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viernes, 24 de marzo de 2023

CARTA CXLVII. Que el sitio de la catedral fue antes mezquita de los Moros.

CARTA CXLVII. 

Que el sitio de la catedral fue antes mezquita de los Moros. Noticias del principio, progresos, conclusión y consagración de su fábrica: de los arquitectos y escultores que trabajaron en ella: sitio antiguo de su coro, claustro y cementerio: altar mayor antiguo de plata: qué era el Pedro o Pretorium. Silla episcopal detrás del altar mayor: coro actual: altares antiguos destruidos: puertas de la iglesia: llentoner, qué es: inscripciones notables en la catedral: trofeos militares conservados en ella por vanidad.

Mi querido hermano: A lo que tratamos en el correo anterior es consiguiente y muy conforme a lo que he practicado en otras partes, tratar de la fábrica material de este templo, su progreso, sus arquitectos y demás cosas notables que puedan interesar a los presentes y ausentes. Y primero bueno sería saber con certidumbre si estuvo la catedral antes que hubiese Obispo, en el mismo sitio que la de ahora. Innumerables son las escrituras que quedan de las donaciones que los fieles particulares, a imitación del Rey, del Infante Don Pedro y de los nobles, hicieron a esta iglesia. Todas son hechas ecclesiae cathedrali o cosa equivalente; mas en ninguna de ellas hay rastro de su localidad, ni aun en las que se hicieron después de haber Obispo. En este estado yo veo que no me engaño mucho, si digo que según la costumbre observada en otras ciudades que se conquistaban de los Moros, la principal iglesia de esta ciudad se colocó en la que había sido principal mezquita de aquellos bárbaros. Eran muchas las que aquí había, y de ellas hay memorias en varias escrituras de establecimientos hechos en 1240 y siguientes, que pueden verse en el citado Cartoral. Y ya que hablo de ello no quiero omitir la noticia de que el Obispo Raimundo en 1239 estableció quandam masquitam quae dicebatur Sanctus Victor (Ibid. fol. 69); y en 1241 dio a G. de Torrella quandam mezquitam de Sancto Salvatore (Reg. de Morella); y así otras que omito. Pues digo que entre ellas la principal sería la que tenían dentro de la Almudayna, que era lo más fortificado de la ciudad y lo que últimamente se ganó en ella. Porque esta era su costumbre en otras partes; y era muy natural que fuese así. Ahora bien, que esta mezquita fue destinada para sitio de la catedral, consta de las Actas capitulares del año 1386, en el cual a 30 de abril el Obispo Don Fr. Pedro Cima y su Capítulo dieron facultad a los obreros o encargados de la fábrica para tomar dinero a censo y buscar otros arbitrios para su continuación, puesto que la escasez de limosnas era muy grande. En el exordio, pues, de esta escritura se explican así: 

"Noverint universi quod cum reverendus dominus Episcopus et honorabile Capitulum Maioricensis subscripti, sedulo cogitantes modos et vias, quibus structura vetus ecclesiae Sedis Maioricensis, ubi facta masquita per Agarenos colebatur antiquitus nomen execrabilis Machometi, deleri queat et eici penitus ab eadem ecclesia, et chorus iam satis partim notabiliter operatus debito loco eiusdem ecclesiae sedeat, decreverint, statuerint et ordinaverint unanimes et concordes in pleno Capitulo de his pluries celebrato, quod duo pilaria lapidea, quae, scilicet, utrumque eorum sint intus in utroque latere ipsius ecclesiae secundaria, pilaribus aliis iam completis, situentur in solo nativae terrae profundius, et sicut alia construantur in altum, et iuxta formam in magno decore conceptam et inceptam fieri, in ipsius primario fundamento, super ipsis edificentur tres, scilicet, una superior, et duae medianae sive inferiores testudines continuative aliis testudinibus, duabus clavibus in qualibet earundem testudinum iam firmatis; ut hiis completis dicta ecclesia ab  ipsius deletae veteris structurae ruderibus expiata; possit dictus chorus, qui adhuc subest dictae veteri structurae, decentius situari.” Lo mismo se dice claramente en una bula del Papa Luna expedida en Peñíscola, año XVIII de su pontificado, con la cual confirmó el estatuto hecho por el Obispo Antonio Colell sobre aplicar a la fábrica las anatas de los beneficios vacantes, de que se hablará en el episcopologio. Pues digo que el Papa con esta ocasión se explica en estos términos: Cum ecclesia ipsa, quae adhuc sub oficiniis damnatae Sarracenorum, ut ipsorum (el citado Obispo y Capítulo) verbis utamur, mezquitae, quae ibi erat fundata, existit.

De estas palabras se infiere: 1.°, que en el mismo sitio de la iglesia catedral hubo antes una mezquita de Moros; 2.°, que esta mezquita ocupaba el sitio que ahora hay desde la mitad del coro poco más o menos hasta el altar mayor, puesto que tratando en ese año de construir la segunda nave transversal dicen bien claro que todavía quedaban las ruinas de la antigua fábrica, y que sobre el resto o último de ella estaba situado el coro; 3.°, que en la fábrica vieja de la iglesia de la Seo de Mallorca se adoraba por los Moros el nombre del execrable Mahoma. Todo lo cual en buen castellano quiere decir que la primitiva iglesia catedral fue la misma mezquita de los Moros, purificada de la impureza de sus ritos, como lo fueron también las de Valencia, Lérida y otras partes, y que la fábrica actual se comenzó y continuó arruinando a proporción de sus progresos la antigua de aquella mezquita. De modo que aun antes de haber aquí Obispo, ni estar ordenado el Capítulo de canónigos, podemos conjeturar que esta se reputó y fue la iglesia principal de Mallorca. Y esto quiso decir el Rey conquistador, cuando al tiempo de partirse de esta isla en 1230, decía que ya dejaba dedicada la iglesia en honor de Santa María, según se lee en Marsilio, lib. 2, cap. 40.

Mas en fin, esto ya es desviarme de mi objeto, que es hablar como viajero de cosas que se sepan por documentos, y no de lo que pudo o no pudo ser. Y así vamos a tratar del magnífico templo de la catedral, en el cual causa lástima que la claridad no corresponda al esmero y grandeza de corazón con que este clero comenzó y llevó al cabo tan grandioso edificio. Y no por culpa del arquitecto que ideó la obra, que cierto distribuyó las ventanas y óvalos con la debida proporción, sino que siempre debe haberse tocado la dificultad que habrá en cerrarlas con vidrios o piedras especulares, a causa de los terribles embates del viento; por donde se ha creído más fácil cerrarlas a cal y ladrillo, aunque a costa de la mayor hermosura del templo. También es reparable el mal estado del pavimento, que se hizo de una piedra común muy floja, de la cual se forman tableros que aquí llaman migans maresos, y sirven para levantar tabiques y otros usos. Acaso en tiempos más felices se remediarán estos defectos, que en nada hacen decaer el mérito de este todo; pues él tampoco se hizo de una vez, sino entre mil sudores y afanes, y no sin gran constancia pudo concluirse a los tres siglos y medio de haberse comenzado. El plan de la obra es de la mitad del siglo XIII, y es muy digno de elogio el esmero con que este clero ha cuidado de que en su continuación no se alterase en nada el gusto de aquel siglo y el diseño que en él se formó. Que cierto si no constara por mil documentos que su conclusión tardó tanto tiempo, cualquiera versado prácticamente en el conocimiento de esta clase de arquitectura, le tendría por obra hecha entonces de una vez. Tal es su unidad en lo interior, pues lo que son las portadas exteriores saben al tiempo en que se construyeron: libertad que no puede dejar de desagradar a los que aman en todas las cosas el simplex et unum de Horacio.

El templo es de tres naves, que cierran todas a la par a la entrada de la capilla mayor, prolongándose esta con una bóveda algo más baja hasta el testero. Las dos laterales rematan en sus capillas respectivas, y no circuyen la mayor; ni esto entró en el plan del arquitecto, el cual puso en el centro y en lo alto de esta última una graciosa capilla que estorbaba naturalmente el círculo de las otras. Hállanse divididas las naves por siete columnas de siete pies y medio de diámetro, con cuyo poco cuerpo suben a recibir las bóvedas. Las capillas son de gran capacidad y elevación proporcionada: hay ocho por lado, sin contar las cuatro que cierran las naves laterales al lado del altar mayor y a los pies de la iglesia, aunque estas últimas se hicieron indubitablemente para puertas que acompasen (acompañasen) a la principal. El coro está en medio de la nave mayor, como se acostumbra en nuestras catedrales, donde como en todas ellas hace inútil la mayor parte del templo a los fieles que concurren a los oficios y sermones. Es cosa para notarse, y ya te lo he dicho otra vez, que de todas las costumbres monacales que adoptaron nuestras iglesias antiguas sólo hayan conservado la de los coros en medio de la iglesia, que es puntualmente la que nunca debieron adoptar; porque los templos de las catedrales no eran hechos para sólo el clero, como lo eran para solos los monjes las iglesias de sus monasterios. 

Y todavía admira más que pudiese tanto la costumbre, que aun en las iglesias puramente seculares, como esta, se hiciese tal cosa de propósito. Aunque a decir la verdad yo me inclino a creer que el grande arquitecto que trazó su planta, ideó el coro en lo que ahora es capilla mayor, y acaso por eso se pusieron los bancos de piedra laterales que permanecen con algunas labores curiosas; los cuales ni tienen ni pueden tener uso ninguno para celebrar los divinos misterios en el altar mayor, tal cual está y ha estado en los tiempos de que queda memoria. Aún hoy, si se siguiese el pensamiento del artífice, sacando el altar a la entrada de la capilla, quedaría hermosísimo el templo con la traslación del coro, con no poca comodidad de los cantores, como la experiencia lo ha hecho ver prácticamente en el templo de Santa María del mar de Barcelona, a quien se le ha restituido estos últimos años la natural hermosura que le robaba el coro situado en medio de él.

Mas dejando esto a un lado voy a dar una idea del principio y progreso de esta fábrica, arquitectos que entendieron en ella, y otras cosillas dignas de reparo que existen en este templo. Comúnmente se cree que Don Jaime el Conquistador fue el que comenzó la obra de la iglesia. Mas si lo primero que en ella se construyó fue la capilla mayor con sus adherentes, como ciertamente lo fue, debemos decir que el que comenzó la obra fue Don Jaime II, hijo del Conquistador y primer Rey separado de Mallorca. Dícelo así su hijo Don Felipe de Mallorca, tesorero de la catedral de San Martín de Tours, tío y tutor y gobernador del reino en la menor edad de Don Jaime, último Rey de este reino, en carta escrita a 1 de marzo de 1327, desde Perpiñán a su lugarteniente Arnaldo de Cardellac, exhortándole a la conclusión de la obra capitis ecclesiae Sedis Maioricen. comenzada por su padre. La carta está en el archivo real en el registro de ese año. De esta se infiere también que en dicho año no estaba concluida dicha capilla mayor. Lo que debe entenderse de sus adornos y obras accesorias; porque lo principal estaba ya construido en ese tiempo, junto con las capillas de Corpore Christi, de San Pedro, de San Bartolomé, San Salvador, San Clemente y San Miguel, y otras que por ambos lados continuaban hasta las puertas laterales, que estaban ya abiertas, aunque adorno exterior no lo tenía, sino la que está junto al campanario. Esta hermosa torre, que es un magnífico y elevado paralelogramo, estaba también construida entonces, y servía ya para lo que ahora con su seny mayor, y tots los senys. Y es bien extraño que algunos la tengan por obra árabe, distando tanto su arquitectura de la de aquella nación, como de la greco-romana. Todo esto que he dicho consta del libro de fábrica que comienza en 1327, y es el más antiguo que nos queda de esta clase. Porque en él se hace continua memoria de la parte que he dicho de este edificio, como ya existente; Y si hay alguna partida de gasto en orden a esto, sólo es acerca de sus adornos, ventanas, complemento, etc. 

No por esto se entienda que estaba ya servible todo este trozo de iglesia, que es más de la mitad de ella. Por lo contrario, sólo lo estaba la capilla mayor, y a lo más la primera bóveda trasversal del cuerpo. La segunda de estas no se construyó hasta mucho después, como diré.

Del mismo libro consta que entonces se construía un nuevo coro, de madera que se trajo de Nápoles; sobre cuya traslación hay la partida siguiente del año 1330: "Item pague per manament del senyor Bisbe et del Capitol a la compaya qui cavaren lenpayment deligleya per rao de mudar lo cor de les cadires, III ll. VIII, sol.” Esta traslación indica muy claro que el coro estuvo en lo primitivo dentro de la capilla mayor, y que entonces se mudó al cuerpo de la iglesia hacia donde se halla ahora. 

A esta época pertenece la primera memoria de órgano en esta iglesia, el cual (que sin duda era portátil), compró el Capítulo a P. Roselló, y se colocó en la capilla alta llamada del Rey, y el mismo Roselló era el organista. Poco después se construyó un nuevo altar mayor, el cual consagró el Obispo Berenguer Balle, día 1 de octubre de 1346. Por fortuna se ha conservado este monumento a la espalda del nuevo churrigueresco que se puso en el siglo pasado. Su examen y registro detenido nos daría acaso algunas noticias más circunstanciadas de su artífice, etc. Mas lo guardé para los últimos días de mi viaje, y entonces me lo estorbó mi indisposición. Acaso de esta consagración, podrá inferirse que el altar primitivo no estuvo donde se puso el nuevo, y donde está el actual. Yo no decido nada, y sigo mi narración.

Fáltannos, como dije, los libros de fábrica anteriores a ese tiempo. Y así ni puede saberse quién fue el arquitecto que hizo el plano de esta grande obra, ni todos los que la continuaron hasta dicha época. Diré, sin embargo, lo que he hallado de estos artistas hasta la mitad de este siglo XIV.

En 1303 había en esta ciudad un arquitecto llamado Ponç o Ponce, capaz de dirigir esta fábrica, según consta de los graves encargos que se le confiaron. Uno de ellos fue la construcción de las murallas de Ciudadela en Menorca. Sobre lo cual existe en el archivo real una carta del Rey a su Lugarteniente en este reino Dalmacio de Garriga, fecha en Perpiñán a 1.° de julio del mismo año, que dice así: "Visis litteris vestris, quas nobis missistis, continentibus quod vos simul cum magistro Poncio ivistis et fuistis in Minorica, et quod incepistis ponere ibi fundamenta muri de Ciutadela; qui murus transibit et extendet se per ortum fratrum Minorum medio per medium; et quod ordinastis ut turres sint rotundae, sicut sunt in muro Perpiniani: sciatis quod praedicta bene facta reputamus...” 

Dos años después con carta de 2 de abril de 1305, decía al mismo lo siguiente: "Item audivimus turrim nostram Maioricarum, ubi stat angelus ictu fulgens” (existe hoy día esta torre en el palacio real, y el ángel que con sus alas extendidas sirve de veleta) "fuisse percussam et aliquantulum deformatam. Volumus quod celeriter, sicut magister Poncius et alii viderint faciendum, celeriter restauretur.” Había, pues, otros arquitectos además de Ponce.

Otro había entonces que dirigía la grandiosa obra de la iglesia de Santo Domingo de esta ciudad en 1317, de cuyo año queda una escritura en el archivo de este convento, en la cual se llama a sí mismo magister Jacobus Fabre, lapicida, civis Maioricarum, y promete volver a continuar dicha obra luego que se desocupe de las que tenía que hacer en Barcelona, a donde le llamaban el Rey y el Obispo de aquella diócesi. También hay noticia de haber entendido por entonces en esta iglesia de Santo Domingo un tal Maymo Periç. En el citado libro de fábrica de 1327 a 1339 consta que pintaron algunas tablas en la catedral Martín Mayol, G. Scardon, Bernardo Desdous y Jaime Pelicer; aunque por el contexto me inclino a creer que más bien eran doradores. El retablo de la capilla de Corpore Christi lo pintó en Loerí (o Loert, no se atina) en 1328. Los escultores que trabajaban entonces las sillas del nuevo coro que dije antes, y que ya no existe, eran mestre P. Johan, fuster, y maestre A. de Camprodon, ymaginayre de les cadires. Quede dicho para siempre que a los arquitectos se dio entonces el nombre de lapicida en latín y picapedres en vulgar; y a los escultores el de imaginayre o artífice de imágenes. Del año 1368 tenemos otra vez libros de fábrica, en los cuales se ve que el maestro mayor (así le llaman) de esta obra era Jayme Mates, a quien se le daban veinte libras anuales de dotación y además seis sueldos de jornal en los días de trabajo y dos en los de fiesta. Este profesor era jurado de la isla en el año 1382 y uno de los enviados al Rey que estaba en Valencia para tratar de sus negocios. Había ya muerto en 1389. Era escultor Lorenzo Sosquela y mestre de les vidrieres Francisco Sacoma (no se ve bien; ipsa coma). Trabajose entonces lo primer piyacle (no se ve bien) que comensem de la part del palau, que son los estribos exteriores que rematan en punta. Se cortaba en la cantera de Sentanyí la piedra para las columnas de la iglesia, que bien mirado todo eran la segunda y siguientes. En suma nada hay en los años inmediatos al 1368 sino perfeccionar lo hecho y preparativos para continuar la fábrica.

