Mostrando las entradas para la consulta patronímico ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta patronímico ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

viernes, 6 de enero de 2023

CARTA CXIII. Episcopologio moderno.

CARTA CXIII. 

Episcopologio moderno. 

Mi querido hermano: En mis cartas anteriores no hice más que dar una ligera tintura de la historia y curiosidades literarias de esta iglesia. 

Su historia completa no puede darse sin la serie de sus ilustres Prelados. Trabajo útil, pero muy costoso para quien ha podido ayudarse poco de los Catálogos impresos en varias Sinodales, que cierto antes estorban con sus inexactitudes clásicas. De algún auxilio han sido dos Catálogos manuscritos que se guardan en el archivo de la Catedral: uno formado por el señor Finestres, canónigo de esta iglesia, con acotación de algunas escrituras y documentos que fijan bien las épocas de los Prelados, y otro brevísimo que formó el padre Don Jaime Caresmar, sin duda con el objeto de que se imprimiese en alguna nueva edición de Sinodales. Mas ni uno ni otro han podido eximirme del trabajo de examinar por mí mismo las escrituras, procesos, bulas, actas capitulares y semejantes instrumentos, únicas fuentes para averiguar las épocas de cada pontificado y los hechos dignos de memoria. Aun en esto soy muy deudor al señor canónigo archivero Don Rafael Barnola, que con su práctica en este archivo y más con su pericia diplomática ha adelantado considerablemente mi trabajo. Hanme servido para completar y perfeccionar algunos artículos los archivos particulares de esta ciudad, singularmente el civil, de donde son algunas noticias de costumbres y sucesos civiles, que insertaré en los artículos correspondientes para amenizar cuanto se pueda esta narrativa, de suyo árida y poco agradable. Los hombres aman por lo común una lectura fluida y filosófica, donde no se tropiece con citas y examen de cosas menudas. El que tal sea, no lea, pero no espere poder leer la historia de esta iglesia, si primero no se publica. 

GUILLERMO PÉREZ, 

de 1149 a 1176.

Llamado así según la costumbre usada entonces de los apellidos patronímicos; porque ya dije en el catálogo de Roda que sus padres fueron Pedro Gauzperto y Urraca, como consta de una donación que hizo a aquella iglesia en 1173 de una almunia que sus padres, a quienes nombra, poseían delante de la villa de Monzón. Igualmente se dijo en aquel Catálogo que Guillermo asistió con el título de electo Rotense, a una junta de Prelados y nobles del reino, tenida a 27 de noviembre de 1143, donde el Conde Don Ramón de Barcelona hizo varias donaciones a los Templarios, y fue la introducción y establecimiento jurídico de esta cruzada en nuestros dominios. También te acordarás que allí se advirtió que este Obispo no usó otro dictado que el de Rotense durante todo el sitio de Lérida; y que con él firmó III idus junii de 1149 la permuta que hizo con los Templarios y su Maestre Pedro de Roveria de la iglesia de San Juan de Monzón por la de Fonç in podio de Garden in obsidione Illerdae.

Verificada la conquista de esta ciudad a 24 de octubre del mismo año 1149, luego tomó el título de Ilerdense, del cual usaba unas veces solo y otras junto con el de Rotense. Costumbre que imitaron algunos de los Obispos inmediatos; pero que por punto general quedó abolida en consideración de ser esta la Sede propia, de quien la de Roda sólo había sido vicaria. Entendió luego el Prelado en lo más necesario, que era la consagración de la iglesia Catedral; y este nombre dieron a una mezquita que estaba dentro de la fortaleza, la cual consagró día 30 del mismo mes y año, con asistencia de Bernardo de Fort, Arzobispo de Tarragona y de los Obispos Pedro Redorta, de Vique, Guillermo Torroja, de Barcelona, Bernardo Sanz, de Urgel y Bernardo, de Zaragoza, y de muchos nobles del reino, como verías en la escritura que ya fue copiada que es propiamente la dotación de esta iglesia por el Conde conquistador, de lo que ya se habló en las cartas anteriores. De modo que el día 30 de octubre del año 1149 es el primero de la iglesia de Lérida en su estado moderno.

Es muy verosímil que luego entendiese el Prelado en el orden del clero y establecimiento de la canónica. Cosa tanto menos difícil cuanto que con él bajaron de Roda varios Arcedianos a residir en esta Catedral; todos ellos canónigos regulares de San Agustín. Así es fácil de entender que las varias memorias que hay de admisiones en canónigos y de canónica en los años 1156, 58 y 64, deban entenderse de la canónica Ilerdense establecida ya con su Prior y Prepósitos, tal cual confiesan todos que existió los años adelante. Mayormente que lo que hasta ahora se ha creído constitución fundamental de esta canónica en 1168, lo es del gobierno económico de ella, mas no de su principio y origen, según ya dije días atrás, como también de la constitución cibaria hecha ese mismo año, en que hay cosas curiosas.

Grande atención necesitaba la nueva iglesia en su pastor para zanjar con acierto las relaciones de jurisdicción e intereses, que entonces comenzaba a tener con otros cuerpos, y de que dependía su prosperidad futura. El Conde Ermengol de Urgel y la nueva orden de los Templarios, cada cual por su parte entró en arduas contestaciones con nuestro Prelado y su nuevo clero; largas de contar y poco útiles para la historia general; las cuales al fin se terminaron por solemnes concordias (a: Aps. núms. XXI, XXII y XXIII.).

Los canónigos de San Rufo de Aviñón, heredados aquí por su gran protector el Conde Don Ramón de Barcelona, y establecidos a poca distancia de esta ciudad, experimentaron luego la beneficencia de nuestro Obispo y su Capítulo, los cuales les cedieron la iglesia que se les había consignado, y dieron licencia para poder edificar otra derribando la vieja, y para tener cementerio para los canónigos de San Agustín y sus comensales, con tal que su primer Prior el maestro Guillermo y los sucesores prestasen obediencia al Obispo Ilerdense. Hízose esto en 1155 (a: Ap. núm. XXIV.). Más adelante, en 1173, les concedió el mismo Prelado las oblaciones de los que equitando, vel pedibus ambulando, ad monasterium se transtulerint. Va copia (b: Ap. núm. XXV.). Hallose también el Obispo Guillermo en la junta que celebró el mismo Conde en Morel, castillo de Aragón, a 15 de marzo de 1157 para ceder a la casa de San Rufo de la Provenza los monasterios, o como llamaban obedientias de Santa María de Besalú, San Pedro de Terrasa, y el sobredicho de San Rufo de Lérida, cuya escritura publicó Aguirre. En 1158 a fines de octubre congregó un sínodo en Roda, donde terminó el pleito que pendía entre el Abad de Alaón y el Arcediano de Roda Raimundo Oriol sobre la posesión y derechos de la iglesia de San Juan de Elins. Había ya diez años que Ponce, Abad de aquel monasterio, recobró dicha iglesia por sentencia de nuestro Obispo Guillermo, dada en Benavarre en 1148 (illo anno capta fuerat Almaria). Pertenecía ya de muy atrás a dicho monasterio por donación de Ponce, Obispo de Barbastro, el día que consagró la iglesia de San Salvador y San Bartolomé de Calasanz. Ahora en 1158 el Arcediano de Roda pretendía recobrar sus derechos en la dicha iglesia de Elins, videlicet, stabilimentum, cenam, mensuraturas de ipso granèr, pregariam, fidaucias clericorum et placitos et prohibitionem in clericos et in ecclesia. Nada de esto le fue concedido al Arcediano sino sólo una cena al año para él y para tres criados con sus caballerías. Mandose además que aun cuando el Obispo quisiese poner entredicho y censuras en la iglesia y clérigos, no lo notificase a ellos, sino al sobredicho Abad. De todo esto dan cumplida razón las dos escrituras adjuntas (a: Aps. núms. XXVI y XXVII.), copiadas de unos trasuntos que he hallado en el convento de mi orden de esta ciudad. Hallose en un concilio provincial en Tarragona en 1170, donde compuso el pleito del Abad de la O con el de Ripoll, etc. (Vid. Solsona hablando de Gualter).

Otras memorias hay de su cuidado y celo pastoral y del amor con que miró a la tierna planta de su iglesia, no cesando de establecer y reformar en ella cuanto pudo. Así en 1173, a 1.° de marzo (1174) dotó la enfermería de esta Catedral para alivio de los ancianos y salud de los dolientes. Quoniam, dice, infirmorum et senum mansionem intra claustra canonicorum a Praelatis fieri digne oportet, ut ibidem et subsidiis ecclesiasticis quibus indigent, et fratrum amminiculis misericorditer sustententur; idcirco, etc. Entre otras cosas cede a este fin la iglesia de Scarp, con diezmos, etc. No tiene data. El traslado es XIV kal. martii MCLXXIIII. Poco antes de morir, en 1176, confirmó a Roda varias donaciones de sus antecesores, videlicet, Raimundi Dalmacii, Poncii ac beatae memoriae Sancti Raimundi, Petri quoque et Gaufridi Episcoporum et Domini Ranimiri Regis.

Llamole Dios para sí día 17 de diciembre de 1176; y cuando se construyó la Catedral fue enterrado al lado de la capilla de Santa María ad nives, o de les Gralles. Costeó su sepulcro, y dotó una lámpara Gombaldo, entonces canónigo, y después Obispo, como se dirá en su artículo. Andan algunas copias de la inscripción sepulcral; mas no pudiendo yo salir responsable de su veracidad la omito. Y esto quede dicho para los sucesores.

BERENGUER 

de 1177 a 1191.

