domingo, 30 de octubre de 2022

CARTA LXXXIX. Historia del monasterio de canónigos Premonstratenses de Bellpuig de las Avellanas.

CARTA LXXXIX. 

Historia del monasterio de canónigos Premonstratenses de Bellpuig de las Avellanas: su fundación: muerte violenta de su fundador y su sepultura en este monasterio: noticia de tres individuos literatos y célebres anticuarios del mismo, y catálogo de sus abades. 

Mi querido hermano: grandes fríos he pasado (N. E. el autor es valenciano) hasta llegar hasta este monasterio de canónigos Premonstratenses, intitulado de Bellpuig de las Avellanas. Mas todo lo doy por bien empleado a trueque de haber visto este depósito de virtud y de literatura, que cierto lo es en toda la extensión de la palabra. Vida común perfecta, retiro cual de una cartuja, coro pausado, misas largas, comida, no diré frugal, sino propia de penitentes (peniten-tentes, salta linea) (a pesar de las rentas pingües de la casa, con las cuales se sustentan muchos de los lugares vecinos y apartados), cortesanía sin afectación, amor a las buenas letras y al estudio de la antigüedad, esto es lo que he hallado en este monasterio: fruto del buen ejemplo que les dieron pocos años ha tres de sus individuos de que hablaré después. Tuvieron estos señores la delicadeza de hospedarme en el mismo cuarto donde murió el canónigo Pascual, uno de los tres que decía, el cual se ha transformado en biblioteca y museo. Porque veas si con todas estas cosas me habrá sido desagradable la visita de esta casa, y si no trabajaré con gusto en decir lo que en ella hay interesante a la literatura.

Ya te acordarás que en el viaje de Tortosa se habló de la sujeción o donación del monasterio de Premonstratenses de Valclara o de Abincabaces (variaciones Avincabacer y Abincabacer), hecha al de Flabemont en la Gallia Bélgica por el Conde de Barcelona R. Berenguer IV, año 1148. Pues esta casa de Cabaces es la que se supone cuna de este monasterio; y no porque de allá viniese una colonia de monjes a fundar aquí, sino porque abandonando aquel sitio, no se sabe por qué, se trasladaron como refugiándose a este, donde renunciaron el derecho que tenían al antiguo en el año 1166. Es muy verosímil que esta fuese la época de esa renuncia, porque esa fue también la de la nueva fundación, como se dirá, la cual era regular que tuviesen asegurada primero que se desprendiesen de la antigua. Hasta ese año vivieron aquí en una cueva, la cual halló y habitó el primero el B. Juan de Orgañá por otra donación que le tenía ya hecha el mismo Conde. Todavía se muestra aquí la cueva sumamente incómoda para habitación de muchos. Con esto la piedad del Conde de Urgel, Ermengol VII, que es el que digo, se determinó con su mujer Dulce a formalizar la fundación del nuevo monasterio, como se verificó día 5 de febrero del año sobredicho 1166. Escogió para ello el monte llamado de malet, que es el mismo en que estaba la cueva; el cual mandó que en adelante se intitulase Monte de Santa María de Bellpuig. Hállase el lugar en la diócesi de Urgel, corregimiento de Lérida, dos leguas al N de Balaguer, en el término llamado Camprim y cerca de la villa de Os, famosa aquí por su enriscado castillo, cuya dificultad en tomarle a los moros obligó a su conquistador a llamarle maligno. A este título de Bellpuig añádese comúnmente el de las Avellanas en razón de un lugar cercano que así se llama. En la escritura que va copiada (a: Ap. núm. XXI.) verás la precisa condición que impone el fundador a estos canónigos Premonstratenses, de que nunca pasen a ser de otra orden ni se sujeten u obedezcan a otra iglesia más que a la de Urgel; lo cual sin duda alude a la sujeción que como dije prestaron a Flabemont estando en Valclara o Cabaces. Háceles donación de la Villanueva de Privadá, que el mismo Conde había poblado, con otras cosas que dirá el mismo documento. Dos años después, es a saber, en el de 1168 estaba ya construida la iglesia del monasterio, la cual dedicó el Obispo de Urgel Arnaldo de Perexens, concediéndole la mitad de los diezmos y toda la primicia de Camprim (pone Camprin) con otras cosas. Con el amor que el Conde fundador tuvo a esta casa en el testamento que ordenó en 1177 dice de ella lo siguiente: et iterum dimitto ecclesiae Sanctae Mariae de Bellpuig quam divina inspiratione noviter edificavi, totam villam nostram de Bellcayre... et corpus nostrum ibi sepeliendum propter humilitatem et paupertatem loci illius in honorem et memoriam Salvatoris nostri Jhesuchristi qui semper humillia respicit, diligit et exaltat. Aunque el Conde tardó a morir siete años todavía, esto es, en el de 1184, como se dirá en su historia, parece sin embargo que se cumplió su voluntad acerca del lugar de su sepultura. Algunos creen que su cadáver fue llevado a Alarcón desde el término de Requena, donde fue muerto violentamente sin estar averiguado por quién, junto con su hermano Galcerán de Sales. Mas yo me atengo a que es el enterrado aquí en el sepulcro que está al lado de la epístola en la capilla mayor, el cual atestigua en sus notas el padre Caresmar que él mismo examinó, y que el cadáver es de persona muerta violentamente, pues todavía conserva una saeta hincada en un hueso de la espalda. Confírmase esto con otro sepulcro que hay al lado del evangelio, que es de una señora y verosímilmente de la Condesa Dulce, que aún vivía en 1208, con lo que tuvo tiempo suficiente para cumplir la voluntad de su esposo. Esta iglesia de que hablaba el fundador no es la que hoy vemos en el monasterio, sino la que hay en lo que llaman Malet, que es la primera fundación, de donde se trasladó la casa al sitio actual, muy cerca del otro, y en el monte del mismo nombre que el Conde mandó mudar en el de Bellpuig. Así la iglesia actual es obra también del siglo XIII, aunque está desfigurada con motivo de algún destrozo que debió sufrir en tiempo de las guerras de sucesión. Antes parece que sería más larga y que tenía crucero, el cual embebía las dos capillas laterales correspondientes a él. Además de los sepulcros ya dichos hay otro sobre el de la Condesa, que se cree ser del Conde Ermengol su hijo. Otro hay en una capilla que aquí creen ser de D. Álvaro, Conde también de Urgel en el siglo XIII. Todos estos sepulcros carecen de letreros, con lo cual queda campo abierto a la tradición para ser creída. La donación de la villa de Bellcayre, que el fundador hizo a esta casa, dicen algunos que fue por respeto al B. Juan de Orgañá, que en ella había nacido. Está este lugar cerca del monasterio en lo que llaman Llano de Urgel (Pla d'Urgell). Otros le hacen natural de la villa de su mismo apellido. Lo cierto es que él fue el padre de casa tan religiosa, el cual vivió tan santamente que no sólo movió al Conde a que fundase y dotase el monasterio, sino que se granjeó la veneración de los venideros. Vivió siempre en la iglesia de Malet dedicada a nuestra Señora en el acto de la adoración de los Reyes. De aquí nace la antigua costumbre de ir allá la comunidad en ese día. Murió el santo prelado día 8 de abril de 1201: su cadáver tuvo culto allí mismo hasta pocos años ha.