Estaba esta todavía muy atrasada, como que no se había construido aún la segunda bóveda transversal. Consta esto de las Actas capitulares del mes de julio de 1377 en que se resolvió que se buscase dinero pro expeditione nova constructionis et edificationis secundae voltae (volta : bóveda) maioris dictae eclesiae noviter inceptae, quae in praesenti aestate habet necessario construi et perfici, antequam perveniat tempus hiemale, metu ruinae, etc. Estaba todavía por concluir en el mayo de 1379. También estaba por hacer en 1385 la bóveda que cae delante de la capilla de Santa Ana, cuando a 16 de agosto concedieron el Obispo y Capítulo que se pusiesen en su llave las armas de Jaime Riguer (Act. cap.). Por estos mismos años, no queriendo esta iglesia ceder en cosa alguna a las vecinas del continente, resolvió construir el altar mayor de plata. Valiose para esto de un platero de Valencia, llamado Juan Perpiñá, el cual en el año 1373 tenía ya hecha unam tabulam argenti (esto es el primer cuerpo del altar) como se ve en las Actas capitulares y a 17 de noviembre del mismo año consta que seguía trabajando en lo demás: Johanni Perpiniani, dicen, magistro operis seu fabricae retrotabuli argenti quod nunc fit et fabricatur pro ornamento et decoratione altaris Beatae Mariae dictae Sedis. Nada queda en el día de esta obra, ni tampoco el diseño que se formó de ella, el cual estaba en la sacristía en el año 1399, como consta de un inventario de sus alhajas inserto en las Actas capitulares de ese año, donde se lee: unum panum longum depictum in figura faciendi retrotabulum in altari maiori de argento.

Volviendo a la obra, era ya su maestro mayor en 1389 Guillermo Ses Oliveres, y lo era todavía en 1397, en cuyo tiempo siguió la obra de las bóvedas transversales y se hizo el adorno de la puerta lateral que cae al mar, y se llamaba lo portal de la obra por estar allí los talleres de ella, y lo portal nou por estar haciéndose entonces. El principal escultor que trabajó la inmensa y en muchas cosas graciosa talla que hay en esta puerta y su atrio, fue Pedro Morell (o Morey, como pronunciaban ya entonces los Mallorquines, convirtiendo las ll en medio y fin de dicción en y); el cual murió a 29 de enero de 1394, como se lee en el libro de fábrica de ese año, llamándole ymaginayre mestre major del portal de la mar, lo qual ell comensá. Por su muerte escribió el Capítulo a 15 de julio del mismo año al Capítulo de Gerona para que permitiese venir a su arquitecto Guillermo Morell a concluir unum portale magnum forinsecum in celaturis et forma decentibus decoratum, el cual había comenzado su hermano Pedro Morell, lapiscida. Esto es de las Actas capitulares. La última palabra indica que Pedro dirigió la obra, no sólo como escultor, sino también como arquitecto. Bajo la dirección de este Pedro y de su hermano trabajaron otros dos escultores mandados venir en 1393, llamados Johan de Valentines y Rich Alamant. Este último fabricó varios tabernacles o tableros de relieve, entre los cuales se hace mención del gran tabernacle qui sta damunt la taule de la Cena, y es el que hoy se ve en el centro del arco. Valentines hizo ocho imágenes de Profetas: toda la sobredicha tabla de la cena dividida en tres piezas con cinco imágenes en cada una. Cada pieza costó cuarenta florines, a razón de ocho florines cada imagen, que eran en todo treinta libras cada pieza. Hay también allí mismo memoria de haber trabajado varias figuras de ángeles, cuyo pormenor omito por no molestar. Sólo añado que en esto todavía entendía en 1397. Continuó lentamente lo restante de la fábrica, como se ve en los libros de entonces. En 1401 era maestro mayor Pedro Massot, que aun continuaba en 1417. En 1405 se trabajaba en la capella del cloquer, o del campanario (cloquerio; Glocke en alemán campana), cuya llave se puso en el mismo año. En 1406 se abrieron los cimientos para la columna que está delante de la capilla de San Bernardo. En 1410 se pusieron los andamios para la O mayor. En 1422 era maestro mayor Guillermo Sagrera, y también en 1430, cuando se hacía la bóveda que corresponde a la capilla de Santa Ana; este es el que al mismo tiempo construía la famosa lonja de comercio de esta misma ciudad. Hacia el 1417 hay memoria de otro arquitecto, Antonio Sagrera, que acaso sería hermano del Guillermo. Faltan los libros de fábrica que siguen; pero en las Actas capitulares consta que, a 11 de octubre de 1485, por indisposición del arquitecto Arnaldo Piris, eligió el Capítulo a Juan Sagrera: y que, por muerte de este, nombró a 31 de mayo de 1504 a Jaime Creux, o Creix (como le llaman los libros de fábrica de estos últimos años), el cual lo era todavía en 1511.

Hasta esta época, poco más o menos, la iglesia era sólo la mitad mayor de la de hoy, quedando incluidas en su área las dos puertas colaterales que hoy existen. Lo restante del edificio, hasta cerca del castillo real, junto con parte de la plazuela que hay al lado de la iglesia, lo ocupaban su claustro y cementerio. El primero de estos edificios se comunicaba con la iglesia, y no por una sola puerta. En él había una famosa capilla dedicada a todos los Santos, construida en el siglo XIII por el Obispo Pedro de Morella, como se dirá en su artículo. Pero por otros documentos consta que hacia el 1430 se construyó la primera aula capitular. Por el claustro se hacían todas las procesiones de la iglesia, menos las generales. Contiguo a él estaba el cementerio, haciendo frente este último al castillo real, según aparece de las Consuetas y otros documentos de la iglesia, de cuya lectura verás algún día los frutos. 

Otro lugar notable había, llamado en lemosín lo padrò y pedrò, y en latín pedronus y pretorium. Era un puesto elevado, como púlpito o tribuna, donde cabían muchas personas, como que en él se publicaban algunas sentencias de la inquisición, se bendecían los ramos, se hacía la reconciliación de los penitentes en el Jueves Santo, se predicaban sermones y hacían otros actos solemnes, de que sin duda se hablará en lo sucesivo. Estaba dentro del cementerio, como aparece de la rúbrica del Domingo de ramos, en la Consueta del siglo XIV, que manda que la procesión intret per portam cimiterii quae est versus castrum regium, et omnes ascendant ad pedronum. Pero a la parte exterior del cementerio salía algún balcón o púlpito donde se ejecutasen los actos sobredichos. Con esto se entiende bien la siguiente partida de gasto que se halla en el libro de fábrica más antiguo, entre las del mes de noviembre de 1330, donde se lee: "Fiu pintar per manament dels Vicaris et del Capitol la carrera del padron entro al cloquer per la veniment (l' aveniment : la venida) del Senyor Rey; et costa (costá o costà, pasado) VII. ll.”  

Donde se ve que había una calle exterior desde el padrón hasta el campanario, por cuya puerta inmediata entró el Rey. Alguno dirá, y con razón, que este fue el lugar donde predicó San Vicente Ferrer, cuando vino a estas islas. Yo, por mí, no lo diré, porque no gusto de asegurar cosas, cuyos documentos guardan ocultos los que se dejan dominar más de las pasiones que del amor a la ilustración común. Y al cabo esta es muy pequeña cosa. Vuelvo a mi fábrica.

Para que se conozca el estado del templo entrado ya el siglo XVI, copiaré aquí, por su orden, los títulos de los altares que existían, en los cuales la Consueta de la sacristía, manuscrito de ese tiempo, manda poner paños o frontales (palis), el día de Ánimas; y son los del lado de la epístola: mayor, Santa Eulalia, San Sebastián, Santo Tomás, San Pedro, San Vicente, San Bartolomé, San Guillermo, San Lorenzo, San Clemente, Purgatorio, San Alejo, San Miguel, San Martín, San Honorato, San Bernardo, de la Pasión, de nuestra Señora, San Cristóbal, del Ángel y capella de na Companya. Al lado del evangelio: San Gabriel, San Onofre, San Juan, Corpus Christi, San Mateo, San Andrés, Santa Lucía, Todos Mártires, Santa Cecilia, San Blas, San Esteban, Santa Ana, San Cosme y Damián, altar del Capítulo, Santa Catarina y San Antonio. De estos altares había dos y tres en cada capilla.

Durante todo este siglo XVI fue continuándose la obra, hasta que a fines del mismo llegó a su conclusión. A 8 de agosto de 1578 eligió el Capítulo maestro mayor a Miguel García por renuncia de Juan Armengual. En enero de 1595 fue nombrado Antonio Fornari (Act. cap.). De la construcción de la puerta mayor, he visto en la citada Consueta de la sacristía (fol. 139) la nota siguiente: "Lo ilustris. et reverendis. Monsenyor Joan Vich y Menrich, Bisbe de Malorques, benei a 28 de noembre de 1592, lo die de Sant Simo y Aiudes, la primera pedra del portal maior apres vespres. Lo mestre de aquell es mestre Antoni Verger. Y dit portal se fa de dines de dit Reverendis. Senyor Bisbe.”  

Concluyose esta puerta en 1601, en cuyo año, a 19 de diciembre, resolvió el Capítulo quod praeparentur omnia necessaria ad consecrationem ecclesiae Sedis, quae fiet quamprimum fieri poterit (Act. cap.). Esta es la única memoria que he hallado relativa a consagración de esta catedral, la cual por ningún camino me consta si se verificó.

No quiero cerrar esta carta sin dar razón de algunas cosas particulares que hay en esta iglesia. En el testero de la capilla mayor hay una capilla intitulada de la Santísima Trinidad, que, a buena cuenta, sirvió de tribuna para los Reyes. Debajo de ella, a unos ocho palmos elevada del piso, está empotrada en la pared una magnífica silla episcopal de piedra, obra del siglo XIII, a la que se sube por dos gradas laterales. Servía en lo antiguo para cuando el Obispo celebraba de pontifical, el cual, dicha la confesión, subía a ella con todo el acompañamiento de doce presbíteros, y allí continuaba la misa hasta el ofertorio. De la singularidad de este rito, que sólo he visto practicado en Gerona, se dará razón extensa otro día. Ahora sólo añado que, estando esta silla tan poco elevada del piso, no podía el Obispo ser visto del pueblo, si el altar mayor no era muy bajo, o no estaba situado a la entrada de la capilla mayor. Y esta es otra razón para creer lo que dije al principio, que el coro estuvo donde ahora el altar. En medio de la capilla mayor está el sepulcro que dije del Rey Don Jaime II de Mallorca. La sillería del coro actual es obra de principios del siglo XVI. Está adornado con buenas tallas, que representan las principales historias del Viejo y Nuevo Testamento: cuya elección encargó el Capítulo a su docto individuo Gregorio Genovard en 21 de junio de 1514 (Act. cap.). Sus verjas de hierro se mandaron construir en 1596, como hasta entonces fuesen de madera.

Del altar mayor actual ya dejé dicho que es de mal gusto. Los restantes de la iglesia lo son también, cual más, cual menos, como lo son los de todo el mundo que se construyeron en tiempo de la decadencia de las artes. En su comparación, y aun sin ese respeto, son muy apreciables los pocos que se conservan de los que se hicieron en los siglos XIII y XIV. 

En las Actas capitulares, a 11 de julio de 1541, se halla que el Capítulo dio a la parroquia de San Juan de Sineu (: Síneu) varios altares viejos de la catedral, y entre ellos imaginem sive statuam S. Johannis Baptistae, quae fuit amota ex altari maiori dictae Sedis. Otros muchos se han dejado perecer, y aun dicen que se han quemado en estos últimos años. Cosa que no acabo de creer, porque la conservación de estos monumentos, que tanto sirven para la historia de las artes, no perjudica a los intereses de cuerpos y particulares; y así parece que sólo el odio y desprecio de las artes, o sola la ignorancia, pudo ponerse a destruir de propósito o enajenar estos altares, si es verdad lo que dicen. 

(N. E. Menos mal que este sabio hombre no vio la tremenda ignorancia de los rojos en una más de las guerras civiles de España, ni la situación actual a 24.3.2023) 

Y si tal hubo, debió ser obra de algún mandón ignorante, que nunca faltan en las corporaciones, que por lo demás el Capítulo de Mallorca conserva con aprecio el precioso altarcito de Santa Eulalia de Mérida, los de San Miguel y San Sebastián, y algún otro de los antiguos.

El adorno de las tres portadas de la catedral ya dije que no es del plan de la obra; y así cada uno de ellos es de su tiempo y gusto. La puerta lateral a la raíz del campanario estaba ya construida en 1327; y así es mucho más sencilla que la opuesta que mira al mar en que están como amontonados los relieves y órdenes de nichos para estatuas que no existen; en fin, como cosa de fines del siglo XIV. La principal, a pesar de haberse labrado en el tiempo que estaba conocido y practicado el buen gusto, ofrece un conjunto de partes no malas cada una de por sí, pero que componen un todo pesado y poco digno de los años 1592.

En medio de la capilla mayor cuelga un lamparero (llentoner llaman aquí) de gran magnitud, el cual he visto en casi todas las demás iglesias de la ciudad. Su objeto es el mismo que el de las arañas, sino que en lugar de cera se ponen en él vasitos de vidrio con agua y aceite y mechero, colocados en sus argollitas, pegados a los grandes círculos que suben en figura cónica uno sobre otro. Es bueno el efecto que causa mirado de abajo este grupo de luces, que serán como unas 300, clareando por entre el vidrio. Este medio de iluminación estaba ya en uso en el siglo XIV, como se ve en los libros de la sacristía, y la consueta del mismo tiempo le llaman circuli lampadarum. Dícense cosas raras sobre el origen de esta costumbre. Si lo era de los Judíos, que alumbraban así sus sinagogas, es preciso confesar que lo practicaron a un tiempo unos y otros, porque aquellos tuvieron sus sinagogas hasta el siglo XV.

Son varias las inscripciones sepulcrales que se conservan en las capillas y paredes de esta iglesia. Las más notables pertenecen a sus Obispos, de las que se hablará en el episcopologio. En la pared lateral de la capilla de San Bernardo, a la parte del evangelio, se halla depositada la V. Isabel Cifre, fundadora de la casa de educación de esta ciudad con esta inscripción: Isabellae Cifre, virgini ornatissime, domus educationis fundatrici, vitae sanctimonia et morum integritate conspicuae, Jurati Maiorici, Paulo III, Pontifice maximo, ob benemerita decernente, pie posuerunt anno M.D.XXXXV. Vixit annos LXXV. Obiit anno M.D.XXXXII. mense maio. Postmodum vero iidem munere, pietate pares, vetustate collabentem locum meliori structura denuo ornarunt, piae matri perennitatis monimentum, die XXVIII maii, anno 1675.

En la capilla de San Vicente, que antes fue del Ángel Custodio, hay dos urnas en lo alto de las paredes laterales con sus correspondientes letreros abajo. La de la parte del evangelio es de Isabel Pinos (Pinós), gran bienhechora de las escuelas Lulianas; y la de la epístola es de Juan Llobet, acérrimo defensor de la doctrina de Lull en esta isla, donde murió en 1460. Ha llegado a hacerse memorable su nombre por haber sido el primero a quien se concedió establecer cátedra y regentar escuela pública de dicha doctrina, lo cual fue en 1449, como consta de un privilegio que hay al principio de la edición que se hizo en Valencia de 1515 del Arte inventiva de Lull. No copio estas inscripciones por estarlo ya en las Disertaciones Lulianas de Casturer y Pascual. 

Detrás del altar de San Miguel (llamado vulgarmente S. Micalet) (N. E. como el Miguelete de Valencia) hay una inscripción en jaspe perteneciente a la familia de Mur, la cual hizo grabar uno de ella, el Deán de esta iglesia Jorge Gual, siendo ya muy viejo. La pondré aquí; siquiera servirá para los naturales, que no pueden leerla sin la incomodidad que yo tuve. Dice así:

Hoc memoranda latent Arnaldi membra sepulchro,

Stirps cui de Muro, nomen et arma dedit. 

Is celeber civis, sacroque in canone doctor,

Natorum gemina prole colendus erat. 

Nempe minor natu Jacobus fuit, isque Decanus,

Canonicus, doctor Maioricensis erat. 

Huius erat frater, verax in iure monarcha

Arnaldus patrio, nec pietate minor: 

Bisque duodenos ad corpora nuda quotanis

Legavit pannos, tegmina pauperibus. 

Id per Juratos, mercaturamque tuentes

Distribui munus jusserat ille pius. 

Ipse etiam Divi Nicholai quippe sacello

Prebendas quinque contulit obsequio: 

Quatuor et sacre templo venerabile Sedis

Condidit in laudem Virgo Maria tuam.

Fertur et ecclesiae frontem erexisse Mariae

Carmelitanae sumptibus ille suis.

