podido encontrar en el archivo de esta iglesia ninguna carta o bula de este papa. Mas registrando para el objeto varios papeles, hallé otras curiosidades, y algunas de ellas muy dignas de saberse. Tal es la de que el obispo D. Hugo de Lupia y Bages celebró un sínodo en Valencia por el mes de Octubre de 1400. Así consta de la carta auténtica en que concede al clero de esta diócesis ciertas gracias, al tenor de la que ya has visto en los sínodos de Segorbe. 

Consérvase aquí original, fecha a 15 de octubre de dicho año. Y por ser esta la única reliquia y noticia que de aquel sínodo tenemos, la he querido copiar (a: V. el Apénd. n. XV.), aunque añade poco a lo que ya sabíamos de la disciplina de aquel tiempo. Otra constitución hay del mismo prelado, relativa al orden de las distribuciones en esta iglesia, es del año 1425. Más apreciable es lo que he encontrado tocante al sínodo de Santo Tomás de Villanueva. Ya dije en mi carta sobre los de Valencia que este santo prelado sólo había celebrado un sínodo, y deshice los argumentos de los Bolandos, que suponen dos, uno en 1545 y otro en 1548. El M. Salón, que insinúa la celebración del primero, acaso habló de los deseos del arzobispo; y sin duda estuvo convocado, pues en los libros capitulares de esta iglesia  se halla un acuerdo del día 1.° de Mayo de 1545, en que nombran al chantre Baltasar Villaplana por síndico y procurador de esta iglesia para el sínodo convocado por Santo Tomás de Villanueva para el lunes siguiente. Pero es cierto que a pesar de la convocatoria no se celebró, porque he hallado la que expidió el santo para el sínodo tres años después, y en ella dice que en más de cien años no se había celebrado ningún sínodo en esta diócesis. Lo cual no fuera cierto, si tres años antes hubiera tenido el suyo. He copiado este documento original, que es buen preliminar del sínodo, y no se imprimió con él. La acompañó el santo con una carta castellana al cabildo, exhortándole a enviar procurador: todo va copiado (a: V. el Apénd. n. XVI.). 

Entre los inventarios antiguos de la sacristía he encontrado que Felipe Johan, familiar de Alexandro VI, regaló a esta iglesia, de donde era canónigo, en 1499 una capa de brocat carmesi ras ab la capilla levadiza... Es extraño que tanto durase el uso de estas capillas sueltas, que dieron el nombre de pluvial a la planeta, que luego se mudó en capa. Reliquia es de aquella capilla el escudo que ahora llevan pendiente estas capas. 

De las antigüedades seculares que se conservan en esta población, hablé ya en 

otra carta. Sobre lo cual sería bueno poder averiguar la época de su traslación desde la falda del castillo a la parte baja que ocupa ahora. La primitiva situación era muy a propósito para tiempos de guerra, en que los vecinos mal seguros se guarecían del 