Sin embargo de lo dicho parece que este siervo de Dios, o no fue abad de esta casa, o que no conservó este honor hasta su muerte, puesto que antes de ella vemos en 1172 al abad Guillermo prestando la obediencia canónica al Obispo de Urgel Arnaldo de Perexens, el cual en 1195 y 1202 tenía ya por sucesor a Raymundo. 

En 1203 lo era Arnaldo de Monte. Poco después de este tiempo entró el monasterio en posesión del señorío de Bonrepós, donde antiguamente hubo monjes, o acaso ermitaños, y también mujeres Deo devotae, o digamos monjas, y aún las había en este año 1203; del cual en el viaje a Scala Dei queda una concordia de esa Cartuja, que entonces se llamaba de Populeta (como Populeti, Poblet) y este monasterio doble de Bonrepós. El documento está en el tomo de la iglesia de Tarragona. Quedó pues aquel lugar como priorato de esta casa de Bellpuig. También se cree de este tiempo y dádiva del Conde de Urgel, Ermengol VIII, la santa sandalia traída de Constantinopla. Mas de esto no se halla ningún documento. 

Guillermo García suena abad desde 1210 hasta 1218, cuando se pasó con otros a la Cartuja. En 1215 hallo que el monasterio tomó posesión de una acequia y molino cerca de Balaguer, la cual se le dio con la ceremonia de tomar el vendedor a uno de estos religiosos y meterlo de pies en el agua.

Otro Guillermo lo era en 1219 y 1222.

En 1224 y 1229 lo era Geraldo, el cual se cree que fue el que admitió la unión a este monasterio del de San Nicolás. Acuérdate de lo que se dijo en el viaje de Vique hacia el año 1225, que Guillermo de Anglesola y su mujer Sibilia fundaron un monasterio de Premonstratenses, o sea hospital titulado de San Nicolás en Alfaudarella (Alfandarella), junto a la villa de Bellpuig, de la cual eran señores. 

A esta casa concedió entonces el Obispo de Vique, Guillermo de Tabertet (variantes Tavertet), el poder tener cementerio público, como verás en la adjunta escritura, y en otro que la acompaña la hallarás ya en 1231 presidida por abad y poblada por ocho o diez canónigos que prometieron obedecer siempre a dicho Obispo y sus sucesores (a: Ap. n. XXII y XXIII.). Pues este monasterio de San Nicolás suena en los años siguientes unido al nuestro como priorato suyo, sin que conste la manera como esto se verificó. Con motivo de esta unión dicen que esta casa tuvo que reconocer como matriz a la abadía de Casa Dei en la Gascuña, a la cual el fundador de San Nicolás sujetó aquel hospital, concediéndole además terreno para fundar otra que fuese su principal en el sitio llamado Fuentes amenas, distante de nuestro Malet tres cuartos de legua. La oposición que hizo nuestro monasterio dicen que vino a parar en que se unieron a él las dos nuevas fundaciones. Hablo con esta duda porque un pergamino que cuenta esto, está tan lleno de anacronismos que casi me pesa haberlo mentado. 

Bernardo Caportella (Çaportella), era abad en 1236.

Bernardo de Narbona. 1242. 

Juan Cerdán. 1243. 1280. 

En el episcopologio de Urgel dije ya el privilegio que logró este abad del Obispo Ponce de Vilamur, el cual le concedió la libre posesión de cuantos legados se hiciesen al monasterio, eximiéndole de pagar la cuarta parte a la mensa episcopal, etc., y como en cambio de esta gracia el monasterio admitió a su hermandad y sufragios al capítulo de Urgel. De todo esto se dijo allá, donde también fue la escritura original, que es curiosa. 

Pedro. 1282. 1301.

Berenguer 1316. murió 1320.

Gaillardo. 1320. 1347. 


Comendatarios. 


Fray Francisco Blanc. 1479.

Fray Mateo de Fita. 1519.

Guillermo Ramón de Vich, Cardenal. 1521.

Fray Cipriano Benet, dominico. 1522.

Fray Pedro Calvo. 1523. 

Melchor de San Juan. 1524.

Juan de Cardona. 1527.

Obispo después de Barcelona, murió hacia el año 1547. 

Tomas Campaner, último de los abades comendatarios. 1547.

Antonio Gesé, canónigo reglar, propietario, electo por San Pío V, murió en. 1581.

Y no paso adelante en este catálogo, que ya importa poco y me llaman la atención otras cosas más dignas. 

En este monasterio han florecido pocos años ha tres anticuarios conocidos como tales en toda Cataluña, y dignos de serlo en toda España, es a saber: los padres Caresmar, Pascual y Martí, de los cuales y de sus trabajos literarios quiero dar alguna noticia, ya que he debido al actual señor Abad la confianza de que me hospedase en el mismo depósito de sus manuscritos, etc.