Gual nunc canonicus Georgius canone doctor

Luciferam missam decanus constitit; isque

Condidit istud opus senio urgentibus annis,

Quo sua cum patruis dignius ossa cubent.

Entre las pinturas del mismo altar se ven retratadas las procesiones de penitencia que acostumbraba hacer San Vicente Ferrer; lo cual prueba la época de estas tablas. Sobre el altar de San Sebastián, colateral al sobredicho, se ven varios trofeos militares, adargas, celadas, etc. 

Dícese que pertenecen al caballero Mallorquín Salvador Sureda, y que son los mismos con que a 5 de enero de 1444 se presentó al desafío con el noble Francisco de Valseca, Catalán, en la ciudad de Nápoles en presencia del Rey Alfonso V. Todas las circunstancias verdaderas o supuestas de este suceso se hallan en la historia de Mut. Y cierto no sé cómo los que lo han leído pueden tolerar en el templo del Dios de la paz estas reliquias de la venganza y vanidad caballeresca. Mucho menos indecentes eran ciertos ritos antiguos con que se representaban corporalmente los misterios de la santa religión; y con todo la sabiduría de los Prelados y Capítulo supieron desterrarlos del templo. Si hicieran otro tanto con esto, lograrían además quitar estos depósitos de arañas y de polvo.

Descansemos por hoy, que esto cansa

Palma 15 de marzo de 1814.

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A la ciutat de Nàpols
Hi ha una presó
La vida mia
Hi ha una presó
La vida mia amor
Hi ha 29 presos
Que canten la cançó
La vida mia
Que canten la cançó
La vida mia amor
La dama està en finestra
Escoltant la cançó
La vida mia
Escoltant la cançó
La vida mia amor
Els presos se'n temeren
Ja no cantaven, no
La vida mia
Ja no cantaven, no
La vida mia amor
Per què no cantau, presos?
Per què no cantau, no?
La vida mia
Per què no cantau, no?
La vida mia amor
Com cantarem, senyora
Si estam dins la presó?
La vida mia
Si estam dins la presó
La vida mia amor
Sense menjar ni beure
Més que algun rosegó
La vida mia
Més que algun rosegó
La vida mia amor
Demà serà dissabte
Mos penjaran a tots
La vida mia
Mos penjaran a tots
La vida mia amor.

domingo, 5 de marzo de 2023

IV. Petrus, secunda synodo, Terracone, MCCCLX, 1360

IV.

Item Petrus in secunda synodo per eum celebrata Terracone die veneris XXIII. aprilis, anno a Nativitate Domini MCCCLX (b). (Vid. pág. 6.)

(b) In alio cod. hic legitur titulus: De capidis, quod modo aliquo per laicos non occupentur, vel in usus prophanos aliqualiter convertantur. 

Al. codex sic: De capidis reservandis.

Quoniam, cum secundum sacrorum canonum instituta, quae semel Deo dedicata sunt, non liceat ad prophanos usus convertere, et quod Domino consacratur sanctum sanctorum erit Domino, et ad ius pertinet sacerdotum, ac per eos et non per laycos sit et deceat pertractandum et conservandum; ad auditumque nostrorum fidedignorum relatione noviter pervenerit abusus, quod in aliquibus nostrae diocesis locis quidam layci capidas, quae in sacramento baptismi, sacro crismate et oleo benedicto liniuntur seu unguntur per rectores vel alios curatos, recipi, ut deberent, non permittentes, sed propria temeritate usurpantes, easdem sibi appropiant, ac in usus prophanos, et interdum inhonestos, faciendo inde linteamina, camisias vel femolaria (a) in suarum animarum detrimentum indecenter convertunt; idcirco nos Petrus, miseratione divina Sanctae Terrachonae ecclesiae Archiepiscopus, in praesenti synodo praesidentes, praefato abusui, et animarum periculis obviare cupientes statuimus, et perpetuo ordinamus quod nullus laycus cuiuscumque status vel praeheminentia existat, capidas (b) praedictos sibi occupare, vel in usus prophanos convertere praesumat; sed capidas ipsas cum ad ecclesias pervenerint, recipiant rectores vel alii ecclesiarum curati, easdem in loco honesto conservantes, et non nisi in superpelliciis, cortinis, vestibus vel aliis ornamentis ecclesiae convertant, nec eas aliis, praesertim laycis, vendant. Statuentes insuper quod ex quo capida in uno baptismate servierit, in alio baptismate non serviat, nisi ex causa summae necessitatis, si novus forsan pannos inveniri commode non valeat, vel baptizandus adeo de pauperibus proveniret parentibus, quod aliter capidam habere non posset. In quibus tantae necessitatis casibus capida non praetio, sed gratis, et pietatis intuitu ministretur. Qui vero contrarium fecerit, laycus excomunicationis sententiam, clericus vero penam viginti solidorum piis usibus applicandam pro qualibet vice ipso facto se noverint incurrisse.

Qualiter debet recipi sanctum crisma (c).

(a) Al. cod. famorolia.

(b) Al. cod. capidas inibi ocupare.

(c) Al. col. Quod nullus mittatur ad sacrum crisma et ad olea sancta, nisi decens fuerit in aetate, et clericus saltem tonsuratus, et quod vadat cum superpellicio. 

Item ordinamus quod nullus deinceps laycus mittatur per rectores seu ecclesiarum curatos ad recipiendum die jovis sancta sanctum crisma, et olea cathecuminorum et infirmorum; sed clericus saltem tonsuratus discretione vigens, et etatem pupillarem excedens, qui non audeat recipere, deportare vel tenere crisma et dicta olea in vase vitreo, ne propter facilitatem materiae, vase de facili rupto, sicuti et alias contigisse repertum extitit, periculum eveniat aspersionis; sed in vase de argento vel stagno, vel alio decenti metallo; quod quidem vas purum et nitidum teneatur seu conservetur. Clericus autem qui ad recipiendum memorata sanctum crisma et olea destinabitur, aportare secum superpellicium teneatur, et indutus superpellicio ipsum crisma et olea sancta recipiat, et in redeundo etiam ad suam ecclesiam ipsum superpellicium sine intermissione deportet. Si vero contra praemissa vel ipsorum aliquod transgressor extiterit, eo ipso penae L. solidos in piis usibus convertendorum se noverit subiacere.

Quod ecclesiae teneantur mundae, et de confectione hostiarum (a).

Quia absurdum nimis existit in sacris sordes necligere, quae dedecent etiam in prophanis, praecipimus Rectoribus et aliis curatis eclesiarum nostrae diocesis quod mundas ecclesias suas, lampades et alia ornamenta ecclesiae teneant; nec in eisdem ecclesiis bladum, vinum, carnes, superlectilia, archas vel alia vasa, seu alias res quae non sint ad divinum cultum seu officium specialiter deputatae teneant vel teneri permittant, nisi tempus guerrae imineret, et quod tunc etiam praedicta non possent alibi comode custodiri. Mandantes etiam quod praefati rectores et curati in propria persona hostias confficiant, vel per sacerdotes confici faciant de pulcra, nitida et munda farina sine sale et fermento; alias sciant se per nos cum in visitatione vel alias de ipsorum constiterit necligentia, pro modo culpae et necligentiae puniendos.

(a) Al. cod. Quod ecclesiae et lampades ac alia ornamenta ipsius mundae et nitidae teneantur; et quod in ipsis ecclesiis rectores et alii curati non audeant tenere bladum, vinum, carnes, superlectilia, archas vel alia vasa seu hic similia.

Tertia synodo

viernes, 27 de enero de 2023

VII. Notitia bonorum Raimundi, Episcopi Illerdensis ab Arnaldo ejus successore emptorum an. MCCCXXVII. (1327)

VII.

Notitia bonorum Raimundi, Episcopi Illerdensis ab Arnaldo ejus successore emptorum an. MCCCXXVII. (1327) (Vid. pág 7.)

Noverint universi quod nos Arnaldus miseratione divina Episcopus Ilerdensis recognoscimus tenore presentium et fatemur nos habuisse et recepisse de bonis bonae memoriae Domini R. praedecessoris nostri res, quae inferius subscribentur.

Primo vasa seu apparamenta argentea de capella ponderantia viginti quinque marchas et tres uncias et tres quartos et medium. Videlicet unum turibulum ponderans III. marchas et tres onçs (uncias : onces, onçes, onzas). 

Item duo candelabra ponderantia III. march. III onz. et III quartos.

Item unam naviculam (naveta) cum esmaltis ponderantem II. march. et media.

Item una capsiculam (capseta : caixeta : cajita) pro tenendo crisma ponder. VI. onç.

Item I capsiam (capsa : caixa : caja) pro tenendo reliquias ponder V. oç. 

Item aliam capsiam pro tenendo hostias ponder. unam mar. et I. onç. minus medio quarto.

Item unam crossam sive baculum pastoralem sine trocio inferiori ponderantem X. mar. minus I. oç.

Item unum calicem cum sua patena deauratum ponderantem unam mar. minus II. oç. et I. quartum et medium.

Item duas canatellas ponder. unam mar. et III. onç. et III. quartos et medium. 

Praedictum argentum de capella fuit extimatum valens ad rationem quinque florenorum minus quarto pro marcha centum viginti unum florenor. (florenorum), et unum quartum. Pesave en suma XXV. marchs. et III quartans et mig.

Restituta fuit sacristiae Ilerdae.

Item unam mitram extimatam valere. LX. quinque florenor.

Item vexellam mensae seu vasa argentea quae sequuntur.

Primo XVI. scutellas ponder. XXI. mar. et V. oç. et med.

Item viginti quatuor taceas planas ponder. XIX. marchas minus media oç.

Item novem taceas deauratas et unam cum sobrecop, ponder. XIII. march. IIII. oç. et III. quartos.

Item VII. platerios seu discos parvos et unam grandem ponder. XIII. march. et quinque oç.

Item duos pelves cum esmaltis ponder. VI. march. VI. oç. et mediam.

Item duos petxellos (pitxell, pitxella, pichella; jarra para vino) maiores pro vino ponder. XII. march, minus media onç.

Item alios duos petxellos minores pro serviendo de aqua ponderantes VI. march. minus uno quarto.

Item viginti duas cuylerias et unam forquetam (22 cucharas y un tenedor; 22 culleras o culleres y una forquilla) ponder. II. march. minus media oç.

Ponderat autem tota vexella mensae, seu dictum argentum in summa nonaginta quatuor march. et mediam argenti.

Et fuit extimatum valere ad rationem quatuor florenorum cum dimidio minus sex denariis pro marcha, subtractis sive deductis inde pro triginta marchis argenti sterlinorum sex solid. pro marcha, quadrigentos et sexdecim florenos.

Item confitemur nos habuisse et recepisse de bonis praedictis unicos gavinetos (gavinyetganivetgaviñet) mensales cum manubriis (mangos; manecs) esmaltatis sub extimacione II. floren.

Item cappellam rubeam sive omnia vestimenta episcopalia capellae rubea seu vermilia (roja o vermella) cum complemento suo sub extimacione CXX. floren.

Item cappellam albam seu vestimenta alba capellae cum complemento suo exceptis caligis et cendalis sub extimatione. C. flor.

Item unum davantal episcopale et processionale cum signis dicti praedecessoris (se lee praedessoris) nostri sub extimacione XVIII. floren. 

Item unam albam et unum amictum cum imaginibus, et unum cingulum de serico albo sub extimacione VII. flor.

Item aliam albam cum apparatu murischo seu arabico, et unum amictum cum imaginibus et unum singulum (cingulum) de serico rubeo sub extimatione IIII. floren. cum dimidio.

Item duos pannos tartareschos, qui ponuntur ante altare sub extimacione VI. flor. 

Item unam cohopertam altaris de veluto violato (vellut : terciopelo) sub extimatione III. flor.

Item unam lineam altaris cum cabadura rubea sub extimatione I. flor. et medii.

Item unum davantale de serico virgatum cum barris lividis et albis sub extimatione II. flor.

Item unam mappam sacrandi cum opere de serico et auro sub extimacione II. flor. et medii.

Item duas tovayloles cum operibus de serico nigro sub extimacione I. flor. et medii.

Item unum birretum episcopale sub extimat. II. turonen. argenti.

Item unum pectinem eburneum sub extimat. medii flor.

Item XI. tovayloles sub extimatione. II. flor.

Item duos pannos qui serviunt ad pectendum sub extim. unius flor.

Item undecim palmos sindonis nigrae sub extim. medii flor.

Item unam pitxidem eburneam munitam de argento sub extimatione duorum flor. 

Item XIII. lapillas cum aliquibus platonibus de auratis et unum mundatorium dentium, sub extimacione I. flor.

Item duos amictos folrratos de opere tartarescho, cum imaginibus sub extimacione I. flor.

Item duodecim annulos auri et unum de argento sub extim. LX. flor.

Item unam bonetam sub extimatione I. flor.

Item duas casulas de somito, alteram croceam, et alteram albam sub extimatione XIII. flor.

Item unam albam et unum amictum et unum çingulum et stolam et manipulum sub extimatione I. flor. et medii.

Item duos tapetos et unum bancale viride sub extim. III. flor. et medii.

Item IIII. marçapeus virides sub extim. II. flor.

Item III. auriculares sub extim. II. flor. et medii.

Item unum coxinum (coixí, cuixí, cojín) de veluto sub extim. II. flor.

Item duo matalaffia (colchones; matalás, matalaf, madalap) et unum travesserium sub extim. VII. flor.

Item IIII. linteamina sub extim. I. flor. et medii.

Item quatuor manutergia sub extim. IIII. turonen. argenti.

Item unam cathedram sub extim. II. flor. et medii. 

Item unum servatorium pro corporalibus sub extim. medii flor.

Item duos mulos sub extim. LXX. flor. (a 35 florines el mulo, sólo con los que hay en la DGA, sin contar las mulas, pero sí las muelas, seríamos ricos en Aragón a 27.01.2023)

Item quatuor cofres, et duo manutergia sub extimatione VII. flor. et medii.

Item duas ampullas per vas de balsamo sub extim. I. flor.

Quae quidem res praedictae ut praedicitur extimatae ascendunt ad summam mille quinquaginta sex flor. cum dimidio auri (1506,5 florines de oro), et novem turonensium argenti (y 9 turoneses de plata).

In quorum testimonium sigillum nostrum duximus presentibus apponendum. Dat. Avinione undecima die septembris anno Domini M.CCC vicesimo septimo.

lunes, 23 de enero de 2023

XIX. Carta traditionis panni Domini nostri J. C. factae ecclesiae Illerdensi, an. MCCXCVII.

XIX.

Carta traditionis panni Domini nostri J. C. factae ecclesiae Illerdensi, an. MCCXCVII. (1297) (Vid. pág. 71.)

Ex arch. eccl. Illerd.

In Christi nomine: pateat universis praesentibus pariter et futuris praesentem paginam inspecturis quod die mercurii quae fuit pridie nonas decembris anno Domini millessimo ducentesimo nonagesimo septimo in presentia mei Guillermi de Pulcrovicino, notarii publici Illerdensi et totius terrae ac jurisdictionis Domini Regis auctoritate eiusdem et testium infrascriptorum ad hoc spetialiter vocatorum et rogatorum Arnaldus de Solsona, civis Illerdensis, jacens in egritudine et tamen existens in suo bono et perfecto sensu ac plena memoria, et in sua loquela integra et manifesta interrogatus ad requisitionem et instantiam Reverendi Patris Domini Gueraldi miseratione divina Illerdensis Episcopi, qualiter et quando et a quo ipse Arnaldus habuerat illud frustum sive trocium illius panni preciosi, quod idem Arnaldus tradiderat Domino Episcopo memorato; idem Arnaldus dixit et conffessus fuit sub periculo animae suae presente me notario et testibus infrascriptis, qualiter ipse habuerat dictum pannum. Dixit autem quod prout ipse relatione Dominae Elicsendis quondam uxoris suae pro certo didicit, fuit domicella quaedam filia Regis Tunicii quae quadam vice Mecham, ubi corpus Machometi colitur, in peregrinatione ivit cum magno navigio et comitiva honorabili militum ac bonorum, cuius domicellae adventum intelligens Soldanus Babiloniae, obviam ei venit apud Damiatam, et eam recipiens cum gaudio et honore usque Mecham associavit eandem ac providit in omnibus necessariis secundum magnificentiam regiam affluenter. Cumque peracta peregrinatione dicta domicella se disponeret ad propria, Tunicium videlicet remeare, idem Soldanus dixit sibi: intendo aliqua encennia mittere patri tuo, et quia non eget auro aut argento nec lapidibus preciosis, cum habeat habundanter, deliberavi sibi mittere unum frustrum panni preciossissimi in quo Mariem mater Jhesu illius in quem Christiani credunt et adorant, primo eum involvit. Quem quidem pannum habuerunt antecessores mei de Jherusalem et numquam habere potuit aliquis Christianus, et quia pater tuus Christianos habet familiares qui cum eo pariter commorantur, et cupio mittere aliquid sibi gratum ex dilectione quam sibi habeo specialem, affecto quod predictum pannum in mei memoriam habeat et teneat pater tuus. Et sic Soldanus ipse pannum illum preciosissimum tradidit domicellae quae attulit Tunicium, et ex parte Soldani optulit patri suo, exponens quomodo ipse Soldanus in signum amoris praecipui et honoris prae quibuslibet aliis encenniis preciosis dictum pannum preciosissimum elegerat, praefato Regi Tunicii transmitendum. Qui Rex gratanter recipiens et cum summo gaudio ipsum pannum, mandavit sollicite et fecit pre aliis preciosi sui thesauri conservari honorifice et diligentissime custodiri. Postea vero idem Rex Tunicii fecit armari multitudinem galearum ut dampna Christianis inferrent spetialiter in insula Maioricarum quam Illustrissimus Dominus Jacobus bonae memoriae Rex Aragonum ceperat et aplicaverat cultui christiano.