Hijo natural de Ramón Berenguer, Conde de Barcelona y conquistador de esta ciudad. Era ya Abad de Montearagón y electo Obispo de Tarazona en 1170. De él, y de cómo conservó siempre la citada abadía y residió siempre en ella, aun siendo sucesivamente Obispo de Tarazona y Lérida y Arzobispo de Narbona, y de cómo lo depuso de ella el Papa Inocencio III en 1204, trata largamente el padre Huesca (tom. VII de las iglesias de Aragón, pág. 381). Pero acerca de la época de su pontificado en Lérida se debe creer muy anterior al día 11 de junio de 1178, que es la fecha de la escritura de Roda, que alega el citado escritor, y yo vi también en aquel archivo: regnante... Berengarius electus in Illerda et in Rota. Anterior es la noticia que hay ya de su existencia a 10 de marzo de la era 1215 (año 1177), que es la fecha de la escritura en que Fortún de Stada y Sancha, su mujer, hacen varias concesiones a los pobladores de Masalcorex. Entre las firmas se halla: Berengarius electus in Sede Illerdae. Esta escritura vi en el archivo de Benifazá. Anterior es también otra de 18 de enero de 1178 (Lib. ver. fol. 90). Y mucho más adelantada la del 17 de abril de 1177, día en que subscribió el privilegio dado por su hermano Don Alfonso II, estando en Lérida, de la traslación de la iglesia parroquial de Hix a la villa de Puigcerdá, con estas palabras : Signum Berengarii Illerdensis ecclesiae electi, et Abbatis monasterii Arig.s No debe extrañarse la inexactitud con que se expresó la abadía de Montearagón. Mayor fue la de otra escritura de Roda de 1183, que dice: regnante... Episcopus Berengarius Mondensis Abbas in Sede Illerda et Rota. Pues, como he dicho, tardó poco en suceder al Obispo Guillermo Pérez, que murió en diciembre de 1176, y el nuestro ya lo era en abril de 1177. Desde esta época son frecuentes sus memorias. La principal es la que refiere Zurita (lib. II, cap. 38) de la embajada que su hermano Don Alonso II, Rey de Aragón, le encargó para el de Castilla sobre la restitución del castillo de Hariza (Fariza), y la guerra contra Don Fernando, Rey de León. Esto fue en 1179. En el de 1186 le hallamos en esta iglesia a XI de las calendas de marzo jurando conservar y mantener ilesas todas las concesiones hechas a la canónica por su predecesor, confirmadas ya por el Cardenal Legado Jacinto Bobo y por el Papa Alejandro III. Firma también en esta escritura, que existe original, Gombaldo, Arcediano de Lérida. Parece que este Obispo intentó eximirse de la jurisdicción de su Metropolitano en alguna parte, y aun (e incluso) que había impetrado letras para ello. En razón de esto (archivo de Tarragona) hay un convenio entre el Arzobispo Berenguer y la canónica de Lérida sobre mutua custodia, y los de Lérida ofrecían impedir los intentos sobredichos de su Obispo. Esta escritura no tiene fecha, mas el carácter de ella demuestra ser de fines del siglo XII. Sobre todo, lo evidencia el nombre del Arzobispo Berenguer, del cual no ha habido otro Arzobispo en Tarragona que Don Berenguer de Vilamuls; y lo fue desde 1174 hasta 1194.

El remate de su pontificado fue por traslación a la Silla de Narbona, la cual en la Gallia Christiana se fija en el año 1191; y debió ser a últimos de ese año, porque el día XV kal. novembris del mismo todavía suena aquí Obispo en escritura de poca monta.

Con esto se ve que no murió en 1179. Si esto fuese así, debiéramos decir que hubo dos Obispos Berengueres. ¿Mas quién se atreverá a multiplicar tan fácilmente las personas? Y más, que las equivocaciones de dicho catálogo son frecuentes; y no es menos continua la memoria del Berenguer que entró en 1176 hasta el 1191, siempre con la añadidura de Abad de Montearagón.

El obispado de Huesca que le atribuyó Aynsa (Aínsa) y otros escritores Aragoneses hacia el año 1180, es una fábula, desvanecida ya por el citado Padre Huesca (tom. VI, pág. 202). 

GOMBALDO O GOMBALLO DE CAMPORRELLS

de 1192 a 1205.

Hijo de Raimundo de Camporrells y de Lombarda, siendo este el primer Obispo en esta iglesia que dejó de apellidarse con el nombre patronímico y tomó el de familia. De sus padres y de dos hermanos Bernardo y Raimundo hace mención él mismo en la donación que hizo a esta canónica de un alodio en el término de Badells, entre Tamarite y Nacha. Otra semejante hay en el Libro verde, (fol. 215). Por donde me doy a entender que eran oriundos de Aragón, y acaso señores de Camporrells, lugar de aquel reino, aunque también hay otro lugarcillo del mismo nombre cerca de Balaguer, en Cataluña; y las conjeturas que en esto solo estriban, siempre son muy voluntarias. De un sobrino suyo, llamado Bernardo de Cepilio, hay noticia en escritura de 1175 (Lib. ver. fol. 226). Vivía también en Balaguer un Gisperto de Camporrells que hizo testamento en 1407, en el cual impuso a su heredero la obligación de dar de comer y lavar los pies en su casa a trece pobres el día de Jueves Santo ad faciendam, dice, horam nonam.

De su niñez se sabe que la pasó en Roda, o al menos que en aquella iglesia fue educado bajo la disciplina del Obispo Guillermo Pérez antes de la conquista de Lérida, como lo dice él mismo, haciendo en el año 1200 varias donaciones a dicha iglesia para remedio del alma de Guillermo qui me nutrivit. También consta que gobernó como Rector la iglesia de Santa María de Tamarite, villa que suena recién conquistada en 1169 por Pedro de Estopaniano (Estopiñá y variantes), como se ve en la donación de las décimas que a esa iglesia y a Gomballo hicieron ese año, a 30 de abril, Sancho y Bernardo de Estopaniano, Berenguer de Tamarid y Guillermo de Finestres (Lib. ver. fol. 79). En 1185, día 11 de junio, dio el mismo a Arnaldo, Prior, y al Capítulo de Lérida quendam excusatum in ipsa mea turre de Sancta Maria de Tamarith, nomine Johannem Gord... ad opus et honorem sepulcri venerabilis memoriae Domini mei G. Illerdensis Episcopi primi... ut et sepulcrum construatur, et eo constructo cuidam lampadi oleum ad ipsam illuminandam tam in diebus quam in noctibus, per singulos annos sufficienter continue amministretur, et continue ante ipsum ardeat. 

En esta escritura firma y se llama Arcediano de Lérida, porque cierto es que lo fue, y canónigo también, mucho antes de ser Obispo.

He visto en el archivo de Roda el decreto de su elección, sin fecha alguna, y firmado sólo por los canónigos de aquella iglesia. Circunstancia que hace sospechar que en los años anteriores al 1244, en que se hizo la concordia que se dijo en la de Roda, ambos Capítulos por entero entendían en la elección de Obispo, y que cada uno de ellos formaba separadamente el decreto de elección para pedir la confirmación al Metropolitano. El que digo va dirigido a Berenguer de Vilademuls, Arzobispo de Tarragona, pero sin fecha alguna de mes ni de año. Sin embargo, es claro que no pudo ser el de 1179, como dicen los Episcopologios manuscritos; porque además de constar la existencia de su antecesor Berenguer el día XV kal. novemb. de 1191, en escritura que firma dicho Obispo con Gombaldo, Arcediano, se sabe que el año 1192, a 10 de las calendas de marzo, Gombaldo se llama Obispo electo. Y yo entiendo que esa fecha no se ha de tomar por año de Encarnación, de modo que corresponda a 1193, sino al 1192; porque en 6 de abril del último año, y más claramente en otra escritura, que expresa además la era 1230, IV kal. julii, se añade pontificatus Domini Episcopi primo. Es pues averiguado que comenzó su pontificado hacia primeros de enero del año 1192. El instrumento que últimamente he citado es la constitución con que aumentó el vestuario a los canónigos de Roda, y mandó que no fuesen recibidos los canónigos sino en el día de San Vicente Mártir, titular de aquella iglesia. En el mismo mes de junio dio la iglesia de San Vicente de Huesca, propia de la de Roda, a un Juan de Huesca, con la obligación de pagar en el primer año 10 sueldos, y en los siguientes 20, y de recibir y hospedar a los canónigos de Roda, como a sus señores, cuando allá fuesen. Ambos documentos vi en aquel archivo.

Halló este Obispo a su reciente Catedral inquietada en la posesión de las de Barbastro, Belsa, Gestau y Alquézar, que pretendía para sí el Obispo de Huesca, insiguiendo las ideas de su antecesor el famoso Esteban. Sobre esta ruidosa causa había comisionado el Papa Celestino III a los Obispos J. de Tarazona, M. de Osma y G. de Calahorra; los cuales, sabiendo que el de Huesca después de varios efugios había marchado a Roma, enviaron a Su Santidad todo el proceso de la causa por manos de nuestro Obispo Gombaldo, cuya causa recomiendan en la carta que da razón de lo dicho, fecha en Tudela a 30 de noviembre de 1194. Va copiada del archivo de Roda (a: Ap. núm. XXVIII.). Por ella se ve que Gombaldo viajó a Roma para oponerse a la acción de su adversario. A este viaje aludía el mismo Papa en el breve que le dirigió, sujetándole los monasterios de San Victorián y de Ager, el cual he visto en el Libro verde (fol. 30), sin data alguna, que debió suprimir el copiante. Mas en otras partes la he visto dada en Letrán a 5 de las kalendas de julio, año VI de su pontificado, que era 1196. Dice allí el Papa: Licet bonae opinionis tuae odor iam pridem ad nos usque pervenerit... postquam ad nostram praesentiam accesisti, etc. 

El Papa procedió en esto según los informes que le dio nuestro Obispo, el cual creía que los límites de su obispado se extendían por Cataluña y Aragón mucho más de lo que tenía señalado. Aquellos dos Abades se resistieron a esta sujeción, y a las excomuniones que fulminó nuestro Obispo. A esta causa puso término la final sentencia de Inocencio III, contenida en su larguísima bula, que va copiada del Libro verde (fol. 9), aunque sin fecha (a: Ap. núm. XXIX).

Con el mismo tesón, y acaso con mejor éxito, defendió otros derechos de su iglesia; en particular recobró los que tenía usurpados el Conde de Urgel Ermengol VIII, que hizo de todos ellos restitución solemne, entregándose por canónigo de esta iglesia en el mes de julio de 1193, autorizando la escritura que se hizo, Dulcia, su madre, y Alvira su mujer. No menos glorioso fue para él ese mismo mes y año, en que por sentencia de Gregorio Diácono, Cardenal de San Angelo, Legado del Papa, recobró de los Templarios los diezmos de los molinos de Lérida que el Conde Don Ramón había dado a esta iglesia en 1149, y ahora le disputaban los individuos de aquella orden. Ambas escrituras existen originales en este archivo. Copiada está en el Libro verde (fol. 37) la cesión que los canónigos de San Rufo hicieron en 1203 a nuestro Obispo del palacio real en la Zuda, que les había dado el Rey Don Pedro: en cambio les dio el Obispo unas tierras y facultad para construir una iglesia in almunia vestra de Alcano.

X. kal. jun. ann. VI pontific. (1203) el Papa Inocencio III dio comisión al Obispo de Huesca y Prepósito de Jaca para que procediesen como sus delegados en la causa pendiente entre el Arzobispo de Tarragona, Obispos de Urgel y Vique y nuestro Obispo, el cual pedía a aquellos muchas iglesias que decía haberle usurpado durante el cautiverio de Lérida, con cuyo territorio se habían engrandecido ellos. No sé el éxito que esto tuvo; mas es cierto que no hubo cuerpo con quien no litigase sobre los derechos de su iglesia. A este tenor y de esta especie hay muchas memorias que contar de su vida, que interesan poco a la historia, y que sólo sirven para acreditar su existencia y el celo con que trabajó por la conservación y aumento del decoro debido a la iglesia de Dios. Acaso por los pleitos pasados no hubo lugar para entender en la construcción de un templo nuevo, y la Sede episcopal estaba todavía en la primera mezquita que había consagrado Don Guillermo Pérez. Nuestro Obispo, desembarazado de aquellos cuidados y asegurada la dotación de su esposa, entró en el vasto proyecto de edificar la iglesia con toda la grandeza y gusto que permitían aquellos tiempos. Tuvo la satisfacción de que concurriesen el Rey Don Pedro y el Conde Ermengol de Urgel a poner la primera piedra, como se verificó a 22 de julio de 1203. De esto ya se habló en otra carta. XII kal. jan., 1204, se firmó la escritura en que este Obispo concedió a Doña Elvira, Condesa de Urgel, el permiso para fundar un monasterio de monjas Cistercienses en la iglesia de San Hilario, junto a esta ciudad de Lérida. Vi la copia de Caresmar, sacada del convento de Tamarite. Poco más sobrevivió este grande Obispo, pues murió a 22 de abril de 1205. Depositaron interinamente su cadáver ante al altar de Santo Tomás; y después fue trasladado al sepulcro de su antecesor y maestro Guillermo Pérez, junto a la capilla de Santa María ad nives, en el que había dos inscripciones, que no copio por las razones dichas otras veces.