El Reverendísimo Señor Don Jaime Caresmar era natural de la villa de Igualada: entró en este monasterio a 1.° de noviembre de 1742, siendo su Abad Don Pedro Juan Bover; y murió de edad de 75 años en Barcelona a 1.° de septiembre de 1791 (a: Salat, tom. 1.°; pág. 80), desde donde fue trasladado su cadáver a esta casa, en cuya iglesia se depositó en lugar distinguido con una inscripción en mármol. Dedicado enteramente a la ilustración de las antigüedades de su país, examinó con detención muchos de sus archivos, empleando doce años en solos los de la catedral de Barcelona y de la colegiata de Ager. En ambas partes he visto y disfrutado de su trabajo, el cual en la última de ellas está mejor conservado y más apreciado que en la primera. Hablando con el debido respeto, no puede perdonarse al capítulo de la catedral de Barcelona el poco aprecio que muestran hacer del trabajo de este literato, que es al mismo tiempo la clave de todo su archivo; y lo sería más completa, si uno de aquellos mandones que suele haber en todos los cuerpos, no le estorbara la conclusión de la obra, despidiendo de la iglesia a quien tanto había hecho en su servicio e ilustración. Y lo más singular es, que según me han informado, la causa de esta ojeriza personal fue la discordia de opinión sobre el número de los martirios que padeció Santa Eulalia, disputa que Caresmar sostuvo contra el padre M. Boria, dominico de aquella ciudad. Tres tomos son los que dejó Caresmar escritos, y contienen el extracto cronológico de casi todas las escrituras y otros documentos notables del archivo; pero extracto prolijo que puede pasar por copia de muchos de ellos, y los que son de mayor importancia los copió a la letra, haciendo oportunamente algunas advertencias históricas, geográficas, etc., que al paso que descubren sus vastos conocimientos, alivian el trabajo a los archiveros y a los anticuarios que los manejen. De mí sé decir, que me fue sumamente útil este trabajo. Pero decía yo que no se aprecia como debe, porque está todavía en el estado, y digamos borrador en que lo dejó su autor, el cual escribía pésimamente y con mezquindad, no dejando margen alguno en las planas. Yo le llamaría el Greco de los diplomáticos. Sobre esto, el primero de dichos tomos está sin cubierta, y habiéndose doblado el lomo forma todo él como un cilindro, costando mucho trabajo encontrar el principio. ¿Quién creyera que una iglesia como la de Barcelona no mandara sacar una copia magnífica de este trabajo, que sin este remedio va a quedar inútil antes de cincuenta años? ¿Será posible que lleguen a tal punto los resentimientos personales? Estas y otras investigaciones literarias le proporcionaron escribir muchas disertaciones particulares, con que satisfizo la curiosidad de sus amigos, y cuya publicación sería útil a la historia. Quedan aquí XVIII volúmenes en folio, que comprenden todos sus trabajos concluidos y comenzados.

Entre los primeros hallo las eruditas disertaciones: De la antigua población de Cataluña. = Del Primado de la iglesia de Tarragona. = Del imperio de los Árabes en Cataluña desde el año 712 hasta el de 806. = Sobre los Boiles: sepulcro antiguo de Santa Eulalia: algunos puntos de la historia de Manresa: códice de Concilios de Ripoll: hombres de Paraje. = De primitiva liturgia, seu missa hispano-gotica, ac primoeva gallicana. = Sobre el uso de los pectorales por los abades. = Sobre el origen del orden militar de San Jorge, y del patronato de este Santo en Cataluña. = Índice de los códices de la catedral de Barcelona. = Todos estos opúsculos envió el monasterio años pasados a Madrid para que se imprimiesen; pero recelando que el sujeto a quien lo encargó, cuyo nombre callo, trataba de apropiárselos, desistió de la empresa, que sólo sirvió para que el encargado negociase su colocación por este medio, que es el de la corneja de la fábula.

Además de esto hay los siguientes trabajos: Historia de este monasterio hasta el año 1330. = Monasteriologio general de Cataluña: Episcopologio idem; ambas obras comenzadas con muchas notas, etc. = Biblioteca Premonstratense. = Id. Catalana. = Anales de Cataluña al modo de los de Zurita. = Finalmente, varias colecciones de documentos, extractos, etc.

En todo cuanto escribió este literato, además de la erudición que poseía, resplandece la crítica y juicio exacto de las cosas, y la gravedad con que procedía aun en los puntos oscuros sin abandonarse a la golosina de conjeturar: tentación terrible para los anticuarios.

El señor Don Jaime Pascual era natural de Esparraguera, y doctor en leyes cuando entró en este monasterio en 1759, siendo su abad Don Francisco Amell. Murió aquí a 28 de septiembre de 1804, y fue enterrado en el plano de las capillas de los Santos Reyes y de la Concepción, donde he visto descubrir su cadáver para trasladarle delante de la puerta principal de la iglesia; cosa que se ha verificado día 28 del enero actual (1808). Púsose allí una magnífica losa que han costeado sus dos grandes amigos, y míos también, Don Josef de Vega y Sentmanat y Don Francisco Papiol, siendo del primero la inscripción (a: Salat, tom. 1.° pról. pág. XV.). 

Este literato (que trabajó hasta su muerte en el ministerio sacerdotal, como si fuese su única ocupación) se entregó con tal ardor a las investigaciones históricas y diplomáticas, que vino a dar en el extremo tan perjudicial a la literatura, que es la universalidad. El afán desmedido de adquirir, sin fijarse en uno o dos objetos que sean como el centro de todo el estudio, y a cuya ilustración sirvan todas las vigilias, viene al fin a parar en que el literato muere rodeado de colecciones, de notas y de preciosidades sin digerir, y que no pueden ser útiles al mundo, si otro no emprende de nuevo la misma carrera, y no concibe y pare el fruto que más fácilmente hubiera dado el primero. Este es el carácter del señor Pascual: grande hacinador de documentos de toda especie, efecto de la sed que le devoraba en este ramo, y que no le permitía fijarse en un punto solo de literatura. Con lo cual dejó poquísimas cosas concluidas, y los XIII tomos que quedan de sus trabajos, no son más que colecciones, misceláneas de escrituras, notas, extractos, combinaciones, etc., etc., sobre muchos puntos de la historia y geografía antigua de Cataluña, incluyendo en este número algunas obrillas ajenas.