castillo que aún está en pie, aunque en alguna parte de él se ha ensangrentado la codicia de los hombres, destruyendo lo que el tiempo no destruía, y arruinando los monumentos que, honrando la patria, ilustraban la historia, y servían de modelo a las artes. En todos los pueblos que han tenido nombre en la antigüedad, convendría destinar, como se ha hecho en Murviedro, un noble y hacendado que con el título de conservador protegiese los vestigios antiguos de la injuria del tiempo y de la inconsideración del vulgo. Volviendo a lo que decíamos, no se hace creíble que los godos se contentaran con las estrechuras de la ciudad antigua cuando ya pudieron establecer y asegurar su imperio; ni aun los romanos que la dominaron por muchos siglos, dejarían de tener edificios en lo llano de la vega, no sólo para su recreo, sino para las fábricas de telas, que aquí eran muchas y famosas. Todo esto induce a sospechar que la traslación de la ciudad, o de gran parte de ella, sea anterior a la época de los árabes. Contra esto nada vale el no hallarse rastros de conducto de agua fabricado en aquellos tiempos; porque tampoco se hallan del tiempo de los árabes, los cuales es indubitable que vivieron donde ahora está la ciudad; y aun después de conquistada esta, no hay memoria de acueducto hasta principios del siglo XV; ¿quién dirá por esta razón que no tuvo la situación de ahora? Es cierto que la primera memoria auténtica que hay de acueducto, es el privilegio que concedió el rey D. Martín para la acequia llamada de Bellus, fecho en Valencia a 12 de Julio de 1404, en que llama al acueducto nunc noviter constructum. Mas esto no prueba que antes no le hubiese; y no son menester para esto conjeturas, sino copiar aquí el extracto que hizo el maestro Diago del libro de Consejos de Xátiva del año 1409. Le he visto entre sus apuntamientos inéditos; dice así: "La ciudad de Xátiva emprendió en tiempos pasados después de la conquista traer encañada la fuente de Belluz; y con haber hecho innumerables gastos, no salió con esta empresa con entera perfección; porque aunque llegó la fuente a la ciudad, no parecía negocio de durada, ni llegaba con el ser que convenía. Y así por avenidas de agua se destruyó el caño, y se perdió el agua cerca del año 1400 con harto sentimiento de la ciudad; porque sin ella quedaba como sin vida y salud y hermosura. Porque en el verano los ayres calientes, que solían refrescarse con aquella agua dividida por la ciudad para no serle de daño, perdieron este regalo y medicina. La ciudad avezada a aquel regalo, tuvo de esforzarse a emprender aquel caño otra vez, y por diferente parte y camino, para que estuviese libre y seguro de avenidas de agua; y hallose que se podía labrar el caño en la misma roca donde nace el agua, y encañarle allí mismo y por la falda del monte adelante. Y fue cosa extraña que no faltó quien emprendió la fábrica del caño hasta la ciudad por mil y quinientos florines. Emprendióla a la fin en 1407, y túvola acabada en dos años y medio a los primeros de Abril de 1410."

Por aquí se ve que el privilegio del rey D. Martín no recayó sobre acueducto nuevo y hecho por primera vez, sino sobre los reparos del antiguo, y que se expidió años antes de comenzarse la fábrica del actual. Nada más he hallado sobre este punto. 

Acabaré mi carta con una inscripción que he visto estos días en un pueblo cercano a esta ciudad llamado la Enova. Debió ser población antigua, y quedan vestigios de ello: entre otros una piedra romana de jaspe de buscarró, harto maltratada por haber servido de lavadero. Lo que queda dice así: 

(a) … LICINIVS... 

GAL * PRISCVS 

...ICINI... I T E 

MARCELLA VXO... 

Puede leerse así: Junius Licinius....Galeria, Priscus: Licinianus Junii Filius: Marcella Uxor. Sin duda pertenece esta inscripción a la familia de los Licinios, de que hablé en la carta primera con motivo de la inscripción que se conserva en el despoblado de Ternils; mayormente considerada la proximidad de ambos pueblos. Y así pudo ser la de Ternils llevada allá de este lugar de la Enova, sin ser necesario recurrir a la conjetura de que se sacó de entre las de Xátiva. No más por hoy. 

A Dios. San Felipe &c. 

(a) Aquí sólo se descubre la parte inferior del palo vertical, que debía ser de las letras I, o F, o T; juzgo que debía ser I, como se ve en la línea tercera. 

NOTAS Y OBSERVACIONES 

(1) Había celebrado fiestas a S. Félix, diácono de Gerona. A este S. Félix mártir de Gerona confunde Baronio (die XVIII. Martii) con el diácono de S. Narciso que tuvo el mismo nombre, cuya equivocación desvanecieron Solerio y Cupero, demostrando que el nuestro llamado por Berengario el obispo de Gerona santísimo doctor, apóstol y profeta, fue africano, el cual desde Argel donde estudiaba las buenas letras, cum fideli relatu, dice San Eulogio, persecutionem catholicorum, quae apud Gerundam Hispaniae urbem, confinem Galliae, gerebatur, comperiret, .... praepeti navigatione aequore transmisso, praedictum oppidum adiit, ibique martyrium, quod patriae suae deerat, devotus miles Christi triumphabiliter consummavit (S. Eulog. lib. I. n. 15.). 