Et cum piratae dictarum galearum ad dictam insulam in loco qui dicitur Polencia (Pollença, Pollensa) declinassent, quandam alqueriam inter alias hostiliter invaserunt, ac etiam vastaverunt et ceperunt ibidem dictam Dominam Elicsendem et virum suum ac filiam eorum parvulam que Guillermona ex babtismate vocabatur eosque captivos Tunicium deduxerunt, et cum aliis dicto Regi Tunicii presentarunt. Qui rex dictam puellam utpote elegantem fecit cum diligentia enutriri, et processu temporis puellam ipsam filio suo primogenito nomine Miromomelino (Miramamolin) cum adulta esset et pre aliis sine consortibus speciosa atque omnium occulis graciosa in matrimonium copulavit, et ex tunc ipsa puella vocata fuit Rochaya. Mortuo vero dicto Rege Tunicii et praedicto filio suo Miromomelino magno sibi succedente in regni solio ac regnante idem Miromomelinus praedictae Rochaye Reginae coniugi suae quam super alias diligebat, thesauros suos et quaeque pretiosa ostendit, inter quae predictum frustum panni tanquam preciosissimum diligentissime tenebatur. Et dictae Reginae dixit quod pannus ille fuerat in quo Mariem primo involverat filium suum quem Christiani credebant et adorabant, et sibi exposuit qualiter pater suus predictum pannum habuerat a Soldano Babiloniae pro encennio singulari, secundum quod est superius enarratum. Dicta vero Regina sollicita quomodo tam preciosas reliquias penes se posset habere, oportunitate captata surripuit et habuit dictum pannum quem diligenter et secretissime reservavit. In illo tempore dictus Arnaldus de Solsona causa mercationis quam tunc temporis exercebat ad partes ultramarinas disposuit cum aliis transfretare. Set duce Domino cursu prospero Tunicium pervenerunt, ubi per aliquod tempus dictus Arnaldus permansit. Et quibusdam Christianis mercatoribus qui ibi aderant tractantibus et procurantibus duxit in uxorem praedictam Elicsendem, matrem praedictae Rochayae, uxoris magni Miromemolini Regis Tunicii. Processu vero temporis dicta Domini Elicsendis proposuit et voluit cum viro suo Arnaldo praedicto ad terram Christianorum redire cupiens tempus vitae suae inter Christianos finire, licet per eam domus dicti Regis Miromomolini in pluribus regeretur. Unde dicta filia sua Regina hoc percipiens et non valens eam a concepto proposito deviare, quin vellet a terra illa ex toto recedere et abire, dedit ei multa et magna donaria. Set inter alia predictum pannum preciosissimum obtulit secrete dictae dominae matri suae exponens et quomodo Miromomelinus Rex predictus sibi ostenderat et narraverat unde pervenerat dictus pannus, et qualiter ipsa Regina habuerat ipsum pannum, secundum quod superius continetur, dicens insuper dicta Regina prefatae dominae Elicsendi quod multo decencius et longe melius erat quod pannus ipse preciosissimus esset penes Christianos ad honorem Domini nostri Jhesu Christi quam apud perfidos Sarracenos, adhuc ipsa Regina aliquod retinens vestigium Christianae. Et ita dicta Domina Elicsendis recepit et habuit dictum pannum et secretissime conservavit, ita quod nec dictus Arnaldus vir suus aliquid scire potuit usque ad obitum ipsius Dominae Elicsendis. Vale itaque faciens filiae suae Reginae ad partes Christianorum se transtulit cum dicto Arnaldo viro suo qui eam adduxit ad civitatem Illerdensem ignorans penitus quod ipsa domina secum illum pannum preciosissimum asportaret. Memorato autem Arnaldo de Solsona (leo Solsana) cum uxore sua prefata in civitate Illerdensi quiete et pacifice commorante, contigit quod predictus Rex Tunicii scripsit per literas efficaces praedicto Illustrissimo Domino Jacobo bone memoriae Aragonum Regi, quod ipse Arnaldus de Solsona et dicta Domina Elicsendis secum furtive duxerant dictum pannum suum, quod tam preciosum ipse Rex Tunicii reputabat, ut apreciari valore congruo debito non valeret. Et ideo rogabat dictum Dominum Regem Aragonum multum intime et ex corde ac sollicite requirebat ut taliter faceret quod dictus pannus eidem Regi Tunicii restitueretur omnino. Dominus autem Rex Aragonum predictus volens satisfacere dicto Regi Tunicii fecit ipsum Arnaldum de Solsona coram sui presencia comparere, et instanter peciit ac mandavit dictum pannum sublatum Regi Tunicii, quem ipse Arnaldus et uxor sua inde asportaverant, sibi tradi. Set idem Arnaldus nichil penitus sciens de dicto panno, nec scire tunc potens a dicta coniuge sua quam an dictum pannum haberet, sollicite requisivit, sed uxorem excusavit prout potuit ac defendit. Set tanta ac tam gravis fuit quaestio regia et instantia importuna quod dictus Arnaldus in magno fuit periculo etiam corporis, nisi quod divina providencia disponente supervenire negocia ipsi Regi propter quae sepe dictus Arnaldus fuit a dictae petitionis et exaccionis periculo liberatus, mediante tamen auxilio aliquorum suorum amicorum honorabilium de curia Domini Regis, utpote Guillermi de Sala, tunc notarii ipsius Domini Regis ac consialiarii spetialis, et quorumdam etiam aliorum. Tamen propter oppresiones, gravamina et labores quibus idem Arnaldus pretextu exaccionis dicti panni graviter est aflictus quamvis innocens et immunis, expendit et expendere habuit ad sui et dictae Dominae suae coniugis deffensionem super dicti panni petitione circa tria millia aureorum. Post lapsum vero temporis cum dicta Domina Elicsendis detenta egritudine qua decessit, confessa fuisset fratri Dominico de Vilela, tunc Priori conventus fratrum Praedicatorum Illerdae, surgens a lecto accepit de archa sua quoddam cassidile quod dicto Priori secrete tradere intendebat. Set preventa a duabus mulieribus dicti Arnaldi neptibus quae procurabant in ipsa egritudini et custodiebant ipsam Dominam Elicsendem, illum, quod de archa extraxerat posuit infra lectum. Quo audito dictus Arnaldus qui tunc prandebat surgens velociter et ocurrens, quam plurimum admiratus quod dicta Domina uxor sua a lecto potuerit surrexisse, cum in extremis paulo antea laborasset, et accedens ad lectum adlocutus est Dominam jacentem. Quomodo, inquit, de lecto surgere potuistis et quid est illud quod de caxa extraxistis et in lecto ut dicitur abscondistis? Et ipse Arnaldus nichilominus scrutans lectum invenit ibi unum cassidile parvum quod accipiens interrogavit Dominam: ¿Quid est hoc quod est in isto cassidili? Tunc Domina Elicsendis: Domine, inquit non possum vobis amplius hoc celare. Multum enim laborastis et dampna plurima passus estis pro hoc quod est in isto cassidili; nam sciatis pro certo quod hic est ille pannus tam praeciosus Regis Tunicii qui a vobis et a me fuit cum tanta instancia repetitus. Erat mihi cordi ipsum pannum dare fratribus Predicatoribus ad honorem Dei. Set ex quo ita est, melius est quod vos qui tot et tanta ratione ipsius panni expendistis totque sustinuistis gravamina et jacturam ipsum pannum habeatis, de quo utpote re praeciosissima magnum comodum poteritis reportare. Et tunc dicta Domina Elicsendis tradidit ac dedit Arnaldo viro suo pannum illum preciosissimum rogans eum ut in bono quod sibi ex ipso panno aliqualiter eveniret, ipsius Dominae animam faceret participem et consortem. Tunc dictus Arnaldus interrogavit Dominam diligenter quomodo ipse habuerat et unde sciebat cuiusmodi panus erat. Quae quidem Domina retulit dicto Arnaldo quomodo Soldanus Babiloniae ex spetiali amicitia quam habebat ad Regem Tunicii pro encennio miserat valde caro, et quomodo filia sua Regina habuerat et sibi dederat in recessu. Quae quidem Regina narravit sibi per ordinem supra dicta quando ab ea recedere debuit de Tunicio et mater et filia fuerunt ab invicem separatae. Et pannus ille, si poneretur in igne, non comburetur virtute Domini nostri Jhesu Christi qui in eo fuerat involutus. Et ita dictus Arnaldus gavisus gaudio magno valde, accepit et habuit dictum pannum, et praefata Domina Elicsendis migravit ad Dominum Amen. Et postea idem Arnaldus tradidit dictum pannum Domino Episcopo supra dicto, ut superius est jam dictum. De quibus quidem omnibus supra dictis fuit factum presens instrumentum publicum ad requisicionem et instanciam Domini Episcopi Illerdensis et Arnaldi de Solsona praedictorum ad eternam rei memoriam per me notarium supra dictum. Actum est hoc die et anno predictis in hospicio dicti Arnaldi de Solsona in civitate Illerdensi praesentibus Guillermo de Rota, praesbitero beneficiato in ecclesia Illerdensi ... de Lordano, Abbate de Banasto, Petro Doato clerico, et Raymundo de Taraçona, cive Illerdensi testibus ad haec specialiter convocatis.

miércoles, 28 de diciembre de 2022

LI. Charta consecrationis ecclesiae Rotensis.

LI.

Charta consecrationis ecclesiae Rotensis. (Vid. pág. 155).

Almitas Dei Patris clementia, qui es unus in Trinitate, et trinus in Unitate, et in nomine Jhesu Xpi. filii eius, et Sancti Spiritus. Veniens reverentissimus Arnulfus Episcopus ex comitatum Ripacurzense per preces Domno Miro Senior et … , et Altemiro, et ceterorum bonorum ominum de Rota, tam clericis, quam et laicis. Et ideo Incarnacionis Dominice annos rennante Sancius Rex et filiis suis, et Magor Regina, et dondam Magor Comitissa, in loco venerabile ad consecranda ecclesia Sede Sancti Vincentii et Sancti Valerii Episcopi in civitate Rota, que prefactus, qui iam supra scripti sunt, pro amore Dei et remissionem peccatorum suorum, et per desiderium celestis patrie ad cuius dedicacione et devotissimi populi hac catholica religione concurrentes, devotionis sue vel parentum decessorum facinus absolvendum ad ethereo ultimum consequi valeant, et cum Sanctis in celestis regione coruscent. Ego Arnulfus Episcopus dono in ornamentis ecclesiae Sancti Valerii Episcopi et Sancti Vincentii Archilevitae qui sunt fundati in civitate Rota, I. dossale constantinatum, et unum palleo cum auro factum, unum bancale palleum, et II. cortinas, et II. superaltares lineos obtimos, et I. dalmatica sirica, et I. camiso de tirez, et I. calice de argento desuper aurato, et VI. chortinas, et III. mapiles, et III. tapites. Ego Bernardus Chomes, et Garsendes Chomitissa sic mittimus in domum Sancti Vincentii unum kanpum (campum)... Siguen varias donaciones de alodios y tierras por personas particulares: entre ellas a renglón seguido de la indicada del conde Bernardo dice: et ego Hunufredus Chomes sic mitto I. campo, etc... Otra donación de Ennego de Rivopetroso (Riudeperes, Río de piedras) y su mujer Ermesindis tiene esta fecha peculiar suya: Facta carta donacionis anno V. regnante Sancio, Rege filio Rannimiri Regis, VII. idus aprelis. Esta fecha creyó el Sr. Pasqual que es la de toda la carta; mas no lo es sino de esa donación particular incluida entre las otras donaciones. La de la total donación y comprehensiva de toda la escritura, y por consiguiente la de la dedicación está al fin, en que el Obispo vuelve a hablar así: 

Ego Arnulfus Episcopus ad iam supra dicta ecclesia in die dedicationis eius primicias et oblaciones, sicut olim constitutum fuit secundum canonica... sicut sanctus kannonus canet: decimas et primicias ad Deo sunt donandas, et ad Episcopum dividendas. Et est manifestum... ab odierno die et tempore ad iam dicta ecclesia, et ab Episcoporum illorum, et servientes illius abeant, teneant atque possideant. Et si quis contra hanc dote vel donacione venerit ad irrumpendum, minime scindatum, et sciat se anathematum ignodatum, etc... Facta... XV. kals... agnos Xpo. regnante Sancio Rex (a) = Sig+num Arnulfo Episcopo, qui hanc dotem rogavit scribere et... = Signum + Barone, Archipresbitero. = S. Miro Giscafredo. = Sig+num Onifredo... = Galindo pbtr. rogitus scripsit. 

(a) Esta fecha es la misma que la del exordio: en ambas se calla el año del rey Sancho; pero está bien reducida al año V. que dice la donación particular, porque es regular que se hiciese el mismo año.

sábado, 24 de diciembre de 2022

XLIV. Acta consecrationis ecclesiae Rotensis. an. DCCCCLVII. (957)

XLIV.

Acta consecrationis ecclesiae Rotensis. an. DCCCCLVII. (957) (Vid. pág. 137.)

Ex archiv. eccl. Roten. 

In nomine Dei Omnipotentis Patris, et in nomine Jhesu Christi, Filii eius, et Spiritus Sancti: ego Ragimundus Dei gratia Comes simulque et coniux mea AEresindis opitulantem clementiam Comitissa expuncxit nobis Deus et Trina Maiestas ut hedificaremus domum in honorem Domini nostri Jhesu Christi et Salvatoris in civitate quae vocitatur Rota, ut sit Sedis episcopalis secundum metropolitanae Sedis Narbonensis ab Emerico Archiepiscopo et patri nostro insertum atque concessum est. Et ideo anno DCCCCLVII veniente beato Episcopo intercedentes nosmedipsos superius nominatos ad locum venerabilem consecrandum, cuius basilica ab Hodesindo Presule vocabulum sumpsit Sancti Vincentii Martiris atque Levite: ad cuius dedicationem christiani et devotissimi populi religione katholica concurrentes ob devotione sua vel parentum decessorum facinus absolvendum, vel pro remedium animarum suarum, et incolomitate futura compuncti de rebus suis donaria adstante clero cum devotissimum populum praedicti Sancti Vincentii Martiris et Levite et ad servientes illius qui ibidem serviunt sub iussione Episcoporum quorum nomina inserta tenentur. Ego Ragimundus simulque et uxor mea AEresindis pro dotalis titulo donamus ad ipsa ecclesia iam dicta uno casale ante ipsam domum Sancti Vincentii, et una terra Adebuni capiente semente ex VI modiatas, et alia terra in loco ubi dicitur ad ipsum Siscare in litus Ysavana (Isábena) usque ad Penna. Et ipsa vinea plana subtus civitate Rota quae mihi Ragimundo advenit ex parte parentum meorum. Donamus et in ornamentis ecclesiae I calicem de argento, et una cruce de argento et I signo de metallo et III libros, missale, lectionario atque antiphonario et II vestimentos. Haec omnia donamus ut ad diem judicii ac tremende Maiestatis merces nobis exinde crescat, quia qui bene ministrat, gradum bonum sibi adquirit. Et est manifestum ut ab hodierno die et tempore iam dicta ecclesia et servientes illius habeant, teneant atque possideant, jureque perpetuo vindicent ac defendant, et indissolubile funiculum hereditatis possideant cum stipulatione subnicxa. Si quis sane, quod fieri minime credimus esse venturum, quod si nos supranominati, aut aliquis de heredibus nostris aut quilibet homo subposita persona de supra dicta donaria iam dictum locum venerabilem temptaverit, in primis iram Dei et Sancti Vincenti Martir et Levita incurrat, et super hoc quod repetit in quadruplo restituat, et ista donatio firma permaneat in omni robore et firmitate. Facta carta donationis in die kalendas decembrias anno III regnante Leutario Rege. = Sig+num Ragimundi Comitis. = Sig+num Eresindis Comitissa qui hanc donariam fecerunt et testes rogaverunt ut eam firmarent. Sig+num Bernardi. = Sig+num Galindoni. = Testes Chintus Abbas. = Sig+num Baroni clerici. = Sig+num Aponi. = Sig+num Dachoni. = Dedicatio Baselize Sancti Vincentii Martiris die kalendas decembrias. = Oriolus presbiter hanc donationem scripsit et subscripsit sub die et anno quod supra. 

martes, 20 de diciembre de 2022

XXI. Bernardi Comitis Bisuldunensis, Willelmi filii, donatio ad ecclesiam S. Mariae Bisuldunens. de decima monetae *cusae in Bisulduno an. MLXXIV. (1074)

XXI.

