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jueves, 26 de enero de 2023

CARTA CXXI. Adiciones e ilustraciones a lo publicado por el padre maestro Flórez

CARTA CXXI. 

Adiciones e ilustraciones a lo publicado por el padre maestro Flórez sobre el estado antiguo de esta iglesia de Barcelona hasta entrado el siglo XII, y sus Obispos Wilara, Guislaberto, Fulco o Folch, y San Olaguer. 

Mi querido hermano: Como el padre maestro Flórez disfrutó completamente de los archivos de esta ciudad, y posteriormente recibió otras muchas noticias que le comunicó el padre Caresmar, pudo tratar con mucha exactitud y casi completar la historia del estado antiguo de esta iglesia de Barcelona hasta la muerte de su Obispo San Olaguer. Mas esta clase de investigaciones nunca agotan todo su objeto, y siempre dejan a los que vienen después algo que descubrir y añadir. Esto me ha sucedido a mí particularmente, habiendo podido examinar los archivos de otras catedrales y monasterios, con cuya historia tiene conexión la de esta iglesia. Que muy cierto y averiguado es que sin el auxilio de archivos ajenos no se puede completar la historia de cada iglesia y monasterio. Por esta razón haré aquí un breve apunte de las adiciones e ilustraciones que pueden hacerse a lo que publicó aquel sabio escritor, para que sirvan cuando se haga una segunda edición de su obra.

En primer lugar advierto que el Concilio tenido en esta iglesia el año 906 ha sido impugnado después de la muerte del padre Flórez por el ex-jesuita Masdeu como apócrifo y fingido por los Franceses por probar la supuesta sujeción de nuestras iglesias catalanas a la de Narbona. En el tomo de mi Viaje a Vique queda demostrado hasta la última evidencia la verdad de esta sujeción metropolítica todo el tiempo que duró el cautiverio de Tarragona, que fue el de cuatro siglos. Allí mismo copié y publiqué uno de los documentos más claros de ello, que es el concilio de que hablamos, en el cual Idalcario, Obispo de Vique, se quejó de que el Arzobispo de Narbona al tiempo de consagrarle le impuso el censo anual de una libra de plata. ¿Qué valen todas las cavilaciones de Masdeu para probar que este concilio es apócrifo? En el archivo de aquella catedral están sus actas originales con las subscripciones de los Obispos, a cuya vista se disipa el nuevo pirronismo de los infatuados en ciertas y ciertas manías

Wilara. Dei Obispo Wilara no conoció el padre Flórez otras memorias que las que alcanzan al año 950. Débese añadir que vivía aún en 955, a cuyo año pertenece una escritura original que he visto en Monserrate, fecha VI. kal. januarii, anno II. regnante Leutario Regem. Su exordio dice: 

In nomine Domini Borrellum et Mironem uterque fratres et Marchiones Comes et Owillara Pontifex. Es una donación al monasterio de Santa Cecilia de Monserrate de varios alodios en Amendolelles, dados ya por la Condesa Richildis, cuyos albaceas eran los dos Condes y el Obispo. Estas pocas palabras inducen grande alteración en la cronología de los Condes de Barcelona, pues vemos vivo en 955 a Mirón, que todos suponen muerto en 950. Item Borrell, su hermano, no sé si es tan conocido. También vivía en 957, año III del Rey Lotario, cuando pasó a la iglesia de Vique, según disponían los cánones, a asistir al Obispo Wadamiro en su última enfermedad, darle sepultura, hacer el inventario de los bienes de la iglesia, visitarla en su vacante y cuidar de la elección del sucesor que hacía el clero. Todo esto consta de la escritura original que se copió y publicó en el mismo tomo de Vique. 

Guislaberto. A las noticias de este Prelado hay que añadir las siguientes: 

1.a Este Guislaberto, hijo de los Vizcondes Odolardo y Richildis, era ya levita el año 1005. En el archivo episcopal de Solsona (tit. Panadés) he visto una escritura original de venta que hizo el padre a la madre de ciertas tierras. Ego Odolardus (dice) gratia Dei Vices Comite vinditor sum tibi uxori mea Richilde Vices Comitissa: expresa las tierras y continúa: qui mihi advenit de genitore meo (sin nombrarlo). Et est haec omnia in comitatum Barchinonensem infra termine de castro Fontanedo, in loco que nuncupant Frexano … in propter precium pesas XV. in rem valentem … Facta vinditione nonas febr., anno X. regnante Roberto Rege. Este año es de 1005; sigue la firma original del Vizconde, y luego otra original Guislibertus levita, que como hijo autorizaba aquel contrato doméstico. Era pues levita ese año 1005.

Flórez con Diago y otros suponen que nuestro Obispo había sido casado, y que le vivía aún su mujer después de ser Obispo. No sé componer con esto el grado de levita y de canónigo, a que subió siendo aún tan joven que ya lo obtenía treinta años antes de ser elevado a la Silla episcopal.

2.a He dicho que era hijo de estos Vizcondes. Pruébalo otra escritura que vi allí mismo original, y es la donación que su madre le hizo de todo lo que había comprado de su marido en la escritura anterior. Empieza así: Ego Richillis gratia Dei Vice Comitissa donatrice sum tibi filio meo karissimo domno Guisliberto Episcopo … su fecha es II. non. martii, anno X. regni Henrici Regis, que corresponde al año 1041, en que ya era Obispo. Este alodio, ya propio suyo, lo vendió él después a Gondebalo y su mujer Ermessindis III. idus septembris, anno XVI, regni Henrici Regis (1046), in propter precium septuaginta quinque uncias auri in rem valentem. También está allí mismo original esta escritura, en la que firma igualmente Udalardus Vices Comes, mas no Richillis.

3.a Más importante que todo esto es la memoria cierta que nos queda de la consagración de este Obispo, verificada en el monasterio de San Pedro de Fronteña (hoy llamado de la Portella) el año 1035 a 21 de septiembre por el Arzobispo de Narbona Wifredo, San Ermengol, Obispo de Urgel, y Wifredo de Carcasona. Da razón de esto una escritura, preciosa por muchos respetos, que se conserva original en el archivo de aquella casa, donde la vi y copié con tanto gusto como cuidado. Pondré aquí su exordio, que es lo que basta para lo de ahora. Dice así: 

Anno Incarnationis Dominice XXXV. post millesimum, era M.LXXIII. indictione III. epacta XX. XI. kal. octobris, anno V. regni Aienrici Regis, 

convenerunt in unum in Dei Omnipotentis nomine Wifredus Sancte Narbonensis ecclesie Archiepiscopus, ac nobilissimus Antestis Ermengaudus, necne Guifredus Episcopus Carcasonensis, ut consecraret Episcopum Barchinonensem, nomine Guilabertum, in cenobio Sancti Petri Frontenianensis, et consecraverunt eandem ecclesiam in honore Domini nostri Jhu. Xpi., et Beati Petri Apostolorum Principis, etc. La admirable consonancia de todas las épocas de cómputo que acota la escritura, y las firmas originales, no sólo de los tres nombrados, sino las de todos los Obispos que se hallaron en el concilio inmediato de Narbona, a donde, como en ella misma se dice, fue llevada para que todos confirmasen las donaciones hechas a este monasterio, y la cofradía que el diocesano San Ermengol erigió en él el mismo día de la consagración del templo; todo esto, digo, hace mirar a este instrumento como uno de los más solemnes y respetables que nos ha conservado la antigüedad. Ya se publicará entero cuando se trate de aquel monasterio. Entre tanto baste lo dicho para fijar la época del pontificado de Guislaberto, Obispo de Barcelona.

4.a En el archivo del monasterio de Monserrate he visto un traslado hecho el año 1239 de una escritura, en que nuestro Obispo, dedicando la iglesia de San Miguel, sita en aquel monte, le hace donación, junto con su madre la Vizcondesa, a quien llama Rachel, y su hermano Johannes de ipso mont, de algunas heredades. La fecha del original es XIIII. kal. junii anno XI. regni Henrici Regis (1042) (a: Ap. núm. XLVIII.). Firman en la escritura, además del Obispo y su madre, el padre Udalardus Vice Comes, y Johannes Udelard, y no más. Este Juan, que toma por apellido el nombre del padre, es el hermano del Obispo que antes dije, cuyo nombre ignoró Flórez (tom. 29. pág. 223).

Fulco o Folch, a quien el P. Flórez da muy bien de pontificado desde 1096 hasta 1099.

En el Episcopologio de Urgel queda demostrado que fue hijo de Fulcon y de Guisla, Vizcondes de Cardona, hermano de Raimundo Folch, por cuya muerte heredó el nuestro en 1086 dicho señorío, que conservó hasta la muerte. También queda dicho que fue Arcediano, no de Urgel, sino de San Vicente de Cardona, desde antes de 1068, y que siempre permaneció en aquella iglesia, en la cual introdujo la canónica Agustiniana antes del 1090.

Item: que muerto en 1092 Bernardo Guillem, Obispo de Urgel, fue electo sucesor en discordia con Guillermo Arnal, que siempre estuvo en Urgel, y el nuestro en Cardona, donde hay escrituras originales en que se intitula Obispo Urgelense hasta el año 1095.

Que muerto a fines de este año su competidor Guillermo, debió renunciar Fulco su derecho para que el Capítulo eligiese Obispo, como lo hizo con San Odón. Así hubo lugar para que este Capítulo le eligiese por su Obispo. De cuya prelacía, además de las memorias que publicó Flórez, hay muchas escrituras en el archivo abacial de Cardona, en que juntamente se intitula Episcopus Barchinonensis, y Vice Comes Cardone.

En fin allí copié la nota de su óbito, según está en el Necrologio de Cardona, la cual repetiré aquí. Dice así: IIII. idus decembris Barchinone depositio recolende memoriae Fulchonis, Episcopi eiusdem urbis, atque Vice Comitis Cardonensis, cuius industria, clerici huius loci (Cardona) regularibus sunt documentis edocti quibus et ipse humiliter subiectus, postremo adepto culmine episcopatus, apud prephatam urbem quivit beato fine sepultus anno MXCIX.

De San Olegario diré dos palabras. No puede dudarse, en vista de datos y documentos, que fue canónigo y pavordre de esta iglesia de Barcelona, y después Prelado de ella y de la de Tarragona; que de canónigo de esta iglesia pasó a canónigo Lateranense del monasterio de San Adrián, y que después fue Abad en el de San Rufo de la Provenza. También puede añadirse la extraordinaria integridad y flexibilidad de su sagrado cuerpo. La flexibilidad es notoria, y puede asegurarse por muchas y varias experiencias. No ha mucho que a mi sabio amigo y Chantre de esta iglesia Don Mariano Oliveras de Plana, le fue preciso ponerle al Santo una sortija que le había ofrecido la devoción de un particular; y al colocarla en uno de los dedos asegura que levantó y bajó su brazo y mano, como lo habría hecho en un cuerpo vivo.

Tengo copia de una homilía o como sermón de este Santo, que se encontró pocos años hace en el archivo de la santa iglesia de León, según me han dicho. Ya te la enviaré en otra ocasión, pues ahora anda revuelta entre mis papeles.

A Dios. Barcelona, etc.

sábado, 17 de diciembre de 2022

CARTA CVI. Episcopologio Rotense (hasta Guillermo Pérez)

CARTA CVI. 

Episcopologio Rotense (a: Sobre este catálogo véase el que publicaron los Diaristas de Madrid, lunes 29 de enero de 1787, núm. 213, en que hay algunos errores, singularmente el suponer que el Sanctus Raymundus de la inscripción sepulcral de la pilastra es San Ramón de Barbastro.)  

Mi querido hermano: Aunque el P. Don Jaime Pascual publicó el Episcopologio de Roda en la Disertación del de Pallás; mas como no todos disfrutan de esta obrita, que sólo se ha extendido en Cataluña, quiero repetir este trabajo, extractando ligeramente las memorias de aquellos Prelados, y añadiendo mis observaciones sobre algunos documentos que él publicó.

ATÓN

desde el año 939 hasta 955.

Ya quedó sentado en las cartas anteriores que la iglesia de Roda cuenta entre sus Prelados a Atón, según indica la inscripción trabajada en el siglo XII; y no habiendo memoria de Obispo de este nombre entre los sucesores de Odesindo, es fuerza tenerle por su antecesor y contarle por primer Prelado Rotense: puesto que no cabe tenerle por Obispo Palliarense, como se dijo. Era hijo de los Condes Raimundo y Ermesinda, y hermano de los Condes Isarno, Unifredo, Guillem y Odesindo, que le sucedió en el obispado. Las memorias que hay de él en los años sobredichos son ciertas, y se reducen a subscripciones y otras pruebas puras de su existencia en la ribera oriental de la Noguera de Ribagorza, toda la cual quedaba sujeta y lo estuvo hasta todo el siglo XII al obispado de Roda. Su muerte no debe fijarse en el ano 955, puesto que las del sucesor no comienzan en ese año como creyó el señor Pascual (pág. 80). 

ODESINDO O AUDISINDO

desde 957 hasta 975.

Así debe llamarse este Obispo, como le llaman todas las escrituras en que se expresa su nombre, no Odisendo. Y en cosas de esta clase no cabe libertad. Era hermano del antecesor Atón. Pascual produjo una memoria de él en el mes de mayo de 955, y es una sentencia dada a favor de Mirón, Abad de Lavax, año I de Lotario. Este sabio anticuario podía haber observado que el Cartoral de aquel monasterio, donde está copiada esta escritura, padece algunas equivocaciones en las fechas de los instrumentos, y que la de este es manifiesta, pues en ese año 955, 956, 957 y 958 no era Abad Mirón sino Quinto, como consta de seis o siete escrituras que deben prevalecer contra una. Mirón no suena constantemente hasta el 959 y siguientes; y así se ha de creer que esa sentencia, dada por el Obispo Odesindo, es de los años siguientes, en que es cierta la existencia de ambos personajes.