De grande edificación fue el triunfo de S. Félix para toda la iglesia, especialmente para España, a lo cual aluden aquellas palabras del antiguo breviario mozárabe: 

Hispaniarum ecclesias 

Felix martyr inclytus 

Roboravit eloquio, 

Et ornavit martyrio. 

Pinio y Cupero dudan que sea de este S. Félix la cabeza que con su nombre se conserva en el relicario de S. Lorenzo el Real, traída de Colonia por Fr. Baltasar Delgado. Los fundamentos de esta duda pueden verse en el § III del comentario que precede a las actas de S. Félix mártir (Act. SS. I. Aug.). Pero se halla a mi juicio desvanecida con lo que sobre esto dice Vega en sus eruditas Memorias para la historia de S. Félix M. Gerund. p. 64. 65. 

(2) Un fragmento de una cruz de piedra blanca, de las que llamamos griegas. 

Al principio me ocurrió si sería este fragmento de la cruz que en la antigua iglesia catedral de Sétabis debió de estar como en otras en la parte superior de la capilla o tabernáculo, donde se guardaba la Eucaristía para los enfermos, llamado por los escritores eclesiásticos ciborium, y por el orden romano tegimen y umbraculum: práctica antiquísima de la Iglesia Latina, a la cual alude S. Paulino en la carta XXXII. a Severo (n. 7 op. pág 204.), describiendo el tabernáculo de una iglesia por estas palabras: 

Divinum veneranda tegunt altaria foedus, 

Compositis sacram cum cruce martyribus,

Cuncta salutiferi coeunt martyria Christi 

Crux, corpus, sanguis, martyris ipse Deus.... 

Sic ubi crux, et martyr ibi: quà mártir, ibi et crux. 

Sobre el cual lugar dice Mabillon: “Crux in summo, corpus et sanguis, id est reliquiae martyris in imo, scilicet subtus altare; ipse Deus, hoc est, ipsum Domini corpus in columbam appensum in medio." ( Mabillon de liturg. Gallican. lib. I. cap. IX. pág. 94.) 

Tuve presente también lo que Paulo Silenciario en la descripción del templo de santa Sofía (Part. II. v. 322. ad calc. hist. Joann. Cinnami pág. 517.) dice que en la parte superior del tabernáculo crux supereminens conspicitur: y aquellas palabras del segundo concilio Turonense, celebrado en el pontificado de Juan III hacia los años 570. (Can. III. t. VI. concil. Labb. pág. 533.) Corpus Domini in altari non in imaginario ordine, sed sub crucis titulo componatur. (V. Rosveyd. in S. Paulin. epist. XXXII N. CXLVI et Steph. Borg. de cruce velitern. pág. 218, seq.) 

Pero luego reflexioné que aquellas cruces por lo común no eran de piedra, sino de metales preciosos, ni estaban fijas en la pared como debió de estarlo la nuestra, sino colgadas en el aire, llamadas por lo mismo en varios escritos antiguos pendentes y pendulae, lo cual consta claramente de lo que acerca del papa León III escribe Anastasio el Bibliotecario (in Leone III. tem. I. n. 66.) que en el oratorio de la santa Cruz hizo una corona maciza y cerrada por arriba de las que solían ponerse colgadas sobre los altares con una cruz en medio: regnum Spanoclystum ex auro purissimo cum cruce in medio pendens super altare; y de lo que dice S. Gregorio de Tours (de miraculis S. Juliani lib. II. cap. XLIII.) pendebat super ipsum altare crux holoerysa, eleganti opere facta. (V. Paciaud. diatrib. de veteri Christi crucifixi signo et antiquis crucibus quae Ravennae sunt in t. I. crucis dominicae edit. Gorran. et Borg. de cruce vaticanam pág. 7.)