De lo que dejó concluido queda la disertación sobre el priorato de Meyá, y la explicación de una inscripción romana hallada en el priorato de Bonrepós, propio de esta casa, cuya copia va adjunta (a: Ap. núm. XXIV.). Esta última la escribió en diálogo y en el idioma catalán, del cual estaba tan extremadamente enamorado, que según cuentan los que le trataron, cuando algún Catalán le escribía en castellano, no le contestaba. (N. E. bravo por el imbécil catalanista, como tantos)

También concluyó e imprimió una larga Disertación sobre la Sede episcopal antigua de Pallás. Obra que era de desear no hubiese impreso, porque en ella descubre una propensión irresistible a la parte conjetural, que le hizo incurrir en las equivocaciones que manifestaré en mi viaje a la iglesia de Roda.

Nada de lo dicho rebaja en mi concepto el mérito del señor Pascual, que consiste en haber recogido muchas preciosidades, que acaso de otro modo perecerían, o no serían tan conocidas; y no sólo las sobredichas, sino otras de varios géneros, de que quiero dar razón. Todas se hallan hoy día recogidas en lo que fue aposento de este señor, cuya pieza principal se ha convertido en biblioteca, como ya dije. En el cuarto lateral de la derecha, que es donde murió este padre, y donde yo estoy hospedado y escribiendo esto, además de las obras de este triunvirato de que voy escribiendo, hay una porción de códices, comprados o recogidos por otros medios de algunas colegiatas y parroquiales, y son los siguientes:

Un leccionario fol. ms. saec. XIII, falto en muchas partes; pero por fortuna conserva el sermón de San Vicente mártir predicado por San Justo, Obispo de Urgel, con el epígrafe entero. Este códice, que fue de la parroquia de Forés, diócesi de Tarragona, es ya el tercero en que he hallado esta obrita inédita, de que hablé en los correos anteriores.

Otro leccionario del siglo XIV, notable por contener solamente las actas de los mártires.

Dos breviarios de fines del siglo XII o principios del siguiente. Uno de ellos era propio de la parroquia de San Miguel de Cardona, que al principio del oficio de Tempore, tiene escrito: Incipit breviarum secundum ordinem beati Ruphi compilatum, que quiere decir que servía a algún monasterio de nuestros canónigos agustinianos que se intitulaban de San Rufo, o porque estaban sujetos a la famosa casa de aquel título en Aviñón, o porque adoptaron sus costumbres, como fue moda un tiempo. Y este yo juzgo que sirvió para la canónica de San Vicente de Cardona, ya porque entre las conmemoraciones de los Santos pone las de San Odón y San Ermengol, ya porque en el oficio de San Vicente está el citado sermón de San Justo. 

Liber Dialogorum beati Gregorii Romensis Episcopi. Ms. Saec. XIII.

Un Cod. en 4.° ms. del siglo XIII: contiene la Regla de San Benito y luego un pequeño necrologio, en el cual hay varias enunciativas de haber sido propio del monasterio de San Policarpo en la Galia Narbonense; v. g. cuando dice: VI. Kal. Febr.: Nos B. divina permissione Abba S. Policarpi, de consilio fratrum nostrorum, recipimus vos Fr. R. Barravi ordinis Predicat. in fratrem nostrum. Hay varios óbitos de monjes S. Policarpi, de abades electenses, de Obispos de Carcasona, y de Vizcondes (procónsules) de Beziers; y casi todos son desde 1240 a 1290. Este códice vino a parar al monasterio de religiosas Cistercienses de Vallbona, las cuales agradecidas al trabajo que empleó el Sr. Pascual en el arreglo de su archivo, se lo regalaron en 1780, junto con algunos otros libros.

Otro códice en 4.° ms. en papel con este título: “Aquí comiença este libro, el cual es intitulado, el regimiento del hombre; esto es, en cual manera se deve hombre regir, ni de que se deve hombre guardar en toda la vida del hombre. E ordena el presente libro en Premoles, ciudadano de la ciudad de Valencia.” En el prólogo dice: "É por tal mucho reverent senyor Nuch de Lupia, por la gracia divinal Obispo de Valencia: como entre los corales amadores de virtudes é perfection vos resplandescaies por vuestra grant dignidat... Yo Premola ofrezco a vos Senyor... la presente obra...” 

El Obispo D. Hugo de Lupia y Bages lo fue desde 1398 a 1427, en que murió; y esta es la época de ese escritor Valenciano Premoles, o Premola, o Pere Mola, no conocido hasta ahora, si no es un Mola que mencionó Bayer (Bibl. vet. de Nic. Ant.) Como sea, él escribió su obra en lemosín, de cuyo idioma se trasladó al castellano, como se lee en el epígrafe final del libro en esta manera: "Este tractado fue romançado de lengua cathalana en esta navarra (castellana) por el honrado Bartholome de Arguinariz en Barçalona en casa de maestre Anthoni illuminador. É fue acabado XVI°. dia de Jullio anyo mil CCCC.LXXVI. (1476) - Deo gratias. 

- Qui scripsit, scribat, semper cum Dno. vivat. Amen. - Nicholaus Siscar vocatur, à Christo benedicatur. - Este libro fue acabado de scrivir a XII de junio del anyo mil CCCC.LXXVII.”

Otro códice ms. en papel con este título: La gramática de Erasme en romanç al exemples de Ciceró, dictad per lo molt Docte mestre y doctor Onofre Pou any M.D.LXXXII. El doctor sé que es conocido, mas la obra no lo puedo saber por ahora. 

Otro intitulado: Expositio praeclarissima disciplinae, necnon sat illustrissima ad suavissimum Lirae sonum percipiendum: in qua ea quae à Jacobo Puitg, necñ. Baylari peritissimo omnium exponitur imitando saepe saepius methodum... et nunc ob ejus memoriam et reverentiam ipsius agilitatis in hanc formam reduxi ego Felix Pala suus ex corde discipulus. Son consonancias mss. 

Constituciones sinodales y ritual de la iglesia colegiata de Ager (nullius.) Es ms. del siglo XV. 

Otras constituciones de la cofradía de San Cosme y Damián, erigida en la iglesia de dichos Santos en la Val del término de Fabana, año 1396, hechas por los buenos hombres de la ciudad de Huesca.

El Valerio Máximo, traducido al lemosín por el Dominicano Fray Antonio Canals, y dedicado a Don Jaime, Cardenal y Obispo de Valencia.

Otros varios mss. de historias particulares de iglesias, Condes, etc. Entre ellos la genealogía de los Condes de Empurias y Perelada: y otro vol. de antigüedades civiles y eclesiásticas de Lérida.