Con esto viene abajo la supuesta traslación de la Sede de Pallás a Roda, hecha por este Obispo; porque si él no lo era dos años antes de 957, es más verosímil que la nueva Sede de Roda fuese obra de su antecesor. Y aun cuando preexistiese a ese año 957, desde el primer día de su pontificado se intituló Obispo Rotense, según lo ya dicho.

Halló Odesindo la fábrica de su Catedral en estado de perfección y la dedicó a San Vicente Mártir, logrando que en 957 viniese a consagrarla y confirmar su solemne dotación Aimerico, Arzobispo de Narbona, como lo verás en la escritura que ya se envió, y de que ya se dijo en su lugar. Las memorias de la existencia de este Prelado llegan hasta el 975. Las más insignes de ellas son dos consagraciones de iglesias: una fue la de Santa María, San Miguel y San Vicente in loco qui nominatur vallis Axenis super flumen quod antiquitus vocabatur Calónica, nunc vero Esera (Ésera) vocatur, hecha en 960. La otra es la de San Esteban, llamado ahora del Mall, que habían construido el Conde Unifredo y su mujer Tota, verificada en 971. Va copiada esta curiosa escritura con la confirmación de la dotación de dicha iglesia, que hizo después el Obispo de Zaragoza Juan, porque importará examinar en adelante cierta especie que de ella infería el Sr. Pascual (a: Ap. núm. LXII.). Este anticuario no hizo hincapié en la expresión con que los Condes dan a esta iglesia totum ipsum alodem, qui fuit de Ezone traditore; que yo sospecho sea el traidor Conde Aizón de los tiempos de Ludovico Pío, aquel que destruyó Rotam civitatem. 

AIMERICO 

desde antes de 988 hasta después de 991.

La primera memoria de este Prelado es la consagración de la iglesia de San Pedro in comitatu Ripacorcense in civitate quae vocitatur Rota in loco que vochabulum est Lastonosa. Así habla la escritura original, donde por estar rota, falta el nombre del Obispo, mas es sin duda Aimerico. Su fecha entera es esta: anno DCCCC.L.XXXVIII. indictione VI. kal. julii, luna VIII. anno II. regnante Hucho (Hugo y variantes) Rege, secundum post transitum Leotharii. (Lotario)

Firmó también este Obispo el decreto de excomunión que el Obispo Salla, de Urgel, promulgó en 991 contra los que impedían a su iglesia los derechos que le correspondían en los condados de Berga y Cerdaña. De esto se dijo ya en el Episcopologio de Urgel, cuando envié los documentos tocantes a esta causa. 

JACOBO. 

Año 996.

Una sola memoria nos queda de este Prelado, y es la consagración de la iglesia de Guel, día 13 de diciembre de 996, como se ve en la escritura que se conserva original en este archivo. El hallarse esta iglesia situada a tan corta distancia de Roda prueba que la invasión de los Árabes en este país, que suena hecha por estos tiempos, no se verificó hasta después de ese año y en los días del sucesor. 

AIMERICO II

desde antes de 1010 hasta después de 1015.

Por las noticias que nos conservan los Cartorales de esta iglesia, consta que invadieron los Moros repentinamente esta ciudad e iglesia, donde se apoderaron del Prelado Aimerico, el cual dejó en rehenes a un sobrino suyo, pasando a Francia a buscar con qué rescatarle. Trasladó entonces su Sede a un lugar llamado Llesp (a: En el Cartoral mayor de Roda (pág 41) se lee: Haec est carta notitiae de illo molino de Rialbo quem comparavit Petro Borrello de illis parentibus Aimerici Episcopi de Lespe. Predictus Episcopus posuit quasi Sedem in Lespe, et ibi asportavit cartas Sancti Vicentii, et ut ferunt, alia ornamenta. Otro Cartoral más pequeño, en una breve noticia de Condes y Obispos de Roda, dice así: Aimericus Episcopus fuit captus a Sarracenis in ecclesia Sancti Vincentii de Rota. Qui dedit nepotem suum obssidem pro se, et pergens Franciam, redemit nepotem suum, inde ferens redemptionem. )

Como este lugar está en el condado de Pallás, el señor Pascual (pág. 85) califica esta traslación de restauración de la Sede de Pallás, olvidándose este escritor de que Llesp, con gran parte del condado de Pallás, era de la diócesi de Roda, y que por hallarse un Obispo fuera de su Catedral, no se dice mudarse la Sede. Así no tiene nada que admirar, que subscribiendo este Prelado en la institución de la canónica de Urgel, hecha por San Ermengol, su Obispo, se llame Obispo de Ribagorza, porque real y verdaderamente lo era en cualquiera punto de su obispado en que hubiera fijado su Sede. El mismo Padre conjetura que esta cautividad de Roda por los Moros debió acaecer hacia los años 1009. Fúndase principalmente en la confirmación que el Obispo Juan de Zaragoza hizo en todas las donaciones hechas a la iglesia de San Esteban del Mall, que ya dijimos arriba, en el año 971. Esta confirmación dice que se hizo era MX(rasguillo)VII, leyendo con rasguillo la X, que realmente equivale a 40, y así es del año 1009, en que por hallarse Roda cautiva y su Obispo ausente en Francia, vino a confirmar la donación de San Esteban del Mall el Obispo de Zaragoza. Por mi desgracia no he podido dar con la escritura original de aquella consagración, al pie de la cual se continuó esta confirmación. Mas he visto una copia del siglo XII, y en ella no se lee era M.X.(rasguillo)VII, 

sino M.XVII, como verás en la copia que envié. Sin embargo, se debe deferir al dicho de aquel escritor, y fijar la invasión de los Árabes en la época referida. Algún escrúpulo causa que para cosa de tan poca entidad, como es la confirmación de los dotales de una iglesia tan pequeña como San Esteban del Mall, viniese un Obispo de Zaragoza atravesando parte de la Ribagorza, dominada por los Moros, que habían llegado hasta Roda. Prosiguiendo ahora las memorias de nuestro Obispo, sabemos que se hallaba en Roma en el año 1012, y en el concilio que allí se celebró, donde subscribió a la bula de Benedicto VIII, en que se confirmaron las posesiones de la iglesia de Urgel. En el año 1015 se hallaba en el monasterio de Labax consagrando las dos iglesias de San Pedro y Santa Cruz, como se dirá en lo de aquella casa. Y esto es lo último que se sabe de él. 

BORREL

desde 1017 hasta poco después de 1018.

De la elección de este Prelado, hecha en la Catedral de Urgel a 21 de noviembre del año 1017 por los canónigos de Roda, durante su cautiverio, se habló en el Episcopologio de aquella, donde se copiaron de nuevo los dos preciosos documentos sobre ello, aunque ya publicados por Baluzio (Capitular. ed. París. 1780. col. 630). Ahora sólo me resta repetir que las palabras sub tuitione et dominatione Sedis Urgellensis sólo aluden a la necesidad que la de Roda tenía del auxilio de la de Urgel, no a sujeción metropolitana, como algunos piensan. Era hijo de Richildis, natural o vecina de Roda. Debió esta ciudad reconquistarse ese año por los Cristianos, o debieron estos por lo menos recobrar en ella la libertad de culto, puesto que a 5 de mayo del año 1018 ya consagró el Obispo Borrel la pequeña iglesia de Santa María de Roda, situada junto a esta ciudad, al poniente, como se puede ver en el señor Pascual (pág. 91), donde está bien reducido a este año el de 1056 que expresa la escritura, en lugar de decir era 1056. También es oportuna la observación de este escritor sobre la expresión regnante Sancioni Regem expectantem, es decir que en Roda no reinaba todavía el Rey Don Sancho, aunque los Moros que la dominaban le eran sus tributarios. El mismo año consagró Borrel la iglesia de Santa María de Satarrui (hoy Sarradui). La fecha entera de la escritura es: Facta... die dominico in mense octubrio Incarnationis Dominicae anno XVIII post millesimum anno II regnante Sancio Rex in comitatum Ripachurzensem. 

ARNULFO

desde antes de 1023 hasta 1067.

De este Obispo dice el catálogo de Alaón (Pascual, pág. 93) que fue consecratus apud Burdegalam. Lo estaba ya en el año 1023 cuando asistió al concilio tenido en Pamplona, donde el Rey Don Sancho el Mayor determinó restaurar la Catedral de aquella ciudad. Intitúlase allí Obispo de Ribagorza (V. Sandoval, Catálogo de los Obispos de Pamplona). Varias memorias se hallarán (ibid.) de su existencia en los años sobredichos, reducidas a suscripciones en concilios, y escrituras y algunas consagraciones de iglesias. Lo más notable entre estas memorias es su asistencia al concilio de Jaca de 1063, donde firma con estas palabras: Arnulfus ecclesiae Rodensis Episcopus, quamvis postea ab ordine privatus subscribo. Continuaba en esta deposición dos años después, porque subscribiendo en una donación al monasterio de Labax dice: Arnulfus qui nutu Dei fui Episcopus, sum testis. No se han descubierto hasta ahora los motivos y el suceso de esta degradación de nuestro Obispo. Lo cierto es que en dos documentos de los años siguientes se nombra Obispo sin esas cortapisas, y obra como legítimo Prelado en las consagraciones de iglesias. El Rey Don Sancho Ramírez, era 1106, año 1068, decía en esta escritura de la iglesia de Roda que nomen solumodo dignitatis retinebat, et privilegio pontificalis apicis omnino carebat. Es muy notable en este género la que ya dije y extracté en su lugar de la iglesia Catedral de Roda, restaurada por el Rey Don Sancho II, hijo de Ramiro I, bien reducida por el señor Pascual al año 1067, como allí se demostró. También se habló allí mismo de la singularidad con que intitula a su iglesia S. Valerii et S. Vincentii: cosa que apoya grandemente la verdad del hallazgo del cuerpo de San Valero, y su traslación a Roda desde Estada o de otra parte (a: En un cuaderno fol. ms. siglo XV están las lecciones de San Valero, de cuyo destierro y muerte hablan así: Beatus igitur Valerius cum iam tamdem venisset in villam quae dicitur Anetum, oppidum aliquantulum incelebre, sed tunc tanto habitatore celebrius... cuius loci ad fluvium Cinga (g: c : k : Cinca), iuxta Extandis adhuc vestigia visuntur aliqua... Al hablar de su muerte dice: Prius tamen Deum precatus est, ut posset edificare ecclesiam in honorem Sancti Vincentii, cuius victoriam et passionem gloriosissimam audierat. Quam ecclesiam primus ibi erexit ipse beatissimus Valerius... Sepelitur in castro Stata (Estada) dicto, eidem loco proximo... De allí dice que fué trasladado a Roda a Beato Arnulfo.) 

Sucesos que harán siempre memorable este pontificado, aunque la calamidad de los tiempos pudieron poner en él algún borrón. 

SALOMÓN

desde 1068 hasta después de 1074.

Era monje de Ripoll, como dice el Catálogo citado de Alaón, e indica su retiro a aquel monasterio. De una carta suya, que se dirá después, parece que fue electo en el monasterio de San Victorián. Muy gloriosa es para este Obispo la primera memoria que de él se nos ha conservado, y es la donación de la ciudad de Roda con sus diezmos, etc., hecha a esta iglesia por el Rey Don Sancho Ramírez a 18 de agosto 1068. En esta escritura se hace memoria del cautiverio pasado, y de la restauración presente, conforme se fijó en la carta anterior. El Rey habla así: Sancius... filius Ranimiri... pro anima patris mei Ranimiri, et matris meae nomine Ermesindis, cui vocatur per baptismum Gilberga. Omito las puras memorias de su existencia en los años ya dichos, a los cuales sobrevivió depuesto de la Silla por acusación de los suyos, como dice el citado catálogo, sin dar más razón. Sábese que se retiró al monasterio de Ripoll, donde aún vivía por los años 1095, que fue consultado por el Obispo de Roda Lope y por el Rey Don Pedro, sobre el derecho de la Sede Rotense y de algunas parroquias y monasterios de la Ribagorza. Escribioles él una carta humildísima y llena de sencillez, la cual va de nuevo copiada, no sólo del Cartoral, sino de otro ejemplar suelto de este archivo (a: Ap. núm. LXIII.). Murió después en Ripoll, es a saber, en 1097, como lo dice un Cronicón de aquella casa así: Anno MXCVII. obiit Salomon Episcopus et monachus. En Roda le sucedió 

RAIMUNDO DALMACIO

desde el 1076 hasta 1094.

Electo en Terrantona en un concilio que allí celebró Amato, Legado del Papa, el año 1076 (a), y confirmado después por el Papa Gregorio VII y su nuevo Legado Ricardo en 1078. El año sobredicho de su elección consta de una escritura de donación que él hizo al Arcediano Pedro anno MLXXX. Incarnat. Dominicae, pacta VII, septimo kal. decembr., luna VII, anno II. castri Munionis, anno XVIII regnante Sancio Rege filio Ranimiri Regis: en cuyo exordio dice el Obispo que esto hacía in anno IIII ordinationis suae. El sobredicho Papa Gregorio VII le dirigió luego un breve, confirmando todas las posesiones y derechos de su iglesia. Lo he copiado, aunque sólo está concebido en términos generales: porque entiendo que es el primer diploma pontificio que se halla a favor de esta iglesia (b: Ap. núm. LXIV.). 