Parece más verosímil que esta cruz sea de las que ya muy de antiguo se fijaban como ahora en las paredes de los templos en su consagración, la cual práctica supone Jac. Pamelio hallarse recibida ya en occidente en los tiempos de S. Paulino (Pamel. liturgic. latinor. t. I. p. 502.), o acaso de las que en los siglos anteriores fijaban solemnemente los obispos en el sitio donde se había de edificar algún templo, o en los gentiles cuando se purificaban para dedicarlos al culto del verdadero Dios, a lo cual alude la ley del emperador Teodosio para que los adoratorios que quedaban de gentiles, se consagrasen al culto divino, collocato in iis venerandae religionis signo (V. Gothofred. in l: XXV cod. theodos. lib. I. tit. III.), y la prohibición de Justiniano para que nadie fundase iglesia ni oratorio, nisi episcopus civitatis interveniens... crucem *figeret (Authent. LXVII.). Iguales leyes hicieron Carlo Magno, Ludovico Pío y otros príncipes (Capitul. lib. V. cap. CCXXIX.).

Puede verse lo que dice Rufino de las cruces colocadas en el sitio donde estuvo el templo de Serapis (Rufin. lib. II. cap. XXIX.) De esta práctica inmemorial de poner cruces en los templos y oratorios trata largamente Gretsero (de cruce Christi tom. I. lib. II. cap. VII. X.). 

(3) Y en el centro un bajorrelieve, que representa un corderito con una cruz. Este símbolo le descifra elegantemente S. Paulino, diciendo:

Sanctam fatetur crux, et agnus victimam.

(Epist. XXXII. ad Sever. n. II. op. pág. 206.). El cordero como imagen de víctima, la cruz como el ara donde fue inmolada.

Otra explicación se halla alrededor de un cordero semejante al nuestro, esculpido en una puerta antigua del templo romano de santa Pudenciana:

Hic agnus mundum restaurat sanguine lapsum.

Mortuus et vivus, idem sum pastor et agnus.

(Ciampin. veter. monim. p. I. cap. III. pág. 27.)

Supuesta la antigüedad de este monumento, si tratásemos de fijar la época de su construcción, pudiera servirnos de guía lo que acerca de este símbolo en las cruces y vasos sagrados ofrece la historia eclesiástica. Pondré uno u otro ejemplo.

Un cordero semejante tiene esculpido la patena de San Pedro Crisólogo, que se conserva en Imola, cuya alusión declararon Juan Patricio en una disertación que publicó en Roma el año 1706, y Sebastián Paulio en otra impresa en Nápoles el año 1745.

Marangonio hace memoria de un monumento de mármol sacado del cementerio de Priscila, en que se ve otro bajorrelieve en todo semejante al de nuestra cruz (Marang. Act. S. Victorini episc. Amiter. et M. p. 43.)

En el mosaico antiguo de la tribuna de la basílica vaticana, cuyo dibujo publicó Ciampini (de sacris aedificiis à Constantino M. constructis cap. IV. sect. II. pág. 42.) se ve también una cruz, y al pie de ella un cordero. En Narni, ciudad episcopal de la Umbría, en el centro de la losa donde está el epitafio de S. Casio, que floreció por los tiempos del emperador Justiniano, hay una con dos corderos (Baron. Martyrol. XXIX. Jun. Grestser. de sancta cruce lib. II. cap. XI.).

Otro bajorrelieve igual al nuestro tiene la cruz de plata dorada que dieron a la iglesia vaticana el emperador Justiniano el mozo, llamado comúnmente Curopalata, y su esposa Sofía, sobre la cual escribió Esteban Borja una erudita disertación impresa en Roma el año 1779.