Sólo me falta advertir que no confundas este Gombaldo con el Gombaldo de Santa Oliva, Obispo de Tortosa, que floreció por este mismo tiempo. La distinción de estas dos personas quedó ya demostrada en el Episcopologio de Tortosa, a que me remito.

Poco tardó en suceder

BERENGUER DE ERIL,

de 1205 a 1236.

Noble Catalán y acaso nacido en alguno de los lugares de este nombre, propios de su familia. Fue Abad de Çaidin (Zaidín, Çaidí), a la orilla del Cinca. Entró a gobernar esta diócesis poco después de la muerte de Gombaldo, constando (Lib. vir. fol. 49) que era ya Obispo sin el dictado de electo a XI de las kalendas de enero (22 de diciembre) de 1205. A los treinta años que le duró el pontificado no corresponde el número de memorias que quedan de él; sin embargo, las pocas que se conservan le hacen harto memorable para esta ciudad y provincia. Porque en primer lugar son de su tiempo las fundaciones de la mayor parte de las comunidades religiosas, algunas de las cuales permanecen hoy día aunque en sitio diferente de su fundación, y otras se han arruinado o trasladado a otra parte. Débele también el monasterio de Santa María de Labax la introducción en él de la regla Cisterciense por encargo del Papa Honorio III con su breve dat. Signiae VIII. idus julii pontific. anno VII. (1223). Ya dije otro día que este monasterio era de Benedictinos desde los tiempos de Cario Magno, y que a fines del siglo XI pasó a ser de canónigos seculares, los cuales ahora quisieron unirse a la orden del Císter y al monasterio de Bonafont. En la Colección del Cardenal Aguirre se publicó el sobredicho breve. Glorioso es también para este Prelado e iglesia el concilio que aquí celebró Juan, Cardenal Sabinense, Legado de Gregorio IX, a 29 de marzo de 1229, que fue el principio de la reforma de la disciplina eclesiástica en esta provincia, y de tantos concilios Tarraconenses que con él comenzaron. El Cardenal Aguirre no publicó sus actas. Yo las tengo de varios códices que he ido encontrando por acá, mucho más completas y casi dobladas que las que publicó Mansi en el tomo II de sus apéndices a la Colección de Labbé. Y aun en ellas falta, si no me engaño, la noticia de los Prelados que asistieron a este congreso, los cuales indica la siguiente nota de uno de los códices que decía: Haec statuta quae sequntur, celebravit D. Joannes Sabinensis Episcopus Apost. Sedis Legatus in generali concilio Illerdensi praesentibus S. (Sparago) Terrachonen. Archiepiscopo et B. (Berengario de Palou) Barchinonensi, G. (Guillermo de Cabonellis) Gerundensi, G. (Guillermo de Tavartet) Vicensi, P. (Petro de Puigvert) Urgellensi, B. (Berengario de Eril) Illerdensi, P. (Poncio de Torrella) Dertusensi et G. (García de Gudal) Oscensi Episcopis; necnon Abbatibus et aliis ecclesiarum Praelatis in anno Domini M.CC.XXIX. IIII kalendas aprilis. No deja de ser extraño que no quede aquí memoria ninguna de tan célebre concilio, ni del lugar donde se tuvo, ni de cosa a él perteneciente. La mayor parte de estos Obispos se hallaron en el primer concilio provincial Tarraconense, que se tuvo ya el año siguiente 1230. Mas el nuestro no asistió a él si no es por procurador, como se lee en alguno de estos códices. Y llamo a este primero en el estado moderno, porque los dos que se suponen del siglo XII son una fábula, como diré de propósito cuando tenga ocio. 

En el año 1232 hizo con su Capítulo la ordinación en que se confirmó el número de veinte y cinco canónigos, y excluyó de toda voz activa en la iglesia a los honorarios, es a saber; Arzobispos, Obispos, Abades, etc., y aun algunos legos, a quienes se concedía la porción y honor canonical, quedando excluidos de todo lo demás. Fue copiada (a: Ap. núm. XV). Otras constituciones suyas y del Capítulo quedan del año 1234, en las cuales se arregló la porción que se debía dar a los canónigos de Roda cuando viniesen a Lérida por causa justa: quacumque hora venerint, dice, vel recesserint a pulsatione aurorae usque ad pulsationem cimbali, quod latronis communiter appellatur, tribus diebus suam accipiant portionem. Lo mismo se establece a proporción respecto de los canónigos Ilerdenses extravagantes seu volatiles, a los cuales define así: qui ad minus per octo menses residentiam non fecerint personalem. En Roda consagró el altar de San Vicente a 9 de julio de 1234, y del año siguiente me acuerdo haber visto en aquel archivo una memoria de su existencia, aunque ahora ni sé cual es, ni el día de su fecha. Y me fuera importante, porque en los Episcopologios manuscritos se dice que murió este Obispo en 1234. Pero a falta de aquella hay aquí otra del día VIII. kalendas februarii de 1234 (que es nuestro 1235), y es la escritura con que el Obispo Berenguer dio a Bernardo Pichario honorem cum capud manso de Alfagis. Suscribe en ella como testigo Magister Petrus de Albalate Sacrista Illerdensis, que es el Obispo sucesor; el cual como veremos no fue electo hasta el mes de octubre de 1236. Así que no hay necesidad de anticipar tanto la muerte de nuestro Berenguer; que atendida la costumbre de entonces en la poca duración de las vacantes, debe fijarse a mitad del mismo año 1236. 

PEDRO DE ALBALAT,

de 1236 a 1238.

Sacrista de esta iglesia desde antes del año 1228, y en 1233 juntamente Prepósito de San Andrés. Este es el llamado comúnmente magister, dictado con que suscribe en varias escrituras del 1232, 34 y aun del 36. Esta última es notable para fijar el principio de su obispado. Se reduce al establecimiento de un censo que él mismo hizo V idus jannuarii anno Domini M.CC.XXXV. (que es el 9 de enero de 1236) en que firma magister P. de Albalato, Illerdensis Sacrista. 

Con esto es claro que no fue electo Obispo en todo el 1235. Mas no son menester conjeturas, habiéndosenos conservado en el archivo de Roda el decreto de su elección que he copiado (a: Ap. núm. XXX.). En él verás que por la muerte del Obispo Berenguer de Eril los Capítulos de Lérida y Roda eligieron magistrum Petrum, Sacristam nostrum, y que esto fue el día 14 de octubre de 1236, que es la fecha del decreto, o muy pocos días antes. Va dirigido al Arzobispo electo y administrador de Tarragona Guillermo de Mongrí. Con esto está dicho que si este Obispo fue monje de Poblet, como pretenden los historiadores de aquella casa, sería después de su promoción a esta Silla, porque hasta esa época suena Sacrista Illerdense. La reputación en que estaba este Prelado puede inferirse del encargo que el Papa Gregorio IX le hizo junto con San Bernardo Calvó, Obispo de Vique, y San Raimundo de Peñafort para elegir el primer Obispo de la nueva iglesia de Mallorca y consagrarle a nombre de Su Santidad, buscando para ello otros Obispos que no fuesen de la provincia Tarraconense, recibiendo del candidato el juramento de obediencia a la Silla Romana. Este punto de nuestra historia no conocido hasta ahora, lo verás en el Viaje de Mallorca. La data de dicha bula es de 15 de julio de 1237. Eligieron en efecto a Don Raimundo Torrelles, primer Obispo de aquella isla, donde a principios del año siguiente estaba ya desempeñando su oficio.

Poco más de un año gobernó el nuestro esta iglesia, mas en eso poco hizo una solemne constitución a 11 de diciembre de 1237, fijando el número de canónigos en veinte y cinco, como estaba mandado, y el de las doce preposituras servideras por los mismos canónigos, las cuales diesen las décimas de sus frutos a la obra de la iglesia, mientras durase su fábrica. Entre las porciones canonicales señala la que se debía dar magistro scolarium qui in grammatica regat et doceat, como entonces, por falta de dotación, no produjese aquella escuela los frutos que solía antiguamente. Muy pocos días pasaron después de establecida esta constitución que no fuese promovido a la Silla de Tarragona, en la cual consta que se hallaba ya a principios de 1238, que como Metropolitano se halló en la conquista de Valencia desde la mitad de ese mismo año, en cuyo sitio recibió el palio, según hallo notado en un Croniconcito de Mallorca. Con esto cuadra la elección del sucesor, de que ya se trató a 29 de abril del mismo. Conforme a estos datos ciertos, debe explicarse la nota que hay en un Episcopologio manuscrito de este archivo, de cierto establecimiento de alfages por censo de una libra de pimienta, hecho por nuestro Obispo XI kal. martii de 1238, que según la cuenta usada entonces corresponde al 19 de febrero de 1239. Si se hallase el instrumento original, se vería si hay yerro en esta fecha. Mas cuando sea la misma, debe decirse que contó el notario los años Julianos, como tal cual vez lo hacían contra la costumbre común. De modo que no cabe duda que el Obispo Pedro de Albalat sólo lo fue hasta los principios de 1238. En el Catálogo de Arzobispos Tarraconenses hallarás lo demás que pertenece a su vida y operaciones pastorales. Pertenece al tiempo de este Prelado la celebración de un Concilio tenido en esta ciudad el año 1237, en el cual se encargó a varios religiosos Dominicos y Franciscanos la inquisición contra los Judíos del reino. Esto dice la Historia de Languedoc, lib. XXV. 

RAIMUNDO DE CISCAR (o SISCHAR), (o Siscar)

de 1238 a 1247.

Del cual los historiadores del monasterio de Poblet dicen que fue monje en aquella casa; y esto, atendida la costumbre de aquellos tiempos, no se opone a que hubiese sido, como realmente lo fue y diré luego, canónigo de la iglesia de Roda. Del archivo de dicha iglesia me consta que a 27 de abril de 1238 se juntaron ambos Capítulos para esta elección, la cual hicieron por compromiso en siete canónigos, cuatro de Lérida y tres de Roda. Recayó la elección ese mismo día en nuestro Raimundo de Ciscar, de la noble familia de este apellido, hoy arraigado en el reino de Valencia. La primera memoria que hay de su pontificado es del día 26 de abril de 1239, en que hizo con el Precentor de Lérida una permuta que está copiada en el Libro verde (fol. 197). Aun antes de ese día, en el 18 de abril, sabemos que asistió al primer concilio provincial, que juntó el Arzobispo Pedro de Albalat. Hallose también en el de Valencia de 8 de mayo de 1240, en el de 5 de mayo de 1243, en el de 12 de enero de 1244, y por último en el de 1 de mayo de 1246.