Además se guardan algunos impresos raros o tenidos por tales. Yo no sé si es conocida la versión al idioma valenciano de los sinónimos del italiano Esteban Flisco, hecha por Gerónimo Amiguet, natural de Tortosa, dedicada a Gerónimo Dasi, Rector y administrador de la Universidad de Valencia, e impresa allí por Cristóbal Roffman en 1502. Item está la versión anónima lemosina del Sacramental de Clemente Sánchez de Verceal, impresa en Lérida por Enrique Botell, año 1495. 

Finalmente la Biblia, impresa Venetiis opera atque impensa Nicolai Jenson, Gallici. M.CCCC.LXXVI. Es un vol. fol. A 2 col., y le falta todo el Génesis y parte del Éxodo.

En el otro cuartito colateral a este de los cód. mss. están guardadas con grande esmero otras preciosidades que recogió con el mismo afán el señor Pascual. Tres monetarios vi allí, en dos de los cuales hay una copiosa colección de monedas de toda especie de gran mérito y estimación para los anticuarios; pero lo debe ser más sin comparación uno pequeñito de concha, donde están las medallas más raras e inéditas, y algunas tal vez singulares. Hay asimismo una buena colección de historia natural, porción de camafeos y otras antiguallas de toda especie. La descripción circunstanciada de todo esto, y aun sólo de los objetos más raros, alargaría mi trabajo hasta un punto insufrible. Y así resolví contentarme con los apuntes que tomé para mi uso.

Lo que no omitiré es la copia de dos piedras romanas que hay allí mismo recogidas igualmente por este literato, insaciable en este particular; y dejo varios fragmentos y otras inscripciones del tiempo medio, que hasta esto se extendía su sed. Pues las dos que digo son: 1.a Un jaspe de menos de palmo en cuadro que no sé de donde se trajo, en que se lee:

CORNELIO 

VITELIO. PV. 

BLIVS. Q. F. H. 

I. S. D. IX. A. C. 

La 2.a es un mármol de un palmo de largo y medio de alto, que fue hallada en Empurias, dice así: 

L. AEMILIO 

MONTANO 

BACASITANO 

LACERICIS (no se ve si esta segunda C es L). F 

H. S. E. 

Dos años después del señor Pascual, es a saber, a 2 de agosto de 1806 murió en esta casa otro individuo suyo de mucho aprecio llamado Don José Martí, natural de Barcelona, a los cincuenta y un años de profesión canonical, y después de haber sido abad, como también lo fueron los otros dos. Este sujeto, que sin dejar su retiro examinó algunos archivos que le traían a su cuarto, sacó de ellos un fruto que será muy útil a la historia, siempre que el monasterio pueda publicar sus trabajos. Y en el del monasterio antiguo de Mur, que arregló entre otros del modo sobredicho, se conoce el aprecio que hacía de estos monumentos de la antigüedad, y la limpieza y atildadura con que manejaba cuanto le incumbía por obligación o por afición. Fijó su atención en un solo punto de historia que es de la Canónica catalana antigua, mas este puede decirse que lo agotó. De ello dejó escrito un tomo con otro de pruebas; pero todo bien examinado y calificado sin superfluidades ni conjeturas. He tenido gran placer en leer aunque por encima esta obra, porque en ella he hallado manifestado con más extensión lo mismo que ya te he dicho en todos mis viajes: que las catedrales, y aun otras muchas iglesias no profesaron más canónica que la Aquisgranense hasta el remate del siglo XI; que aun entonces continuaron y se arreglaron otras sin adoptar la agustiniana, que se introdujo en otras. Sobre este punto había yo tenido el gusto de oír su dictamen cuando me hallaba en Barcelona en 1805 proponiendo algunas dudas por medio de nuestro común amigo el señor Don José de Vega. También dejó escrita la historia de la iglesia de Santa Ana, orden del Santo Sepulcro, cuyo archivo examinó, y creo que arregló también. Item, tenía comenzado un Diccionario Catalán documentado

En resolución el señor Martí tenía la buena crítica del señor Caresmar, y carecía de la universalidad a que parecía aspirar el señor Pascual. Este es el juicio que he formado de este triunvirato literario que honra tanto a esta casa, donde en tan corto período de tiempo se ha visto reunida tan grande ilustración, que aun sin ser protegida, debe naturalmente ser una fecunda semilla de anticuarios. A Dios, etc. 

Carta XCI. Riqueza y buen orden del archivo de la Catedral.

CARTA XCI. 

Riqueza y buen orden del archivo de la Catedral: noticias del principio de su biblioteca, y de los códices más preciosos de ella: archivos del señor Obispo: episcopologios de esta iglesia: libro del canónigo Dorca sobre los mártires de Gerona. 