Por estas y otras tales memorias antiquísimas (V. Ciampin. in laud. op. et Trombelli de cultu SS. Dissert. IX. cap. XLV II. t. II. p. II. pág. 208.), y por lo que dice S. Paulino acerca de esta práctica general en su tiempo (S. Paulin. laudatam epist. XXXII. ad Sever. V. Du-Cang. Dissert. de inf. aevi Numism. pág. 153.) se ve que los primeros cristianos aun cuando privadamente y para su particular devoción tuviesen imágenes de nuestro Señor Jesucristo, en las cruces expuestas a la veneración pública le pintaban comúnmente bajo el símbolo de cordero, para no dar ocasión de mofa a los gentiles y a los judaizantes, y no retraer o escandalizar a los flacos con la vista clara de la crucifixión, cuya infamia no se había borrado aún enteramente (Borg. de cruce vatic. cap. V. pág. 40.) De otras varias imágenes y alusiones simbólicas, que solían esculpirse también en la cruz, habla Juan Ciampiani en su Investigatio histórica de cruce stationali, impresa en Roma en 1694. Venida la paz a la iglesia, como todavía durase esta costumbre, el concilio Trulano celebrado el año 692, declaró que mudados los tiempos eran ya de más aquellos símbolos, y que convenía presentar a los fieles sin figuras con claridad la imagen del crucificado: Ut ergo quod perfectum est, vel colorum expressionibus omnium oculis subjiciatur, ejus qui tollit peccata mundi, Christi Dei nostri humanam formam caracterem etiam in imaginibus deinceps pro veteri agno erigi ac depingi jubemus (Synod. Trullan. can. LXXXII. V. Baronio ad ann. 692, n. I. et seq.). Otro tanto y casi con las mismas palabras dijo el papa Adriano I en la carta a Tarasio, patriarca de Constantinopla, publicada por Labbé entre las actas del segundo concilio Niceno (Coll. concil. t. VIII. p. 767.). Balsamon (in VI. synod. can. LXXXII.) juzgó haber sido prohibido este símbolo por el concilio Trulano. Del mismo parecer fue nuestro arzobispo Carranza, que dice: Patres voluerunt cessare typos praesente veritate. Hinc prohibuerunt... Christum sub vetere agno (figutari) sed humanam formam (in can. Trullan.): Gretsero y otros juzgan que esta no fue prohibición de aquel símbolo, sino pura preferencia de las imágenes de Cristo en forma humana. Como quiera, en esta prohibición conjetura Borja 

haberse fundado en el siglo IX Claudio, obispo de Turín, imbuido en los errores de Ario y de Nestorio, para calumniar a los latinos de que agnos vivos, como decía él, volunt vorare, et in pariete pictos adorare: contra el cual escribieron Dungalo, y Jonás, obispo de Orleans. Merecen leerse a este propósito las observaciones de Cristiano Lupo sobre el citado canon del concilio Trulano. 

Desde aquella época comenzó a sustituirse en las cruces la imagen del mismo Salvador a la del cordero, del pez, y otros tales símbolos, hasta que andando el tiempo vino a ser general como lo es ahora esta práctica.

He dicho esto, para que por el bajo relieve del cordero solo, sin la imagen del Salvador, se colija que la cruz de cuyo fragmento se trata, cuando menos es del siglo séptimo. Tengo presente que Ciampini, fundado en la misma razón, conjetura ser del siglo VI o VII el bajo relieve del cordero con la cruz que arriba dijimos conservarse en la antigua puerta del templo de Santa Pudenciana (Ciampin. loc. laud. pág. 28.). Porque aunque en los tiempos siguientes se hallan cruces con este símbolo, pero regularmente llevan también la imagen del crucificado, como se ve en la cruz de plata que en el siglo X dio el papa Sergio III a la basílica reedificada de S. Juan de Letrán, habentem, dice Juan Diácono, crucifixum totum de auro, et agnum de auro cum gemmis. (Joan Diac. lib. de eccles. Lateranens. cap. XVII ap. Mabillon Append. Ord. Rom. Mus. Ital. t. II. pág. 575.) 

(4) Cruz de las que llaman immissas. Así llamaron los antiguos a la cruz más conocida entre nosotros, compuesta de un palo largo, y de otro pequeño clavado en él hacia uno de los extremos, de suerte que quede la parte menor del palo vertical sobre la cabeza del crucificado, la más larga hacia los pies, y los dos cabos del madero pequeño hacia los brazos. Por lo cual la comparan algunos santos al arado, a la entena de la nave, al estandarte m¡litar, y al hombre cuando nada o hace oración. A esta forma de cruz immissa alude S. Justino M., explicando las palabras de la bendición de Josef: Cornua rhinocerotis (rinoceronte) cornua illius: in ipsis ventilavit gentes (Deut. XXXIII. 17.). 