Por este tiempo se suscitó el pleito entre este Capítulo y el de Roda sobre la concurrencia del último a las elecciones del Obispo y otros puntos. El de Lérida recusó por juez en esta causa a nuestro Obispo Raimundo por haber sido canónigo de Roda y por su mucha adhesión a aquella iglesia. Esto pasaba en el año 1243 cuando se nombraron otros jueces árbitros en la causa, como ya se dijo en la historia de la iglesia de Roda. Sin embargo, se halla que en el año siguiente el Obispo con el Metropolitano de Tarragona dieron la sentencia final, como allí se explicó, la cual rigió hasta que por reservas papales y por concordato los Capítulos quedaron privados de elegirse su Pastor.

Dos años después, digo en el de 1246, se tuvo aquí el concilio o junta de Obispos en la causa de la absolución y penitencia impuesta al Rey Don Jaime I por haber cortado parte de la lengua y desterrado de sus reinos al Obispo de Gerona Berenguer de Castellbisbal. Cosa de que ya se habló en la carta XXXIV. Y es bien notable el silencio y ningún documento que hay aquí de negocio tan famoso como cierto, que acaso podía recibir mayor ilustración. Quédanos de este Obispo un copioso sínodo que celebró en su Catedral: que es el primero que se ha conservado de aquellos tiempos. Sus Constituciones versan sobre los ritos en los sacramentos, sacrificio de la Misa y reforma del clero. Van copiadas del códice que ya dije del archivo de la cofradía de Santa María y San Salvador (a: Ap. núm. XXXI). 

Su muerte debe fijarse hacia la mitad del año 1247. Porque es cierto que vivía aún el día 22 de abril de ese año, en que se celebró concilio provincial en Tarragona, al que envió por su procurador a G. Vitalis, sin duda por hallarse ya enfermo. Con esto no es menos cierto que había ya fallecido mucho antes del noviembre del mismo año, como vamos a ver en el sucesor

FRAY GUILLERMO BARBERÁ,

de 1248 a 1254.

De la orden de Predicadores, electo por autoridad pontificia, siendo el primero en esta iglesia en quien la Sede apostólica usase de su derecho en causa de apelación. Fue así, que no concordando los Capítulos de Lérida y Roda en el nombramiento de Obispo, resolvieron enviar a Roma dos comisionados, que fueron Mateo, Arcediano de Terrantona, y Pedro de Lerato, Precentor de Lérida; a los cuales otorgaron poderes VI idus de noviembre de ese año 1247 para que pudiesen ellos solos elegir Obispo de voluntad y consentimiento del Papa. Resintiose el Metropolitano Don Pedro de Albalat de esta apelación, ya por tocarle a él la elección devoluta, y acaso también por la circunstancia de haber él sido antes Obispo de esta misma iglesia. 

Y así envió a Roma su embajador, pidiendo que se conservase ileso su derecho y se declarasen inhábiles para elegir Obispo los dos enviados por los electores. El Papa Inocencio IV cortó este negocio con prudencia, y con su breve dat. IX. kal. jan. pontific. anno V, (que es a 24 de diciembre del mismo año 1247) dio comisión al mismo Arzobispo de Tarragona, a San Raimundo de Peñafort y a Fr. Miguel (Fabra sin duda), ambos religiosos Dominicos, para que proveyesen de Obispo a esta iglesia. Dos meses y medio tardaron en ello, y a 2 del marzo siguiente 1248 nombraron a nuestro Fr. Guillermo, entonces Prior del monasterio de Santa Catalina de Barcelona; el cual seis días después, a 8 de marzo, fue confirmado por el Metropolitano, y juró en sus manos la obediencia canónica. Todo esto consta parte de este archivo y parte del proceso que extracté en el de Tarragona, cuya copia va adjunta (a: Ap. núm. XXXII). El día 15 de marzo del mismo año le hallamos ya asistiendo al concilio provincial de Tarragona, como también sabemos que acudió el año siguiente al que se juntó en Alcañiz, poco conocido hasta ahora, y del cual he recogido algunas Constituciones sueltas. Tampoco faltó al que tuvo Don Benito Rocaberti, Arzobispo de Tarragona a 8 de abril de 1253. 

Estos cuidados no le estorbaron el que le merecía su iglesia. Así nos queda de él un sínodo que aquí celebró, aunque ignoramos el año. Va copia (a: Ap. núm. XXXIII.) de sus Constituciones sobre la residencia de los párrocos y la moderación de su porte, etc. Otras hizo para el régimen interior de la Catedral en el Capítulo general del año 1251, que se tuvo, según costumbre, en la vigilia de la Asunción, que es el titular de la iglesia. Estableciose, pues, que ninguno fuese admitido en canónigo que no prestase obedientiam manualem Episcopo y jurase canonicam servare. Item, que el libro donde se escribían las Constituciones capitulares se guardase en una arca en la sacristía, de la que tuviese una llave el Deán y otra el Sacrista. Es posible que la palabra Deán se substituyese en las copias que yo he visto a la de Prior. Porque cierto es que en ese año no se había aún introducido aquí la dignidad de Deán, porque se substituyó tres años después a la de Prior, resolviéndolo así nuestro Obispo con el Capítulo día XVI. kal. nov. del 1254, como ya se dijo. Firma en esta escritura el Obispo de su mano, llamándose frater Guillermus, como también he visto en otra escritura original X kal. julii del mismo año. Con esto queda evidenciado que este Obispo no murió hasta fines de ese año lo más pronto; y aun yo juzgo que vivió hasta más de la mitad del siguiente, pues estaba la Sede vacante XV kal. decembris de 1255; y estas vacantes no solían ser largas. Como quiera Fr. Guillermo murió en Barcelona, y está enterrado en la iglesia de su convento en la capilla de Santa Ana.

BERENGUER DE PERALTA.

1256.

Canónigo de esta iglesia, como he visto en escrituras del 1243. Y en la escritura que antes dije de la erección del deanato, XVI. kal. nov. de 1254, se halla su firma original así: Ego B. de Peralta, Sacrista Illerdensis subscribo. Debió ser electo a principios del 1256: pues como ya dije XV. kal. decembris de 1255 Arnaldus de Verneto (Arnaldo, Arnau de Vernet), decanus et helemosinarius Sedis Illerdae consilio totius Capituli, Sede vacante, estableció en censo a Domingo de Talavera un huerto. Murió dentro del mismo año 1256 el día 2 de octubre, como se lee en su inscripción sepulcral, en la cual se le da el dictado de electo, no permitiéndole consagrarse o la brevedad de su pontificado o su humildad. Sin embargo, asistió al Capítulo general de la fiesta de la Asunción, y en él hizo la Constitución de creatione notarii, que después confirmó el Obispo Pedro de Rege en 1299, llamándola Statutum clarae memoriae B. electi Illerdensis (Lib. constit. let. A, fol. 38). Dícese que fue religioso Dominico, y en ese traje le pintaron en una tabla antigua de la Catedral vieja. Repito que esto nada tiene de singular en aquellos tiempos, y como este se podían citar muchos ejemplares. Lo cierto es que falleció con grande opinión de santidad, y que se le dio culto en esta iglesia hasta después de todo el siglo XIV. Así es que a 2 de diciembre de 1370 Juan de Peralta, canónigo y acaso pariente del Obispo, obtuvo licencia del Capítulo para instituir quandam cappellaniam in et super altari seu sepultura SANCTI Berengarii Sedis Illerdensis. El mismo título de Santo se le da en el Catálogo de aniversarios para leer en la Pretiosa el día 6 de marzo. 

Por una consecuencia de esto la puerta de la iglesia inmediata a su sepulcro se llamaba de San Berenguer. Más es que todo esto la costumbre de esta iglesia, de que hay todavía testigos oculares, de que en algunas procesiones el clero hacía estación ante su sepulcro, turificaba y decía las oraciones de la fiesta.

GUILLERMO DE MONCADA,

de 1257 a 1282.

Deán de esta iglesia y de la nobilísima familia de este nombre (Montechateno y variantes) en Cataluña. Debió ser promovido a esta Silla a fines del 1256 o a principios del 1257 y muy poco después de la muerte del antecesor, pues ya se halló como Obispo electo en las cortes que Don Jaime I celebró en Lérida a 4 de abril de 1257 para confirmar a las iglesias todos sus derechos y privilegios, cuyas actas se hallarán en la Marca Hisp. y en la Colección de concilios de Aguirre. Acaso por no estar confirmado no asistió ni envió procurador al concilio de Tarragona, tenido pocos días después, a 16 de mayo del mismo año, como resulta de sus actas. En escrituras de 1261 suena todavía electo. Del mes de agosto de este año quedan las Constituciones que estableció con los canónigos en el Capítulo general sobre la residencia de los beneficiados y obligación del Succentor en cuidar de ellos y dar cuenta al Obispo, Deán o Precentor. Item que los que ultra el número de veinticinco canónigos consiguiesen expectativas, no tuviesen voz en Capítulo ni prepositura hasta que de hecho consiguiesen la prebenda futura. Item se fijó el orden con que debían firmar los capitulares; es a saber: en la una parte el Obispo, el Deán, el Arcediano de Lérida y el de Ribagorza. En la otra el Precentor, Sacrista, y los Arcedianos de Terrantona y Benasque; los canónigos por antigüedad de recepción. Otras se hicieron de secreto Capituli, de capis sericis, de volentibus ire ad studium y de testamentis, mandando en esta última que los bienes de los canónigos intestatos quedasen a disposición del Capítulo.

Del año 1262, a 4 de mayo, se conserva la escritura original de cierta concordia que este Obispo y su Capítulo hicieron con Pelay Periz, Maestre de la orden de Santiago. Cuelga en ella estampado en cera el sello de nuestro Prelado, que representa la imagen de un Obispo con báculo y en ademán de dar la bendición, y en el reverso un lirio (divisa de Lérida) con dos escuditos al lado del tronco o vástago, de los cuales el uno son los ocho panecillos de Moncada, (N. E. ¿serán 8 eslabones de cadena, cathena, cada; u 8 mantecados?) y el otro las barras de Cataluña, leyéndose al rededor: Exaudi orationem meam cum deprecor. En 1266 se halló en el concilio provincial de Tarragona que celebró su Arzobispo Don Benito de Rocaberti a 21 de octubre, y también al de 1273. En el Libro verde (fol. 295) está copiada la escritura de concordia que nuestro Obispo hizo día 5 de julio de 1272, con el Capítulo de la iglesia de Roda y su Prior Bernardo de Galliner, cediéndole la jurisdicción de las torres de aquella villa, y no obligándole a mantener allí al Obispo de Lérida más de dos días, menos (excepto) que fuese allá por negocios de aquella iglesia. Mediaron en esto Fr. Pedro de Copons, guardián de los frailes Menores de Monzón, y Fr. Miguel de Conchell, de la misma orden. 