Mi querido hermano: A más de lo que dije en el correo anterior, hay todavía en esta Catedral otro archivo, que es el que merece este nombre, donde están depositadas las escrituras originales, a las cuales ha perdonado el furor de las guerras, merced a la solicitud del capítulo en transportarlas con oportunidad a lugares seguros. Aun considerado el trastorno y precipitación que suele acompañar a semejantes acontecimientos, es maravilla que se haya conservado lo que hay, y que todo ello tenga un orden regular y suficiente para el gobierno de los negocios. Los que deshonran nuestros archivos por su pobreza y descuido, siendo ellos personas particulares y de corto ajuar, perderían en semejante fatalidad gran parte de sus muebles, con ser tan activo el interés personal en conservarlos. La perturbación de los ánimos con la vecindad de un enemigo cruel, la escasez de caballerías y carruajes para el transporte, la necesidad de valerse de algún ignorante, que malbarata lo que los inteligentes ordenaron, me parece que son motivos que excusan a los cuerpos que viven en país limítrofe de una potencia guerrera. Apenas ha pasado siglo en que Gerona no haya tenido que esconder o transportar sus archivos, bibliotecas, alhajas, etc. Aun con todo eso, el archivo de esta catedral es copioso, limpio, y bien clasificado. No alcanza la antigüedad de sus diplomas a la que tiene los de la Catedral de la Seo de Urgel, que es sin disputa el más apreciable de los de esta provincia. Mas no falta acá una porción de pergaminos del siglo X, y muy crecida en los siglos XI y XII, supliendo las faltas los buenos Cartorales de la iglesia y curia episcopal. En esta misma pieza de archivo se halla la biblioteca con más de cien códices mss. de vario mérito. Antiguamente todos los códices literarios estaban en el coro, de donde los extraerían para el estudio. También se depositaban y aseguraban con cadenas in cerca, como se verá en el testamento del Obispo Bernardo Vilamari (Vilamarí) en 1310. La primera memoria de pieza destinada para la biblioteca es del día 18 de marzo de 1395, en que, habiendo el capítulo comisionado a algunos para ello, respondieron: Quod ipsi attendentes quod in dicta Ecclesia unquam fuit nec est etiam de presenti aliqua libraria, vel locus deputatus vel designatus ad ponendum libros ipsius ecclesiae, nisi tantum in choro; et quod est multum utile et necessarium, quod aliquis locus sit certus et deputatus intra dictam ecclesiam, ubi libri ejusdem reponantur ad custodiendum et studendum volentibus proficere in scientia, cum ita sit quasi in aliis ecclesiis cathedralibus. Idcirco... dixerunt, quod secundum eorum bonam conscientiam, non est pro nunc alius melius et utilius locus pro dicta libraria facienda, nisi supra claustrum versus occidentem, videlicet ubi scholae sunt, recipiendo partem domus ipsarum scholarum versus latrinas. (Act. capitul. eo anno fol. XI. ) Que es con poca diferencia donde está ahora. Consérvanse en ella más de cien códices mss., de algunos de los cuales daré noticia como me vinieren a mano.

1.° Los Morales de San Gregorio Magno. Cod. fol. max. ms. saec. XIII. incompleto, que sólo llega hasta el libro XVIII inclusive.

Del mismo Santo los diálogos. Son dos códices o dos ejemplares mss., uno del siglo XII y otro de fines del anterior: ambos constan de cuatro libros. 

Del V. Beda hay las homilías al Evangelio de San Mateo. Cód. del sig. XI.

Anterior es el comentario del Apocalipsi, compuesto por S. Beato, presbítero de Asturias, a fines del siglo VIII. El códice es tan apreciable, cuando menos, como el que vi en la Seo de Urgel escrito con lujo, a dos coll. en fol. max., de carácter cursivo gótico, y con mayor número de dibujos para explicación de las visiones del texto. Precede al libro el breve comentario de Victorino con la prefacion de San 

Gerónimo. Es graciosa la idea de pintar en la primera plana del códice la A (alpha), y en la última la Ω (omega). Al fin de la última columna se lee con letras mayúsculas: Senior presbiter scripsit. 

(En el pdf va inserta la página 119 con dibujos de los caracteres. En el blog se insertará una imagen)

Dominicus Abba liber fieri precepit.

Sobre la Ω hay una linea de mayúsculas que dice: Dominicus Abba liber fieri precepit. Y en otra debajo dicha letra se lee: Ende pintrix et Dei aiutrix frater Emeterius et presbiter. = Inveni portum volumine VI. feria, II. nonas julias. In is diebus erat Fredenando Flagini et Avillas Toleta civitas ad devellando Mauritanie era millesima XIII. El dibujo adjunto hará ver lo que la cosa es y el carácter de este ms. (a), que por de contado pertenece al año de Cristo 975; y así por la fecha sobredicha como por el carácter gótico que acá no se usaba en ese tiempo, creo que el códice se escribió en lo interior de España.

Palladii Rutili Tauri Emiliani, viri illustris opus agriculturae, dividido en los doce meses del año. Cod. 4°. ms. saec. XIII, muchas veces impreso.

Tractatus sacrae Conceptionis Virginis Mariae, editus à Fr. Johanne Nabot de ordine fratrum Minorum sacrae Theol. magister, qui hujus almae Sedis fuit lector. Hay al fin una curiosa prosa en honor de la Concepción, que he copiado.

(a) En el pról. del tom. 43 de la España Sagrada se da una idea equivocada de este códice y de sus inscripciones, atribuyendo todo el volumen a Victorino, cuyo comentario es muy breve, sin hacer mención de la obra de Beato, que es lo principal del códice. 

El tratado de Gerónimo de Santa Fé, o sean sus disputas contra los Judíos en Tortosa en 1413, obra latina y ya publicada algunas veces.

Colección de papeles sobre el gran cisma de Occidente desde la muerte de Gregorio XI. Donde acaso alguno más ocioso que yo hallará algo no publicado. Hay entre otras una correspondencia latina sobre aquellos negocios entre Luis Carbonell, notario del Obispo de Gerona, y Pedro de Ponte, notario del Rey de Aragón.

Burgundii Leuli, civis Pisani, judicis Dni. Pape Eugenii III, interpretatio homiliarum S. Jo. Crisost. in Evang. Mathei. Obra ya conocida en Fabricio, mas no su apellido Leuli. Del mismo epígrafe se infiere que floreció a mitad del siglo XII. Vol. fol. scriptum manu propia Nicolai Masterii (o Mascerii) presbiteri, villae Castilionis Impuriarium (Castelló de Empuries y variantes) beneficiati in Eccla. Gerundensi sub annis Dni. M.CCCC.XXVI. Así se lee en la nota final, a la cual sigue de la misma mano: Fac mecum signum in bonum, ut videant qui me oderunt et confundantur quoniam tu Dne., etc. Iste versus valet ad impetrandum gratiam à principe tangendo vestimenta ejus, et faciendo tibi prius signum crucis. Deinde dicas praedictum versum; postea securus accedas ad principem vel Dominum et obtinebis.

Manipulus curatorum. Obra de Guidon de Monte Rotxerii, dedicada a Raymundo (Gastón) Obispo de Valencia, con fecha de Teruel año M.CCC.XXX. Está ya impresa muchas veces, y yo he dado razón de otros códices que he hallado por acá de la misma obra. Circunstancia que junto con la fecha de Teruel hace creer que no era Francés el autor. (N. E. igual era de Monroyo, Matarraña, Teruel)

Colección de los fueros de Aragón, comenzando por los antiguos de Sobrarve (Sobrarbe), de los cuales sólo hay un fragmento. Es ms. en el siglo XV.