Dice así: Unicornis enim cornua nemo dicere aut demonstrare possit in aliam re aut figuram inveniri, nisi in ea quae crucem exhibet. Rectum enim lignum unum est, à quo summa pars in cornu attollitur, cum adaptatum fuerit aliud lignum, et utrinque extrema, veluti cornua uni adjecta cornu, apparuerint. Et illud quod in medio figitur, ut ei insideant qui crucifiguntur, ipsum etiam veluti quoddam cornu eminet, et cornu speciem exhibet cum aliis cornibus conformatum et fixum. (S. Just. M. Dial. cum Tryph. Jud. n. 91 op. pág. 188. V. apol. I. ad Antonin. n. 55.) 

De ello habla también S. Gerónimo en el comentario de S. Marcos, diciendo: Ipsa species crucis quid est, nisi forma quadrata mundi? aves quando volant ad aetera, formam crucis assumunt: homo natans per aquas, vel orans, forma crucis visitur. Llamábase immissa esta cruz, a diferencia de la sencilla, que consta de un solo madero, de la decussata compuesta de dos atravesados oblicuamente a semejanza de la X, de la cual dice nuestro S. Isidoro: In figuram crucem, et in numero decem demonstrat (Orig. lib. I. cap. III.) y de la commissa semejante a la T, cuyo palo menor estaba clavado en el mismo extremo del mayor; de la cual dice Tertuliano: Littera graecorum Tau, nostra autem T, species crucis (lib. III. adv. Marcion.), y S. Isidoro: Tau littera speciem crucis demonstrat (de Vocat. gent. c. XXV.). Lo mismo dicen S. Gregorio, S. Agustín, S. Paulino el de Nola, y otros Padres y escritores eclesiásticos; por cuya causa se cree haberla tomado los cristianos de Egipto como distintivo de la religión, con la cual aún hoy día pintamos a S. Antonio Abad, famosísimo entre sus monjes. Si esta divisa fue usada en los monumentos gentílicos de los antiguos egipcios como conjunto de muchas letras, o como jeroglífico de la vida venidera, no pertenece a nuestro propósito; es materia tratada por los primeros historiadores eclesiásticos, e ilustrada después por Justo Lipsio en el lib. I. de cruce cap. VIII., por Kircher (Interpret. obelisci Aegypt. hicogl. 5.), Muratori (Anedoctor. t. I. diss. XXI. de cruce Nolana.), y Marco Velsero en su carta a David Hoeschelio (apud Christ. Aug. Heumann. Poecile t. I. lib. IV. p. 578.) Otras memorias de esta cruz commissa publicó Boldettio en sus observaciones ad Caemet. urbis p. I. lib. I. cap. XIX. y en otros lugares. 

Que Cristo nuestro Señor fue crucificado en cruz immissa, y no en las otras, es sentencia de S. Justino M., de S. Basilio, de S. Agustín, de Sedulio, de S. Juan Damasceno, y de otros Padres y escritores eclesiásticos. Pueden leerse sobre esto Lipsio (de cruce lib. I. cap. X.), y Gretsero (de cruce Christi lib. I. cap. II. III.) 

(5) La costumbre de aquellos tiempos de colocar las cruces de piedra en lo alto de los templos. Aun cuando fuera cierta esta conjetura, nada puede colegirse de ella contra la antigüedad de este monumento, constando ser antiquísima en la iglesia la colocación de cruces en lo alto de los templos. De lo cual quedan memorias en S. Gerónimo (in Sophoniae cap. I.), y en Cedreno (in compend. historic.) hablando del templo del monte Olivete, en Nicéforo Grégoras (lib. IX.) tratando de los templos de Constantinopla, y en otros antiguos. 

No faltará acaso quien incline a que fuese cruz sepulcral de las que solían ponerse en los sepulcros de los primeros cristianos, de cuya práctica hablan Baronio (ad ann. 395.) y Gretsero (de s. cruce lib. II. cap. XV.) tanto más que en estos sepulcros solía también esculpirse el cordero representando a Cristo, como del famoso sarcófago de Junio Basso que está en el vaticano, lo dice Felipe Bonarota (Osservazioni sopra alcuni frammenti di vasi antichi di vetro, ornati con figure, ritrovati ne cimiteri di Roma ad fig. I. tab. VI.)