(a) De esto da razón la siguiente breve escritura del Cartoral mayor de esta iglesia, pág. 33: Notum sit omnibus Christianis quod Rotensis eccla. electione cleri, et aclamatione populi, et confirmatione Regis Sancii, Ranimiri filii, Raimundum Dalmacii pastorem sibi elegit in concilio facto in Terrantona, praesente et confirmante Amato Romanae ecclesiae Legato, et Pontio Bigorritano Episcopo et Petro Adurensi Episcopo, et Wilelmo Convenarum Episcopo, ceterisque Episcopis et Abbatibus. Nam praedicta eccla. pastore viduata diligenter sibi pastorem requirebat secundum (sed) idoneum praeter hunc reperire non poterat. Haec autem electio fuit facta era MCXIIII, anno Incarnationis Domini millesimo septuagesimo VI, epacta XXIIII. 

También honró el mismo Papa a nuestro Obispo, recomendándole al Rey Don Sancho de Aragón con palabras que indican que el Obispo estuvo en Roma, y fue bien recibido del Papa.

En el año 1080 ya tenemos dos insignes memorias de este Prelado. Una es la concordia que pactó en San Juan de la Peña con el Obispo de Aragón Garsias sobre los límites de ambos obispados, la cual fue ya copiada, como también la segunda, esa saber, la restauración de la iglesia de Tolba. Llamo a estas memorias insignes porque nos conserva la noticia de la antigua Sede de Ictosa, que los críticos tienen por fingida en la supuesta división del Rey Wamba. La primera escritura la sitúa junto a Barbastro; la segunda en Tolba. De esta diferencia, y de lo poco que ella perjudica a que se tenga por cierta la existencia de Ictosa, Sede episcopal, se habló ya en los correos anteriores.

Dejo aparte varias donaciones y privilegios que hizo el Rey Don Sancho al Obispo y su iglesia, que cuenta este pontificado por la segunda época de su grandeza. He copiado, y va adjunto, un privilegio del año 1084, en que dicho Príncipe ofrece no entrometerse en adelante en las elecciones de los Obispos de Roda (a: Ap. núm. LXV.). Este debía ser uno de los gravámenes que dicho Rey Don Sancho Ramírez había ocasionado a varias iglesias, para cuya satisfacción se sujetó a la penitencia delante de todo el pueblo, ofreciendo en manos de nuestro Obispo la enmienda (Vid. Mariana, lib. X. cap. 2. Sandoval, Catálogo de los Obispos de Pamplona, fol. 69.)

De este Prelado decía el Cartoral de Alaón: Astucia, sanguine, et precibus a religioso Domino Sancio Rege effectus ex paupere episcopatu mediocrem. Et posuit Sedem suam in Rota; et vocatus est primus Rotensis Episcopus; quia antea Ripacurcenses vocabantur (Pascual, pág. 103). Con esto se da harto a entender, que aunque la restauración de esta iglesia comenzase algunos años antes del obispado de Raimundo; mas nunca estuvo en estado de poder fijar aquí su Sede el Obispo con la estabilidad y decoro correspondiente hasta el presente, el cual pudo de lleno entender en el orden y reforma de su clero, estableciendo la canónica Agustiniana en el año 1092, conforme se dijo los correos anteriores. Gran bien y muy trascendental fue el que hizo a su iglesia con este establecimiento, en la cual se granjeó un nombre eterno. Poco más le duró la vida: la opinión común es que murió en 1094; mas aquí hay, y va copiada (a: Ap. núm. LXVI.), una donación del Rey Don Pedro a Garcia Ennecones de Asieso, hecha en la era MCXXXIII in mense janero, en cuya fecha, según la costumbre, se cita Episcopus Raymundus Dalmacius in Sede Rota. El enero de la era 1133 corresponde al año 1095 de Cristo, en el cual todavía vivía nuestro Obispo. Mas pudo morir tan luego que en el mismo año tuviese ya sucesor, como lo tenía. En su testamento hace mención de algunos mancusos que le debían en Lérida, todavía sujeta a Moros. 

LUPO O LOPE

desde 1095 hasta 1096.

La sucesión de este Obispo consta por varias memorias de su existencia que produce de esos dos años el señor Pascual (pág. 108), 

y no repetiré por su poca importancia. De él dice el Catálogo de Alaón: Dimissit episcopatum, nec diu tenere voluit. En una escritura de la era 1134 (año 1096), la cual he visto, entre varios datos de señoríos, dice: Lope Fortuniones de Biskarra (Fortuny, Fortuño de Biscarre y variantes) Episcopo in Rota. Sucediole 

PONCE

desde 1097 hasta 1103.

El Sr. Pascual inclina a que este es el Obispo, cuya elección confirmó el Papa Urbano II, pudiendo ser igualmente el antecesor Lupo. De todos modos va copiada esta bula (a: Ap. núm. LXVII.), como también la carta (que cita brevemente aquel escritor) del Rey Don Pedro al mismo Papa (b: Ap. núm. LXVIII.), en que pide la confirmación de los límites del obispado de Roda, y la nueva adjudicación que le había hecho de Barbastro, Alquézar (Al-qsar), Monzón, Chalamera, Almenara, recién conquistados de los Moros. Habiendo muerto el Papa Urbano II antes del 1099, esta carta se ha de tener por anterior a la conquista de Barbastro, cuya villa y términos se daban ya por pertenecientes a Roda, aun antes de salir de las manos de los Árabes. Dice el Rey que su padre Don Sancho había ofrecido pagar a Roma anualmente 500 manchones, no escudos (Huesca, tom. V, pág. 224): y que él imitando tan loable costumbre enviaba por mano del Abad de San Ponce mil manchones correspondientes a dos años. Así ganó este Príncipe la voluntad del Papa contra las instancias de la Sede y Obispo de Urgel, que por estos tiempos reclamaba algunas parroquias cercanas a Lérida. Comúnmente se cree que la conquista de Barbastro no se verificó hasta el 1101. Gran esperanza había de este suceso cuando tan anticipadamente ya dio el Rey Don Pedro un privilegio, año 1099, que va copiado de este archivo (a: Ap. núm. LXIX.), en que fija ya los términos de la Sede de Barbastro en presencia de los señores de Barbastro y de Ponce, Obispo de la misma ciudad. Añade la escritura que se hizo esto en el año que praefatus Episcopus perrexit Romam ut impetraret a Domino Papa Urbano, ut Barbastrum esset Sedes episcopatus sui et caput, etc. Confirmó esto el Papa Urbano II. Hay escrituras del año 1100 en que suena ya Obispo de Barbastro. Una diré de este archivo, fecha era MC.XXXVIII in castro quod dicitur Vilella, septimo die quod Deus illum nobis donavit, regnante... Episcopus Stephanus in Oscha, Episcopus Poncius in Sede Barbastro. Es una donación que hizo el Rey Don Pedro a Lope Garcés de las casas de Zabazabala in Puego. Efectivamente, estaba ya resuelta de mucho atrás la anexión de Barbastro a Roda, como consta de la efectiva traslación de esta silla a la nueva conquista, y de la consagración de su iglesia de Santa María, hecha la dominica segunda después de Pascua del año 1101, cuando se acabaron de fijar y señalar los límites de su obispado. Véase la copia adjunta (a: Ap. núm. LXX.), y la de otra escritura que ha de ser del mismo año en que el dicho Rey ordena el estado y subordinación de las parroquias, y establece muchas cosas tocantes a la parte exterior del culto. Esta última escritura está sin fecha, y no es original; pero es copia muy antigua y casi del mismo tiempo (b: Ap. núm. LXXI.). 

Otras memorias hay de Ponce hasta 1103. En una donación del año 1101 firma así: Pontius Dei gratia Barbastrensis Episcopus, S. Vincentii Rotae servus. 

SAN RAIMUNDO

desde 1104 hasta 1126.

Llamado Raimundo Guillem (Guillermi), comenzando sus memorias desde ese año con el dictado de Obispo de Barbastro y Roda, y continuándose sin interrupción hasta el día 21 de junio de 1126 en que murió. Las más principales son las gravísimas persecuciones que le suscitó el Obispo de Huesca Esteban, de que ya se habló y se enviaron documentos (Vid. P. Huesca, tom. VI, pág. 162). Arreció la tormenta con el odio que le tuvo el Rey Don Alfonso I, Rey que tan distante se halló de seguir las pisadas de su antecesor Don Pedro I en proteger la nueva silla de Barbastro. Crisol fue este de sus virtudes que cuentan sus historiadores, y en particular su contemporáneo Elías, canónigo de Barbastro, el cual escribió la vida de nuestro Obispo en 1138, y es la que fue copiada de un códice de este archivo escrito en 1191. Fue también adjunto el rezo antiguo con que ya entonces se celebraba su fiesta; de todo lo cual y la época de su culto, traslaciones, capilla, etc., se habló en carta anterior, a que me remito. En 1122 consagró la iglesia de Santa María y San Clemente de Merlo VIII kal. decemb. posuitque reliquias Sancti Cornelii Papae et Martiris. Una memoria suya no publicada he hallado aquí, y es la noticia de un viaje que hizo a tierra de Campos, donde se hallaba en la villa de Osorno, ribera de Pisuerga, en el mes de octubre del año 1110; y allí con su consejo y el del Arzobispo Bernardo de Toledo dio su consentimiento para una donación que el Rey Don Alfonso Emperador hizo a San Martín de Petra rubea (piedra roja). Va copia (a: Ap. núm. LXXII.). 

En un Cronicón de Ripoll se lee: anno MC.XXVI obiit, ac claruit virtutibus Raimundus, Episcopus de Rota. 

ESTEBAN.

1126.

De las pocas memorias de este Obispo, sucesor de San Ramón, una es cierta concordia sobre un alodio de Avellana, facta in Rota, anno quando Moabites venerunt ad Alasquarr in mense novembrio in vigilia Sanctae Ceciliae; y en ella firma así: Ego Stephanus Dei gratia electus Sanctae Ecclesiae Barbastrensis confirmo. En otra carta idéntica añade el año MCXVI, donde es claro que se omitió una X y debe leerse 1126. así que en el noviembre siguiente a la muerte de San Ramón era ya Obispo sucesor Esteban. Aínsa (Historia de Huesca) dice que murió electo por haber renunciado en un viaje que hizo a Roma. Sucediole 

PEDRO, 

desde 1139 hasta 1134,

monje de San Ponce de Tomeras o de San Victorián, como dicen otros, cuya primera memoria es del año 1130, a saber, la dedicación de Santa María de Tolba, cuya escritura envié ya hablando de ello. Dicen que murió en una batalla que se dio a los Moros junto a Fraga en el año 1134, y debió ser muy en los principios, pues en el febrero del mismo año ya suena electo Obispo 

RAMIRO,

monje de San Ponce de Tomeras, hermano del Rey Don Alfonso I y su sucesor en el trono, con la circunstancia rara de haber conservado el dictado de Obispo electo, aun después de ser Rey. Es esto tan cierto como glorioso para esta iglesia. Dos o tres escrituras se guardan en su archivo, que lo acreditan. Una es la donación que él mismo hizo a esta iglesia de la cuadra de San Martín de Caballera de Fontfreda, fecha in mense februario era MCLXXII, en que dice: regnante me in Aragonia, etc... et electus Episcopus Barbastrensis. Otra de la misma era, y del mes de septiembre, en que da a dicha iglesia et Beato Raymundo varias posesiones por la salud de sus padres Sancho y Felicia, y sus hermanos Pedro y Alfonso. Llámase igualmente en ella electus in Barbastro. Esta va copiada (a: Ap. núm. LXXIII.). En otra dice: in Barbastro et in Rota. Si en la primera escritura no hay yerro en la era, que acaso deberá ser la de 1173, correspondiente al año 1135 (1173 - 38 = 1135), síguese de ella que antes del febrero de 1134 era ya muerto su hermano Alfonso, y así que no pudo morir el día 7 de septiembre de ese año. Con el mismo dictado de Obispo, y como tal, confirmó la donación y constituciones que ya dije de la canónica establecida en 1092 por el Obispo Raimundo Dalmacio. En otra dice: In Barbastro et Rota. Ya no hay más memorias de este dictado, pues en las que siguen del mes de diciembre de 1134 nada dicen de ser Obispo, lo cual no debe tomarse por argumento de que sólo lo fuese hasta ese tiempo, porque del mismo hay otras escrituras en que lo calló. De ello van algunas copias que lo acreditan (b: Ap. núms. LXXIV y LXXV.). En resolución Don Ramiro, aun siendo Rey, se gloriaba de ser Obispo. Como en estas escrituras, en que el Rey omite el dictado de Obispo, no suena otro que ocupe la Sede de Barbastro, no podemos fijar el año en que comenzó su pontificado el sucesor

GAUFRIDO

desde antes de 1136 hasta 1143.

El cual, sin embargo, no tardó en ser electo por el clero de Roda y Barbastro, puesto que el decreto de su elección, de que va copia (a: Ap. núm. LXXVI.), está dirigido a San Olegario, Arzobispo de Tarragona que, como se sabe, murió a los principios de 1137. El decreto va firmado además por varios nobles del país. En él se dice que el electo era monje de San Ponce (de Tomeras), en lo que debió influir sin duda el Rey Ramiro, que de aquel monasterio había sido sacado para esta silla y para el trono. Grandes dificultades tuvo San Olaguer para consagrar a Gaufrido por haber el Papa puesto entredicho en la iglesia de Barbastro, sobre lo cual escribió una gravísima carta a S. S., que publica el señor Pascual (pág. 121), donde hay buenas memorias para la historia de aquel tiempo. Al fin suena ya consagrado en 1138, en que dedica la iglesia de San Miguel de Cornutella. He dicho que no tardó en efectuarse la elección de Gaufrido, porque muy cierto es que lo estaba ya en el mayo de 1136 (era 1174), en que el Rey Don Ramiro dio y unió la iglesia y abadía de Benavarre a la de San Vicente de Roda propter amorem Dei et de illo Episcopo Domno Gauzfredo; y entre los Obispos de la fecha se cuenta praedictus Domnus Gauzfredus in Rota. Va copia (a: Ap. núm. LXXVII.). 

