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jueves, 25 de agosto de 2022

Carta LXXXI. Continúa el episcopologio Urgelense, desde fines del siglo VIII hasta fines del IX.

CARTA LXXXI. 

Continúa el episcopologio Urgelense, desde fines del siglo VIII hasta fines del IX. 

Mi querido hermano: Salimos ya de aquellos tiempos obscuros, que no nos han dejado otros documentos de los obispos de Urgel, más que la noticia de haberse hallado en los concilios. Vamos a entrar ya en la época diplomática, quiero decir, en que tenemos escrituras que citar y analizar; aunque eso mismo que es de grande ayuda para la historia, es de mayor trabajo para el historiador. Y si bien esta iglesia de Urgel tiene la gloria de aventajarse a todas las de España en la antigüedad de las escrituras que conserva; también le comprende la suerte común a las de Cataluña de seguirse en esos documentos el calendario por los años de los reyes de Francia: cosa que confunde, y tal vez es causa de equivocaciones lastimosas. En fin, yo iré diciendo lo que he hallado, corrigiendo de paso el catálogo de obispos impreso en las Sinodales, y añadiendo algunos prelados que allí no se mencionan. El primero de los omitidos, después del célebre Félix, es 

RAUDULFO 

(dudoso) 

existente en el año 792 o 796.

Y no digo yo que sea indubitable la existencia de este obispo Urgelense en dichos 

años; pero sí digo que sobran los motivos para creerlo, aunque no faltan dudas en contrario. Veámoslo. Raimundo, conde y marqués de Tolosa, Anao, Pallás y Ribagorza, hizo al monasterio de Gerri una amplísima donación, concediéndole entre otras cosas el monasterio de S. Ginés de Bellera. Dice que esto lo hizo cum consilio et assensu Raudulfi episcopi Urgellensis ecclesiae; el cual confirma al fin la donación del conde, poniendo al abad de Gerri la obligación de asistir al sínodo, y concediéndole en esta ocasión el honor de que se siente al lado izquierdo del obispo, y de que se hospede en su palacio con toda su comitiva. Firma así: Raudulfus hac si indignus praesul supranominatae sedis hanc cartam &c. La fecha dice: Facta haec carta donacionis Indicione XV, anno XXVI. imperante Karolo imperatore et augusto. Si esta escritura se conservase original, la vista sola de su letra nos aseguraría de la existencia del obispo en el año que dije. Mas como lo que yo hallé en aquel monasterio fue una copia hecha en el siglo XII, de la cual es la adjunta (a: Apend. n. III), queda abierto el campo para varias dudas, las cuales propondré con imparcialidad para que se vea si debió hacerse aquí mención de este prelado. Y primero diré las pruebas que parecen serlo de la legitimidad de este documento. 

1.a Su fecha es: Indicione XV. Anno XXVI. imperante Karolo imperatore et augusto. Estos dictados sólo son propios de Carlo Magno, y la indicción XV cuadra bien con el año XXVI de su reinado; lo cual no se verifica en el de Carlos el Calvo, que es el otro Carlos con quien pudiera equivocarse, y mucho menos con Carlos el Simple, a quien de ningún modo conviene lo de emperador y de augusto. Por esto la he reducido al año 792 de Cristo, que es el XXVI de Carlo Magno, contando su reinado desde la muerte de su padre Pipino: o si por los inconvenientes que luego se dirán no pudiese seguirse esta cuenta, podrá tomarse la que en algunos diplomas se usó desde que en 771 murió su hermano Carlomann (Carlomán; Karlmann), y quedó él hecho rey de toda la Francia. En cuyo caso la escritura será del 796, aunque no le cuadre la indicción XV, cosa que no es nueva ver equivocada aun en escrituras originales. 

2.a Los señoríos cuyos títulos se da a sí mismo el conde Raimundo, sólo estuvieron reunidos en una persona a fines de ese siglo VIII, y lo más hasta la mitad del siguiente. Entonces progresando la conquista contra los moros, y teniendo los reyes de Francia necesidad de subdividir los gobiernos particulares, separaron el condado de Tolosa (Toulouse) de los de nuestros Pirineos, aunque el de Pallás y Ribagorza continuaron por algún tiempo más todavía reunidos. Y pues aquí se intitula Raimundo conde de Tolosa, cierto parece que vivía en esa época, y por consiguiente nuestro obispo. 

3.a Hállase en la escritura después de la suscripción del obispo Raudulfo, que 

dio su permiso y aprobó aquella donación, otra de esta manera: Raudulfus episcopus me subscribo. Esta breve firma inmediata a la otra que decía extendida más a la larga, prueba la verdad de que en esta sede hubo dos obispos de este nombre; y el uno de ellos sabemos cierto que lo fue desde el 914 hasta 940: el cual es evidente que confirmó la donación de su antecesor, como la confirmó también Wisadus Urgellensis episcopus. Y es de notar que hubo dos Wisados, uno de los cuales es de mitad del siglo IX: y si este es el confirmante, queda mucho más demostrada la época anterior de nuestro Raudulfo. 

4.a No desdicen de esta época, antes saben mucho al goticismo y antigüedad de ella, los nombres de la mayor parte de los testigos que aquí suenan: Mauricius, Vadegarus, Sanila, Igila, Tedeulfus, Mauricellus. (En siglos muy posteriores todavía hay nombres godos para aburrir en Cataluña, y los sigue habiendo, pero modificados por el tiempo, y por lo que no es el tiempo)

5.a Por otros documentos ciertos consta que ya en ese año 792, existían con sus abades los dos monasterios de Gerri y de Bellera, de que aquí se trata.

6.a Un Raimundo, conde de Ribagorza, que suena mucho en los principios y mitad del siglo X, época del otro obispo Raudulfo, con el cual el nuestro pudiera equivocarse, nunca se nombra en sus donaciones &c. sin expresar juntamente el nombre de su esposa Ermesindis; ni se da a sí mismo los títulos que el de nuestra escritura; el cual expresó aquí todos esos señoríos, y no mentó a su mujer. Luego eran personas distintas y de diferentes épocas. 

Estas son las razones que me inclinan a creer que verdaderamente son de ese tiempo el conde y el obispo sobredichos. Y si alguno dudase de la legitimidad de esta escritura, porque en ella se da a Carlo Magno el título de emperador, que no tuvo hasta el año 801, ruégole que considere que las esclarecidas victorias que este príncipe alcanzó de los moros, obligaron a muchos a darle anticipadamente ese dictado de elogio, como entre otros hizo el concilio de Narbona del 788 o 791 según otros creen, en el cual repetidas veces es llamado imperator diez o doce años antes que lo fuese (a: Coll. Conc. gen. ad an. 788). Otros sospecharán que este Raudulfo sea el obispo del siglo X. Responderé a esto que el año XXVI de Carlos el Simple que aquel prelado alcanzó, es el de Cristo 923 o 24, o si se quiere el 25: a ninguno de los cuales corresponde la indicción XV, como tampoco a aquel rey los dictados de emperador y augusto. Más es que la escritura tiene dos firmas de obispos Raudulfos; y es cierto que no hubo prelado de este nombre posterior al conocido del siglo X. Luego el otro debió ser anterior a él. También reparará alguno en que el conde menciona aquí herederos, constando que todos los señoríos de esta Marca fueron sólo beneficios cuando más de por vida, casi hasta todo el siglo IX. Mas yo hallo solamente mención de eso en las cláusulas cominatorias y de estilo: nemini, dice, filiorum, aut haeredum liceat &c.; lo cual dista mucho de lo otro, y de esa fórmula usaron otros condes en 815 y 819, como se ve en sus escrituras, de las cuales más adelante irán algunas. No ha faltado también quien tropezara en la nota de indicción que trae esta escritura: cosa, decía, no usada en el reinado de Carlo Magno antes del año 801 en que fue coronado emperador. Es así la verdad, que aquel príncipe no usó aquella nota cronológica en los diplomas que él expedía en su nombre, hasta que hecho emperador adoptó esa costumbre de los emperadores del oriente. Mas no es menos cierto que en otras escrituras particulares se usó mucho antes ese cómputo, que ya era común en Francia desde la mitad del siglo VIII. Y de esto basta para prueba el concilio que dije de Narbona, que en su exordio usa de la nota de indicción. Así se usó también, porque esta era la costumbre, en la donación particular de que hablamos. Más grave es la duda que puede oponérseme sobre la coexistencia de este Raudulfo con el célebre Félix, que era en esos años obispo, y que según la opinión común no fue depuesto de su silla hasta el año 799. Ya en el correo pasado indiqué la sospecha de que no es muy averiguada esta cuenta. Porque como entonces dije, y de cada día me confirmo más en ello, Félix fue depuesto y desterrado a Lyon en el concilio de Francfort del año 794, que es lo que dice Adón en su crónica. Con lo cual queda lugar a Raudulfo en el año 796. Y aún en el 792 puede muy bien salvarse su coexistencia con Félix; que como ya condenado en el concilio de Narbona de 788, y en el de Ratisbona de 791 o siguiente, pudo y sufría la disciplina de aquellos tiempos que se nombrase otro obispo católico, de manera que hubiese dos obispos en una misma iglesia, como los tuvieron muchas de las de España al tiempo del concilio III Toledano. En suma, esto es de suyo inaveriguable, y cualquiera que sea el estado de incertidumbre, yo no debía omitir la noticia de Raudulfo en este lugar. Porque la escritura en que me fundé para ello es tal, que si ahora no puedo desatar cumplidamente todas las dudas que sobre ella se ofrecen, tampoco creo que se me contradigan las principales razones que me movieron a publicarla, y a inferir de ella que a fines del siglo VIII acaso gobernaba esta iglesia un obispo Raudulfo. 

LEIDERADO 

(dudoso) 

desde 799 a 806.

De lo dicho en el artículo anterior puede inferirse, aunque con alguna duda, que depuesto de esta silla el obispo Félix, o acaso antes de serlo enteramente, hubo en Urgel obispo propio que gobernase según la doctrina católica la grey de Cristo. 