Bernardi Comitis Bisuldunensis, Willelmi filii, donatio ad ecclesiam S. Mariae Bisuldunens. de decima monetae *cusae in Bisulduno an. MLXXIV. (1074) (Vid. pág. 70.)

Ex arch. eccl. S. Mariae Bisuldun. 

Notum sit omnibus hominibus presentibus, et futuris, quia ego Bernardus gratia Dei Comes recognosco, quoniam pater meus Willelmus Comes bonae memoriae dedit Domino Deo et Sancto Ligno Crucis, et Sanctae Mariae cujus ecclesia est consecrata juxta murus Bisulduni, ipsa moneta de praescripto Bisulduno, et ego teneo eam per benefitium praedictae Sanctae Mariae. Et propter hoc in nomine Domini, ego praedictus Bernardus, gratia Dei Comes, donator sum Domino Deo et Sancto Ligno Crucis et Sanctae Mariae et Sancto Michaeli, et Sancto Genesio, et omnibus Sanctis, quorum reliquiae sunt in praedicta ecclesia, propter eleemosinam, et propter animam praedicti patris mei Willelmi et fratris mei, vel omnium parentum meorum seu propter remedium animae meae de omnibus peccatis meis, ipsam decimam de ipsa moneta, quae fuerit facta in praedicto Bisulduno amodo et usque in sempiternum, tam de auro, quam de argento quam in monetatico, et in capite, ut praedictus locus Sanctae Mariae semper quiete teneat, et habeat et possideat sine blandimento de ullo homine vel foemina, in tali videlicet ratione, ut nec ego, nec aliquis Comes, qui futurus sit post me, neque Abbas, neque aliquis clericus possit ipsum praedictum decimum aliquo malo ingenio tollere, aut commutare vel alienare, neque per fabum, neque per ullum assensamentum, sed semper stet in dominio, et in communitate canonicae praedicti loci. Et si est homo, vel homines, foemina vel foeminas, qui tollat, aut tollant, aut tollere voluerint hoc superius scriptum, id est, ipsum decimum de ipsa moneta, in iram Dei Omnipotentis incurrat, et fiat participatio ejus cum Datan, et Abiron, et cum Juda traditore, qui Dominum tradidit, et sit anathema, maranatha. Et sicut superius scriptum est, sic trado in dominio, et potestate Sanctae Mariae, et aliorum Sanctorum sine ulla reservatione, et sine enganno. Quod si ego donator, aut ullus homo, vel foemina, qui contra hanc cartam donationis venerit ad inrumpendum, vox ejus in nullo proficiat, et pro temporali poena velut sacrilegus componat, et in antea ista scriptura donationis incomvulsa permaneat omnique tempore. Facta ista carta donationis quinto idus septembris anno decimo quinto regni Philippi Regis. = Sig+num Bernardi gratia Dei Comitis, qui istam cartam donationis fieri jussi, firmavi, et testes firmare rogavi. = Sig+num Raimundi Comitis, qui hoc donum laudo et firmo (a). Sig+num Arnalli Delorcio. = + Guillelmus Sacerdos, qui istam cartam donationis rogatus scripsi et subscripsi die et anno quo supra. 

(a) Hunc Raymundum existimo fuisse Comitem Palliariensem: aut verius Raim. Berengarium huius nominis III. Comitem Barcinonensem, qui mortuo Bernardo Comite, et in comitatu Bisuldunensi successit, illiusque donationem ratam haberi voluit.

viernes, 16 de diciembre de 2022

Carta CI. Besalú fue la capital del condado de su nombre.

Carta CI. 

Besalú fue la capital del condado de su nombre. = Su derivación. = Noticia de los Condes que la gobernaron como Príncipes soberanos. = Fundación del monasterio de San Pedro por el Conde Wifredo y su muerte violenta en el lugar de Parets, y noticia de sus agresores. = Muerte desgraciada del Conde Bernardo Tallaferro en el río Ródano. = Moneda propia de este condado. = Silla episcopal titulada Bisuldunense. = Noticia de la Colegiata de Besalú. = Su advocación antigua y moderna. = Catálogo de sus Abades y Priores. = Reliquias insignes y descripción de una cruz muy notable y antigua. 

Mi querido hermano: Besalú es una villa antigua, capital del condado de su nombre desde el siglo VIII, uno de los cuatro en que estaba dividida la diócesis de Gerona. Derivan algunos este nombre del de Betulia, con el cual aseguran que era conocido todo este territorio desde Crespiá hasta Castellfollit. Cuánto más docta y menos ridícula es la opinión de Pedro de Marca, que lo deriva del Sebendunum o Sebeldunum de Ptolomeo. Como quiera que esto sea, las noticias de mi Viaje, digo lo que en esta villa he encontrado, sólo alcanzan a la mitad del siglo X; y de ello solo hablaré, según mi costumbre, anticipando la noticia de los Condes que la gobernaron como Príncipes soberanos desde el año 329 (929 según Villanueva, 966 según otras fuentes) en que murió Mirón (Miro I), Conde de Barcelona, que es la época que a mí me importa.

Mir, Miro, Mirón, conde Barcelona

Este Príncipe tuvo cuatro hijos de su mujer Ava, es a saber: Seniofredo (Sunyer), que le sucedió en el condado de Barcelona; Wifredo, que obtuvo el de Besalú; Oliva Cabreta, a quien tocó el de Cerdaña; y Miro, levita o canónigo de Gerona. La Crónica de los Condes de Barcelona, que hallarás en la Marca Hisp. (col. 537), en el cap. IV omitió la memoria del segundo de estos hijos, y añadió que el tercero de ellos, Oliva, poseyó los condados de Besalú y de Cerdaña luego que murió el padre; mas la existencia del segundo hijo Wifredo y de su condado consta de la donación que la Condesa Ava hizo a San Miguel de Cuxá el año 941 (ibid. col. 853), que empieza así: “Ego Ava Comitissa, et filiis meis Seniofredus Comes, Wifredus Comes, et Oliva Comes, et Miro, levita, etc." Téngase entendido que ninguno de estos Condes lo era aún de los estados que se les adjudicaron; porque habiendo quedado todos de menor edad por la muerte de su padre Miro en 929, se educaron bajo la tutela de Suniario, Conde de Urgel, que entonces pasó a ser también Conde de Barcelona, y reunió todos los condados y los gobernó hasta su muerte, acaecida en 950, que es cuando cada uno de aquellos Condes tomó el gobierno de sus estados; es a saber: Suniario o Seniofredo de Barcelona, Wifredo de Besalú, y Oliva de Cerdaña. Mas aunque esto sea así, como cierto lo es, no impide que en 941 se intitulase ya Conde 

WIFREDO. 

Y que lo fuese de Besalú parece claro, por ser él el que fundó el monasterio de San Pedro en la villa capital del condado, dotándole copiosamente, como se ve en el diploma de Luis Ultramarino del año 950 (ibid. col. 862). Lo mismo se infiere de la escritura de elección de el (: del) Abad de Camprodon Teuderico, de que hablaré luego; y de la donación testamentaria, que citaré para probar el año de su muerte. La fundación del monasterio es para mí una prueba evidente de que fue Conde de Besalú y no de otros estados, no siendo regular ni verosímil que hiciese tan copiosas donaciones ni trabajase tanto para ennoblecer con tan célebre monasterio a la capital de un condado que no le pertenecía. Durole el señorío hasta el año 954, en que algunos de sus vasallos le mataron en el lugar llamado Parets, cuya historia trae la Marca Hisp. (col. 395 y 889). Otras escrituras expresan los agresores, que fueron Seniofredo, presbítero, Adalberto, Vives y algunos otros. A mí me consta que era ya difunto en el año 958, en que a 13 de enero se efectuó la donación testamentaria a la iglesia de Gerona de las villas de Calbos (Calvos en texto anterior), Balbos y otros lugares, como había encariñado el difunto a sus marmesores Seniofredo y Oliva, sus hermanos, a la Condesa Ava, su madre, y a Servo Dei, levita. De esta escritura envié copia en el Episcopologio de Gerona (artículo Arnulfo). 

SENIOFREDO. 

Muerto Wifredo, el condado de Besalú quedó en poder de Seniofredo, que poseía el de Barcelona, como consta de la elección del Abad de Camprodon Teuderico, hecha en el año 962 de Cristo (ibid. col. 882). En la escritura, después de decir como el Conde Wifredo había fundado aquel monasterio, se lee: Contigit ut isdem inclitus Comes Wifredus migraretur a seculo. Accipienti vero dominatum illius fratre suo domno Seniofredo, venerunt ipsi monachi ante eius praesentiam, etc. De modo que no queda duda en que el Seniofredo, Conde de Barcelona, se apoderó del condado de Besalú por muerte de su hermano Wifredo. Y no deje de notarse la palabra accipiente (Accipienti) para lo que luego se dirá. Este Seniofredo no murió hasta el febrero del año 968, como tengo demostrado en las Memorias cronológicas de los Condes de Urgel. Y que hasta la muerte continuó en el señorío de estos estados lo indica una escritura de permuta del año 965, hecha por el monasterio de San Juan de las Abadesas con el mismo Seniofredo, la cual va copiada en el Viaje a aquella iglesia. Verdad es que juntamente se mencionan allí sus dos hermanos, el Conde Oliva y levita Miro, y que de ninguno de los tres se dice que fuese Conde de Besalú. Esta escasez de noticias aumenta la dificultad en señalar el verdadero Conde de estos años. La opinión común es que Oliva fue el sucesor del difunto Wifredo: mas yo entiendo que excluido ahora Oliva, el que obtuvo los estados en 968 fue 

MIRO

desde 968 a 984.

Pruebas de esto son: 1.a La donación que el mismo Miro hizo a la iglesia de Gerona en el año 968 del lugar de Parets, el cual dice que le correspondía por donación que le hizo su hermano Seniofredo. Dos escrituras he visto sobre esto en aquella curia episcopal en el Cartoral de Carlo Magno, fol. 300, ambas publicadas en la Marca Hisp. (Ap. núm. CVI y CVII). La primera del 2 de febrero de 968, año XIIII de Lotario, en la cual supone vivo a su hermano, puesto que cuando le nombra, no usa de la palabra quondam, con que denotaban el fallecimiento de una persona. De esta palabra se vale ya, pocos días después, en la donación plena que repitió del mismo lugar a 21 del mismo mes y año. Esta donación por sí sola no probaría otra cosa sino que Miro era señor del lugar de Parets, que está en el condado de Besalú; mas junto con las otras pruebas que siguen demuestra que lo era también del mismo condado.

2.a En la escritura de fundación o dotación del monasterio de San Pedro de Besalú (ibid. col. 919), hecha en el año 977, abiertamente se llama a sí mismo este Príncipe: Ego Miro nutu Dei Gerundensis ecclesiae humilis Episcopus, ac Comes Bisuldunensis, una cum fratribus nostris domno Olibano ac Seniofredo Comitibus, etc.

3.a En la dotación de la canónica reglar de San Agustín, que fundó en Besalú en el mismo año 977 (Marca Hisp. col. 912), dice: Propterea concedo precibus Ermengardae Comitissae (esta era la mujer de Oliva) et filio eius Bernardo. Si Ermengardis fuese entonces Condesa de Besalú, no necesitaba de ruegos para la fundación de aquella canónica, 

ni tampoco Bernardo, heredero forzoso del condado. Obró, pues, Miro como Conde propietario que se deja obligar de los herederos para dotar la casa con los bienes propios del condado.

4.a En la dotación del mismo monasterio, que hizo el año siguiente 978, se leen, como en el anterior, estas palabras: Pro salute tam animarum quam corporum meorum fidelium in ac terra degentium qui in illo cenobio aliquod praestiterint beneficium, etc. Supone vasallos suyos a los habitadores del condado. Y más abajo dice: et dono ad praefatum cenobium in valle Monte acuto manso uno quod Letus dedit a Wifredo Comite et ego habeo per succesionem iam dicti Comitis... Quantum ibidem abeo vel hereditare debeo, etc. Donde es claro que Miro sucedió en el condado.

5.a En el año 1086, el último Conde de Besalú Bernardo, al tiempo de confirmar al sobredicho monasterio todas sus posesiones, expresa: omnes illas donationes, etc., quas progenitores et antecessores mei Miro videlicet reverentisimus Comes et Episcopus, et Bernardus inclitus Comes, ac Guillermus nobilissimus Comes et omnes alii Comites retroactis temporibus fecerunt. Esta escritura está original en el archivo de dicho monasterio. Por donde parece claro que fue reconocido como Conde de Besalú por los sucesores en aquel señorío, y que lo era ya, y como tal obraba en las dotaciones del monasterio y de la iglesia de Santa María de aquella villa.

6.a En el Poemita que escribió el Obispo de Vique Oliva, en elogio del monasterio de Ripoll, de que algunas veces he hablado, dice de nuestro Miro:

Hic Dominus patriae recubans, Presulque Ierundae.

Los versados en la latinidad de los siglos medios saben que patriae era sinónimo de comitatus, dioecesis, parroechia y otros tales. Y pues el poeta, hablando de Ripoll, cuyo valle era del condado de Besalú, dice de Miro que era Dominus patriae claro está que en ello dijo que había poseído aquel señorío. Y es de notar que el Obispo Oliva, autor del Poema, era sobrino de nuestro Miro, bien así como hijo de Oliva Cabreta, que es el que dicen que entró a ser Conde de Besalú por la muerte de Wifredo. ¿Y cómo será creíble que por elogiar al tío quitase aquel escritor a su mismo padre algunos años de este condado?

De lo dicho debe inferirse la equivocación con que todos los escritores, copiándose unos a otros, han escrito que Miro fue Conde de Gerona (a: Véase la España Sagrada, tom. 43, pág. 85 y 135. No puedo pasar en silencio que en la primera de estas páginas anticipa el autor el condado de Miro al año 956, engañado con una escritura, que vio copiada, del archivo de Monserrate en favor del monasterio de Santa Cecilia, donde se lee: In nomine Domini: Borrellum et Mironem uterque fratres, et Marchiones, Comites... donatores sumus, etc. 

Para conocer que este Miro no era el nuestro, bastaba observar: 

1.° Que no se intitula levita, dictado que nunca dejó y ya tenía en 941. 2.° Que se llama hermano de Borrell, del cual ninguno, ni su misma madre Ava, hizo mención. La verdad es que este Miro de la donación era otro distinto del nuestro, hijo de Suniario, Conde de Urgel desde el año 906 y de Barcelona desde 929, donde murió en 950. Era hermano de Borrell, el cual en este último año obtuvo el condado de Urgel y en 967 el de Barcelona, ambos hijos de la Condesa Richildis. Véase la Marca Hisp. col. 541.  

Porque no se hallará un solo documento en que se le dé expresamente ese dictado, como los hay demostrativos de que tuvo el condado de Besalú. La equivocación nació de que en todas la escrituras que hablan de él se intitula Comes et Episcopus Gerundae, por donde atribuyeron al condado la palabra Gerundae, que sólo recaía sobre el obispado. 

Si los que escribieron sobre esto advirtieran que muy frecuentemente los Condes no ponían el título de sus estados, como aquí mismo habrás advertido: y si reflexionaran que el condado de Besalú era casi todo de la diócesis de Gerona, no tomarían de esos títulos de Miro ocasión de asegurar afirmativamente que fue Conde de Gerona. A lo menos imitarían a Balucio, que en los índices de la Marca Hisp., para manifestar la duda que en esto tenía, colgó a Miro los dos dictados de Comes Gerundensis, Comes Bisuldunensis. En resolución, para mí es cierto que Miro, Obispo de Gerona, poseyó este condado de Besalú hasta su muerte, acaecida en el año 984. Mas cómo y por qué obtuvo Miro este condado, siendo, como era, el cuarto y último de los hermanos, y quedando excluido Oliva Cabreta, que era el tercero, no es fácil averiguarlo, ni yo me daré tormento para señalar la causa que ignoramos. Sólo diré que esta postergación de Oliva, que es cierta, debió nacer de las mismas causas de donde dimanó la que experimentó respecto del condado de Barcelona; para el que, habiendo muerto sin hijos su hermano Seniofredo en 967 o 968, no se contó con él para la sucesión, sino que la obtuvo Borrell, Conde de Urgel, primo del difunto. Esta exclusiva, no nació, como dicen algunos historiadores, de ser reputado por hombre de poca piedad, la cual bien manifestó en la fundación del monasterio de Serrateix y en la dotación de Custoya y otras iglesias, ni tampoco de defecto corporal, el que no le impidió gobernar la Cerdaña y después a Besalú. Otras causas debió haber para que no fuese atendido su derecho, y pudo ser, entre ellas, lo que sospecha mi amigo Don Luis García Conde, antes Prior de esta Colegiata y hoy Tesorero de la santa iglesia de Tortosa, y es que Oliva se debió estar pasivo en el funesto acontecimiento del asesinato de su hermano Wifredo, sin acudir con las armas a vengar el ultraje, como acudió Seniofredo desde Barcelona; el cual, obrando casi como conquistador del condado de Besalú, quisiese que lo tuviese Mirón, y tal vez en castigo de que los autores de aquel crimen estuviesen apoyados en el poder de Oliva. De esto se habla a la larga en mis Memorias cronológicas de los Condes de Urgel, lib. 1. En resolución, el sucesor de Seniofredo fue Miro; al cual, por su muerte acaecida en 984, sucedió el sobredicho 

OLIVA CABRETA

desde 984 a 990.