Otra donación hallé posteriormente en Lérida hecha por el Rey Ramiro a nuestro Obispo, sino que suena en la copia del libro verde de aquella Catedral, hecha en la era 1172 (año 1134) con grande equivocación, porque el Rey Don Ramiro, contando en ella su vida, como lo verás en la copia (b: Ap. núm. LXXVIII.), dice cosas posteriores a dicho año.

Pues como decía, en 1138 consagró ya nuestro Obispo la iglesia de San Miguel de Cornudella, que va copiada de este archivo (c: Ap. núm. LXXIX.). También remito copia del decreto con que el mismo año instituyó una cofradía o sea cruzada para defensa de Barbastro y su restauración en honor de Santa Eulalia (a: Ap. núm. LXXX.), de quien dice que había extramuros de Barbastro antiquissimam ecclesiam olim a Christianis hedificatam, sed a Sarracenis destructam et desolatam, et hac de causa Christianis ignotam nostris temporibus revelavit et rehedificari praecepit. Entraron en esta hermandad el mismo Obispo Gaufrido, Sancho de Pamplona, Sancho de Nájera, Miguel de Tarazona, Dodo de Huesca y Berenguer de Gerona. No parece que deba entenderse que el Obispo reedificó dicha iglesia de Santa Eulalia, puesto que en el año 1091 suena ya dada por el Rey Don Pedro I al monasterio de San Gil de la Provenza; donación que poco después confirmó Ponce, Obispo de Roda y Barbastro. Va el documento (b: Ap. núm. LXXXI.). Papebrochio habla de otra cofradía de ese año en Roda (V. vit. S. Raim.), y añade que pensó en elevar el cuerpo de San Raimundo; la cual dice que se efectuó en 1143. Si por esto entiende origen de culto, antes de eso le oímos muchas veces llamar Santo: la traslación de un sepulcro a otro es posterior. En 1140 Gaufrido concordó con Pedro, Obispo de Urgel, sobre las parroquias de Pallás, según se dijo en lo de Urgel: allí firma exul ¿Quid hoc?

Otra memoria no se halla de este Obispo, sino la de su muerte, y esta la sabemos por un Cronicón de Ripoll que dice: anno MCXLIII. obiit... Gaufredus monachus, fuit Episcopus Rotae. Por este modo de hablar parece que lo tuvieron por monje de Ripoll, porque en el Cronicón sólo cuentan las muertes de los monjes de aquella casa. Su muerte sería en los principios de ese año, pues a fines del mismo ya era electo el sucesor, como se dirá, y sábese que luego le sucedió 

GUILLERMO PÉREZ.

Llamado así con el apellido patronímico por ser hijo de Pedro Gauzpert y de Urraca. Estos nombres de sus padres, desconocidos hasta ahora, constan en la donación que el Obispo hizo a la iglesia de Roda en 1173 de una almunia, quam, dice, dominus Petrus Gauzpert, pater meus et domna Orracha mater mea quibus sit requies, habuerunt ante villam de Montson. Sin duda sería el mismo Pedro Gauzpert el que suena en la fecha de una donación del Rey Don Ramiro el monje a la iglesia de Roda era 1173 (1135) exeunte martio, regnante me Dei gratia in Aragone et Superarbi (Sobrarbe) atque in Ripacurcia, et Rex Garcia per mea manu in Pampilona... Petrus Gauzpert in Sancto Stephano... Acaso sería el lugar de San Esteban del Mall.

Asistió como electo a la junta o Cortes de Gerona, que celebró el Conde Don Raimundo para restablecer la cruzada o sea introducir la orden de los Templarios en estos países. En esta escritura, que publicaron Marca y Aguirre, se lee entre otras firmas: S. Guillelmi Rotensis electi. Y así se ha de creer que ya lo era ese año y día, si no se engañaron los copiantes, como sucedió en el S. Petri Barchinon. Episcopi, donde el original que está en el archivo real de Barcelona pone S. Petri Archidiach. Barchinon., por cuyo error se introdujo un Obispo fingido en la serie de los de aquella iglesia, como ya se dirá en su lugar. Siguió gobernando su iglesia hasta que se verificó la conquista de Lérida en 1149, cuando se restauró la Sede de Lérida, pasando él a ser el primer Obispo, donde hizo los bienes que se dirán.

viernes, 16 de diciembre de 2022

Carta CI. Besalú fue la capital del condado de su nombre.

Carta CI. 

Besalú fue la capital del condado de su nombre. = Su derivación. = Noticia de los Condes que la gobernaron como Príncipes soberanos. = Fundación del monasterio de San Pedro por el Conde Wifredo y su muerte violenta en el lugar de Parets, y noticia de sus agresores. = Muerte desgraciada del Conde Bernardo Tallaferro en el río Ródano. = Moneda propia de este condado. = Silla episcopal titulada Bisuldunense. = Noticia de la Colegiata de Besalú. = Su advocación antigua y moderna. = Catálogo de sus Abades y Priores. = Reliquias insignes y descripción de una cruz muy notable y antigua. 

Mi querido hermano: Besalú es una villa antigua, capital del condado de su nombre desde el siglo VIII, uno de los cuatro en que estaba dividida la diócesis de Gerona. Derivan algunos este nombre del de Betulia, con el cual aseguran que era conocido todo este territorio desde Crespiá hasta Castellfollit. Cuánto más docta y menos ridícula es la opinión de Pedro de Marca, que lo deriva del Sebendunum o Sebeldunum de Ptolomeo. Como quiera que esto sea, las noticias de mi Viaje, digo lo que en esta villa he encontrado, sólo alcanzan a la mitad del siglo X; y de ello solo hablaré, según mi costumbre, anticipando la noticia de los Condes que la gobernaron como Príncipes soberanos desde el año 329 (929 según Villanueva, 966 según otras fuentes) en que murió Mirón (Miro I), Conde de Barcelona, que es la época que a mí me importa.

Mir, Miro, Mirón, conde Barcelona

Este Príncipe tuvo cuatro hijos de su mujer Ava, es a saber: Seniofredo (Sunyer), que le sucedió en el condado de Barcelona; Wifredo, que obtuvo el de Besalú; Oliva Cabreta, a quien tocó el de Cerdaña; y Miro, levita o canónigo de Gerona. La Crónica de los Condes de Barcelona, que hallarás en la Marca Hisp. (col. 537), en el cap. IV omitió la memoria del segundo de estos hijos, y añadió que el tercero de ellos, Oliva, poseyó los condados de Besalú y de Cerdaña luego que murió el padre; mas la existencia del segundo hijo Wifredo y de su condado consta de la donación que la Condesa Ava hizo a San Miguel de Cuxá el año 941 (ibid. col. 853), que empieza así: “Ego Ava Comitissa, et filiis meis Seniofredus Comes, Wifredus Comes, et Oliva Comes, et Miro, levita, etc." Téngase entendido que ninguno de estos Condes lo era aún de los estados que se les adjudicaron; porque habiendo quedado todos de menor edad por la muerte de su padre Miro en 929, se educaron bajo la tutela de Suniario, Conde de Urgel, que entonces pasó a ser también Conde de Barcelona, y reunió todos los condados y los gobernó hasta su muerte, acaecida en 950, que es cuando cada uno de aquellos Condes tomó el gobierno de sus estados; es a saber: Suniario o Seniofredo de Barcelona, Wifredo de Besalú, y Oliva de Cerdaña. Mas aunque esto sea así, como cierto lo es, no impide que en 941 se intitulase ya Conde 

WIFREDO. 

Y que lo fuese de Besalú parece claro, por ser él el que fundó el monasterio de San Pedro en la villa capital del condado, dotándole copiosamente, como se ve en el diploma de Luis Ultramarino del año 950 (ibid. col. 862). Lo mismo se infiere de la escritura de elección de el (: del) Abad de Camprodon Teuderico, de que hablaré luego; y de la donación testamentaria, que citaré para probar el año de su muerte. La fundación del monasterio es para mí una prueba evidente de que fue Conde de Besalú y no de otros estados, no siendo regular ni verosímil que hiciese tan copiosas donaciones ni trabajase tanto para ennoblecer con tan célebre monasterio a la capital de un condado que no le pertenecía. Durole el señorío hasta el año 954, en que algunos de sus vasallos le mataron en el lugar llamado Parets, cuya historia trae la Marca Hisp. (col. 395 y 889). Otras escrituras expresan los agresores, que fueron Seniofredo, presbítero, Adalberto, Vives y algunos otros. A mí me consta que era ya difunto en el año 958, en que a 13 de enero se efectuó la donación testamentaria a la iglesia de Gerona de las villas de Calbos (Calvos en texto anterior), Balbos y otros lugares, como había encariñado el difunto a sus marmesores Seniofredo y Oliva, sus hermanos, a la Condesa Ava, su madre, y a Servo Dei, levita. De esta escritura envié copia en el Episcopologio de Gerona (artículo Arnulfo). 

SENIOFREDO. 

Muerto Wifredo, el condado de Besalú quedó en poder de Seniofredo, que poseía el de Barcelona, como consta de la elección del Abad de Camprodon Teuderico, hecha en el año 962 de Cristo (ibid. col. 882). En la escritura, después de decir como el Conde Wifredo había fundado aquel monasterio, se lee: Contigit ut isdem inclitus Comes Wifredus migraretur a seculo. Accipienti vero dominatum illius fratre suo domno Seniofredo, venerunt ipsi monachi ante eius praesentiam, etc. De modo que no queda duda en que el Seniofredo, Conde de Barcelona, se apoderó del condado de Besalú por muerte de su hermano Wifredo. Y no deje de notarse la palabra accipiente (Accipienti) para lo que luego se dirá. Este Seniofredo no murió hasta el febrero del año 968, como tengo demostrado en las Memorias cronológicas de los Condes de Urgel. Y que hasta la muerte continuó en el señorío de estos estados lo indica una escritura de permuta del año 965, hecha por el monasterio de San Juan de las Abadesas con el mismo Seniofredo, la cual va copiada en el Viaje a aquella iglesia. Verdad es que juntamente se mencionan allí sus dos hermanos, el Conde Oliva y levita Miro, y que de ninguno de los tres se dice que fuese Conde de Besalú. Esta escasez de noticias aumenta la dificultad en señalar el verdadero Conde de estos años. La opinión común es que Oliva fue el sucesor del difunto Wifredo: mas yo entiendo que excluido ahora Oliva, el que obtuvo los estados en 968 fue 

MIRO

desde 968 a 984.

Pruebas de esto son: 1.a La donación que el mismo Miro hizo a la iglesia de Gerona en el año 968 del lugar de Parets, el cual dice que le correspondía por donación que le hizo su hermano Seniofredo. Dos escrituras he visto sobre esto en aquella curia episcopal en el Cartoral de Carlo Magno, fol. 300, ambas publicadas en la Marca Hisp. (Ap. núm. CVI y CVII). La primera del 2 de febrero de 968, año XIIII de Lotario, en la cual supone vivo a su hermano, puesto que cuando le nombra, no usa de la palabra quondam, con que denotaban el fallecimiento de una persona. De esta palabra se vale ya, pocos días después, en la donación plena que repitió del mismo lugar a 21 del mismo mes y año. Esta donación por sí sola no probaría otra cosa sino que Miro era señor del lugar de Parets, que está en el condado de Besalú; mas junto con las otras pruebas que siguen demuestra que lo era también del mismo condado.

2.a En la escritura de fundación o dotación del monasterio de San Pedro de Besalú (ibid. col. 919), hecha en el año 977, abiertamente se llama a sí mismo este Príncipe: Ego Miro nutu Dei Gerundensis ecclesiae humilis Episcopus, ac Comes Bisuldunensis, una cum fratribus nostris domno Olibano ac Seniofredo Comitibus, etc.

3.a En la dotación de la canónica reglar de San Agustín, que fundó en Besalú en el mismo año 977 (Marca Hisp. col. 912), dice: Propterea concedo precibus Ermengardae Comitissae (esta era la mujer de Oliva) et filio eius Bernardo. Si Ermengardis fuese entonces Condesa de Besalú, no necesitaba de ruegos para la fundación de aquella canónica, 

ni tampoco Bernardo, heredero forzoso del condado. Obró, pues, Miro como Conde propietario que se deja obligar de los herederos para dotar la casa con los bienes propios del condado.

4.a En la dotación del mismo monasterio, que hizo el año siguiente 978, se leen, como en el anterior, estas palabras: Pro salute tam animarum quam corporum meorum fidelium in ac terra degentium qui in illo cenobio aliquod praestiterint beneficium, etc. Supone vasallos suyos a los habitadores del condado. Y más abajo dice: et dono ad praefatum cenobium in valle Monte acuto manso uno quod Letus dedit a Wifredo Comite et ego habeo per succesionem iam dicti Comitis... Quantum ibidem abeo vel hereditare debeo, etc. Donde es claro que Miro sucedió en el condado.

5.a En el año 1086, el último Conde de Besalú Bernardo, al tiempo de confirmar al sobredicho monasterio todas sus posesiones, expresa: omnes illas donationes, etc., quas progenitores et antecessores mei Miro videlicet reverentisimus Comes et Episcopus, et Bernardus inclitus Comes, ac Guillermus nobilissimus Comes et omnes alii Comites retroactis temporibus fecerunt. Esta escritura está original en el archivo de dicho monasterio. Por donde parece claro que fue reconocido como Conde de Besalú por los sucesores en aquel señorío, y que lo era ya, y como tal obraba en las dotaciones del monasterio y de la iglesia de Santa María de aquella villa.

6.a En el Poemita que escribió el Obispo de Vique Oliva, en elogio del monasterio de Ripoll, de que algunas veces he hablado, dice de nuestro Miro:

Hic Dominus patriae recubans, Presulque Ierundae.