Códice de los usajes de Cataluña, ms. del siglo XII. Hay en las cubiertas copias de algunos decretos raros del siglo XIII, de que me he servido a falta de los originales.

En lemosín se halla: Tractat de Beatitut ab moltes materies dependens de aquella, fet é ordenat per mestre Johan Pascall, del orde dels frares menors de la provincie de Aragó. En el prólogo se llama a sí mismo frare menor de Castello Dempuries del Regne Daragó.

Otro volumen contiene dos obritas: 1.a Libre de bon regiment dels officiis, que entiendo sea la del célebre Eximeniz. 2.a La famosa intitulada del ioch (joch, joc) dels Scachs, del juego del ajedrez (pone aljedrez). El autor de esta última sé que es el dominicano fray Jaime de Cesulis, Francés, de quien se tradujo al lemosín; aunque no es el único que trató de este juego sacando de él varias moralidades para la corrección de costumbres. Y así en el prólogo dice: 

"Aquest libre vuy que sia son titol ay tal:” Libre de bones costumes dels homens, é dels oficis dels nobles. (Quiero que esta obra se intitule: Libro de las buenas costumbres de los hombres y de las obligaciones de los nobles). (oficis : obligaciones) 

De los juegos o tableros de escaques que he hallado en mis viajes, se dirá en sus respectivos lugares. Aquí he visto la nota de uno muy rico que se depositó en la tesorería de esta catedral en el año 1309 por deudas de Ponce Hugo, Conde de Empurias. Era una tabula argenti quae est desuper de iaspi et cristallo ineielata, et cum perlis parvis ibi incastatis, et cum quatuor leonibus argenti in ea fixis, et cum quatuor pedibus de argento et uno ludo tabularum et altero ludo scacorum de iaspi et cristallo, et cum duobus marsupiis fili aurei in quibus dicti ludi tabularum et scacorum reservantur: et cum quadam caxia picta de colore viridi et cum signis regalibus et aquilae, in qua dicta tabula cum suis aparatibus reservatur. 

Un vol. fol., pap. ms. saec. XV. con este título: “Este libro ha nombre el libro del thesoro que Maestre Brunet latin de Florença traslató de latin en romanç el qual faula (fabla, habla) del naximento de todas cosas.” 

Cód. de los Evangelios que se leen en las principales fiestas y en las dominicas y ferias de todo el año. Es un vol. 4.° may. cubierto con tapas de madera, adornadas con relieves antiguos. El carácter de la letra es del siglo XI cuando menos; y con todo eso el cód. es romano, como lo demuestra el índice que hay al principio, donde están notadas las estaciones de las iglesias de Roma. Sirviendo pues como servía para los oficios divinos, sospecho que pudiera inferirse respecto de esta catedral lo mismo que dije de la de Vique, en orden a la introducción del rito romano, anterior a la época comúnmente creída hacia el 1068.

En el mismo archivo (cax. núm. 59) se guarda un vol. fol. que contiene el martirologio de Adón completo, escrito a dos columnas hacia la mitad del siglo X, como lo demuestran su carácter y los óbitos que se añaden, de los cuales los que son ciertamente de ese tiempo son del mismo género de escritura aunque algo menor: identidad que se hace más notoria con la diferencia de golpes de pluma, tinta, etc., con que están escritos los óbitos algo posteriores. Es de advertir que no los hay más modernos que del siglo XII sino sólo dos, salvo error. Lo cual prueba que sólo hasta fines de ese siglo se sirvió esta iglesia de dicho códice para el uso diario de la lectura del martirologio en el capítulo, donde juntamente se hacía conmemoración de los prelados, canónigos y bienhechores difuntos. Al fin del martirologio y antes de las epístolas de San Jaime, San Pedro y San Juan, que están copiadas allí, se lee entre mil roturas y desmedros de letra lo siguiente... RIVS. Pbr. Ac si indignus ob... qui istum libellum scripssi in honorem Dei et S... Sedis Gerunda. Aumenta la dificultad de esta lectura la caprichosa invención con que el escritor varió el alfabeto, usando de la K en lugar de la I, y de X en vez de V, y así otras. Basta sin embargo lo dicho para ver que este cód. se escribió de propósito para uso de esta iglesia. De él se aprovechó a maravilla un sabio, de quien hablaré luego, en un escrito sobre los mártires antiguos de esta ciudad, en lo cual me ha ahorrado todo el trabajo. Pero va adjunto un extracto de lo más interesante del necrologio (a: Ap. n. XXVII bis. - En la España Sagrada t. 43, se copian de este precioso documento no más que trece artículos, y aun esos con algunas equivocaciones.), con otro sacado de otro más moderno que está en el mismo, cax. 59. Excusado es decir la importancia de estos trabajos para la historia, notándose por lo regular en estos códices la muerte de los personajes ilustres al mismo tiempo que acaecía. Y aunque sólo sea el día del mes, como sucede en la mayor parte de sus artículos, es de grande auxilio a los historiadores. Vense también los oficios y grados que había en las iglesias.

No me ha sido menos útil para examinar la constitución interior de esta un vol. 4.° (caj. núm. 18) que contiene en pocas hojas todo el proceso formado en los años 1239 y 1240, sobre el pleito que traían los llamados ahora canónigos presbiterales, y entonces presbyteri de capitulo y statores con los antiguos y verdaderos canónigos, que eran sólo los diaconiles. Porque con esta ocasión alegaron las partes muchas noticias tocantes a elecciones de Obispos, asiento de coro, oficios, etc., que ahora sirven muy bien como verás en las cartas siguientes. Entretanto quede dicho aquí que este pleito se terminó por la sentencia arbitral que a 29 de octubre de 1240 dieron Guillermo de Cabanellas, Obispo de esta iglesia, Guillermo de Mongri, sacrista de la misma (a donde volvió después de haber renunciado el arzobispado de Tarragona) y Raimundo de Monroig, arcediano mayor (o como decían de rogationibus). Ten advertido que cuando se me ofrezca citar este libro, le llamaré Proceso de 1239. 