Más claro y con mayor certidumbre constará esto mismo con la noticia del obispo Leiderado que tampoco ha sido conocido hasta ahora. De él hay memoria en el cartoral del monasterio de S. Saturnino de Tabernoles, que hoy se conserva en el seminario conciliar de esta ciudad, como dotado con parte de las rentas de aquella antigua casa ya suprimida. La letra de este libro, que en Castilla llaman Tumbo y Becerro, es del siglo XII; y en él están copiados los instrumentos de pertenencia anteriores a ese tiempo. Uno de ellos es el de la donación que este obispo hizo a Calordo, abad de dicho monasterio, y a los monjes Ucanno, Juan, Sunila, Eldesendo, Exuperio, Gontefredo, Sidonio y Ermegildo, de la iglesia de San Saturnino, sita en el condado de Urgel en la soledad de Ardevol, la cual él había construido, con todas sus pertenencias, décimas y primicias &c. Parece que a esta donación dio motivo la apostasía de Sidonio, uno de los monjes ya dichos; el cual arrepentido de su delito pidió al obispo la absolución, y él se la impetró de la sede apostólica. El malísimo latín de aquellos tiempos, que abundó en solecismos hasta todo el siglo XII, hace ininteligibles algunas escrituras, y en esta pudo aumentarse la obscuridad por algunas equivocaciones del que la trasladó en el cartoral. Sin embargo la copia adjunta (a: Apend. n. IV) sacada fielmente de aquel libro basta para dar a entender lo que ello fue. En ella verás que el obispo que al principio sólo se llama: Ego Leideradus gratiâ Dei hanc si indignus episcopus, sin expresar su silla, al fin la declara terminantemente de esta manera: Leideradus praesul almae genitricis Dei Mariae in Urgello gratia Dei sede praesidente, qui hanc donatione roboravi, et ad roborandum tradidi, et SS. No puede decirse con mayor claridad que era obispo Urgelense. Lo cual indica también cuando de la iglesia de S. Saturnino que entregaba a aquel monasterio, dice que él la había construido o dedicado en la soledad de Ardevol (quae ego predicavi), porque es verosímil se escribiese predicavi, en lugar de aedificavi o dedicavi (esto segundo es más verosímil, si la d se confunde al escribir con pr o pra). Cosas que suponen permanente el obispo en este condado, y con el interés pastoral de mejorar las iglesias y dotar los monasterios de esta diócesi. Lo cual no conviene igualmente a un obispo de otra iglesia. Vengamos ahora a la fecha, que es: Facta carta donationis sub die octavo idus Aprilis, anno V. presidente catedrae imperiali gloriosissimo Charolo regno, et presidente in apostolatu dompno Leone papa, anni Incarnationis Domini... VII. speculato in mundo per gloriosissimo homine, quem pro nos et pro nostra salute suscepit, indictione undecima. Carlo Magno fue coronado emperador a 25 de Diciembre de 801; por consiguiente el 6 de Abril de su año V es el del año 806, tiempo en que era papa León III. Con este año no cuadra la nota final VII que se ha conservado de los años de la encarnación, ni menos la indicción, que no era XI sino XIV. Mas estas equivocaciones, no destruyen el hecho, señaladamente la última; porque muchísimas veces hallarás en mis viajes erradas las indicciones, o por ignorancia de los notarios, o porque siguieron otra cuenta en esa parte del cómputo. Y que este documento sea del tiempo que digo, lo prueba además de lo dicho, la existencia de ese mismo abad Calordo, del cual hay aquí otras memorias hasta el año 835, como verás otro día. También es algún indicio de esa época la expresión con que se elogió y expresó el beneficio que acarreó al mundo la humanidad de nuestro Señor Jesucristo, que no parece sino que se puso con estudio y en alusión, y como para detestar el error que entonces acababa de ser condenado acerca de Cristo en cuanto hombre. Más claro se ve esto mismo en que la donación está hecha a Ucanno (Eman), Eldesindo, Exuperio, Gondefredo, Sidonio, Ermegildo, que son puntualmente los mismos clérigos, a quienes el obispo Félix dirigió su epístola para atraer a la verdadera fe a los que habían sido sus compañeros en el error. Así que no queda duda que la citada escritura es del tiempo que decimos. Fijada pues la existencia del obispo Leiderado en el año 806, vengamos a hablar de otra memoria anterior del mismo prelado, perteneciente al año 799; la cual por lo que luego verás ha convenido dejar para este lugar. Nuestro cardenal Aguirre en la colección de concilios de España publicó la confesión de fe que en este año hizo Félix, reconocido ya de sus errores, y es la epístola que decía dirigida a los sobredichos y a otros de su iglesia, compañeros suyos en la herejía, a los cuales dice en el exordio: Postquam ad praesentiam domini nostri... Caroli regis perductus sum... licentiam ab eo, secundum quod et venerabilis domnus Laidradus episcopus nobis in Urgello pollicitus est, accepimus &c. De cuyas palabras se concluye, que en el año 799 residía personalmente en Urgel un obispo Laidrado o Leiderado, que aseguró a Félix la libertad con que podía acudir a la presencia del rey. Es así como dicen todos los historiadores que en ese año se tuvo un concilio en esta iglesia, en el cual fue condenado el error de los adoptivos, donde había sido enseñado por nuestro obispo Félix: y también es cierto que convidado este para presentarse a Carlo Magno, el obispo Laidrado le aseguró que podía hacerlo sin temor y con entera libertad. Mas la dificultad está en que comúnmente se cree que este Laidrado era obispo de Lyon, enviado acá con otros para presidir el concilio. Así se lee en la Marca Hisp. (col. 270, 345), y Pagi en sus notas a Baronio repetidas veces (ad ann. 799 et 800) prueba con las palabras de Alcuino que dicho obispo hizo acá dos viajes: 1.° para el concilio, y 2.° después de desterrado Félix para acabar de extirpar las reliquias de su error. Y como esa deposición y destierro se verificó en 799, según se cree, parece claro que el Laidrado, obispo de Lyon, debió permanecer aquí algunos años después, y que este es el que hizo la donación al monasterio de S. Saturnino bajo el nombre de Leiderado, que ciertamente es el mismo que el otro. Este es el motivo que tuve para proponer con duda este obispo: y más viendo aquellas palabras: secundum ministerio michi commisso, que parecen aludir a la comisión que el papa y el rey dieron al de Lyon para visitar de nuevo esta diócesi. Y si esto fuese así, y Leiderado es el mismo Laidrado obispo de Lyon y en ninguna manera de Urgel, no por eso daré por perdido mi trabajo; antes tengo por muy apreciable esta nueva prueba de la comisión que acá ejerció ese obispo extranjero, y eso más hay con que ilustrar la historia doméstica. De manera que digamos que la obra de la conversión de este clero, que Félix comenzó con su carta y confesión de fe, la completó este obispo de Lyon, enviado de propósito por Carlo Magno, si no había entonces ninguna silla episcopal en Cataluña que tuviese obispo, digo en 799, que pudiese como más vecino atender a esta necesidad. A esto que parece tan llano salen al encuentro las reglas de crítica, que hacen dudar de que esto sea así. ¿Tan fácil es de tragar, que esta visita se encargase a un obispo tan distante como el de Lyon, que no era de la provincia Narbonense, a la cual entonces pertenecía Urgel, y en donde había muchos obispos, y lo había aún en la vecina Elna, que conforme a los cánones del concilio Valentino podía desempeñar este oficio en la iglesia vacante? Y si esto no es creíble, ¿lo será que no por un año ni dos, sino por siete o más años desde el 799 hasta el 806 por lo menos permaneciese acá el Laidrado de Lyon por encargo del rey, dejando abandonada la silla que le encargó el Espíritu Santo? Y si era obispo de Lyon el Leiderado de nuestra escritura en 806, ¿cómo es que calló su silla, y se llamó obispo de Urgel, en la misma manera con que se llamaban los que lo eran? porque eso significa: Leideradus PRAESUL ALMAE GENITRICIS DEI MARIAE IN URGELLO gratia Dei sede praesidente: y ya se sabe que praesul y archipraesul desde entonces fueron sinónimos de episcopus y archiepiscopus. Este silencio de la sede Lugdunense es mucho más notable estando aquí sólo en comisión. Y si me dijeren que los obispos solían callar sus sedes, como de este Laidrado la calló Félix en su confesión de fe; cualquiera responderá: pues ¿por qué Leiderado expresó su silla de Urgel? Y si la poseía, ¿cómo diremos que tenía al mismo tiempo la de Lyon? Ni entonces ni ahora cabe ese monstruo en la disciplina eclesiástica. Luego aunque diésemos que el Laidrado de 799 fuese, como dicen, el obispo de Lyon, parece que el Leiderado de 806 no era sino obispo propio de Urgel, donde hacía como tal donaciones a sus monasterios. Y no te cause maravilla que hablando de S. Saturnino diga: cuius corpus sub cispite requiescit Tholosa. Porque si eso hubiera de indicar que el obispo no era de Urgel, diríamos que lo era de Tolosa y no de Lyon. Dichas palabras sólo se pusieron para distinguir ese S. Saturnino, que acá se tenía por el apóstol de este país, de algún otro santo del mismo nombre. En resolución, yo me inclino a creer, aunque no con entera certidumbre, que en el año 806 tenía esta iglesia por obispo propio a Leiderado, distinto del Laidrado de Lyon. Y de todos modos no debí omitir esta noticia e investigación, que no es inútil a la historia. 

POSEDONIO I 

existente en 815. 

El arzobispo Pedro de Marca (Marc. Hisp. col. 87) supone que en esta iglesia hubo un obispo Possedonio anterior al Sisebuto que floreció en 819, como se dirá luego. Yo puedo asegurar lo mismo, y que vivía en el año 815, como se infiere de una donación que el conde Fredelao, que ciertamente lo era de Cerdaña y de Urgel, hizo al monasterio de S. Saturnino de Tabernoles, la cual está copiada en el cartoral que dije en el artículo anterior, y de allí es la copia adjunta (a: Apend. n. V). Dio pues el conde a dicho monasterio el de S. Esteban y S. Hilario que él había construido in confinio Ceritaniae, en el territorio que le había dado el emperador Ludovico, cuius dono fulgimus. Queda para las memorias de los condes de Urgel el examen de algunas curiosidades civiles que contiene esta escritura, v. g. la noticia de los oficios subalternos del condado, tal como la de Tiufado y Princeps quoquorum (chef, principal de los cocineros), y también la de ser Livia la corte y asiento del condado de Cerdaña y otras cosas así. Ahora sólo conviene advertir que esta donación la hizo unâ cum consensu et adiutorio domini Possedoni episcopi: y que este prelado dedicó aquel lugar e iglesia el mismo día de la fecha, que dice así: Facta karta donationis vel helemosinaria V. Kal. Augustas, et in ipso die sacratum, imperante dompno Lodoico Augusto, anni ab incarnationis domini DCCCXV (815). En la firma del obispo hallarás también que excomulga a los que quebrantaren o contravinieren a la confirmación y donación sobredichas. De manera que no queda duda de la existencia de este obispo en ese año. 

SISEBUTO I 

existente en 819 y 823. 

Este es el obispo a quien el vulgo atribuye la gloria de haber restaurado la ciudad e iglesia de Urgel después de la invasión de los árabes. Opinión a que no debe acomodarse el que considere que los antecesores Posedonio y Leiderado y aun Félix vivieron aquí muy de asiento, y suponían este territorio libre ya de los moros, y con monasterios existentes, gobernados por sus abades. Ni ¿cómo se hubieran celebrado concilios a fines del siglo VIII, según dicen todos los historiadores, si no estuviera restaurada parte de la ciudad y la iglesia también ? Esto mismo indican las palabras de la escritura que luego se citará: quae (ecclesia) antiquitus a fidelibus constructa, et ab infidelibus destructa, atque a parentibus nostris, temporibus domni et piissimi imperatoris Karoli Augusti, restaurata esse videtur. No es justo pues que por honrar a este obispo se quite a sus antecesores la gloria que les resulta de haber contribuido con su celo a la restauración de la ciudad y del culto eclesiástico. Lo que real y verdaderamente hizo Sisebuto, fue tratar de la dotación de la iglesia y de la confirmación de sus posesiones; a lo cual llamaban dedicación, y algunas veces consagración: palabras que atendida la propiedad latina significan una misma cosa. En este sentido bien podemos llamar a este obispo restaurador de la iglesia de Urgel. Porque viendo ya concluido el templo, que entonces se construyó, y que desapareció con la fábrica del actual, y contando con la permanencia que la religión cristiana podía prometerse en este país por la inmediación de las armas francesas, y bajo la dirección del conde Seniofredo, acudió al emperador Ludovico Pío, con cuya autoridad y la asistencia de varios próceres, se hizo la solemne dotación de la iglesia, que publicó la Marca Hisp. (apend. núm. I.), y yo envié copiada de nuevo en los correos pasados. Su data es del día 1.° de Noviembre, año VI del sobredicho emperador, que corresponde al de 819 de Cristo. En la misma obra (apend. núm. II.) se publica otra memoria como perteneciente a nuestro obispo; pero no es sino del Sisebuto II, como veremos en su lugar. Ya advertí que en ese solemne diploma de la dedicación no se habla de la introducción de vida canónica Aquisgranense en esta iglesia. Pero bien podemos conjeturar que así debió verificarse, no sólo porque aquella regla era tan favorita del emperador, que tan liberal andaba con esta iglesia; sino porque estaba tan reciente lo mandado acerca de esto en Aquisgrán en 816, y era muy regular que el obispo Sisebuto, ya que tan solícito anduvo en cuidar de los intereses temporales, no lo estuviese menos en la reforma de la vida clerical, que no andaría muy arreglada con las pasadas revueltas de los errores de Félix. Esto suponen los obispos sucesores S. Ermengol y Eriballo en sus decretos sobre la vida canónica, como ya se dijo en su lugar. El catálogo impreso dice que Sisebuto murió el año 821. Mas yo he hallado por aquí algunas copias de un praeceptum de Ludovico Pío a favor del mismo obispo, en que le concede que pueda proceder libremente a la corrección de su clero, y que nadie le perturbe en la posesión de la parroquia de Livia, capital de la Cerdaña: confírmale además cuanto su padre Carlo Magno tenía concedido a esta iglesia, parrochias, dice, Urgellitanam, Bergitanam, Cerdaniensem, Palariensem, Anabiensem, Cardosedanam, Terbiensem, Gestabiensem, Ribacursensem. Es en la substancia parecido al que publicó la Marca Hisp. (apend. núm. XI.). Pero este tiene la fecha de esta manera: Dat. IIII. Idus Marcii, anno Xpo propicio X. imperii domni Ledovici piissimi Augusti, Indict. XIII. Actum Theudotis villa palatio regio in Dei nomine &c. El día lo de Marzo del año X de Luis es el de 823 de Cristo, en el cual debemos suponer vivo a este obispo, si no hay yerro en eso, como ciertamente lo hay en la indicción que en ese año era la I, no la XIII. No va copia de la escritura, porque ya dije que sólo son traslados lo que he visto; ni yo propongo esto, sino para que quede apuntado aquí, por si otro averigua más, en cuyo caso sería perjudicial la omisión. 