Los versados en la latinidad de los siglos medios saben que patriae era sinónimo de comitatus, dioecesis, parroechia y otros tales. Y pues el poeta, hablando de Ripoll, cuyo valle era del condado de Besalú, dice de Miro que era Dominus patriae claro está que en ello dijo que había poseído aquel señorío. Y es de notar que el Obispo Oliva, autor del Poema, era sobrino de nuestro Miro, bien así como hijo de Oliva Cabreta, que es el que dicen que entró a ser Conde de Besalú por la muerte de Wifredo. ¿Y cómo será creíble que por elogiar al tío quitase aquel escritor a su mismo padre algunos años de este condado?

De lo dicho debe inferirse la equivocación con que todos los escritores, copiándose unos a otros, han escrito que Miro fue Conde de Gerona (a: Véase la España Sagrada, tom. 43, pág. 85 y 135. No puedo pasar en silencio que en la primera de estas páginas anticipa el autor el condado de Miro al año 956, engañado con una escritura, que vio copiada, del archivo de Monserrate en favor del monasterio de Santa Cecilia, donde se lee: In nomine Domini: Borrellum et Mironem uterque fratres, et Marchiones, Comites... donatores sumus, etc. 

Para conocer que este Miro no era el nuestro, bastaba observar: 

1.° Que no se intitula levita, dictado que nunca dejó y ya tenía en 941. 2.° Que se llama hermano de Borrell, del cual ninguno, ni su misma madre Ava, hizo mención. La verdad es que este Miro de la donación era otro distinto del nuestro, hijo de Suniario, Conde de Urgel desde el año 906 y de Barcelona desde 929, donde murió en 950. Era hermano de Borrell, el cual en este último año obtuvo el condado de Urgel y en 967 el de Barcelona, ambos hijos de la Condesa Richildis. Véase la Marca Hisp. col. 541.  

Porque no se hallará un solo documento en que se le dé expresamente ese dictado, como los hay demostrativos de que tuvo el condado de Besalú. La equivocación nació de que en todas la escrituras que hablan de él se intitula Comes et Episcopus Gerundae, por donde atribuyeron al condado la palabra Gerundae, que sólo recaía sobre el obispado. 

Si los que escribieron sobre esto advirtieran que muy frecuentemente los Condes no ponían el título de sus estados, como aquí mismo habrás advertido: y si reflexionaran que el condado de Besalú era casi todo de la diócesis de Gerona, no tomarían de esos títulos de Miro ocasión de asegurar afirmativamente que fue Conde de Gerona. A lo menos imitarían a Balucio, que en los índices de la Marca Hisp., para manifestar la duda que en esto tenía, colgó a Miro los dos dictados de Comes Gerundensis, Comes Bisuldunensis. En resolución, para mí es cierto que Miro, Obispo de Gerona, poseyó este condado de Besalú hasta su muerte, acaecida en el año 984. Mas cómo y por qué obtuvo Miro este condado, siendo, como era, el cuarto y último de los hermanos, y quedando excluido Oliva Cabreta, que era el tercero, no es fácil averiguarlo, ni yo me daré tormento para señalar la causa que ignoramos. Sólo diré que esta postergación de Oliva, que es cierta, debió nacer de las mismas causas de donde dimanó la que experimentó respecto del condado de Barcelona; para el que, habiendo muerto sin hijos su hermano Seniofredo en 967 o 968, no se contó con él para la sucesión, sino que la obtuvo Borrell, Conde de Urgel, primo del difunto. Esta exclusiva, no nació, como dicen algunos historiadores, de ser reputado por hombre de poca piedad, la cual bien manifestó en la fundación del monasterio de Serrateix y en la dotación de Custoya y otras iglesias, ni tampoco de defecto corporal, el que no le impidió gobernar la Cerdaña y después a Besalú. Otras causas debió haber para que no fuese atendido su derecho, y pudo ser, entre ellas, lo que sospecha mi amigo Don Luis García Conde, antes Prior de esta Colegiata y hoy Tesorero de la santa iglesia de Tortosa, y es que Oliva se debió estar pasivo en el funesto acontecimiento del asesinato de su hermano Wifredo, sin acudir con las armas a vengar el ultraje, como acudió Seniofredo desde Barcelona; el cual, obrando casi como conquistador del condado de Besalú, quisiese que lo tuviese Mirón, y tal vez en castigo de que los autores de aquel crimen estuviesen apoyados en el poder de Oliva. De esto se habla a la larga en mis Memorias cronológicas de los Condes de Urgel, lib. 1. En resolución, el sucesor de Seniofredo fue Miro; al cual, por su muerte acaecida en 984, sucedió el sobredicho 

OLIVA CABRETA

desde 984 a 990.

Durante estos seis años fue a un tiempo Conde de Cerdaña y Besalú. Es común opinión de que murió en el de 990, mas el lugar de su entierro no está conocido. Marca (col. 497) conjetura que debió enterrarse en Custoya, lugar de Rosellón, fundándose en las palabras de la escritura de consagración de dicha iglesia, que hizo Udalgario, Obispo de Elna: donde se lee: Quatenus anima Olivani Comitis eiusque coniugis Ermengardis, mercede non priventur tanti beneficii sed huius baselizae (baselicae, basílica) consecrationis admisceantur mercede, etc,; pero esto sólo prueba que hizo algunas donaciones a aquella iglesia. Con más fundamento puedo yo decir que se enterró en el monasterio de Serrateix, que dicho Conde fundó y dotó magníficamente, y donde es tradición que está enterrado el fundador en un sepulcro suntuoso que se halla entrando a mano izquierda en la iglesia, que es obra de aquel tiempo. Sobre él se ve tendida una estatua de caballero armado con espada y daga, y unos escudos de relieve, llanos y sin empresa alguna, cosas todas que hacen muy probable que este es el sepulcro del Conde, y aun yo quise y dejé allí ensayada una inscripción que perpetuase esta memoria. Nuestro Conde tuvo cuatro hijos de su mujer Ermengardis, es a saber: 1.° Bernardo, apellidado Tallaferro, sucesor de nuestro condado: 2.° Wifredo, sucesor del padre en el de Cerdaña: 3.° Oliva, Abad de Ripoll y Obispo de Vique: 4.° Berenguer, Obispo de Elna. 

BERNARDO

desde 990 hasta 1020.

Le apellidaron Tallaferro, aludiendo sin duda a sus grandes fuerzas corporales; su mujer se llamó Tota o Adalais. Quedan de este Príncipe muchas memorias en las donaciones que hizo a los monasterios de Cuxá, Bañolas, Ripoll, Besalú, Arles (Arlés) y otros; y principalmente en las que hizo a esta Colegiata. Pero las memorias principales de su gobierno son dos: 1.a La erección de Silla episcopal para su condado. 2.a La dádiva preciosa de la Vera-cruz, que regaló a dicha Colegiata. Ambas cosas logró en un viaje que hizo a Roma el año 1017, y de ellas se dirá después separadamente y a la larga. Otro viaje emprendió tres años después, no se sabe para donde, aunque bien se sabe que fue con el objeto del matrimonio de su hijo, que tenía ya contratado, lo que le ocasionó la muerte. Porque teniendo que vadear el Ródano, arrebatado el caballo de la corriente, pereció en ella el año 1020, día 26 de septiembre. El día y año constan del testamento sacramental que copió la Marca Hisp. (col. 1027), mas no se expresa allí la circunstancia de morir ahogado en el río. Y este silencio bastó para que Diago, en la Hist. de los Condes de Barcelona, lib. 2.°, cap. 90, tuviese esta desgracia por fingida. Mas contra esta conjetura, que es harto débil, tenemos dos argumentos positivos que lo afirman: 1.° El epitafio que al difunto y a su hijo Guillermo se puso en Ripoll en el sepulcro común de ambos, cuya letra es del mismo siglo XI, y aunque  algo gastada ya de la humedad y colocada a la raíz de la pared en el claustro de aquel monasterio, pude copiar por mi mano de esta manera:

Splendor, forma, caro, virtus, cum germine claro

Ut cito florescunt modico sic fine liquescunt 

Hoc duo testantur Comites hic qui tumulantur

... de Taiaferr Guilelm. cognomine Crassus

… … Rodano fatalia passus

Armis, consilio, rebus, fama viguere

Super (f. sumptibus) hanc multis ditare domum studuere

Unde coronati regnent super astra locati. Amen.

2.a La encíclica que con motivo de la muerte de este Príncipe expidieron los monasterios de Ripoll y de Cuxá, la que hallarás en la Marca Hisp. (Ap. núm. CLXXXVII) y en ella, después de elogiar la virtud del Príncipe, dice estas palabras: "Talis igitur cum esset ac tantus, utpote provisor omnium, coniugali vinculo volens nectere filium, promisso iam nato infandum tentavit equo transire Rhodanum. Dumque incaute ceptum pertenderet iter, inter ingentis fluminis rotantia vada infelix revolvitur equus, sessorque succumbit. Tunc terque, quaterque conatus collum tenere manibus, terque quaterque compressa manus effugit ab illo. Tandem ergo ingentis fluminis impetu victus occubuit... O felix et nimium felix nostra aetas. Si noster Bernardus numquam attigisset Rhodani nefanda fluenta, etc." 

Dejó este Conde seis hijos de su mujer: 1.° Guillermo, sucesor de este condado. 2.° Aienrico, a quien dejó el obispado del mismo título (cosa que no tuvo efecto, como se dirá), 3.° Ugo. 4.° Berenguer. 5.° Adalaiz. 6.° Constancia.

GUILLERMO

desde 1020 hasta 1055.

Fue apellidado el Gordo (Crassus); estuvo casado con Adalaiz, de quien tuvo dos hijos: Guillermo, apellidado Trou, a causa de la nariz desproporcionada y contrahecha, y Bernardo. Son muchas las memorias que quedan de su piedad y beneficencia. Marca (col. 544) dice que murió en 1052. Mas no se acordó aquel escritor de la escritura que él mismo copia (Ap. núm. CCXLII) con que nuestro Conde cedió a favor de Berenguer, Obispo de Gerona, todos los derechos que justa o injustamente percibía en Bascara, de cuyo instrumento resulta que vivía en el año 1055, y que entonces se disponía para ir a Jerusalén. Más es, que en el archivo de la Catedral de Gerona (Armario de la sacristía 2.a) me acuerdo de haber visto una escritura de plácito o convenio con los hombres o habitantes de Besalú, hecho y firmado por el Conde Guillermo, junto con su hermano Bernardo, año XXVII del Rey de Francia Enrique, que es el de 1058. Aunque bien veo que alguno dirá que este Guillermo pudo ser el hijo, que antes que le matasen tuviese por algún tiempo este condado. En esta duda vamos adelante, siguiendo la cuenta común. 

BERNARDO

desde 1055 hasta 1111.

Dícese que luego que murió Guillermo el Gordo, los vasallos, de acuerdo con los magnates del país, mataron a su hijo mayor Guillermo Trou, por ser sobremanera iracundo y revoltoso, y para dar lugar a que gobernase el hijo segundo Bernardo, que era suavísimo y de gran prudencia. Sea lo que fuere de esta especie, de la que nada he hallado que haga al caso, es cierto que Bernardo fue Conde por más de medio siglo, y que aunque casó con María, hija del Conde Ramón Berenguer III de Barcelona, murió en 1111 sin dejar sucesión, por cuyo motivo volvió el condado de Besalú a incorporarse en el de Barcelona, para no separarse ya más de él. En la Marca Hisp. (col. 1235) hallarás la cesión del único que a dicho estado vacante pretendía tener derecho, que era el Conde de Cerdaña. Este condado tuvo su moneda propia, y para prueba de ello, omitiendo otras memorias, basta la donación que el último Conde Bernardo hizo a la iglesia de Santa María de la décima de toda la moneda quae fuerit facta, dice, in praedicto Bissulduno... tam de auro, quam de argento, quam in monetatico et in capite. Esta donación es de 9 de septiembre del año 15 del Rey Felipe (de Cristo 1074). Va copiada (a: Ap. núm. XXI.).

De los siglos más modernos, esto es, de los años 1640 y siguientes, quedan monedas propias de esta villa, acuñadas en tiempo de las guerras de Felipe IV con Luis XIII de Francia, las que en el anverso tienen un escudo entero de las barras de Cataluña, con este letrero: Principatus Cataloniae; y en el reverso la mitad de dicho escudo, con una cruz de dos travesaños, y esta letra: Opidum Bisuldunense. Este último escudo es el propio de la villa, aludiendo la cruz al precioso Lignum crucis que posee la Colegiata desde el siglo XI, como diré después. 

OBISPADO DE BESALÚ.