Concluyose por estos tiempos la fábrica de la antigua Catedral, y pudo ya consagrarla nuestro Obispo en 1278, a 31 de octubre, como se dijo en su lugar. También se nos ha conservado un sínodo que tuvo en su Catedral, aunque no nos consta el año. Van copiadas sus Constituciones (a: Aps. núms. XXXIV y XXXV.)

No murió este Obispo hacia el 1280, como algunos dijeron. Porque es cierto que vivía aún a 13 de septiembre de 1281, fecha de la escritura original, con que nuestro Obispo aprobó la licencia que el Arcediano Guillermo de Moncada y todo el Capítulo habían dado a Arnaldo de Vernet, Deán, para construir un altar de Santa Ana detrás del mayor (a: Ap. núm. XXXVI.). Hay en ella un sello propio del Obispo de Moncada, el mismo que describí arriba. Y el Arcediano Guillermo de Moncada era persona distinta de nuestro Obispo, que en varias escrituras, durante este pontificado, suena canónigo desde 1268.

Más es, que en 1282, a 8 de septiembre, todavía hay licencia dada por este Obispo al mismo Deán para labrarse un sepulcro junto al altar sobredicho de Santa Ana. Así que debe fijarse su muerte a fines de ese año 1282: y esto cuadra muy bien con los principios del gobierno del sucesor. Dícese que tenía su sepulcro en la capilla de San Pedro de la Catedral antigua, la cual mandó construir su sobrino Don Pedro de Moncada en el testamento que hizo el año 1300. De su tiempo es la curiosa constitución que remito del Rey Don Jaime prohibiendo a los barberos de Lérida afeitar en día de fiesta (a: Ap. núm XXXVII.). 

GUILLERMO B. (BERNARDO) DE FLUVIÁ,

de 1283 a 1284.

Canónigo de esta iglesia desde antes del 1268, y posteriormente Arcediano de Ribagorza. No consta el día de su elección en Obispo; pero debió ser en los principios de 1283, puesto que en la fundación de cierto aniversario del día 24 de febrero de ese año se llama todavía electo. También se sabe que se halló en el concilio provincial celebrado por el Arzobispo Don Bernardo Olivella de 23 de enero del mismo año, en el cual se pone su nombre en el último lugar. Aunque yo entiendo que estas dos memorias, o a lo menos la última, puedan y deban pertenecer al año siguiente 1284; porque es cierto que esta fue la costumbre común entonces de contar por los años de la Encarnación. De todos modos, por lo dicho del remate del pontificado anterior, se ve que este no comenzó hasta el 1283. En el Capítulo general del mismo año, vigilia de la Asunción, hizo la constitución de los siete canónigos presbíteros obligados al turno de las conventuales, por semanas. Además de estos sólo debían ser sacerdotes el Deán, el capellán de San Pedro y el del Conde. En 1284, a 23 de octubre, consagró el altar que poco ha decía de Santa Ana, y en el siguiente, a 17 de septiembre, consagró el de San Vicente. Ambas memorias quedaban en sendas inscripciones de la Catedral vieja. Nada más nos consta de su vida ni de su muerte, cuya época es muy oscura, por serlo igualmente la de la entrada del sucesor

GERALDO DE ANDRIANO, O ANDRIA (Andría) O ANDIRÁ, 

de 1291 a 1298.

De todos estos modos expresan su apellido los monumentos que de él nos quedan. Dícese que era extranjero; en cuyo caso no sé cómo sería su elección en Obispo. Hállase ya como tal asistiendo al primer concilio provincial que celebró el Metropolitano Don Rodrigo Tello a 15 de marzo de 1291, donde se escribe el nombre de Geraldo Illerdense en el último lugar de los que asistieron. No se sabe si se halló en alguno de los otros tres que juntó el mismo Arzobispo, porque en las actas que yo tengo de ellos no se ponen los nombres de los sufragáneos. Aunque es indubitable que se halló en el tenido en Lérida día 1.° de agosto de 1294. Porque cierto es que nuestro Obispo se hallaba entonces aquí, donde a 6 de marzo del mismo año había celebrado sínodo diocesano en su Catedral, de quien sólo nos queda una Constitución sobre la audacia de los curas y clérigos que burlaban las censuras episcopales (a: Ap. núm. XXXVIII.). Hallábase en Barcelona VI kal. martii anno Domini MCCLXXXXII, cuando con esta fecha concedió indulgencias a los que en su obispado diesen limosna a los cuestores del hospital de Santa Eulalia del Campo de Barcelona. Et Deo datae, dice, seu conversae hospitalis praedicti propter magnam paupertatem quam sustinent, non possint multitudini egenorum, et infirmorum ad ipsum confluentium, nec etiam infantibus qui frequenter inibi exponuntur, quibus habent nutrices conducere prout expedit necessaria ministrare (Archivo de Santa Ana de Barcelona, original copiado por Martí en las Avellanas).

El año siguiente 1293 había concedido a los paheres de esta ciudad que aun en tiempo de entredicho pudiesen tocarse, según costumbre, las campanas llamadas cimbala latronis et aurorae, que ya se dijo otro día lo que eran. Lo más notable de su pontificado es la entrega del Santo Pañal a esta iglesia, verificada en 1297, cuidando este Obispo que se tomase jurídica declaración al dador Arnaldo de Solsona. De esto se dio completa noticia en los correos anteriores. Sábese que existía aún día 28 de junio de 1298, en que dio la colación de la iglesia de Crespá a Bononato Mazareto, presentado por el Castellán o Comendador de Monzón. Por desgracia está gastado el sello de esta escritura original, en que sólo se descubre una flor de lirio. Lo destruido nos daría alguna noticia más de su persona.

Ignórase el día de su muerte, pero debió sobrevivir muy poco a esta época, pues a mediados del año siguiente se halla ya gobernando esta iglesia el sucesor 

PEDRO DE REGE, 

de 1299 a 1307. 

Llamado así, como conjetura el Sr. Caresmar en la brevísima cronología que escribió de los Obispos de esta iglesia, eo quod nutritus fuerit in domo Regis. En alguna escritura he hallado que se nombra de Regio; con lo cual queda lugar para sospechar si su apellido sería Rey o Reig. Lo que consta ciertamente es que era hermano del famoso Jaime de Roca, Sacrista de esta iglesia, Deán de la de Valencia y después Obispo de Huesca; el cual en la escritura de fundación del altar de San Nicolás de esta Catedral, hecha en 1268, ya habla de nuestro Obispo, canónigo entonces de la misma. Sucesivamente fue Sacrista y Precentor. Era juntamente canónigo de Valencia en el mes de agosto de 1269, cuando el Rey Don Jaime I le nombró Prior del monasterio de San Vicente Mártir de aquella ciudad. Llámale Pedro de Rege. Existe la noticia de esta provisión en el Archivo real de Barcelona (Reg. IX. Jac. 1, part. 2.a fol. 195). 

Hallámosle ya presidiendo como Obispo en el Capítulo general de la Asunción de nuestra Señora de 1299, en el cual hizo varias Constituciones, la del turno de semanas de los canónigos, diáconos y subdiáconos que debían ejercer su oficio en los domingos y fiestas colendas. En otra se mandó que los bautizos se hiciesen sólo en la Catedral, quoniam, dice, Illerdensis ecclesia mater nostra hedificata seu constructa est in montis celsitudine, propter quod a parrochianis eiusdem consuevit rarissime visitari. Item se confirmó la costumbre antigua de que el capellán del Conde dijese la misa de la aurora. A más de esto recopiló todas las Constituciones útiles de sus antecesores, cuya colección está en el libro de ellas, let. A. Otras muchas Constituciones estableció en el mismo Capítulo general del año 1304. Más trascendentales y curiosas son las que ordenó en el sínodo que celebró en esta Catedral, día 5 de diciembre de 1301, de las cuales nada digo ahora, que harto es haberlas copiado por extenso (a: Ap- núm. XXXIX). De varias escrituras, que citaré en el artículo siguiente, se colige que nuestro Obispo murió antes del día 16 de mayo de 1307. 

En la Consueta antigua de esta iglesia, que vi en Roda, hablando de las estaciones en el día de Ánimas, se dice enterrado en la capilla de San Nicolás; que es puntualmente la fundada por su hermano Jaime de Roca. Lo mismo querrá indicar el libro antiguo de aniversarios cuando dice que tenía su sepultura junto al Portal del (dels) Fillols. En su sello pintaba tres barras con una torre y dos peñas o rocas y dos estrellas, y al rededor el lema: Gratia Dei sum id quod sum.

Memorable será siempre su pontificado para esta ciudad por la fundación de su Academia literaria en el año 1300, en que es de creer que tuviese grande influjo el Prelado, que tan estimado era del Rey como suponen.

El sucesor fue

PONCE DE AQUILANIU (DE AQUILANIDO), (nido de águila

de 1307 a 1313.

Electo (como dicen los Episcopologios manuscritos de esta iglesia) en 1307, como que ya subscribió en dos escrituras de disposición testamentaria del Obispo anterior, una del 16 de mayo y otra del 6 de septiembre de ese año. En el archivo de Roda, de cuya iglesia era Prior, se lee que fue electo en 1308. Y por la verdad sus firmas en las sobredichas escrituras no prueban que fuese ya Obispo en los días de sus fechas, pudiendo subscribir confirmándolas mucho después. Lo que yo puedo asegurar es que era ya Obispo confirmado y consagrado el día 9 de diciembre de 1308, en que celebró aquí un sínodo, cuyas Constituciones van copiadas, como todas las demás (a: Ap. núm. XL.).

Tampoco fue tan breve su pontificado como se ha creído. A lo menos me consta del mismo archivo de Roda que vivía a 21 de octubre de 1313, aunque ya enfermo, y que por esta causa no pudo confirmar la elección de Prior de aquella iglesia, que recayó en Bernardo de Avellana. Mas debió morir de esa misma enfermedad, constando que a mitad de abril del año siguiente 1314 ya era Obispo el sucesor. 

(Continuará en otro tomo. Ahora siguen los apéndices al tomo XVI)

sábado, 17 de diciembre de 2022

CARTA CVI. Episcopologio Rotense (hasta Guillermo Pérez)

CARTA CVI. 

Episcopologio Rotense (a: Sobre este catálogo véase el que publicaron los Diaristas de Madrid, lunes 29 de enero de 1787, núm. 213, en que hay algunos errores, singularmente el suponer que el Sanctus Raymundus de la inscripción sepulcral de la pilastra es San Ramón de Barbastro.)  

Mi querido hermano: Aunque el P. Don Jaime Pascual publicó el Episcopologio de Roda en la Disertación del de Pallás; mas como no todos disfrutan de esta obrita, que sólo se ha extendido en Cataluña, quiero repetir este trabajo, extractando ligeramente las memorias de aquellos Prelados, y añadiendo mis observaciones sobre algunos documentos que él publicó.

ATÓN

desde el año 939 hasta 955.