POSEDONIO II 

existente en 823. 

Acabamos de ver que el obispo Sisebuto existía en el día 10 de Marzo del año 823, correspondiente al X del imperio de Ludovico Pío. Y ahora se nos ofrece en el 21 de Junio del mismo año otro obispo Posedonio, en el diploma con que ese emperador, por la mediación del conde Matfredo, le confirmó la posesión del monasterio de Santa María, llamado Santa Grata, reedificado por el mismo obispo, junto con la cellula o priorato de S. Fructuoso, sujeta a dicho monasterio, del cual se dirá más en otro correo. La escritura que de ello se hizo, está en la Marca Hisp. (apend. núm. IV.) conforme enteramente en la fecha con el original que existe en este archivo. En ella se dice que ya había mucho tiempo se concedió licencia a este obispo para edificar monasterios en los lugares incultos: Matfredus comes... gestans in manibus quasdam praeceptiones, quas dudum in Aquitania constituti cuidam venerabili Possedonio Orgeletanae sedis episcopo fieri iusseramus. Y poco después se supone existente en este año que decimos: suggerens praedictus Possedonius episcopus per eundem Matfredum fidelem nostrum. Siendo pues cierta la fecha de esta escritura, y no habiendo yerro en el año que señala, debe tenerse también por cierta la existencia de Posedonio en 823. Pero no se entiende cómo será el que ha tanto tiempo se le hubiese concedido licencia para edificar aquel monasterio, siendo cierto como es que tres años antes de este era obispo Sisebuto. O digamos que el Posedonio, a quien se dio aquella facultad, era el otro del mismo nombre, de que ya dijimos. Lo que en ninguna manera puedo aprobar es que se atribuya al mismo obispo la otra escritura que publica la misma obra (apend. núm. XI.) reducida al año 836 de Cristo, como también se la atribuye el catálogo impreso. No he podido dar con el original de ella; pero es imposible que no hubiese yerro en el año XXII que señala de Ludovico Pío, siéndolo el que Posedonio existiese en ese año; pues consta con evidencia que ya en 833 le había sucedido otro Sisebuto, cuyas memorias alcanzan hasta el 840, como vamos a ver. 

SISEBUTO II 

desde 833 hasta 840. 

El catálogo impreso dice que este prelado fue electo en el año 851. Antes de él pone a un obispo Florencio electo en 838 y muerto en 850 (no se ve bien, es un 0 más pequeño, o un 8 o 6 medio borrado), del cual dice que dedicavit catedralem ecclesiam ad medietatem: expresión que no sé lo que significa, estando ya esta iglesia dedicada por entero desde el 819. Y como por otra parte no da prueba alguna de la puntualidad con que asegura la entrada y la salida de los obispos, cuya existencia a duras penas pueden columbrar los que la buscan en documentos, ¿qué haré más que seguir mi cuenta por los que he podido ver? Así que el Florencio debe ser excluido, o en todo caso guardado para después de Sisebuto II, en que hay algunos años sin memoria de obispo. Y no es extraño que este catálogo dislocase los años y pontificado de Sisebuto II, puesto que Balucio lo confundió con el primero (Marca Hisp. col. 346 seqq.). Mas es constante que hubo aquí dos obispos de este nombre, el primero en 819, el segundo desde el 833 en adelante, mediando entre los dos un obispo Posedonio; el cual ya dije que no pudo vivir hasta el año 836, como afirmó Balucio (Ibid. col. 351): pues consta evidentemente que ya Sisebuto le había sucedido XV. Kalendas Decembres, anno vicessimo imperatoris nostri serenissimi Hlodouvici Agusti. Esta es la fecha literal de la escritura que se hizo en la dedicación que celebró el obispo Sisebuto de la iglesia de Santa María, S. Pedro y S. Juan Bautista in castro Lilieto; la cual existe original en este archivo, y va copiada (a: Apend. n. VI.). El estar expresado con letras el año vicessimo de Ludovico Pío, quita todo recelo de equivocación, que ya por otra parte no era de presumir en una escritura original, y de las más auténticas del mundo. Así que esta dedicación se hizo a 17 de Noviembre del año 833, contando como se debe los años de aquel emperador desde el 28 de Enero de 814. La subscripción del obispo, además de la mención que se hace de él en el cuerpo de la escritura, es de esta manera: XV. Kalendas Decembres restaurata a Sisebuto episcopo et subscripta: 

+ Sisebutus +.

El gobierno del mismo obispo en estos años lo demuestra también el precepto o confirmación dada por el emperador Carlos el Calvo a favor del monasterio de Santa María de Alaon (Alaón), año V de su reinado, 844 de Cristo. Porque en ese diploma dice que aquella casa había sido edificada diez años antes, y dedicada por Sisebuto, obispo de Urgel, a cuya diócesi pertenecía entonces (de cuius spiritualitate locus est). De donde se concluye que en 834 había en la iglesia de Urgel un obispo llamado Sisebuto. Este documento está publicado por el cardenal Aguirre (Coll. Concil. tom. IV. p. 129). Lo mismo dicen los historiadores de Languedoc (lib. IX.). 

Después de estas memorias quedan algunas otras no menos ciertas de los años 839 y 840, las cuales diré por su orden cronológico.

1.a Una escritura copiada en el libro Dotal., y es la compra que hizo el obispo Sisebuto de ciertas tierras in territorio Elinsitano ad sanctum Stephanum (valle de Elins), fecha X. Kal. Martii, anno XXVI. imperante domno nostro Hludovico Augusto, 839 de Cristo.

2.a El testamento del mismo prelado, fecho V. Kal. Aprilis del mismo año. Va copia de él (a: Apend. n. VII.), porque no deja de ser curiosa la memoria de los libros que manda a varios monasterios. También merece atención el pago (pao) Verennetano que nombra por dos veces, y por ahora no me ocurre qué condado o parte de territorio quiso indicar con ese nombre.

3.a La donación que a esta iglesia y a su obispo Sisebuto hizo el conde Suniefredo, publicada en la Marca Hisp. (apend. n. II.) mal reducida por Balucio al año 819, porque la fecha que ella tiene es III. nonas Ianuarii, anno vicesimo VI. de Ludovico Pío, que es el 840 de Cristo. Creyó aquel escritor que se debía borrar el vicesimo y conservar sólo la nota VI. Y dijo que era cierto y evidente (col. 347.), que debía hacerse esa enmienda por dos razones, que no sé cómo le parecieron sólidas y bastantes para ello. 1.a Porque ya en el año 819 estaba hecha la dedicación de esta iglesia; como si aquel acto impidiera que después se le hicieran nuevas donaciones. 2.a Que en esta de que hablamos se supone vivo al obispo Sisebuto, el cual dice que había muerto antes del 823. Esto es mucha verdad, respeto del primer obispo de este nombre, mas no respeto del segundo, cuya existencia desde el 833 hasta el 840 vamos demostrando. En todo caso Balucio debía reducir la citada escritura, no al año 819, sino al 820 de Cristo, al cual corresponde el día 3 de Enero del año VI de Luis. La verdad es que la escritura publicada está conforme con el original, el cual existe aquí, y he visto con mis ojos, y cotejado cuidadosamente con el impreso; y en la fecha se lee anno vicessimo VI; y como a su verdad no se opongan las dos razones alegadas por Balucio, debe prevalecer su texto genuino a la interpretación arbitraria de este escritor: y cuando se haga otra edición de esa obra, entre las muchas correcciones que hay que hacer en ella, debe quitarse esta escritura del lugar que allí ocupa, y ponerse en el año 840 que es donde pertenece. Tenemos pues averiguado que en ese año existía aún nuestro obispo Sisebuto. 

Mayor dificultad podía ser la que no mencionó Balucio, es a saber, la existencia del conde Seniofredo que supone ese instrumento del año XXVI de Luis; siendo así que no hay autor que de estos condes escriba, que no le suponga muerto antes del 823, en que aparece su sucesor Macfredo (Matfredo, Manfredo; Manfred). Mas esta ha sido una equivocación general, o más bien de uno solo, a quien copiaron los demás. En las memorias de los condes de Urgel se demuestra que Suniefredo lo fue hasta el 844. 

4.a Finalmente hay una escritura de la venta que Jesalrmar y Alevia hicieron al obispo Sisebuto de una viña en los términos de Villanova ubi dicitur Ripafracta, en el condado de Urgel, por precio de diez sueldos, fecha Idus Iunias, anno XXVII. domno nostro glorioso Ludovico imperatore, que es el 13 de Junio de 840, siete días antes que muriese aquel príncipe. Son muchas las veces que repite esta escritura el nombre del obispo Sisebuto; y aunque sólo una le nombrara, bastaría para convencernos de su existencia en dicho año. Va copia de ella (a: Apend. n. VIII.). 

De todo lo dicho se concluye que el obispo Sisebuto II gobernó esta iglesia desde el año 833 hasta el 840 cuando menos, sin que nos conste su muerte, ni la elección del sucesor 

BEATO 

existente en el año 850. 

De este obispo nadie ha hecho mención alguna hasta el presente; ni yo la haría si la casualidad no me hubiese presentado un documento que descubre su existencia. Es un reconocimiento que Wisamundo, abad del monasterio de S. Andrés de Tres ponts, hizo al arcipreste Froila de las iglesias de Santa Eulalia y S. Juan en el valle de Lavanza, las cuales le tenía usurpadas. En el exordio de esta escritura se lee: In concilio domno Beato sancta Dei Orgellitane sedis episcopo, seu et de iudices &c. 

A los prácticos en este género de diplomas consta que la palabra Beato no es aquí un dictado, sino nombre propio de persona, que siempre seguía a la palabra domno. Y de esto no diré más. Por otra parte no era desusado este nombre en aquellos tiempos. Así es conocido el presbítero Beato, que floreció a fines del siglo anterior y principios del actual, acérrimo impugnador de los errores del obispo Urgellense Félix, y a quien este obispo y su compañero Elipando llamaron por apodo antiphrasium (antifrasio), esto es, contrario en sus escritos a su nombre de Beato. No hay pues inconveniente en reconocer en esta iglesia un obispo del mismo nombre a mediados del siglo IX: tiempo puntualmente en que se halla hueco el espacio de 17 años, sin noticia de otro prelado que ocupase esta sede; es a saber, desde el año 840 en que acaban las memorias del obispo Sisebuto II, hasta el de 857 en que comienzan las de Wisado I. Así que, mientras no ocurra otra cosa debemos fijar la existencia del obispo Urgelense Beato en el día IV. Nonas Iulii anno X. regnante Karulo rege, que es la fecha de la escritura sobredicha, cuyo carácter no permite atribuirse a otro Carlos que al Calvo, y por consiguiente al año 850 de Cristo. El original está en el archivo de esta iglesia caj. del episcopologio, y de allí es la copia adjunta (a: Apend. n. IX.). 

WISADO I 

desde 857 hasta 872. 

El catálogo impreso pone a este prelado en el siglo X, desde el año 927 hasta el 940. Mas no se sufre decir tal cosa: 1.° porque en este período consta con evidencia que era obispo Radulfo, como se dirá en su lugar: 2.° porque Wisado II en la consagración de una iglesia, de que se hablará adelante en el año 960, supone que las décimas y primicias le estaban concedidas por el antecesor de su mismo nombre había ya más de 60 años; por consiguiente este primer Wisado debe ser anterior al año 900: 3.° porque de las tres escrituras que voy a citar, la primera y la tercera por su carácter, y la segunda por el contenido de ella, son tan propias del reinado de Carlos el Calvo, que no dejan la menor duda de que Wisado I floreció a mitad del siglo IX. Al autor del catálogo engañó la bula de León VII a favor del monasterio de Ripoll del año 938, en la cual se cita un obispo Urgelense Wisado; y como tras él hallase memorias de Rodulfo, y luego de otro Wisado, fijó la existencia del primero en los principios del siglo X. Pero ya en los viajes de Vique, Gerona y otros queda demostrado que esa bula no es de León VII ni del año 938, en cuyo tiempo no existía casi ninguno de los obispos a quienes va dirigida, ni aun el abad de Ripoll en cuyo favor se expidió (a: V. los tom. VI, pág. 137 y sig., y VIII, pág. 6). De esto acaso se volverá a hablar más adelante. Vengamos a las memorias ciertas de este obispo. 