A las memorias civiles del condado de Besalú síguese que tratemos de las eclesiásticas, y primero de la Silla episcopal con que fue ennoblecido, aunque por tan poco tiempo. Y convendrá dejar escrito esto anticipadamente por no vernos después obligados a cortar la narración de lo que toca a la historia de las iglesias que hay en esta villa, tanto más que yo no creo que ella fuese la Sede de aquel Obispo, sino que lo fueron otras con ella, es decir, que este obispado se intituló Bisuldunense del condado, no de la villa de Besalú. Fue así que el Conde Bernardo Tallaferro, Príncipe muy poderoso, viendo que sus estados estaban incluidos en las diócesis de Gerona y de Vique, aspiró a tener en ellos un Obispo propio, para estar así menos dependiente de los otros condados sujetos a aquellas diócesis. Con este fin hizo un viaje a Roma, acompañado de su hijo Guillermo, apellidado el Gordo. Concediole esta gracia el Papa Benedicto VIII, eligiendo y consagrando para primer Obispo a Wifredo, y reservando a la Santa Sede la consagración de los sucesores, los que en señal de reconocimiento pagasen una libra de oro a la iglesia Romana. Advierte de paso que anterior es esto a los tiempos del Papa San Gregorio VII. No designó el Romano Pontífice lugar o iglesia determinada donde residiese el Obispo, sino que, según lo pedido por el Conde, permitió que eligiese para Silla episcopal uno de estos tres monasterios, o el de San Salvador y San Ginés de Besalú, o el de San Pablo de Fenollet, o el de San Juan de Ripoll (hoy de las Abadesas). Esto solo ya es una prueba de que ni la mente del Conde ni la del Papa fue honrar con el honor de Silla episcopal a la villa de Besalú. Lo cual indica claramente que el dictado de Bisuldunense se tomó de todo el condado, y no de la capital del mismo. Por otra parte no consta que posteriormente a su institución se fijase la Sede a ninguno de los tres puntos sobredichos. Y si hay documentos que suponen la residencia en Besalú, también los hay que la prueban en San Juan de las Abadesas. Besalú puede alegar a su favor la dotación de la nueva Sede (Marca Hisp., ap. núm. CLXXVII y siguientes), en la que se lee: Dono igitur ad supra dictam Sedem Sancti Salvatoris ex iure paterno abbatiam Sancti Johannis quae est sita in comitatu Riopollensi... ut semper illi sit subdita eo tamen conventu atque definitione, ut nulli umquam Episcopo liceat praedictam abbatiam Sancti Johannis destruere... sed semper in canonicali ordine... permaneat. Donde claramente se llama Sede la iglesia de Besalú, y súbdita suya la de San Juan de las Abadesas. Pero esta en su necrologio de letra coetánea abiertamente llama a Wifredo Episcopus huius ecclesiae. Y en ella ejerció jurisdicción como su Prelado propio, vendiendo y conmutando sus bienes por los años 1047, lo que fue ocasión para que el padre maestro Flórez (a: España Sagrada, tom. 28, pág. 140 sig.) le tuviese por Obispo de Ausona; y en ella poseyó hasta su muerte la abadía, aun después que se acabó su obispado, como se dirá, de lo cual pudiera inferirse alguna mayor preeminencia de la de San Juan de Ripoll. Asimismo consta que hacia el mismo tiempo ejercía alguna jurisdicción en Besalú, como luego se dirá. De todo lo que puede inferirse que ninguna de las dos iglesias se llevó el honor de única y propia Sede, y que, o bien por lo poco que duró el obispado, o por otras causas que ignoramos, no hubo tiempo para que Besalú se levantase con la gloria de la Sede, la cual quedó común a la iglesia de San Juan como a su concatedral.

El Wifredo electo en Obispo de Besalú no pudo ser el que supone Diago en la Historia de los Condes de Barcelona (lib. 2, cap. 90) hijo de Wifredo, Conde de Cerdaña, el cual fue hecho Arzobispo de Narbona en el año de 1019, porque el nuestro no sólo permanecía acá en el 1020, como dijo Marca, sino hasta el 1048, y aún más, como diremos luego. Mas con todo eso no puede negarse que debía ser personaje muy principal y de nobleza distinguida (a: Mayor fue la equivocación del autor del tomo 43 de la España Sagrada, pág. 342, que dijo que Wifredo fue promovido al arzobispado de Tarragona, porque bien pudo reflexionar aquel escritor que esta metrópoli no se restauró hasta más de medio siglo después.) 

Lo que sí sabemos de cierto es que su obispado fue de cortísima duración. En la Marca Hisp. se asegura que no duró más que desde el 1017 al 1020; y será así porque los Obispos de Gerona y de Vique no debieron tardar en hacer sus reclamaciones contra la nueva Sede, la cual perdió su apoyo luego que en 1020 murió el Conde Bernardo, su 

fundador, y en 1024 el Papa Benedicto VIII que la erigió. Sin embargo cuatro años después el Conde Guillermo en la donación que hizo a esta iglesia en 1027, donde expone que estaba ya el célebre Lignum crucis, de que luego se dirá, dice: Episcopus vero vel clerici ibidem Deo servientes praesentibus scilicet atque futuris ita obtineant, etc. Lo cual supone que residía aún allí Obispo. Mas ya pronto le llegó su fin, si es verdad que Wifredo fue trasladado a la Silla de Carcasona en 1031, como se lee en la Gallia Christ. Conservó igualmente la abadía de San Juan de las Abadesas hasta su muerte, acaecida en 27 de septiembre de 1054. Todo esto consta del necrologio de la misma iglesia, donde de letra de aquel tiempo se lee: V kal. octobris anno dominicae Incarnationis MLIIII obiit domnus Gaufredus (así le llama) huius ecclesiae Episcopus, et postea Carcassonensis Episcopus et Abbas huius loci. Al margen de la letra del siglo XII o XIII se añade: Hic fuit Episcopus huius ecclesiae impetrante Comite Bisuldunense a Domino Papa. Postea contradicentibus Episcopis Vicensi Gerundensi et aliis non potuit obtinere quod hic locus esset episcopalis et remansit Abbas et fuit postea Episcopus Carcassonensis. Esta nota, ignorada hasta aquí, me obliga a inferir varias cosas:

1.a Cuando el Conde Bernardo pidió al Papa por Obispo de su condado a Wifredo, era ya sin duda Abad de San Juan de Ripoll, por lo cual, destruido el obispado de Besalú, se quedó con aquella abadía (remansit Abbas), que conservó hasta la muerte, junto con la Silla de Carcasona. Y a la manera que Oliva, Obispo de Vique, y Arnulfo de Gerona, ambos Abades de Ripoll, conservaron aquella abadía; y cuando en ella ejercían algún acto judicial decían: Ego Oliva o Arnulfus Episcopus cum cuncta congregatione S. Mariae, etc., llamándose Obispos y no Abades; así Wifredo, porque lo era de Carcasona, en los actos judiciales de aquella abadía se intitulaba Obispo hasta por los años 1048 y siguientes, cuando en aquella casa no tenía más jurisdicción que la de Abad. Y esto es lo que descubre la equivocación que dije del padre Flórez, que porque en esos años le ve obrar allí con título de Obispo le tuvo por de la Sede de Ausona. De esto se dijo más en el Viaje de Vique.

2.a El ser Wifredo Abad de San Juan de (falta Ri) Ripoll cuando le hicieron Obispo Bisuldunense, pudo ser la causa de la anexión y aun sujeción de aquella abadía a la nueva Sede que expresó el Conde Bernardo en la escritura que citamos del año 1017, de manera que no quisiese dar a entender que la iglesia de San Juan fuese menor en el honor que la de Besalú; sino que aquella dignidad de Abad se conservase siempre unida a la persona del nuevo Obispo, sin que ni él ni sus sucesores se atreviesen a destruir aquella prelacía que acababa de establecerse, arrojadas de allí las monjas que tan perdidamente vivían. Lo que el Conde trabajó en esta obra tan del servicio de Dios, es lo que le obligaba a encarecer la conservación de aquella casa; que esta es la que sujetó, y cuya conservación encargó al nuevo Obispo y sus sucesores. Sobre esto se dijo más en el Viaje de Vique.

3.a Infiérese también que pues este Wifredo estaba por aquí, él es el que asistió a las consagraciones de la iglesia de Ripoll en 1032 y de la de Gerona en 1038, cuyas actas hallarás en la Marca Hisp. 

4.a Del mismo modo que este Obispo gobernaba la iglesia de San Juan, le hallamos también gobernando la de Besalú, y ejerciendo en ella actos judiciales hasta el año 1047 o 1048. De este tiempo es la escritura con que dio en censo a Raimundo Miro una porción de tierra, año XVII del Rey Enrique, la cual vi en el archivo real de Barcelona, y dice así: Wifredus gratia Dei Episcopus cum cuncta congregatione Sanctae Mariae qui est sita infra muros Bisulduni, etc., y en la subscripción dice: Wifredus Praesul. Esta permanencia del Obispo en este país y la jurisdicción que tuvo en las dos iglesias, acaso probará que los Condes, mal avenidos con la destrucción de su obispado, conservaron en alguna independencia estas iglesias, resentidos de los Obispos de Gerona y de Vique. Indica esto la escritura con que el Conde Guillermo firmó concordia con el de Gerona Berenguer Wifredo en 1055, un año después de la muerte de nuestro Wifredo. Porque luego que falleció este Prelado llamó al de aquella iglesia para que consagrase la de Santa María de Besalú, y le cedió todos los derechos de Bascara. Son notables entre otras estas palabras: Parco atque omnino indulgeo Pontifici praedicto cunctarum reatus quaerimoniarum quae mihi insunt de eo. Hízose esto por la mediación del Conde de Barcelona Raimundo Berenguer I, llamado el Viejo. Lo demás lo dirá la copia de la escritura que va adjunta (a: Ap. núm. XXII.), la cual es una verdadera concordia y total extinción de las pretensiones sobre obispado y sus resentimientos, que no debieron cesar hasta que murió el Obispo, porque la otra concordia que Marca publicó (col. 1011), firmada por Miro, Obispo de Gerona, y Aimerico, Arzobispo de Narbona, tiene muchas muestras de ser apócrifa. Porque no sólo se supone vivo al Obispo Miro, que falleció en 984, sino que se supone hecha la escritura en la era 1050, que es el año 1012 de la Encarnación, cinco antes que se erigiese el obispado. Y cómo antes de ser erigida la Sede habría quejas de parte del de Gerona y concordia por la extinción de ella? Mas por equivocaciones y falsedades que tenga la escritura, el contexto de ella puede ser cierto, y sería así, que suprimida la Sede, la iglesia volvió a ser abadía, y a recibir el crisma de la de Gerona. Mas como Wifredo continuó por acá como Abad, que al mismo tiempo era Obispo de Gerona, tengo para mí que esta reducción de Besalú a la obediencia de Gerona no se verificó hasta los últimos años de Wifredo. Y si a alguno de ellos ha de pertenecer la citada escritura, será al de 1047, en que era la indicción XV, que ella dice, o el de 1043, contándose los años del Rey Enrique desde que fue coronado, viviendo aún su padre Roberto en 1027, según cuyo cómputo el año 17 de su reinado, que allí se cita, es el 1043, en el cual era Papa Benedicto IX, que allí se nombra. Pero esto ya es delirar: sea del año que quiera esta concordia, el obispado de Besalú debió acabarse con ella, y esto basta. 

COLEGIATA DE BESALÚ.

La Colegiata de Besalú no tuvo en lo antiguo, como hoy, la advocación de Santa María. La primera memoria que hay aquí de esta iglesia es del año 977, en que el Obispo, Miro, Conde de Besalú, intitulándola de San Ginés y de San Miguel, le hizo donación de la que estaba fuera de los muros de la villa, intitulada de San Vicente, con el altar de San Rafael, que él mismo había erigido en ella. A este altar de San Rafael hizo después el Conde Oliva varias donaciones, que propiamente era hacerlas a la iglesia de San Ginés, que era la matriz. A la misma iglesia de extramuros, que todavía está en pié, se hicieron en 1018 varias donaciones que se expresan hechas Jesu Christo Dno. nostro, suaeque Genitrici Mariae Dominae nostrae, et Sancto Praesepio, sive in honore Sancto Gabriele Archangelo, et in honore Sancta Agne martyre Christi, et Sancta Cecilia virgine, quae est domus sita iuxta muros Bisulduno. La de dentro de la villa suena ya con otra advocación en 1017 en una bula del Papa Benedicto VIII, que la llama S. Salvatoris et S. Genesii. En 1028 el Conde Guillermo el Gordo la intitula S. Genesii, S. Micaelis, et S. Stephani Papae. Del mismo año hay otra donación del mismo Conde, que sólo llama S. Mariae, título que desde ahora suena junto con los otros, y que desde la mitad de ese siglo XI vino a quedar solo y característico de esta iglesia, excluido enteramente el de S. Ginés, que parecía el primitivo; porque los demás eran de altares o reliquias que en la iglesia había, por cuya devoción se hacían aquellas donaciones, como también se hicieron ad praetiosum lignum Domini nostri Jesu Christi, de cuya reliquia se hablará después. A la primera memoria de esta iglesia acompaña la de vida reglar, establecida en ella; la Aquisgranense se supone. Sin embargo, tiénese por fundador de esta canónico al Obispo Miro, porque en la donación que dije, hecha en el año 977, dice que el motivo fue ut Ermengarda Comitissa, et filius eius Bernardus statuant ibi canonicos regulares, qui die ac nocte Deo deserviant, et orent misericordem Dominum pro delictis meis. Hallarás esta escritura en la Marca Hisp. (col. 912). Efectuose desde luego este establecimiento, el cual aprobó el Papa Gregorio V en el año 998, y confirmó con nuevas donaciones el Conde Bernardo Tallaferro en el año 1000. En el siguiente, a 26 de marzo, en cierta donación del mismo suena ya un Abad llamado Adalberto, al cual, muerto dentro de pocos años, sucedió en el de 1006 otro Adalberto, elegido por el Conde conforme al privilegio del citado Papa. Esta escritura está en la misma obra (col. 962). Vivía este Adalberto en 1017, y a él dirigió el Papa Benedicto VIII la bula con que confirma la iglesia y sus posesiones (ibid. col. 1005). Entonces fue cuando se erigió el obispado de Besalú, suprimiéndose, según conjeturo, la dignidad de la abadía, o quedando incorporada a la persona del nuevo Obispo Wifredo. De la duración y remate de este obispado ya dije lo que he podido descubrir. Para mí tengo que cuando se acabó esa prelacía, que fijamente no se puede averiguar y debió ser hacia el año 1028 o 30, quedó todavía anexa la abadía a dicho Prelado hasta su muerte en 1054, y que entonces fue nombrado Abad Andrés, el cual firma en la restitución que el Conde Guillermo hizo a Berenguer, Obispo de Gerona, de todos los derechos de Bascara en el año 1055, la cual envié ya copiada. En otra donación del 1074 firma Guillermus Suniarii Abba. Poco más conservó este monasterio el honor de la abadía. Porque en 1084 el Conde Bernardo lo incorporó y sujetó a la de San Rufo de Aviñón y a su Abad Arberto y sucesores, pasando entonces de canónica Aquisgranense a Agustiniana. Va copia de esta escritura (a: Ap. núm. XXIII.), que tiene la singularidad de estar escrita por el notario Gaufredo, canónigo y levita in Castro novo, esto es, en el que de nuevo debió construirse entonces en Besalú, y acaso debió ser la primera que allí se hiciese. Que este palacio o castillo se estaba construyendo en el año 1029 consta de una escritura, de que diré después, hablando del Abad Tassio. Era en aquella época costumbre y como una especie de moda sujetar todas nuestras canónicas Agustinianas a la casa de San Rufo de Aviñón; a lo que sobre la virtud que resplandecía en aquel monasterio, ayudó mucho el haber entrado el condado de Provenza en la familia de los Condes de Barcelona. Esta sujeción y dependencia con los bienes de la casa confirmaron después Pascual II en 1115, el Conde de Barcelona en 1137, Adriano IV en 1157 y Alejandro III en 1162. Con esto cesa aquí la noticia de Abades, y sólo la hay de Priores que la gobernasen con la sobredicha sujeción. Los que yo he hallado en escrituras son los siguientes; 

Existencia. 