Durante estos seis años fue a un tiempo Conde de Cerdaña y Besalú. Es común opinión de que murió en el de 990, mas el lugar de su entierro no está conocido. Marca (col. 497) conjetura que debió enterrarse en Custoya, lugar de Rosellón, fundándose en las palabras de la escritura de consagración de dicha iglesia, que hizo Udalgario, Obispo de Elna: donde se lee: Quatenus anima Olivani Comitis eiusque coniugis Ermengardis, mercede non priventur tanti beneficii sed huius baselizae (baselicae, basílica) consecrationis admisceantur mercede, etc,; pero esto sólo prueba que hizo algunas donaciones a aquella iglesia. Con más fundamento puedo yo decir que se enterró en el monasterio de Serrateix, que dicho Conde fundó y dotó magníficamente, y donde es tradición que está enterrado el fundador en un sepulcro suntuoso que se halla entrando a mano izquierda en la iglesia, que es obra de aquel tiempo. Sobre él se ve tendida una estatua de caballero armado con espada y daga, y unos escudos de relieve, llanos y sin empresa alguna, cosas todas que hacen muy probable que este es el sepulcro del Conde, y aun yo quise y dejé allí ensayada una inscripción que perpetuase esta memoria. Nuestro Conde tuvo cuatro hijos de su mujer Ermengardis, es a saber: 1.° Bernardo, apellidado Tallaferro, sucesor de nuestro condado: 2.° Wifredo, sucesor del padre en el de Cerdaña: 3.° Oliva, Abad de Ripoll y Obispo de Vique: 4.° Berenguer, Obispo de Elna. 

BERNARDO

desde 990 hasta 1020.

Le apellidaron Tallaferro, aludiendo sin duda a sus grandes fuerzas corporales; su mujer se llamó Tota o Adalais. Quedan de este Príncipe muchas memorias en las donaciones que hizo a los monasterios de Cuxá, Bañolas, Ripoll, Besalú, Arles (Arlés) y otros; y principalmente en las que hizo a esta Colegiata. Pero las memorias principales de su gobierno son dos: 1.a La erección de Silla episcopal para su condado. 2.a La dádiva preciosa de la Vera-cruz, que regaló a dicha Colegiata. Ambas cosas logró en un viaje que hizo a Roma el año 1017, y de ellas se dirá después separadamente y a la larga. Otro viaje emprendió tres años después, no se sabe para donde, aunque bien se sabe que fue con el objeto del matrimonio de su hijo, que tenía ya contratado, lo que le ocasionó la muerte. Porque teniendo que vadear el Ródano, arrebatado el caballo de la corriente, pereció en ella el año 1020, día 26 de septiembre. El día y año constan del testamento sacramental que copió la Marca Hisp. (col. 1027), mas no se expresa allí la circunstancia de morir ahogado en el río. Y este silencio bastó para que Diago, en la Hist. de los Condes de Barcelona, lib. 2.°, cap. 90, tuviese esta desgracia por fingida. Mas contra esta conjetura, que es harto débil, tenemos dos argumentos positivos que lo afirman: 1.° El epitafio que al difunto y a su hijo Guillermo se puso en Ripoll en el sepulcro común de ambos, cuya letra es del mismo siglo XI, y aunque  algo gastada ya de la humedad y colocada a la raíz de la pared en el claustro de aquel monasterio, pude copiar por mi mano de esta manera:

Splendor, forma, caro, virtus, cum germine claro

Ut cito florescunt modico sic fine liquescunt 

Hoc duo testantur Comites hic qui tumulantur

... de Taiaferr Guilelm. cognomine Crassus

… … Rodano fatalia passus

Armis, consilio, rebus, fama viguere

Super (f. sumptibus) hanc multis ditare domum studuere

Unde coronati regnent super astra locati. Amen.

2.a La encíclica que con motivo de la muerte de este Príncipe expidieron los monasterios de Ripoll y de Cuxá, la que hallarás en la Marca Hisp. (Ap. núm. CLXXXVII) y en ella, después de elogiar la virtud del Príncipe, dice estas palabras: "Talis igitur cum esset ac tantus, utpote provisor omnium, coniugali vinculo volens nectere filium, promisso iam nato infandum tentavit equo transire Rhodanum. Dumque incaute ceptum pertenderet iter, inter ingentis fluminis rotantia vada infelix revolvitur equus, sessorque succumbit. Tunc terque, quaterque conatus collum tenere manibus, terque quaterque compressa manus effugit ab illo. Tandem ergo ingentis fluminis impetu victus occubuit... O felix et nimium felix nostra aetas. Si noster Bernardus numquam attigisset Rhodani nefanda fluenta, etc." 

Dejó este Conde seis hijos de su mujer: 1.° Guillermo, sucesor de este condado. 2.° Aienrico, a quien dejó el obispado del mismo título (cosa que no tuvo efecto, como se dirá), 3.° Ugo. 4.° Berenguer. 5.° Adalaiz. 6.° Constancia.

GUILLERMO

desde 1020 hasta 1055.

Fue apellidado el Gordo (Crassus); estuvo casado con Adalaiz, de quien tuvo dos hijos: Guillermo, apellidado Trou, a causa de la nariz desproporcionada y contrahecha, y Bernardo. Son muchas las memorias que quedan de su piedad y beneficencia. Marca (col. 544) dice que murió en 1052. Mas no se acordó aquel escritor de la escritura que él mismo copia (Ap. núm. CCXLII) con que nuestro Conde cedió a favor de Berenguer, Obispo de Gerona, todos los derechos que justa o injustamente percibía en Bascara, de cuyo instrumento resulta que vivía en el año 1055, y que entonces se disponía para ir a Jerusalén. Más es, que en el archivo de la Catedral de Gerona (Armario de la sacristía 2.a) me acuerdo de haber visto una escritura de plácito o convenio con los hombres o habitantes de Besalú, hecho y firmado por el Conde Guillermo, junto con su hermano Bernardo, año XXVII del Rey de Francia Enrique, que es el de 1058. Aunque bien veo que alguno dirá que este Guillermo pudo ser el hijo, que antes que le matasen tuviese por algún tiempo este condado. En esta duda vamos adelante, siguiendo la cuenta común. 

BERNARDO

desde 1055 hasta 1111.

Dícese que luego que murió Guillermo el Gordo, los vasallos, de acuerdo con los magnates del país, mataron a su hijo mayor Guillermo Trou, por ser sobremanera iracundo y revoltoso, y para dar lugar a que gobernase el hijo segundo Bernardo, que era suavísimo y de gran prudencia. Sea lo que fuere de esta especie, de la que nada he hallado que haga al caso, es cierto que Bernardo fue Conde por más de medio siglo, y que aunque casó con María, hija del Conde Ramón Berenguer III de Barcelona, murió en 1111 sin dejar sucesión, por cuyo motivo volvió el condado de Besalú a incorporarse en el de Barcelona, para no separarse ya más de él. En la Marca Hisp. (col. 1235) hallarás la cesión del único que a dicho estado vacante pretendía tener derecho, que era el Conde de Cerdaña. Este condado tuvo su moneda propia, y para prueba de ello, omitiendo otras memorias, basta la donación que el último Conde Bernardo hizo a la iglesia de Santa María de la décima de toda la moneda quae fuerit facta, dice, in praedicto Bissulduno... tam de auro, quam de argento, quam in monetatico et in capite. Esta donación es de 9 de septiembre del año 15 del Rey Felipe (de Cristo 1074). Va copiada (a: Ap. núm. XXI.).

De los siglos más modernos, esto es, de los años 1640 y siguientes, quedan monedas propias de esta villa, acuñadas en tiempo de las guerras de Felipe IV con Luis XIII de Francia, las que en el anverso tienen un escudo entero de las barras de Cataluña, con este letrero: Principatus Cataloniae; y en el reverso la mitad de dicho escudo, con una cruz de dos travesaños, y esta letra: Opidum Bisuldunense. Este último escudo es el propio de la villa, aludiendo la cruz al precioso Lignum crucis que posee la Colegiata desde el siglo XI, como diré después. 

OBISPADO DE BESALÚ.

A las memorias civiles del condado de Besalú síguese que tratemos de las eclesiásticas, y primero de la Silla episcopal con que fue ennoblecido, aunque por tan poco tiempo. Y convendrá dejar escrito esto anticipadamente por no vernos después obligados a cortar la narración de lo que toca a la historia de las iglesias que hay en esta villa, tanto más que yo no creo que ella fuese la Sede de aquel Obispo, sino que lo fueron otras con ella, es decir, que este obispado se intituló Bisuldunense del condado, no de la villa de Besalú. Fue así que el Conde Bernardo Tallaferro, Príncipe muy poderoso, viendo que sus estados estaban incluidos en las diócesis de Gerona y de Vique, aspiró a tener en ellos un Obispo propio, para estar así menos dependiente de los otros condados sujetos a aquellas diócesis. Con este fin hizo un viaje a Roma, acompañado de su hijo Guillermo, apellidado el Gordo. Concediole esta gracia el Papa Benedicto VIII, eligiendo y consagrando para primer Obispo a Wifredo, y reservando a la Santa Sede la consagración de los sucesores, los que en señal de reconocimiento pagasen una libra de oro a la iglesia Romana. Advierte de paso que anterior es esto a los tiempos del Papa San Gregorio VII. No designó el Romano Pontífice lugar o iglesia determinada donde residiese el Obispo, sino que, según lo pedido por el Conde, permitió que eligiese para Silla episcopal uno de estos tres monasterios, o el de San Salvador y San Ginés de Besalú, o el de San Pablo de Fenollet, o el de San Juan de Ripoll (hoy de las Abadesas). Esto solo ya es una prueba de que ni la mente del Conde ni la del Papa fue honrar con el honor de Silla episcopal a la villa de Besalú. Lo cual indica claramente que el dictado de Bisuldunense se tomó de todo el condado, y no de la capital del mismo. Por otra parte no consta que posteriormente a su institución se fijase la Sede a ninguno de los tres puntos sobredichos. Y si hay documentos que suponen la residencia en Besalú, también los hay que la prueban en San Juan de las Abadesas. Besalú puede alegar a su favor la dotación de la nueva Sede (Marca Hisp., ap. núm. CLXXVII y siguientes), en la que se lee: Dono igitur ad supra dictam Sedem Sancti Salvatoris ex iure paterno abbatiam Sancti Johannis quae est sita in comitatu Riopollensi... ut semper illi sit subdita eo tamen conventu atque definitione, ut nulli umquam Episcopo liceat praedictam abbatiam Sancti Johannis destruere... sed semper in canonicali ordine... permaneat. Donde claramente se llama Sede la iglesia de Besalú, y súbdita suya la de San Juan de las Abadesas. Pero esta en su necrologio de letra coetánea abiertamente llama a Wifredo Episcopus huius ecclesiae. Y en ella ejerció jurisdicción como su Prelado propio, vendiendo y conmutando sus bienes por los años 1047, lo que fue ocasión para que el padre maestro Flórez (a: España Sagrada, tom. 28, pág. 140 sig.) le tuviese por Obispo de Ausona; y en ella poseyó hasta su muerte la abadía, aun después que se acabó su obispado, como se dirá, de lo cual pudiera inferirse alguna mayor preeminencia de la de San Juan de Ripoll. Asimismo consta que hacia el mismo tiempo ejercía alguna jurisdicción en Besalú, como luego se dirá. De todo lo que puede inferirse que ninguna de las dos iglesias se llevó el honor de única y propia Sede, y que, o bien por lo poco que duró el obispado, o por otras causas que ignoramos, no hubo tiempo para que Besalú se levantase con la gloria de la Sede, la cual quedó común a la iglesia de San Juan como a su concatedral.

El Wifredo electo en Obispo de Besalú no pudo ser el que supone Diago en la Historia de los Condes de Barcelona (lib. 2, cap. 90) hijo de Wifredo, Conde de Cerdaña, el cual fue hecho Arzobispo de Narbona en el año de 1019, porque el nuestro no sólo permanecía acá en el 1020, como dijo Marca, sino hasta el 1048, y aún más, como diremos luego. Mas con todo eso no puede negarse que debía ser personaje muy principal y de nobleza distinguida (a: Mayor fue la equivocación del autor del tomo 43 de la España Sagrada, pág. 342, que dijo que Wifredo fue promovido al arzobispado de Tarragona, porque bien pudo reflexionar aquel escritor que esta metrópoli no se restauró hasta más de medio siglo después.) 

Lo que sí sabemos de cierto es que su obispado fue de cortísima duración. En la Marca Hisp. se asegura que no duró más que desde el 1017 al 1020; y será así porque los Obispos de Gerona y de Vique no debieron tardar en hacer sus reclamaciones contra la nueva Sede, la cual perdió su apoyo luego que en 1020 murió el Conde Bernardo, su 

fundador, y en 1024 el Papa Benedicto VIII que la erigió. Sin embargo cuatro años después el Conde Guillermo en la donación que hizo a esta iglesia en 1027, donde expone que estaba ya el célebre Lignum crucis, de que luego se dirá, dice: Episcopus vero vel clerici ibidem Deo servientes praesentibus scilicet atque futuris ita obtineant, etc. Lo cual supone que residía aún allí Obispo. Mas ya pronto le llegó su fin, si es verdad que Wifredo fue trasladado a la Silla de Carcasona en 1031, como se lee en la Gallia Christ. Conservó igualmente la abadía de San Juan de las Abadesas hasta su muerte, acaecida en 27 de septiembre de 1054. Todo esto consta del necrologio de la misma iglesia, donde de letra de aquel tiempo se lee: V kal. octobris anno dominicae Incarnationis MLIIII obiit domnus Gaufredus (así le llama) huius ecclesiae Episcopus, et postea Carcassonensis Episcopus et Abbas huius loci. Al margen de la letra del siglo XII o XIII se añade: Hic fuit Episcopus huius ecclesiae impetrante Comite Bisuldunense a Domino Papa. Postea contradicentibus Episcopis Vicensi Gerundensi et aliis non potuit obtinere quod hic locus esset episcopalis et remansit Abbas et fuit postea Episcopus Carcassonensis. Esta nota, ignorada hasta aquí, me obliga a inferir varias cosas:

1.a Cuando el Conde Bernardo pidió al Papa por Obispo de su condado a Wifredo, era ya sin duda Abad de San Juan de Ripoll, por lo cual, destruido el obispado de Besalú, se quedó con aquella abadía (remansit Abbas), que conservó hasta la muerte, junto con la Silla de Carcasona. Y a la manera que Oliva, Obispo de Vique, y Arnulfo de Gerona, ambos Abades de Ripoll, conservaron aquella abadía; y cuando en ella ejercían algún acto judicial decían: Ego Oliva o Arnulfus Episcopus cum cuncta congregatione S. Mariae, etc., llamándose Obispos y no Abades; así Wifredo, porque lo era de Carcasona, en los actos judiciales de aquella abadía se intitulaba Obispo hasta por los años 1048 y siguientes, cuando en aquella casa no tenía más jurisdicción que la de Abad. Y esto es lo que descubre la equivocación que dije del padre Flórez, que porque en esos años le ve obrar allí con título de Obispo le tuvo por de la Sede de Ausona. De esto se dijo más en el Viaje de Vique.

2.a El ser Wifredo Abad de San Juan de (falta Ri) Ripoll cuando le hicieron Obispo Bisuldunense, pudo ser la causa de la anexión y aun sujeción de aquella abadía a la nueva Sede que expresó el Conde Bernardo en la escritura que citamos del año 1017, de manera que no quisiese dar a entender que la iglesia de San Juan fuese menor en el honor que la de Besalú; sino que aquella dignidad de Abad se conservase siempre unida a la persona del nuevo Obispo, sin que ni él ni sus sucesores se atreviesen a destruir aquella prelacía que acababa de establecerse, arrojadas de allí las monjas que tan perdidamente vivían. Lo que el Conde trabajó en esta obra tan del servicio de Dios, es lo que le obligaba a encarecer la conservación de aquella casa; que esta es la que sujetó, y cuya conservación encargó al nuevo Obispo y sus sucesores. Sobre esto se dijo más en el Viaje de Vique.

3.a Infiérese también que pues este Wifredo estaba por aquí, él es el que asistió a las consagraciones de la iglesia de Ripoll en 1032 y de la de Gerona en 1038, cuyas actas hallarás en la Marca Hisp. 