La 1.a de ellas es la dedicación y dotación de la iglesia de S. Martín de la villa de Salices (: Salses?): fecha VI. Idus Decembris anno XVIII. regnante Karulo rege. Es tan poderoso el argumento que resulta del carácter de esta escritura propio de la mitad del siglo IX, que al que tenga alguna práctica en ello es imposible no reconocer en esa data el año 857 de Cristo, XVIII de Carlos el Calvo. El original existe en este archivo (caj. dels escampats). (cajón de los esparcidos, dispersos). 

2.a Mas aunque para mis lectores no es esta prueba tan fuerte como para mí que estoy viendo ese instrumento; podrán convencerse de la existencia de este obispo en el siglo IX por la escritura que se cita en la Marc. Hisp. (col. 357), y que Balucio publicó (Capitul. ap. n. XC.), y que yo he copiado de nuevo del Dotal. I de esta iglesia (a: Apend. n. X.). Es un privilegio de protección que a ella y a su obispo Wisado dio el rey Carlos el Calvo en el año 860, que Balucio atrasa al siguiente. Este es el documento de que dicho escritor quiere inferir que el condado de Urgel pertenecía a la Septimania francesa; porque leyó en él: concedimus eidem sanctae sedi, ut SICUT aliae ecclesiae Septimaniae, ITA quoque eadem... habeant tertiam partem telonei. Como si aquel sicut correspondiente al ita indicase más que semejanza de privilegio. Pero de esto y de la extravagante pretensión de Balucio hablaré de propósito en lo del condado de Urgel. Volviendo a lo que estamos, obsérvese que a sólo Carlos el Calvo puede convenir la fecha de este diploma, que es: XIII. Kal. Decemb., indictione IX., anno XXI. regnante Karolo glorisissimo (: gloriossissimo; gloriosísimo) rege. Acta Panagone palatio &c. Porque de ningún otro Carlos se puede decir que al año XXI de su reinado corresponda la indicción IX, sino en el de este rey, que es el 860 de Cristo, en el cual, según la costumbre imperial, entró la indicción IX desde el mes de Septiembre. Más es, que en este decreto confirma el rey al obispo Wisado y a su iglesia todos los privilegios concedidos á gloriosis, dice, imperatoribus Karolo avo nostro (emperador Carlos, Carlo Magno, abuelo nuestro), et Ludovico genitore nostro (Luis Pío padre nuestro, engendrador). Sólo Carlos el Calvo, hijo de Ludovico Pío y nieto de Carlo Magno, podía hablar de esta manera. Y baste de esto; aunque no dejaré de decir que bien pudiera Balucio haber corregido la equivocación de su maestro Pedro de Marca, que a pesar de pruebas tan claras de la época de este decreto, lo atribuyó al año XXI de Carlos el Simple, 919 de Cristo (V. Marca Hispánica, col. 95). En ese mismo año 860 asistió nuestro obispo a un concilio congregado en Thusi (Tussiaco), y entre los prelados asistentes a él le cuentan todas las colecciones de los concilios generales, y la historia de Languedoc, y la Marca Hispánica.

3.a Con lo dicho se hará más creíble la tercera escritura que decía, y es la sentencia que este obispo junto con los jueces Golteredo y Ansulfo dio sobre la queja que Ispalarico produjo contra Leofredo: quod beni, dice este, super eum traductus, et feci illi II. colapas super eum de meo fuste. No se puede saber más de este litigio. La escritura está en el archivo episcopal, fecha: VIX. Kalds Apriles (Abriles; kalendas o calendas, Aprilis, Abril; April), anno XXXII. regnante Carulo rege, 17 de Marzo de 872. No pasan de este año las memorias halladas aquí de este obispo, ni las hay de otro hasta el 885. Con lo cual queda hueco suficiente para los 21 años de gobierno que le da el catálogo de Gerri. A este pontificado pertenece la fundación del monasterio de S. Andrés en el lugar de Exalada, en el valle de Conflent, hecha por siete sacerdotes de la diócesi de Urgel, los cuales desengañados de la vanidad del mundo, reuniendo sus bienes se pasaron a la diócesi de Elna a hacer vida monástica. Los nombres de los principales son Protasio y Witiza. Esto fue hacia los años 855 y siguientes. Mas habiendo sobrevenido en 878 una furiosa inundación del rio Tet, que destruyó la nueva casa, escarmentando para en adelante, se pasaron a vivir y fundar el monasterio de S. Miguel de Cuxá (aquí pone Cuja, avisada la errata, la enmiendo), que vino después a ser tan célebre en la historia eclesiástica de este país. Básteme haber insinuado esto, no hallando por acá cosa que añadir a lo que de ello dice la Marca Hisp. 

INGOBERTO 

desde antes de 885 hasta después de 893. 

Desde el año 872 hasta el de 885 cesan enteramente las memorias de los obispos de esta iglesia. Y la primera que hay del sucesor Ingoberto en ese último año, es de una enfermedad gravísima que padeció, la cual llevó tan al cabo su vida, que por todas partes corrió la noticia de que había fallecido. Esto se tuvo por cierto, particularmente en la Galia, donde ya se sabía que por su enfermedad no pudo ir a Narbona a la intronización del arzobispo Teodardo, sucesor de Sigebodo. Dícese que con este motivo un clérigo español llamado Selva tuvo la osadía de preconizarse obispo de Urgel, apoderándose de esta iglesia con el favor del conde Suniario, también de Urgel. Y dícese que añadiendo delitos a delitos se arrogó también el fuero de metropolitano, con el cual se atrevió a intronizar al presbítero Ermemiro en la silla de Gerona, vacante por muerte de Teotario, arrojando de ella a Servus-Dei, electo por aquel clero, como de esta había arrojado a Ingoberto. En estos atentados se dice también que le ayudaron además del conde los obispos Frodoino de Barcelona y Godmaro de Vique; y que habiendo dado sus quejas los obispos arrojados de sus sedes, fueron condenados los dos intrusos Selva y Ermemiro, primero por el papa Esteban VI, y sucesivamente por los concilios celebrados en S. Ginés de Fontanis, en Porto, y últimamente en el de Urgel del año 892, donde degradados y rotos sus báculos, y despojados de sus vestidos y anillos, fueron arrojados canónicamente de aquellas iglesias. Esta es la suma de este gran negocio, tal como se refiere en la Marca Hisp. y en otras muchas obras. Acerca de lo cual debo decir que el hecho en su fondo es verdadero; mas no en muchas de sus circunstancias. De las cuales sólo quiero notar ahora la equivocación con que fue llamado Selva el que no se llamaba sino Sclua, y apellidado conde de Urgel el Suniario que lo era de Empurias, porque en Urgel no había entonces más conde que Borrell. Otras diferentes nulidades advirtió Balucio (Marca Hisp. col. 368 sig.) y por las cuales se inclina a sospechar de la verdad de esta narración entera. Porque según él dice son cuatro los monumentos de donde la sacó; es a saber, de la vida de S. Teodardo, arzobispo de Narbona; de la carta del papa Esteban; de las actas del concilio de Fontanis en el Rosellón, y de la bula de Romano papa al obispo de Gerona Servus-Dei. Los tres primeros de estos monumentos él mismo confiesa que son harto posteriores al hecho, y que están adulterados con narraciones equivocadas, de manera que sólo reconoce por legítima la bula del papa Romano. Y aun esa dice que tiene errada la indicción, que no debía escribirse primera, sino cuarta, quedando reducida como él lo hace al año 900. Mas esa bula está original en Gerona, y dice primera y con mucha razón, porque el papa Romano no alcanzó la cuarta ni el año 900, porque sólo obtuvo aquella dignidad por espacio de un año, parte del 897 y del 898: y en el Septiembre del primero de estos años ya comenzó a contarse la indicción I, según la costumbre imperial. Cosas son estas que no sé como no advirtió aquel escritor. En esa bula pues, hablando el papa con el obispo legítimo de Gerona Servus-Dei, le dice: veniens, iam dicte Serve-Dei venerabilis episcope, ad sedem apostolicam, et ecclesia Gerundensi iuste et canonice recepta, expulso inde Hermomiro (Ermomiro), deposito, et excommunicato (excomulgado), suggesisti &c. De manera que no debe haber duda en que allá hubo un intruso Ermemiro. Pues así como esto consta por lo tocante a aquella iglesia, y como a pesar de la violencia del intruso y aun durante ella el obispo Servus-Dei fue allá reconocido por legítimo pastor, así en la nuestra de Urgel, aunque no existe bula dirigida al obispo Ingoberto, como ciertamente debió haberla, hay sin embargo algunos indicios de la intrusión de Sclua, y de que en medio de ella no fue desconocido el legítimo pastor. De lo primero se citarán algunos documentos en el artículo siguiente, al paso que trataremos del verdadero nombre de este atolondrado y atrevido presbítero. De lo segundo son las memorias siguientes: La Marca Hisp. (ap. n. LII.) publicó la escritura de dedicación que nuestro obispo hizo de la iglesia de S. Andrés de Baltarga, día 29 de Octubre del año 890. Del mismo año a 9 de Enero hay aquí otra escritura original de la consagración y dotación hecha por el mismo obispo de la iglesia de S. Clemente en la villa de Ardocale, del pago o territorio Tollonense, que creo ha de ser en la Cerdaña, en el partido llamado Tollo. Va copia (a: Apend. XI.), en la cual advertirás la fecha: Era DCCC.LXXXX, anno III. regnante Oddone rege (rey francés Odón, Otón). Donde es claro que la palabra Era se tomó por la de la encarnación, porque sólo al año 890 corresponde el III de Odón. Tres años después hizo otra consagración de la iglesia de Santa María de Merles en el condado de Berga. De esto sólo he visto un traslado que me comunicó Don Francisco Mirambell y Giol, cura de Prats de Llusanés, en el cual se lee este exordio: Anno incarnationis Domini nostri Iesu Christi octingentesimo nonagesimo tertio, indictione X., sub die IIII. Idus Octubris, anno VI. regnante Oddone rege, veniens quidem venerabilis Ingobertus Urgellensis episcopus in territorio Bergitanensi, in locum que dicitur Balle Merlense, rogatus a Fredario presbitero, vel Attone, vel alios &c., que eran los que habían construido la iglesia. El año VI de Odón era cabalmente el de 893 de Cristo, al cual debe acomodarse la indicción, que no era la X sino la XI.Muy poco más debió vivir este obispo, si es cierto que sólo gobernó la iglesia diez años, como dice el MS. de Gerri, el cual le llama Engubertus. 

Noticias de SCLUA, 

obispo intruso en Urgel. 

Acabamos de ver la suma de lo que se cuenta acerca del atentado que cometió este presbítero contra el obispo Ingoberto. Y ya indicamos allí que este hecho está vestido de muchas circunstancias apócrifas y enteramente inadmisibles. Con la ligereza de los que las creen todas como verdades, choca mucho la crítica del P. Masdeu (a: Hist. crit. de Esp. tom. XV. ilust. XX.) que no cree ninguna, y da por fingido el hecho, y el concilio de Urgel del año 892 en que se terminó este negocio, y la bula del papa Romano a Servus-Dei de Gerona, en que supone la intrusión de Ermemiro: en suma, todo lo tiene por una novela inventada posteriormente por los franceses para prueba de la jurisdicción metropolítica de Narbona sobre estas iglesias antiguas de Cataluña. El estado en que el pirronismo de este escritor ha puesto la cuestión presente, exige una disertación separada, que detenidamente aclare el embrollo que él nos ha metido en casa (N. E. ojito con Masdeu y otros autores pirronistas o pirronianos, como dice el autor; en su época, sólo hace falta nombrar a los catalanistas Bofarull, padre e hijo, Próspero y Manuel, archiveros del ACA, Archivo de la Corona de Aragón en Barcelona), y vuelva la historia al nivel en que estaba antes de que se publicase su España crítica. Por ahora me bastará, como viajero, decir algo de lo que aquí tenemos en prueba de esos hechos y demostrando de paso que el nombre de ese intruso no era Selva, sino Sclua, o Esclua, o Exclua. 