Rodgario. 1096. 1106. 

Guizon (Guizón). 1113

Bernardo. 1122

Fulcherio. 1123

Bertrando. 1127

Bernardo. 1131. 1146. 1154. 1160.

Pedro. 1162

Berenguer. 1168 

Pedro. 1172. 1183. 1195. 1198.

Guillermo. 1209. 1213.

Andrés. 1232

Gerardo. 1242

Los poseedores de este priorato pueden con verdad gloriarse de ser capellanes de los Reyes, puesto que ese título les dieron muchas veces, y ya desde el siglo XI solían los Condes llamar capilla suya a la iglesia de San Salvador y Santa María, sita dentro del castillo de Besalú, y yo sospecho que esto fue resulta de la fábrica del castillo nuevo que antes decía; pero esta es pequeña cosa para la historia en general. Vamos adelante.

De lo dicho se infiere que la iglesia que hoy llamamos de Santa María estuvo siempre dentro del castillo, o sea palacio de los Condes de Besalú, o que era parte de él. El edificio actual me parece ser del siglo XI, aunque el cuerpo de las tres naves está desfigurado, y sólo queda de lo viejo el crucero. No hay aquí más archivos que el prioral, donde están originales la bula de erección del obispado, y algunas pocas más que quedan copiadas para la Colección diplomática. Las otras noticias de esta iglesia, condado, etc., se tomaron del de Barcelona. 

Vi en esta iglesia muchas reliquias, junto con un cartel impreso de indulgencias concedidas a la iglesia de San Salvador de Oviedo, el cual tienen por acá por propio con motivo del título Sancti Salvatoris que tuvo antes esta iglesia, y cuya imagen, con las figuras alegóricas de los cuatro Evangelistas, permanece aún sobre la puerta principal de ella. Las reliquias más notables son: un pedacito del palio de Elías, id. del sudario y de los pañales de Cristo, id. del maná, id. de la vara de Moisés (es de dos dedos y de madera muy parecida a la que vi en Ara Xpi. y otras partes), id. del cráneo de San Juan Bautista, canilla del brazo o pierna de San Bartolomé, hueso grande de San Cristóbal, un choquezuelo de la rodilla de Santa Petronila, tres huesos grandes de San Ginés. Todas estas reliquias, con otras muchas, están en dos grandes relicarios en un armario al lado del altar mayor. En la sacristía hay otras menores en una arquilla de madera tachonada de varias piececitas de labor muy prolijo por el gusto árabe. Allí mismo vi una cruz de plata que llama mucho la atención de los curiosos. Téngola por obra del siglo XIII; a lo menos las figuras de Evangelistas y Querubines son de ese tiempo; pero se encastaron en ella joyas más antiguas, que voy a describir como pudiere. El palo vertical es de cuatro palmos, el travesaño de tres; en la cara principal, donde está la figura de Cristo con tres clavos, hay varios camafeos, una cabeza de Emperador, y otra superba de Medusa en ágata. Más notable es el reverso, en cuyo centro hay un cuadrado, y en uno de los ángulos de él un camafeo en fondo que representa un personaje en pie, apoyando sobre un escaño el pie izquierdo levantado, y con la mano derecha escribiendo o pintando sobre una tarja: tiene la cabeza con morrión, y en la espalda se descubren algunas puntas como de flechas. Esta figura es muy menuda, pero muy bien trabajada. En otro ángulo hay un sello árabe. El centro de dicho cuadrado ocupa un grande sello oval de piedra oscura, que no conozco, con este letrero:

+ (cruz) KARVLVS REX

INPERATOR

La antigüedad de la letra y la sustancia del letrero obligaron a decir que esta alhaja pertenecía cuando menos a Carlos Calvo, Rey y Emperador desde el año 840, no habiendo otro Rey Carlos de Francia posterior en quien resuenan los dos dictados. En el brazo derecho de la cruz hay otro camafeo grabado en fondo en lapislázuli, que representa una figura humana monstruosa, en pie, con la cabeza coronada, y las piernas y pies abiertos en arco como colas de serpiente: en la mano derecha tiene un látigo y en la izquierda un escudo o padrón. En el brazo izquierdo de dicha cruz hay otro camafeo con un dibujo Gótico, parecido al reverso de las medallas de Liuva, etc.: otro representa un Sagitario (signo celeste); en la asta de la cruz hay dos de delfines: otro en relieve de una mujer desnuda, airosa sobremanera, con un manto suelto asido de la mano derecha, y tendido por la parte opuesta de la figura: en la izquierda extendido un báculo, sobre el cual parece apoyarse. Esta mezcla de alhajas Romanas, Góticas, Árabes, y otras, acaso de otros tiempos y naciones, hace creer que la cruz fue dádiva de algún gran Príncipe que poseía aquellas preciosidades, las cuales, con no poca piedad, consagró al culto del verdadero Dios. Y acaso por ello diremos que alcanzara al tiempo de los Condes de Besalú, esto es, a los siglos X y XI; mas yo me ratifico en que las labores en plata son del siglo XIII.

Otra alhaja hay allí mismo por muchos títulos más apreciable, y guardada como tal, y tenida en gran veneración; y es un trozo muy considerable de Lignum crucis dispuesto en forma de cruz con dos travesaños, uno de los cuales tiene cinco dedos de longitud y el otro tres, con el espesor correspondiente. Grandes portentos se refieren obrados con la presencia de esta santa reliquia, singularmente con endemoniados y en tiempo de sequía. En estas últimas ocasiones, y aun en otras necesidades, solían, según la costumbre de los siglos medios, meterla un poco en el agua bendita; y se conoce esto bien en lo gastada que se halla la parte inferior del palo vertical. Del como vino acá tan precioso monumento dícense mil cosas, destituidas de toda verdad. El vulgo cree que es regalo que hizo el Papa San Dámaso a su patria Argelaguer (argelaga, argilaga, aliaga, aulaga), que es un lugar distante una hora de Besalú, y que por ciertos cambios la dieron a esta iglesia. Cuentos de viejas. Más verosímil es que la trajese de Roma el Conde Bernardo Tallaferro cuando fue allá el año 1017 para alcanzar del Papa Benedicto VIII la erección de Silla episcopal en su condado. La bula en que esto se le concedió denota el singular aprecio que la Silla Apostólica hizo de nuestro Conde por su piedad y gran poder, que no se le negó una cosa tan en perjuicio de las Sillas de Vique y Gerona. Por donde es más fácil entender que entonces debió hacérsele también este regalo. Esta conjetura se funda en que antes de esa época no hay memoria alguna de dicha santa reliquia en cuantas donaciones se hallan de los Condes anteriores, en las cuales frecuentemente suelen mencionar otras que acá se veneraban; mas en el año 1025 el Conde Guillermo, con su esposa Adalais, en una donación que trae la Marca Hisp. (col. 1040), dice que la hace ad praetiosum Lignum Dni. nostri Jesu-Christi. Siendo esta, como es, la primera memoria de esta reliquia, así como es la primera donación que los Condes hicieron a aquella iglesia después del 1017, parece claro que a la época del viaje que decía pertenece la venida de la reliquia a esta iglesia. Después de ese año, 1025, ya es frecuente la memoria de ella, como lo verás en la copia adjunta de la copiosa cesión de toda la décima del condado y de otros derechos hecha a la misma iglesia, y por los mismos Condes, en el año 1027 (a: Ap. núm. XXIV.).

Si nos quedaran sellos y escudos de armas, o monedas de los Condes de Besalú del siglo XI, no dudo que en ellos hallaríamos esta cruz de dos travesaños, como la vemos en las monedas propias de esta villa que se acuñaron en tiempo de las guerras de Felipe IV y Luis XIII de Francia, como casi todos los pueblos de Cataluña batieron las suyas. Más arriba describimos la propia de Besalú: en la que se ve esta cruz partiendo con las barras del principado el escudo que hoy usa la villa. 

SAN PEDRO DE BESALÚ. 

Los historiadores de Languedoc dicen (lib. X., cap. 24) que el Rey Carlos el Calvo, hallándose en el monasterio de San Saturnino, sitiando a Tolosa en el año 844, expidió un diploma a favor de Domnulo, Abad de San Pedro de Besalú, de la diócesis de Gerona. 

Este documento publicó Baluzio en los Capitulares (Ap. núm. LXII), del cual, siendo cierto, se ha de inferir que debió quedar destruida aquella casa primera, o que estaba fundada en sitio diferente, iuxta flumen Sambuga que dice la escritura. Como quiera que esto sea, es cierto que un siglo después aparece como fundador de esta casa de San Pedro Wifredo, Conde de Besalú, hermano del de Barcelona Suniario, destinando este lugar para monasterio de la orden de San Benito, y logrando del Rey Luis el Ultramarino la confirmación de todas las posesiones que le había dado año XVI de su reinado (950 de Cristo). Trae este diploma la Marca Hisp. (Ap. núm. LXXV), en el cual se hace mención del Abad Jaufredo, que contaré por el primero. Con ser esto así, todavía es tenido por su fundador Miro, Obispo de Gerona, hermano también de Wifredo, y según se dijo, su sucesor en el condado. Es así que existe una amplísima escritura (Ibid. núm. CXXIV) del año 977, en la que él mismo dice ser el que escogió aquel lugar para monasterio, el cual dota copiosamente. Más copiosas son las dotaciones que hizo los años siguientes 978 y 979, las cuales quise copiar por la singularidad, gracia y caprichosa elegancia de su contexto, y por la memoria que en ella hace de los Condes, sus hermanos, de la cual me serví en la noticia de estos Príncipes (a: Ap. núms. XXV y XXVI.). Del último de dichos años, es a saber 979, hay una bula del Papa Benedicto VII, en que confirma la nueva casa y su inmediata sujeción a la Sede Romana, con el censo que le impuso Miro de cinco sueldos anuales. Está dirigida al Abad Gifredo, que debe ser el mismo que Jaufredo; no la envío copiada, porque no he hallado de ella sino copias, y porque ya la publicó nuestro Cardenal Aguirre (Concil. Hisp., tom. IV, pág. 384), aunque con algunas equivocaciones, entre ellas la del nombre del Abad, a quien llama Guispedo. Esta confirmación pontificia la solicitó el mismo Miro, llevando consigo a Roma la escritura de fundación, como se lee en las actas de la dedicación de esta iglesia: y por esa razón en la dotación que dije del año 979 se ingiere el nombre y decreto del Papa Benedicto.

El mismo Miro comenzó la fábrica de la iglesia, que al fin se consagró a 23 de septiembre del año 1003, a instancias del Conde de Besalú Bernardo Tallaferro, por los Obispos Odón de Gerona, Arnulfo de Vique, y Aecio (Ezonem) de Barcelona (a: La España Sagrada, tom. 43, pág. 346, llama Aton a este obispo de Barcelona. Acaso estará así escrito en la copia que su autor dice que vio entre los mss. de la Academia de la Historia. También hubo equivocación en decir que el Abad Wifredo de este año 1003 era el mismo que el del 979, que fue el primero de este monasterio. Véase el catálogo que luego se pondrá de los Abades.) 