Ya quedó sentado en las cartas anteriores que la iglesia de Roda cuenta entre sus Prelados a Atón, según indica la inscripción trabajada en el siglo XII; y no habiendo memoria de Obispo de este nombre entre los sucesores de Odesindo, es fuerza tenerle por su antecesor y contarle por primer Prelado Rotense: puesto que no cabe tenerle por Obispo Palliarense, como se dijo. Era hijo de los Condes Raimundo y Ermesinda, y hermano de los Condes Isarno, Unifredo, Guillem y Odesindo, que le sucedió en el obispado. Las memorias que hay de él en los años sobredichos son ciertas, y se reducen a subscripciones y otras pruebas puras de su existencia en la ribera oriental de la Noguera de Ribagorza, toda la cual quedaba sujeta y lo estuvo hasta todo el siglo XII al obispado de Roda. Su muerte no debe fijarse en el ano 955, puesto que las del sucesor no comienzan en ese año como creyó el señor Pascual (pág. 80). 

ODESINDO O AUDISINDO

desde 957 hasta 975.

Así debe llamarse este Obispo, como le llaman todas las escrituras en que se expresa su nombre, no Odisendo. Y en cosas de esta clase no cabe libertad. Era hermano del antecesor Atón. Pascual produjo una memoria de él en el mes de mayo de 955, y es una sentencia dada a favor de Mirón, Abad de Lavax, año I de Lotario. Este sabio anticuario podía haber observado que el Cartoral de aquel monasterio, donde está copiada esta escritura, padece algunas equivocaciones en las fechas de los instrumentos, y que la de este es manifiesta, pues en ese año 955, 956, 957 y 958 no era Abad Mirón sino Quinto, como consta de seis o siete escrituras que deben prevalecer contra una. Mirón no suena constantemente hasta el 959 y siguientes; y así se ha de creer que esa sentencia, dada por el Obispo Odesindo, es de los años siguientes, en que es cierta la existencia de ambos personajes.

Con esto viene abajo la supuesta traslación de la Sede de Pallás a Roda, hecha por este Obispo; porque si él no lo era dos años antes de 957, es más verosímil que la nueva Sede de Roda fuese obra de su antecesor. Y aun cuando preexistiese a ese año 957, desde el primer día de su pontificado se intituló Obispo Rotense, según lo ya dicho.

Halló Odesindo la fábrica de su Catedral en estado de perfección y la dedicó a San Vicente Mártir, logrando que en 957 viniese a consagrarla y confirmar su solemne dotación Aimerico, Arzobispo de Narbona, como lo verás en la escritura que ya se envió, y de que ya se dijo en su lugar. Las memorias de la existencia de este Prelado llegan hasta el 975. Las más insignes de ellas son dos consagraciones de iglesias: una fue la de Santa María, San Miguel y San Vicente in loco qui nominatur vallis Axenis super flumen quod antiquitus vocabatur Calónica, nunc vero Esera (Ésera) vocatur, hecha en 960. La otra es la de San Esteban, llamado ahora del Mall, que habían construido el Conde Unifredo y su mujer Tota, verificada en 971. Va copiada esta curiosa escritura con la confirmación de la dotación de dicha iglesia, que hizo después el Obispo de Zaragoza Juan, porque importará examinar en adelante cierta especie que de ella infería el Sr. Pascual (a: Ap. núm. LXII.). Este anticuario no hizo hincapié en la expresión con que los Condes dan a esta iglesia totum ipsum alodem, qui fuit de Ezone traditore; que yo sospecho sea el traidor Conde Aizón de los tiempos de Ludovico Pío, aquel que destruyó Rotam civitatem. 

AIMERICO 

desde antes de 988 hasta después de 991.

La primera memoria de este Prelado es la consagración de la iglesia de San Pedro in comitatu Ripacorcense in civitate quae vocitatur Rota in loco que vochabulum est Lastonosa. Así habla la escritura original, donde por estar rota, falta el nombre del Obispo, mas es sin duda Aimerico. Su fecha entera es esta: anno DCCCC.L.XXXVIII. indictione VI. kal. julii, luna VIII. anno II. regnante Hucho (Hugo y variantes) Rege, secundum post transitum Leotharii. (Lotario)

Firmó también este Obispo el decreto de excomunión que el Obispo Salla, de Urgel, promulgó en 991 contra los que impedían a su iglesia los derechos que le correspondían en los condados de Berga y Cerdaña. De esto se dijo ya en el Episcopologio de Urgel, cuando envié los documentos tocantes a esta causa. 

JACOBO. 

Año 996.

Una sola memoria nos queda de este Prelado, y es la consagración de la iglesia de Guel, día 13 de diciembre de 996, como se ve en la escritura que se conserva original en este archivo. El hallarse esta iglesia situada a tan corta distancia de Roda prueba que la invasión de los Árabes en este país, que suena hecha por estos tiempos, no se verificó hasta después de ese año y en los días del sucesor. 

AIMERICO II

desde antes de 1010 hasta después de 1015.

Por las noticias que nos conservan los Cartorales de esta iglesia, consta que invadieron los Moros repentinamente esta ciudad e iglesia, donde se apoderaron del Prelado Aimerico, el cual dejó en rehenes a un sobrino suyo, pasando a Francia a buscar con qué rescatarle. Trasladó entonces su Sede a un lugar llamado Llesp (a: En el Cartoral mayor de Roda (pág 41) se lee: Haec est carta notitiae de illo molino de Rialbo quem comparavit Petro Borrello de illis parentibus Aimerici Episcopi de Lespe. Predictus Episcopus posuit quasi Sedem in Lespe, et ibi asportavit cartas Sancti Vicentii, et ut ferunt, alia ornamenta. Otro Cartoral más pequeño, en una breve noticia de Condes y Obispos de Roda, dice así: Aimericus Episcopus fuit captus a Sarracenis in ecclesia Sancti Vincentii de Rota. Qui dedit nepotem suum obssidem pro se, et pergens Franciam, redemit nepotem suum, inde ferens redemptionem. )

Como este lugar está en el condado de Pallás, el señor Pascual (pág. 85) califica esta traslación de restauración de la Sede de Pallás, olvidándose este escritor de que Llesp, con gran parte del condado de Pallás, era de la diócesi de Roda, y que por hallarse un Obispo fuera de su Catedral, no se dice mudarse la Sede. Así no tiene nada que admirar, que subscribiendo este Prelado en la institución de la canónica de Urgel, hecha por San Ermengol, su Obispo, se llame Obispo de Ribagorza, porque real y verdaderamente lo era en cualquiera punto de su obispado en que hubiera fijado su Sede. El mismo Padre conjetura que esta cautividad de Roda por los Moros debió acaecer hacia los años 1009. Fúndase principalmente en la confirmación que el Obispo Juan de Zaragoza hizo en todas las donaciones hechas a la iglesia de San Esteban del Mall, que ya dijimos arriba, en el año 971. Esta confirmación dice que se hizo era MX(rasguillo)VII, leyendo con rasguillo la X, que realmente equivale a 40, y así es del año 1009, en que por hallarse Roda cautiva y su Obispo ausente en Francia, vino a confirmar la donación de San Esteban del Mall el Obispo de Zaragoza. Por mi desgracia no he podido dar con la escritura original de aquella consagración, al pie de la cual se continuó esta confirmación. Mas he visto una copia del siglo XII, y en ella no se lee era M.X.(rasguillo)VII, 

sino M.XVII, como verás en la copia que envié. Sin embargo, se debe deferir al dicho de aquel escritor, y fijar la invasión de los Árabes en la época referida. Algún escrúpulo causa que para cosa de tan poca entidad, como es la confirmación de los dotales de una iglesia tan pequeña como San Esteban del Mall, viniese un Obispo de Zaragoza atravesando parte de la Ribagorza, dominada por los Moros, que habían llegado hasta Roda. Prosiguiendo ahora las memorias de nuestro Obispo, sabemos que se hallaba en Roma en el año 1012, y en el concilio que allí se celebró, donde subscribió a la bula de Benedicto VIII, en que se confirmaron las posesiones de la iglesia de Urgel. En el año 1015 se hallaba en el monasterio de Labax consagrando las dos iglesias de San Pedro y Santa Cruz, como se dirá en lo de aquella casa. Y esto es lo último que se sabe de él. 

BORREL

desde 1017 hasta poco después de 1018.

De la elección de este Prelado, hecha en la Catedral de Urgel a 21 de noviembre del año 1017 por los canónigos de Roda, durante su cautiverio, se habló en el Episcopologio de aquella, donde se copiaron de nuevo los dos preciosos documentos sobre ello, aunque ya publicados por Baluzio (Capitular. ed. París. 1780. col. 630). Ahora sólo me resta repetir que las palabras sub tuitione et dominatione Sedis Urgellensis sólo aluden a la necesidad que la de Roda tenía del auxilio de la de Urgel, no a sujeción metropolitana, como algunos piensan. Era hijo de Richildis, natural o vecina de Roda. Debió esta ciudad reconquistarse ese año por los Cristianos, o debieron estos por lo menos recobrar en ella la libertad de culto, puesto que a 5 de mayo del año 1018 ya consagró el Obispo Borrel la pequeña iglesia de Santa María de Roda, situada junto a esta ciudad, al poniente, como se puede ver en el señor Pascual (pág. 91), donde está bien reducido a este año el de 1056 que expresa la escritura, en lugar de decir era 1056. También es oportuna la observación de este escritor sobre la expresión regnante Sancioni Regem expectantem, es decir que en Roda no reinaba todavía el Rey Don Sancho, aunque los Moros que la dominaban le eran sus tributarios. El mismo año consagró Borrel la iglesia de Santa María de Satarrui (hoy Sarradui). La fecha entera de la escritura es: Facta... die dominico in mense octubrio Incarnationis Dominicae anno XVIII post millesimum anno II regnante Sancio Rex in comitatum Ripachurzensem. 

ARNULFO

desde antes de 1023 hasta 1067.

De este Obispo dice el catálogo de Alaón (Pascual, pág. 93) que fue consecratus apud Burdegalam. Lo estaba ya en el año 1023 cuando asistió al concilio tenido en Pamplona, donde el Rey Don Sancho el Mayor determinó restaurar la Catedral de aquella ciudad. Intitúlase allí Obispo de Ribagorza (V. Sandoval, Catálogo de los Obispos de Pamplona). Varias memorias se hallarán (ibid.) de su existencia en los años sobredichos, reducidas a suscripciones en concilios, y escrituras y algunas consagraciones de iglesias. Lo más notable entre estas memorias es su asistencia al concilio de Jaca de 1063, donde firma con estas palabras: Arnulfus ecclesiae Rodensis Episcopus, quamvis postea ab ordine privatus subscribo. Continuaba en esta deposición dos años después, porque subscribiendo en una donación al monasterio de Labax dice: Arnulfus qui nutu Dei fui Episcopus, sum testis. No se han descubierto hasta ahora los motivos y el suceso de esta degradación de nuestro Obispo. Lo cierto es que en dos documentos de los años siguientes se nombra Obispo sin esas cortapisas, y obra como legítimo Prelado en las consagraciones de iglesias. El Rey Don Sancho Ramírez, era 1106, año 1068, decía en esta escritura de la iglesia de Roda que nomen solumodo dignitatis retinebat, et privilegio pontificalis apicis omnino carebat. Es muy notable en este género la que ya dije y extracté en su lugar de la iglesia Catedral de Roda, restaurada por el Rey Don Sancho II, hijo de Ramiro I, bien reducida por el señor Pascual al año 1067, como allí se demostró. También se habló allí mismo de la singularidad con que intitula a su iglesia S. Valerii et S. Vincentii: cosa que apoya grandemente la verdad del hallazgo del cuerpo de San Valero, y su traslación a Roda desde Estada o de otra parte (a: En un cuaderno fol. ms. siglo XV están las lecciones de San Valero, de cuyo destierro y muerte hablan así: Beatus igitur Valerius cum iam tamdem venisset in villam quae dicitur Anetum, oppidum aliquantulum incelebre, sed tunc tanto habitatore celebrius... cuius loci ad fluvium Cinga (g: c : k : Cinca), iuxta Extandis adhuc vestigia visuntur aliqua... Al hablar de su muerte dice: Prius tamen Deum precatus est, ut posset edificare ecclesiam in honorem Sancti Vincentii, cuius victoriam et passionem gloriosissimam audierat. Quam ecclesiam primus ibi erexit ipse beatissimus Valerius... Sepelitur in castro Stata (Estada) dicto, eidem loco proximo... De allí dice que fué trasladado a Roda a Beato Arnulfo.) 