1. Casi por una casualidad, que siempre tendré por feliz, topé en este archivo con un índice de él, o sea inventario de todas las escrituras que en él había en el siglo XV, porque de ese tiempo es sin disputa la letra del papel que digo. En él hallé el artículo siguiente: Item: La purgacio feta per Sclua, anno incarnationis Domini nostri Iesu Christi sub Era DCCC.LXXXXIII. Esta nota, y otras dos más en que se repite el nombre de Sclua (sin haber arbitrio para creer que equivocasen la C con E, que muy clara es y bien formada en aquel MS. donde corresponde) (N. E. y la típica u : v) me hicieron entrar en la sospecha de que Pedro de Marca y otros escritores, tomando E por C en los MSS. antiguos, llamaron Selva al obispo intruso en esta silla, que no era sino Sclua, nombre muy común y usado en aquellos tiempos, como se ve en varias escrituras que trae la Marca Hisp., y en las que yo publico en mis viajes, y muy usado de los godos, como puede verse en las subscripciones a los concilios Toledanos. Porque muy claro es que en esta nota se habla de purgación canónica, y en el año 893: circunstancias que inclinan a creer que el Sclua allí nombrado es el obispo intruso de esta sede. Es en gran manera sensible la pérdida de ese documento, que existía en el siglo XV; porque con la lectura de él sabríamos el remate que tuvieron aquellos cuentos, si fue por decisión conciliar, o como parece por alguna de las pruebas de fuego, agua caliente o fría, que era lo que llamaban purgaciones canónicas. En este estado de duda, hallé en el Dotal. I de esta iglesia, fol. 237, y poco después en la escritura original, la ejecución del testamento de un obispo Sclua o Scluva, o sea la donación que por disposición suya hizo el presbítero Egila, hermano del difunto, fecha VIII. Idus Iulii, anno XXVII. regnante Karulo rege filio Leudovici. Son muy dignas de consideración todas las circunstancias de esta escritura. Porque en primer lugar los bienes de que dispone el difunto, todos están en el condado de la Cerdaña, y en los contornos de las villas de Gere y Alli; de lo cual no será extraño concluir que era natural de aquellos puntos donde estaba heredado. Item: el nombrarle varias veces y siempre obispo, y en ninguna de ellas designar su sede, es una prueba de que no la tenía al tiempo de morir. Esto mismo se observó en otras ocasiones (a: Tom. VI. pág. 156.) acerca del Guadallo intruso de Vique un siglo después de esto. Mas el ver que toda esta donación testamentaria es hecha a la iglesia de Urgel, prueba que esta es la sede que obtuvo, aunque indebidamente, a la cual quería resarcir con este donativo los escándalos y males que le había ocasionado. Por otra parte la fecha corresponde al año 924 de Cristo; y esto cuadra bien con las cosas de este obispo, que depuesto en el 892 o siguiente, pudo vivir hasta poco antes de dicha época, en que ya se supone difunto. Por último repito que varias veces está nombrado en ella este obispo, y siempre Sclua y Scluva, nunca Selva. Va copia puntual de este documento, para que veas por tus ojos la verdad de cuanto he dicho (b: Apend. n. XII.). 

3. En un cabreo (N. E. tipo de documento, nada que ver con enfado) de que hablaré en el artículo siguiente, hecho hacia el año 948, se mencionan cinco obispos de fines del siglo IX y principios del X, por este orden: Golderico, SCLUA, Nantigiso, Radulfo y Wisado; donde es claro que aquí mismo hubo un tiempo en que Sclua obró como obispo, anterior a Nantigiso, de quien luego se dirá, instituyendo presbíteros para gobernar las iglesias, que es de lo que habla aquel documento. 

4. En el catálogo de obispos que copié del monasterio de Gerri se dice, que este obispo sólo lo fue año y medio: Selva, dice, anno I. et semis, et postea perdidit episcopatum. Esto es lo único que hasta ahora he podido hallar relativo a este negocio. Y eso solo basta para concluir que realmente hubo aquí un obispo intruso llamado en todos los documentos SCLUA, no Selva, si no es en este último MS. del siglo XII, cuya autoridad es muy inferior a la de las escrituras originales y auténticas. (N. E. Esto es muy importante: un pequeño error de copia puede ocasionar grandes errores en la historia, y más si se pierden los documentos originales. Además, cada vez hay menos gente que puede leer esos textos originales, y eso que hay muchas universidades y medios que antes.)

GOLDERICO 

(dudoso) 

Así es llamado, y también Goldencho, acaso por yerro del copiante (Golde + ri : n + cho), un prelado de esta iglesia ignorado hasta ahora, cuya memoria nos ha conservado un cabreo de las parroquias de la valle Lordense, que se halla en este archivo, copiado en el lib. I. Dotal. fol. 173 b. Habíase apoderado de ellas, y usurpado los derechos que allí tenía esta iglesia, el conde de Urgel Suniario, que lo fue desde el año 911 hasta el 950; de modo que el obispo Wisado II para recobrarlas tuvo que acudir al derecho de posesión; y así presentó la memoria, cuya copia va adjunta (a: Apend. n. XIII.). En ella se acotan los nombres de los presbíteros que las regentaron bajo la ordinación de cinco obispos, que lo fueron desde fines del siglo IX hasta mitad del X. Los cuales por el orden retrógrado son Wisado II, Rodulfo, Nantigiso, Sclua y GOLDERICO. Esto y el decir que el conde Suniario se había apoderado de las iglesias, basta para creer que esta escritura es de hacia el año 948. El omitirse en ella el nombre del obispo Ingoberto, que ciertamente precedió y sobrevivió a la intrusión y a la deposición del revoltoso Sclua, y también precedió a Nantigiso, da motivo para sospechar que equivocaron los nombres, y dijeron Golderico por Ingoberto. Y yo me inclino a esto, no habiendo por otra parte rastro de tal obispo, ni siendo verosímil que callasen en la escritura citada el nombre de Ingoberto, que tanto tiempo gobernó esta iglesia, y que precisamente debió conferir alguna vez la posesión de las de que en dicho documento se trata. Mas como es tan diverso el nombre de Ingoberto del de Golderico, he querido notar esto aquí por si el tiempo descubriese algo más. Por de contado la copia adjunta servirá para el artículo del obispo Sclua.

Descansemos de esta tarea, que la tela es larga y hay para muchos días. A Dios. 

viernes, 9 de diciembre de 2022

Tomo 13, índice de las cosas más notables

ÍNDICE DE LAS COSAS MÁS NOTABLES.


Abadesas (S. Juan de las): su consagración. 140.

S. Acisclo (iglesia de): su consagración. 129.

Adalberto, obispo de Carcasona. 95.

Adulfo, Obispo de Gerona. 10.

Aecio, Obispo de Barcelona. 88.

Aiguaviva (Alamando), Obispo de Gerona. 159 - 162.

Albert (Pedro). 177.

Albiniana (valle), consagración de sus iglesias. 58.

Alicio, Obispo de Gerona. 3.

Amador, Obispo de Gerona. 5.

Amato: Legado del Papa. 110.

Any de la fam. 219.

Aragón (D. Juan de), Arzobispo de Tarragona. 214.

Aredo (Santa María de): su consagración, 112.

Argaiz enmendado. 68.

Arnulfo, Obispo de Gerona. 56.

Arnulfo, Obispo de Gerona, excluido. 81.

Arnulfo, Obispo de Vique. 89.

Arulense (monasterio): su consagración. 140.

Atton, Obispo de Vique. 70.


Baleares (Islas), sujetas a la jurisdicción del Obispo de Gerona. 34.

Baluzio enmendado. 25 - 68 - 73 - 101 - 114 - 133.

Bañolas (S. Esteban de), monasterio: su consagración. 58 - 113.

Barcelona: consagración de su iglesia. 106.

Barcelona: (concilio de). 88.

Barcelona: (cortes de). 165.

Bascara: concédesela un mercado cada semana. 153.

Benedicto, Obispo de Aviñón. 144.

Berenguer, Obispo de Gerona: excluido. 90.

Berenguer de Vilamur, Arzobispo de Tarragona. 152 - 153.

Besalú (concilio de). 110.

Besalú (S. Félix Mr. de), iglesia: su consagración. 86.

Besalú (S. Pedro de), monasterio: consagración de su iglesia. 87.

Biania (valle de), consagración de su iglesia. 59.

Blasfemias: su prohibición. 219.

Bonastrug de Porta, Rabino Gerundense. 186.

Bonofilio: dictado con que era conocido Mirón, Obispo de Gerona. 75.

Borrell, Conde de Urgel y Barcelona. 79.

Borrell, Obispo de Roda. 95.

Borrell, Obispo de Vique. 94.

Breda (S. Salvador de): su consagración. 110.

Burguet (pone Burquet) (Fr. Arnaldo), Inquisidor de Aragón. 205.


Cabanellas (Guillermo de), Obispo de Gerona. 163.

Camprodon (S. Pedro de): su consagración. 148.

Canónica Aquisgranense: restáurase en Gerona. 96.

Canónigos: cuándo suenan por primera vez con este nombre en Gerona. 27 - 31. - Quienes autorizaban sus donaciones. 82. - Qué se daba a los que iban a los estudios públicos. 149.

Cardona: su carta puebla. 79.

Carlo Magno: si puso Obispo en Gerona. 7.

Carlos el Simple: como se contaban sus años. 37 - 41 - 47.

Castellbisbal (Fr. Berenguer de), Obispo de Gerona. 173.

Castellnou (Pedro de). Obispo de Gerona. 179.

Castellón de Empurias: pretende hacerse Catedral. 218.

Castellón de Empurias (Sta. Clara de): traslación de este convento a Gerona. 206.

Castellón de Empurias (Sta. María de): su consagración. 107.

Sta. Catalina Mr.: dótase su fiesta en la Catedral de Gerona. 178.

Cercada (S. Pedro de): su consagración. 169.

Cesario, Arzobispo electo de Tarragona. 62.

Colera (S. Quirico de), monasterio. 20.

Columba (Sta.), iglesia: su consagración. 55.

Concepción de Ntra. Sra.: institúyese esta fiesta en la catedral de Gerona. 214.

Córdoba: qué día se dio allí la batalla del año 1010. 89.

Crexel (Arnaldo de), Obispo de Gerona. 157.

Cristiano (Fr. Pablo). 186.

Crosa (S. Juan de); su consagración. 107.

Cruillas (Gilaberto de), Obispo electo de Gerona. 208.

Cuxa (S. Miguel de): su consagración. 72.


Dalmacio (Bernardo), Obispo de Gerona. 125.

Deseiximent: qué era. 192.

Diago enmendado. 180 - 212.

Sto. Domingo: dótase su fiesta en la Catedral de Gerona. 178.

Dorca: enmendado. 171.

Durando de Baldach (Pedro). 205.


Edra (iglesia de): su consagración. 100.

Eldesindo, Obispo de Elna. 77.

Elías, Obispo de Gerona, dudoso. 20.

Elna: consagración de su iglesia. 106.

Enrique, Obispo Albanense y Legado del Papa. 152.

Ermemiro, Obispo de Gerona, intruso. 32.

Ermengol I, Conde de Urgel. 89.

S. Ermengol Obispo de Urgel. 93.


S. Félix Mr.: descubrimiento de su cuerpo. 76.

S. Félix (iglesia de), era una misma cosa con la Catedral. 24. - si estuvo en ella la silla episcopal. 42.

Ferialero: dótase este oficio. 169.

Flórez enmendado. 78.

Forcelandi (Jazperto). 217.

Foncuberta (concilio de): cuándo se celebró. 50.

Fontanellas (iglesia de): su consagración. 59.
Fontanet (Sta. Maria de): conságrase. 36.

Fontanis (concilio celebrado in). 54.

Frontiano, Obispo de Gerona. 2.


Galligans (S. Pedro de): contribución anual que pagaba al Obispo de Gerona. 191.

Garricha (S. Miguel de). 108.
Gaserans (S. Lorenzo de): su consagración. 113.

Gaufredo, primer Obispo de Tortosa. 140.

Gerona (Catedral de): su consagración. 99.

Gerona (concilios de). 95 - 105 - 109 - 110 - 118 - 119 - 137.

Gerona (sinodales de). 180 - 188 - 199 - 200 - 201 - 203 - 204.

Gerri (monasterio): consagración de su iglesia. 139.

Gironella (torre). 97.

Gilimiro, Obispo de Gerona. 6.

Giselerio, Obispo de Magdebourg. 73.

Godmaro, Obispo de Gerona. 14.

Gotmaro o Gondemaro, Obispo de Gerona. 51.

Gotmaro o Gondemaro, Obispo de Gerona, otro. 78.

S. Gregorio VII: escribe al Obispo de Gerona. 111.

Guadallo, Obispo intruso de Vique. 83 - 86.

Guifredo, Obispo de Besalú. 76.


Hilmerado, Obispo de Elna. 47.

Hilmerado (Pedro), Obispo de Gerona: excluido. 8.

Hugo Cándido, Legado del Papa. 109.


Idalcario, Obispo de Vique. 37 - 40.

Intestia (derecho de). 154.