Asistió también a esta solemnidad Wifredo, Conde de Cerdaña, hermano del de Besalú. Va copia de esta preciosa escritura tomada del original, que existe en el mismo monasterio, aunque algo deteriorado y roto (b: Ap. núm. XXVII.). Era Abad en esta ocasión otro Wifredo distinto del primero. No hay duda en que el templo es el que subsiste hoy día renovado sin alteración de la arquitectura antigua, como debe ser, y como en otras partes no han hecho. Bello edificio de tres naves con su crucero, al modo de las de Urgel, Ripoll y otras iglesias de los siglos X y XI. Desde la misma fundación de esta casa se venera en su iglesia el cuerpo de San Primo M. Advectus est igitur (dice el Obispo Miro en las donaciones de los años 978 y sig.) in eodem cenobio, Deo disponente, corpus venerandi martiris nomine Primi, pro cujus intercesionibus Omnipotens Deus multis in eodem loco dignatus est fieri virtutibus, et laudatur glorificaturque Omnipotens Deus ab omni populo qui talem illis contulere dignatus est patrono. Sigue constantemente la memoria de este Santo en las escrituras posteriores; y en muchas donaciones suena contitular con San Pedro: ad domum (dicen) Sancti Petri et Sancti Primi cenobii, qui sunt fundati iuxta castro Bisulduni. Ni una palabra hay en todos esos documentos, digo en los antiguos, del cuerpo de San Felicísimo, que también se venera aquí. Además de las memorias antiguas del cuerpo de San Primo las hay también de estar en el monasterio desde su fundación las de los Santos Concordio, Evidio y Patrono. Consta esto de la encíclica que, según la costumbre, dirigieron los monjes de Ripoll a todos los monasterios, día 4 de julio del año 1008, anunciando la muerte de su Abad Seniofredo. Circulaba la carta por todos los monasterios, no sólo de nuestra provincia, sino aun de la Narbonense, cada uno de los cuales ponía una noticia de su recibo y de los Abades que en ellos habían muerto desde la última circular, para lo cual iban añadiendo trozos de pergamino, cosiéndolos hasta formar como un volumen larguísimo, el cual volvía al monasterio que dirigió la carta. En Ripoll se conservan algunos de estos documentos, cuya preciosidad y utilidad es fácil de entender: a mí por lo menos me han servido a maravilla para los catálogos de Abades, que sin este auxilio salieran muy diminutos. El recibo del que ahora digo en este monasterio de Besalú comienza de esta manera: venit pellifer ad limina B. Petri Apostolorum Principis in cenobio qui est situs iusta Castrum Bisulduno, ubi requiescunt corpora Sanctorum Primi, Concordii, Evidii... (roto) atque Patroni, esto en cuanto a la memoria de los sobredichos Santos. Continúa el Abad, que entonces era Wifredo, poniendo los nombres de los que en este monasterio le precedieron, y en primer lugar escribe Dominus Teudericus Abba aedificator. Con lo cual si quiso dar a entender que Teuderico había sido el fundador de la casa, no cuadra esto con las memorias ciertas que quedan, por las que consta que el fundador fue el Conde y Obispo Miro. Tampoco puede decirse que este fuese el primer Abad, porque ya hemos visto que lo fue el llamado Jaufredo o Gifredo, y de Teuderico no hay otra memoria de que lo haya sido de esta casa, ni tampoco Dodo, que es el segundo y último que nota la encíclica. Admira esto mucho más al ver que omite la memoria de los dos primeros Abades, de quienes hay noticia cierta que lo fueron, y por los cuales comienza la serie de ellos; por donde me doy a entender que Teuderico y Dodo fueron los dos inmediatos a Wifredo, porque la costumbre era mencionar los últimos Prelados; ni cabía que se contasen todos los que habían fallecido, cuyos óbitos ya se suponen anunciados para el sufragio monástico. En el monasterio de Camprodon, de que hablaré otro día, hay dos Abades Teuderico y Dodo de fines del siglo X. ¿Quién sabe si la encíclica alude a ellos, que lo serían al mismo tiempo del nuestro? Mientras otra cosa no conste, contaré a los dos Abades en el lugar que he dicho en el siguiente catálogo (a: La España Sagrada (loc. laud.) dice que ni en las bulas ni en otros documentos anteriores al siglo XIII pudo hallar los nombres de los Abades sino de Domnulo y Jaufredo. Pues yo aseguro que el catálogo presente hasta el siglo XV no es sacado más que de bulas y escrituras que me han venido a mano.). 

Existencia. 


Jaufredo o Gifredo. 950 - 979

Arnulfo. 998

Hay memoria de este Abad en escritura de ese año, en la cual Eriberto, testamentario de Isarno (Eribert o Heribert - Isarn), puesto ante el altar de San Pedro y de San Primo, cedió a este Abad y a sus monjes la iglesia de San Miguel de Avellana curba en el valle Securillas, cum missale maiore. 

Existencia. Muerte. 

Teuderico.

Dodo.

Wifredo 1003 - 1008 1022

Estos tres Abades constan de la encíclica de que antes hablamos. 

Annifredo. 1027

Tassio 1229 - 1031.

De él hay memoria en escritura del primero de esos años, que va copiada, en la cual Willelmo, Conde de Besalú, por haber recibido del Abad Tassio 300 y más modios de cal para construir su palacio, le concede que ni él ni sus sucesores exigirán de los bienes del monasterio ullum receptum, neque ullam paratam, etc., obligándose desde entonces a quedar excomulgado con la excomunión de todos los Obispos que firmaren la escritura. Y la primera que se halla original es la del Papa Juan XIX, a la cual siguen las de los Obispos Pedro de Gerona, Oliva de Vique, Wifredo de Besalú y otros. Véase la copia (a: Ap. núm. XXVIII.). Por estos tiempos cupo a este monasterio la suerte que al de Ripoll en la sujeción al de San Víctor de Marsella. El Conde de Besalú era afecto a los Franceses, como se vio en lo de San Juan de las Abadesas. Y aunque de ello no quede acá noticia: mas sospecho que debió durar esta sujeción hasta el año 1086, puesto que Pedro Bernardo suena Prior en 1085, y ya se intitula Abad en 1086. 

Bernardo. 1113 - 1155.

En 1154 el Arzobispo D. Bernardo Tort dio a este monasterio la iglesia de Santa Madalena, extramuros de Tarragona, quae (dice) olim fuerat templum Martis, ut in ea ponerent monacos. Esto dice en una de sus notas mss. el padre Caresmar.

Otra donación copié en la Catedral de Tortosa hecha por Gaufredo, Obispo de aquella iglesia, a este monasterio y Abad Bernardo, en la cual le cede la iglesia de Flix, como verás en la copia adjunta (a: Ap. núm. XXIX.), a pesar de tener equivocada la fecha. Está firmada por dos canónigos regulares de Santa María de Besalú, y por el Abad y Prior de nuestro monasterio.

Principio. Existencia. Muerte. 

Pedro. 1174 1191 - 1220

Guillermo. 1220 - 1240

Bernardo 1242 - 1252

Guillermo electo en  1253 1270

Pedro. 1272 - 1303 

Dalmacio de Palol. 1310 - 1323 

Berenguer de San Esteban 1324                 1348

Bernardo. 1349 - 1356  

Francisco. 1358 1361 - 1380

Bernardo de Montagut. 1383 

Dalmacio de Guisa. 1387 1394 - 1409

Berenguer de Perarnau. 1415 1421  

Berenguer Espasens. 1436 

Antonio de Vilardell. 1443 - 1466

Francisco Xatmar. 1481 1500 

Era juntamente abad de Bañolas. Véase el catálogo de aquel monasterio. 

La iglesia, como dije, es la construida en el siglo XI con tres naves, y las colaterales rodean el presbiterio; el cual se divide de ellas por columnas pareadas muy graciosas. De los cinco intercolumnios que resultan, el del centro está ocupado con la estatua del titular San Pedro, debajo de la cual hay un nicho donde están tres arcas cubiertas de terciopelo carmesí, las cuales sirvieron en lo antiguo para depósito de los cuerpos santos que dije, y hoy sólo contienen algo de sus cenizas y huesos más pequeños. Las reliquias más insignes de los mismos, están colocadas en los intercolumnios laterales en bustos de plata custodiados en armarios dorados, es a saber; a la parte de la epístola varios trozos del cráneo de San Felicísimo, y un hueso de la espalda de San Evidio, ambos MM.: item un trozo de la asta o bandera militar de San Patrono M. En la del evangelio están la cabeza entera de San Primo, que cierto admira por su antigüedad, y el hueso del muslo izquierdo de San Concordio M., cubierto de carne y piel, y varios huesos de San Marino M. Cada uno de estos Santos es aquí venerado con fiesta particular. La colocación de estas reliquias, el altar y el adorno de toda la iglesia es obra del Abad Don Anselmo Rubio, que murió en 1780, el cual tuvo la discreción de no alterar la arquitectura antigua. En la pared exterior de la iglesia hay un letrero sepulcral, que copiaré aquí por la rareza de su cómputo. Dice así: 

Judicio sano B. Judex Dalbuciano

Has terras rexit, nec se male munere vexit

Milis (se lee Mitis) erat, gnarus, probus, aptus, stemate clarus, 

Hic situs est munde: fuit archilevita Gerunde

M. cum C. bina triplex X. I. sine trina

Servabant numeros XI. cum dessit hic heros.

Parece que la cuenta será el año 1227, y si no es ese año, será otro. Ya que estamos de inscripciones, allá va una importante que se conserva en el presbiterio de la iglesia de San Vicente, sita extramuros y pegada al castillo, de la que hay varias memorias ya desde el siglo X, y es de la de que hablé cuando se trató de la Colegiata de Santa María; dice así:

Hic iacet honorabilis Petrus de Rovira, legum doctor, qui transtulit corpus beati Vincencii Martiris à monasterio (Sancti) Saturnini de Cavernolis, et suo tractatit (f. tractavit) honorifice in presenti ecclesia recondidit. Qui obiit Petrus de Rovira VII marcii, anno Dni. M.CCCCXIII (1413). El cuerpo de este Pedro está en la tumba sobre la inscripción con el busto del mismo; mas de el de San Vicente no sé si queda mucho o poco. Dicen que está en una arca debajo de la estatua del mismo Santo titular de la iglesia. Llámanle aquí Sent Vicent Capellá, por ser San Vicente presbítero y mártir, de quien hace breve mención, y aún menos que yo, el P. Domenec en la Historia de los SS. de Cataluña (fol. 64. b.), y ni aun copia la inscripción.

A este monasterio de San Pedro se unieron en 1592, por bula de Clemente VIII, otras dos antiguas abadías, es a saber; la de San Quirico de Colera y la de San Lorenzo de Monte. La primera estaba en el condado de Peralada, no muy distante de la de San Pedro de Rodas in valle Leocarcari. Su origen es del tiempo de Carlo Magno. Consta esto de la sentencia dada a favor de esta casa en el año 844, la cual extracté en el Episcopologio de Gerona (artículo Godmaro) por las muchas curiosidades que contiene, y entre ellas la de ser la primera vez que se halla escrita la palabra Catalonia. Contaba yo con haber hallado aquí original este documento, mas ni aun hay copias de él.

Sin embargo, alguna fe merece el traslado del siglo XIII que queda en Gerona, como allá se dijo. Y lo que de él consta es que el Abad Libencio y su hermano Assinario obtuvieron de Carlo Magno el territorio de Peralada, nombre que ellos pusieron a la que los Moros llamaron Tolon o tierra muerta. Hechos señores de la tierra, que era del fisco imperial, fundaron y dotaron el monasterio de San Quirico y San Andrés, cuyas posesiones e inmunidad defendió Giemundo, monje, hijo de Assinario y sobrino de Libencio, contra las pretensiones de Alarico, Conde de aquel territorio, produciendo en juicio por testigos cuatro presbíteros, cuatro nobles y seis pageses, que vivieron en tiempo de Carlo Magno. En fin allá fue la escritura, que es curiosa.

Lo que he visto es la escritura de consagración de su iglesia (de San Quirico), hecha en 1123 por el Obispo de Gerona Berenguer Dalmacio, con asistencia de Arnaldo y Pedro, Obispos de Carcasona y de Elna, donde se confirman los bienes que le dieron varios nobles, y Guigo, Obispo de Gerona, que lo fue en el principio del siglo X, como ya vimos. Va copiada (a: Ap. núm. XXX.), no sólo por esto, sino por contener la demarcación o límites del monasterio. Sus titulares en cuantas escrituras he visto son siempre San Quirico, San Andrés y San Benito. Han perecido muchos de los instrumentos que pertenecían a aquella casa; sin embargo, de los que se trajeron a esta de Besalú he sacado la noticia de los Abades siguientes:

N... 844

Manuel. Existía en el año XXX de Carlos el Simple (927 de Cristo), como se ve en escritura trasladada en el año siguiente, y en una donación de Triezius et Celdonia et Savila hacen a San Quirico de una viña quam, dice, nos tenemus per praeceptum Regis sicut et ceteri Spani. Esta última expresión confirma que los Españoles que se retiraron al territorio sujeto al Rey de Francia huyendo de los Moros, continuaron aún el siglo X disfrutando el mismo privilegio que los que se refugiaron un siglo antes. Este es punto demasiado curioso para tratarse aquí, y más que muy a la larga lo dejo averiguado en el Discurso prelim. a las Memorias de los Condes de Urgel.

Principio. Exist. Muerte.

Guillermo. 1128

Berenguer. 1135

Bernardo. 1204

Berenguer de Massanet. 1216. 1219 

Pasó a la abadía de San Pedro de Camprodon. Véase el Viaje a aquel monasterio.

Bernardo Gerallo. 1224. 1242 

P... 1250 1264

Raimundo. 1270 1296

Berenguer de Vilatenim. 1297. 1320

Pedro. 1321 1355

Guillermo. 1363 1375

Arnaldo. 1377 1384

Pedro de Bosch, electo en 1384

Guillermo. 1390 1399

Jaime. 1401 1421

Benedicto. 1426

Asberto de Abilliariis (Abellars). 1461. 1443

Galcerán de Monpalau. 1461. 1476

Galcerán de Rocaberti. 1489

Estos son los únicos Abades de quienes se haga memoria en los pergaminos que quedan. Mucho menos queda del monasterio de San Lorenzo de Monte (Sent o Sant Llorenç de Munt), de quien nada puedo saber, sino que, como dije, fue incorporado a este de San Pedro. 

Tampoco he podido averiguar el sitio y suerte de otro monasterio, intitulado de San Julián y San Vicente, fundado en este condado de Besalú, al cual pertenece la escritura que publicó el Cardenal Aguirre (Concil. Hisp. tom. III, pág. 150) fecha kal. martii, indictione XIV anno XXVI regnante Carolo gloriosissimo Rege, que es el año de Cristo 866, de Carlos el Calvo XXVI, en el cual cayó la indicción XIV. Confirma en ella aquel Príncipe a la casa y a su Abad Rimila todas las posesiones, dándoles facultad de elegirse sucesor según la regla de San Benito.