Sucesos que harán siempre memorable este pontificado, aunque la calamidad de los tiempos pudieron poner en él algún borrón. 

SALOMÓN

desde 1068 hasta después de 1074.

Era monje de Ripoll, como dice el Catálogo citado de Alaón, e indica su retiro a aquel monasterio. De una carta suya, que se dirá después, parece que fue electo en el monasterio de San Victorián. Muy gloriosa es para este Obispo la primera memoria que de él se nos ha conservado, y es la donación de la ciudad de Roda con sus diezmos, etc., hecha a esta iglesia por el Rey Don Sancho Ramírez a 18 de agosto 1068. En esta escritura se hace memoria del cautiverio pasado, y de la restauración presente, conforme se fijó en la carta anterior. El Rey habla así: Sancius... filius Ranimiri... pro anima patris mei Ranimiri, et matris meae nomine Ermesindis, cui vocatur per baptismum Gilberga. Omito las puras memorias de su existencia en los años ya dichos, a los cuales sobrevivió depuesto de la Silla por acusación de los suyos, como dice el citado catálogo, sin dar más razón. Sábese que se retiró al monasterio de Ripoll, donde aún vivía por los años 1095, que fue consultado por el Obispo de Roda Lope y por el Rey Don Pedro, sobre el derecho de la Sede Rotense y de algunas parroquias y monasterios de la Ribagorza. Escribioles él una carta humildísima y llena de sencillez, la cual va de nuevo copiada, no sólo del Cartoral, sino de otro ejemplar suelto de este archivo (a: Ap. núm. LXIII.). Murió después en Ripoll, es a saber, en 1097, como lo dice un Cronicón de aquella casa así: Anno MXCVII. obiit Salomon Episcopus et monachus. En Roda le sucedió 

RAIMUNDO DALMACIO

desde el 1076 hasta 1094.

Electo en Terrantona en un concilio que allí celebró Amato, Legado del Papa, el año 1076 (a), y confirmado después por el Papa Gregorio VII y su nuevo Legado Ricardo en 1078. El año sobredicho de su elección consta de una escritura de donación que él hizo al Arcediano Pedro anno MLXXX. Incarnat. Dominicae, pacta VII, septimo kal. decembr., luna VII, anno II. castri Munionis, anno XVIII regnante Sancio Rege filio Ranimiri Regis: en cuyo exordio dice el Obispo que esto hacía in anno IIII ordinationis suae. El sobredicho Papa Gregorio VII le dirigió luego un breve, confirmando todas las posesiones y derechos de su iglesia. Lo he copiado, aunque sólo está concebido en términos generales: porque entiendo que es el primer diploma pontificio que se halla a favor de esta iglesia (b: Ap. núm. LXIV.). 

(a) De esto da razón la siguiente breve escritura del Cartoral mayor de esta iglesia, pág. 33: Notum sit omnibus Christianis quod Rotensis eccla. electione cleri, et aclamatione populi, et confirmatione Regis Sancii, Ranimiri filii, Raimundum Dalmacii pastorem sibi elegit in concilio facto in Terrantona, praesente et confirmante Amato Romanae ecclesiae Legato, et Pontio Bigorritano Episcopo et Petro Adurensi Episcopo, et Wilelmo Convenarum Episcopo, ceterisque Episcopis et Abbatibus. Nam praedicta eccla. pastore viduata diligenter sibi pastorem requirebat secundum (sed) idoneum praeter hunc reperire non poterat. Haec autem electio fuit facta era MCXIIII, anno Incarnationis Domini millesimo septuagesimo VI, epacta XXIIII. 

También honró el mismo Papa a nuestro Obispo, recomendándole al Rey Don Sancho de Aragón con palabras que indican que el Obispo estuvo en Roma, y fue bien recibido del Papa.

En el año 1080 ya tenemos dos insignes memorias de este Prelado. Una es la concordia que pactó en San Juan de la Peña con el Obispo de Aragón Garsias sobre los límites de ambos obispados, la cual fue ya copiada, como también la segunda, esa saber, la restauración de la iglesia de Tolba. Llamo a estas memorias insignes porque nos conserva la noticia de la antigua Sede de Ictosa, que los críticos tienen por fingida en la supuesta división del Rey Wamba. La primera escritura la sitúa junto a Barbastro; la segunda en Tolba. De esta diferencia, y de lo poco que ella perjudica a que se tenga por cierta la existencia de Ictosa, Sede episcopal, se habló ya en los correos anteriores.

Dejo aparte varias donaciones y privilegios que hizo el Rey Don Sancho al Obispo y su iglesia, que cuenta este pontificado por la segunda época de su grandeza. He copiado, y va adjunto, un privilegio del año 1084, en que dicho Príncipe ofrece no entrometerse en adelante en las elecciones de los Obispos de Roda (a: Ap. núm. LXV.). Este debía ser uno de los gravámenes que dicho Rey Don Sancho Ramírez había ocasionado a varias iglesias, para cuya satisfacción se sujetó a la penitencia delante de todo el pueblo, ofreciendo en manos de nuestro Obispo la enmienda (Vid. Mariana, lib. X. cap. 2. Sandoval, Catálogo de los Obispos de Pamplona, fol. 69.)

De este Prelado decía el Cartoral de Alaón: Astucia, sanguine, et precibus a religioso Domino Sancio Rege effectus ex paupere episcopatu mediocrem. Et posuit Sedem suam in Rota; et vocatus est primus Rotensis Episcopus; quia antea Ripacurcenses vocabantur (Pascual, pág. 103). Con esto se da harto a entender, que aunque la restauración de esta iglesia comenzase algunos años antes del obispado de Raimundo; mas nunca estuvo en estado de poder fijar aquí su Sede el Obispo con la estabilidad y decoro correspondiente hasta el presente, el cual pudo de lleno entender en el orden y reforma de su clero, estableciendo la canónica Agustiniana en el año 1092, conforme se dijo los correos anteriores. Gran bien y muy trascendental fue el que hizo a su iglesia con este establecimiento, en la cual se granjeó un nombre eterno. Poco más le duró la vida: la opinión común es que murió en 1094; mas aquí hay, y va copiada (a: Ap. núm. LXVI.), una donación del Rey Don Pedro a Garcia Ennecones de Asieso, hecha en la era MCXXXIII in mense janero, en cuya fecha, según la costumbre, se cita Episcopus Raymundus Dalmacius in Sede Rota. El enero de la era 1133 corresponde al año 1095 de Cristo, en el cual todavía vivía nuestro Obispo. Mas pudo morir tan luego que en el mismo año tuviese ya sucesor, como lo tenía. En su testamento hace mención de algunos mancusos que le debían en Lérida, todavía sujeta a Moros. 

LUPO O LOPE

desde 1095 hasta 1096.

La sucesión de este Obispo consta por varias memorias de su existencia que produce de esos dos años el señor Pascual (pág. 108), 

y no repetiré por su poca importancia. De él dice el Catálogo de Alaón: Dimissit episcopatum, nec diu tenere voluit. En una escritura de la era 1134 (año 1096), la cual he visto, entre varios datos de señoríos, dice: Lope Fortuniones de Biskarra (Fortuny, Fortuño de Biscarre y variantes) Episcopo in Rota. Sucediole 

PONCE

desde 1097 hasta 1103.

El Sr. Pascual inclina a que este es el Obispo, cuya elección confirmó el Papa Urbano II, pudiendo ser igualmente el antecesor Lupo. De todos modos va copiada esta bula (a: Ap. núm. LXVII.), como también la carta (que cita brevemente aquel escritor) del Rey Don Pedro al mismo Papa (b: Ap. núm. LXVIII.), en que pide la confirmación de los límites del obispado de Roda, y la nueva adjudicación que le había hecho de Barbastro, Alquézar (Al-qsar), Monzón, Chalamera, Almenara, recién conquistados de los Moros. Habiendo muerto el Papa Urbano II antes del 1099, esta carta se ha de tener por anterior a la conquista de Barbastro, cuya villa y términos se daban ya por pertenecientes a Roda, aun antes de salir de las manos de los Árabes. Dice el Rey que su padre Don Sancho había ofrecido pagar a Roma anualmente 500 manchones, no escudos (Huesca, tom. V, pág. 224): y que él imitando tan loable costumbre enviaba por mano del Abad de San Ponce mil manchones correspondientes a dos años. Así ganó este Príncipe la voluntad del Papa contra las instancias de la Sede y Obispo de Urgel, que por estos tiempos reclamaba algunas parroquias cercanas a Lérida. Comúnmente se cree que la conquista de Barbastro no se verificó hasta el 1101. Gran esperanza había de este suceso cuando tan anticipadamente ya dio el Rey Don Pedro un privilegio, año 1099, que va copiado de este archivo (a: Ap. núm. LXIX.), en que fija ya los términos de la Sede de Barbastro en presencia de los señores de Barbastro y de Ponce, Obispo de la misma ciudad. Añade la escritura que se hizo esto en el año que praefatus Episcopus perrexit Romam ut impetraret a Domino Papa Urbano, ut Barbastrum esset Sedes episcopatus sui et caput, etc. Confirmó esto el Papa Urbano II. Hay escrituras del año 1100 en que suena ya Obispo de Barbastro. Una diré de este archivo, fecha era MC.XXXVIII in castro quod dicitur Vilella, septimo die quod Deus illum nobis donavit, regnante... Episcopus Stephanus in Oscha, Episcopus Poncius in Sede Barbastro. Es una donación que hizo el Rey Don Pedro a Lope Garcés de las casas de Zabazabala in Puego. Efectivamente, estaba ya resuelta de mucho atrás la anexión de Barbastro a Roda, como consta de la efectiva traslación de esta silla a la nueva conquista, y de la consagración de su iglesia de Santa María, hecha la dominica segunda después de Pascua del año 1101, cuando se acabaron de fijar y señalar los límites de su obispado. Véase la copia adjunta (a: Ap. núm. LXX.), y la de otra escritura que ha de ser del mismo año en que el dicho Rey ordena el estado y subordinación de las parroquias, y establece muchas cosas tocantes a la parte exterior del culto. Esta última escritura está sin fecha, y no es original; pero es copia muy antigua y casi del mismo tiempo (b: Ap. núm. LXXI.). 