Jaime, Obispo de Gerona. 5.

Jaime I. Rey de Aragón: corta la lengua al Obispo de Gerona. 175. permítele aceptar una donación. 182.

Jerusalén: cómo autorizaba la iglesia los votos de esta peregrinación. 145.

Jorge, Obispo de Vique. 44.

Juan Biclarense, Obispo de Gerona. 4.


Languedoc (historiadores de) enmendados. 147.

Lenars (S. Esteban de): su consagración. 146.

León VII: no es suya la bula que se le atribuye a favor del monasterio de Ripoll. 52.

Lérida (concilio de). 166.

Lérida (congreso de). 169.

Lérida (cortes de). 180.

Letrán (concilio de). III. 152.

Letrán (concilio de). IV. 161.

Lezdas. Concédese exención de las recién impuestas. 158.

Liers (Berenguer de), Obispo de Gerona. 136.

Limoges (S. Salvador): su consagración. 98.

Lloret (S. Juan de): su consagración. 112.


Mallorca: su conquista. 166 - 167.

Marca enmendado. 34.

Martene enmendado. 185.

Mediniano (Gaufrido de), Obispo de Gerona. 153.

Merced (Nra. Sra. de la), fundación de este convento en Gerona. 210.

Meridies. A qué se daba este nombre. 204.

Fr. Miguel, Dominico. 193.

Minicio, Obispo de iglesia no conocida. Arrógase el derecho de ordenar un Obispo en Gerona. 2.

Miro, Obispo de Gerona. 64.

Misa: mándase decir en alta voz. 184.

Moisés, Rabino de Gerona. 185.

Moncada (D. Gastón), Obispo de Gerona. 213.

Monedas: decreto sobre la correspondencia de las de terno con las de duplo. 189.

Monells (Guillermo de), Obispo de Gerona. 147.

Monells (Ponce de), Obispo de Tortosa. 147.

Montpalau (Sta. María Magdalena): su consagración. 165.

Morel (junta de), 140.

Moxó (D. Benito), autor de las Memorias de S. Cugat del Vallés. 79.


Narbona (concilio de), 98 - 100 - 105 - 130.

S. Narciso, Obispo de Gerona. 1. - Descubrimiento de su cuerpo. 76. - Su integridad. 114.

Nifridio, Obispo de Gerona. 12.

Nimes (concilio de), 118.

Nonito, Obispo de Gerona. 4.


Obispos, quienes autorizaban sus donaciones 82. - Si intervenía el pueblo en su elección. 165.

Obispos difuntos. Apoderábanse de sus bienes los Condes de Barcelona. 138. - Revócase esta costumbre, 140.

S. Olaguer, Arzobispo de Tarragona. 129.

Oliva, Obispo de Vique. 100. - Su poema. 62 - 67 - 75.

Oliva Cabreta, Conde de Cerdaña. 66.

Olivella (D. Bernardo), Arzobispo de Tarragona. 188.

Olives (Sta. María de). Institúyese allí la canónica Agustiniana. 157.

Olot (S. Esteban de): su consagración. 126.

Orufall (Raimundo de), Obispo de Gerona. 150.

Otón u Odón, Obispo de Gerona. 84.


Palafolls (Raimundo de), Obispo de Gerona. 160.

Palaz (villa de). 73.

Palera (iglesia de): su consagración. 113.

Palio concedido al Obispo de Gerona. 98.

Palou (Fr. Pedro de). 193.

Papa: cuando hizo la primera provisión de Obispo en Gerona. 189.

Pascual II: confirma los bienes de la Sede de Gerona. 126.

S. Pedro Mr.: dótase su fiesta en la Catedral de Gerona. 178. Penitencia pública del Veguer de Gerona. 215.

Peratallada (Guillermo de), Obispo de Gerona. 112.

Ponce Ugo, Conde de Empurias. 130.

S. Poncio, Obispo de Gerona. 1.

Presas (S. Pedro de): su consagración. 128.


Raimundo, Obispo de Gerona. 123.

Raimundo, otro excluido. 117.

S. Raimundo de Peñafort. 186.

Ramón Berenguer III, Conde de Barcelona. 132.

Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona. 134 - 135 - 138 - 140 - 141.

Ripoll: consagración de su iglesia. 72.

Rivis mortuis (S. Mamés de): consagración. 140.

Roberto, Obispo de Gerona. 189.

Roca (S. Vicente de). Institúyese allí la canónica Agustiniana. 153.

Rocaberti (D. Benito), Arzobispo de Tarragona. 180.

Rocaberti (D. Guillermo de). Arzobispo de Tarragona. 199.

Rocaberti (Pedro de), Obispo de Gerona. 200 - 202.

Rodas (S. Pedro de), monasterio: consagración de su iglesia. 97.

Roger (Pedro), Obispo de Gerona. 92.

Roig enmendado. 104 - 112 - 113 - 210 - 212.

Roma (concilio de). 73.


Sabadell (S. Salvador de): su consagración. 110.

Sábado Santo: cirios que ardían este día. 180.

Sabarico, Obispo de Gerona, excluido, 5.

Sacrarios: qué eran. 120.

Santiago (concilio de). 62.

Savarico, Obispo de Gerona. 6.

Segarra (Fr. Arnaldo de). 186.

Sellos del Obispo y del cabildo de Gerona. 182.

Seniofredo, Obispo de Gerona. 21.

Seniofredo, otro. 50.

Seniofredo, otro excluido. 39.

Servus Dei, Obispo de Gerona. 31.

Silvestre II: confirma las posesiones de la iglesia de Gerona. 86.

Socarrads (S. Andrés de): su consagración. 127.

Somatén: obligación de salir a él. 193.

Stabilis, Obispo de Gerona. 3.

Stabilitos: beneficios así llamados. 138 (o 158, no se atina).

Suniario, Abad de Amer. 95.


Taio, Obispo de Gerona. 4.

Tarragona (concilio de), 138 - 169 - 174 - 177 - 180 - 188 - 201 - 214.

Tarragona (concilio de), fingido. 153.

Templarios: su persecución. 194.

Temple de Jerusalem (orden del), 137.

Teotario, Obispo de Gerona. 22.

Teuderico, Abad de Camprodon. 39 - 63.

Teuderico, Obispo de Barcelona. 44.

Tolosa (concilio de). 129.

Tort (Bernardo), Arzobispo de Tarragona. 139.

Tortosa: qué día se conquistó. 139.

Tortosa (cortes de). 163.


Ull (iglesia de): su consagración. 128.

Ulla (Sta. María de): su consagración. 153.

Umberto (Bernardo), Obispo de Gerona. 117.

Urrea (Pedro de), Obispo de Gerona. 209.

Usuras: determinaciones sobre las de los Judíos. 165 y siguientes.

Valdenses (herejes), desterrados. 156.

Viena (concilio de). 195.

Villabertrán (Sta. María de): su consagración. 119.

Vilacert (Bernardo de), Obispo de Gerona. 187.

Vilamari (Bernardo de), Obispo de Gerona. 183.

Vilamari (Guillermo de), Obispo de Gerona. 199.

Vilanera: fundación del convento de monjas Benedictinas. 211.


Walarico, Obispo de Gerona. 11.

Wilredo, Arzobispo de Narbona. 97 - 100 - 110.

Wifredo, Conde de Besalú. 56 - 58 - 65.

Wifredo (Berenguer) Obispo de Gerona. 102.

Wigo, Obispo de Gerona. 39.

Witiza, Abad de la Crasa. 43.

Winer (Wimer, Wimera, WimaraGuimera &c), Obispo de Gerona. 12.

jueves, 2 de junio de 2022

CARTA XXVI. Noticias del códice de cronicones que copió el Señor Pérez de varios originales antiguos

CARTA XXVI. 

Noticias del códice de cronicones que copió el Señor Pérez de varios originales antiguos, el cual se conserva en el archivo de la Santa Iglesia de Segorbe

Mi querido hermano: Hoy sólo irá la descripción de un tomo del Señor Pérez; mas es tal que vale todo este trabajo. De él dice en su testamento que le deja a su Santa Iglesia de Segorbe, porque es un tesoro; y lo es ciertamente para los que tengan ideas finas de literatura. Es pues un tomo en 4.° grueso, en cuya portada se lee lo siguiente: 

Hoc volumine continentur hi auctores antiqui mondum impressi, qui ad gotthicam Hispaniae historiam pertinent. Transcripti, et emendati ex codicibus manuscriptis

Como parte de estos documentos están ya publicados en la España sagrada del P. Flórez, y allí he visto el sumo aprecio que hace este escritor de algunas notas del Señor Pérez, me ha parecido examinar detenidamente estos documentos, y hacer algunas reflexiones, sin omitir las notas que puso él mismo sobre su autenticidad.

I. Victoris Tunnensis in Africa Episcopi chronicon ecclesiasticum per Imperatores et Consules continuans chronicon Prosperi Aquitanici ab anno Christi 444 ad 567 cum annotationibus marginalibus, ut puto, Joannis Biclarensis. Sobre el original de este documento dice el Señor Pérez: “El Victor Tunnensis trasladé de un ejemplar de letra moderna, que escribió de su mano el Dr. Juan Paez, cronista del Rey D. Filipo II de España: tiénele Zurita; creo que se trasladó por el de Osma. Después le comprobé y corregí por otro moderno que tiene Ambrosio de Morales, y fue de Florián Docampo. Después le enmendé por un gótico antiquísimo, que está juntamente con el cronicón de Eusebio en S. Lorenzo el Real, que fue de D. Jorge de Veteta, caballero de Soria. = Additae sunt hic in margine Victoris Tunniensis annotationes marginales ex codice alcobaciensi incerti auctoris, quas passim celebrat in cronico Joan. Vasaeus.” Comprende este cronicón diez y seis hojas casi todas de letra de Pérez; y no hay nada más que decir sobre él.

II. Joannis Abbatis Biclarensis, et postea Episcopi Gerundensis chronici continuatio post Victorem Tunnensem ab anno Christi 566 usque ad 590. El M. Flórez (Tomo VI. pág. 365.) ignora cuál pudo ser el códice antiquísimo de donde nuestro Obispo Pérez sacó la copia que dejó en Toledo, y aun parece sospechar que se valió de algún códice de aquella Iglesia. De esta duda nos sacó él mismo con una notita que dejó en este volumen, y dice así: El Joannes Biclarensis corregí por los tres libros mesmos que el Victor, que son los referidos en el número antecedente. Por donde se ve que el códice antiquísimo gótico de que se valió no fue de Toledo, sino el del caballero de Soria que 

existía en S. Lorenzo el Real junto con el cronicón de Eusebio; y este creo que sea el mismo que llamó soriense el P. Mariana, como también le llama el Señor Pérez a cada paso (V. Flórez ibid. pág. 420). Consta de ocho hojas: el texto está conforme con el de Flórez en el apéndice IX de dicho tomo, inclusas las variantes que puso al pie señaladas con la letra T, que son las tomadas del MS. que dejó en Toledo el mismo Pérez. Otra prueba de que este usó del códice de Soria como Mariana, es que acaba el texto donde le deja Flórez pág. 388, y pone esta nota: Aquí había en el otro ejemplar 

ocho o diez renglones más; mas no en el gótico de Soria.

III. Sancti Isidori Archiepiscopi Hispalensis liber de gotthis, suevis, et wandalis (godos, suevos, vándalos) usque ad annum 625, scilicet quintum Suinthilae.
Nota del Señor Pérez: “Isidoro de gotthis &c. trasladé del mismo libro del doctor Juan Paez, y corregí por el de Ambrosio Morales, que fue de Florián Docampo, y de él son las variantes cuando digo alias. Después le corregí por el gótico de Don Jorge Veteta, y de él son cuando dice. V. C. idest, vetusto codice. Después le corregí por Lucas Tudensis moderno, qui ipsa verba Isidori usurpat; y así pongo L. T.” El P. Flórez (tomo VI. pág. 470) habla de la edición Matritense de las obras de este Santo de 1597, entre las cuales se publicó la presente ilustrada por el Obispo Pérez. El aprecio que hacía este erudito de dicha edición le obligó a preferirla a las de Grocio y Labe. Así es que casi siempre sigue su texto, el cual he hallado conforme con esta copia. Esto se acaba de conocer en las notas sobre las eras y años imperiales, que pone al fin de este documento el P. Flórez, pues cotejándolas con este MS. se ve que las ilustraciones que puso Pérez al texto, son las notas marginales que de su mano dejó escritas en este 

códice. Después de esta crónica sigue: “Praefatio in librum D. Isidori de gotthis, wandalis, et suaevis, quae erat in alio exemplari novo cum hoc titulo (posita autem erat ante historiam wandalorum): Isidori Hispalensis Episcopi de gotthis, wandalis, suaevis, et halanis (alanos) in Hispania ad Sisenandum Regem gotthorum gloriosissimum brevis enarratio, et primo de wandalis. Praefatio. Domino et filio charissimo Sisenando Regi gotthorum &c.” No copio más, porque ya lo publicó Lucas Tudense, y aun cree el Señor Pérez que él la forjó: así lo dice en esta nota al margen: etiam est in Luca Tudensi sub nomine Isidori; puto esse Tudensis, quia non est etiam in C. V. Soriensi gotthico. Más abajo dice: Deest etiam in codice Ovetensi Pelagii Episcopi (obispo Pelayo); y luego: quam puto falsò tribui Isidoro.