4.a Del mismo modo que este Obispo gobernaba la iglesia de San Juan, le hallamos también gobernando la de Besalú, y ejerciendo en ella actos judiciales hasta el año 1047 o 1048. De este tiempo es la escritura con que dio en censo a Raimundo Miro una porción de tierra, año XVII del Rey Enrique, la cual vi en el archivo real de Barcelona, y dice así: Wifredus gratia Dei Episcopus cum cuncta congregatione Sanctae Mariae qui est sita infra muros Bisulduni, etc., y en la subscripción dice: Wifredus Praesul. Esta permanencia del Obispo en este país y la jurisdicción que tuvo en las dos iglesias, acaso probará que los Condes, mal avenidos con la destrucción de su obispado, conservaron en alguna independencia estas iglesias, resentidos de los Obispos de Gerona y de Vique. Indica esto la escritura con que el Conde Guillermo firmó concordia con el de Gerona Berenguer Wifredo en 1055, un año después de la muerte de nuestro Wifredo. Porque luego que falleció este Prelado llamó al de aquella iglesia para que consagrase la de Santa María de Besalú, y le cedió todos los derechos de Bascara. Son notables entre otras estas palabras: Parco atque omnino indulgeo Pontifici praedicto cunctarum reatus quaerimoniarum quae mihi insunt de eo. Hízose esto por la mediación del Conde de Barcelona Raimundo Berenguer I, llamado el Viejo. Lo demás lo dirá la copia de la escritura que va adjunta (a: Ap. núm. XXII.), la cual es una verdadera concordia y total extinción de las pretensiones sobre obispado y sus resentimientos, que no debieron cesar hasta que murió el Obispo, porque la otra concordia que Marca publicó (col. 1011), firmada por Miro, Obispo de Gerona, y Aimerico, Arzobispo de Narbona, tiene muchas muestras de ser apócrifa. Porque no sólo se supone vivo al Obispo Miro, que falleció en 984, sino que se supone hecha la escritura en la era 1050, que es el año 1012 de la Encarnación, cinco antes que se erigiese el obispado. Y cómo antes de ser erigida la Sede habría quejas de parte del de Gerona y concordia por la extinción de ella? Mas por equivocaciones y falsedades que tenga la escritura, el contexto de ella puede ser cierto, y sería así, que suprimida la Sede, la iglesia volvió a ser abadía, y a recibir el crisma de la de Gerona. Mas como Wifredo continuó por acá como Abad, que al mismo tiempo era Obispo de Gerona, tengo para mí que esta reducción de Besalú a la obediencia de Gerona no se verificó hasta los últimos años de Wifredo. Y si a alguno de ellos ha de pertenecer la citada escritura, será al de 1047, en que era la indicción XV, que ella dice, o el de 1043, contándose los años del Rey Enrique desde que fue coronado, viviendo aún su padre Roberto en 1027, según cuyo cómputo el año 17 de su reinado, que allí se cita, es el 1043, en el cual era Papa Benedicto IX, que allí se nombra. Pero esto ya es delirar: sea del año que quiera esta concordia, el obispado de Besalú debió acabarse con ella, y esto basta. 

COLEGIATA DE BESALÚ.

La Colegiata de Besalú no tuvo en lo antiguo, como hoy, la advocación de Santa María. La primera memoria que hay aquí de esta iglesia es del año 977, en que el Obispo, Miro, Conde de Besalú, intitulándola de San Ginés y de San Miguel, le hizo donación de la que estaba fuera de los muros de la villa, intitulada de San Vicente, con el altar de San Rafael, que él mismo había erigido en ella. A este altar de San Rafael hizo después el Conde Oliva varias donaciones, que propiamente era hacerlas a la iglesia de San Ginés, que era la matriz. A la misma iglesia de extramuros, que todavía está en pié, se hicieron en 1018 varias donaciones que se expresan hechas Jesu Christo Dno. nostro, suaeque Genitrici Mariae Dominae nostrae, et Sancto Praesepio, sive in honore Sancto Gabriele Archangelo, et in honore Sancta Agne martyre Christi, et Sancta Cecilia virgine, quae est domus sita iuxta muros Bisulduno. La de dentro de la villa suena ya con otra advocación en 1017 en una bula del Papa Benedicto VIII, que la llama S. Salvatoris et S. Genesii. En 1028 el Conde Guillermo el Gordo la intitula S. Genesii, S. Micaelis, et S. Stephani Papae. Del mismo año hay otra donación del mismo Conde, que sólo llama S. Mariae, título que desde ahora suena junto con los otros, y que desde la mitad de ese siglo XI vino a quedar solo y característico de esta iglesia, excluido enteramente el de S. Ginés, que parecía el primitivo; porque los demás eran de altares o reliquias que en la iglesia había, por cuya devoción se hacían aquellas donaciones, como también se hicieron ad praetiosum lignum Domini nostri Jesu Christi, de cuya reliquia se hablará después. A la primera memoria de esta iglesia acompaña la de vida reglar, establecida en ella; la Aquisgranense se supone. Sin embargo, tiénese por fundador de esta canónico al Obispo Miro, porque en la donación que dije, hecha en el año 977, dice que el motivo fue ut Ermengarda Comitissa, et filius eius Bernardus statuant ibi canonicos regulares, qui die ac nocte Deo deserviant, et orent misericordem Dominum pro delictis meis. Hallarás esta escritura en la Marca Hisp. (col. 912). Efectuose desde luego este establecimiento, el cual aprobó el Papa Gregorio V en el año 998, y confirmó con nuevas donaciones el Conde Bernardo Tallaferro en el año 1000. En el siguiente, a 26 de marzo, en cierta donación del mismo suena ya un Abad llamado Adalberto, al cual, muerto dentro de pocos años, sucedió en el de 1006 otro Adalberto, elegido por el Conde conforme al privilegio del citado Papa. Esta escritura está en la misma obra (col. 962). Vivía este Adalberto en 1017, y a él dirigió el Papa Benedicto VIII la bula con que confirma la iglesia y sus posesiones (ibid. col. 1005). Entonces fue cuando se erigió el obispado de Besalú, suprimiéndose, según conjeturo, la dignidad de la abadía, o quedando incorporada a la persona del nuevo Obispo Wifredo. De la duración y remate de este obispado ya dije lo que he podido descubrir. Para mí tengo que cuando se acabó esa prelacía, que fijamente no se puede averiguar y debió ser hacia el año 1028 o 30, quedó todavía anexa la abadía a dicho Prelado hasta su muerte en 1054, y que entonces fue nombrado Abad Andrés, el cual firma en la restitución que el Conde Guillermo hizo a Berenguer, Obispo de Gerona, de todos los derechos de Bascara en el año 1055, la cual envié ya copiada. En otra donación del 1074 firma Guillermus Suniarii Abba. Poco más conservó este monasterio el honor de la abadía. Porque en 1084 el Conde Bernardo lo incorporó y sujetó a la de San Rufo de Aviñón y a su Abad Arberto y sucesores, pasando entonces de canónica Aquisgranense a Agustiniana. Va copia de esta escritura (a: Ap. núm. XXIII.), que tiene la singularidad de estar escrita por el notario Gaufredo, canónigo y levita in Castro novo, esto es, en el que de nuevo debió construirse entonces en Besalú, y acaso debió ser la primera que allí se hiciese. Que este palacio o castillo se estaba construyendo en el año 1029 consta de una escritura, de que diré después, hablando del Abad Tassio. Era en aquella época costumbre y como una especie de moda sujetar todas nuestras canónicas Agustinianas a la casa de San Rufo de Aviñón; a lo que sobre la virtud que resplandecía en aquel monasterio, ayudó mucho el haber entrado el condado de Provenza en la familia de los Condes de Barcelona. Esta sujeción y dependencia con los bienes de la casa confirmaron después Pascual II en 1115, el Conde de Barcelona en 1137, Adriano IV en 1157 y Alejandro III en 1162. Con esto cesa aquí la noticia de Abades, y sólo la hay de Priores que la gobernasen con la sobredicha sujeción. Los que yo he hallado en escrituras son los siguientes; 

Existencia. 

Rodgario. 1096. 1106. 

Guizon (Guizón). 1113

Bernardo. 1122

Fulcherio. 1123

Bertrando. 1127

Bernardo. 1131. 1146. 1154. 1160.

Pedro. 1162

Berenguer. 1168 

Pedro. 1172. 1183. 1195. 1198.

Guillermo. 1209. 1213.

Andrés. 1232

Gerardo. 1242

Los poseedores de este priorato pueden con verdad gloriarse de ser capellanes de los Reyes, puesto que ese título les dieron muchas veces, y ya desde el siglo XI solían los Condes llamar capilla suya a la iglesia de San Salvador y Santa María, sita dentro del castillo de Besalú, y yo sospecho que esto fue resulta de la fábrica del castillo nuevo que antes decía; pero esta es pequeña cosa para la historia en general. Vamos adelante.

De lo dicho se infiere que la iglesia que hoy llamamos de Santa María estuvo siempre dentro del castillo, o sea palacio de los Condes de Besalú, o que era parte de él. El edificio actual me parece ser del siglo XI, aunque el cuerpo de las tres naves está desfigurado, y sólo queda de lo viejo el crucero. No hay aquí más archivos que el prioral, donde están originales la bula de erección del obispado, y algunas pocas más que quedan copiadas para la Colección diplomática. Las otras noticias de esta iglesia, condado, etc., se tomaron del de Barcelona. 

Vi en esta iglesia muchas reliquias, junto con un cartel impreso de indulgencias concedidas a la iglesia de San Salvador de Oviedo, el cual tienen por acá por propio con motivo del título Sancti Salvatoris que tuvo antes esta iglesia, y cuya imagen, con las figuras alegóricas de los cuatro Evangelistas, permanece aún sobre la puerta principal de ella. Las reliquias más notables son: un pedacito del palio de Elías, id. del sudario y de los pañales de Cristo, id. del maná, id. de la vara de Moisés (es de dos dedos y de madera muy parecida a la que vi en Ara Xpi. y otras partes), id. del cráneo de San Juan Bautista, canilla del brazo o pierna de San Bartolomé, hueso grande de San Cristóbal, un choquezuelo de la rodilla de Santa Petronila, tres huesos grandes de San Ginés. Todas estas reliquias, con otras muchas, están en dos grandes relicarios en un armario al lado del altar mayor. En la sacristía hay otras menores en una arquilla de madera tachonada de varias piececitas de labor muy prolijo por el gusto árabe. Allí mismo vi una cruz de plata que llama mucho la atención de los curiosos. Téngola por obra del siglo XIII; a lo menos las figuras de Evangelistas y Querubines son de ese tiempo; pero se encastaron en ella joyas más antiguas, que voy a describir como pudiere. El palo vertical es de cuatro palmos, el travesaño de tres; en la cara principal, donde está la figura de Cristo con tres clavos, hay varios camafeos, una cabeza de Emperador, y otra superba de Medusa en ágata. Más notable es el reverso, en cuyo centro hay un cuadrado, y en uno de los ángulos de él un camafeo en fondo que representa un personaje en pie, apoyando sobre un escaño el pie izquierdo levantado, y con la mano derecha escribiendo o pintando sobre una tarja: tiene la cabeza con morrión, y en la espalda se descubren algunas puntas como de flechas. Esta figura es muy menuda, pero muy bien trabajada. En otro ángulo hay un sello árabe. El centro de dicho cuadrado ocupa un grande sello oval de piedra oscura, que no conozco, con este letrero:

+ (cruz) KARVLVS REX

INPERATOR

La antigüedad de la letra y la sustancia del letrero obligaron a decir que esta alhaja pertenecía cuando menos a Carlos Calvo, Rey y Emperador desde el año 840, no habiendo otro Rey Carlos de Francia posterior en quien resuenan los dos dictados. En el brazo derecho de la cruz hay otro camafeo grabado en fondo en lapislázuli, que representa una figura humana monstruosa, en pie, con la cabeza coronada, y las piernas y pies abiertos en arco como colas de serpiente: en la mano derecha tiene un látigo y en la izquierda un escudo o padrón. En el brazo izquierdo de dicha cruz hay otro camafeo con un dibujo Gótico, parecido al reverso de las medallas de Liuva, etc.: otro representa un Sagitario (signo celeste); en la asta de la cruz hay dos de delfines: otro en relieve de una mujer desnuda, airosa sobremanera, con un manto suelto asido de la mano derecha, y tendido por la parte opuesta de la figura: en la izquierda extendido un báculo, sobre el cual parece apoyarse. Esta mezcla de alhajas Romanas, Góticas, Árabes, y otras, acaso de otros tiempos y naciones, hace creer que la cruz fue dádiva de algún gran Príncipe que poseía aquellas preciosidades, las cuales, con no poca piedad, consagró al culto del verdadero Dios. Y acaso por ello diremos que alcanzara al tiempo de los Condes de Besalú, esto es, a los siglos X y XI; mas yo me ratifico en que las labores en plata son del siglo XIII.

Otra alhaja hay allí mismo por muchos títulos más apreciable, y guardada como tal, y tenida en gran veneración; y es un trozo muy considerable de Lignum crucis dispuesto en forma de cruz con dos travesaños, uno de los cuales tiene cinco dedos de longitud y el otro tres, con el espesor correspondiente. Grandes portentos se refieren obrados con la presencia de esta santa reliquia, singularmente con endemoniados y en tiempo de sequía. En estas últimas ocasiones, y aun en otras necesidades, solían, según la costumbre de los siglos medios, meterla un poco en el agua bendita; y se conoce esto bien en lo gastada que se halla la parte inferior del palo vertical. Del como vino acá tan precioso monumento dícense mil cosas, destituidas de toda verdad. El vulgo cree que es regalo que hizo el Papa San Dámaso a su patria Argelaguer (argelaga, argilaga, aliaga, aulaga), que es un lugar distante una hora de Besalú, y que por ciertos cambios la dieron a esta iglesia. Cuentos de viejas. Más verosímil es que la trajese de Roma el Conde Bernardo Tallaferro cuando fue allá el año 1017 para alcanzar del Papa Benedicto VIII la erección de Silla episcopal en su condado. La bula en que esto se le concedió denota el singular aprecio que la Silla Apostólica hizo de nuestro Conde por su piedad y gran poder, que no se le negó una cosa tan en perjuicio de las Sillas de Vique y Gerona. Por donde es más fácil entender que entonces debió hacérsele también este regalo. Esta conjetura se funda en que antes de esa época no hay memoria alguna de dicha santa reliquia en cuantas donaciones se hallan de los Condes anteriores, en las cuales frecuentemente suelen mencionar otras que acá se veneraban; mas en el año 1025 el Conde Guillermo, con su esposa Adalais, en una donación que trae la Marca Hisp. (col. 1040), dice que la hace ad praetiosum Lignum Dni. nostri Jesu-Christi. Siendo esta, como es, la primera memoria de esta reliquia, así como es la primera donación que los Condes hicieron a aquella iglesia después del 1017, parece claro que a la época del viaje que decía pertenece la venida de la reliquia a esta iglesia. Después de ese año, 1025, ya es frecuente la memoria de ella, como lo verás en la copia adjunta de la copiosa cesión de toda la décima del condado y de otros derechos hecha a la misma iglesia, y por los mismos Condes, en el año 1027 (a: Ap. núm. XXIV.).

Si nos quedaran sellos y escudos de armas, o monedas de los Condes de Besalú del siglo XI, no dudo que en ellos hallaríamos esta cruz de dos travesaños, como la vemos en las monedas propias de esta villa que se acuñaron en tiempo de las guerras de Felipe IV y Luis XIII de Francia, como casi todos los pueblos de Cataluña batieron las suyas. Más arriba describimos la propia de Besalú: en la que se ve esta cruz partiendo con las barras del principado el escudo que hoy usa la villa. 

SAN PEDRO DE BESALÚ. 

Los historiadores de Languedoc dicen (lib. X., cap. 24) que el Rey Carlos el Calvo, hallándose en el monasterio de San Saturnino, sitiando a Tolosa en el año 844, expidió un diploma a favor de Domnulo, Abad de San Pedro de Besalú, de la diócesis de Gerona. 