Otras memorias hay de Ponce hasta 1103. En una donación del año 1101 firma así: Pontius Dei gratia Barbastrensis Episcopus, S. Vincentii Rotae servus. 

SAN RAIMUNDO

desde 1104 hasta 1126.

Llamado Raimundo Guillem (Guillermi), comenzando sus memorias desde ese año con el dictado de Obispo de Barbastro y Roda, y continuándose sin interrupción hasta el día 21 de junio de 1126 en que murió. Las más principales son las gravísimas persecuciones que le suscitó el Obispo de Huesca Esteban, de que ya se habló y se enviaron documentos (Vid. P. Huesca, tom. VI, pág. 162). Arreció la tormenta con el odio que le tuvo el Rey Don Alfonso I, Rey que tan distante se halló de seguir las pisadas de su antecesor Don Pedro I en proteger la nueva silla de Barbastro. Crisol fue este de sus virtudes que cuentan sus historiadores, y en particular su contemporáneo Elías, canónigo de Barbastro, el cual escribió la vida de nuestro Obispo en 1138, y es la que fue copiada de un códice de este archivo escrito en 1191. Fue también adjunto el rezo antiguo con que ya entonces se celebraba su fiesta; de todo lo cual y la época de su culto, traslaciones, capilla, etc., se habló en carta anterior, a que me remito. En 1122 consagró la iglesia de Santa María y San Clemente de Merlo VIII kal. decemb. posuitque reliquias Sancti Cornelii Papae et Martiris. Una memoria suya no publicada he hallado aquí, y es la noticia de un viaje que hizo a tierra de Campos, donde se hallaba en la villa de Osorno, ribera de Pisuerga, en el mes de octubre del año 1110; y allí con su consejo y el del Arzobispo Bernardo de Toledo dio su consentimiento para una donación que el Rey Don Alfonso Emperador hizo a San Martín de Petra rubea (piedra roja). Va copia (a: Ap. núm. LXXII.). 

En un Cronicón de Ripoll se lee: anno MC.XXVI obiit, ac claruit virtutibus Raimundus, Episcopus de Rota. 

ESTEBAN.

1126.

De las pocas memorias de este Obispo, sucesor de San Ramón, una es cierta concordia sobre un alodio de Avellana, facta in Rota, anno quando Moabites venerunt ad Alasquarr in mense novembrio in vigilia Sanctae Ceciliae; y en ella firma así: Ego Stephanus Dei gratia electus Sanctae Ecclesiae Barbastrensis confirmo. En otra carta idéntica añade el año MCXVI, donde es claro que se omitió una X y debe leerse 1126. así que en el noviembre siguiente a la muerte de San Ramón era ya Obispo sucesor Esteban. Aínsa (Historia de Huesca) dice que murió electo por haber renunciado en un viaje que hizo a Roma. Sucediole 

PEDRO, 

desde 1139 hasta 1134,

monje de San Ponce de Tomeras o de San Victorián, como dicen otros, cuya primera memoria es del año 1130, a saber, la dedicación de Santa María de Tolba, cuya escritura envié ya hablando de ello. Dicen que murió en una batalla que se dio a los Moros junto a Fraga en el año 1134, y debió ser muy en los principios, pues en el febrero del mismo año ya suena electo Obispo 

RAMIRO,

monje de San Ponce de Tomeras, hermano del Rey Don Alfonso I y su sucesor en el trono, con la circunstancia rara de haber conservado el dictado de Obispo electo, aun después de ser Rey. Es esto tan cierto como glorioso para esta iglesia. Dos o tres escrituras se guardan en su archivo, que lo acreditan. Una es la donación que él mismo hizo a esta iglesia de la cuadra de San Martín de Caballera de Fontfreda, fecha in mense februario era MCLXXII, en que dice: regnante me in Aragonia, etc... et electus Episcopus Barbastrensis. Otra de la misma era, y del mes de septiembre, en que da a dicha iglesia et Beato Raymundo varias posesiones por la salud de sus padres Sancho y Felicia, y sus hermanos Pedro y Alfonso. Llámase igualmente en ella electus in Barbastro. Esta va copiada (a: Ap. núm. LXXIII.). En otra dice: in Barbastro et in Rota. Si en la primera escritura no hay yerro en la era, que acaso deberá ser la de 1173, correspondiente al año 1135 (1173 - 38 = 1135), síguese de ella que antes del febrero de 1134 era ya muerto su hermano Alfonso, y así que no pudo morir el día 7 de septiembre de ese año. Con el mismo dictado de Obispo, y como tal, confirmó la donación y constituciones que ya dije de la canónica establecida en 1092 por el Obispo Raimundo Dalmacio. En otra dice: In Barbastro et Rota. Ya no hay más memorias de este dictado, pues en las que siguen del mes de diciembre de 1134 nada dicen de ser Obispo, lo cual no debe tomarse por argumento de que sólo lo fuese hasta ese tiempo, porque del mismo hay otras escrituras en que lo calló. De ello van algunas copias que lo acreditan (b: Ap. núms. LXXIV y LXXV.). En resolución Don Ramiro, aun siendo Rey, se gloriaba de ser Obispo. Como en estas escrituras, en que el Rey omite el dictado de Obispo, no suena otro que ocupe la Sede de Barbastro, no podemos fijar el año en que comenzó su pontificado el sucesor

GAUFRIDO

desde antes de 1136 hasta 1143.

El cual, sin embargo, no tardó en ser electo por el clero de Roda y Barbastro, puesto que el decreto de su elección, de que va copia (a: Ap. núm. LXXVI.), está dirigido a San Olegario, Arzobispo de Tarragona que, como se sabe, murió a los principios de 1137. El decreto va firmado además por varios nobles del país. En él se dice que el electo era monje de San Ponce (de Tomeras), en lo que debió influir sin duda el Rey Ramiro, que de aquel monasterio había sido sacado para esta silla y para el trono. Grandes dificultades tuvo San Olaguer para consagrar a Gaufrido por haber el Papa puesto entredicho en la iglesia de Barbastro, sobre lo cual escribió una gravísima carta a S. S., que publica el señor Pascual (pág. 121), donde hay buenas memorias para la historia de aquel tiempo. Al fin suena ya consagrado en 1138, en que dedica la iglesia de San Miguel de Cornutella. He dicho que no tardó en efectuarse la elección de Gaufrido, porque muy cierto es que lo estaba ya en el mayo de 1136 (era 1174), en que el Rey Don Ramiro dio y unió la iglesia y abadía de Benavarre a la de San Vicente de Roda propter amorem Dei et de illo Episcopo Domno Gauzfredo; y entre los Obispos de la fecha se cuenta praedictus Domnus Gauzfredus in Rota. Va copia (a: Ap. núm. LXXVII.). 

Otra donación hallé posteriormente en Lérida hecha por el Rey Ramiro a nuestro Obispo, sino que suena en la copia del libro verde de aquella Catedral, hecha en la era 1172 (año 1134) con grande equivocación, porque el Rey Don Ramiro, contando en ella su vida, como lo verás en la copia (b: Ap. núm. LXXVIII.), dice cosas posteriores a dicho año.

Pues como decía, en 1138 consagró ya nuestro Obispo la iglesia de San Miguel de Cornudella, que va copiada de este archivo (c: Ap. núm. LXXIX.). También remito copia del decreto con que el mismo año instituyó una cofradía o sea cruzada para defensa de Barbastro y su restauración en honor de Santa Eulalia (a: Ap. núm. LXXX.), de quien dice que había extramuros de Barbastro antiquissimam ecclesiam olim a Christianis hedificatam, sed a Sarracenis destructam et desolatam, et hac de causa Christianis ignotam nostris temporibus revelavit et rehedificari praecepit. Entraron en esta hermandad el mismo Obispo Gaufrido, Sancho de Pamplona, Sancho de Nájera, Miguel de Tarazona, Dodo de Huesca y Berenguer de Gerona. No parece que deba entenderse que el Obispo reedificó dicha iglesia de Santa Eulalia, puesto que en el año 1091 suena ya dada por el Rey Don Pedro I al monasterio de San Gil de la Provenza; donación que poco después confirmó Ponce, Obispo de Roda y Barbastro. Va el documento (b: Ap. núm. LXXXI.). Papebrochio habla de otra cofradía de ese año en Roda (V. vit. S. Raim.), y añade que pensó en elevar el cuerpo de San Raimundo; la cual dice que se efectuó en 1143. Si por esto entiende origen de culto, antes de eso le oímos muchas veces llamar Santo: la traslación de un sepulcro a otro es posterior. En 1140 Gaufrido concordó con Pedro, Obispo de Urgel, sobre las parroquias de Pallás, según se dijo en lo de Urgel: allí firma exul ¿Quid hoc?

Otra memoria no se halla de este Obispo, sino la de su muerte, y esta la sabemos por un Cronicón de Ripoll que dice: anno MCXLIII. obiit... Gaufredus monachus, fuit Episcopus Rotae. Por este modo de hablar parece que lo tuvieron por monje de Ripoll, porque en el Cronicón sólo cuentan las muertes de los monjes de aquella casa. Su muerte sería en los principios de ese año, pues a fines del mismo ya era electo el sucesor, como se dirá, y sábese que luego le sucedió 

GUILLERMO PÉREZ.

Llamado así con el apellido patronímico por ser hijo de Pedro Gauzpert y de Urraca. Estos nombres de sus padres, desconocidos hasta ahora, constan en la donación que el Obispo hizo a la iglesia de Roda en 1173 de una almunia, quam, dice, dominus Petrus Gauzpert, pater meus et domna Orracha mater mea quibus sit requies, habuerunt ante villam de Montson. Sin duda sería el mismo Pedro Gauzpert el que suena en la fecha de una donación del Rey Don Ramiro el monje a la iglesia de Roda era 1173 (1135) exeunte martio, regnante me Dei gratia in Aragone et Superarbi (Sobrarbe) atque in Ripacurcia, et Rex Garcia per mea manu in Pampilona... Petrus Gauzpert in Sancto Stephano... Acaso sería el lugar de San Esteban del Mall.

Asistió como electo a la junta o Cortes de Gerona, que celebró el Conde Don Raimundo para restablecer la cruzada o sea introducir la orden de los Templarios en estos países. En esta escritura, que publicaron Marca y Aguirre, se lee entre otras firmas: S. Guillelmi Rotensis electi. Y así se ha de creer que ya lo era ese año y día, si no se engañaron los copiantes, como sucedió en el S. Petri Barchinon. Episcopi, donde el original que está en el archivo real de Barcelona pone S. Petri Archidiach. Barchinon., por cuyo error se introdujo un Obispo fingido en la serie de los de aquella iglesia, como ya se dirá en su lugar. Siguió gobernando su iglesia hasta que se verificó la conquista de Lérida en 1149, cuando se restauró la Sede de Lérida, pasando él a ser el primer Obispo, donde hizo los bienes que se dirán.