IV. Idacii Lamicensis in Galletia Episcopi chronicon ab anno Christi 403 usque ad 568. “El Idacio (dice Pérez) le saqué sólo por el libro del doctor Juan Paez, porque no estaba en el gótico. Ambrosio de Morales me dicen que le tiene también. Y Vaseo dice que está en el códice de Alcobaça. Est in codice oxomensi simul cum Isidori chronico, et cum illo contuli hac nota: Oxom.” El P. Flórez en su tomo IV ilustró completamente los cronicones de Idacio: allí se puede ver la razón con que el Señor Pérez hace a Idacio Obispo de Lamego. A mí me toca advertir que este MS. es el cronicón breve, que publicó el citado escritor en la pág. 422, que su texto es el que ofrece allí el códice complutense, cuya nota preliminar Hucusque Severus &c. (ibid. página 419) se halla también en el códice que vio el Señor Pérez, y llama oxomense. Hay que notar además en este MS., que tiene al margen los años de Cristo puestos por el mismo Pérez; el cual lo dice al principio de su letra por estas palabras: annos marginales ego addidi. 

El cronicón acaba como en Flórez; pero puso Pérez de su mano las siguientes notas: “Hucusque etiam in cod. oxomensi. Sed puto addita principio Anastasii Imp. anno 491 (a saber, desde donde se dice Romanorum LI Anastasius); tum quia nuda nomina Imperatorum deinde ponuntur; tum quia Idacius, cùm dicat se conversum circiter ann. 416, non potuit vivere ad 568, idest, finem Justiniani. = Sigebertus in chronico ait Idacium Lemicae Hispaniarum urbis Episcopum produxisse chicon suum usqueron ad annum Christi 490. = Puto ergo usque ad finem Zenonis, et quia forte Idacius annos Zenonis non adscripsit, dici hic non inveniri annos Zenonis; cùm tamen Evagrius, et alii scribant regnasse Zenonem annos 17. = Item quia Isidorus de viris illustribus ait Idacium Galleciae Episcopum mortuum sub Leone Imperatore, et perduxisse suum chronicon usque ad annum octavum Leonis.” Hasta aquí Pérez, cuyo acierto en estas conjeturas conocerá el que haya leído a Nicolás Antonio y al P. Flórez; así que Idacio, muerto hacia los años 469, no pudo escribir lo que refiere del Emperador Anastasio, y aun se pudiera decir lo mismo de Zenón. Las palabras impertinentes Alipius Fagastensis &c. que Flórez pág. 429 nota en el cod. complut. no se hallan en este MS.

V. De regibus wandalorum fragmentum incerti auctoris ad finem chronici D. Isidori in cod. oxomensi. De esta adición a la obra de S. Isidoro, de que hablé núm. 3, no hace mención el P. Flórez que yo sepa, ni aquí hallo donde certificarme de si se ha publicado. Por ello he querido copiarla siendo como es tan breve (a: Véase el apéndice núm XXII.). 

VI. S. Isidori Archiepiscopi Hispalens. de viris illustribus ab anno 250 ad 610 additis tredecim viris, qui in aliis deerant, cum additione S. Braulionis Episcopi Caesaraug. (San Braulio obispo de Zaragoza) de vita S. Isidori.

S. Ildephonsi Archiep. Toletani de viris illustribus; cum additionibus S. Juliani, et Felicis (Félix, feliz), Archiepiscoporum Toletanorum de vita S. Ildephonsi et S. Juliani. Los originales de estas copias se saben por las notas siguientes: “El Isidoro de viris illustribus cum Ildephonso &c. del libro del doctor Juan Paez, y le corregí por el de Ambrosio Morales alias; y algunos lugares V. C. por el libro gótico de concilios de S. Millán de la Cogolla, do no está entero. = Está también gótico en la librería de Alcalá el Ildefonso de viris illustribus, y le corregí por él con esta señal C; fáltale el principio. 

= Et contuli cum oxomensi libro membraneo, sed ibi secundo loco post Osium est 

Sixtus Episcopus Rom., qui de est in caeteris codicibus. = En otro ejemplar de 4.° en el Escorial, y fue de D. Pedro Ponce de León comienza por Sixtus, y hay diez y seis varones ilustres, que faltan al principio en todos los ejemplares. Haud dubie sunt Isidori; descripsi et contuli cum illo hac nota P. P.” 

No da aquí noticia del códice MS. de Montsanto de Galisteo, del cual dijo Nicolás Antonio (Bibliotec. vet. lib. V. cap 4. n. 112) que es a quien debe S. Isidoro el poderse llamar autor de la adición de los trece varones ilustres, como notó Pérez en las notas a esta obra. Por la de este MS. se ve el esmero que puso en la copia que poseía de tan apreciable documento. La abundancia y preciosidad de ellas, diferentes de las que se publicaron en la edición de Madrid, de que habla Flórez (Tomo V. p. 436.), y la diversidad en el texto del que publicó allí mismo este escritor, me obligarían a copiarlo todo, si no fuera obra tan prolija, que precisamente debía ocuparme algunas semanas. Basta haber dado esta noticia para que los eruditos se aprovechen de ella, cuando lo pidiese la ocasión.

VII. S. Isidori Hispalens. obitus scriptus à Redempto. Flórez publicó este opúsculo tomo IX. pág. 366. El MS. de Pérez está conforme con las variantes que allí se citan de la edición real de Madrid. 

VIII. Vita septem primorum Hispaniae Episcoporum Torquati &c. qui ab Apostolis sunt missi ex vetustissimo complutensis bibliothecae codice litteris gotthicis scripto. 

Según indica el P. Flórez (Tom. III. pág. 25) ya no existe este códice complutense. Del mismo publicó una copia Tamayo (Martirolog. T. III. die 15 Maji.), la cual asegura que sacó de su mano el Señor Loaysa. Así que, existía sin duda ese original; y la copia de Pérez me parece más correcta que la de Tamayo, y en algunos lugares preferible a la que publica Flórez del Leccionario complutense; (ibid.) aunque en otros está muy equivocada. Por lo menos el MS. que tengo a la vista copiado de mano de Pérez, presenta la lectura del códice complutense en toda su pureza, y los defectos que hay son del que le escribió, algunos de los cuales enmendó Pérez al margen, como van puestos en el puntualísimo traslado que envío de todo ello (a: Véase el apéndice núm. XXIII.).

IX. De Osio Cordubensi, et Gregorio Eliberritano Episcopis historia incerto auctore, ut puto, Marcellino praesbytero; ex codice biblioth. complut. gotthico cum hoc titulo: incipit acta Sancti Gregorii Eliberritanae civitatis Episcopio quae apud Cordoba gesta sunt die VIII kalend. Majas (8 calendas de mayo). = Princ. In diebus illis Potamius odissipone civitatis &c., como en Flórez desde la línea seis de este documento (Tom. X. página 480.) y acaba en el núm. 4 en aquellas palabras moritur qui propter concupiscentiam fundi fiscalis fidem.... Añade luego el Señor Pérez: hic pauca prope finem desunt in cod. complut., discerpto uno folio.

X. S. Aemiliani Abb. (abad San Millán, Emilio, Emiliano) vita scripta à S. Braulione Caesaraug. Episcopo missa ad Fronimianum praesbyterum cum hymno Eugenii tertii Toletani Archiepiscopi in laudem S. Aemiliani. = Ex codice soriensi. Hace mención de este escrito de S. Braulio el P. Risco (T. XXX. página 170.) después de Nicolás Antonio y otros. Mas como no he visto las ediciones que se han hecho de él, no puedo hacer el cotejo que quisiera con este MS. Me contentaré con decir que la vida de S. Millán consta de once hojas de letra muy metida; que la prefación comienza así: Dei viro, Dominoque meo et germano fratri Frimimiano (Fronimianum) praesbytero, Braulius immeritus Episcopus salutem. Tempore piae recordationis Domini mei, et germani majoris natu &c. Acaba: incolumen beatitudinem vestram, et mei memorem Christi gratia custodire dignetur, mi Domine. Amen. La vida, que según el códice soriense consta de treinta y un capítulos, comienza así: Insignia miraculorum apostolici, purgatissimique viri Aemiliani &c., y acaba: quique tribuit nobis ad solatium praesentium miseriarum contemplationem vitae sanctorum virorum, qui vivit cum Deo Paire &c. Sobre S. Millán, en cuyo elogio trabajó S. Braulio, disputan los castellanos y aragoneses, queriendo los unos que sea natural de tierra de Rioja, y los otros de Verdejo, junto a Calatayud. En favor de esta segunda opinión hallé escrito un papel entre los del Señor Pérez de mano de su amanuense Andrés de la Parra; mas no por esto diré que sea obra suya. Incluyo sin embargo copia, porque sabe Dios cuando se ofrecerá hablar de este Santo (a: Véase el apéndice núm. XXIV.).

XI. Pauli Diaconi emeritensis liber de vitam, et miraculis patrum emeritensium. 

El P. Flórez le publicó (Tom. XIII. p. 335.); sobre cuyas advertencias preliminares pueden hacerse las siguientes observaciones: 1.° sobre los códices antiguos de este documento y de su copia se explica así Pérez: descriptus ex libro veteri monasterii de Carrazedo cisterciensis, prope Ovetum (Oviedo), unà cum aliis vitis Sanctorum. Sequitur post opuscula Valerii sine ullo nomine auctoris. Est et in Ecclesiam Ovetensi, et in monasterio de Valparayso. Fuit et in Ecclesia Segontinam, et Toletanam; sed nunc deest. Aquí nombra Pérez cinco códices antiguos, que no parecen ser los que, como dice Flórez, sirvieron a la edición de Tamayo: 2.° supone Flórez que la división de este libro en capítulos no se halla en ninguno de los códices antiguos, y que es obra de algún moderno amante de la claridad. Mas yo hallo esta división en la copia de Pérez, que lo es de códices antiguos con las mismas palabras: Nos enim partiti sumus in capita distinctionis causam. Y aún hay que considerar la nota que añade Pérez: In cod. Carrazedi desunt capita 2, 3, 4 de Fructuosi libris, miraculis, et versibus qua in cod. segontino interponuntur, tamquam ejusdem Pauli inter capita de Augusto puero et Nancto (así le llama, no Nuncto) abbate. Supone pues el Sr. Pérez que en los códices de Carracedo y Sigüenza se hallaba dicha división de capítulos: 3.° el número de capítulos y el texto está en este MS., como en Flórez, con algunas variantes de corta consideración. Al fin añade Pérez: Textus descriptus est ex cod. segontino; emendationes verò ex cod. Carrazedi. 

XII. S. Ildefonsi Archiepiscopi Toletani vita scripta à Cixila Archiepiscopo Toletano. Idéntica con la publicada por Flórez (Tomo V. p. 504.). 

XIII. De visione habita Taioni Episcopo in Romanam ecclesiam, et de libro morali in Spaniam (Spaniâ) ducto. Este era el título que tenía este documento en el códice emilianense, de donde dice Pérez que le copió. Extat, añade in cod. gotthico toletano in principio Moralium Gregorii. Sobre esta obra habló largamente el P. Risco (España sagrada tomo XXX: pág. 182 y sig.).