Con igual generosidad me ha franqueado el Ilmo. Sr. Obispo actual todos sus archivos y curias, donde he disfrutado el famoso Cartoral llamado de Carlo Magno, que comprende los instrumentos más antiguos de esta iglesia, y otro más moderno, intitulado De rúbricas coloradas: una gran porción de libros de registros episcopales de todas clases: un códice de constituciones Tarraconenses y Gerundenses, y finalmente una colección considerable de escrituras antiguas que comienzan del siglo XI. Parece increíble que queden tantos libros y papeles anteriores al siglo XV, constando por las notas que envié de Don Andrés Alfonzelo, que la curia del oficialato se quemó entera el año 1469, viernes a 22 de diciembre por la noche. 

No fue este suceso casual, sino efecto de la perversidad de los que llamaban rústicos de remença (pagesos; cuando Juan II dieron mucho que hablar, y que escribir, según algunos tomos de la colección de los Bofarull), que quisieron destruir los títulos de los señoríos que les eran tan odiosos. Conservábanse en esta curia, como dice el anotador, los procesos y títulos de pertenencia de más de mil años, de modo que se hacía comparable con las curias papales e imperiales. De todo lo cual dice que no quedó libro, ni proceso ni papel que no consumiese la voracidad del fuego. Efectivamente se echa de ver la falta de papeles de la antigüedad que dice. Y respecto a los que quedan anteriores a tal desgracia, es verosímil que se salvaron en otras piezas y oficinas, a las cuales no llegó el incendio. Que no porque se diga, un archivo se quemó tal año, se ha de inferir que nada hay en él anterior a ese tiempo. Estos son así en globo los auxilios que he tenido en mi trabajo. De libros impresos he visto y tenido presente el catálogo de Obispos que formó el maestro fray Francisco Diago, de mi orden, y se publicó al principio de las Sinodales del Obispo Don Francisco Arévalo y Zuazo en 1606. Catálogo, que a pesar de algunas nulidades de consideración, es el más exacto de todos, y el más limpio de los Obispos y noticias que nos regalaron los falsos cronicones. Tras él publicó el suyo el padre fray Juan Gaspar Roig y Jalpi en el Resumen historial de las grandezas, etc., de Gerona, que se imprimió en Barcelona, folio, 1678. En él están recopilados todos los artículos históricos de esta ciudad; pero muchos de ellos faltos de crítica y de examen más prolijo. Yo he disfrutado un ejemplar que compré de la biblioteca del difunto canónigo D. Francisco Dorca, anotado y corregido por él mismo; el cual he regalado al ilustre cabildo, así para muestra, aunque tan pequeña de mi gratitud, como porque las notas marginales son tan útiles a esta iglesia, como inútiles a quien no vive en ella.

Otros episcopologios se han publicado, entre los cuales uno que se supone ordenado por el sabio jurista Francisco Romaguera en 1691, y no es obra sino de un notario de aquel tiempo llamado Francisco Moreto. Esta obra comprende todos los defectos de las anteriores, y además cuanto ofrecían los liberalísimos cronicones de Liberato, Dextro, etc.

De San Narciso, Obispo y Mártir, trató particularmente el padre Onofre Relles, Jesuita, en un tomo 4.°, que imprimió en Barcelona en 1679, contradiciendo en varios puntos a lo que antes escribió el padre Roig. Este publicó luego en su defensa la Verdad triunfante. Mas en la historia de este Santo y la de San Félix y demás mártires gerundenses no te canses en buscar y saber más de lo que acaba de imprimirse este año 1807 en la Colección de noticias y memorias para la historia 

de los mártires de Gerona, obra póstuma del citado Don Francisco Dorca, canónigo de esta iglesia. En ella, después de un plan exacto de la persecución de Diocleciano y Maximiano, se hace un escrupuloso análisis de las actas publicadas e inéditas de todos estos Mártires. Trátase por incidencia de la venida de Carlo Magno a esta ciudad, de la catedralidad primitiva, de algunos Obispos del siglo VIII y IX, y de la necesidad de reformar el episcopologio. Debo confesar que sin la lectura de este libro que vi en borrador antes de publicarse, hubiera sido muy largo y penoso mi trabajo en esta iglesia. Mas allanado el camino en lo más recóndito de su antigüedad, he logrado no perder tiempo en el examen de las escrituras y otros monumentos de su historia. El autor murió a 31 de marzo del año pasado 1806 poco antes de comenzar la impresión de su libro, de la cual ha cuidado su grande amigo y mío Don Josef de Vega y Senmenat. Está enterrado en esta catedral delante de la capilla de Corpus Christi.

Sólo quiero dejar aquí notado porque no se olvide, si lo guardo para otro día, un pequeño lunar que hay en ese libro, porque en alguna manera lo es también de la conducta de esta iglesia. Hablando de San Félix, diácono de San Narciso, dice que no es laudable la omisión con que esta iglesia ha dejado de hacer memoria de este diácono junto con la de San Narciso en los breviarios y misales modernos, como ciertamente la hicieron los antiguos y consta en los códices manuscritos (a). Y no es así la verdad, porque la iglesia de Gerona hasta que se vio precisada a admitir el breviario Romano hacia el 1572, continuó esa misma memoria del diácono Félix en la oración de la fiesta de San Narciso. Consta esto del misal propio, impreso en Venecia por los herederos de Cornelio de Septemgranoiis (N. E. en algún lugar anterior leí Septemgrangiis) en 1557, del cual posee un ejemplar mi docto amigo el Señor Marqués de Capmany. En él se halla la misa de San Narciso al día 29 de octubre, con estas tres oraciones: "Deus qui beatorum martyrum tuorum Narcissi Pontificis et ejusdem levitae Felicis hodiernum diem perornas meritis et exemplis, eorum quoque nos, quaesumus, adjunge consortiis. Per.”

(a) En esta misma equivocación ha incurrido el autor del tomo 43 de la España Sagrada, pág. 306. 

Secreta. "Martyrum tuorum Narcissi confesoris et ejusdem ministri Felicis sit, obsecramus, oblatio haec adjuta praesidiis, quam pro Ecclesiae tuae indigni offerimus culpis, etc." 

Postcom. "Divini, omnipotens Deus, muneris pasti alimoniis beatissimi Narcisi confesoris tui et martyris ope, ejusdemque idonei ministri Felicis, semper esse mereamur tibi subjecti. Per." Al fin añade: "In Ecclesia Sancti Felicis Gerundensis fiunt octavae solemnes. 

Nada más por hoy. A Dios.