Este documento publicó Baluzio en los Capitulares (Ap. núm. LXII), del cual, siendo cierto, se ha de inferir que debió quedar destruida aquella casa primera, o que estaba fundada en sitio diferente, iuxta flumen Sambuga que dice la escritura. Como quiera que esto sea, es cierto que un siglo después aparece como fundador de esta casa de San Pedro Wifredo, Conde de Besalú, hermano del de Barcelona Suniario, destinando este lugar para monasterio de la orden de San Benito, y logrando del Rey Luis el Ultramarino la confirmación de todas las posesiones que le había dado año XVI de su reinado (950 de Cristo). Trae este diploma la Marca Hisp. (Ap. núm. LXXV), en el cual se hace mención del Abad Jaufredo, que contaré por el primero. Con ser esto así, todavía es tenido por su fundador Miro, Obispo de Gerona, hermano también de Wifredo, y según se dijo, su sucesor en el condado. Es así que existe una amplísima escritura (Ibid. núm. CXXIV) del año 977, en la que él mismo dice ser el que escogió aquel lugar para monasterio, el cual dota copiosamente. Más copiosas son las dotaciones que hizo los años siguientes 978 y 979, las cuales quise copiar por la singularidad, gracia y caprichosa elegancia de su contexto, y por la memoria que en ella hace de los Condes, sus hermanos, de la cual me serví en la noticia de estos Príncipes (a: Ap. núms. XXV y XXVI.). Del último de dichos años, es a saber 979, hay una bula del Papa Benedicto VII, en que confirma la nueva casa y su inmediata sujeción a la Sede Romana, con el censo que le impuso Miro de cinco sueldos anuales. Está dirigida al Abad Gifredo, que debe ser el mismo que Jaufredo; no la envío copiada, porque no he hallado de ella sino copias, y porque ya la publicó nuestro Cardenal Aguirre (Concil. Hisp., tom. IV, pág. 384), aunque con algunas equivocaciones, entre ellas la del nombre del Abad, a quien llama Guispedo. Esta confirmación pontificia la solicitó el mismo Miro, llevando consigo a Roma la escritura de fundación, como se lee en las actas de la dedicación de esta iglesia: y por esa razón en la dotación que dije del año 979 se ingiere el nombre y decreto del Papa Benedicto.

El mismo Miro comenzó la fábrica de la iglesia, que al fin se consagró a 23 de septiembre del año 1003, a instancias del Conde de Besalú Bernardo Tallaferro, por los Obispos Odón de Gerona, Arnulfo de Vique, y Aecio (Ezonem) de Barcelona (a: La España Sagrada, tom. 43, pág. 346, llama Aton a este obispo de Barcelona. Acaso estará así escrito en la copia que su autor dice que vio entre los mss. de la Academia de la Historia. También hubo equivocación en decir que el Abad Wifredo de este año 1003 era el mismo que el del 979, que fue el primero de este monasterio. Véase el catálogo que luego se pondrá de los Abades.) 

Asistió también a esta solemnidad Wifredo, Conde de Cerdaña, hermano del de Besalú. Va copia de esta preciosa escritura tomada del original, que existe en el mismo monasterio, aunque algo deteriorado y roto (b: Ap. núm. XXVII.). Era Abad en esta ocasión otro Wifredo distinto del primero. No hay duda en que el templo es el que subsiste hoy día renovado sin alteración de la arquitectura antigua, como debe ser, y como en otras partes no han hecho. Bello edificio de tres naves con su crucero, al modo de las de Urgel, Ripoll y otras iglesias de los siglos X y XI. Desde la misma fundación de esta casa se venera en su iglesia el cuerpo de San Primo M. Advectus est igitur (dice el Obispo Miro en las donaciones de los años 978 y sig.) in eodem cenobio, Deo disponente, corpus venerandi martiris nomine Primi, pro cujus intercesionibus Omnipotens Deus multis in eodem loco dignatus est fieri virtutibus, et laudatur glorificaturque Omnipotens Deus ab omni populo qui talem illis contulere dignatus est patrono. Sigue constantemente la memoria de este Santo en las escrituras posteriores; y en muchas donaciones suena contitular con San Pedro: ad domum (dicen) Sancti Petri et Sancti Primi cenobii, qui sunt fundati iuxta castro Bisulduni. Ni una palabra hay en todos esos documentos, digo en los antiguos, del cuerpo de San Felicísimo, que también se venera aquí. Además de las memorias antiguas del cuerpo de San Primo las hay también de estar en el monasterio desde su fundación las de los Santos Concordio, Evidio y Patrono. Consta esto de la encíclica que, según la costumbre, dirigieron los monjes de Ripoll a todos los monasterios, día 4 de julio del año 1008, anunciando la muerte de su Abad Seniofredo. Circulaba la carta por todos los monasterios, no sólo de nuestra provincia, sino aun de la Narbonense, cada uno de los cuales ponía una noticia de su recibo y de los Abades que en ellos habían muerto desde la última circular, para lo cual iban añadiendo trozos de pergamino, cosiéndolos hasta formar como un volumen larguísimo, el cual volvía al monasterio que dirigió la carta. En Ripoll se conservan algunos de estos documentos, cuya preciosidad y utilidad es fácil de entender: a mí por lo menos me han servido a maravilla para los catálogos de Abades, que sin este auxilio salieran muy diminutos. El recibo del que ahora digo en este monasterio de Besalú comienza de esta manera: venit pellifer ad limina B. Petri Apostolorum Principis in cenobio qui est situs iusta Castrum Bisulduno, ubi requiescunt corpora Sanctorum Primi, Concordii, Evidii... (roto) atque Patroni, esto en cuanto a la memoria de los sobredichos Santos. Continúa el Abad, que entonces era Wifredo, poniendo los nombres de los que en este monasterio le precedieron, y en primer lugar escribe Dominus Teudericus Abba aedificator. Con lo cual si quiso dar a entender que Teuderico había sido el fundador de la casa, no cuadra esto con las memorias ciertas que quedan, por las que consta que el fundador fue el Conde y Obispo Miro. Tampoco puede decirse que este fuese el primer Abad, porque ya hemos visto que lo fue el llamado Jaufredo o Gifredo, y de Teuderico no hay otra memoria de que lo haya sido de esta casa, ni tampoco Dodo, que es el segundo y último que nota la encíclica. Admira esto mucho más al ver que omite la memoria de los dos primeros Abades, de quienes hay noticia cierta que lo fueron, y por los cuales comienza la serie de ellos; por donde me doy a entender que Teuderico y Dodo fueron los dos inmediatos a Wifredo, porque la costumbre era mencionar los últimos Prelados; ni cabía que se contasen todos los que habían fallecido, cuyos óbitos ya se suponen anunciados para el sufragio monástico. En el monasterio de Camprodon, de que hablaré otro día, hay dos Abades Teuderico y Dodo de fines del siglo X. ¿Quién sabe si la encíclica alude a ellos, que lo serían al mismo tiempo del nuestro? Mientras otra cosa no conste, contaré a los dos Abades en el lugar que he dicho en el siguiente catálogo (a: La España Sagrada (loc. laud.) dice que ni en las bulas ni en otros documentos anteriores al siglo XIII pudo hallar los nombres de los Abades sino de Domnulo y Jaufredo. Pues yo aseguro que el catálogo presente hasta el siglo XV no es sacado más que de bulas y escrituras que me han venido a mano.). 

Existencia. 


Jaufredo o Gifredo. 950 - 979

Arnulfo. 998

Hay memoria de este Abad en escritura de ese año, en la cual Eriberto, testamentario de Isarno (Eribert o Heribert - Isarn), puesto ante el altar de San Pedro y de San Primo, cedió a este Abad y a sus monjes la iglesia de San Miguel de Avellana curba en el valle Securillas, cum missale maiore. 

Existencia. Muerte. 

Teuderico.

Dodo.

Wifredo 1003 - 1008 1022

Estos tres Abades constan de la encíclica de que antes hablamos. 

Annifredo. 1027

Tassio 1229 - 1031.

De él hay memoria en escritura del primero de esos años, que va copiada, en la cual Willelmo, Conde de Besalú, por haber recibido del Abad Tassio 300 y más modios de cal para construir su palacio, le concede que ni él ni sus sucesores exigirán de los bienes del monasterio ullum receptum, neque ullam paratam, etc., obligándose desde entonces a quedar excomulgado con la excomunión de todos los Obispos que firmaren la escritura. Y la primera que se halla original es la del Papa Juan XIX, a la cual siguen las de los Obispos Pedro de Gerona, Oliva de Vique, Wifredo de Besalú y otros. Véase la copia (a: Ap. núm. XXVIII.). Por estos tiempos cupo a este monasterio la suerte que al de Ripoll en la sujeción al de San Víctor de Marsella. El Conde de Besalú era afecto a los Franceses, como se vio en lo de San Juan de las Abadesas. Y aunque de ello no quede acá noticia: mas sospecho que debió durar esta sujeción hasta el año 1086, puesto que Pedro Bernardo suena Prior en 1085, y ya se intitula Abad en 1086. 

Bernardo. 1113 - 1155.

En 1154 el Arzobispo D. Bernardo Tort dio a este monasterio la iglesia de Santa Madalena, extramuros de Tarragona, quae (dice) olim fuerat templum Martis, ut in ea ponerent monacos. Esto dice en una de sus notas mss. el padre Caresmar.

Otra donación copié en la Catedral de Tortosa hecha por Gaufredo, Obispo de aquella iglesia, a este monasterio y Abad Bernardo, en la cual le cede la iglesia de Flix, como verás en la copia adjunta (a: Ap. núm. XXIX.), a pesar de tener equivocada la fecha. Está firmada por dos canónigos regulares de Santa María de Besalú, y por el Abad y Prior de nuestro monasterio.

Principio. Existencia. Muerte. 

Pedro. 1174 1191 - 1220

Guillermo. 1220 - 1240

Bernardo 1242 - 1252

Guillermo electo en  1253 1270

Pedro. 1272 - 1303 

Dalmacio de Palol. 1310 - 1323 

Berenguer de San Esteban 1324                 1348

Bernardo. 1349 - 1356  

Francisco. 1358 1361 - 1380

Bernardo de Montagut. 1383 

Dalmacio de Guisa. 1387 1394 - 1409

Berenguer de Perarnau. 1415 1421  

Berenguer Espasens. 1436 

Antonio de Vilardell. 1443 - 1466

Francisco Xatmar. 1481 1500 

Era juntamente abad de Bañolas. Véase el catálogo de aquel monasterio. 

La iglesia, como dije, es la construida en el siglo XI con tres naves, y las colaterales rodean el presbiterio; el cual se divide de ellas por columnas pareadas muy graciosas. De los cinco intercolumnios que resultan, el del centro está ocupado con la estatua del titular San Pedro, debajo de la cual hay un nicho donde están tres arcas cubiertas de terciopelo carmesí, las cuales sirvieron en lo antiguo para depósito de los cuerpos santos que dije, y hoy sólo contienen algo de sus cenizas y huesos más pequeños. Las reliquias más insignes de los mismos, están colocadas en los intercolumnios laterales en bustos de plata custodiados en armarios dorados, es a saber; a la parte de la epístola varios trozos del cráneo de San Felicísimo, y un hueso de la espalda de San Evidio, ambos MM.: item un trozo de la asta o bandera militar de San Patrono M. En la del evangelio están la cabeza entera de San Primo, que cierto admira por su antigüedad, y el hueso del muslo izquierdo de San Concordio M., cubierto de carne y piel, y varios huesos de San Marino M. Cada uno de estos Santos es aquí venerado con fiesta particular. La colocación de estas reliquias, el altar y el adorno de toda la iglesia es obra del Abad Don Anselmo Rubio, que murió en 1780, el cual tuvo la discreción de no alterar la arquitectura antigua. En la pared exterior de la iglesia hay un letrero sepulcral, que copiaré aquí por la rareza de su cómputo. Dice así: 

Judicio sano B. Judex Dalbuciano

Has terras rexit, nec se male munere vexit

Milis (se lee Mitis) erat, gnarus, probus, aptus, stemate clarus, 

Hic situs est munde: fuit archilevita Gerunde

M. cum C. bina triplex X. I. sine trina

Servabant numeros XI. cum dessit hic heros.

Parece que la cuenta será el año 1227, y si no es ese año, será otro. Ya que estamos de inscripciones, allá va una importante que se conserva en el presbiterio de la iglesia de San Vicente, sita extramuros y pegada al castillo, de la que hay varias memorias ya desde el siglo X, y es de la de que hablé cuando se trató de la Colegiata de Santa María; dice así:

Hic iacet honorabilis Petrus de Rovira, legum doctor, qui transtulit corpus beati Vincencii Martiris à monasterio (Sancti) Saturnini de Cavernolis, et suo tractatit (f. tractavit) honorifice in presenti ecclesia recondidit. Qui obiit Petrus de Rovira VII marcii, anno Dni. M.CCCCXIII (1413). El cuerpo de este Pedro está en la tumba sobre la inscripción con el busto del mismo; mas de el de San Vicente no sé si queda mucho o poco. Dicen que está en una arca debajo de la estatua del mismo Santo titular de la iglesia. Llámanle aquí Sent Vicent Capellá, por ser San Vicente presbítero y mártir, de quien hace breve mención, y aún menos que yo, el P. Domenec en la Historia de los SS. de Cataluña (fol. 64. b.), y ni aun copia la inscripción.

A este monasterio de San Pedro se unieron en 1592, por bula de Clemente VIII, otras dos antiguas abadías, es a saber; la de San Quirico de Colera y la de San Lorenzo de Monte. La primera estaba en el condado de Peralada, no muy distante de la de San Pedro de Rodas in valle Leocarcari. Su origen es del tiempo de Carlo Magno. Consta esto de la sentencia dada a favor de esta casa en el año 844, la cual extracté en el Episcopologio de Gerona (artículo Godmaro) por las muchas curiosidades que contiene, y entre ellas la de ser la primera vez que se halla escrita la palabra Catalonia. Contaba yo con haber hallado aquí original este documento, mas ni aun hay copias de él.

Sin embargo, alguna fe merece el traslado del siglo XIII que queda en Gerona, como allá se dijo. Y lo que de él consta es que el Abad Libencio y su hermano Assinario obtuvieron de Carlo Magno el territorio de Peralada, nombre que ellos pusieron a la que los Moros llamaron Tolon o tierra muerta. Hechos señores de la tierra, que era del fisco imperial, fundaron y dotaron el monasterio de San Quirico y San Andrés, cuyas posesiones e inmunidad defendió Giemundo, monje, hijo de Assinario y sobrino de Libencio, contra las pretensiones de Alarico, Conde de aquel territorio, produciendo en juicio por testigos cuatro presbíteros, cuatro nobles y seis pageses, que vivieron en tiempo de Carlo Magno. En fin allá fue la escritura, que es curiosa.

Lo que he visto es la escritura de consagración de su iglesia (de San Quirico), hecha en 1123 por el Obispo de Gerona Berenguer Dalmacio, con asistencia de Arnaldo y Pedro, Obispos de Carcasona y de Elna, donde se confirman los bienes que le dieron varios nobles, y Guigo, Obispo de Gerona, que lo fue en el principio del siglo X, como ya vimos. Va copiada (a: Ap. núm. XXX.), no sólo por esto, sino por contener la demarcación o límites del monasterio. Sus titulares en cuantas escrituras he visto son siempre San Quirico, San Andrés y San Benito. Han perecido muchos de los instrumentos que pertenecían a aquella casa; sin embargo, de los que se trajeron a esta de Besalú he sacado la noticia de los Abades siguientes:

N... 844

Manuel. Existía en el año XXX de Carlos el Simple (927 de Cristo), como se ve en escritura trasladada en el año siguiente, y en una donación de Triezius et Celdonia et Savila hacen a San Quirico de una viña quam, dice, nos tenemus per praeceptum Regis sicut et ceteri Spani. Esta última expresión confirma que los Españoles que se retiraron al territorio sujeto al Rey de Francia huyendo de los Moros, continuaron aún el siglo X disfrutando el mismo privilegio que los que se refugiaron un siglo antes. Este es punto demasiado curioso para tratarse aquí, y más que muy a la larga lo dejo averiguado en el Discurso prelim. a las Memorias de los Condes de Urgel.

Principio. Exist. Muerte.

Guillermo. 1128

Berenguer. 1135

Bernardo. 1204

Berenguer de Massanet. 1216. 1219 

Pasó a la abadía de San Pedro de Camprodon. Véase el Viaje a aquel monasterio.

Bernardo Gerallo. 1224. 1242 

P... 1250 1264

Raimundo. 1270 1296

Berenguer de Vilatenim. 1297. 1320

Pedro. 1321 1355

Guillermo. 1363 1375

Arnaldo. 1377 1384

Pedro de Bosch, electo en 1384

Guillermo. 1390 1399

Jaime. 1401 1421

Benedicto. 1426

Asberto de Abilliariis (Abellars). 1461. 1443

Galcerán de Monpalau. 1461. 1476

Galcerán de Rocaberti. 1489

Estos son los únicos Abades de quienes se haga memoria en los pergaminos que quedan. Mucho menos queda del monasterio de San Lorenzo de Monte (Sent o Sant Llorenç de Munt), de quien nada puedo saber, sino que, como dije, fue incorporado a este de San Pedro. 

Tampoco he podido averiguar el sitio y suerte de otro monasterio, intitulado de San Julián y San Vicente, fundado en este condado de Besalú, al cual pertenece la escritura que publicó el Cardenal Aguirre (Concil. Hisp. tom. III, pág. 150) fecha kal. martii, indictione XIV anno XXVI regnante Carolo gloriosissimo Rege, que es el año de Cristo 866, de Carlos el Calvo XXVI, en el cual cayó la indicción XIV. Confirma en ella aquel Príncipe a la casa y a su Abad Rimila todas las posesiones, dándoles facultad de elegirse sucesor según la regla de San Benito.