XIV. Incerti auctoris additio ad chronicon Joannis Biclarensis ab anno 601 ad 742. El Padre Flórez (T. VI. pág. 422.) supone que en la copia que sacó Pérez de un códice de Toledo, falta la especialidad de algunos reinados de los godos, y así que es más completa la copia que sacó Mariana de un códice de Soria con la añadidura de esos reinados. La verdad es que Pérez sacó su copia ex codice vetusto gotthico soriensi, y más abajo dice: del libro gótico de Soria que está en S. Lorenzo con Eusebio y Víctor: también le tiene Ambrosio de Morales, y en un cuaderno gótico de la librería de Alcalá. No hay rastro aquí de códice de Toledo. Item, los reinados de los godos no estaban en el soriense; púsolos Pérez al margen de este MS. y de su letra: y son puntualmente las mismas notas que el Padre Frorez (Flórez) publica con esta señal (**), como ingeridas por Mariana en la copia que sacó del códice de Soria. Siendo pues uno mismo el original de que se valieron Mariana y Pérez, y hallándose aquí de mano del segundo las notas que se atribuyen al primero, cualquiera podrá juzgar quien las copió de quien. 

Yo no dudo que este con otros escritos de Pérez fueron los que obligaron a Mariana a contarle en la tabla de los nombres de los autores, de los cuales recogió su obra, que se halla al fin del tomo 2, edición de Toledo de 1601.

XV. Adefonsi (Alonso, Alfonso, Ildefonso, etc) regis tertii Legionensis cognomento (cognomen, apellido, llamado el; cognom) Magni, chronicon ad Sebastianum, de Regibus gotthorum à Wamba, et ovetensium usque ad Ordonium primum (Ordoño I); scilicet ab anno 672 usque ad 866. Este es el famoso cronicón conocido con el nombre de Sebastián, Obispo de Salamanca. Sobre su verdadero autor véase el P. Flórez (Tomo XIII. pág. 464); el cual dice abiertamente que Pérez le atribuyó al Rey D. Alfonso III. Aunque en esto mostró su saber, afirmando ya entonces lo que muchos años después demostró Nicolás Antonio en su Biblioteca; sin embargo por el amor de la verdad pondré aquí sus notas, en que más parece que se dejó llevar de la opinión recibida en su tiempo: “Adefonsi tertii (dice Pérez de su letra) Regis Ovetensis chronicon, sive Sebastiani Episcopi Salamant. del libro gótico de Soria. = Tiénele también Ambrosio de Morales desumptum ex veteri ovetensi. = Cum illo contuli. = M. idest, emendationes ex codice. V. fratris Michaelis Medinae (Miguel Medina)”. Sobre la dedicatoria de este cronicón: Adefonsus Rex Sebastiano nostro salutem, dice al margen lo siguiente: ex prologo Pelagii Ovetensis apparet potius Sebastianum esse auctorem. Itaque hic inversio casuum. Al fin se hallan también de su mano estas palabras: “In quodam exemplari Ambrosii Moralis (Ambrosio de Morales) ad finem addebantur haec verba: Minus de chronica ab hoc Ordonio usque ad tempus Garsiae Regis filii Adefonsi (rey Garsía, García, Garci, hijo de Alfonso, Alonso, Adefonso, etc). Nempe quod desint hi duo Reges promissi in titulo. Sed deerant ista verba in codice ovetensi. Por lo tocante al texto, ya dijo el P. Flórez que se valió de la copia de Pérez que existe en la Biblioteca Real. 

XVI. Sancti Isidori Hispalensis chronicon hebraeorum, et romanorum ab ortu mundi usque ad ann. Christi 627, scilicet 4 Sisebuti (4° de Sisebuto). Flórez (Tomo VI. pág. 433) publicó el texto de este documento por la edición real de Madrid de 1597, en cuya ilustración acaso entendería el Señor Pérez, como hizo con otras obras del mismo Santo. A lo menos la presente copia está llena de notas marginales de su mano, de las cuales se aprovecharía con utilidad el que emprendiese una nueva edición. Las notas que autorizan esta copia son las siguientes: Isidori chronicon del libro gótico de Soria: corregido por L. T., idest; del libro Lucae Tudensis: et cum codice oxomensi pergameneo, non tamen valde veteri: et cum P. P. id est, Petri Pontii Leonis (Pedro Ponce de León), Episcopi Placentini novo, y sed optimo in 4. 

XVII. Sancti Juliani Arch. Tolet. historia de conjuratione Pauli Ducis Galliae Narbonensis adversus Wambam (Wamba, con declinación) Regem gotthorum (rey godo). 

Flórez (Tom. cit. pág. 529.) publicó este documento teniendo presente la copia de Pérez, que se conserva en la Biblioteca Real. Acaso falta en ella la carta del tirano Paulo al Rey Wamba, puesto que Flórez se resuelve a copiarla del Duchesne. Mas como en este autor no está conforme con lo que aquí pone Pérez, la he copiado con las notas marginales de su mano (a: Véase el apéndice núm. XXV.).

XVIII. Chronicon Regum wisigotthorum (reyes visigodos) Hispaniae breve, sed diligentissimum per annos et menses, quod puto esse S. Juliani Tolet. Arch., licet aliqui tribuant cuidam Vulsae Episcopo. Esto último juzgó Pérez en el prólogo a la colección de concilios, creyendo con Morales y otros eruditos de su tiempo que hubo un Wulsa Obispo, autor de este cronicón (b: V. Nic. Ant. Bibl. vet. script. incerti temp.). 

Mas en las notas que puso a la copia que tengo presente, parece haber retratado (retractado) su primer juicio, no siendo poca gloria suya haber hallado por donde apartarse de la opinión común de su siglo. Dicen así de su letra: “In codice vetusto Ovetensi est cum hoc titulo: Iterum incipit chronica Regum Wulsae gotthorum; ego potius lego wisegotthorum ut in codice soriensi”. = “Sequens summa Regum wisegotthorum erat in codice gotthico soriensi ad finem Juliani De conjuratione Pauli. Quare ejusdem Juliani Arch. Tolet. esse puto; et quia sua tempora videtur exactè attigisse, nam vixit sub Recesvindo, Bamba, et Egica (illud autem de Witiza ab alio videtur additum); et quia idem Julianus in eodem libro ordinem annorum collegit. Sed tamen sub nomine Wulsae Episcopi se reperisse in duobus vetustis codicibus retulit mihi Ambrosius Morales. Extat in bibliotheca Oveti (Oviedo) scriptum ante 500 annos. Creditur vixisse ultimis gotthorum temporibus. Puto falli.” Hasta aquí el Señor Pérez. 

Y pues Flórez hace el debido aprecio de las apuntaciones, aun las más ligeras, de este grande hombre, he querido copiar el texto de esta crónica junto con las notas que puso de su mano, las cuales no vio Flórez, como tampoco el original de Soria, de donde es la copia presente (a: Véase el apéndice núm. XXVI.). 

XIX. Isidori Pacensis (pacense, de Badajoz) Episcopi epitome Imperatorum, et arabum, una cum Hispaniae chronico ab anno Christi 611 usque ad 754. Es copia del códice de Osma y del Complutense que menciona Flórez (Tom. VIII p. 269.) Añadiré algunas de las notas de Pérez sobre este opúsculo: “Ephemerides arabum (dice), quas ex testimonio Vacaei puto esse J. Pacen., descripsi ex libro pergameneo, sed recentiori Eccles. oxomen., et castigavi majorem partem ex fragmen. sex foliorum in membran. gotthico scriptorum collegii Complutensis, quae A. Morales restituenda acceperat; reliquia erant furto sublata. Erant scripta ternis columnis. Itaque creduntur fuisse ad finem libri gotthici etymologiarum. Inde descripserat Lic. Joann Vazquez del Marmol qui mecum contulit.”

Después de las tablas cronológicas que resultan del cronicón del Pacense dice: “Itaque hic auctor scribit usque ad 10 annum Constantini Imperatoris, nempe era 792, Christi vero 754, mundi 5955.... Itaque auctor 42 ann. scripsit post ingressum arabum in Hispaniam sub Adephonso Catholico 3 Rege Oveten (Alfonso III de Oviedo)., et potuit videre ingressum arabum. = Hic auctor annos sarracenorum facit aequales ann. christianorum, cùm tamen sarracenici sint lunares 355 dierum, christiani vero solares 365 dierum, et ita retrocedendo ab anno arabum 136 posuit principium egirae arabum anno 618, et forte ponere debuit anno 622. = Hic auctor nihil meminit de Pelagio; et Favilla (Favila), Adephonso, Regibus primis; fortasse non credidit illos uti titulo Regum. = Hic auctor, ut puto, creditur à Floriano Ocampo (Florián Docampo, D'Ocampo) Julianus, diaconus graecus, fortè quia vidit hoc opus junctum cum chronico Juliani Toletani de Wamba; et greecum credidit quia scribit de Imperatoribus, non de Regibus Hispaniae. Sed hic auctor in fine opusculi citat Julianum Arch. Toletan.” 

A poca costa pudiera ilustrar los puntos que aquí se tocan. Mas para los doctos basta esto, que a los que no lo son no les bastaría un libro entero.

XX. Sampyri Asturicensis Episcopi chronicon Regum Legioniensium, continuatum post chronicon Adefonsi Regis ab Adefonso III ad Ranimirum III (Ramiro 3°), id est, ab anno 866 usque ad 982. Esta copia sacó el Señor Pérez ex cod. ovetensi, y la corrigió ex chronico gotthico alveldensi. No me es fácil averiguar si concuerda con la otra del mismo que disfrutó Flórez cuando publicó este documento (Tom. XIV. p. 438.). 

XXI. Otro tanto debo decir del cronicón del Obispo Pelayo, que imprimió Flórez (Ibid. pág. 466.), y el Señor Pérez copió aquí sin añadir cosa notable, a excepción de algunas ligeras correcciones.

XXII. Chronicon albaildense editum ab incerto auctore anno Christi 883 auctum à Vigila monacho albaildensi anno Christi 976. Así propone el título de este documento en el índice que formó al principio del volumen; pero cuando llega a él, le pone como está en Flórez (Tom. XIII. pág. 424.). También he hallado aquí las mismas notas que allí publicó este escritor. Añadiré las que no llegaron a su noticia. “Hoc chronicon (dice) ponit praelium Ruderici (Rodrigo), et principium regni arabum in Hispania era 754 (id est Christi 714), tertio idus Novembris: ubi colligit summam regum sarracenorum.” 

Al fin puso estas palabras: “Hactenus in cod. albaildensi. In fine ejus libri quibusdam versibus dicitur finitus liber kalendis Maji era MXIIII, regnante Rege Sancio (Sancho; Sanctus, Santo, etc), fratre Ranimiri (Ramiro, Ranimiro), et Regina Urraca anno 6 post mortem Garseani (Garsía, García, Garcés, etc) Regis *griego (biothanati) (a: Palabra de que usa este cronicón hacia el fin hablando del Rey Sancho Garsea - Garcés, García, Garsía, etc -) idest, vi occisi, nomen contumeliae, aut violenti occisoris (asesino violento, matador, sanguinario, etc; occidere : matar). Ea vox legitur apud Lampridium in Heliogabalo, et D. Ambrosium in martyrio Gervasii et Protasii, et in historiis martyrologii, in Andrea, Seraphia, et Crescente.” Quedan además muchas notas marginales, singularmente correcciones del texto, que vendrían muy bien en cualquiera edición que se emprendiese de nuevo.

XXIII. Ruderici Ximenez Arch. Tolet. de historiam arabum Hispaniae Regum à tempore Machomet pseudo-prophetae (Mahoma, Mohammad, etc) ab anno Christi 618 usque ad ann. 1140, nempe annum arabum 539. De este documento dice: descriptus est ex codice pergameneo bibl. tolet. additis etiam aliquot versibus, qui diversis locis deerant, ex cod. complut.

XXIV. S. Ildephonsi historia de Regibus gotthorum sui temporis. Est apud Lucam Tudensem. Nicolás Antonio (Bibl. vet. lib. V. c. 6.), Flórez (Tom. V. p. 284.) y otros críticos españoles tratan sobre el autor de esta obra; los cuales no parece llegaron a tener noticia de la censura que escribió Pérez de su mano, y dejó en este volumen MS., y es lo último que contiene. Por esta razón y por la abundancia de argumentos sobre los que expusieron algunos escritores, me ha parecido copiarla a la letra y enviártela (a: Véase el apéndice núm. XXVII.).

Con esto concluyo la noticia de lo contenido en el volumen de cronicones, copiado e ilustrado por el Señor Obispo Pérez. Si crees que debiera extenderme en la descripción de algún artículo, reflexiona que lo mismo quisiera yo respecto de otros; y si se tratara de contentar a todos, era menester copiar el libro. En la omisión de las notas marginales no creo ser digno de reprensión, pues para esto era indispensable copiar el texto. Lo dicho basta para que los literatos que traten en adelante de estas materias, conozcan el depósito de erudición que con tanto honor suyo conserva la santa Iglesia de Segorbe. A Dios &c.